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EL HUNDIMIENTO DEL PSOE: DECIMOCTAVA PARTE.

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Boyer y su grupo están dispuestos a hacer realidad las palabras de Guerra: &laqno;A España no la va a conocer ni la madre que la parió», pero no en las coordenadas que tiene en la mente el político sevillano. Para Boyer, y sobre todo para Solchaga, la titularidad de las empresas no importa, y nuestro país no puede, ni debe competir con el resto de las naciones europeas en los grandes temas industriales. Su futuro está en el sector servicios, y dentro de él, el turismo, donde tampoco se apuesta por contar con una gran multinacional que nos libere de la tiranía y los bajos precios de los tour operadores.

Boyer y su grupo están dispuestos a hacer realidad las palabras de Guerra: “A España no la va a conocer ni la madre que la parió», pero no en las coordenadas que tiene en la mente el trilero sevillano. Para Boyer, y sobre todo para Solchaga, la titularidad de las empresas no importa, y nuestro país no puede, ni debe competir con el resto de las naciones europeas en los grandes temas industriales. Su futuro está en el sector servicios, y dentro de él, el turismo, donde tampoco se apuesta por contar con una gran multinacional que nos libere de la tiranía y los bajos precios de los tour operadores.

“…En estos momentos la política industrial no debería limitarse a ser reactiva, esperando que lleguen las previsibles transformaciones de los sectores industriales y abordarlas con medidas paliativas (como se hizo en el proceso de reconversión industrial de los 80), sino que hay que adoptar una perspectiva mucho más proactiva, para tratar de identificar las oportunidades para desarrollar nuevas actividades industriales, lo más innovadoras posibles, y aprovechar al máximo las ventajas comparativas que puedan tener las empresas españolas.

Nuestra propuesta es desarrollar una estrategia industrial renovada para España alineada con la europea y que contribuya a invertir la tendencia de declive de la industria española para conseguir que el peso del la industria sobrepase el 18% del PIB en el año 2020, dando empleo alrededor del 16% de la población ocupada…”

RESOLUCIÓN DEL PSOE SOBRE POLITICA INDUSTRIAL (Conferencia Política de Sevilla, el 10 de noviembre de 2013)

Ni que decir tiene que España quedó convertida en un enorme páramo desindustrializado. Y, consiguientemente, la mano de obra perdida en las industrias fue desplazada hacia los servicios, la construcción y a la empresa con mayor número de trabajadores y futuros trabajadores parados, como es el INEM: ¿ Qué malo hay en que nos convirtamos en un país dedicado a los servicios ? se preguntaba con jactancia el entonces ministro felipista de Economía y Hacienda, Carlos SOLCHAGA, en aquellos años que una mayoría absoluta de españoles habíamos apostado “POR EL CAMBIO”. En efecto, el gobierno felipista del PSOE no solamente estaba empeñado en hacernos entrar en el Tratado del Atlántico Norte (OTAN), sino también en la Comunidad Económica Europea (CEE), una organización con la que España ya tenía firmado un tratado bilateral desde 1970 con resultados excelentes para la economía española. Ahora, sin embargo, para dejarnos entrar en su elitista club, nuestros “futuros socios europeos”exigían al gobierno felipista que iniciara un suicida desmantelamiento de sectores enteros de nuestra economía ya que, si no lo llevaban a cabo, jamás autorizarían el ingreso de España en la CEE, entre otras cuestiones, porque los “fundadores de Europa” no querían ningún tipo de competencia para sus productos y no podían permitir la entrada de un país que figuraba como la décima potencia del mundo a nivel industrial.

Como presidente del INI llevó a cabo la privatización de grandes empresas públicas como Marsans, SKF y Seat. "Volkswagen tenía una opción para tomar el 10% de Seat, pero en una reunión con su presidente le sorprendí al ofrecerle el 100%. Él me contestó que dudaba de que España estuviera dispuesta a poner tanto dinero como para vender todo Seat. Lo hicimos y nos costó 250.000 millones de pesetas sanear la empresa para venderla". Después de las elecciones generales de 1986 fue nombrado ministro de Industria y Energía por parte de Felipe González. Curiosamente, Croissier se encargó en 1987 de reorganizar todo el sector petrolero español para crear Repsol, compañía de la que ahora es consejero.

Luis Carlos CROISSIER, como presidente del INI llevó a cabo la privatización de grandes empresas públicas como Marsans, SKF y Seat: “Volkswagen tenía una opción para tomar el 10% de Seat, pero en una reunión con su presidente le sorprendí al ofrecerle el 100%. Él me contestó que dudaba de que España estuviera dispuesta a poner tanto dinero como para vender todo Seat. Lo hicimos y nos costó 250.000 millones de pesetas sanear la empresa para venderla”.
Después de las elecciones generales de 1986 fue nombrado ministro de Industria y Energía por parte de Felipe González. Curiosamente, Croissier se encargó en 1987 de reorganizar todo el sector petrolero español para crear Repsol, compañía de la que ahora es consejero…

Apenas sentado en los aposentos monclovitas, Felipe GONZALEZ comenzaría a calificar de necrosis el proceso de deterioro industrial que había heredado de sus predecesores, lanzándose de inmediato a una “RECONVERSION INDUSTRIAL” que, disfrazada bajo el pomposo nombre de “MODERNIZACION DEL APARATO INDUSTRIAL”, supuso el cierre masivo de empresas industriales sin un desarrollo paralelo de nuevas industrias, hasta el extremo de que sectores enteros fueron desmantelados y miles de trabajadores pasaron a engrosar las cifras del paro.

La cumbre de Luxemburgo entre los 25 países de la Unión Europea para decidir las Perspectivas Financieras para 2007-2013, coincide con el 20 aniversario de la firma del Tratado de Adhesión de España a la Comunidad Europea que el editorial del diario EL PAIS califica como “una historia de éxito”, aunque sin dejar de reconocer que “también países como Alemania se han beneficiado de la apertura del mercado español”. Una visión, desde mi punto de vista, prohegemonista del proceso que no solo oculta una realidad más compleja, sino sobretodo una historia mucho menos idílica del precio y el esfuerzo que España como país y las clases populares hemos tenido que pagar para satisfacer las draconianas condiciones impuestas por las potencias europeas para nuestro ingreso en el “gran mercadón”.

"Me gustaría que todos los españoles hicieran un esfuerzo de comprensión para darse cuenta de la necesidad de proceder a una reconversión industrial, que es fundamental para nuestra puesta al día europea" (Felipe González en EL PAIS, el 3 de diciembre de 1983)

“Me gustaría que todos los españoles hicieran un esfuerzo de comprensión para darse cuenta de la necesidad de proceder a una reconversión industrial, que es fundamental para nuestra puesta al día europea” (Felipe González en EL PAIS, el 3 de diciembre de 1983)

Sólo quien no ha sentido como propios los sacrificios de todo el país o haya sacado tajada financiera; quien no ha sufrido en sus propias carnes la reconversión industrial, agrícola y pesquera, los durísimos años del paro, la precarización económica y social; o lo que es peor, quien siga mirando el proceso de integración en la UE desde donde miran Berlín y París; puede tener esa visión totalmente descafeinada. En efecto, Alemania y Francia han sido los mayores beneficiarios de la adhesión de España a la Comunidad Económica Europea. Sus empresas se han llevado de nuestro país, si nos atenemos sólo a las cifras oficialmente reconocidas, más del doble de millones de euros de los que España ha recibido de Bruselas: 185.000 millones de euros por los 90.000 que recibió España, juntando fondos estructurales y de cohesión. España podría haber creado una gran industria pero la UE lo evitó. De esta manera, el PSOE traicionaba a sus votantes posicionándose antes de ganar contra la Unión Europea y una vez en el gobierno firmando nuestra incorporación a base de engañarnos con subvenciones.

Pero el negocio no acaba aquí, porque los fondos no son sino una auténtica inversión estratégica de las potencias europeas. Los fondos se retiran pero las redes comerciales siguen funcionando y el negocio creciendo, de tal manera que hasta el 40 por ciento de estos fondos europeos que llegaron a España han terminado en las empresas de los países contribuyentes netos, con Alemania y Francia a la cabeza, a través de las infraestructuras que realizan en España. Un ejemplo evidente es el caso de los trenes de largo recorrido – AVE – ya que son las empresas alemanas y francesas – SIEMENS y ALSTOM – las que se han llevado miles de millones de euros de los fondos comunitarios llegados a España para financiar estas infraestructuras. Es decir, partiendo de que España ha recibido en esos “20 años de éxitos” 90.000 millones de euros netos, significa que 36.000 millones de euros han ido a parar directamente a las multinacionales europeas, alemanas y francesas sobre todo. Por ello, cuando se habla de los 20 años desde nuestra adhesión como una “historia de éxito”, esa idea de que los países más ricos de la UE han contribuido poco más que altruistamente al desarrollo y modernización de España, aparece cada vez más falsa. La realidad es otra muy distinta: lo que se nos presenta como una política de “ayuda” a los países más atrasados, es realmente una política estatal de las burguesías monopolistas, que por un lado subvencionan a sus propias empresas, por otro financian las infraestructuras para su expansión y ocupación de nuevos mercados , y en tercer lugar invierten en subvencionar la reconversión y el desmantelamiento de aquellos sectores que pueden competir con ello.

El AVE no genera más que una "inducción moderada" de nuevos desplazamientos, sustituyendo a otros medios de transporte, puede incluso tener un "impacto negativo" en cuanto a la actividad económica de ciudades pequeñas, puesto que su efecto es de "centralización de las actividades de servicios", "no genera nuevas actividades ni atrae la inversión", no tiene efectos más que "marginales" a largo plazo en el turismo (y, en todo caso, aumenta el número de visitantes, pero no el de pernoctaciones) y produce, teniendo en cuenta los costes públicos, un beneficio "desproporcionado para los usuarios de rentas más elevadas" (que son quienes usan el AVE). Leer más: AVE Barcelona-París: El AVE en España ha sido un desastre en términos económicos, no políticos.

El AVE no genera más que una “inducción moderada” de nuevos desplazamientos, sustituyendo a otros medios de transporte, puede incluso tener un “impacto negativo” en cuanto a la actividad económica de ciudades pequeñas, puesto que su efecto es de “centralización de las actividades de servicios”, “no genera nuevas actividades ni atrae la inversión”, no tiene efectos más que “marginales” a largo plazo en el turismo (y, en todo caso, aumenta el número de visitantes, pero no el de pernoctaciones) y produce, teniendo en cuenta los costes públicos, un beneficio “desproporcionado para los usuarios de rentas más elevadas” (que son quienes usan el AVE).

La ocupación que las empresas del “gran mercadón”, encabezadas por alemanas y francesaas, queda perfectamente definida por tres datos: uno, en su conjunto, las empresas francesas y alemanas mantienen el 26 por ciento de la cuota de mercado; dos, estas empresas controlan el 12 por ciento del PIB español; y tres, Alemania y Francia son las principales suministradoras de equipo en España. Efectivamente, nuestra integración en la CEE eliminó barreras y abrió de par en par las puertas a las multinacionales europeas; pero sin el papel jugado por los fondos de Bruselas, preparando el terreno y engrasando con infraestructuras esta ocupación hubiera sido mucho más lenta y limitada. Gracias a ellos veinte años han sido suficientes para consolidar su penetración en el mercado español y asegurar su cuota de ganancia. Entre las 100 primeras empresas que operan en nuestro país, 25 son total o mayoritariamente de capital alemán y francés. De las 50 empresas más exportadoras 28 son franco-alemanas. Los primeros puestos de los grupos financieros por volumen de beneficios están ocupados por un grupo alemán (VOLKSWAGEN FINANCE GROUP), y uno francés (RENAULT FINANCIACIONES). En las 20 empresas con mayores beneficios, 16 son alemanas (ocho) y francesas (ocho). Por sectores, las multinacionales alemanas y francesas mantienen una posición hegemónica en la fabricación de coches (más de un 50 por ciento de la cuota de mercado), la distribución comercial en las grandes superficies, construcción y comercialización de material ferroviario y la industria químico-farmacéutica. Una posición dominante, entre un 30 % y un 50%, en las empresas de material eléctrico y electrónico, cosmética y fabricación de equipos mecánicos. Y una posición influyente, entre un 20% y un 30%, en siderometalúrgica, maquinaria, equipos mecánicos y editoriales.

SEAT, SA ( español: [se.at] , Sociedad Española de Automóviles de Turismo ) es una española fabricante de automóviles con sede en Martorell , España. [ 3 ] Fue fundada el 9 de mayo de 1950, por el Instituto Nacional de industria (INI), un holding industrial estatal. En la actualidad es una filial de la alemana Volkswagen Group , [ 4 ] como miembro de la extinta Audi Group Marca (2002-2007), junto con Audi y Lamborghini

SEAT, SA ( Sociedad Española de Automóviles de Turismo ) es una empresa española fabricante de automóviles con sede en Martorell (España). Fue fundada el 9 de mayo de 1950, por el Instituto Nacional de industria (INI), un holding industrial estatal.
En la actualidad es una filial de la alemana Volkswagen Group ,como miembro de la extinta Audi Group Marca (2002-2007), junto con Audi y Lamborghini…

Pero la modelación de la economía española para adecuarla a las necesidades de sus monopolios, no ha sido un proceso tan “idílico” como los de “la historia de los éxitos” que nos quieren hacer ver desde el diario EL PAIS, sino sobre la base de condiciones draconianas,que aceptaron los gobiernos de Felipe González, y enorme sacrificios para el conjunto del pueblo español. Bajo el pretexto de modernización de nuestra economía exigieron una triple reconversión de los sectores que podían competir con ellos, iniciando un auténtico proceso de reconversión subvencionada, y así, con el objetivo de reducir la capacidad productiva del país a las necesidades de sus monopolios, llevaron a cabo una reconversión salvaje en la industria, la reducción de la flota pesquera, y la imposición de cuotas que limitaron para el desarrollo de la agricultura y la ganadería, incluso sectores, como el de la leche, donde somos un país donde hay más demanda que producción propia.

Estas reconversiones han supuesto el mayor proceso de destrucción de tejido productivo en la historia de nuestro país, que sirvió para quebrar las bases de un desarrollo de la industria nacional sólido e independiente. La reconversión en la siderurgia, la minería, la construcción naval, fue especialmente salvaje y dolorosa. Más de 200.000 empleos industriales directos destruidos, hasta un millón contando los indirectos, comarcas enteras arrasadas como Sagunto, Ferrol, Cádiz, San Fernando, Vigo, Gijón y tantas otras. Se desmantelaron los altos hornos y se redujo la minería a la mínima expresión. La construcción de barcos pasó de ser la tercera potencia mundial y tener una cuota de mercado en Europa del 5 por ciento, a ser la tercera parte y sólo un 1,2 por ciento en Europa. La flota pesquera es hoy la quinta parte. La industria automovilística se desmanteló por completo y las mejores empresas pasaron directamente a las multinacionales alemanas y francesas sobre todo (SEAT, Pegaso, Ebro, Santana…). en la agricultura, al desligar las subvenciones de la producción, se ha favorecido la concentración monopolista en el campo, eliminando más de un millón de empleos agrícolas y expulsando del sector a medio millón de pequeñas y medianas explotaciones.

Reinosa ocupada por las tanquetas

Reinosa ocupada por las tanquetas

Debilitando la base industrial del país, se conseguía lo que se proponía el gobierno felipista del PSOE: invertir el desarrollo español, profundizar la economía de servicios que hoy representa ya el 62 por ciento del empleo total. En aquellos años duros de la reconversión, el paro pasó de 2 millones en el año 1982 a los casi 4 millones de parados en 1985, llegando en la actualidad a los casi 6 millones de parados. Ni que decir tiene que España quedó convertida en un enorme páramo desindustrializado. Efectivamente, de aquellos lodos de ayer vinieron los fangos de hoy. No obstante, la mentirosa “reconversión industrial” de Felipe González, que en realidad no fue más que un cierre, liquidación o privatización de las empresas estatales, no fue puesto en marcha sin que la clase trabajadora  opusieramos una fuerte resistencia. Reinosa, un pequeño municipio de Cantabria, resistió a los despidos hasta el punto de que hizo morder el polvo a todo un aparato represivo desplegado hasta esa localidad por el gobierno neoliberal de Felipe González.

En los primeros meses de 1987, los trabajadores de CENEMESA,  decidieron empezar con los encierros en la fábrica. La historia se repitió en Forjas y Aceros. La privatización que suponía la reconversión industrial acabaría con casi 500 puestos de trabajo solo en esta última fábrica. La gota que colmó la paciencia de los trabajadores de Reinosa tuvo lugar el 11 de marzo. Ese día, el ex presidente del Consejo de Administración de Forjas y Aceros, Enrique Antolín, se presentó en la empresa para recoger sus cosas puesto que había sido nombrado consejero de Obras Públicas del Gobierno Vasco. El comité de empresa decidió que Antolín no iba a salir de la empresa y lo retuvieron durante toda la noche junto a algunos cargos directivos.

Cuando la población rinosana se halla concentrada pacíficamente en el Parque de Cupido, escenario de la anterior batalla campal, al sonar el pitido del tren, la Guardia Civil, deseosa de revancha, carga brutalmente contra todo lo que se mueve, arremetiendo contra hombres y mujeres, ancianos, adultos y niños. Nadie está a salvo de su rabia. Dicen que en una tanqueta hay colgado el cartel "Ramiro, te vengaremos", en alusión a algún guardia civil herido en 12 de marzo.

Cuando la población rinosana se halla concentrada pacíficamente en el Parque de Cupido, escenario de la anterior batalla campal, al sonar el pitido del tren, la Guardia Civil, deseosa de revancha, carga brutalmente contra todo lo que se mueve, arremetiendo contra hombres y mujeres, ancianos, adultos y niños. Nadie está a salvo de su rabia. Dicen que en una tanqueta hay colgado el cartel “Ramiro, te vengaremos”, en alusión a algún guardia civil herido en 12 de marzo.

Al día siguiente, más de 350 guardias civiles tomaron la fábrica y liberaron al rehén gracias a la ayuda de bolas de goma, gases lacrimógenos y porras. Pero el pueblo se echó a la calle. Más de 10.000 personas tomaron Reinosa y desarmaron a los efectivos de la guardia civil. Se inutilizaron las armas y se les expulsó del pueblo. Tras varias horas de pelea, hubo ocho heridos graves y sesenta leves, entre ellos algunos guardias civiles.

La prensa y el Gobierno de Felipe González se lanzaron contra los trabajadores. Se destituyó al jefe de la Guardia Civil en Cantabria y la lucha se recrudeció. La Guardia Civil tomó la localidad en puro afán vengativo, pero los trabajadores no se amilanaron. Las barricadas se sucedían y los cortes de las vías de tren y las carreteras eran constantes. Los heridos se multiplicaban, pero cada vez habías más gente apoyando a los trabajadores.

Durante esa semana, la guerrilla fue continua. Hasta que llegó el 16 de abril. Ese Jueves Santo se volvieron a cortar las vías de tren y las carreteras. La Guardia Civil tomó la estación de tren y detuvo a varios trabajadores. Las piedras volaban de un lado a otro, entremezcladas con pelotas de goma y gases lacrimógenos. Los obreros entraron a la iglesia y la Guardia Civil no tuvo reparos en disparar. Hubo 21 heridos y 28 detenidos. Durante las seis horas que duró el enfrentamiento, la Guardia Civil tomó Reinosa con tanquetas, jeeps, camiones blindados y hasta un helicóptero. Entraron a las fábricas, a los establecimientos y hasta a algunas viviendas. El pueblo fue literalmente ocupado. Incluso incendiaron la funeraria de la localidad al lanzar una bomba de humo desde una tanqueta.

En uno de esos enfrentamientos, resultó herido el trabajador Gonzalo Ruiz, de Forjas y Aceros. Según parece, la Guardia Civil le disparó una bola de goma a la cara. Herido, corrió con varios compañeros a refugiarse en un garaje. Los antidisturbios lanzaron decenas de botes de humo. Gonzalo salió por su pie, pero le dejaron a su suerte. Al final, fue tratado en el ambulatorio de la localidad y trasladado al hospital Valdecilla de Santander, donde murió el 5 de mayo.

A modo de conclusión, diré que las causas de que un proceso de reconversión que costaría ríos de dinero acabara en ruina de sectores perfectamente viables fueron varias: “la política de gota a gota – ayer una empresa, hoy otra, mañana una tercera-, sin resolver para nada los problemas del contexto general”; la desastrosa negociación de nuestra entra en la CE, que empeoraría extraordinariamente lo conseguido por el ministro Ullastres en el tratado preferencial de 1970; el coste de financiación más elevado de Europa, consecuencia de un sistema bancario oligopolístico y rapaz, el mejor del mundo según Zapatero; y la cultura del pelotazo implantada en la inmodélica Transición, corregida y aumentada tanto por el PSOE como por el PP, una economía especulativa que desprecia la economía productiva y el trabajo bien hecho, como certeramente describía el FINANCIAL TIMES en marzo de 1991, “durante los años de expansión, se vio un gran crecimiento de las inversiones financieras que en su mayor parte han derivado hacia actividades de tipo especulativo en lugar de incrementar el tejido productivo.

ANTON SAAVEDRA


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