” Lucharé hasta que todo el mundo pueda tener un platu de cocido para comer todos los días.”
Manuel Alonso González “MANOLIN EL DE LORIO” (1.918-2011)
Se cumplen treinta y cinco años desde que la democracia española se cimentara en aquello que llamamos la modélica transición, llevada a cabo con una mezcla de buena voluntad, chapuza y, sobre todo, con el deseo de pasar página. Sin embargo, vista en la actualidad desde la perspectiva del tiempo, la misma ofrece, desde mi parecer, muchos claroscuros, pues al lado de las saludables libertades que hoy disfrutamos la inmensa mayoría de la ciudadanía existen aspectos muy negativos de muy difícil arreglo, como es la evaporación, el secuestro del pasado como referencia, hasta el extremo de que tal pareciera que los avances arrancados para bienestar de la sociedad haya relajado las costumbres y diluido el concepto de la grandeza humana. Para ello nada peor que echar un vistazo a nuestros actuales triunfadores del entertainment político mediático - la mayoría de ellos imputados judicialmente por estafadores y narcotraficantes -, que en sus distintas acepciones no son más que sujetos de pacotilla, artificialmente inflados por los medios, o bien asomarse a cualquiera de las basuras que diariamente nos ofrece la teletonta, donde se ensalza lo más zafio y vomitivo de la fauna ibérica, con un gran respeto para la fauna auténtica, hasta el punto de que tal parece nos encontrasemos en aquellos tiempos de la faralea de la Lola Flores, el puro de don Santiago, el piano de Jimmy “el Fabiolu”, los pechos de la Nadiuska o el mito de la Sarita Montiel.
En fin, qué le vamos a hacer, yo siempre me incliné hacia el otro lado opuesto, donde siempre me encontré con los “perdedores”, entre otras cuestiones porque sigo pensando que es en ellos donde, por expresarlo de alguna manera, está la sal de la tierra. Es decir, que a la absoluta mentecatez de buena parte de estos personajes y politicastros actuales le opongo la serena dignidad y grandeza de estos viejos derrotados que, como mi amigo “MANOLIN EL DE LORIO”, al que tuve el gran honor de conocerle y tratarle desde el año 1.977, nunca se pusieron de rodillas en esa vida de dureza y llena de tragedia familiar que le tocó vivir.
Nacido el 25 de abril de 1.918 en SOTO DE LORIO, un pequeño pueblo del municipio de LAVIANA, con apenas seis años de edad quedaba a cargo de su abuelo y tía maternos, Manuel y María Alonso, cuando su madre soltera, Dominica Alonso González, decidió emigrar a la ARGENTINA, dejando a aquel guajin frente a una situación más dura que la del resto de los guajes de su época, ya que a las dificilísimas condiciones sociales en que le tocaba crecer había que añadir la de la falta del calor de unos padres, y muy especialmente de una madre. En aquella ESPAÑA de grandísimas desigualdades sociales, con una clase trabajadora agobiada por los miserables salarios que percibían después de inhumanas y agotadoras jornadas de trabajo, el paro generalizado, la escasez de todo tipo de productos y el hambre, sobretodo el hambre, las cuatro cabras del güelu de “Manolín el de Lorío”, que el mismo pastoreaba a diario, un poco de tierra cultivada de maiz, patatas y algún que otro producto del campo, más algunas pesetas que sacaba el güelu de la venta de sus trabajos artesanos, principalmente mangos para herramientas y cestos, era todo el soporte económico en la casa de “Manolín el de Lorio”. Afiliado a las Juventudes Socialistas Unificadas a la edad de los catorce años, de repente, un día, “cuando taba pescando truches a mano nel ríu, un vecín acercóseme p’avisame de que había estallao la guerra en España, y, sin pensalo dos veces, marchamos xuntos hasta’l local del Partiu Comunista n’ el Condau a esperar instrucciones”, siendo uno de los primeros voluntarios del concejo en tomar las armas para la defensa del puerto de Tarna, hasta ser destinado a la primera línea de fuego en el puerto de LA ESPINA en TINEO , donde los fascistas, llegados desde GALICIA, golpeaban con más fuerza para alcanzar OVIEDO, cuanto antes.
Recuerda “Manolín el de Lorío” su participación vivida en el cerco de OVIEDO con un grupo de camaradas en el Batallón 223: “el mandu republicanu quería tomar Oviedo con 7.000 milicianos que yeramos en octubre de 1.936, pero nun pudo ser y cuando les columnes gallegues rompieron el cercu, l’ autoridá republicana dio por perdida la ciudá”. Y de ahí, junto con otros muchos asturianos, al frente vasco, donde BILBAO cambiaba de manos cada día, hasta que cayó derrotado el PAIS VASCO: “llamábame l’atención cómo dalguna xente creía que Dios podía tar en tolos sitios al tiempu: colos fascistes y nes trincheres republicanes, nos altares improvisaos de los gudaris…” , hasta que “Manolin el de Lorio” sería destinado nuevamente en ASTURIAS, al batallón del comandante FLOREZ, para la defensa de las últimas ciudades del Frente Norte que aún no habían sucumbido al avance fascista, como yeren Gijón y Avilés: “Perdimos la guerra porque apenes teníamos armamento y munición con la que disparar, que si las llegamos a tener, todavía taben corriendo, a pesar de que contaben con el apoyu del fascismo italianu y alemán.”
Tras la derrota del ejército republicano a manos del fascismo internacional – los alemanes de Hitler, los italianos de Mussolini, los moros del Mojamé, y los vaticanistas de PIO XII - financiado por los poderes económicos y bendecidos por la iglesia católica, apostólica y romana, la desorganización de la retirada propició que muchos de los soldados republicanos no pudieran zarpar en los barcos preparados al efecto para abandonar ASTURIAS, aunque otros, como“MANOLIN EL DE LORIO”, no quisieron marcharse de lo que era su tierra natal, optando por continuar la lucha contra el fascismo desde los montes de ASTURIAS, actuando en uno de los grupos más destacados del “MAQUIS”, como era el de
“LOS CAXIGALES”, convirtiéndose en un experto en toda clase de estrategias de supervivencia de la guerrilla, a la vez que aguantando todos los sinsabores de su condición hasta caer detenido junto a varios compañeros a causa de un chivatazo: ” yera el 15 de enero de 1.945, un día de invierno cerrau con más de mediu metro de nieve en suelu y tábamos escondios en una cuadra nel monte La Corcia, en Llaviana. Conmigo taben dos compañeros, el mi primu Joaquin “el mancu”, que no aguantó la presión y prefirió pegase un tiru antes de caer en manos de los fascistas, y Bautista, al que garraron a la puerta de la cuadra, siendo asesinau a les poques selmanes. Depués d’una persecución pel monte con un tiroteu intensu, caí al suelu, na nieve, con un disparu peles espaldes que me atravesó y mancaures nuna pierna provocaes pola explosión de una bomba. Yá nel suelu, el sarxentu de la guardia civil abriome la cabeza de un peñazu.”
Y de la cuadra de La Corcia a la cuadra de la cárcel de Laviana, donde pasó unos meses hasta la celebración del CONSEJO DE GUERRA en el Juzgado nº 2 de Oviedo, cuyo juez sería el capitán del ejército, un tal RAMOS, el defensor otro militar, el tal teniente ESTRADA, y los cargos, los habituales de aquellos tiempos: BANDOLERISMO, REBELION MILITAR Y ATRACO A MANO ARMADA, de tal manera que “cuando caía dalgún de los del monte pagaba pelos supuestos delitos cometidos por otros, colo que la sentencia foi también l’habitual: PENA DE MUERTE”. ”Manolin el de Lorío” levantaría la voz en la sala para decir en voz alta que “esti xuicio ye una farsa. Nun tuvimos derechu de defensa…, ¿ Cómo se nos pue condenar a muerte, ensin tener delitos de sangre…?”
Pero, no se sabe por qué ni por quien, aquella PENA DE MUERTE fue conmutada por CADENA PERPETUA con una larga, larguísima estancia en el terrorífico PENAL DEL DUESO, en la ciudad cántabra de SANTOÑA, después de haber permanecido dicienueve meses alojado y torturado en la cárcel de OVIEDO. Pero, pese a las durísimas condiciones de vida en aquel infierno del DUESO, con aislamientos constantes, malísima o nula alimentación, falta total de higiene y hacinamiento, “Manolín el de Lorío” siempre recordaba en sus conversaciones la parte positiva, esto es el grado de solidaridad alcanzado entre los presos comunistas, organizados en comunas de apoyo mutuo, recayendo en él, desde un principio, el cargo de “madre de comuna”, cuya función era organizar el reparto de la comida que enviaban los familiares de los presos con aquellos otros presos que no tenían a nadie fuera que los apoyara, y donde tampoco se acobardó en ningún momento a la hora de participar en motines contra los funcionarios que no cesaban de torturales, un día sí, y otro también:
- “Manolín el de Lorio”: Cualquier cosa que faigamos, por pequeña que seya va ser meyor que tar paraos, dexando que faigan con nosotros lo que quieran…
- “Preso uno”: Tenemos que hablar con los socialistas…
-”Preso dos”: ¿ Con los socialistas ? Estás loco, ellos están con los funcionarios
- “Manolín el de Lorío”: Sí, aunque nun siempre tán a l’altura y hai munchu elementu ente ellos, nun nos queda otro qu’entendemos con ellos … Amás, ya sabéis cuála ye la orde de la dirección del Partíu.
- “Preso uno”: La dirección del Partido no está aquí dentro, no conoz la actitud de la mayoría de los socialistas en su colaboración con los funcionarios…
- “Manolín el de Lorío”: Lo único importante agora ye organizanos, tar sollertes y nun permitir nenguna agresión más ensin respuesta hacia estos funcionarios, la mayoría d’ellos militantes falanxistes…
Y así, hasta que llegó el año 1.964, cuando “Manolín el de Lorío” regresaba libre a su pueblo de LORIO, en Laviana, después de haber quemado ¡¡¡ VEINTE AÑOS !!! de su vida entre los barrotes de las cárceles españolas de Oviedo, Santoña, Yeserías, Gijón y Burgos, por el único delito de haber defendido al gobierno legítimamente constituido de la II REPUBLICA contra el fascismo internacional, la oligarquía financiera y la Iglesia católica, apostólica y romana, no sin antes haber recibido las estremecedoras noticias sobre la represión llevada a cabo por los fascistas contra su familia – no se había repuesto de la muerte de su tía María, una madre para él, cuando su güelu también fallecía como consecuencia de las palizas diarias que recibía de la guardia civil y de los falangistas, a las cuales siguieron los asesinatos y fusilamientos de cinco de sus primos -, pero ni así doblegaron aquella voluntad de acero en la grandeza de una persona como “Manolin el de Lorío”, siempre fiel a los principios que lo llevaron a garrar el fusil, aquel día de 1.936, cuando “taba pescando truches nel ríu“, para defender la libertad y la democracia: “Nun podemos cambiar el pasáu, eso ye evidente, pero la nuestra obligación ye, y siempre foi, construir el futuru. ¿ Qué futuru queremos? Ún que medre dende les simientes del odiu, o ún que s’apoye nes llibertaes democrátiques del pueblu como camín de construcción d’una sociedá más xusta… Toos tendremos que facer un exámen de conciencia de lo que ficimos nel pasau y sobre esa reflexión colectiva y pública tendrá que construise’l futuru del pais…
Aunque teóricamente “Manolín el de Lorio” era un hombre libre, sin embargo fue condenado a seguir viviendo míseramente, desempeñando trabajos precarios como la venta ambulante de relojes, cobrador de seguros, pero sin olvidarse en ningún momento de su militancia comunista, vendiendo MUNDO OBRERO, papeletas para la fiesta del partido por los pueblos, llegando incluso a ser presentado como cabeza de lista en la candidatura presentada por el Partido Comunista en las primeras elecciones municipales de 1.979, logrando cinco concejales que abrieron las puertas de la democracia en el Ayuntamiento de Laviana. Por no tener no tenía a su salida de la cárcel ni perspectivas de obtener a la vejez una pobre pensión. Nunca había trabajado como asalariado y no fue posible, a su edad, encontrar un trabajo que cotizara por él a la seguridad social – ni siquiera de ordenanza en alguna de las sedes del partido al que entregó su vida - , como ocurrió en la cruda realidad. Así moría “MANOLIN EL DE LORIO” un dieciseis de setiembre de 2.011, en el Establecimiento de la Residencia de Ancianos de Pola de Laviana. Su muerte nos priva definitivamente de poder gozar de sus conversaciones, pero esperamos que al menos algo nos haya quedado de su ejemplo de hombre GRANDE.
En absoluto creo equivocarme, si afirmo – una vez más – que sigue habiendo dos Españas, porque continúan existiendo dos clase de víctimas; porque se utilizan dos baremos diferentes para condenar el terrorismo; porque se palpan dos formas de entender la democracia, pero sólo una es verdadera: la que señala que en el bando perdedor, centenares de miles de represaliados después del triunfo de la rebelión fascista, entregaron su vida ¡¡¡ POR LA LIBERTAD Y LA DEMOCRACIA !!!
ANTON SAAVEDRA