Quantcast
Channel: El Blog de Antón Saavedra
Viewing all articles
Browse latest Browse all 506

DIARIO DE UN CONFINAMIENTO: 17 de abril

$
0
0

17 de abril

Nos adentramos ya en el sexto fin de semana del confinamiento desde que el pasado 14 de marzo se decretase el estado de alarma por la crisis del coronavirus, y pese a que desde entonces nos ha tocado ver desde la ventana algunas jornadas primaverales de cielos despejados y temperaturas agradables, este viernes, cuando se cumplen 34 días de mi arresto domiciliario, la meteorología invita a permanecer en casa, al presentarse con un cielo nuboso con lluvias y chubascos generalizados, aunque a las 12,00 horas ya parece otro día de primavera.

Son las 10,00 horas y tengo delante otro día entero para hacer lo que me apetezca. Después de ducharme y asearme, me dispongo a desayunar con música de Leonard Cohen – esta vez he cambiado mi desayuno habitual de zumo de naranja, tostas, aceite, tomate y jamón por el de zumo y kellos con kéfir. Hablamos Irma y yo de algunos asuntos – siempre con las nietas en la mente – y luego ella se reparte en varios frentes para aprovechar el tiempo y yo salgo a comprar la prensa para aprovechar el corto paseín diario.

Como viene siendo habitual a lo largo de este cautiverio lo primero que hago es abrir el panel del ministerio de Sanidad para ver las últimas cifras e incidencias del COVID-19, donde, de manera más que vergonzosa, se está librando una verdadera batalla de cifras, donde el Ministerio de Sanidad y las Comunidades Autónomas llevan contabilidades diferentes.

Por una parte, el ministerio de Sanidad se escuda en las normas de la OMS para no aceptar sumar de golpe 8.500 fallecimientos en Cataluña y Madrid, aunque este viernes, Sanidad ha querido zanjar la polémica publicando una orden en el BOE en la que fija los datos que deben proporcionar las Comunidades, recordándoles que tienen la obligación de informar de todos los fallecimientos con prueba positiva de COVID-19, sin importar dónde se produjo el deceso, sea en el hospital, en casa o en el geriátrico.

Elaboración a partir de los datos del Ministerio de Sanidad (17 de abril de 2020).

Al respecto, vuelvo a insistir en mi enorme preocupación al seguir observando como el bicho este sigue seleccionando a los pensionistas como su objetivo principal, cuando observo que más de 11.300 fallecidos son pensionistas que han muerto en esos pretanatorios, algunos de los cuales llamados geriátricos. Ello, sin contar con los datos de algunas comunidades que aún no han enviado los datos totales, tales como Madrid, Baleares, País Vasco, Aragón, Castilla-La Mancha y la Comunidad Valenciana.

En Asturias, son más de 100 los muertos en los 220 centros, de los cuales la mayoría son de titularidad privada, muchos de ellos en manos de exaltos cargos políticos del gobierno autónomo de Asturias. Los últimos casos se registraron en la residencia pública Clara Ferrer y en la privada Jovellanos, ambas en Gijón.  Miembros del ejército español desinfectando la Residencia de ancianos N.S. del Fresno en Langreo.  La Consejería de Salud realizará test a la totalidad de residentes y profesionales de los centros de mayores para reforzar la lucha contra el coronavirus, tratando de salir al paso de las críticas recibidas por parte de los trabajadores de estos equipamientos sobre la falta de material de protección y por la «retención» de los test. (El Comercio, 17 de abril de 2020).

Miembros del ejército español desinfectando la Residencia de ancianos N.S. del Fresno en Langreo.  La Consejería de Salud realizará test a la totalidad de residentes y profesionales de los centros de mayores para reforzar la lucha contra el coronavirus, tratando de salir al paso de las críticas recibidas por parte de los trabajadores de estos equipamientos sobre la falta de material de protección y por la «retención» de los test. (El Comercio, 17 de abril de 2020)

En cuanto al número de infectados, son ya 727 las personas del sector geriátrico que han dado positivo en el virus, pero los test masivos como única forma de poner freno a la expansión del virus siguen sin realizarse, salvo en el caso del ERA donde los hombres y mujeres de la Corriente Sindical de Izquierdas los vienen exigiendo desde el principio.

De repente, cuando EEUU ya ocupa el primer lugar en el ranking del COVID-19 con 639.664 infectados y 31.000 muertos, seguido de España con 188.068 y 19.478 muertos a las 12,00 horas del día 17 de abril – ambos presidentes ofrecían plena tranquilidad a sus pueblos, diciendo que todo estaba bajo control, pero claro lo decían mientras ambos participaban en sus respectivas campañas electorales –, nos llega el cerdo éste del Trump para decirnos que el nuevo coronavirus salió de forma accidental de un laboratorio de virología chino, cuando uno de sus trabajadores se infectó de un murciélago y al salir de trabajar fue directo al mercado Huanan de la ciudad de Wuhan, origen de la pandemia.

Esta es la teoría con la que trabajan “múltiples fuentes” del gobierno estadounidense para explicar la causa de la propagación de la Covid-19, aunque cuando se le preguntó si había planteado el tema en sus conversaciones con el presidente chino, Xi Jinping, Trump dijo: “No quiero discutir lo que le hablé sobre el laboratorio, simplemente no quiero hablar, es inapropiado en este momento”.

Como se sabe los padres del presidente Trump no eran naturales de este país, como sí lo son los indígenas como los Seminoles, Cherokee, Sioux, Mikosuki, Tomahawk, Apaches, Navajos, Winnebago, Otawa, Calusa y Tequesta, por nombrar solamente algunos americanos autóctonos. La madre de nuestro presidente, Mary Ann MacLeod, nació en Islas Hébridas de un archipiélago escocés. Su padre Fred Trump era hijo de inmigrantes alemanes y, además, su actual esposa Melania, entró a Estados Unidos como inmigrante de Eslovenia, que era parte de la antigua Yugoslavia. Se casó con Trump, también hijo de inmigrantes, en 1997 y luego obtuvo la ciudadana americana en 2006.

Qué duda cabe, esta insistencia de Trump en hablar del “virus chino”, en contra de la opinión de sus asesores médicos, no tiene nada de casual. Hace solo un par de meses el presidente decía que “apreciaba enormemente los esfuerzos y la transparencia de China” y ahora más que reprocharle oscurantismo ya le culpa directamente de las muertes. Lógicamente, culpar a China tiene unos beneficios políticos obvios: en primer lugar, para tratar de desviar la atención de sus fantochadas Trumpescas, pero además le permite acusar a sus rivales de falta de patriotismo. Sería el mismísimo jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas de EEUU, el general Mark Milley, quien saldría públicamente para desmentir al histriónico Trump declarando que “las evidencias hacen ver que el coronavirus se originó de manera natural” y no en un laboratorio, como varias teorías vienen apuntado en las últimas fechas, explicitando que los servicios de inteligencia estadounidenses habían investigado sobre ellas, para dejar muy claro que todo apunta a los orígenes “naturales” de la COVID-19.

La realidad es que los líderes mundiales, sus diplomáticos y los analistas geopolíticos saben que vivimos una coyuntura de cambios de las que hacen época y, mientras tienen un ojo puesto en el día a día, el otro comienza a otear la crisis que nos dejará el coronavirus como legado. Ideologías enfrentadas, bloques, liderazgos y sistemas de cohesión social están siendo sometidos a prueba ante la opinión pública mundial. Dicho de otra manera, más entendible: el debate en los think-tanks o institutos de análisis de todo el mundo no versa en este momento sobre la cooperación sino sobre quien se hará con el liderazgo del mundo posterior al virus, China o Estados Unidos. Esa es la cuestión.

Hace muchos años, allá por el año 1974 tuve la ocasión de leer un extenso libro, que aún conservo en mi biblioteca, titulado “Cuando China despierte, el mundo temblará”, un reportaje-ensayo del político y escritor francés Alain Peyrefitte. Releerlo ahora es hablar de una realidad. Alain Peyrefitte (1925-1999), colaborador del general De Gaulle, varias veces ministro y parlamentario durante 41 años, fue invitado a pasar en China el verano de 1972.

En 1966, tras el fracaso del Gran Salto Adelante – un plan más o menos descabellado para duplicar la producción de acero y alimentos -, Mao Tse-Tung, el «emperador rojo» de China, lanzó la Revolución Cultural, donde millones de guardias rojos desataron un terror sin precedentes contra la “burguesía liberal”, hasta el punto de que Mao consolidaba su poder absoluto sobre el pueblo chino.

Peyrefitte, recurrió para titular su libro a un aforismo atribuido a Napoleón: “Cuando China despierte, el mundo temblará”, una forma elegante de expresar una triple idea: que algo pasará con China, que ignoramos qué pasará y que el asunto era preocupante. Pero, ¿Ha despertado ya China? Económicamente, no hay duda. El resto del misterio permanece. ¿Habrá un despertar social? ¿Será inmune China a futuras convulsiones?

Hoy, en estos momentos que nos toca vivir, entre China y la India, los dos países más poblados del planeta, suman el 40 por ciento de los habitantes del planeta, con un creciente poder económico. El año 2019, según el Fondo Monetario Internacional (FMI), China tuvo un Producto Interior Bruto (PIB) de 27 billones de dólares y la India de 11 billones.

China tiene una economía que supera con mucho a EEUU que no hace sino anunciar que se convertirá en poco tiempo en la principal potencia del planeta. Además, los chinos destacan en telefonía móvil y digitalización, en pagos a través de internet, y en redes sociales. La compañía china Tik Tok, creada en 2016, hoy la más descargada del mundo, gana rápidamente terreno y ya cuenta con mil millones de usuarios, dejando Facebook para los viejos y Tik Tok para lo jóvenes, como Huawei, cada vez con más presencia en el mundo.

En este escenario, la batalla por el desarrollo del 5G y su despliegue en el mundo es el punto de tensión entre Estados Unidos y China. Es decir, la Guerra Fría del siglo XXI es una disputa por el control de la tecnología del 5G, la quinta generación de banda ancha que permitirá una interconexión entre máquinas y personas como nunca antes se vio en la Historia de la Humanidad. Estados Unidos y China se enfrentan por el liderazgo de esta cuarta revolución industrial que determinará cuál será la potencia preponderante de los próximos 50 años. El 5G es la primera red construida para servir a los sensores, robots, vehículos autónomos y otros dispositivos que se alimentarán continuamente de grandes cantidades de datos entre sí. Algo que permitirá a las fábricas, comercios, grandes construcciones e incluso ciudades enteras funcionar con menos intervención humana en el funcionamiento diario. También permitirá un mayor uso de las herramientas de realidad virtual e inteligencia artificial. Se cree que la interconexión podría llegar a ser 100 veces más rápida que la que tenemos ahora con el 4G. En muy pocas palabras, quien controle la red, controlará el conocimiento.

Por eso en la Casa Blanca de Donald Trump existe la convicción de que debe haber un solo ganador en esta carrera tecnológica, y el perdedor debe ser desterrado. “La carrera por el 5G está en marcha y Estados Unidos debe ganar¨, dijo el presidente en un discurso reciente. Durante meses, la Casa Blanca estuvo trabajando en una orden ejecutiva que prohíbe a las compañías estadounidenses utilizar equipos de origen chino en redes de telecomunicaciones críticas, consecuencia del enorme nerviosismo por la tecnología china que, desde hace mucho tiempo, existe en los Estados Unidos, alimentado por el temor de que los chinos puedan insertar una “puerta trasera” en las redes de telecomunicaciones e informática que permitan a los servicios de seguridad de ese país interceptar las comunicaciones militares, gubernamentales y corporativas de todo el planeta.

La decisión llega tras la lista negra de Trump contra Pekín. Los móviles chinos se quedarán sin Android. Las amenazas de Donald Trump a China en el contexto de la guerra comercial y tecnológica que libran ambas potencias vivieron ayer un nuevo capítulo. La multinacional norteamericana Google suspendió todos sus negocios con Huawei que requieran una transferencia de hardware, software y servicios técnicos, excepto los disponibles públicamente a través de licencias abiertas. Este movimiento supone todo un golpe a la compañía de tecnología china después de que Estados Unidos la pusiera en una lista negra en todo el mundo y de que promulgara restricciones que harán que sea extremadamente difícil para la empresa hacer negocios con sus homólogos de EE UU.

El ciber espionaje chino en compañías y oficinas del gobierno estadounidense son constantes. Está manejado por piratas informáticos que trabajan para el Ministerio de Seguridad de Pekin. Y ese aparato de espionaje, a su vez, tiene acceso irrestricto a la información que manejan sus empresas tecnológicas. Es decir que allí, donde entren empresas líderes chinas como Huawei, entran los espías de ese país. Además, es muy importante recordar que “las relaciones de las empresas chinas con el gobierno chino no son como las relaciones de las empresas del sector privado con los gobiernos en Occidente”, explicaba al New York Times, William Evanina, director del Centro Nacional de Contrainteligencia y Seguridad de Estados Unidos.

De hecho, por mucho que quiera decirnos la vicepresidenta primera del gobierno de España, Carmen Calvo, descartando que la suspensión del Mobile World Congress de Barcelona, prevista su celebración entre los días 24 y 27 de febrero,  se debiera a alguna causa relacionada con coronavirus: “No es por ninguna alerta sanitaria en nuestro país, que estamos en una situación de respuesta muy buena”, la crisis del coronavirus ha sido la principal causa de la cancelación del evento en Barcelona, tal como afirmaban sus organizadores, decidiendo cancelar el MWC20 por la preocupación global que ha generado el brote del coronavirus, decía el escueto comunicado firmado por el principal responsable de la feria, John Hofman.

España y Portugal se repartieron el mundo en el Tratado de Tordesillas. En dicho Tratado, fechado el 7 de junio de 1494, se compone de una serie de acuerdos entre los Reyes Católicos, Fernando II de Aragón e Isabel I de Castilla, por una parte, y el rey Juan II de Portugal por otra, donde fue mediador el Papa Alejandro VI.

A lo largo de la historia siempre existió el auge y la caída de las grandes potencias políticas, económicas y militares a lo largo de los últimos cinco siglos. La nación proyecta su poder militar según sus recursos económicos, pero el alto coste de mantener la supremacía militar la precipita a la decadencia. Las grandes potencias en crisis reaccionan gastando más en defensa y se debilitan desviando recursos productivos. Es decir, el poder solo puede mantenerse mediante un prudente equilibrio entre la creación de riqueza y de los gastos militares y las grandes potencias en declive casi siempre aceleran su desaparición por el cambio del gasto de la primera a la segunda. España, Holanda, Francia y Gran Bretaña hicieron exactamente eso, y ahora le toca el turno a EE.UU.

En los comienzos del siglo XVI España – el mundo se repartió en Tordesillas entre España y Portugal -, la primera gran potencia europea como tal, heredaba una serie de grandes compromisos dinásticos en Europa y las conquistas de América, pero a pesar de la extraordinaria capacidad combativa de sus soldados, la defensa de estos compromisos suponía una escala de gastos que España no podía cumplir. Como los neoliberales de Estados Unidos en la actualidad, los ricos españoles se negaban a contribuir económicamente a la defensa de su imperio. La guerra española en el extranjero tenía que ser financiada con una mezcla, explosiva a la larga, de déficit y de inflación, esto es, de deudas y de subida brutal de los precios, el peor castigo para las clases humildes que soportaron el peso de los 150 años de hegemonía. Creo que, a partir de este breve análisis realizado, cada cual puede extraer sus propias conclusiones a la hora de desenmascarar a ese bicho del que tan poco se conoce. ¿De verdad que se conoce tan poco?

Buenas noches y hasta mañana.


Viewing all articles
Browse latest Browse all 506

Trending Articles