
Cartel de las JORNADAS SOBRE EL DESEMPLEO, organizadas por la Asociación de Parados del Valle del Nalón, en la Casa de la Cultura de La Felguera…
CHARLA – DEBATE A CARGO DE ANTON SAAVEDRA SOBRE “CIERRE INDUSTRIAL Y PARO”, ORGANIZADA POR LA ASOCIACION DE PARADOS DEL VALLE DEL NALON (ADEPAVAN) EN LA CASA DE CULTURA DE LA FELGUERA, EL 7 DE MARZO DE 2015.
Buenos días, compañeras y compañeros, amigas y amigos,
Muchas gracias a los organizadores de la Asociación de Parados del Valle del Nalón por haberme invitado a participar en estas “JORNADAS SOBRE EL DESEMPLEO”, y muchas gracias por vuestra asistencia para debatir sobre un problema que nos afecta al conjunto de la población, como es el cierre de nuestras industrias y explotaciones mineras así como sus nefastas consecuencias en el desempleo, objeto de estas jornadas.
Lógicamente, y encontrándonos como nos encontramos en la localidad langreana de La Felguera, no tengo más remedio que iniciar mi exposición refiriéndome a nuestra región asturiana como una de las regiones de la antigua industrialización europea del carbón y del acero, actualmente en pleno declive cuando no desaparecidas, no porque sus tecnologías no puedan ser reemplazadas o renovadas, o porque sus diversos recursos naturales se hayan agotado, dado que todavía se hacen productos derivados del acero, barcos, coches y energía, sino debido, sobre todo, a que las empresas de la región no han sido capaces de renovar sus tecnologías y de crear nuevas actividades productivas.
Son regiones que dependen de un solo sector, de un solo monocultivo, es decir, que están fuertemente especializadas en un tipo de actividad, y en las que puede que exista una aparente diversificación en otros sectores, pero, en realidad, la misión de estos otros sectores es la de ser proveedores del sector predominante, dependiendo totalmente de él.
En estas regiones, como la nuestra, el desarrollo comienza con una extraordinaria vitalidad empresarial y con la aparición de innovaciones significativas, pero, a medida que la industria va alcanzando la madurez, se va produciendo una concentración de empresas de gran tamaño, en busca de las economías de escala, caso muy concreto de aquella empresa-región llamada DURO-FELGUERA que un día existió en nuestro Valle del Nalón.
Por si ello no fuera suficiente, otra de las consecuencias perniciosas de este tipo de empresas es su pertenencia, casi como norma, a unas pocas familias y, como consecuencia, los cargos de gestión tienden a repartirse entre los pocos directivos potenciales que surgen de ellas, con el consiguiente efecto negativo sobre el potencial empresarial de la región, a lo que tenemos que añadir que, en nuestra región, siempre en manos de una burguesía foránea, ésta jamás invirtió sus enormes beneficios generados durante aquellos años de las “vacas gordas” en la región, sino que se marchó con ellos para invertirlo en los negocios más especulativos, centrados fundamentalmente allí a donde “estaba la tostada”, como eran las grandes operaciones inmobiliarias desde la Costa Brava a la Costa del Sol, y en las grandes ciudades, en las que el precio del suelo llegó a quintuplicarse.

ANTON SAAVEDRA, HECTOR PALACIO, representante de la Asociación de Parados del Valle del Nalón y SILVIA SALAMANCA, del colectivo de MUYERES DEL CARBON, en la apertura de las “JORNADAS DE ADEPAVAN”, celebradas en la Casa de la Cultura de La Felguera, el día 7 de marzo de 2015
Efectivamente, en estas regiones como la nuestra existe un herencia histórica que se materializó en la presencia de rígidas estructuras verticales de gestión, que dificultaron el libre flujo de la información necesaria para la adaptación a las demandas de mercado y, además, ralentizaban la toma de decisiones estratégicas en una economía, cada vez más internacionalizada, en la que la rapidez de respuesta cobraba una importancia fundamental, y la consecuencia la tenemos plasmada hoy con la realidad de nuestro Valle del Nalón transformado en una especie de “paraje lunar”, donde nuestro concejo minero-siderúrgicos de Langreo, a pesar de las millonarias cifras recibidas en concepto de FONDOS MINEROS para la creación de un tejido industrial alternativo al cierre pactado de la minería, se “lleva la palma” con una tasa de paro de larga duración del 24,8 por ciento, a lo que hay que sumar un paro juvenil en torno al 60 por ciento.
El último y muy reciente informe de EUROSTAT resulta demoledor para nuestra región, con una imagen tenebrosa en la que ASTURIAS se sitúa entre las 20 regiones de Europa con mayor tasa de desempleo, con un nuevo y amargo récord de paro juvenil y unas cifras de larga duración que asustan al más optimista. A la espera de la ansiada recuperación económica que tarda demasiado en llegar, el Principado de Asturias queda ubicado, laboralmente hablando, en el furgón de la cola de la Europa de los 28, duplicando con creces casi todos los promedios europeos. De las 272 regiones que conforman la Unión Europea, Asturias con un 24,1, por ciento de paro se encuentra entre las 20 con mayor tasa de paro, siendo solamente superada por ocho comunidades españolas, dos francesas y nueve griegas que ostentan el dudoso honor de superar el porcentaje del Principado. De hecho, cinco regiones españolas, con Andalucía a la cabeza, son las que encabezan el ranking europeo. Esa es la gestión de los mil días de gobierno asturiano presidido por JAVIER FERNÁNDEZ, que en estos momentos está presentando a muy pocos metros de aquí, al unísono con la alcaldesa de nuestro concejo, y arropados ambos por el secretario general del PSOE federal, Pedro Sánchez, aquel partido que protagonizó aquella brutal RECONVERSION INDUSTRIAL que, disfrazada bajo el pomposo nombre de MODERNIZACIÓN DEL APARATO INDUSTRIAL, supuso el cierre masivo de empresas industriales sin un desarrollo paralelo de nuevas industrias, en el que sectores enteros fueron desmantelados y miles de trabajadores pasaron a engrosar las cifras del paro, una operación que continúan ejecutando hasta el final sus socios del bipartidismo PPSOE.

Imagen representativa de lo que fueron regiones de la antigua industrialización del carbón y del acero en forma de museo. Eso es lo que dejó una empresa ue se llamó DURO – FELGUERA, después de 150 años de explotación de los recursos naturales, minerales y humanos
Sí, compañeras y compañeros, esa es la cruda realidad de nuestras industrias, y todo ello para dejarnos entrar en el elitista club de la Comunidad Económica Europea, donde nuestros futuros socios europeos exigían al gobierno felipista que iniciara un suicida desmantelamiento de sectores enteros de nuestra economía ya que, si no lo llevaban a cabo, jamás autorizarían el ingreso de España, entre otras cuestiones, porque los fundadores de Europa – como si nosotros viniéramos de otra galaxia – no querían ningún tipo de competencia para sus productos y no podían permitir la entrada de un país que figuraba entre las diez potencias industriales del mundo.
¡¡¡Que el 54,7 por ciento de nuestros jóvenes de menos de 25 años no tengan empleo debieran servir para encender todas las alarmas regionales!!!
Hay en la calle una percepción de que el modelo económico exitoso es el alemán, con tópicos como el de gente disciplinada, con buenos trabajadores, en oposición al modelo mediterráneo, de trabajadores vagos, ociosos y corruptos, que han de hacer una gran penitencia para volver a vivir bien, y esto, desde mi punto de vista, es una falacia, porque en la UE, ambos modelos son el mismo modelo, dos caras de una misma moneda, un modelo de crecimiento “simbiótico”, en la medida que el modelo alemán necesita el modelo español y viceversa, tal como lo expresaba un empresario alemán: “Nosotros vendemos coches a los españoles y les prestamos el dinero con el que comprarlos”.

MUYERES DEL CARBON en los cargaderos de carbón, trabayando por cuatro perres, para sacar su familia adelante, y llevar algo de comida a su maridos encarcelados por defender el gobierno legítimamente constituido de la II República española…
Alemania es una potencia exportadora. Los beneficios empresariales fueron a parar a los bancos alemanes y éstos prestaron a los bancos españoles. Estos prestaron a las empresas españolas rentables, que eran constructoras e inmobiliarias, que construían viviendas, y ello generaba empleo por lo que seguían construyendo más viviendas, pero este modelo económico era muy frágil, y cuando estalla la burbuja inmobiliaria, se fractura, pero el Estado hace “aguas” en relación con la quiebra de muchos bancos, reflotados con el dinero público, y se produce la “gran estafa” al pueblo. Los préstamos franceses y alemanes a la banca española suponían el 47 por ciento del total de los créditos, por eso se inventaron el término “rescate” para salvar la banca. Y por eso también, el “Memorándum” del ministro español DE GUINDOS con la troika no se debatió en el Congreso de los Diputados, sino en el Bundestag, pues el destino de esos fondos era para salvar a los bancos alemanes, como acreedores de los españoles, dejándonos para nosotros los recortes en Sanidad, Educación, Vivienda o las Prestaciones Sociales, entre otros “tijeretazos bipartidistas”…
En mi opinión, el origen de la fuerte disminución del empleo en los sectores industriales y, por tanto, en las regiones de la antigua industrialización donde su presencia tiene una mayor importancia, debe situarse, sobre todo, en un conjunto de factores relacionados con dos hechos fundamentales: el progreso tecnológico y la internacionalización- globalización-deslocalización del trabajo, hasta el extremo de que cada vez son más las personas que ven negado su derecho al trabajo, hasta convertir el paro en un problema estructural, debido al propio funcionamiento del capitalismo.

DURO-FELGUERA fue una de las empresas que durante la dictadura franquista uso mano de obra esclava en sus explotaciones mineras, con Departamentos Penales en los Pozos Fondón, San Mamés, Sotón y Mosquitera, como los luchadores republicanos que aparecen en esta foto del Campo de Concentración en el POZO SOTON…
Sin embargo, no se resolverá el paro dejando día a día que las cosas sigan su tendencia natural, cerrando los ojos o mirando para otro lado. No se conseguirá resolverlo si seguimos considerando el paro como un fenómeno cíclico cuya curva sube o baja en función de quien elabora y manipule las estadísticas. No se conseguirá utilizando tratamientos con dosis homeopáticas, porque no estamos ante un fenómeno coyuntural, pasajero, sino ante el signo aparente de una mutación de civilización que afecta de manera progresiva a todos los países industrializados, y después al resto…
No se conseguirá resolver el paro sin que en cada uno de nosotros se produzca una mutación cultural, es decir, una revolución en los espíritus, que no tendrá muertos ni heridos, sólo neuralgias por la quiebra de las costumbres. No se conseguirá sin una gran movilización colectiva que haga del objetivo suprimir el paro el gran proyecto de nuestro país.
La sociedad española está paralizada por el paro: está espantada y al mismo tiempo es incapaz de moverse. Inercia de los tecnócratas, que se niegan obstinadamente a poner en marcha sus modelos fuera de los caminos conocidos; inercia de los sindicatos, que tienen miedo de tener que revisar todos sus manuales; pasividad de los empresarios, que siguen gestionando el personal como si fuera un activo en un balance; pasividad de los asalariados, que en el trabajo lloriquean ante quien quiera oírlos, pero que se cuidan mucho de cuestionar sus monopolios, sus horas extras y sus derechos adquiridos; cobardía de los políticos que repiten incansablemente, sin creérselo, un estribillo conocido que nadie escucha ya.
Y ante este panorama, yo me pregunto, ¿Qué hacemos? ¿Mandamos un cheque a Cáritas o a la cocina económica mientras esperamos el culebrón de las cuatro de la tarde? ¿Seguimos dejando pasar los días o hacemos un esfuerzo POR EL CAMBIO? Todos estamos de acuerdo en afirmar que la situación es inaceptable moral, social, económica y políticamente; todo el mundo reconoce que la sociedad española está amenazada por este fenómeno, hasta llegar a un peligro de implosión, pero lo tabúes que rodean el tema del trabajo parecen tan poderosos como los dogmas religiosos; y la resistencia AL CAMBIO, tan fuerte como una vieja neurosis metida en el inconsciente desde hace muchos años.

TALLERES DE BARROS, las últimas instalaciones cerradas muy recientemente por una empresa que un día se llamó DURO-FELGUERA
Pues bien, ¡¡¡ decretemos la guerra en tiempos de paz, decretemos la guerra al paro, decretemos la movilización general de toda la nación contra el paro, pongamos una flor en el fusil y emprendamos la marcha!!!
Sin lugar a dudas, se dará un gran paso cuando el problema se plantee claramente: el pleno empleo ya no volverá, y aquí, ¡¡¡ o trabajamos todos o no trabaja ni Dios!!! Señalemos al enemigo: en primer lugar, el miedo y sus aliados objetivos que ya hemos mencionado, como el egoísmo y la inercia, y vayamos caminando hacia el objetivo de “TRABAJAR MENOS PARA TRABAJAR TODOS”:
- REDUCIENDO progresivamente la jornada laboral hasta alcanzar las 35 horas semanales en una primera “tacada”.
- REORDENANDO legalmente la jornada de trabajo, eliminando radicalmente la realización de horas extraordinarias.
- ELIMINACION del pluriempleo, cada persona un puesto de trabajo.
- EXCEDENCIAS PAGADAS para la formación y reciclaje…
Para finalizar mi breve exposición, me referiré a la reducción de la jornada, como algo imprescindible por diversos motivos, entre otros, el aumento de la tecnología, que hace que se produzca más con menos personas. Este fenómeno irá en aumento, según todos los estudios, lo que unido a los niveles de desempleo inasumibles, obligan necesariamente a repartir el trabajo. Pero cuando yo estoy hablando de la reducción de la jornada, sin que esta pueda ser proporcional a la reducción de los salarios, la estoy concibiendo como fórmula de repartir empleo, nunca como una medida dirigida exclusivamente a afrontar una respuesta temporal a un problema de coyuntura en ciertos sectores y empresas, sino como la respuesta adecuada a una nueva organización de las relaciones industriales, sin olvidar en ningún momento que ello va a originar muy serias resistencias por parte de los empresarios y de los gobiernos a la hora de su planteamiento.
La relación entre la reducción de la jornada de trabajo y la creación de empleo no es nueva, porque ya hace más de treinta y cinco años que los sindicatos alemanes enarbolaron la bandera de las treinta y cinco horas semanales y que la CES, en el Congreso de Munich de 1979, hizo suyo ese objetivo, pero, salvo la decidida batalla de los mineros españoles en 1984, y los metalúrgicos alemanes, sin que se hundieran las empresas, ni mucho menos, justo es reconocer que tal propuesta no ha traspasado el umbral de las declaraciones programáticas. Es decir que, mientras que la productividad se ha incrementado exponencialmente durante las últimas décadas, la jornada de trabajo real apenas sigue inalterada.

Imagen de lo que un día estudiábamos en los libros de segundo de bachillerato en la Academia Mercantil de La Felguera “El Frailin”, junto a otra del Pozo Fondón, para referirse a una de las bases económicas y fundamentales para el progreso de España…
Poniendo fin a mi exposición esquemática del problema, permitidme saludar a todos los organizadores de la II MARCHA DE LA DIGNIDAD, prevista para el próximo día 21 de marzo en Madrid, la cual tengo que valorar muy positivamente y que junto con las movilizaciones que habrá que ir subiendo de tono deben de prefigurar un futuro en el que la razón, la solidaridad, la justicia y la democracia predominarán y terminarán con el dogma, las crisis que ha causado, la injusticia y la manipulación que la aplicación del neoliberalismo nos ha conducido y nos ha llevado al lugar donde estamos y del que la mayoría de la población deseamos salir. ¿Podremos entre todos y todas? ¡¡¡Claro que podemos!!!
GRACIAS POR VUESTRA ATENCIÓN
