Hoy, en el 95 día de confinamiento por el estado de alarma decretado por el gobierno, no tenía intención de dedicar una sola línea sobre la falsedad de las cifras que diariamente nos viene facilitando el ministerio de sanidad sobre el número de muertos (27.136) e infectados (244.683) del coronavirus en España, pero viendo y oyendo a Pedro Sánchez en la sesión de control del gobierno en el Congreso de los Diputados he desistido de mi primera intención para dedicar unas palabras a su intervención.
En su monólogo de este miércoles, el presidente del gobierno vuelve a presumir de haber salvado la vida de 450.000 vidas gracias al estado de alarma. “No lo estoy diciendo yo, lo están diciendo estudios científicos independientes: como consecuencia de ese confinamiento, se han salvado 450.000 vidas. Hemos perdido la vida de más de 27.000 compatriotas, pero hemos salvado la vida de 450.000 personas”, señaló.
¿Cómo se puede alcanzar tal grado de estupidez cuando España está en la cola de la OCDE en gestión del coronavirus, según se indica en el reciente informe elaborado por The Economist (17 de junio de 2020), dejando claro que, España es uno de los países que peor ha gestionado la crisis del coronavirus, según el índice que ha elaborado la revista británica sobre los 21 Estados del OCDE?
Nueva Zelanda, Austria y Alemania figuran entre los gobiernos con una mejor respuesta en la lucha contra el coronavirus, mientras que Italia, España, Reino Unido y Bélgica se encuentran entre los peores, según el índice elaborado por la Unidad de Inteligencia de The Economist con 21 países de la OCDE. El informe sitúa a Bélgica (2,11), Italia, España y el Reino Unido (2,22), con las puntuaciones más bajas (The Economist, 17 de junio de 2020)
Según el informe, la causa de los malos resultados de España es una escasa preparación, y cree que influyó en ello que fuera uno de los primeros países con la pandemia, como pasó aún más en Italia. ¿Cómo se puede tener valor para hacer tal afirmación cuando ni siquiera es capaz de reconocer las víctimas mortales reales? Ni sabe, ni quiere saber cuánta gente se ha muerto en España, pero es capaz de saber a cuánta ha salvado él.
Que el Gobierno PSOE – Unidas Podemos reaccionó demasiado tarde a la epidemia es algo que queda reflejado en los indicadores que el propio Gobierno ha escogido para evaluar su propia labor. Lo que no queda tan claro, en cambio, es cuáles son las consecuencias de haber reaccionado tan tardíamente: por puro sentido común, si las medidas de distanciamiento social se hubiesen adoptado antes, se habrían producido menos contagios y, por tanto, menos muertos. Al propio Gobierno, sin ir demasiado lejos, le gusta presumir de que, según la estimación efectuada por el Imperial College London, el confinamiento domiciliario decretado el 14 de marzo habría salvado 16.000 vidas en el plazo de apenas dos semanas. Pero entonces, claro, se impone necesariamente la pregunta de cuántas vidas adicionales se habrían salvado de haberlo adoptado antes.
Un exhaustivo estudio realizado por FEDEA nos dice que, si el Gobierno no hubiese decretado el confinamiento domiciliario el 14 de marzo, el número de contagiados a fecha de 4 de abril no habría sido de 126.859 – como acaeció realmente – sino de 617.743: es decir, que el confinamiento ha logrado minorar el número de infectados en un 79,5%. De acuerdo con los propios autores del estudio, esto también supuso contener la cifra de fallecidos en 12.048 (de nuevo, a fecha de 4 de abril) en lugar de haberla disparado hasta 58.666. O, dicho de otro modo, y actualizando las cifras del Imperial College London, entre el 14 de marzo y el 4 de abril, el confinamiento salvó la vida a unas 46.500 personas.
Ahora bien, el estudio no se queda aquí, sino que también se plantea la cuestión de qué habría sucedido si esta política se hubiese puesto en práctica una semana antes, esto es, el 7 de marzo. Pues que, entonces el número de contagiados a 4 de abril no habría sido de 126.859 sino de 47.766: es decir, los infectados habrían sido un 62,3% menos que lo finalmente fueron. En este punto, el estudio de FEDEA no proporciona una estimación de cuántas vidas se podrían haber salvado, dado que existen fundadas sospechas de que la letalidad no habría seguido una relación lineal: si el número de contagiados se hubiese mantenido bajo control, los hospitales no se habrían saturado y, por tanto, se habrían podido salvar relativamente muchas más vidas.
Y, a este respecto, el Institute for Health Metrics and Evaluation de la Universidad de Washington también acaba de cuantificar que, si la Casa Blanca hubiese adoptado ese conjunto de medidas anteriores con una semana de antelación (no el 16 de marzo sino el 9 de marzo), el número de fallecidos por coronavirus en el país se terminaría reduciendo en un 60%; si las hubiera tomado dos semanas antes, en un 90%.
Por consiguiente, no cabe dudar de que un confinamiento domiciliario desde el 7 de marzo u otras medidas de distanciamiento social menos drásticas, pero mucho más tempranas, por ejemplo, en la segunda quincena de febrero, cuando ya se sabía lo que había, se habrían salvado varios millares de vidas en España… aun tomando como válidas las cifras oficiales de contagiados y de fallecidos que nos viene facilitando el ministerio de Sanidad, en ambos casos, muy inferiores a las reales, por lo que las vidas salvadas habrían sido todavía mayores. Esa es la realidad, señor doctor Sánchez en economía por la Universidad Camilo José Cela de Madrid. Pero esperemos a su primer acto electoral previsto para el día 16 de julio, con asistencia del monarca, donde esperamos tener ya las cifras reales de la masacre producida por la pandemia.
Por cierto, hablando de la monarquía, a la que tenía previsto dedicar mi diario de hoy, a pesar de que los tribunales internacionales ya han puesto la lupa en el monarca español, y la Fiscalía del Tribunal Supremo ha abierto su propia investigación para sentar al emérito en el banquillo por el cobro de “mordidas” en las obras de la Meca a través de una banca de Suiza, en el Congreso de los Diputados no quieren saber nada sobre las corrupciones del Rey Juan Carlos.
Así, en el día de ayer, 16 de junio, el tridente compuesto por el PSOE, PP y VOX han unido por tercera vez sus votos para frenar cualquier intento de conocer la verdad sobre la corrupción de la Corona, basándose en un informe no vinculante de los letrados del Congreso. Los partidos que han votado en contra esgrimen como argumento la supuesta “inviolabilidad” del monarca, a pesar de que la investigación se restringiría al periodo que abarca exclusivamente la actividad del emérito después de abdicar en 2014 y hasta la actualidad.
Nada sorprendente ni extraño a estas alturas del debate, cuando el actual presidente del gobierno a la vez que secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, ya había dejado argumentado en varias ocasiones que, aunque él es republicano sobre todo por «tradición familiar,los republicanos nos sentimos en su mayoría muy bien representados en esta Monarquía parlamentaria que tenemos», tras subrayar que «gracias a esa monarquía» los socialistas han podido desarrollar su programa político: la construcción del estado del bienestar, el ingreso de España en la UE y contar con un crecimiento «lo más justo y sostenible posible». (EFE, 15-04-2016).
La celebración del 14 de abril de 2018 por parte de las Juventudes Socialistas reivindicando la III República ya había disgustado mucho a estos socialdemócratas monárquicos del PSOE, tal y como dejó sentado el secretario de organización del PSOE y actual ministro de Transportes, José Luis Ábalos, manifestando en rueda de prensa: “No la apoyamos. Espero que las juventudes estén en otras cosas”, aunque sería el propio secretario general de JSE, Omar Anguita, quien le aclarara al exmilitante del Partido Comunista, Ábalos, recordándole que la organización “está estrechamente unida” a la defensa de los valores republicanos, en la reivindicación de “la plena igualdad los ciudadanos y ciudadanas en todos los aspectos, incluyendo, especialmente la igualdad en el acceso a la jefatura del Estado de nuestro país” a la vez que le remarcaba remarcado que “hemos de avanzar en la estrategia para seguir sumando apoyos y complicidades”, dejándole muy claro que “la República debe congregar en torno a ella a todo el espectro político, debe ser un punto de convivencia ciudadana, bajo el compromiso del buen gobierno y de la virtud cívica”.
Pedro Sánchez ha defendido los valores de la Segunda República y de la España que sufrió el exilio durante la dictadura franquista. El presidente del Gobierno en funciones lo ha hecho en una entrevista a la CNN en su edición en español celebrada durante su estancia en Estados Unidos, donde participo en la Asamblea General de la ONU (26-09-2019)
Nada terrorífico, desde mi punto de vista. Ni toma de la Bastilla, ni asalto a los palacios de invierno, ni largas marchas, sino que han expresado desde las JSE lo que se supone fue el alma del PSOE, la defensa de la República. Pero parece ser que para Ábalos y la cúpula directiva del PSOE, la defensa de la República no es tema a tratar porque “España tiene problemas más importantes que su modelo de Jefatura del Estado”.
José Luis Ábalos Meco (Torrent, Valencia, 1959). La carrera del exmilitante del Partido Comunista y maestro de escuela que da barniz político al Gobierno técnico de Pedro Sánchez es inesperada si se colocan en el espejo los primeros veinte años de este hombre que ahora roza los sesenta. Hijo del torero apodado “Carbonerito” y nieto de un guardia civil. Quizá de ahí la facilidad que está mostrando para rejonear y tratar de descabellar la República.
Y se equivoca el exmilitante comunista Ábalos al asimilar lo contingente con la esencia del socialismo patrio. Con esa puñalada se lleva por delante el legado de Rodolfo Llopis, el secretario general del PSOE que guardó las esencias socialistas hasta que las gentes del interior se hicieron con las riendas del PSOE en Suresnes. Con esa puñalada hace que aquellos socialistas, cuyos restos yacen tirados por las distintas fosas y cunetas del territorio español, sufriendo las palizas y torturas por parte de la policía franquista durante la clandestinidad, queden en el olvido. Con esa puñalada se traiciona la memoria y el ser del propio PSOE.
Bien es cierto que de socialista tienen poco en la ejecutiva federal del PSOE en general, son todos y todas socialdemócratas en el mejor de los casos, pero la Memoria Histórica provoca que el PSOE sea republicano, aun cuando acepte de momento a Felipe de Borbón al frente del Estado, teniendo en cuenta que, según una reciente encuesta realizada, sólo un 28,4% de españoles quiere una monarquía, frente al 49,7% que apostaría por una república.
El PSOE de “Somos la izquierda”, al menos durante las primarias, estaba orgulloso de su republicanismo y portaban banderas tricolores en los mítines de Pedro Sánchez. Aunque se evitase que apareciesen en fotos junto al hoy secretario general. Esa esencia del PSOE, mostrada por sus bases, por su militancia, por los verdaderos socialistas, parece que es una losa pesada y que aquella efervescencia republicana fue efímera. Como muchas otras cosas de lo que se prometió y que están provocando el abandono del partido de muchas personas.
El escándalo de las grabaciones a la ex amante del rey Juan Carlos Corinna zu Sayn-Wittgenstein están poniendo en un aprieto no sólo a la Casa Real sino también al partido en el Gobierno.
“Se puede defender la república y no tener ningún valor republicano”, así como tener “valores republicanos” y no plantearse “ningún dilema entre España y monarquía”, ha llegado a afirmar el secretario de Organización del PSOE, José Luis Ábalos, a modo casi de trabalenguas para defender que los socialistas tienen un compromiso cívico que no tiene nada que ver con el apoyo de la república como sistema de organización del Estado.
El PSOE se enmarca en la Constitución de 1978 sin intención de moverse de ahí, al menos, en lo referido a la forma de Gobierno puesto que con anterioridad apoyaron dos reformas puntuales del texto de la Carta Magna y han propugnado la necesidad de abordar un cambio significativo para reformular el encaje territorial de España.
“Nosotros estamos en la Constitución y ahí está la monarquía, que no está por encima de la Constitución sino en la Constitución”, respondió Ábalos para salir al paso así a las preguntas de la prensa tras la reunión de la Ejecutiva Federal del PSOE y preguntado por el caso Corinna, el PSOE ha restado importancia al contenido de las grabaciones a Corinna zu Sayn-Wittgenstein, la ex amante del rey Juan Carlos que le acusa de tener cuentas en Suiza a través del testaferro que usaron Francisco Correa o Jordi Pujol, Arturo Fasana; reclamar comisiones del AVE a la Meca, participar activamente en la captación de fondos para el Instituto Nóos y tratar de usarla para blanquear capitales por su residencia en Mónaco. “No es una cuestión que nos estremezca”, sostuvo el secretario de Organización del PSOE y ministro de Fomento, José Luis Ábalos, sobre el contenido de las escuchas del comisario jubilado y actualmente en prisión preventiva, José Manuel Villarejo. De esta manera el PSOE se desmarca de la petición realizada por Unidas Podemos en el Congreso de los Diputados en la que comparezca el rey emérito, Juan Carlos I.
Recordamos el mes de septiembre de 2014, cuando el PPSOE impuso su mayoría, para impedir que se acordara convocar un referéndum sobre república o monarquía. La propuesta de Izquierda plural fue rechazada con 274 votos en contra, 26 a favor y 15 abstenciones. Fue la primera ocasión en que se votó en el Congreso sobre la elección entre monarquía o república. Ahora, con Unidas Podemos en el gobierno ni siquiera se tiene la mínima posibilidad ni de ser discutida. Dejémoslo claro: el PSOE es el más firme apoyo de la Corona, más explícito que la propia derecha y el debate sobre ese asunto está ya fuera del partido. En 2014, la diputada del PSOE Meritxell Batet y ahora presidenta del Congreso de los Diputados, expresó el apoyo de los socialistas a la monarquía parlamentaria porque así se pactó entre todas las fuerzas políticas en 1978. Fue “un buen pacto para este pueblo”, dijo tras señalar que la monarquía parlamentaria es “más democrática” que muchas repúblicas y “mucho más republicana” que muchas repúblicas.
El diario Público ha centrado en este tema parte del macro-sondeo que el gabinete demoscópico Sináptica acaba de realizar durante el confinamiento para este diario, con un trabajo de campo entre el 28 de abril y este último 4 de mayo: un millar de encuestas online con cuotas por recuerdo de voto, sexo, edad, tamaño de hábitat y Comunidad Autónoma, y un error muestral de ± 3,1%. El resultado es demoledor para la Corona: una mayoría absoluta de los españoles, el 51,6% de los encuestados, querría que España fuera una república y poco más de un tercio (el 34,6%) dicen preferir una monarquía como hasta ahora. (07-05-2020)
El PSOE no quiere que se hable de república. Sin embargo, el 10 de noviembre de 2013, la agencia oficial “Efe”, distribuía el siguiente mensaje: “Con un sonoro abucheo y un coro de silbidos los delegados socialistas congregados en el plenario de la Conferencia Política han acogido la inclusión en el nuevo ideario del PSOE de un apartado en el que el partido afirma, pese a su tradición republicana, su apoyo a la institución monárquica. A juzgar por la reacción de una buena parte de los delegados, el respaldo a la actual Jefatura del Estado no es ni mucho menos unánime”.
La vuelta a las raíces del socialismo había sido el eje sobre el que se redactaron las conclusiones de cada una de las comisiones debatidas en la Conferencia Política del PSOE. Una de las conclusiones afirma: “Reclamamos a la institución monárquica el máximo respeto de la división de poderes”. Por primera vez en mucho tiempo, el PSOE parecía exhumar su tradición republicana. Pero la afirmación de que el partido no haya encontrado motivos para abandonar el consenso alcanzado en la Transición con respecto al apoyo a la monarquía, provocó los únicos silbidos en una parte del aforo.
Tras la abdicación de Juan Carlos I, el PSOE manifestó su apoyo a la Corona de forma contradictoria: Pérez Rubalcaba dijo, en nombre de su partido que, si bien el partido seguía siendo republicano, en este momento apoyaba la continuidad de la monarquía en la persona del hijo de Juan Carlos I.
Aquel apoyo sería reforzado con ocasión del 39 congreso del partido, en el que Pedro Sánchez recuperó el liderazgo. El equipo de Sánchez y las Juventudes Socialistas pactaron un texto que eliminaba la referencia al referéndum entre monarquía o República. Pero con ese habitual doble lenguaje definió sus valores como “republicanos”, de tal manera que, para salvar la cara se hizo una redacción sin contenido, en la que se excluyó toda referencia a una consulta a la nación y sólo una inconcreta referencia a unos no definidos “valores republicanos” que no se explican. Eso es todo. El asunto ha sido retirado de todas las agendas. El PSOE ya no es republicano.