CASA DE LA CULTURA “PALACIO DE OMAÑA” EN CANGAS DEL NARCEA, EL 5 DE DICIEMBRE DE 2015.
Buenas tardes y muchas gracias por vuestra asistencia.
Antes de comenzar mi exposición quiero que mis primeras palabras sirvan para mostrar mi agradecimiento a la directiva de la ASOCIACIÓN SANTA BÁRBARA por invitarme a participar desde esta magnífica tribuna de la CASA DE LA CULTURA DEL PALACIO DE OMAÑA, así como a todos vosotros y vosotras por la paciencia que presumo tendréis conmigo, y muy especialmente a la editorial SANGAR por ofrecerme la posibilidad de publicar la obra que hoy presentamos.
Efectivamente, tal como se dice en la sipnosis del libro, nos encontramos ante la historia de una Mafia, la mafia del SOMA-UGT-PSOE y del carbón asturiano, donde solo se ha abandonado la bandera negra con la calavera por el estuche negro del ordenador; y la maleta con la ametralladora por el maletín del ejecutivo para diferenciarla de la mafia caponesca del Chicago de los años veinte o de las actuales mafias calabresa y siciliana. Aquí, en Asturias, la Mafia del SOMA-UGT-PSOE y del carbón asturiano ha pasado a conocerse por el VILLAMOCHO que estamos presentando.
Hoy día, el tema de la corrupción, especialmente en nuestro país, está sometido a debate. Los casos del Rato, Bankia, Gürtel, ERES fraudulentos de Andalucía, Cursos de Formación, Púnica, el Noos de la Infanta Cristina de Borbón y el Urdanga, los Pujoles y los Ferrusola, la Trama Carbonera de La Camocha, la Marea Riopodrense, el Muselón, Cajastur, Villa Magdalena, Niemeyer, el Putiferio pepero de los Caunedo, los Aréstegui, los Pecharromán y otros en las turbias aguas de AQUAQUEST, y Más y Más catalanes, son un claro ejemplo de ello.
En el caso que nos ocupa del VILLAMOCHO, sería el mismísimo presidente del gobierno autónomo asturiano, Javier Fernández, quien afirmaría que el caso de VILLA era mucho más grave que el de los Pujol y el de las tarjetas de Bankia, para fulminarlo sin ni siquiera darle opción a que abriera la boca. Y recalco las afirmaciones literales del presidente asturiano, porque pienso que sus declaraciones encierran un conocimiento exhaustivo sobre la procedencia del dinero, por lo que tendría que ser un testigo de lujo ante los Tribunales de la Justicia, el día que VILLA sea juzgado públicamente.
Sin embargo, detrás de formulaciones de intransigencia frente a la corrupción, se vienen observando ciertas actitudes de comprensión, especialmente cuando se trata de asuntos de corrupción política. Casos en los que ciertos medios de información toman posiciones encubridoras y entorpecedoras de la acción de la justicia, así como las máquinas propagandísticas de los partidos, que tratan de anestesiar la memoria de los ciudadanos para conseguir el olvido o, al menos, la condescendencia ante la promesa de que determinados hechos no volverán a producirse y que la limpieza y pureza de la gestión será en el futuro la norma pero, pasado el tiempo, el escenario se repite, y algunos “tropiezos” se disculpan ante la perspectiva de una victoria electoral que garantice que las cosas serán diferentes.
Sin temor a equivocarme, podría afirmar que, en lo que llevamos del actual siglo, la corrupción se ha convertido en una especie de bacilo de la peste que viene de lejos y que conoce ahora, como cualquier sistema infeccioso, su eclosión purulenta, y publicar un libro sobre corrupción en estos momentos podría hasta tildarse de oportunista, pero yo pienso que se trata de un libro oportuno, entre otras cuestiones, porque la corrupción ha sido tan grande y grotesca que ha conseguido penetrar en la conciencia ciudadana, llenando las páginas de los periódicos, ocupar los espacios de radio y televisión, a la vez que inundando los escaparates de todas las librerías, hasta colocar la corrupción y el fraude en el segundo problema de la ciudadanía española, detrás del paro, según el más reciente barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS).
Sin embargo, lo más grave en el caso que nos ocupa, es que ha servido para llevar a una región próspera y rica como Asturias a la más de las paupérrimas miserias, hasta dejarla transformada en un auténtico paraje lunar, como consecuencia de haberse cargado el sector minero sin haber generado ningún tejido industrial alternativo, y ello a pesar de las cantidades multimillonarias de euros que se destinaron en concepto de Fondos Mineros, sobre todo en hormigón para hacer carreteras, de tal manera que ese sesenta por ciento de paro juvenil en nuestras comarcas mineras tenga más facilidad para largarse del pueblo que le vio nacer, por cierto, con muy escasa formación, porque las cantidades multimillonarias destinadas para su formación fueron destinadas en su mayoría a la financiación de las estructuras burocráticas de los partidos, empresas y sus correspondientes “élites del pandillerismo sindical”.
La cruda realidad queda plasmada en el último y muy reciente informe de EUROSTAT que resulta demoledor para nuestra región, con una imagen tenebrosa en la que ASTURIAS se sitúa entre las 20 regiones de Europa con mayor tasa de desempleo, con un nuevo y amargo récord de paro juvenil y unas cifras de larga duración que asustan al más optimista.
A la espera de la ansiada recuperación económica que tarda demasiado en llegar, el Principado de Asturias queda ubicado, laboralmente hablando, en el furgón de la cola de la Europa de los 28, duplicando con creces casi todos los promedios europeos. De las 272 regiones que conforman la Unión Europea, Asturias con un 24,1, por ciento de paro se encuentra entre las 20 con mayor tasa de paro, siendo solamente superada por ocho comunidades españolas, dos francesas y nueve griegas que ostentan el dudoso honor de superar el porcentaje del Principado.
De hecho, cinco regiones españolas, con Andalucía a la cabeza, son las que encabezan el ranking europeo. Esa es la gestión del gobierno asturiano presidido por JAVIER FERNÁNDEZ, en nombre del PSOE, aquel partido que protagonizó aquella brutal RECONVERSION INDUSTRIAL que, disfrazada bajo el pomposo nombre de MODERNIZACIÓN DEL APARATO INDUSTRIAL, supuso el cierre masivo de nuestra minería, de nuestras industrias, sin un desarrollo paralelo de un nuevo tejido industrial, en el que sectores enteros fueron desmantelados y miles de trabajadores pasaron a engrosar las cifras del paro, una operación que continúan ejecutando hasta el final sus socios del bipartidismo PPSOE.
Sí, amigas y amigos, esa es la cruda realidad de nuestra minería, de nuestra industria, y todo ello para dejarnos entrar en el elitista club de la Comunidad Económica Europea, donde nuestros futuros socios europeos exigían al gobierno felipista que iniciara un suicida desmantelamiento de sectores enteros de nuestra economía ya que, si no lo llevaban a cabo, jamás autorizarían el ingreso de España, entre otras cuestiones, porque los fundadores de Europa – como si nosotros viniéramos de otra galaxia – no querían ningún tipo de competencia para sus productos y no podían permitir la entrada de un país que figuraba entre las diez potencias industriales del mundo.
Y la comarca minera canguesa, donde nos encontramos, es uno de los más claros ejemplos de lo que estamos afirmando, entre otras cuestiones porque el desarrollo del concejo de Cangas del Narcea en estas últimas décadas, desde los años sesenta del siglo XX en adelante, ha estado unido directamente con la explotación minera del carbón, cuyo acceso a unos ingresos importantes por parte de la población local permitió aquella época de esplendor económico en la zona, muy difícil de sustituir en la actualidad, por no decir imposible, siempre cuando que no seamos capaces de defender con “uñas y dientes” lo que queda de nuestra minería, que no es poco.
Por supuesto, me estoy refiriendo a la época de esplendor de la cuenca minera de Cangas del Narcea, cuando empresas como Antracitas de Gillón llegó a tener 1.150 mineros. Los sueldos se incrementan, el paro en la comarca no existía, se alquilaban los pisos, locales e incluso se restauraban cuadras antiguas en los pueblos para acoger a los mineros que venían a trabajar a la zona; cuando los ganaderos vendían con facilidad sus terneros, matanzas, leche, patatas; los bares y el ambiente nocturno funcionan todos los días de la semana; las tiendas de ropa y otros servicios movían tanto género como cualquier local en el centro de Oviedo; la construcción resurgía con fuerza, los pisos se vendían sobre plano, ya financiados antes de ser construidos; en coches se compraban los últimos modelos y con la máxima potencia. Eran los tiempos cuando desde la capital asturiana se referían a Cangas del Narcea como la “comarca del oro negro”…
Pero aquello ya se terminó, aunque las rentas se sigan manteniendo en gran medida debido a lo que queda de nuestra minería, a los prejubilados, jubilados y algún que otra pequeña y mediana empresa.
En el caso concreto de la zona Cangas – Tineo -Degaña, donde nos encontramos, estamos en condiciones de afirmar, según solventes estudios muy recientes realizados al efecto, que existen reservas de carbón para un tiempo muy superior a los cincuenta años.
Además, cuando nos estamos refiriendo a la explotación de nuestros carbones en CARBONAR, PILOTUERTO o ZARREU, nadie debe de olvidar que estamos hablando de unas explotaciones entre las mejores y más modernas del mundo. A la vista de esta realidad, ¿ cómo se puede permitir que el grado de autoabastecimiento de energía primaria en España – la decimotercera economía del mundo – sea sólo del 20 por ciento, lo que supone que el 80 por ciento de la energía primaria consumida se importe del exterior – por un 58 por ciento para la Unión Europea -, dependiendo casi al 100 por ciento de las importaciones de petróleo, gas y uranio, y del orden del 80 por ciento de las importaciones de carbón, con un coste de la factura energética del orden de los 40.000 millones de euros anuales?
Es verdad que la crisis se ha llevado por delante una gran parte de nuestra riqueza material, pero no es menos verdad que nuestra riqueza material ni estuvo ni está siendo defendida y gestionada por personas decentes, sino por auténticos “sicarios” al servicio de la burguesía española, perfectamente representada por el bipartidismo PPSOE, surgido de la segunda restauración borbónica de 1978, de tal manera que la falsa bonanza económica que precedió a la crisis se había llevado una buena parte de nuestros valores, y sólo desde un pensamiento sincero, crítico, limpio, claro, generoso y humilde podemos regenerar nuestra conciencia para que el futuro se asiente sobre unas bases sólidas.
Quizá sea demasiado tarde para hacer algo por un mundo demasiado viejo, y demasiado pronto para saber algo de un mundo demasiado nuevo. A veces, amigas y amigos, es necesario estar al borde del precipicio para comenzar a caminar en otra dirección. Puede que ahora estemos en una encrucijada, pero estar en la encrucijada es justamente lo contrario de encontrarse en un callejón sin salida. Todo es dar con el camino, y “se hace camino al andar”. Y para andar ese camino tenemos que reflexionar antes de vociferar, tenemos que unir antes que disgregar, porque esa es una tarea de nadie en particular y de todos en general que requiere sumar y no dividir voluntades y esfuerzos, estimular iniciativas, sembrar solidaridades, y remontar adversidades como siempre supo hacer la gente de la comarca minera canguesa, que tiene en su tradición, en su gerencia, en su atractivo y en sus gentes, sobre todo en sus gentes, los mejores instrumentos para superarse.
¡¡¡ Hemos tenido un arranque de caballo y una parada de burro !!!, me decía hace poco un amigo mío. Y no le faltaba razón. Pero, ¿para qué corríamos tanto y de forma tan alocada? Yo sí lo sé, como lo sabéis muchos de vosotros y vosotras: nos pusieron delante una zanahoria de pulpa irresistible, de oro líquido, de becerro cebón, de pasta gansa, de dinero fácil, de fresa lujuriosa y prometedores almíbares… Es decir, de un empalagoso zumo de felicidad. Y ya veis, todo era un vulgar castillo de arena, de esos que levantábamos de guajes en la playa, y luego venía la marea y nos lo derrumbaba.
Vivimos, amigas y amigos, una crisis tan dramática que a muchos ciudadanos les ha llevado a la desesperación y a la ruina, y en nada nos debe consolar el saber que el mundo ha sobrevivido a otras crisis aún mayores, algunas de las cuales terminaron en un colapso económico y cambiaron el curso de la historia. Lo que sí conviene saber es que para salir de este pozo del presente tenemos más recursos que nunca: más ciencia, más tecnología, más infraestructuras, mucho carbón, mucha agua, mucha masa forestal, y sobre todo mucha tradición industrial… Solo necesitamos recuperar la educación y los valores. Y, por supuesto, la voluntad de asentar sobre ellos una justicia insobornable, sólida y humana. Y no demos vueltas a la pirindola para llegar al mismo sitio de partida, porque mientras la justicia no sea justicia, nunca habrá justicia.
Creíamos que el bienestar era poco menos que eterno. Pero el virus de la codicia se ha llevado por delante las certezas y ha teñido de oscuridad los horizontes. Allí donde había luz hay sombra, allí donde había calma hay desasosiego, allí donde había seguridad hay incertidumbre y angustia. Y lo que es peor aún: allí donde había despilfarro comienza a aparecer el hambre.
La situación de un parado temporal puede ser más o menos incómoda. La situación de un parado sin prestaciones es angustiosa y deprimente. La situación de un parado sin esperanza es sencillamente destructiva, y solo una sociedad enferma puede permanecer impasible ante la aniquilación humillante de algunos de sus miembros. Es algo radicalmente inhumano. Por ello tenemos que hablar con suma claridad. Es muy difícil, casi imposible, que la nueva política pueda brotar de las madrigueras en las que siguen atrincheradas las comadrejas de la vieja política. El milagro del arrepentimiento y la redención por las buenas obras siempre es posible. Pero será eso: un milagro, una excepción. La nueva política precisa de nuevos políticos y si fuera necesario de nuevos partidos.
En todo caso éste es el rasero por el que debemos medir a quienes concurran a las elecciones el próximo 20 de diciembre: el que esté dispuesto a cambiar la ley electoral, a imponer la democracia interna en los partidos, a devolver la independencia al poder judicial, a renunciar a aforamientos y demás privilegios, a predicar con el ejemplo dando un paso atrás ante la menor sospecha de connivencia con la corrupción, a incluir mecanismos de participación ciudadana en el proceso legislativo, ése representará a la nueva política. Lo demás será, lisa y llanamente, más de lo mismo: Paro y Corrupción y más corrupción y paro, y lo más grave para una sociedad; que los votantes que sigan votando a los corruptos, sabiéndolo como lo saben, serán, por lo menos, sus cómplices, así de claro.
Pero, volviendo al tema concreto del VILLAMOCHO, el libro que estamos presentamos hace un repaso a los casi cuarenta años de dominio somático en Asturias, de sus tramas de corrupción, de su control de la Caja de Ahorros, de los ayuntamientos mineros y del propio Principado de Asturias, del Montepío de la Minería Asturiana y como no, de los mitos montados en torno al SOMA y a la figura de Manuel Llaneza.
Cuarenta años bajo las órdenes de Villa que acaban cuando el “capofamiglia” minero abandona la secretaría general del sindicato entre lágrimas, poco tiempo antes de que se hiciese público que había regularizado la “calderilla” de 1,4 millones de euros en la amnistía fiscal del Gobierno del PP. Para entonces Villa ya estaba solo y muchos se apuntaban al carro de unas denuncias que yo mismo venía gritando contra viento y marea desde los años 80.
Si alguien hay que para nada se ha sorprendido, uno de ellos soy yo, entre otras cuestiones, porque durante todos esos años, desde 1976, vengo denunciando todo tipo de corrupciones de este “capofamiglia” y su banda de “consiglieris”, recaudadores, pandilleros y demás gente del hampa, en la Confederación de UGT, en los medios de comunicación, en el Parlamento, en los tribunales y, como no, en la mismísima cara a cara en los comités federales de la Federación Estatal de Mineros de UGT, donde me cabe el honor de haber sido su secretario general durante diez años.
Sin embargo, durante todo este tiempo siempre se ha venido vendiendo a través de los voceros somáticos en los distintos medios de comunicación un inexistente enfrentamiento personal entre Saavedra–Villa o Villa-Saavedra, con el fin de ocultar el verdadero problema que subyacía en el fondo: prestarse al juego de la burguesía española de acabar con la minería del carbón, a través de sus títeres del bipartidismo PPSOE, primero con el gobierno de Felipe González y después con el gobierno de PP, o seguir defendiendo hasta las últimas consecuencias el sector carbonero y sus comarcas mineras. Esa era la cuestión y no otra, para lo cual habíamos elaborado, desde la Federación Estatal de Mineros de UGT, todo un exhaustivo y detallado programa para la definición de una POLITICA MINERA AL SERVICIO DE ESPAÑA, DESDE LA INVESTIGACION DE NUESTROS RECURSOS HASTA LA TRANSFORMACION DE LOS MISMOS EN ENERGIA, PASANDO POR UNA EXPLOTACION RACIONAL Y HUMANA DE LOS MISMOS…
Efectivamente, con la entrada del PSOE en el gobierno de España en 1982, se iniciaron en el Palacio de La Moncloa, las primeras conversaciones con Felipe González y su Ministro de Industria Carlos Solchaga sobre el tema, que se continuaron realizando en el propio ministerio todos los viernes finales de cada mes. Ya en agosto de 1984, el Ministro Solchaga nos puso encima de la mesa la cantidad de 600.000 millones de pesetas para dos Zonas de Urgente Reindustrialización, la mitad del dinero para la Z.U.R. del Nalón y la otra mitad para la Z.U.R. del Caudal, siempre y cuando aceptásemos una plantilla de 14.500 trabajadores en HUNOSA, y nuestra respuesta no fue otra que aceptar aquello como una muy buena base de negociación, sin olvidar en ningún momento de que nosotros siempre estábamos hablando de la definición de una política minera que abarcaba al conjunto de los mineros españoles.
Las reuniones se venían celebrando con bastante normalidad , sin la participación directa del SOMA en la mesa ministerial cuando, de repente, en un mitin del PSOE, del que Villa era miembro de su ejecutiva federal, lanzó la tristemente famosa frase: “antes de cerrar un solo pozo de Hunosa había que pasar por encima de su cadáver” y, ¿sabéis cuál fue la contestación literal del Ministro Solchaga en la siguiente reunión?: “No me toques los cojones, Antón, la mejor mina es la que está cerrada”. Ahí se perdió una oportunidad, y ahí comenzó la debacle de nuestro sector, de nuestras comarcas mineras, de nuestra región asturiana.
Es a partir de ahí cuando se dota a Villa de toda una engrasada infraestructura, cuyo núcleo central de operaciones sería la propia empresa pública de HUNOSA, donde la chequera de horas sindicales le permitía contar con un ejército de fieles y sumisos lacayos, cuya misión, entre otras labores, fue hacerse con el control en la mayoría de las agrupaciones del PSOE en las comarcas mineras, hasta alcanzar el poder absoluto en la FSA-PSOE, lo que significaba poner y quitar presidentes autonómicos, alcaldes, concejales, diputados autonómicos, nacionales, senadores y europarlamentarios, así como el control de un organismo, fundamental para el engrase de la maquinaria, como la Caja de Ahorros, al margen, claro está, como la de afiliar a los trabajadores en el empresa, donde no existe una categoría de vigilante, artillero, incluso ingenieros, capataces o administrativos que no haya pasado por el despacho somático de la Plaza de la Salve.
Pero tampoco se trata de hacer leña del árbol caído, entre otras cuestiones, porque yo me he enfrentado pública y personalmente cuando era un árbol fuerte y robusto. Además, no es recomendable para nadie bailar encima de un árbol podrido, por razones obvias, como tratan de justificar ciertos voceros del villismo que todo se lo deben en su carrera “profesional” y política.
Por supuesto, me estoy refiriendo a los reportajes que vienen apareciendo estos días en cierto medio de comunicación, cuando ciertos sujetos que estuvieron durante décadas sentados a la diestra y siniestra del todopoderoso VILLA, aupados desde la nada por el “jefe” hasta los altísimos puestos y las fortunas consiguientes que ahí se forjan, aparecen rasgándose las vestiduras porque VILLA cargó, en cinco años, casi 400.000 euros de gastos personales que incluían carburante, los puros habanos, ropa de boutique, comidas, las flores, los perfumes y su Mitsubishi Montero. Ni idea tenían los beneficiarios que habían crecido a las faldas del villismo. Ni idea tenían sus tesoreros y “consiglieris” somáticos, algunos de ellos eternizados en el cargo, caso concreto del Pedro Castillejo que sale hoy disculpándose en los medios de comunicación por sus “actuaciones ejemplares” de las que tendrá que dar cuenta ante los tribunales penales, junto con su “capofamiglia” VILLA, el próximo 11 de enero.
Por eso, y por otras más cuestiones, nada mejor que leer el libro que tenéis a vuestra disposición, en la seguridad de que nadie se va a sentir defraudado, si de verdad se quiere saber una parte muy importante de lo ocurrido en nuestra región y quienes han sido los responsables de este múltiple latrocinio. La otra parte saldrá a la luz cuando la Fiscalía Especial contra la Corrupción y el Crimen organizado haya concluido sus investigaciones y el VILLAMOCHO sea juzgado en los Tribunales de Justicia. De momento, nos tendremos que conformar con la querella criminal presentada por el mismísimo SOMAFITAGUGT contra dos de sus máximos dirigentes, VILLA y CASTILLEJO, que tendrán que comparecer ante los tribunales panales el próximo 11 de enero.
Muchas gracias.
