Queridos amigos y amigas, vecinas y vecinos del Barrio San José de Lada y alrededores:
Un año más nos volvemos a encontrar en este magnífico escenario del restaurante Savannah de Gijón para celebrar el “V ENCUENTRO ANUAL DE LOS GUAJES DE LADA”, y lo vamos a celebrar sin que tengamos que lamentar la pérdida de ninguno de los asistentes al encuentro del año pasado. Este año 2019 estamos reunidos exactamente 140 personas, pero desde este momento ya tenemos que estar pensando en incrementar el número de asistentes para el año 2020 al objeto de lograr una gran familia cada vez más numerosa.
Es posible hacer amigos y amigas a lo largo de nuestras vidas, pero probablemente ninguna ni ninguno será tan importante como los amigos y amigas de la infancia, entre otras cuestiones, porque cuando eres niño o niña, hacer amigos y amigas es lo más sencillo y el concepto de la amistad que se tiene durante la infancia es muy simple y los sentimientos de rencor y envidia no son capaces de inundar nuestras mentes infantiles del mismo modo que suele ocurrir con las mentes adultas.
Esa amistad inocente de nuestra infancia estaba basada en divertirse, en pasarlo bien y descubrir el mundo, en ser felices. Pero también, la amistad de nuestra infancia que se nutre fundamentalmente de juegos, riñas y reconciliaciones tan sencillas como inocentes, nos devuelven maravillosos y mágicos momentos con los que no hay que disimular, ni aparentar, ni intentar ser otra persona que no somos porque nos conocen verdaderamente. Y estarán, tienen que seguir estando de por vida, a pesar de los años, de la distancia e incluso de la desconexión.
Es con los amigos de la infancia con quienes hemos aprendido no solo a confiar, sino a demostrar que somos confiables y descubrir la responsabilidad que se tiene con una persona que confía en ti. Los amigos y amigas de la infancia son los primeros que nos guardaron las espaldas, con los que formamos los primero equipos, contamos los primeros secretos y con quienes compartimos las dudas que nos causaban vergüenza…
Ellos fueron los primeros en identificar nuestros puntos fuertes y tus puntos débiles, experimentando nuestras primeras torpezas, nuestra cabezonería o nuestro carácter difícil y aún, así, contaban con nosotros todos los días.
De hecho, no solo contaban con nosotros, sino que iban a buscarnos para lo más importante: jugar. Con ellos y ellas compartimos nuestros primeros sueños, montamos naves espaciales o caminos de bomberos, jugamos a la comba y al castro. Además, fueron a los primeros que les contamos lo que queríamos ser cuando fuésemos mayores.
Los amigos de la infancia siempre están ahí. Pueden pasar años y años, pero cuando te encuentras con ellos y ellas siempre hay algo que nos une. Son una excusa maravillosa para viajar a un tiempo en el que las preocupaciones tenían que ver con aprenderse lecciones y no llegar demasiado sucios a casa ni demasiado tarde. Un tiempo en el que se hacían travesuras por el sencillo placer de hacerlas, un tiempo en el que muy poco importaba cuánto tenías sino cuánto eras capaz de crear y disfrutar.

Marisa Viego y Chus Fernández con los diplomas recibidos por los organizadores de la comida anual de “LOS GUAJES DE LADA”, el 11 de mayo de 2019
Y, hablando de la distancia, contamos hoy aquí, entre nosotros, con la presencia de CHUS y su compañera MARISA, que se han trasladado desde Bruselas hasta Gijón para compartir con nosotros esa amistad de la infancia a la que me estaba refiriendo, para quien los organizadores del evento han decidido hacerles un pequeño homenaje a modo recuerdo. Por lo tanto, ruego a CHUS y MARISA se acerquen hasta el escenario para dar cumplimiento al acuerdo adoptado.
Muchas gracias y, sin más, damos comienzo a la folixa del año 2019.