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Channel: El Blog de Antón Saavedra
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MIENTRAS OTROS LADRAN, CUBA RESISTE.

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Cuba no está sola. Solo quien es un criminal o quien es un desalmado inconsciente, amoral, mercenario, solo el ser que hurga entre lo podrido del mundo, el gusano, solo él se regodea en la inhumanidad y hace de ella su existencia: solo al actor tan miserable, ¿a quien si no?, le parece que ser parte de la maquinaria del bloqueo le llena de sangre las venas, sangre vampirizada, robada a vidas dignas, y por éstas hablamos del Pueblo de Cuba, martirizado por el criminal más grande que ha existido en la Historia de la Humanidad, el régimen imperial de EEUU.

Era el turno de Cuba. Parecía obvio que, tras las campañas orquestadas contra Venezuela, Bolivia o Nicaragua, la siguiente en la agenda del imperio iba a ser contra la isla caribeña. Y digo bien lo de campaña orquestada, porque, aunque disfrazada bajo el titular de “revuelta espontánea”, uno tiene ya callo duro de tanta propaganda gobbeliana con la que todos los días nos acosan desde esa prensa libre occidental, cuyos “amos” son los mismos que controlan este mundo globalizado.

Cuando todos los medios de comunicación patrios o matrias, deberían de estar informando sobre las nuevas corrupciones descubiertas al rey emérito, ahora convertido en traficante de armas y socio del tristemente famoso Adnan Khashoggui, después de conocerse que ambos amasaron sus colosales fortunas vendiendo armas a las más feroces dictaduras del mundo, a la vez que robando a manos llenas de los contratos del Estado, resulta que el mayor problema de España sigue siendo la situación en Cuba.

Pero, la megacampaña orquestada contra Cuba, no es una más de las que se conocen por el mundo y contra la propia isla, sino que tiene muchos más ingredientes, respondiendo la misma a todo un montaje sincronizado de tal envergadura que se requieren muchos cientos de millones de dólares, más que suficientes para dar de comer a todo el pueblo cubano durante unos cuantos años. Una operación que cuenta con donantes excepcionales, fundaciones de partidos políticos, mecenas, empresas trasnacionales y agencias gubernamentales: desde el magnate judío húngaro, George Soros, pasando por la Fundación FAES de la organización criminal del PP, o la Agencia de EE.UU. para el Desarrollo Internacional (USAID).

Ocurre, lisa y llanamente, que la mafia miamense y las élites mundiales no pueden soportar que la Cuba bloqueada desde hace más de sesenta años siga dando ejemplo de dignidad y eficiencia, tal como si pareciera un milagro. Sus campañas sanitarias de solidaridad efectiva por distintos países del mundo, o el desarrollo de sus propias vacunas contra la Covid-19 – Soberana y Abdala -, es lo que les hace revolverse en su malicia capitalista.

Dios los cría y la CIA los junta en Miami, podría titularse la reunión mantenida en el mes de mayo de 2021 por un grupo de mafiosos al servicio de la CIA bajo el patrocinio de una de sus tapaderas (Instituto Interamericano para la Democracia), entre los que había jefes de estado, empresarios, reconocidos terroristas, miembros de organizaciones mercenarias dedicadas a la tarea de la confusión, y personajes que forman parte del aparato mediático contrarrevolucionario para diseñar y poner a punto los atraques y ataques proyectados contra Cuba.

Juan Carlos I habría fraguado su fortuna con la venta de armas a países árabes, según adelantaba este domingo el diario Público. El supuesto fraude se habría llevado a cabo junto al que fue su administrador privado, Manuel Prado y Colón de Carvajal y a partir de la empresa Alkantara Iberian Exports. El medio mencionado sitúa el comienzo de los hechos en 1977, cuando el ahora rey emérito nombra a éste senador y “administrador solidario al 50% de todos sus negocios”. Por aquel entonces, el monarca negocia la creación de una empresa conjunta con el país saudí para canalizar, supuestamente, el comercio entre los dos territorios. El príncipe Fahd- “en aquel momento hombre fuerte del régimen teocrático del rey Jaled, sucesor de Faisal”, nombra al magnate Adnan Khashoggi delegado de la empresa por el lado saudí, mientras que don Juan Carlos nombra a Manuel Prado presidente de la compañía.

Para nadie es un secreto la activa presencia de una red contrarrevolucionaria en Cuba, incitando al odio, propiciando incendios y auspiciando saqueos, repitiendo el patrón de provocaciones que han practicado durante muchos años en Venezuela. El violento tono que están adoptando los voceros de Miami dentro de Cuba no es reportado sólo por el gobierno. sino por otras fuerzas de la oposición que denuncian la irrupción de nuevas camadas de los viejos gusanos, de tal manera que, observando las propuestas que propagan esos grupos, salta a la vista la promoción de un brutal modelo capitalista monitoreado desde Florida. Estas protestas callejeras son normales en América Latina, pero su irrupción en Cuba ha generado un inusual impacto por las consecuencias de esas marchas para el futuro de la región. Movilizaciones significativas, pero no multitudinarias – en su mayoría no corresponden a La Habana, sino que son manipuladas desde Miami -, sin víctimas ni destrozos de significación fueron difundidas con títulos catastróficos, pero en las mismas pantallas y diarios apenas se menciona el asesinato habitual de manifestantes en Colombia, los disparos para cegar jóvenes en Chile o el brutal apaleamiento de los que protestan en Perú.  

Desde que comenzaron las protestas en Cuba circulan por redes sociales diferentes bulos relacionados con ellas. La desinformación sobre las protestas incluye imágenes de manifestaciones antiguas, montajes, falsos tuits de políticos e incluso un tiroteo ficticio ocurrido años atrás, tales como la foto que se adjunta. Los bulos, además, sitúan en Cuba hechos ocurridos en realidad en países como Puerto Rico, Costa Rica o Egipto.

Es verdad, que la pandemia y el derrumbe de la economía han potenciado en Cuba el mismo descontento que se verifica en todas partes, pero no es menos cierto que estos dos terribles agobios del último año han sido terriblemente agravados en la isla por la singular pesadilla del bloqueo yankee, y como no con la falta del turismo en la isla, primera fuente de ingresos en Cuba. Ningún otro país afronta el Covid y la recesión con una restricción tan brutal para adquirir alimentos, medicamentos o repuestos, debiendo pagar costosos fletes o seguros para conseguir financistas dispuestos a lidiar con las sanciones de Estados Unidos. El propio presidente Biden, después de desplegar una campaña electoral macartista en Florida, sigue manteniendo, al igual que su antecesor Trump, la tipificación de Cuba como estado terrorista para acentuar el cerco sobre la isla.

Se trata, en definitiva, de volver a convertir a Cuba en el prostíbulo que era bajo Batista, retirando todas las libertades y derechos conseguidos por las armas y sumir al pueblo cubano en la pobreza y la ignorancia como estaba antes de 1959. Ni siquiera disimulan su odio hasta el extremo de pedir abiertamente la invasión de los marines, aunque sería el propio alcalde corrupto de Miami quien iría más adelante, reclamando la intervención con ataques aéreos semejantes a los perpetrados en Panamá y en la ex Yugoslavia, no en vano la burguesía afincada allí conforma un segmento de gran influencia en el establishment estadounidense, estando totalmente integrada en la estructura del imperio.


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