![Acuerdo de las Federaciones Estatales de Minería de UGT y CC.OO. para la convocatoria de la Huelga General en la Minería Española, los días 17 y 18 de diciembre de 1985](http://antonsaavedra.files.wordpress.com/2016/08/90-leon.jpg?w=300&h=201)
Acuerdo de las Federaciones Estatales de Minería de UGT y CC.OO. para la convocatoria de la Huelga General en la Minería Española, los días 17 y 18 de diciembre de 1985
“Comienza hoy la huelga en el sector de minería, convocada con carácter general por las Federaciones Estatales de Industria de U.G.T. y CC.OO. en demanda de un plan de defensa del carbón negociado entre la Administración, los sindicatos y las empresas. Ambas organizaciones difundieron ayer un comunicado en el que explican las razones de la huelga. El SOMA, sindicato minero de Asturias federado a UGT de minería, ha negado su apoyo a la convocatoria, al igual que USO y el PSOE.
Las federaciones de minería de UGT y CC OO afirman en un comunicado que el Plan Energético Nacional (PEN) se ha incumplido y que el nivel de seguridad en las minas es tercermundista. Al mismo tiempo, además de criticar la ausencia de una política minera, el comunicado señala que la Administración “no tiene la voluntad política” para intentar solucionar los problemas, “como demuestra su tenaz insistencia de no realizar la concertación en el sector”.
Durante el pasado fin de semana y en el día de ayer tuvieron lugar en todas las zonas mineras asambleas de trabajadores, convocadas por CC OO y UGT, para preparar la huelga. Las federaciones estatales de Industria de UGT han apoyado públicamente las acciones de los mineros, pero el SOMA-UGT sigue mostrándose radicalmente contrario a los paros.
En León las consultas resultaron positivas para los convocantes de la huelga minera. Una de las zonas más conflictivas de la provincia, el Valle de Laciana, donde la Unión Local de UGT ha mostrado ser contraria a la huelga, sin embargo los trabajadores de los grupos mineros habían acordado en votaciones secundar el paro…” (Diario EL PAIS, 17 de diciembre de 1985)
Pero, detrás de esta información del periódico madrileño quedaban muchas horas y muchos días de asambleas y reuniones donde el compañero Manuel NEVADO y yo nos habíamos pateado juntos todos y cada uno de los rincones mineros de España, participando en las asambleas de los pozos mineros y celebrando reuniones en los pueblos mineros para tratar de concienciar al conjunto de la población en las comarcas mineras de lo mucho que nos jugábamos, no solo los mineros sino el resto de las industrias y el comercio, dado el crucial aporte económico del sector primario del carbón por su fuerte capacidad en la generación de valor añadido en varios frentes: como actividad en sí (impacto directo), como consecuencia de las interrelaciones productivas que arrastra (impacto indirecto) y como efecto renta-demanda (impacto inducido). De hecho, un empleo directo en minería posibilita la creación de dos empleos de manera indirecta y hasta tres empleos si sumamos los efectos inducidos.
![Antón Saavedra interviniendo ante la población palentina de Guardo sobre la convocatoria de la Huelga General Minera en España para los días 17 y 18 de diciembre de 1985](http://antonsaavedra.files.wordpress.com/2016/08/81-guardo.jpg?w=300&h=214)
Antón Saavedra interviniendo ante la población palentina de Guardo sobre la convocatoria de la Huelga General Minera en España para los días 17 y 18 de diciembre de 1985
Por otra parte, no se debe de olvidar la cuestión de su impacto territorial, marco que, desde mi punto de vista, visualizaba la dimensión real de la actividad extractiva, que no es otra que la cohesión social y económica que propiciaba en unas comarcas mineras totalmente dependientes de este recurso autóctono. De hecho, comarcas mineras como el Caudal, Nalón, Tineo, Narcea, Degaña y La Camocha, en Asturias; Laciana, Bierzo, La Montaña y Sabero, en León; Guardo, en Palencia; Puertollano, en Ciudad Real; Guadiato, en Córdoba; Berga, en Cataluña, o Utrillas, Andorra y Escucha, en Teruel, tenían tal grado de dependencia que si desapareciera la actividad minera, único motor económico, quedarían transformadas en auténticos parajes lunares.
Todo había comenzado el 25 de octubre de 1985, tras el acuerdo firmado Madrid por las dos Federaciones Estatales de Industria de U.G.T. y CC.OO., donde se explicaban los motivos de la huelga general de la minería, a la vez que nos dirigíamos a nuestras respectivas confederaciones, así como a todas las ramas de la producción implicadas en el proceso productivo, con objeto de que se solidarizaran con los mineros españoles, evitando cualquier maniobra que pudiera servir para frenar el proceso iniciado – importación del carbón extranjero y consumo -, tal y como ya ocurriera en las huelgas mineras de los años 1962 y sucesivos con el carbón importado por la dictadura franquista de los países llamados del “telón de acero”.
![Antón Saavedra llamando a la huelga a los mineros del POZO CANDIN , el 21 de noviembre de 1985 (La Nueva España, 22 de noviembre de 1985)](http://antonsaavedra.files.wordpress.com/2016/08/anton-saavedra.jpg?w=276&h=300)
Antón Saavedra llamando a la huelga a los mineros del POZO CANDIN , el 21 de noviembre de 1985 (La Nueva España, 22 de noviembre de 1985)
En efecto, la primera huelga general sectorial que se producía durante el periodo de la Restauración Monárquica, con un gobierno del PSOE de mayorías absolutas en sus niveles de Estado, Autonómico y Municipal, había quedado convocada para los días 17 y 18 de diciembre de 1985, iniciándose la campaña preparatoria el 21 de noviembre, a las siete de la mañana en el Pozo Candín de Hunosa – pozo minero donde estaba adscrito el secretario general del SOMA-UGT, José Ángel Fernández Villa –, en medio de un fuerte enfrentamiento sindical entre las fuerzas convocantes y el SOMA, ya que este sindicato había acordado fechas atrás, a través de su comité regional, el oponerse activamente a la huelga convocada por su propia Federación Estatal de Mineros de UGT, tal y como quedó recogido por los medios de comunicación asistentes a la asamblea de mineros: “…los abucheos y gritos contra el secretario general del Sindicato de los Obreros Mineros de Asturias, José Ángel Fernández Villa, que no asistió a la asamblea, y la tensión ambiental caracterizaron el comienzo de una campaña “caliente”, tanto a nivel sindical como político e institucional, sobre la huelga general. Los secretarios generales de las federaciones estatales mineras de CC.OO. y UGT, Manuel Nevado y Antón Saavedra, participaron muy activamente en la asamblea” (LA NUEVA ESPAÑA, 22-XI-85).
![Joaquin Almunia, Pedro de Silva y José Angel Fernández Villa, preparando la ofensiva contra la huelga convocada por las Federaciones Estatales de Minería de UGT y CC.OO., los días 17 y 18 de diciembre de 1985](http://antonsaavedra.files.wordpress.com/2016/08/1412800518_209298_1412800612_album_normal.jpg?w=300&h=205)
Pedro de Silva, Joaquín Almunia y José Angel Fernández Villa, preparando la ofensiva contra la huelga convocada por las Federaciones Estatales de Minería de UGT y CC.OO., los días 17 y 18 de diciembre de 1985
Durante toda esta campaña de asambleas informativas que finalizarían el día 16 de diciembre con la celebrada en la Mina La Camocha, no menos convulsa que la del Pozo Candín, con más de 700 mineros asistentes a la misma, tuvimos la ocasión de ver desfilar por Asturias a toda clase de personajes de la Administración, desde el ministro de Trabajo, Joaquín ALMUNIA, hasta el de Industria, Luis Carlos CROISSIER, y el propio director general de Minas, Pedro LIZAUR, con el claro objetivo de frenar aquella huelga como fuera, aunque fuera con mentira tras mentira. Al respecto, tengo grabado en mi retina, las declaraciones realizadas en La Voz de Asturias, el día 28 de noviembre de 1985, por el entonces director general de Minas que, contrastando con aquellas de que “antes de cerrar un solo pozo mineros en Hunosa había que pasar por encima de su cadáver”, afirmó literalmente que “HUNOSA no va a ser reconvertida, y su plantilla incluso se incrementará”.
![Carbón de importación en Mina La Camocha. Decían los del gobierno felipista del PSOE a traves de su pandillero VILLA, que nada amenazaba el cierre del pozo, pero el pozo hace tiempo que se "trancó" vergozosamente...](http://antonsaavedra.files.wordpress.com/2016/08/2011-12-11_img_2011-12-04_01-02-59__7572325.jpg?w=300&h=214)
Carbón de importación en Mina La Camocha. Decían los del gobierno felipista del PSOE a traves de su pandillero VILLA, que nada amenazaba el cierre del pozo, pero el pozo hace tiempo que se “trancó” vergozosamente…
¿Cómo era posible que un técnico minero, tal y como se había definido el propio director general de minas en su toma de posesión, puede afirmar semejante majadería en Asturias sobre Hunosa y sobre el empleo, si no era dejándose llevar por las presiones políticas a las que estaba siendo sometido? ¿Cómo se podía seguir jugando tan miserablemente con las expectativas de los niveles de parados y los miles de jóvenes que había en Asturias sin primer empleo, con aquellas estúpidas declaraciones? Una cuestión me había quedado muy clara, y así se lo hice ver públicamente, en el sentido de que aquellas declaraciones no hacían sino reafirmar, aún más si cabía, las razones del por qué había que ir a la huelga general, los días 17 y 18 de diciembre.
Por si esto no fuera suficiente, serían los propios parlamentarios asturianos y leoneses del PSOE quienes tuvieron la osadía de afirmar públicamente en La Voz de Asturias del 10 de diciembre que la Federación Minera de UGT había “perdido completamente el norte”, añadiendo que nosotros estamos haciendo demagogia con los accidentes mineros, cuando en aquellos momentos llevábamos exactamente SETENTA Y DOS compañeros que habían perdido la vida en las minas españolas.
Además, con ocasión de mi comparecencia en el Congreso de los Diputados, para debatir sobre el PEN, ya había denunciado esta realidad, que estos impresentables llamaban demagogia, y cito textualmente el Diario de Sesiones de 31 de junio de 1984: “…Una planificación energética en la que el carbón tiene una considerable importancia y que originó un tributo tan elevado en vidas humanas, no dedica ni una sola línea a poner remedio a esta lacra que nos sitúa a niveles del Tercer Mundo en nuestras explotaciones, y de alguna forma consideramos que este problema debe entrar de una vez por todas en esta Cámara, donde están presentes los representantes del pueblo español y consiguientemente los mineros”. ¿Cómo se podía ser tan groseros e insensatos, por usar unos calificativos muy suaves, cuando todos ellos estaban presentes allí, durante mi comparecencia, atiborrándome de preguntas, tal y como yo les contestaba públicamente? ¿Por qué no iban a decirles ahora, durante aquella convocatoria de la huelga minera, no a los periódicos, sino a las viudas, hijos, hermanos y padres de los muertos habidos que estábamos haciendo demagogia, a ver que les respondían?
No podía faltar a la cita, el ínclito burguesito gijonés, Pedro de Silva y Cienfuegos-Jovellanos, como le gustaba llamarse, cuando, en su calidad de Presidente del Gobierno Autonómico de Asturias, soltó aquella “parida” en La Nueva España del 30 de noviembre, afirmando que “No había razones reales para temer por el futuro del carbón en Asturias”.
El colofón a toda esta serie de despropósitos, que no hacían más que mostrar su nerviosismo ante aquella convocatoria de huelga general, vino de la mano del mismísimo exministro canario de Industria y Energía, Luis Carlos CROISSIER Batista que, en la misma fecha que Pedro de Silva, nos “desafiaba públicamente a un debate a quienes afirman que la Administración quiere hundir Hunosa”.
Lógicamente, aquel desafío suponía para nosotros el escenario necesario para dejar los motivos de nuestra huelga, la huelga de los mineros españoles, más claros aún de las razones que veníamos debatiendo durante toda la campaña preparatoria y, no dudamos un solo segundo en aceptar aquel desafío, donde quisiera, como quisiera y el día y hora que él mismo dispusiera, siendo el día de hoy, 30 de agosto de 2016, en que todavía estamos esperando por la convocatoria del debate. Nada me sorprendió, porque sigo pensando que aquello respondía a uno de los calentones de aquel personaje, en su siniestro papel como enterrador mayor de los sectores industriales españoles en el gobierno felipista del PSOE.
Ni siquiera las órdenes dadas desde la vicepresidencia del Gobierno, en manos del Guerra, para que la televisión española, regionales y otros medios de comunicación al servicio exclusivo del gobierno no tratasen nada sobre la huelga general, llegando incluso a la desfachatez de secuestrar un programa previsto de TVE sobre la minería que en principio estaba anunciado para el 5 de diciembre con una duración de una hora y diez minutos, aunque su propia desvergüenza les obligó a reproducirlo “a posteriori” de la huelga.
Al final, la huelga general tuvo una respuesta casi total por parte de los mineros españoles, bajando un poco en la cuenca minera asturiana, con un porcentaje del paro en torno al 75 por ciento, lo que resultó un paro total del 86,2 por ciento en el conjunto de la minería española. A la hora de reflejar los paros reales, éramos muy conscientes de la guerra de cifras en donde íbamos a entrar, pero en aquella ocasión sólo ocurrió en la región asturiana – ese día, la producción de carbón en Hunosa fue de cero toneladas -, ya que en el resto de España no cabía esa posibilidad por haber sido el paro secundado de manera total. Así y todo, desde el SOMA-UGT se intentó seguir en la intoxicación para confundir a los mineros, pero estos dieron la respuesta adecuada en la manifestación convocada por las dos Federaciones Estatales de Mineros de U.G.T. y CC.OO. para el 18 de diciembre, segundo día de la huelga, en la localidad asturiana de Mieres, con la asistencia de más de 25.000 personas.
La cuestión fue que, después del éxito total obtenido en la huelga minera, las críticas y las oscuras maniobras de “los de siempre” no cesaron de llover sobre nosotros, pero muy especialmente sobre mi persona, llegando incluso a recibir amenazas de muerte en reiteradas ocasiones. Desde irresponsables hasta catastrofistas han sido palabras de uso corriente en todo el proceso, empleadas, en unos casos por algunos responsables de la Administración y en otros, los más deleznables, por los sindicalistas somáticos que no actuaron sino a modo de “pandilleros” al servicio más grotesco del gobierno y de la patronal minera, tratando de intentar arraigar en la conciencia colectiva que a quien menos le importaba el presente y el futuro de la minería fuera el propio minero. Una simplificación que, desde mi punto vista, resultaba abusiva, peligrosa y falsa. Abusiva, porque el daño material de todo conflicto recae fundamentalmente en el propio minero, cuya economía familiar carece de subvenciones y créditos que compensen los salarios perdidos, cuando no el despido o el castigo temporal; peligrosa, porque genera recelos y repulsas fuera de nuestros pueblos mineros; y es falsa, porque nace de una interpretación trastocada de las verdaderas causas de la inestabilidad, cuales son la inquietud, el malestar y la zozobra que origina en la clase trabajadora la ausencia de unas verdaderas y sólidas garantías de futuro.
Desde mi humilde y honesto punto de vista, sigo pensando que tiene que entenderse, de una vez por todas, que el minero, los mineros, somos los primeros y, mientras no se demuestre lo contrario, los únicos interesados en la subsistencia y la consolidación de la minería, y que nuestras actitudes responden a una inquietud básica y esencial: la de encontrarnos insertos en una estructura débil para la que no acaban de llegar soluciones definitivas en cuanto a la garantía de nuestros puestos de trabajo, ordenación del sector, salarios, seguridad en el trabajo, seguridad social y, en definitiva, contra toda clase de arbitrariedades.
¿Se podía seguir negando el avance espectacular de la energía nuclear en nuestro país, que amenazaba con el cierre de las explotaciones carboneras y la consiguiente pérdida de miles de puestos de trabajo?¿Se podía seguir negando que nuestros carbones eran sustituidos por el gas argelino y por la importación masiva de carbones de importación?¿Se podía seguir negando que durante el año 1985 han sido SETENTA Y CINCO los compañeros mineros que no regresaron a sus casas por haber pagado su tributo al progreso de España, todo ello como consecuencia de un claro incumplimiento por los empresarios de la normativa legal vigente, así como el desprecio más absoluto que viene mostrando la Administración respecto al tema?
Como dije en mi alocución a los mineros concentrados en el parque de Mieres, el mismo 18 de diciembre: “…si estas y otras muchas cuestiones relativas al sector se pueden negar, sólo tienen que demostrarlo ante los mineros y la fórmula es bien sencilla: formar una mesa de concertación entre el Gobierno, sindicatos y empresarios, juntos que no revueltos. Y si esa demostración fuera posible, entonces sí que de verdad seríamos irresponsables y unos catastrofistas. Mientras tanto, los únicos irresponsables son la Administración, que mantiene esta situación, y los “pandilleros” del sindicalismo somático que se dejan manejar a cambio de prebendas”.
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