Lunes de mercado en Sama, el primero completo que se celebra desde hace 93 días en que se decretó el estado de alarma para el confinamiento del pueblo español como consecuencia de la pandemia que afecta al mundo entero. El mismo día en que el ministerio de Sanidad sigue sin actualizar la cifra total de muertos del coronavirus, manteniendo congelada la cifra de 27.136 por séptimo día consecutiva, circunstancia que choca con el hecho de que, al mismo tiempo, Sanidad admite que, en este tiempo, una semana, se han producido 26 defunciones.
Según el último balance actualizado al cierre de esta información en la Comunidad de Madrid – a 13 de junio – se contabilizan 14.972 fallecimientos. De ellos, 4.795 en centros sociosanitarios, 9.249 en hospitales, 900 en domicilios y 28 en «otros lugares», que no se concreta. La región madrileña informó el sábado de seis nuevas defunciones con respecto al día anterior que, sin embargo, Sanidad no refleja.
Fuente: Ministerio de Sanidad (15-06-2020)
Por otro lado, en Cataluña las funerarias han registrado hasta este domingo 12.453 muertes por coronavirus (11 más que en el último balance): 6.798 en hospital o centro sociosanitario, 4.084 en residencia, 788 en casa, y el resto son casos no clasificables por falta de información. En Castilla-La Mancha se ha informado de tres fallecimientos en las últimas 24 horas. Y en Canarias, los últimos datos aportados por la Consejería de Sanidad también suman un muerto más.
El recuento de Sanidad está más que cuestionado. El portavoz técnico del Ministerio, Fernando Simón, ha explicado en los últimos días que la cifra está «congelada» hasta que las comunidades revisen todos sus datos. Es decir, atribuye a las comunidades autónomas la culpa del caos en el recuento.
“Esos números suponen un 60%, más o menos, del total de muertos detectados por el INE y el Carlos III. Esos 28.000 son los que han muerto claramente por coronavirus, las personas con un diagnóstico positivo”. Si luego ha habido otra causa principal es otra cuestión. “Han podido fallecer por un cáncer terminal y que además tuvieran la infección”. (03-06-2020)
«Lamento la confusión que está generando la congelación de la serie del total de fallecidos, pero en breve estará corregida y se explicará detalladamente a todo el mundo», explicó hace unos días.
Lo cierto es que el Ministerio tampoco ofrece datos, por ejemplo, sobre la cifra de fallecidos en residencias de mayores.
En abril, el Ministerio de Sanidad requirió a las comunidades autónomas los datos de fallecidos en residencias, para lo que tenían de plazo hasta el día 8 de ese mes. El 17, Salvador Illa aseguró en rueda de prensa que su departamento ya disponía de las cifras y que se comunicarían «a la mayor brevedad posible». El ministro de Sanidad justificó como causa del retraso que los datos estaban «siendo analizados por técnicos expertos». Dos meses después, el Ministerio sigue sin revelar la cifra, imprescindible para conocer la verdadera magnitud de la pandemia. En fin, yo, al igual que el eminente doctor Fernando Simón, también lamento el caos total de cifras que, día tras día, se nos viene facilitando a través del panel del ministerio de Sanidad, pero seguiré armándome de paciencia hasta llegar a la verdad, porque, nadie lo dude, la verdad de esta gran farsa, se acabará imponiendo.
En efecto, hoy es lunes pero ayer fue domingo, lo que quiere decir que tocaba la homilía dominical del presidente del gobierno, Pedro Sánchez, que aprovechó para hacer un llamamiento al “patriotismo colectivo” para afrontar a partir de ahora las dos grandes crisis que se derivan de la pandemia del coronavirus: la social y la económica, a la vez que instaba a los ciudadanos a “seguir a rajatabla” las medidas impuestas en cada territorio para emprender con seguridad la desescalada. “Tenemos una tarea ardua, pero si canalizamos toda la energía colectiva en la reconstrucción, saldremos antes”, ha asegurado el presidente del Gobierno antes de afirmar que la gran lección de la crisis es la necesidad de “reforzar los servicios públicos”. “No sobran manos, necesitamos a todos para reconstruir el futuro”.
“Ahora hay que abordar la reconstrucción”, ha afirmado, incluyendo entre los cometidos a afrontar, una reforma del sistema fiscal, el fortalecimiento del sistema educativo y sanitario y la transición ecológica. En consecuencia, ha pedido colaboración y unidad a las fuerzas parlamentarias para que trabajen juntas en la Comisión para la Reconstrucción y ha anunciado una mesa paralela con los interlocutores sociales con el objetivo de intentar alcanzar un pacto en el ámbito del mercado de trabajo. Pedro Sánchez ha hecho especial hincapié también en que España no pedirá un rescate a la Unión Europea.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha acabado ya la decimocuarta y última videoconferencia con los presidentes de las comunidades y ciudades autónomas, a quienes ha trasladado que las fronteras españolas con el resto de la Unión Europea sin necesidad de cuarentena se reabrirán el próximo 22 de junio, excepto con Portugal, que será el 1 de julio. (La Moncloa, 14-06-2020)
También les ha explicado que la tercera oleada de test de seroprevalencia se conocerá a partir del próximo 22 de junio, una vez que todo el territorio esté fuera ya del estado de alarma.
En su homilía dominical leída por teleprónter, el presidente ha insistido en que el estado de alarma “funciona y está demostrando que es muy eficaz” y ha reiterado que sólo con él en la mano puede restringir derechos fundamentales como son el de la movilidad y el de reunión. “Ya estamos en distintos estados de alarma”, ha dicho antes de asegurar que el Gobierno lo levantará “en cuanto sea posible”. Será entonces cuando se busquen “otros mecanismos” para llevar a cabo la cogobernanza.
Sánchez ha apuntado, además, que en cuanto las calles recuperen el tránsito y se reabran los edificios públicos las banderas ondearán a media asta y posteriormente habrá un acto en homenaje a todas las víctimas presidido por el Rey.
La comparecencia de Sánchez no sólo ha servido para pedir unidad, sino que también ha contenido anuncios que se habían ido conociendo durante el día, como el plan de automoción que estará dotado con más de 3.700 millones de euros o cómo será la vuelta a las aulas a partir de septiembre. También ha anunciado que a partir del 21 de junio se reabrirán las fronteras con la UE salvo con Portugal, que se hará en un acto el próximo 1 de julio.
Sánchez también ha contestado a las preguntas de los periodistas, en las que ha tenido que abordar asuntos como lo sucedido en las residencias. El presidente del Gobierno ha defendido que su Ejecutivo no ha dado la espalda a los centros de mayores, como le acusa la derecha: “Hemos enviado hasta el Ejército”, recordando que también habían aprobado un fondo de 300 millones para que las residencias reforzaran sus plantillas y que su compromiso con estos centros es “absoluto”.
Sigue el virus y amenaza la miseria, pero Sánchez se enfoca, antes que nada, en meterse en su tonel o en su castillo, que eso es lo que significa patriotismo en este caso. La patria es un concepto pesado como un tapiz y en la emergencia funciona un poco como un tanque. También le funciona como un tanque a Sánchez sacar en su discurso a ese Ejército que fumiga y ayuda a viejitos.
Y es que el presidente Sánchez ha vestido su homilía dominical de patriotismo y de parábolas del oriente, y le ha quedado entre señor Miyagi y los coroneles enchapados que él mismo atropella ruidosamente como tenderetes. Un patriotismo como de foque y un refrán sobre molinos, dos cosas que parecen cuadros de mesón. Con eso vamos a enfrentarnos a la crisis. A Sánchez la política le queda así, o sea que habla de patriotismo y suena a recuerdo toledano, tratando de hacer metáforas que suenan a galletita de la suerte.
El complemento perfecto para el patriotismo sanchista, ese patriotismo de su miriñaque, es por supuesto la cursilería, que le hace como de rodete de Dama de Elche. En este sentido, Sánchez sigue a Zapatero en su pretensión de crear una escuela zen como de Zamora y un orientalismo de haiku de salón de masajes y de sonrisa de gato chino de rinconera.
Quién nos lo iba decir, ahora resulta que “el negro” – yo soy antirracista visceral – que escribe las homilías de Pedro Sánchez se nos ha puesto lírico y le ha colocado al presidente, para pedir la unidad de las fuerzas políticas un proverbio chino que dice así: “Cuando soplan vientos fuertes algunas personas construyen muros y otros molinos”. El muro son los otros, y el molino, o aerogenerador, por supuesto es él.
Muy bonito, pero mejor recordarle otro proverbio, este de Confucio, en el que se afirma que, “El verdadero caballero es el que solo predica lo que practica”.El populista se mete dentro del pueblo, pues, como el ladrón de zoco en la multitud.
Sánchez ha reivindicado “una España que es una idea de igualdad, de libertad, de fraternidad; una forma de convivir plurales y unidos”. También ha dedicado especial atención al desafío independentista planteado por CiU y ERC. El líder del PSOE ha abogado por una reforma federal de la Constitución para que cada ciudadano “pueda sentirse español y catalán, o valenciano o andaluz o vasco o madrileño, en el orden que lo desee”. (21 de junio de 2015)
Y decimos esto porque Sánchez se ha encastillado en los muros de su autocrática presidencia desde que alcanzó el poder. Pero ahora ha querido darle a Pablo Casado un curso de “patriotismo” al pedirle que el PP apoye a la Comisión Europea en sus propuestas de ayudas a España e Italia y no a Holanda, que nos quiere mandar “los hombres de negro” a vigilar nuestra economía, aunque, digo yo, los hombres aquellos de la tristemente famosa troika hace tiempo que han cambiado su traje negro por el de un gris marengo.
Pero regresemos al “patriotismo” que, como recordaba en uno de mis diarios “es el último refugio de los canallas” según el sabio crítico y escritor inglés Samuel Johnson. Para proverbio chino el que Deng Xiaoping le enseñó a Felipe González en Pekín: “gato blanco o gato negro, qué más da; lo importante es que cace ratones”, un proverbio que tanto le encantó al hispanocolombiano, Felipe González, que nada más regresar a España de su viaje a China lo puso en práctica y, de aquella lección de pragmatismo extremo nacieron los argumentos para la práctica del Terrorismo de Estado – el peor de los terrorismos – montando los GAL. La patria es un concepto pesado como un tapiz, y en la emergencia funciona como un tanque
La patria no es ya el pueblo sino su espacio teologizado, eterno, ritual y filatélico. “Patria” no es sino otra palabra búnker, hormigonada y enrejada, pero más abstracta o más inflada, porque abarca igual a la gente que a las armadas, igual a la historia que al cancionero. Para atacarte allí no sólo tienen que pisotear a la gente con carromatos, sino derribar castillos y acabar con soldados, marinos, pintores con gorguera y círculos sobredorados de gobernantes como de ángeles. Los populistas se meten en la patria, pues, como el ladrón de cepillo en Dios. No es que no se pueda usar “pueblo” o “patria” con fundamento o incluso hermosamente. Es que normalmente es al cínico o al ladrón de Bagdad al que vemos meterse en esos toneles.
A Sánchez le ha encantado lo de hacer molinos de viento, aunque quien de verdad sabe de eso es el presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán.
Pero no se olvide Sánchez de nuestro señor don Quijote de la Mancha que vio en los molinos de viento a unos terribles malandrines y gigantones contra los que arremetió lanza en ristre, sufriendo importantes magulladuras en el intento del que el bueno de Sancho intentó disuadirle sin éxito.
A Sánchez se le ve muy relajado porque cree que la crisis sanitaria ya está bajo control y por eso ha anunciado que a partir del próximo lunes día 22 ya pueden llegar turistas, y los españoles pueden viajar a donde quieran porque el estado de alarma llega a su final y entramos en la “nueva normalidad”, pero volviendo a Confucio recogemos también aquel proverbio que dice: “no importa si se avanza poco, lo importante es no parar”. Pues en esas estamos y en esas vamos a estar a partir del día 22 cuando recuperemos la plena libertad.
La verdad es que en este patriotismo sanchista las instituciones parecen ya sólo sus baños turcos. Y que nadie ha salido peor que nosotros del virus, de sus cojeras, sus cementerios y su ruina. Pero lo patriótico y lo sabio es seguir aplaudiendo esta maestría en el desastre. Lo patriótico y lo sabio es apoyar todo lo que diga Sánchez, ese fresco y alto molino de grandes ruedas con las que comulgar.