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HISTORIA DEL F. C. BARCELONA. – CAPITULO IV

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En estos días he tenido ocasión de ver un vídeo grabado por el programa de Poquipedia perteneciente al “libelo” Mundo Deportivo, donde, erre que erre, los protegidos de Franco y del franquismo vuelven a mostrar su victimismo acostumbrado a la vez que tratan de hacernos ver a la inmensa mayoría del pueblo español de lo humillado y vejado que siempre ha sido el equipo representativo del antiguo Condado de la corona de Aragón.  En esta ocasión, en el video aludido afirman que desmontan, “una por una”, todas las afirmaciones que han sido publicadas por otro vídeo del Real Madrid, pero, una vez más, el deseo no se corresponde con la realidad de los hechos, tal y como voy demostrando con fuentes documentales de archivos, periódicos y revistas de la época en todos y cada uno de mis capítulos de la serie sobre la historia del F.C. Barcelona.

El canal de Twitch de Mundo Deportivo ha recibido, como cada semana, la esperada visita de Joan Poquí para realizar una nueva edición de su “Poquipedia” en la que acostumbra a repasar hechos de la historia del FC Barcelona. En esta ocasión le ha tocado combatir el vídeo publicado por el Real Madrid que contestaba al presidente Laporta, aunque de una manera muy desafortunada, y sin rebatir uno solo de los hechos denunciados por el Real Madrid.  

Inmerso en la investigación sobre la historia real del F.C. Barcelona, también he tenido ocasión de ver un documental, encargado por el Barsa al actor catalán del mundo teatral Pedro Arquillué. Un documental que, a falta de imágenes de la época y sin testimonios vivos, mezcla la ficción de aquellos años, con el propio actor caracterizado de Suñol, con la realidad actual, con el propio actor convertido en entrevistador y charlando con quienes, de algún modo, han sido sus biógrafos, dejando ver que José Suñol Garriga, ha pasado a la historia del Barsa como el presidente “mártir” que acabó siendo fusilado por el bando franquista durante la guerra civil española.

José SUÑOL (Barcelona, 21 de julio de 1898-Guadarrama (Madrid), 6 de agosto de 1936) fue un político español de ideología nacionalista catalana, presidente del Fútbol Club Barcelona. Miembro de Esquerra Republicana de Cataluña, fue elegido diputado de las Cortes españolas en todas las legislaturas: en 1931, elecciones en las que fue el candidato que obtuvo más votos de su circunscripción por delante de Lluís Companys,3​ 1933 y 1936. El 10 de febrero de 1930, unos días después del final de la dictadura de Primo de Rivera, fundó el semanario deportivo La Rambla, con el subtítulo «setmanari d’esports i d’actualitat» (semanal de deportes y actualidad), cambiado posteriormente a «esport i ciutadania» (deporte y ciudadanía), y la pretensión de implicar al mundo del deporte en las reivindicaciones catalanistas.

En efecto, la muerta de Suñol, es uno de los acontecimientos sobre los que el F. C. Barcelona ha construido su leyenda como víctima del franquismo. Sin embargo, en este documental como en aquel otro, la realidad es muy distinta de la que cuentan algunos periodistas, escritores o historiadores catalanes de “a tanto la línea o la palabra”, pues gracias a los archivos de la época, es fácil demostrar en esta nueva investigación sobre el personaje en cuestión. Lo primero que hay que dejar muy claro, clarísimo, es que el ex presidente del equipo azulgrana fue fusilado por motivos puramente políticos, y no por ser presidente del F.C.Barcelona, con el añadido de que, además, Suñol ya había anunciado su dimisión al frente del equipo catalán, con antelación a la fecha de su fusilamiento, el 6 de agosto de 1936, ya que su dimisión como presidente del F.C. Barcelona se produce el 10 de julio de 1936, según queda reflejado en los periódicos y revistas de la época.

”Me voy a mi casa de la Tona a descansar unos días. Mis negocios, la política, el fútbol… No puede usted figurarse la agitación continua en que vivo. Y, sin embargo, sin esto, me faltaría distracción. En primer lugar, voy a darle una noticia que no se la he dicho nadie. Usted es el primero en conocerla. He presentado mi dimisión de la presidencia del Barcelona. Esta continua agitación es demasiado para mí. Mi decisión es firme. Entre mis compañeros de directiva hay quien podrá ocupar este cargo con merecimientos” (Entrevista de José Suñol al periódico Mundo Deportivo, el 8 de julio de 1936)  

José Suñol había sido una figura importante en la sociedad catalana de la época. Hombre de una gran personalidad y dinamismo, se había ganado el respeto de todos con sus diversas actividades públicas. Dedicado profesionalmente al comercio del azúcar, su vida mediática, muy destacada, le llevó a un papel prominente dentro de los ámbitos del periodismo, la política y el deporte, siempre desde una posición de doble compromiso, con la democracia y la defensa de la identidad catalana, pero también con el deporte, el civismo y la cultura. “Deporte y Ciudadanía”, tal y como decía el lema de su semanario “La Rambla’”, periódico que había adquirido en 1930.

Un periódico, del que Suñol era el editor, que jugaría un papel importante en el advenimiento de la República y en la creación del mito «Francesc Maciá», fundador del «Estat Catalá», partido político de carácter independentista catalán, fundado por Francesc Maciá como organización política y de combate nacionalista catalana el 8 de julio de 1922. De hecho, cuando Francesc Macià regresó de su exilio en Francia, allá por el mes de febrero de 1931, una de las personas que fue a recibirle a la estación de Maçanet-Massanes fue el propio José Suñol.

Miembro de Esquerra Republicana de Cataluña, aunque había arrancado su trayectoria política en Acció Catalana (una escisión de la Lliga), sería elegido diputado de las Cortes españolas en todas las legislaturas de 1931, 1933 y 1936, dándose la circunstancia de que, en las primeras elecciones desde la implantación de la II República, el 14 de abril de 1931, obtuvo más votos que el mismísimo Lluís Companys.

En 1935, concretamente el 27 de julio, Suñol sería elegido presidente del Barça por aclamación, cerrando la temporada con superávit económico, quedando campeones de Cataluña llegando a jugar la final de la Copa de España en 1936, la cual perdería por 2-1 ante el Madrid en partido jugado en el campo valenciano del Mestalla.

El 10 de julio de 1936, menos de un año después de su nombramiento al frente del club catalán, Josep Suñol anunciaba su dimisión como presidente del Barça tal y como queda reflejada en la portada de Mundo Deportivo.

Es decir, su dimisión se produce una semana antes del estallido de la guerra y un mes antes de su muerte, al ser fusilado por el bando sublevado en agosto de 1936.

Dirigente de Esquerra Republicana y diputado de las Cortes, fue detenido y fusilado durante la guerra civil en agosto de 1936, cuando su coche adelantó a las últimas posiciones republicanas sin que sus ocupantes se percataran. Por lo tanto, la muerte de José Suñol sobre la que el Barsa monta su leyenda de víctima del franquismo, no es más que otra de las grandes mentiras sobre la verdadera historia del equipo de los culers.

Para primeros de agosto, esto es, un mes después de haber presentado su dimisión como presidente del Barsa, Suñol se encontraba en Madrid, hacia donde se acercaba el frente. Las tropas franquistas traídas desde África subían por Extremadura, por la ruta de la Plata con ánimo de, al llegar a Talavera, girar hacia la capital. Desde el norte, las tropas del general Mola tenían tomada la carretera de La Coruña, por la que descendían a su vez hacia la capital, pero una noticia falsa, que nada tiene que ver con la otra gran mentira de “unos falangistas disfrazados de anarquistas”, había aparecido publicada en el periódico la mañana del día 6, resultando fatal para el dirigente republicano Suñol.

Según aquella noticia falsa, las tropas del batallón Maciá-Companys habrían obligado en un contraataque, a la retirada de las fuerzas sublevadas de Franco y habrían ocupado el Alto del León en el Puerto de Guadarrama

Vista área de las posiciones franquistas en torno a la casilla de peones camineros en la carretera de La Coruña tomada por la Legión Condor (Cortesía de la Sociedad de Ciencias Aranzadi y Falcon High Tech). 

El diputado catalán había salido de Madrid el 6 de agosto, después de comer en el Hotel Nacional, en la glorieta de Atocha, para visitar el frente de la sierra madrileña, obteniendo del Ministerio de la Guerra un coche Ford V-8 de representación, perteneciente al Parque de Automovilismo Militar, que reglamentariamente contaba con la dotación de un chófer y un teniente, acompañando también a Suñol el periodista Pedro Ventura Virgili, conocido por haber sido portero del RCD Español con el apodo de “El Guantes”.

Suñol cogió 50.000 pesetas para las tropas y se dirigió  hacia el Puerto de Navacerrada, pero al pasar las últimas posiciones del ejército republicano no atendió a las señales que le avisaban de que se detuviera, siguiendo su camino hacia arriba, seguramente convencido de que el puerto estaba completamente despejado, de tal manera que, cuando descendió del coche oficial en el kilómetro 51 de la carretera de La Coruña, en un lugar conocido por la Casilla de Peón Caminero o Casilla de la Muerte,  dando vivas a Cataluña y a la República, lo que se encontró fue con un grupo del bando franquista que, después de identificarlo,  lo fusilaron sin más, a él y a sus acompañantes, por republicano y por diputado de Esquerra Republicana, pero por nada que tuviera que ver con el Barça, como tratan de insistir desde el equipo de los culers y sus voceros de turno.

Monolito levantando en el Alto dl León en la sierra del Guadarrama como homenaje al diputado de Esquerra Republicana en las Cortes españolas, fusilado el 6 de agosto de 1936.

En el periódico catalán de La Vanguardia, se puede observar perfectamente como, en ningún momento se refiere a Suñol como presidente ni ex presidente del Fútbol Club Barcelona, si no, exclusivamente como hombre político.

Desde los años 90, y principalmente desde el entorno del Fútbol Club Barcelona, se viene utilizando y manipulando la muerte de Suñol, asociándola al Barça y cultivando el «victimismo» del club durante el franquismo. Un crimen desgraciado en una guerra más desgraciada, pero que no tuvo absolutamente nada que ver, ni con el fútbol ni mucho menos con el Barsa, tal y como tratan de insistir con demasiada frecuencia en alguna que otra de sus “historietas”, llegándose, incluso, a escribir, en una de sus más recientes, que el dinero que llevaba Suñol era para fichar a Lángara – nada menos que a Lángara -, jugador del Real Oviedo.

Según esta versión, Suñol estaría viajando con la pretensión de cruzar cuatro veces el frente a la ida y otras cuatro a la vuelta, ya que Oviedo había caído en las garras franquistas, bajo el mando del general Aranda, teniendo que hacer cientos de kilómetros por zona sublevada, con la pretensión de fichar al jugador y regresar con él. ¡¡ Manda guevos, como diría el otro!!

Pocas semanas después de que los periódicos anunciaran la muerte de Suñol, era creada en la capital la milicia «José Suñol» en honor del diputado republicano fusilado en el Alto de León. No sería hasta la llegada a la presidencia del Barsa de Juan Laporta, en el 2003, cuando se daría un nuevo impulso a la figura de Suñol, culminado por José María Bertomeu al frente de la entidad, cuando se le puso su nombre al palco presidencial del Nou Camp, exactamente el mismo palco donde se había sentado el jefe de los asesinos de José Suñol, Francisco FRANCO Bahamonde, en la inauguración del estadio del equipo de los culers, entre otras ocasiones.

En efecto, la guerra había superado a las demás rivalidades, tal y como se puede ver en la foto sacada delante de las oficinas del Madrid C.F., pero no todas, porqué el avance de las tropas sublevadas desde el sur, a través de Extremadura, y girando después hacia el este, los llevó pronto a las puertas de la capital.

Ante la imposibilidad de jugar al fútbol, el Madrid concibió la idea de trasladar el equipo a Cataluña e inscribirlo en la liga catalana, ya que, en aquella época, el frente aún estaba lejos de Barcelona, donde todavía se jugaba la liga local, y aunque el Sindicato de Profesionales del Fútbol de Cataluña apoyó la inclusión del Madrid en la competición «por deber social y cívico», un veto del F.C. Barcelona frustró este último recurso para la supervivencia.

Recorte del periódico catalán LA VANGUARDIA del domingo, 16 de agosto de 1936.

El F.C. Barcelona, tal y como consta  en las actas, se mostró desde un principio totalmente contrario, argumentando su negativa en la represión sufrida durante la dictadura de Primo de Rivera, con una sanción de seis meses de parón de su actividad por manifestaciones políticas, agravadas – decían – por el asesinato de su presidente José Suñol en los inicios de la Guerra Civil, pero, sobre todo, para no  “mistificar ni perder ninguna de sus esencias raciales y profundamente espirituales (de la competición) que constituían el fundamento base de su esplendorosa historia”.

Las implicaciones políticas en varias épocas de la historia del deporte están más que demostradas. De este modo, el fútbol ha sido en distintos momentos un escenario para las protestas racistas, sociales, soberanistas… En aquellos puntos de más conflicto es donde más han quedado plasmadas. Las últimas, por ejemplo, han sido las proclamas independentistas en el Camp Nou. Si nos trasladamos a ahora hace más de 80 años, en España había estallado la Guerra Civil en un hecho que supuso un gran bache para la sociedad. El deporte también estuvo afectado y el 3 de octubre de 1936 la Real Federación Española de Fútbol anunció la suspensión de las competiciones oficiales y sólo autorizaba a las Federaciones Regionales a organizar Campeonatos Super-regionales, bajo su propia responsabilidad.En aquellas zonas donde aún no había llegado el conflicto de forma directa sí que pudieron continuar realizando algunas competiciones, como fue en el caso de Cataluña. Es por eso que el Real Madrid se ofreció para jugar como club “invitado” en el Campeonato de Cataluña.
Finalmente se denegó su invitación y el presidente de la Federación Catalana, Ramon Eroles, también expuso que no se podía alterar el campeonato y que los equipos de Primera B se habían quejado porque les hubiera perjudicado. Sin embargo, éstos (Europa, Sant Andreu, Terrassa, Sants, Vic, Martinenc, Júpiter y Horta) lo negaron. A su vez se ofreció al Madrid que sus jugadores participaran en alguno de los otros equipos, pero rechazaron esta propuesta.

Sánchez-Guerra, presidente del Real Madrid cuando estalló la guerra, fue encarcelado y condenado a cadena perpetua por el régimen. Antonio Ortega, coronel del ejército republicano, fue nombrado presidente del equipo merengue durante la guerra civil, y sería ejecutado por el ejército franquista en 1939.

Los deportistas del Madrid republicano no se quedaron al margen de la defensa de la ciudad y rápidamente se involucraron en este proceso, hasta el punto que el Batallón Deportivo, creado por estos deportistas a instancias de la Federación Española de Fútbol, tendrá un papel esencial.

Al ser ocupada por milicianos la Federación Castellana de Fútbol, la Federación Española decidió ceder sus poderes en favor de la defensa de la República y con los fondos que existían se decidió la formación del Batallón Deportivo. Asimismo, cabe mencionar que el 2 de agosto de 1936 el Madrid F.C. sería incautado por el Frente Popular a petición de sus socios y su Junta Directiva había sido sustituida por un equipo presidido por Juan José Vallejo en representación de la Federación Deportiva Obrera.

Antes de la Guerra Civil, el Real Madrid era el equipo por el que simpatizaba toda la izquierda política. El 14 de abril de 1931 se proclamó la II República en España. Para romper con la simbología anterior y desligarse de la monarquía, se decidió suprimir la corona del escudo y poner una franja diagonal morada en honor de la bandera tricolor. El club también cambió de nombre y pasó a llamarse Madrid Football Club, desapareciendo la palabra Real.

El periódico matutino madrileño EL LIBERAL daba cuenta en sus páginas de este proceso: “El Frente Popular regirá los destinos del Madrid C.F. y anuncia que el club ha acordado la celebración de un partido internacional con la Selección Soviética para recaudar fondos con destinos a la suscripción abierta a favor de las víctimas de las familias caídas en la lucha contra los facciosos. Asimismo, el Madrid F.C. ha abierto una suscripción a favor de las víctimas del fascismo. Este club ha encabezado dicha suscripción con cinco mil pesetas que han entregado directamente al presidente del Consejo de Ministros, Sr. Giral. Todos los empleados y obreros del mismo han contribuido a dicha suscripción con un día de haber, importando en total 286,30 pesetas. Dentro de unos días les imitarán los jugadores, dejando un día de haber en su sueldo”.

En la foto de los archivos investigados podemos ver como diferentes deportistas madrileños y republicanos posan frente a las oficinas del Real Madrid (entonces Madrid C.F.). La guerra superó otras rivalidades.   

Es decir, mientras desde Barcelona utilizaron y siguen utilizando la muerte de José Suñol para presentarse como víctimas del franquismo, hicieron y siguen haciendo la vista gorda ante la muerte del presidente del Real Madrid, tal como también vienen haciendo las direcciones del Real Madrid, lo que me parece demasiado grotesco en ambas direcciones.

Madrid, noviembre de 1936, el gobierno de la República se traslada a Valencia mientras el bando nacionalista se acerca a la capital. En la calle Toledo cuelga un cartel enorme que reza: ‘¡No pasarán! El fascismo quiere conquistar Madrid. Madrid será la tumba del fascismo’. Empiezan dos semanas en las que miles de ciudadanos, entre ellos muchos simpatizantes dl Real Madrid y algunos futbolistas, lucharon por la defensa de la ciudad.

Franco, después de liberar el Alcázar de Toledo, había marcado la capital como principal objetivo, durando el asedio hasta el mes de abril de 1939, cuando el pueblo de Madrid – la capital española – respondió al ataque franquista con una memorable defensa que duró más de dos años.

El “Año de la Victoria” fue, sin duda, el más duro de la historia del Madrid: sin equipo, con el estadio en ruinas tras su transformación en campo de prisioneros, la sede social bombardeada, gran parte de los trofeos y del archivo desaparecidos, y con la estructura societaria dislocada, el reglamento en suspenso y la plantilla sometida a un meticuloso proceso de depuración, muchos pensaron que había llegado la hora de la clausura definitiva. Hasta el poco dinero del club se había gastado en donaciones de guerra a la República, como ha quedado explicado en los periódicos de la época.

Del equipo que ganó la última Copa de la República, sólo quedaban cuatro jugadores al final de la guerra. Lecue, Sauto, Bonet y Quincoces, exiliándose unos, mientras otros fueron recluidos en las cárceles franquistas o fusilados

Según el Centro de Investigaciones de Historia y Estadística del Fútbol Español más de doscientos futbolistas, un centenar de directivos y media docena de entrenadores, cayeron durante la guerra civil, aunque en la memoria histórica del fútbol sólo ha quedado escrito y documentado que José Suñol fue fusilado por los franquistas por el delito de haber sido presidente del Barça.

De esta manera, la continuidad del Real Madrid había quedado al arbitrio de una Junta de Reconstrucción formada por los antiguos presidentes de la entidad, encabezados por el general Adolfo Meléndez, logrando éste resistir las presiones de sus camaradas de armas para que el Madrid fuese absorbido en el equipo de la Aviación Nacional, que poco después daría lugar al Atlético de Madrid, quedando la actividad societaria reducida a mínimos.

El nombre de Ortega cayó rápidamente en el olvido con la misma velocidad con la que el club resurgía de mano de Santiago Bernabéu, que se sentó en la poltrona de presidente entre 1943 y 1978. La desaparición de Ortega de los anales del club siempre ha resultado sospechosa. El periodista inglés Phil Ball asegura que “en Cataluña hay gente que se ha molestado en investigar la operación de encubrimiento relacionada con Sunyol, pero Ortega no le importa a nadie”. En su libro escribe que “mucha gente preferiría que siguiera siendo así, por supuesto, pero rehabilitar figuras perdidas como Ortega ayudaría al club a desprenderse de esas acusaciones de neofascismo que realizan tantos de esos que todavía identifican ‘madridismo’ con satanismo”.

En septiembre de 1942, la Junta Directiva del Real Madrid tuvo que legalizar unos estatutos donde las instancias rectoras del club pasaron a ser elegidas directamente por la Dirección Nacional de Deportes, aunque estas disposiciones fueron sustituidas en 1948 por un sistema de representación indirecta, en el que una Asamblea de compromisarios proponía una terna para que la RFEF designara luego el candidato “idóneo” a presidente, quien elegiría a su vez a los vicepresidentes y directivos, no olvidando la cuota de al menos dos falangistas en la lista. La falta de representatividad de la RFEF fue protestada por el Real Madrid, que decidió en 1963 boicotear los plenos y continuó sin asistir a los mismos hasta la caída del delegado Nacional de Deportes, el falangista José Antonio Elola Olaso en 1967.


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