” Sólo habrán muerto si nosotros nos olvidamos de ellos…”
( ANTON SAAVEDRA, el 5 de enero de 2.013 )
Con esta frase no pretendo sino recoger el sentir de aquellos soldados republicanos, muy conscientes de que la historia siempre la escriben los vencedores a la vez que presagiaban el estado amnésico y pusilánime de las futuras generaciones: NOSOTROS. Efectivamente, los vencedores escribieron la historia a su antojo, exentos de cualquier rigor y honestidad, dejando un legado de mentiras y atropellos lo suficientemente maduro como para permitir la profanación de los vencidos, no sólo por parte de los vencedores, sino también por parte de los que no vencieron pero tampoco fueron vencidos: aquellos que con el paso del tiempo se fueron arrimando al poder que ayer ostentaban los vencedores y hoy ostentan los hijos de aquellos.
Dicen que la historia siempre se repite, primero como tragedia y luego como comedia, aunque la historia que relato sobre los soldados republicanos que defendieron aquel gobierno legítimamente constituido en ESPAÑA tenga mucho de trágica y muy poco – nada – de cómica: primero el aparato franquista los redujo a bandoleros de la peor calaña y los fue eliminando dejándolos en las cunetas, luego los padres de la Constitución los ignoraron olímpicamente, dejándolos en las cunetas, para que más tarde los demócratas y progresistas, después de ¡¡¡ VEINTIDOS AÑOS !!! de gobiernos del PSOE con mayorías escandalosamente de mayorías absolutas – en algunas ocasiones con la muleta de Izquierda Unida -, los volvieron a ignorar y a dejar tirados en las mismas cunetas…
Sólo gracias al apoyo de unas pocas organizaciones independientes y cientos de personas de una manera tan altruista como generosa, se vienen produciendo importantes, aunque escasos logros, pero siempre que se ha intentado profundizar se ha vuelto a repetir la historia: los hijos de los vencedores, muchos de ellos en el PSOE procedentes de F.E.T. y J.O.N.S. – Felipe GONZALEZ, Alfonso GUERRA, Alfredo Pérez RUBALCABA, Manuel CHAVES, Luis MARTINEZ NOVAL, José BONO, José María BARREDA, Manuel MARIN, Javier SOLANA, Jose Antonio GRIÑAN, María Teresa FERNANDEZ DE LA VEGA, José Enrique SERRANO, Mariano Fernández BERMEJO, Cándido CONDE-PUMPIDO, Cristina ALMEIDA, Guillermo FERNANDEZ VARA, Vicente Alvarez ARECES, Leopoldo TORRES BOURSALET, Maruja MENENDEZ, José BARRIONUEVO, Rafael VERA, por citar alguno, entre los altos jerifaltes de aquel partido socialista secuestrado en Suresnes, los han vuelto a reducir a simples escombros, ésta vez bajo la cómplice y conniviente mirada de los demócratas y progresistas, para dejarlos en las cunetas.
Sin lugar a ninguna duda, los hermanos “CAXIGALES”, Manolo y Aurelio – apodados así por ser naturales de “EL CAXIGAL”, una quintana de casa, hórreu y cuadra en un monte aledaño al pueblo de EL CONDADO, en Laviana -, representan una de las caras más dramáticamente sangrientas, sino la que más, de aquella represión llevada a cabo por la brigadilla de la guardia civil, junto con falangistas y somatenes, en el Valle del Nalón. Comprometidos desde muy jóvenes con las ideas comunistas, y contagiados por el ambiente de lucha que se vivía en su entorno social, propiciado desde las minas que poblaban el valle del Nalón en LAVIANA, Manolo y Aurelio entrarían a trabajar de mineros con edades de 14 y 15 años respectivamente hasta que, enterados del golpe de estado – origen de aquella guerra incivil que se prolongó desde aquel maldito 18 de julio de 1.936 hasta el 1 de abril de 1.939 -, acudieron al Ayuntamiento de Laviana para alistarse como voluntarios en la defensa de la II REPUBLICA, quedando encuadrados en el batallón 223 de Laviana, para luchar contra aquellos sublevados fascistas que aducían que la República era “un régimen sin legitimidad política y totalmente contrario a la esencia católica de España”.
Con la caída del frente Norte a manos de los sublevados llamados naZionales o facciosos, cientos de soldados republicanos optaron por seguir la lucha en los montes de Asturias, primero como método de supervivencia y, tras la derrota de HITLER, prolongando su actividad armada en busca de una intervención de los países aliados para derrocar a Franco, que nunca se produjo – el propio Pepe MATA alguna vez me había comentado el número de mil hombres, aunque el historiador Píñeiro, precisando mucho más el término “guerrilleros”, fije en unos cuatrocientos efectivos el contingente de alzados en armas en las montañas de Asturias -, entre los que destacaron, desde un principio, los dos hermanos “CAXIGALES”, quienes no tardarían en crear su primer grupo de acción, al que se unirían los hermanos Casimiro “CANIJO” y Bautista Alvarez, Manuel Alonso “Manolin el de Lorío” y Joaquin Alvarez “El Mancu”, actuando desde los montes de PEÑAMAYOR, una zona muy conocida por ellos, debido a la cercanía de sus pueblos natales.
Pero, apenas si les había dado tiempo a preparar l’abellugu – cueva o refugio – en el monte, cuando recibían la triste noticia del asesinato de su padre Eustaquio Díaz y su hermana Fidela a manos de los asesinos de la contrapartida, tal y como queda recogido en el libro de Gerardo Iglesias “POR QUÉ ESTORBA LA MEMORIA”, en boca de Eustaquio Concheso Díaz, nieto y sobrino de los asesinados: ” Después de que mis tíos Manolo y Aurelio marcharan al monte, la familia comenzó a ser acosada: registros, interrogatorios, llamadas al cuartel de Laviana, palizas…Ello les obligó a abandonar EL CAXIGAL, para refugiarse en casa de unos familiares de la localidad langreana de CIAÑO. Y allí fueron a buscar a mi abuelo y a mi tía el 1º DE MAYO DE 1.939, subiéndolos hasta EL CAXIGAL, con el propósito de que confesaran el lugar donde se escondían Manolo y Aurelio, pero al no conseguir lo que pretendían, los alejaron un kilómetro de la casa y, en el lugar conocido como LA ZUECA, después de torturarles durante varias horas, los asesinaron con sus armas de fuego, abandonando los cadáveres, siendo enterrados, allí mismo, donde todavía están sus restos, por tres vecinos de otras aldeas cercanas: Próspero, “de Muñera”; Quico, “el de Ramona”, y Antón, hermano de mi abuela Consuelo.”
Sin embargo, aquello sólo era un “aperitivo” de la tragedia familiar que se había cebado contra “LOS CAXIGALES”, porque la Brigadilla de la Guardia Civil y los falangistas sólo cesarían en sus acciones criminales cuando, por fín, pudieron ver y tocar los cadáveres de los dos hermanos , primero el de Aurelio, el 27 de enero de 1.948, y dos años más tarde Manolo, el 7 de febrero de 1.950, después de haber sido perseguidos y combatidos por el franquismo con todos los medios y con algunos de los policias más sagaces e implacables, como el zamorano Claudio RAMOS TEJEDOR, que sería nombrado Inspector Jefe de la Brigada Politico Social el año 1.958, después de su paso por la Brigadilla de la Guardia Civil, como principal instrumento, junto a los falangistas y somatenes, en la “caza de fugaus”, llegando a ofrecer hasta 60.000 pesetas de la época por la captura de los dos hermanos “CAXIGALES”, Manolo y Aurelio, responsables de la guerrilla comunista en el Valle del Nalón.
Volviendo a la vida en el monte, y cortada toda relación familiar a causa de la terrorífica represión que ejercía la contrapartida de una manera constante sobre la familia de “LOS CAXIGALES”, tal y como testimonia su sobrino Eustaquio Concheso: ” Mi tía Encarna sufrió tantas palizas como detenciones, que fueron muchas, y su marido Arsenio moriría en el Penal del Dueso a causa de las torturas recibidas (…) Mi madre, Carmen, sufrió lo indecible a base de palizas y detenciones continuadas, acabando con sus huesos en el Campo de Concentración de Figueras en Castropol (…) A Pacita le ocurriría más de los mismo que a sus hermanas, recibiendo paliza tras paliza, siendo llevada por la guardia civil y los falangistas al monte con ellos, como cebo o escudo, para intentar cazar a sus hermanos “LOS CAXIGALES” (…) José Caxigal, hermano de mi abuela Consuelo, sería salvajemente torturado hasta acabar en la cárcel , siendo condenado a muerte por un tribunal militar (…) A Antonio de la Ferrera, primo de mi madre, lo cogieron a la salida del cine en Laviana, desapareciendo para siempre, pudiendo ser uno de los que fue arrojado al interior del Pozu Funeres (…) Las hijas de José Caxigal – Pilar, Josefina e Isabel – también fueron víctimas de aquella feroz represión fascista contra la familia de “LOS CAXIGALES”, hasta que Pilar, no pudiendo soportar más palizas, pasaría la frontera francesa estando embarazada… “, pero en absoluto sirvió aquello para doblegar la moral de aquellos dos hombres valientes, ”hechos de un sólo metal”,
participando activamente en primera línea, en todas y cada una de las acciones del “MAQUIS”, destacando la campaña de sabotajes en el año 1.946, donde fueron cortadas las comunicaciones ferroviarias, volando con dinamita tramos de las vías; interrumpiendo las comunicaciones telefónicas; bloqueando el paso por carretera de las fuerzas naZionales; o repartiendo propaganda y colocando banderas republicanas por los pueblos del valle minero.
Así se llega al mes de setiembre de 1.946, cuando caía el comité regional del partido comunista, quedando la organización prácticamente desmantelada, salvo la Agrupación Guerrillera, aunque bastante mermada de apoyo y enlaces, donde su máximo jefe Manolo “Caxigal”, junto con Constantino Zapico “Bóger”, trabajaban duramente en la reorganización del partido a la vez que proseguían con su intensa actividad armada por un camino, cada vez más sembrado de todo tipo de dificultades y traiciones, más agravado por la coyuntura internacional que, día a día, iba desinflando las aspiraciones de aquellos soldados republicanos que luchaban ¡¡¡ POR LA LIBERTAD Y LA DEMOCRACIA !!! de aquel pueblo suyo, aquel pueblo de tan larga e ilustre historia, creadora de una de las tres culturas modernas, en un momento de esplendor intelectual y literario, sin ningún problema que no tuviera soluciones varias y que, de repente, había sido víctima de un trágico y dramático suceso por la fuerza de las armas del fascismo internacional, financiados por la oligarquía financiera y bendecido por la iglesia católica, apostólica y romana, cuya gravitación ha sido inmensa durante cuatro decenios, y que al día de hoy, en absoluto ha quedado liquidado…
Si bien la sagacidad de Manolo “Caxigal” le había librado de una muerte segura en aquella maldita noche del 27 DE ENERO DE 1.948, donde resultaron muertos dieciocho compañeros como consecuencia de aquella emboscada policial que había logrado infiltrar gente dentro del “MAQUIS” – los calificados “venidos de Francia” -, la misma sagacidad no pudo servir para evitar la pérdida de los mejores hombres de la Agrupación Guerrillera, como Bóger, Raque, Onofre, los hermanos Castiello o su inseparable hermano Aurelio “Caxigal”, quien caería abatido a tiros por la guardia civil en el puente COYA del concejo de Infiesto, siendo rematado por el puñal del trístemente famoso cabo de la brigadilla de la Guardia Civil ARTEMIO, cuando Aurelio ya se encontraba moribundo.
Aquella múltiple emboscada había dejado a la Agrupación en un estado verdaderamente angustioso, tal y como queda recogido en el informe escrito de Cándido Fernández Camblor “El Tren”: “En el monte nos encontrábamos en una situación crítica con los ánimos desechos (…) los mejores hombres habían caído (…) las brigadillas nos atacaban por todas partes, y los mejores puntos de apoyo ya habían sido descubiertos…”, pero el coraje y tenacidad de aquel hombre de una voluntad de hierro, tal y como era Manolo “Caxigal”, no eran suficientes para salvar aquella situación, cada vez con menos medios y más obstáculos, a los que se añadía la desconfiaza, donde ya nadie se fiaba de nadie, debido a las tantas emboscadas, delaciones y traiciones recibidas. Ni siquiera se quería oir hablar de la palabra “franceses” después de lo ocurrido, pero Manolo “Caxigal” necesitaba cuadros y medios, que sólo podía facilitar la dirección del partido en Francia, de tal manera que a finales de marzo de 1.948 era enviado Luis Montero Alvarez “SABUGO” para hacerse cargo del partido en Asturias, y Manolo “Caxigal”, después de adoptar el máximo de las precauciones, accedió a reunirse con el “francés”, en las estribaciones de un monte cercano a la localidad asturiana de NAVA. Era tal el grado de desconfianza por parte de “Caxigal” que, tal y como deja escrito el propio “SABUGO” al partido, “el camarada Cagigal me cortó para decirme que ellos no nos reconocían como camaradas enviados por la dirección, hasta el punto de que a lo que estaban dispuestos era a pegarnos dos tiros, dejándonos ver que nada aceptarían mientras no tuvieran pruebas auténticas de quienes éramos…”
La cuestión fue que, después de una batida muy bien pensada y elaborada contra la guerrilla, con la participación de veinticuatro guardias civiles, un teniente, el somatén falangista “El Padilla de Soto de Agües” y el comunista “SABUGO” esposado a un guardia civil a modo de cebo, ponían fin a la vida del guerrillero más carismático dentro del “MAQUIS” asturiano: MANOLO “CAXIGAL”, junto con sus compañeros Eloy Alvarez “El Ruso”, Manuel Castaño, Angel Menéndez, Simón “Capataz”, Blas “Negrete” y “CANTINFLAS” - este apodo responde al nombre de EUGENIO TEODORO SIERRA REDONDO, y aunque haya sido dado por mueerto en la citada emboscada, sin embargo en 1.953 se encontraba en Madrid, siendo condenado posteriormente por Rebelión Militar el 23 de marzo de 1.955 para ser ejecutado a “garrote vil” en la cárcel de Oviedo, a las cinco y media de la madrugada del día 30 de mayo de 1.955 – eran acribillados y rematados con un tiro de gracia cuando se encontraban en una cueva – chabola situada muy cerca de la casería del “CAXIGAL” donde habían vivido “Los Caxigales”, siendo bajados en mulos a la Pola de Laviana, para ser expuestos como si se tratasen de ”trofeos de caza”. Y yo pregunto y propongo: ¿ Por qué no se sigue exponiendo en Laviana un monumento a uno de los hombres de bien y más carismáticos del concejo contra la amnesia histórica ?
ANTON SAAVEDRA