Quantcast
Channel: El Blog de Antón Saavedra
Viewing all 506 articles
Browse latest View live

CHARLA DEBATE SOBRE PENSIONES EN LA CASA DE LA CULTURA DE LA FELGUERA

$
0
0

Buenas tardes, y muchas gracias por vuestra asistencia. Gracias a los compañeros y compañeras que han organizado este acto desde la magnífica tribuna de la Casa de la Cultura de La Felguera, y gracias al compañero Xuan por sus palabras hacia mi persona, pero yo sólo soy un compañero más que no pretende sino aportar un poco de luz en el oscuro túnel de las pensiones que, junto con el paro y la corrupción, suponen los mayores y más graves problemas que tenemos planteados en nuestro país.

Y, sin más preámbulos, con el fin de dar paso a un debate enriquecedor y clarificador sobre los peligros reales que acechan a nuestras pensiones, muy especialmente a las venideras, me vais a permitir que comience mi intervención con unas reflexiones a modo de sinopsis, centradas en los conceptos que titulan mi ponencia.

LA PRIMERA, para poner de manifiesto que nuestro sistema público de pensiones está en una permanente deconstrucción, al  igual que viene ocurriendo con la mayor parte de los sistemas europeos, de acuerdo con el discurso corsario del Banco Mundial para el abordaje a los sistemas públicos de pensiones, tan explícitamente asumido por la Unión Europea en sus libros Verde y Blanco sobre pensiones, y muy recientemente desarrollado a través del PRODUCTO PANAEUROPEO DE PENSIONES INDIVIDUALES (PEPP), tal y como tuvimos ocasión de comprobar más recientemente en los debates que mantuvimos con la REPER, Comisión Europea y Parlamento Europeo en Bruselas.

Un plan de pensiones de ahorro a largo plazo con muy escasas posibilidades, por no decir nulas, para su rescate, que no busca si no canalizar más capital hacia los mercados de capitales, impulsando el programa de la Unión de Mercados de Capitales.

En realidad, se trata de una “colecta” del capital que, al grito corsario del neoliberalismo viene a decir algo así como: ¡¡¡Ahorradores, prestadle dinero al capital, necesita liquidez!!!

Las sucesivas reformas perpetradas por los gobiernos del bipartidismo PPSOE durante los últimos 30 años nos están abocando a un futuro de pensiones precarias y pensionistas empobrecidos donde, según estimaciones de la propia Comisión Europea, en 2030 un ciudadano con un salario de 1000 euros recibirá una pensión de 600 euros, y en 2050 será tan sólo de 465 euros. Por lo tanto, el problema no es si las pensiones se podrán pagar el mes que viene: el problema es que las pensiones públicas del futuro, caso de seguir existiendo, no van a permitir una vida digna después de muchos años de trabajo.

Ello, sin olvidar que, según los técnicos del Ministerio de Hacienda, el 32,6 % de los pensionistas cobran en la actualidad menos de los 8.200 euros que delimita el umbral de la pobreza. Es decir, más de tres millones de personas, de las cuales el 60 por ciento de los pensionistas que perciben pensiones por debajo del umbral de la pobreza son mujeres.

LA SEGUNDA, la para constatar que estructura legal de nuestro sistema de pensiones no es más que el resultado de reformas que siempre han tenido como argumento evitar la quiebra de la Seguridad Social, elevando primero, en 1985, de 10 a 15 años el periodo mínimo de cotización para acceder a pensión; después, en 2011, la edad de jubilación elevada de 65 a 67 años; y muy recientemente la introducción por parte del gobierno Rajoy del “factor de sostenibilidad”, eliminando la revalorización automática de las pensiones a partir de 2013, aunque mucho antes ya lo había comenzado a realizar el gobierno de Zapatero con el incremento cero para las pensiones.

Por cierto, aplaudido eufóricamente por todos los diputados y diputadas del PSOE, puestos en pie, entre los que se encontraba el actual secretario general, Pedro Sánchez, aquel 12 de mayo de 2010.

Como debe de ser conocido por todos nosotros, el tan cacareado “factor de sostenibilidad”, uno de los ejes fundamentales de la reforma de las pensiones en nuestro país, se aplicará a partir del año 2019 y no viene sino a añadir dos nuevas variables al cálculo de la pensión a las ya existentes actualmente, como son la edad de jubilación, los años cotizados y la cuantía cotizada, entre otras.

La primera variable, conocida como “factor de equidad intergeneracional”, tendrá en cuenta al calcular la pensión la esperanza de vida del futuro jubilado, y la segunda variable consistente en ligar la revalorización de las pensiones a la salud de las arcas públicas, de tal manera que las pensiones solo subirán si aumentan los ingresos del sistema por encima de la tasa de crecimiento del número de pensiones, aunque siempre moviéndose en unos valores situados entre un mínimo del 0,25 por ciento y un máximo del IPC del 0,50 por ciento.

Si a ello sumamos las nefastas reformas laborales, que han precarizado el empleo, otorgando más poder a los empresarios en perjuicio de los trabajadores, esto nos ha llevado a unos salarios reales menores y, con ello, a una mayor dificultad para cotizar.

Cuando el empleo es seguro, estable y de calidad, el sistema de pensiones ingresa los suficiente para repartir y no sufre, pero si el empleo se vuelve inseguro, inestable y de baja calidad, el sistema entra en zona roja e ingresa menos de cuánto debe repartir.

En ese escenario, la reforma del sistema efectuada por el gobierno Zapatero en 2011 no hacía más que consolidar los principios corsarios al discurso oficial sobre las pensiones, y su reforma laboral de 2010 no sólo ha supuesto una verdadera desamortización del mercado de trabajo, despojando la política de empleo de su dimensión social y devolviendo a manos privadas la regulación de las relaciones laborales, sino que supuso una auténtica bomba de relojería en el corazón de nuestra Seguridad Social, de tal manera que, desamortizado el mercado laboral, la desamortización del sistema público de pensiones quedaba convertido en el más lucrativo negocio privado.

LA TERCERA, para afirmar que el objetivo de fondo no es otro que acabar con el sistema público de pensiones, lo cual procuraría un doble beneficio al capital. El más evidente: promocionar el negocio de los sistemas privados de pensiones y lograr que las cotizaciones gestionadas actualmente por la Seguridad Social lo sean por agencias privadas propiedad del oligopolio bancario, dando más dinero fresco a la banca para seguir especulando en los mercados financieros.

Se trata de trasladar el modelo “piñerista”, implantado bajo la dictadura militar de Pinochet en Chile, donde jubilarse en aquel país hermano es algo así como sacarse un carnet de pobre para los ya de por sí pobres.

Y los “piñeristas” españoles están inmersos en ese abordaje corsario para convencer a los gobiernos del bipartidismo PPSOE de que la vía buena es la de favorecer los fondos privados de pensiones a costa de recortar nuestro sistema público, hasta llegar incluso a su desaparición.

En otras palabras, existen poderosos sectores de las finanzas que buscan una España en la que jubilarse con cierta dignidad sea solo un privilegio reservado para aquellas y aquellos agraciados que cobran auténticas millonadas: ¿Eres pobre o sufres precariedad en el trabajo?  Poco importa. Los “piñeristas” no son una ONG ni tienen compasión. Son ricos y quieren seguir siéndolo, pero, como siempre, a nuestra costa, a costa del trabajador.

LA CUARTA, para confirmar que  el objetivo de los gobiernos neoliberales del bipartidismo turnista PPSOE no es otro qué alcanzar el mayor debilitamiento de la clase trabajadora, porque sin pensiones garantizadas, los trabajadores seguiremos siendo ciudadanos temerosos ante nuestro futuro, cada vez más incapaces de movilizarse en defensa de nuestros intereses, y ni siquiera de perder un solo día de cotización para hacer una huelga, quedando obligados a trabajar hasta el fin de sus días, aquellos que tengan el “privilegio” de tener un puesto de trabajo.

Se trata, compañeras y compañeros, de ir al desmantelamiento de lo que un día se llamó el “Estado del Bienestar” que siguió al final de la II Guerra Mundial, con sus políticas de pleno empleo y amplios servicios públicos redistribuidores de renta y riqueza logrados a través de la “lucha de clases”, esa “lucha de clases” que hoy se ha transformado en una “lucha de frases” tan grotescamente practicado por ciertas élites del pandillerismo sindical. Al respecto, resulta muy grotesco ver a todo un exsecretario general de CC.OO., como el tal Fidalgo, presidiendo la ponencia sobre pensiones en el recientemente celebrado Congreso Nacional del PP.

Por supuesto, tanto el gobierno actual del PP como los que le precedieron del PSOE, pueden seguir esgrimiendo cifras y más cifras en defensa de sus reformas antisociales, pero lo que no es de recibo es la interpretación que se puede hacer de cada una de ellas.

Pudiendo ser cierto que la Seguridad Social cerró 2016 con un déficit equivalente al 1,7%, ¿por eso no se pueden pagar las pensiones? ¿a quién puede escandalizar un déficit tan exiguo como el de la Seguridad Social? ¿Acaso no cerraron las Administraciones Públicas en 2009 con un déficit del 11% del PIB, en 2010 del 9,4%, en 2011 del 9,6%, en 2012 del 9,5%…, y se financió?

¿No se puede financiar un déficit del 1,7% o es que depende de a quién vaya destinado el dinero? Recordemos que buena parte del déficit de aquellos años se debió al rescate bancario, y resulta más que indignante cuando el gobierno de Mariano Rajoy ha destinado al rescate de las Cajas de Ahorros, la misma suma que había en la llamada “hucha” de las pensiones.

No es que el déficit de la Seguridad Social sea elevado: la clave radica en si los trabajadores tenemos o no la misma capacidad de presión que la banca para que el Estado ponga el Presupuesto a su servicio, y a tenor de los sucesivos recortes de pensiones que venimos padeciendo parece más bien que no, sobre todo si observamos la actitud pasota de ciertas élites del pandillerismo sindical, cuando no de la propia connivencia de éstas con la patronal y los gobiernos de turno.

Mirad, compañeras y compañeros: manejando exactamente los mismos números que manejan los Montoro y demás compinches de la organización criminal del PP, el dinero de nuestras cotizaciones a la Seguridad Social correspondientes a los últimos cuarenta años, éste ha servido, se ha utilizado para muchas cosas, desde la financiación de la sanidad hasta las pensiones no contributivas pasando por la financiación de los propios Presupuestos Generales del Estado.

Sí, compañeras y compañeros, con el dinero de nuestras cotizaciones, se han financiado hasta los Presupuestos Generales del Estado, y si todo ese dinero se hubiese destinado exclusivamente al fondo de las pensiones, ahora mismo ese fondo de pensiones tendría ¡¡¡MEDIO BILLÓN DE EUROS!!!

Por lo tanto, si el dinero de nuestras cotizaciones ha estado financiando otras políticas, sería justo que ahora otras políticas, otros impuestos, financiasen a las pensiones. En absoluto habría ningún problema de sostenibilidad si el fondo de pensiones hubiese sido destinado a las pensiones. Sí, claro que hay dinero para las pensiones. Claro que el sistema de pensiones es sostenible. Los que no son sostenibles son los corsarios del neoliberalismo gubernamental al abordaje del Estado del Bienestar.

¿De dónde puede sacar el Estado más dinero para no tener déficit y garantizar las pensiones? Buscad en internet, buscad la palabra GESTHA, que es una organización de inspectores de Hacienda que se dedica a informarle a nuestro pueblo de lo que está ocurriendo tras la cortina de la economía y los impuestos.

Y estos inspectores, que saben perfectamente de qué se está hablando, nos dan los siguientes datos escalofriantes: ¡¡¡En España se defraudan todos los años 90.000 millones de euros!!! Es decir, más de lo que ha querido recortar el Gobierno de Rajoy. Y dicen mucho más: el 72 % de ese fraude lo tienen los grandes empresarios de este país. En España, por lo tanto, está sobrando dinero.

Pero hay un fraude que pone los pelos de punta y que demuestra realmente a quienes sirven determinados políticos y sus gobiernos.

Existe una cosa que se llama Sociedades de Inversión de Capital Variable (SICAV). Es decir, un señor quiere pagar menos dinero y menos impuestos por su dinero y funda una SICAV, pero le ponen una condición: tiene que haber por lo menos cien personas y entre todas juntar 2,4 millones de euros. Yo pongo 2 millones y el resto lo reparto entre las 99 personas o “mariachis”. Desde ese momento yo no pago el 35 % de impuestos, sino que pago el 1 %. Claro, es un escándalo, esto es un robo consentido.

El caso es que los inspectores de Hacienda cuando se dieron cuenta de qué estaba haciendo el señor y sus “mariachis”, quisieron meterle mano. Y cuando empezaron los trámites, el PSOE, el PP, CIU y PNV aprueban una ley en el Congreso por la cual, esto se quita a los inspectores de Hacienda y se le pasa a una entidad nueva que se llama Comisión Nacional de Valores (CNMV), y ésta lo primero que dice es que: Aquí ya no se mete mano a estos señores y, además, olvídense de retroactividades.

¿De dónde podría además sacar el Estado más dinero? Los estudios de estos señores de Hacienda dicen que si aquí, en España, el nivel de vida fuese el de Suecia y, por tanto, los impuestos de Suecia, tendríamos todos los años 200.000 millones de euros más. Por eso, cuando dicen que en España no hay dinero, decidles que “eso es mentira”. Qué están mintiendo como malditos bellacos.

¡¡¡Hay dinero, mucho dinero!!!, el problema es si se quiere ir por él. Si se va a los paraísos fiscales, si se coge la fiscalidad, si se tiene el valor cívico de meterle mano a uno de los problemas más gordos que hay junto con el de la economía sumergida.

El Estado no quiere tener más ingresos. Pero no porque el Estado sea misericordioso con los que tienen el dinero. Es que el Estado es el dominguillo, el criado, el títere del auténtico poder económico; por lo tanto, nuestro problema es con el poder. Lo que pasa es que el gobierno se interpone, porque es el fiel manisero de ese poder.

Todo lo que se nos ha contado sobre nuestras pensiones es mentira. No es verdad que gastemos en pensiones de manera desproporcionada. Ni en el peor de los escenarios llegamos a invertir en pensiones lo que gastan alemanes o franceses, por ejemplo.

Refiriéndome más concretamente al país germano, éste acaba de anunciar muy recientemente la mayor subida de pensiones en 23 años, incrementando las prestaciones de los jubilados un 3,2 % en el Oeste y un 3,4 % en las zonas del Este. Incluso Portugal las ha incrementado también muy recientemente.

Y esto ocurre cuando en nuestro país se gastó el año pasado en pensiones un 12% de su Producto Interior Bruto, muy por debajo de Francia (15%), Alemania (14,4%), Portugal (14,9%), por no hablar de Italia (16,5%) o Austria (14,6%), y muy por debajo de la media de la zona euro (13,6%), según los datos oficiales de Eurostat, la oficina estadística de la UE.

Además, nuestras pensiones, según la estadística oficial comunitaria, están un 30% por debajo de la media europea en Paridades de Poder de Compra (PPA). Así, la pensión de jubilación española es inferior a la que mantiene a los pensionistas en Portugal y Grecia, y se encuentra muy lejos de las que perciben en Austria, Luxemburgo, Suecia, Holanda o Italia, quedando por detrás de nosotros las prestaciones que reciben los países del Este e Irlanda.

Es preciso señalar que nuestro sistema público de pensiones es imprescindible, y partiendo de ese carácter imprescindible, la primera clave que, en mi opinión, conviene destacar es que el sistema de pensiones tiene un objetivo y diversas funciones. El primero, garantizar una renta de sustitución adecuada a las rentas del trabajo.

Pero, además, el sistema de pensiones cumple una función macroeconómica evidente, no en vano representa el 12 % del PIB actual orientado a consumo y, por tanto, una fuente básica de demanda de bienes y servicios suministrados por empresas, profesionales y administraciones públicas, con impacto evidente en la actividad económica, el empleo y la generación de retornos relevantes también, vía impuestos.

Por otra parte, constituye un mecanismo potentísimo de cohesión social, territorial y, muy especialmente, de solidaridad intergeneracional. Por lo tanto, la consecuencia lógica de todo ello es una formulación de “cómo debemos actuar para preservar, reforzar y garantizar nuestro sistema público de pensiones, el mismo sistema, a ser posible mejorado, del que tienen que seguir disfrutando nuestros hijos y nietos”

Ni siquiera es cierto que el déficit de la Seguridad Social se deba a un aumento espectacular de los pensionistas. Se debe, sobre todo, tal y como ha quedado dicho, a las sucesivas reformas laborales que han mandado a los trabajadores a la precariedad permanente con salarios de subsistencia.

Y no es que los salarios sean bajos porque se produzca menos riqueza que antes. Al contrario, ahora se produce más. El problema es como se está distribuyendo ese dinero, cada vez más en menos manos, dónde los salarios son la principal base sobre la que se produce este trasvase de riqueza que acaba en manos de la oligarquía financiera.

Se trata de caminar hacia una redistribución más justa, más equitativa, de la inmensa riqueza que produce nuestro país, comenzando por los salarios. Exigiendo que no haya salarios por debajo de 1.000 euros mensuales, poniendo fin a este continuo saqueo sobre el conjunto de la población trabajadora.

Además, abundando más en el tema, ¿por qué se habla del “déficit” de la Seguridad Social y no de otros organismos del Estado? ¿Cuál es el déficit de la Casa Real? ¿Y del Ministerio de Defensa? ¿Cuánto dinero de nuestros impuestos se destina todos los años a la Iglesia? ¿Y cuánto al rescate de las autopistas? ¿Cerramos la Universidad? ¿Dejamos de hacer carreteras?

Por lo tanto, decir que la Seguridad Social se encuentra al borde de la quiebra es una estupidez, porque detrás de la Seguridad Social está el Estado con todos sus recursos financieros.

En absoluto se trata de carencia de medios, es un problema de opciones: de a quien se da y a quien se quita, de qué gastos son prioritarios y, sobre todo, cuánto se recauda y de dónde.

En definitiva, compañeras y compañeros, ningún colectivo ha sido tan castigado económicamente como el de los pensionistas. Nadie ha sido tan estafado como los jubilados. Ninguna demagogia tan despreciable como la dirigida a los ancianos y ancianas, a quienes se asusta con el miedo a quitarles su pensión.

¿Hay alguna razón para que no se puedan pagar las pensiones? ¿Existe el menor riesgo de que dejen de cobrarse? El único peligro posible no nace de los hechos objetivos, sino de una ideología que considera pernicioso cualquier mecanismo redistributivo.

Introducir la incertidumbre, la duda y el miedo entre aquellas personas que, por haber llegado a la última etapa de su vida, se sienten más indefensas y son más vulnerables al argumento de la inseguridad es simplemente canallesco, porque el día que se diga que no hay dinero para el pago de las pensiones, ese día será que ha quebrado el Estado, y si esto llegase a ocurrir, entonces sería cuando el problema de nuestras pensiones, dejaría de ser un problema.

Por lo tanto, VAMOS a seguir luchando en la calle y en las instituciones a través de nuestros representantes políticos, para dar soluciones al problema de nuestras pensiones. Y para lograrlo, es totalmente necesario llenar los parlamentos y ayuntamientos de compañeras y compañeros rojos, verdes y moradas, procedentes, no sólo de la Universidad, sino de las fuerzas del trabajo y, como no, del propio colectivo de pensionistas.

Por supuesto, en absoluto me refiero a esa clase de energúmenos y energúmenas que han logrado su pensión máxima por echar la siesta o jugar al “Candy Crush Saga” con su tablet en los escaños del Congreso de los Diputados, caso concreto de la diputada pepera Celia Villalobos que, como Presidenta de la Comisión Parlamentaria de Seguimiento del Pacto de Toledo, nos recomienda “seguir trabajando hasta los 80 años, porque hay un número importante de pensionistas que están más tiempo pasivo que trabajando”.

En la actualidad, cada vez que toca la paga doble de nuestras pensiones, se nos machaca constantemente con que se han sacado tantos millones de la “hucha” de las pensiones, dejándonos “caer” que esto se va acabando. Pues bien, cuando se acabe que la vuelvan a llenar, así de fácil, pero que nadie trate de seguir engañándonos con el cacareado PACTO DE TOLEDO.

En efecto, éste ha sido para las prestaciones sociales lo que fueron los PACTOS DE LA MONCLOA de 1978 para los derechos laborales: las bases que propiciaron el principio del fin de un conjunto de derechos duramente conquistados a lo largo de la historia por el MOVIMIENTO OBRERO.

Aquellos “Pactos de La Moncloa” de 1978 fueron alborozadamente saludados como “una gran conquista para la democracia y los derechos de los trabajadores” de igual manera que el “Pacto de Toledo” de 1995 provocó el éxtasis de sus actores, declarando a los cuatro vientos que, gracias al pacto, quedaban garantizadas para el futuro los derechos sociales y el Sistema de Seguridad Social, incluida la jubilación, cuando la cruda realidad es que el “Pacto de Toledo” introduce muy sibilinamente una novedad que, a la postre, ha resultado nefasta para los intereses de la clase trabajadora, al consagrar el llamado principio de “separación y diferenciación de las fuentes de financiación” del sistema.

¿Qué se esconde tras tan ampuloso epígrafe?  Pues, lisa y llanamente, que a partir de la firma del “pacto”, la financiación de las prestaciones de naturaleza contributiva dependerán básicamente de las cotizaciones sociales, quedando excluida la posibilidad de complementar tal financiación con cargo a otras partidas de los Presupuestos Generales del Estado, creando para ello lo que se ha venido en llamar la “hucha” del Sistema de Seguridad Social, cuyos ingresos – exclusivamente provenientes de las cuotas sociales – deberán servir para el pago de las correspondientes prestaciones, de tal forma que una previsión – verdadera o falsa – de incapacidad de tal “hucha” para garantizar los pagos a medio y largo plazo, se traducirá inmediatamente en recortes de las prestaciones o, incluso de su desaparición pura y dura.

Si para algo ha servido el PACTO DE TOLEDO ha sido para mantener a la sociedad inconscientemente tranquila respecto a una supuesta robustez del sistema de reparto, donde se aceptaba sin más el marco de debate fijado previamente por el pensamiento corsario, cuando la realidad, oculta una elección profundamente ideológica: o mantener las pensiones en el ámbito de las políticas del bienestar, como una responsabilidad pública, o seguir aceptando su lento traslado hacia la esfera estrictamente individual.

En este contexto, resulta verdaderamente grotesco tener que escuchar a las Adrianas, Adrianes y Pedritos del PSOE, argumentar en su escrito de campaña electorera “que tú pensión está en peligro, porque el Gobierno del Partido Popular ha fomentado el empleo precario y las cotizaciones son más bajas que nunca. Su objetivo no es otro que agotar el Fondo de Reserva para destruir el sistema público de pensiones y después privatizarlo. No lo podemos permitir”.

¿Cómo se puede actuar con tanta frivolidad por parte del PSOE cuando han sido ellos, con su reforma laboral de 2010, quienes iniciaron el camino de la precarización, agravada por la reforma del PP en 2012?; cuando se OLVIDAN de que su reforma de las pensiones en 2011 supuso la primera rebaja y el retraso de la edad de la jubilación; cuando CALLAN que su reforma del artículo 135 de la Constitución (pactada con el PP) da prioridad al pago de la deuda frente al dinero destinado a las prestaciones sociales y a los servicios públicos; cuando se vuelven a OLVIDAR que han pactado con el PP su oposición a un incremento sustancial del salario mínimo que repercuta en un aumento sustancial de los salarios y, por tanto, de las cotizaciones; cuando CALLAN que sus compromisos, y sus deudas millonarias con los bancos, les obliga, a ellos y al resto de los partidos, con excepción de PODEMOS, a incentivar los sistemas privados de pensiones… y cuando OLVIDAN que ese PP que “pone en peligro las pensiones” está gobernando porque el PSOE les ha permitido con su ABSTENCIÓN y lo sigue permitiendo con su oposición a la MOCION DE CENSURA, presentada por PODEMOS, y negarse a presentar otra, con la garantía pública de su aprobación por parte de UNIDOS PODEMOS.

Por lo tanto, el PSOE no puede seguir engañando al pueblo pretendiendo actuar de “apagafuegos” cuando forma parte del bloque de los “incendiarios”.

Abundando un poco más en el tema, ¿cómo se puede salir a la calle, tal y como lo viene haciendo el PSOE y su brazo sindical de UGT, a defender el sistema público de pensiones, cuando ellos mismos están fomentando los planes de pensiones privados entre sus afiliados, encabezados por el mismísimo Pedro Sánchez con una aportación a la fecha de 86.000 euros en su plan de pensiones   contratado con el BBVA?

Es decir, por mucho que sigan rebuznando los González, Aznar, Zapatero y Rajoy, las pensiones deben de seguir siendo sustentadas con cualquier tipo de partida presupuestaria y no sólo con las cotizaciones, a la vez que exigiendo el blindaje de las mismas en la Constitución Española de acuerdo con su artículo cincuenta que obliga al Estado a tener recursos suficientes para el pago de pensiones y su revisión periódica.

En la actualidad, compañeras y compañeros, más del 50% de los ¡¡¡ NUEVE MILLONES Y MEDIO DE PENSIONISTAS EXISTENTES !!! está por debajo del Salario Mínimo y casi el 35% apenas llegan al mínimo, una situación mucho más gravosa para las mujeres, que de media cobran un 30% menos que los hombres, pero la cruda realidad es que ni al Gobierno, ni a la Patronal, les preocupa en lo más absoluto el sistema público de pensiones y la sostenibilidad de los pensionistas.

Es una broma cruel decirle a alguien que cobra 700 euros al mes que se haga un plan de pensiones privado. La verdad sobre nuestras pensiones es muy sencilla. Donde nosotros vemos un derecho, ellos ven el gran negocio.

Por todo lo dicho, y por mucho más que irá apareciendo en el debate, la movilización de la clase trabajadora, del conjunto de la ciudadanía, en contra de este ataque brutal contra la vida y la dignidad de las personas, es la única herramienta válida para paralizar este proceso tan irracional como inhumano.

Las recientes y multitudinarias movilizaciones que se vienen desarrollando, efectivamente, han supuesto un rotundo éxito en las calles y plazas de nuestro país, que están haciendo recapacitar al gobierno, hasta el punto de obligarle a ofrecer todo un paquete de medidas que, si bien no cubre todavía nuestras expectativas, sí nos demuestran que el miedo ha cambiado de bando, pero ello en absoluto puede servir para que “bajemos la guardia” hasta que no hagamos realidades nuestros objetivos.

Por ello, tenemos que seguir reventando de gente las calles y plazas de nuestro país, sin olvidar que, de seguir el gobierno en su cerrazón, el siguiente paso tendría que ser el llamamiento a la ¡¡¡Huelga General en España!!!

Es cierto, que las pensiones actuales se verán incrementadas hasta el 1,6 por ciento; que la base reguladora para las pensiones de viudedad se verá incrementada del 54 hasta el 60 por ciento, y que el temible “factor de sostenibilidad” aplazará su entrada hasta el año 2023; pero no es menos cierto que, siendo positivas estas conquistas arrancadas, en absoluto sirven para ahuyentar las amenazas que se ciernen sobre las pensiones, al tratarse de un simple “remiendo” para librar los presupuestos del año 2018, ¿ pero  qué sucederá en 2020 ?, ¿ y a partir del 2023?

De ahí, compañeras y compañeros, debemos de seguir insistiendo con mayor fuerza que nunca en que la única manera de que las pensiones públicas estén de verdad protegidas frente al abordaje de los corsarios del neoliberalismo es blindándolas en la Constitución, tal y como ha quedado dicho, incluyendo en la Carta Magna la prohibición expresa de su privatización total o parcial, y la imposibilidad de aplicar cualquier medida que atente contra el poder adquisitivo de los pensionistas y jubilados.

Finalmente, recogiendo las palabras de mi admirado Julio Anguita, cuando se refiere al “Informe PETRAS” de 1996: ¡¡¡Chavales, no tenéis futuro alguno, salvo que luchéis!!!

El “Informe PETRAS” trata de un encargo del gobierno felipista del PSOE al profesor PETRAS que, cuando se lo entregó al gobierno, y éste leyó su contenido, se lo pagó y lo guardó en un cajón. Entre sus conclusiones se decía en 1996: “Estamos ante la primera generación de jóvenes que van a vivir peor que sus padres”, pero decía otra cosa terrible: “Es una generación criada entre algodones, no está acostumbrada a la lucha. Este es el problema, este país no tiene ningún futuro, salvo lo que duren el sol, las playas y el turismo”.

Pero también decía muy clarísimamente otras cosas, entre ellas, abriendo un interrogante sobre, ¿dónde habían estado los padres durante todos aquellos años para enseñar los valores de la clase obrera y dónde estaban los sindicatos cuando se aprobaron las legislaciones laborales, que facilitaban la precariedad de los contratos de trabajo?

De nada sirven las poses rebeldes: solo sirve la lucha, por eso hay que preparar los “gomeros” para acertar a la cabeza del gigante Goliat y derribarle.

Sin embargo, dígase lo que se quiera decir, y júzguese como se quiera juzgar a los jóvenes, estos van entendiendo el camino de la lucha, no en vano, cada vez asisten más a las movilizaciones y, sobre todo, en la Universidad, donde ya funciona la Mesa Estatal por el Blindaje de las Pensiones, con más de 400 mesas de recogida de firmas en más de 45 universidades y facultades públicas repartidas por todo el país. Y han iniciado esta lucha porque han entendido que la lucha por defender las pensiones públicas de los proyectos degradadores y privatizadores que planean sobre ellas no solo debe ser tarea para los pensionistas actuales, sino, sobre todo, de los que tienen su pensión más amenazada: los pensionistas futuros, los jóvenes.

En definitiva, la Seguridad Social no es un capricho, sino una de las conquistas con las que el movimiento obrero humanizó la sociedad para alejarla del estado de las bestias.

Algunos propugnan hoy volver a ese estado recuperando un capitalismo salvaje. Si los gobernantes y legisladores hincan la rodilla ante el poder económico, nuestro deber como ciudadanos y ciudadanas es aprestarnos a la defensa civil con todas las armas que tengamos a nuestro alcance, que no son pocas. Ahora tenéis vosotros y vosotras la palabra.

 


CHARLA DEBATE SOBRE PENSIONES EN LA CASA DE LA CULTURA DE ARRIONDAS.

$
0
0

Buenas tardes, y muchas gracias por vuestra asistencia. Gracias a los compañeros y compañeras que han organizado este acto desde la magnífica tribuna de la Casa de la Cultura de Arriondas, y gracias al compañero Rubén por sus palabras de presentación, pero yo sólo soy un compañero más que no pretende sino aportar un poco de luz en el oscuro túnel de las pensiones que, junto con el paro y la corrupción, suponen los mayores y más graves problemas que tenemos planteados en nuestro país.

Y, sin más preámbulos, con el fin de dar paso a un debate enriquecedor y clarificador sobre los peligros reales que acechan a nuestras pensiones, muy especialmente a las venideras, me vais a permitir que comience mi intervención con unas reflexiones a modo de sinopsis, centradas en los conceptos que titulan mi ponencia.

LA PRIMERA, para poner de manifiesto que nuestro sistema público de pensiones está en una permanente deconstrucción, al  igual que viene ocurriendo con la mayor parte de los sistemas europeos, de acuerdo con el discurso corsario del Banco Mundial para el abordaje a los sistemas públicos de pensiones, tan explícitamente asumido por la Unión Europea en sus libros Verde y Blanco sobre pensiones, y muy recientemente desarrollado a través del PRODUCTO PANAEUROPEO DE PENSIONES INDIVIDUALES (PEPP), tal y como tuvimos ocasión de comprobar más recientemente en los debates que mantuvimos con la REPER, Comisión Europea y Parlamento Europeo en Bruselas.

Un plan de pensiones de ahorro a largo plazo con muy escasas posibilidades, por no decir nulas, para su rescate, que no busca si no canalizar más capital hacia los mercados de capitales, impulsando el programa de la Unión de Mercados de Capitales.

En realidad, se trata de una “colecta” del capital que, al grito corsario del neoliberalismo viene a decir algo así como: ¡¡¡Ahorradores, prestadle dinero al capital, necesita liquidez!!!

Las sucesivas reformas perpetradas por los gobiernos del bipartidismo PPSOE durante los últimos 30 años nos están abocando a un futuro de pensiones precarias y pensionistas empobrecidos donde, según estimaciones de la propia Comisión Europea, en 2030 un ciudadano con un salario de 1000 euros recibirá una pensión de 600 euros, y en 2050 será tan sólo de 465 euros. Por lo tanto, el problema no es si las pensiones se podrán pagar el mes que viene: el problema es que las pensiones públicas del futuro, caso de seguir existiendo, no van a permitir una vida digna después de muchos años de trabajo.

Ello, sin olvidar que, según los técnicos del Ministerio de Hacienda, el 32,6 % de los pensionistas cobran en la actualidad menos de los 8.200 euros que delimita el umbral de la pobreza. Es decir, más de tres millones de personas, de las cuales el 60 por ciento de los pensionistas que perciben pensiones por debajo del umbral de la pobreza son mujeres.

LA SEGUNDA, para constatar que estructura legal de nuestro sistema de pensiones no es más que el resultado de reformas que siempre han tenido como argumento evitar la quiebra de la Seguridad Social, elevando primero, en 1985, de 10 a 15 años el periodo mínimo de cotización para acceder a pensión; después, en 2011, la edad de jubilación elevada de 65 a 67 años; y muy recientemente la introducción por parte del gobierno Rajoy del “factor de sostenibilidad”, eliminando la revalorización automática de las pensiones a partir de 2013, aunque mucho antes ya lo había comenzado a realizar el gobierno de Zapatero con el incremento cero para las pensiones. Muy aplaudido, por cierto, por todos los diputados y diputadas del PSOE, puestos en pie, entre los que se encontraba el actual secretario general, Pedro Sánchez, aquel 12 de mayo de 2010.

Casa de la Cultura “Pérez Galdós” de Arriondas, el 29 de mayo de 2018.

Como debe de ser conocido por todos vosotros, el tan cacareado “factor de sostenibilidad”, uno de los ejes fundamentales de la reforma de las pensiones en nuestro país, se aplicará a partir del año 2019 y no viene sino a añadir dos nuevas variables al cálculo de la pensión a las ya existentes actualmente, como son la edad de jubilación, los años cotizados y la cuantía cotizada, entre otras.

La primera variable, conocida como “factor de equidad intergeneracional”, tendrá en cuenta al calcular la pensión la esperanza de vida del futuro jubilado, y la segunda variable consistente en ligar la revalorización de las pensiones a la salud de las arcas públicas, de tal manera que las pensiones solo subirán si aumentan los ingresos del sistema por encima de la tasa de crecimiento del número de pensiones, aunque siempre moviéndose en unos valores situados entre un mínimo del 0,25 por ciento y un máximo del IPC del 0,50 por ciento.

Si a ello sumamos las nefastas reformas laborales, que han precarizado el empleo, otorgando más poder a los empresarios en perjuicio de los trabajadores, esto nos ha llevado a unos salarios reales menores y, con ello, a una mayor dificultad para cotizar.

Cuando el empleo es seguro, estable y de calidad, el sistema de pensiones ingresa los suficiente para repartir y no sufre, pero si el empleo se vuelve inseguro, inestable y de baja calidad, el sistema entra en zona roja e ingresa menos de cuánto debe repartir.

En ese escenario, la reforma del sistema efectuada por el gobierno Zapatero en 2011 no hacía más que consolidar los principios corsarios al discurso oficial sobre las pensiones, y su reforma laboral de 2010 no sólo ha supuesto una verdadera desamortización del mercado de trabajo, despojando la política de empleo de su dimensión social y devolviendo a manos privadas la regulación de las relaciones laborales, sino que supuso una auténtica bomba de relojería en el corazón de nuestra Seguridad Social, de tal manera que, desamortizado el mercado laboral, la desamortización del sistema público de pensiones quedaba convertido en el más lucrativo negocio privado.

LA TERCERA, para afirmar que el objetivo de fondo no es otro que acabar con el sistema público de pensiones, lo cual procuraría un doble beneficio al capital. El más evidente: promocionar el negocio de los sistemas privados de pensiones y lograr que las cotizaciones gestionadas actualmente por la Seguridad Social lo sean por agencias privadas propiedad del oligopolio bancario, dando más dinero fresco a la banca para seguir especulando en los mercados financieros.

Se trata de trasladar el modelo “piñerista”, implantado bajo la dictadura militar de Pinochet en Chile, donde jubilarse en aquel país hermano es algo así como sacarse un carnet de pobre para los ya de por sí pobres.

Y los “piñeristas” españoles están inmersos en ese abordaje corsario para convencer a los gobiernos del bipartidismo PPSOE de que la vía buena es la de favorecer los fondos privados de pensiones a costa de recortar nuestro sistema público, hasta llegar incluso a su desaparición.

En otras palabras, existen poderosos sectores de las finanzas que buscan una España en la que jubilarse con cierta dignidad sea solo un privilegio reservado para aquellas y aquellos agraciados que cobran auténticas millonadas: ¿Eres pobre o sufres precariedad en el trabajo?  Poco importa. Los “piñeristas” no son una ONG ni tienen compasión. Son ricos y quieren seguir siéndolo, pero, como siempre, a nuestra costa, a costa del trabajador.

Debate sobre pensiones en la Casa de la Cultura de Arriondas, el 29 de mayo de 2018.

LA CUARTA, para confirmar que  el objetivo de los gobiernos neoliberales del bipartidismo turnista PPSOE no es otro qué alcanzar el mayor debilitamiento de la clase trabajadora, porque sin pensiones garantizadas, los trabajadores seguiremos siendo ciudadanos temerosos ante nuestro futuro, cada vez más incapaces de movilizarse en defensa de nuestros intereses, y ni siquiera de perder un solo día de cotización para hacer una huelga, quedando obligados a trabajar hasta el fin de sus días, aquellos que tengan el “privilegio” de tener un puesto de trabajo.

Se trata, compañeras y compañeros, de ir al desmantelamiento de lo que un día se llamó el “Estado del Bienestar” que siguió al final de la II Guerra Mundial, con sus políticas de pleno empleo y amplios servicios públicos redistribuidores de renta y riqueza logrados a través de la “lucha de clases”, esa “lucha de clases” que hoy se ha transformado en una “lucha de frases” tan grotescamente practicado por ciertas élites del pandillerismo sindical.

Por supuesto, tanto el gobierno actual del PP como los que le precedieron del PSOE, pueden seguir esgrimiendo cifras y más cifras en defensa de sus reformas antisociales, pero lo que no es de recibo es la interpretación que se puede hacer de cada una de ellas.

Pudiendo ser cierto que la Seguridad Social cerró 2016 con un déficit equivalente al 1,7%, ¿por eso no se pueden pagar las pensiones? ¿a quién puede escandalizar un déficit tan exiguo como el de la Seguridad Social? ¿Acaso no cerraron las Administraciones Públicas en 2009 con un déficit del 11% del PIB, en 2010 del 9,4%, en 2011 del 9,6%, en 2012 del 9,5%…, y se financió?

¿No se puede financiar un déficit del 1,7% o es que depende de a quién vaya destinado el dinero? Recordemos que buena parte del déficit de aquellos años se debió al rescate bancario, y resulta más que indignante cuando el gobierno de Mariano Rajoy ha destinado al rescate de las Cajas de Ahorros, la misma suma que había en la llamada “hucha” de las pensiones.

No es que el déficit de la Seguridad Social sea elevado: la clave radica en si los trabajadores tenemos o no la misma capacidad de presión que la banca para que el Estado ponga el presupuesto a su servicio, y a tenor de los sucesivos recortes de pensiones que venimos padeciendo parece más bien que no, sobre todo si observamos la actitud pasota de ciertas élites del pandillerismo sindical, cuando no de la propia connivencia de éstas con la patronal y los gobiernos de turno.

Mirad, compañeras y compañeros: manejando exactamente los mismos números que manejan los Montoro y demás compinches de la organización criminal del PP, el dinero de nuestras cotizaciones a la Seguridad Social correspondientes a los últimos cuarenta años, éste ha servido, se ha utilizado para muchas cosas, desde la financiación de la sanidad hasta las pensiones no contributivas pasando por la financiación de los propios Presupuestos Generales del Estado.

Sí, compañeras y compañeros, con el dinero de nuestras cotizaciones, se han financiado hasta los Presupuestos Generales del Estado, y si todo ese dinero se hubiese destinado exclusivamente al fondo de las pensiones, ahora mismo ese fondo de pensiones tendría ¡¡¡MEDIO BILLÓN DE EUROS!!!

Por lo tanto, si el dinero de nuestras cotizaciones ha estado financiando otras políticas, sería justo que ahora otras políticas, otros impuestos, financiasen a las pensiones. En absoluto habría ningún problema de sostenibilidad si el fondo de pensiones hubiese sido destinado a las pensiones. Sí, claro que hay dinero para las pensiones. Claro que el sistema de pensiones es sostenible. Los que no son sostenibles son los corsarios del neoliberalismo gubernamental al abordaje del Estado del Bienestar.

Antón, Rubén y Carmen en la Casa de la Cultura de Arriondas, el 29 de mayo de 2018.

¿De dónde puede sacar el Estado más dinero para no tener déficit y garantizar las pensiones? Buscad en internet, buscad la palabra GESTHA, que es una organización de inspectores de Hacienda que se dedica a informarle a nuestro pueblo de lo que está ocurriendo tras la cortina de la economía y los impuestos.

Y estos inspectores, que saben perfectamente de qué se está hablando, nos dan los siguientes datos escalofriantes: ¡¡¡En España se defraudan todos los años 90.000 millones de euros!!! Es decir, más de lo que ha querido recortar el Gobierno de Rajoy. Y dicen mucho más: el 72 % de ese fraude lo tienen los grandes empresarios de este país. En España, por lo tanto, está sobrando dinero.

Pero hay un fraude que pone los pelos de punta y que demuestra realmente a quienes sirven determinados políticos y sus gobiernos.

Existe una cosa que se llama Sociedades de Inversión de Capital Variable (SICAV). Es decir, un señor quiere pagar menos dinero y menos impuestos por su dinero y funda una SICAV, pero le ponen una condición: tiene que haber por lo menos cien personas y entre todas juntar 2,4 millones de euros. Yo pongo 2 millones y el resto lo reparto entre las 99 personas o “mariachis”. Desde ese momento yo no pago el 35 % de impuestos, sino que pago el 1 %. Claro, es un escándalo, esto es un robo consentido.

El caso es que los inspectores de Hacienda cuando se dieron cuenta de qué estaba haciendo el señor y sus “mariachis”, quisieron meterle mano. Y cuando empezaron los trámites, el PSOE, el PP, CIU y PNV aprueban una ley en el Congreso por la cual, esto se quita a los inspectores de Hacienda y se le pasa a una entidad nueva que se llama Comisión Nacional de Valores (CNMV), y ésta lo primero que dice es que: Aquí ya no se mete mano a estos señores y, además, olvídense de retroactividades.

¿De dónde podría además sacar el Estado más dinero? Los estudios de estos señores de Hacienda dicen que si aquí, en España, el nivel de vida fuese el de Suecia y, por tanto, los impuestos de Suecia, tendríamos todos los años 200.000 millones de euros más. Por eso, cuando dicen que en España no hay dinero, decidles que “eso es mentira”. Qué están mintiendo como malditos bellacos.

¡¡¡Hay dinero, mucho dinero!!!, el problema es si se quiere ir por él. Si se va a los paraísos fiscales, si se coge la fiscalidad, si se tiene el valor cívico de meterle mano a uno de los problemas más gordos que hay junto con el de la economía sumergida.

El Estado no quiere tener más ingresos. Pero no porque el Estado sea misericordioso con los que tienen el dinero. Es que el Estado es el dominguillo, el criado, el títere del auténtico poder económico; por lo tanto, nuestro problema es con el poder. Lo que pasa es que el gobierno se interpone, porque es el fiel manisero de ese poder.

Todo lo que se nos ha contado sobre nuestras pensiones es mentira. No es verdad que gastemos en pensiones de manera desproporcionada. Ni en el peor de los escenarios llegamos a invertir en pensiones lo que gastan alemanes o franceses, por ejemplo.

Refiriéndome más concretamente al país germano, éste acaba de anunciar muy recientemente la mayor subida de pensiones en 23 años, incrementando las prestaciones de los jubilados un 3,2 % en el Oeste y un 3,4 % en las zonas del Este. Incluso Portugal las ha incrementado también muy recientemente.

Y esto ocurre cuando en nuestro país se gastó el año pasado en pensiones un 12% de su Producto Interior Bruto, muy por debajo de Francia (15%), Alemania (14,4%), Portugal (14,9%), por no hablar de Italia (16,5%) o Austria (14,6%), y muy por debajo de la media de la zona euro (13,6%), según los datos oficiales de Eurostat, la oficina estadística de la UE.

Además, nuestras pensiones, según la estadística oficial comunitaria, están un 30% por debajo de la media europea en Paridades de Poder de Compra (PPA). Así, la pensión de jubilación española es inferior a la que mantiene a los pensionistas en Portugal y Grecia, y se encuentra muy lejos de las que perciben en Austria, Luxemburgo, Suecia, Holanda o Italia, quedando por detrás de nosotros las prestaciones que reciben los países del Este e Irlanda.

Es preciso señalar que nuestro sistema público de pensiones es imprescindible, y partiendo de ese carácter imprescindible, la primera clave que, en mi opinión, conviene destacar es que el sistema de pensiones tiene un objetivo y diversas funciones. El primero, garantizar una renta de sustitución adecuada a las rentas del trabajo.

Pero, además, el sistema de pensiones cumple una función macroeconómica evidente, no en vano representa el 12 % del PIB actual orientado a consumo y, por tanto, una fuente básica de demanda de bienes y servicios suministrados por empresas, profesionales y administraciones públicas, con impacto evidente en la actividad económica, el empleo y la generación de retornos relevantes también, vía impuestos.

Por otra parte, constituye un mecanismo potentísimo de cohesión social, territorial y, muy especialmente, de solidaridad intergeneracional. Por lo tanto, la consecuencia lógica de todo ello es una formulación de “cómo debemos actuar para preservar, reforzar y garantizar nuestro sistema público de pensiones, el mismo sistema, a ser posible mejorado, del que tienen que seguir disfrutando nuestros hijos y nietos”

Ni siquiera es cierto que el déficit de la Seguridad Social se deba a un aumento espectacular de los pensionistas. Se debe, sobre todo, tal y como ha quedado dicho, a las sucesivas reformas laborales que han mandado a los trabajadores a la precariedad permanente con salarios de subsistencia.

Y no es que los salarios sean bajos porque se produzca menos riqueza que antes. Al contrario, ahora se produce más. El problema es como se está distribuyendo ese dinero, cada vez más en menos manos, dónde los salarios son la principal base sobre la que se produce este trasvase de riqueza que acaba en manos de la oligarquía financiera.

Se trata de caminar hacia una redistribución más justa, más equitativa, de la inmensa riqueza que produce nuestro país, comenzando por los salarios. Exigiendo que no haya salarios por debajo de 1.000 euros mensuales, y poniendo fin a este continuo saqueo sobre el conjunto de la población trabajadora.

Además, abundando más en el tema, ¿por qué se habla del “déficit” de la Seguridad Social y no de otros organismos del Estado? ¿Cuál es el déficit de la Casa Real? ¿Y del Ministerio de Defensa? ¿Cuánto dinero de nuestros impuestos se destina todos los años a la Iglesia? ¿Y cuánto al rescate de las autopistas? ¿Cerramos la Universidad? ¿Dejamos de hacer carreteras?

Por lo tanto, decir que la Seguridad Social se encuentra al borde de la quiebra es una estupidez, porque detrás de la Seguridad Social está el Estado con todos sus recursos financieros.

En absoluto se trata de carencia de medios, es un problema de opciones: de a quien se da y a quien se quita, de qué gastos son prioritarios y, sobre todo, cuánto se recauda y de dónde.

En definitiva, compañeras y compañeros, ningún colectivo ha sido tan castigado económicamente como el de los pensionistas. Nadie ha sido tan estafado como los jubilados. Ninguna demagogia tan despreciable como la dirigida a los ancianos y ancianas, a quienes se asusta con el miedo a quitarles su pensión.

¿Hay alguna razón para que no se puedan pagar las pensiones? ¿Existe el menor riesgo de que dejen de cobrarse? El único peligro posible no nace de los hechos objetivos, sino de una ideología que considera pernicioso cualquier mecanismo redistributivo.

Introducir la incertidumbre, la duda y el miedo entre aquellas personas que, por haber llegado a la última etapa de su vida, se sienten más indefensas y son más vulnerables al argumento de la inseguridad es simplemente canallesco, porque el día que se diga que no hay dinero para el pago de las pensiones, ese día será que ha quebrado el Estado, y si esto llegase a ocurrir, entonces sería cuando el problema de nuestras pensiones, dejaría de ser un problema.

Por lo tanto, VAMOS a seguir luchando en la calle y en las instituciones a través de nuestros representantes políticos, para dar soluciones al problema de nuestras pensiones. Y para lograrlo, es totalmente necesario llenar los parlamentos y ayuntamientos de compañeras y compañeros rojos, verdes y moradas, procedentes, no sólo de la Universidad, sino de las fuerzas del trabajo y, como no, del propio colectivo de pensionistas.

Por supuesto, en absoluto me refiero a esa clase de energúmenos y energúmenas que han logrado su pensión máxima por echar la siesta o jugar al “Candy Crush Saga” con su tablet en los escaños del Congreso de los Diputados, caso concreto de la diputada pepera Celia Villalobos que, como Presidenta de la Comisión Parlamentaria de Seguimiento del Pacto de Toledo, nos recomienda “seguir trabajando hasta los 80 años, porque hay un número importante de pensionistas que están más tiempo pasivo que trabajando”.

En la actualidad, cada vez que toca la paga doble de nuestras pensiones, se nos machaca constantemente con que se han sacado tantos millones de la “hucha” de las pensiones, dejándonos “caer” que esto se va acabando. Pues bien, cuando se acabe que la vuelvan a llenar, así de fácil, pero que nadie trate de seguir engañándonos con el cacareado PACTO DE TOLEDO.

En efecto, éste ha sido para las prestaciones sociales lo que fueron los PACTOS DE LA MONCLOA de 1978 para los derechos laborales: las bases que propiciaron el principio del fin de un conjunto de derechos duramente conquistados a lo largo de la historia por el MOVIMIENTO OBRERO.

Aquellos “Pactos de La Moncloa” de 1978 fueron alborozadamente saludados como “una gran conquista para la democracia y los derechos de los trabajadores” de igual manera que el “Pacto de Toledo” de 1995 provocó el éxtasis de sus actores, declarando a los cuatro vientos que, gracias al pacto, quedaban garantizadas para el futuro los derechos sociales y el Sistema de Seguridad Social, incluida la jubilación, cuando la cruda realidad es que el “Pacto de Toledo” introduce muy sibilinamente una novedad que, a la postre, ha resultado nefasta para los intereses de la clase trabajadora, al consagrar el llamado principio de “separación y diferenciación de las fuentes de financiación” del sistema.

¿Qué se esconde tras tan ampuloso epígrafe?  Pues, lisa y llanamente, que a partir de la firma del “pacto”, la financiación de las prestaciones de naturaleza contributiva dependerán básicamente de las cotizaciones sociales, quedando excluida la posibilidad de complementar tal financiación con cargo a otras partidas de los Presupuestos Generales del Estado, creando para ello lo que se ha venido en llamar la “hucha” del Sistema de Seguridad Social, cuyos ingresos – exclusivamente provenientes de las cuotas sociales – deberán servir para el pago de las correspondientes prestaciones, de tal forma que una previsión – verdadera o falsa – de incapacidad de tal “hucha” para garantizar los pagos a medio y largo plazo, se traducirá inmediatamente en recortes de las prestaciones o, incluso de su desaparición pura y dura.

Si para algo ha servido el PACTO DE TOLEDO ha sido para mantener a la sociedad inconscientemente tranquila respecto a una supuesta robustez del sistema de reparto, donde se aceptaba sin más el marco de debate fijado previamente por el pensamiento corsario, cuando la realidad, oculta una elección profundamente ideológica: o mantener las pensiones en el ámbito de las políticas del bienestar, como una responsabilidad pública, o seguir aceptando su lento traslado hacia la esfera estrictamente individual.

En este contexto, resulta verdaderamente grotesco tener que escuchar a las Adrianas, Adrianes y Pedritos del PSOE, argumentar en su escrito de campaña electorera “que tú pensión está en peligro, porque el Gobierno del Partido Popular ha fomentado el empleo precario y las cotizaciones son más bajas que nunca. Su objetivo no es otro que agotar el Fondo de Reserva para destruir el sistema público de pensiones y después privatizarlo. No lo podemos permitir”.

¿Cómo se puede actuar con tanta frivolidad por parte del PSOE cuando han sido ellos, con su reforma laboral de 2010, quienes iniciaron el camino de la precarización, agravada por la reforma del PP en 2012?; cuando se OLVIDAN de que su reforma de las pensiones en 2011 supuso la primera rebaja y el retraso de la edad de la jubilación; cuando CALLAN que su reforma del artículo 135 de la Constitución (pactada con el PP) da prioridad al pago de la deuda frente al dinero destinado a las prestaciones sociales y a los servicios públicos; cuando se vuelven a OLVIDAR que han pactado con el PP su oposición a un incremento sustancial del salario mínimo que repercuta en un aumento sustancial de los salarios y, por tanto, de las cotizaciones; cuando CALLAN que sus compromisos, y sus deudas millonarias con los bancos, les obliga, a ellos y al resto de los partidos, con excepción de PODEMOS, a incentivar los sistemas privados de pensiones… y cuando OLVIDAN que ese PP que “pone en peligro las pensiones” está gobernando porque el PSOE les ha permitido con su ABSTENCIÓN y lo sigue permitiendo con su oposición a la MOCION DE CENSURA, presentada por PODEMOS, aunque ahora hayan presentado la suya obligados por la situación GURTELIANA creada en el país.

Por lo tanto, el PSOE no puede seguir engañando al pueblo pretendiendo actuar de “apagafuegos” cuando forma parte del bloque de los “incendiarios”.

Abundando un poco más en el tema, ¿cómo se puede salir a la calle, tal y como lo viene haciendo el PSOE y su brazo sindical de UGT, a defender el sistema público de pensiones, cuando ellos mismos están fomentando los planes de pensiones privados entre sus afiliados, encabezados por el mismísimo Pedro Sánchez con una aportación a la fecha de 86.000 euros en su plan de pensiones   contratado con el BBVA?

Es decir, por mucho que sigan rebuznando los González, Aznar, Zapatero y Rajoy, las pensiones deben de seguir siendo sustentadas con cualquier tipo de partida presupuestaria y no sólo con las cotizaciones, a la vez que exigiendo el blindaje de las mismas en la Constitución Española de acuerdo con su artículo cincuenta que obliga al Estado a tener recursos suficientes para el pago de pensiones y su revisión periódica.

En la actualidad, compañeras y compañeros, más del 50% de los ¡¡¡ NUEVE MILLONES Y MEDIO DE PENSIONISTAS EXISTENTES !!! está por debajo del Salario Mínimo y casi el 35% apenas llegan al mínimo, una situación mucho más gravosa para las mujeres, que de media cobran un 30% menos que los hombres, pero la cruda realidad es que ni al Gobierno, ni a la Patronal, les preocupa en lo más absoluto el sistema público de pensiones y la sostenibilidad de los pensionistas.

Es una broma cruel decirle a alguien que cobra 700 euros al mes que se haga un plan de pensiones privado. La verdad sobre nuestras pensiones es muy sencilla. Donde nosotros vemos un derecho, ellos ven el gran negocio.

Por todo lo dicho, y por mucho más que irá apareciendo en el debate, la movilización de la clase trabajadora, del conjunto de la ciudadanía, en contra de este ataque brutal contra la vida y la dignidad de las personas, es la única herramienta válida para paralizar este proceso tan irracional como inhumano.

Las recientes y multitudinarias movilizaciones que se vienen desarrollando, efectivamente, han supuesto un rotundo éxito en las calles y plazas de nuestro país, que están haciendo recapacitar al gobierno, hasta el punto de obligarle a ofrecer todo un paquete de medidas que, si bien no cubre todavía nuestras expectativas, sí nos demuestran que el miedo ha cambiado de bando, pero ello en absoluto puede servir para que “bajemos la guardia” hasta que no hagamos realidades nuestros objetivos.

Por ello, tenemos que seguir reventando de gente las calles y plazas de nuestro país, sin olvidar que, de seguir el gobierno en su cerrazón, el siguiente paso tendría que ser el llamamiento a la ¡¡¡Huelga General en España!!!

Es cierto, que las pensiones actuales se verán incrementadas hasta el 1,6% con carácter general y un 3% las mínimas; que la base reguladora para las pensiones de viudedad se verá incrementada hasta el 56%, y que el temible “factor de sostenibilidad” aplazará su entrada hasta el año 2023; pero no es menos cierto que, siendo positivas estas conquistas arrancadas, en absoluto sirven para ahuyentar las amenazas que se ciernen sobre las pensiones, al tratarse de un simple “remiendo” para librar los presupuestos del año 2018, en la actualidad amenazados por la situación GURTELIANA en nuestro país. Pero, ¿qué sucederá en 2020 ?, ¿y a partir del 2023?

De ahí, compañeras y compañeros, debemos de seguir insistiendo con mayor fuerza que nunca en que la única manera de que las pensiones públicas estén de verdad protegidas frente al abordaje de los corsarios del neoliberalismo es blindándolas en la Constitución, tal y como ha quedado dicho, incluyendo en la Carta Magna la prohibición expresa de su privatización total o parcial, y la imposibilidad de aplicar cualquier medida que atente contra el poder adquisitivo de los pensionistas y jubilados.

Finalmente, recogiendo las palabras de mi admirado Julio Anguita, cuando se refiere al “Informe PETRAS” de 1996: ¡¡¡Chavales, no tenéis futuro alguno, salvo que luchéis!!!

El “Informe PETRAS” trata de un encargo del gobierno felipista del PSOE al profesor PETRAS que, cuando se lo entregó al gobierno, y éste leyó su contenido, se lo pagó y lo guardó en un cajón.

Entre sus conclusiones se decía en 1996: “Estamos ante la primera generación de jóvenes que van a vivir peor que sus padres”, pero decía otra cosa terrible: “Es una generación criada entre algodones, no está acostumbrada a la lucha. Este es el problema, este país no tiene ningún futuro, salvo lo que duren el sol, las playas y el turismo”.

Pero también decía muy clarísimamente otras cosas, entre ellas, abriendo un interrogante sobre, ¿dónde habían estado los padres durante todos aquellos años para enseñar los valores de la clase obrera y dónde estaban los sindicatos cuando se aprobaron las legislaciones laborales que facilitaban la precariedad de los contratos de trabajo?

De nada sirven las poses rebeldes: solo sirve la lucha, por eso hay que preparar los “gomeros” para acertar a la cabeza del gigante Goliat y derribarle.

Sin embargo, dígase lo que se quiera decir, y júzguese como se quiera juzgar a los jóvenes, estos van entendiendo el camino de la lucha, no en vano, cada vez asisten más a las movilizaciones y, sobre todo, en la Universidad, donde ya funciona la Mesa Estatal por el Blindaje de las Pensiones, con más de 400 mesas de recogida de firmas en más de 45 universidades y facultades públicas repartidas por todo el país. Y han iniciado esta lucha porque han entendido que la lucha por defender las pensiones públicas de los proyectos degradadores y privatizadores que planean sobre ellas no solo debe ser tarea para los pensionistas actuales, sino, sobre todo, de los que tienen su pensión más amenazada: los pensionistas futuros, los jóvenes.

En definitiva, la Seguridad Social no es un capricho, sino una de las conquistas con las que el movimiento obrero humanizó la sociedad para alejarla del estado de las bestias.

Algunos propugnan hoy volver a ese estado recuperando un capitalismo salvaje. Si los gobernantes y legisladores hincan la rodilla ante el poder económico, nuestro deber como ciudadanos y ciudadanas es aprestarnos a la defensa civil con todas las armas que tengamos a nuestro alcance.

 

 

 

“UN SINDICALISTA DE ALLER” EN LA SEMANA NEGRA DE GIJON.

$
0
0

Cartel de la Semana Negra de Gijón, el año 2018

Buenas tardes y muchas gracias por haber tenido la amabilidad de acompañarme esta tarde con motivo de la presentación de mi último libro: “Un sindicalista de Aller”. Gracias al compañero Castañon, integrante de Socialismo y República, por sus palabras de presentación hacia mi persona.

Quiero agradecer a la editorial SANGAR la posibilidad que me ha brindado de que este libro se haya concretado, después de largas entrevistas realizadas con el grabador como secretario de actas. Y quiero, por supuesto, mostrar públicamente mi agradecimiento al joven doctor y viejo amigo, Christian Franco Torre, el prólogo realizado sobre mi libro.

 “Un sindicalista de Aller” es el cuarto libro que escribo desde que dejé mi actividad sindical y política, y algunos se preguntarán por qué lo he escrito, siendo la respuesta muy sencilla por mí parte: Porque cada uno de nosotros acumulamos en nuestra vida un origen, evolución, pensamiento, realizaciones, triunfos y fracasos que son únicos, y cuando miramos atrás para hacer un balance sobre nuestra propia vida, comprobamos que las grandes enseñanzas que hemos recibido se las debemos trasmitir a nuestros descendientes, por eso nuestra historia tiene que ser contada. Que nadie piense, por lo tanto, que se trata de un libro de memorias, entre otras cuestiones porque me parecería un exceso de petulancia por mi parte.

 “Un sindicalista de Aller” es un libro del que me siento especialmente satisfecho. Es una crónica en carne y hueso de lo ocurrido en Asturias, y por extensión en España, desde mi nacimiento hasta hoy, una crónica realizada en clave de lucha por la libertad, la igualdad y la solidaridad.

Es un libro de recuerdos, de reflexiones y de lecturas que forman todo un cuerpo de acción, de pensamiento, de ideas, de principios y valores políticos de un sindicalista y militante socialista, pero también es un libro que denuncia la CORRUPCIÓN galopante en nuestro país, en nuestras instituciones y, como no, en el sindicalismo minero al que he dedicado los años más importante de mi vida, siempre concibiendo el sindicalismo de clase fundamentado en principios y valores.

ANTON SAAVEDRA

Si para unos el sindicato era considerado mera correa de transmisión respecto a los partidos, sea cual fuera la modalidad, y para otros el sindicato sigue siendo considerado como un arma política para medrar en el parlamento o hacerse una carrera profesional, para mí el sindicalismo ha sido y sigue siendo la expresión de una lucha reivindicativa a la par que de transformación cualitativa de las relaciones sociales y de producción. Por eso hay que tener mucho cuidado con esa seudo-izquierda compuesta en gran parte de mimetismo, oportunismo y arribismo.

Aquellos que más gritan ahora que son de izquierda son los que no lo han sido nunca, los que durante muchos años atrás han navegado a favor de la corriente, sin haber conocido lo que es la penuria e indiferentes a los sufrimientos y preocupaciones del pueblo, de la clase trabajadora. Para esa gente, la izquierda es como un valor de bolsa; se apuntan a ella según su cotización en el mercado.

Una izquierda auténtica y digna de ese nombre no se improvisa. Se pueden improvisar insignias, banderas, colores, etiquetas, publicaciones a todo lujo y cuentas corrientes, pero no una conciencia de izquierda. Para lo primero solo hace falta dinero – en su mayoría logrado por métodos mafiosos -, influencia pública y una buena dosis de cinismo; lo segundo se logra a través de la honradez, la honestidad, el espíritu de sacrificio, la integridad moral y el idealismo.

La izquierda es la virtud. Y es que, cualquier movimiento político que no sea virtuoso no puede ser nunca de izquierda, aunque exhiba los programas más revolucionarios, porque, para mí, ser de izquierda no significa otra cosa que aspirar a ennoblecer el mundo, a desterrar de él la injusticia y la ignominia.

Un sindicato auténtico, desde mi punto de vista, en ningún momento puede reducirse a ser un órgano salarial y reivindicativo de aumento del sueldo, que también, sino que siempre lo he concebido como la organización permanente de los trabajadores, donde tenga cabida la participación activa de todos sus miembros para llevar a cabo una agitación permanente en los centros de trabajo, un debate ideológico permanente que tenga como objetivo la elevación en el nivel de vida consciente del pueblo.

En su libro “POLITICA” y en sus libros de ética, Aristóteles nos demuestra que la base de la “polis” no puede ser otra que la virtud, fuente de la amistad y la justicia. Un Estado carente de virtud, nos dice el gran filósofo griego, degenera finalmente en tiranía, oligarquía o demagogia y, actualmente, en la situación que nos toca vivir en este mundo globalizado, la amistad ha sido cambiada por el odio, y cuando el odio rompe el marco de subjetividad se transforma fácilmente en terrorismo, totalitarismo, dictadura fascista, delincuencia política, bombas, atentados y guerras.

Semana Negra de Gijón, el 13 de julio de 2018

Desde mi punto de vista, un hombre de izquierda no debe odiar a nadie, ni siquiera a los ricos, a los poderosos e injustos. Más bien, pienso yo, debiéramos compadecerlos, pues bastante desgraciados son, en su fuero interno. A los ricos y a los poderosos hay que combatirlos, sin odiarles ni caer en la soberbia de creernos, como personas, mejores que ellos, porque también, entre los hombres y mujeres de nuestra trinchera, tenemos bastantes defectos. Hacer un llamamiento a los trabajadores para decirles que el único mal es la existencia de los ricos, es engañarles miserablemente, porque la riqueza es una forma del mal, pero no la única.

La izquierda, tal y como yo la entiendo, es culminación y madurez. Tiene que ser enérgica y consciente de su fuerza, capaz de autodefenderse, pero nunca violenta por sistema ni fanática. Bakunin, al que no se le podrá acusar de tibieza revolucionaria, nos explica cómo, “en nombre de la igualdad, la burguesía derrocó y masacró un día a la nobleza, y nosotros, en nombre de la igualdad exigimos hoy la muerte violenta de la burguesía, pero con la diferencia de que nosotros, menos ávidos de sangre que la burguesía, no queremos masacrar a las personas, sino a las instituciones”.

 La gran tragedia de la izquierda actual es que carece del espíritu obrero que toda izquierda verdadera debería poseer. Sus líderes hablan en nombre del pueblo, pero no son el pueblo, con el que nunca han convivido estrechamente y al que solo conocen como masa. En sus mítines y congresos hablan de igualdad, de justicia y de socialismo, pero en su manera de vivir y actuar imitan los modales y vicios de la propia burguesía, en cuyo seno se han formado la inmensa mayoría de ellos.

Antón Saavedra en plena intervención de presentación de su libro “MEMORIAS DE UN SINDICALISTA DE ALLER “

Toda esa turba de politicastros profesionales, aspirantes a jefes de partidos y periodistas charlatanes a su servicio que intrigan y pululan por las tertulias políticas de los distintos medios de comunicación carecen por sí solos de fuerza suficiente, de ahí que necesitan del inmenso poder de la clase trabajadora para ponerse al servicio de la oligarquía, y por eso adulan y adulan para ir introduciéndose en sus filas hasta convertirse en jefes de la clase trabajadora y servirse de ella en sus ambiciosos planes.

Quiero decir que, el sindicato, los sindicatos, deben de emplearse para servir exclusivamente a los trabajadores y nunca para servirse de él, de ellos, como trampolín político de ciertas apetencias personales. Y con ello no estoy condenando el apoliticismo. Lo que debemos condenar enérgicamente es la práctica de un sindicalismo dirigido, porque los sindicatos, cuando se convierten en apéndices gubernamentales o de cualquier patronal, pierden la libertad de acción y arrastran a las masas por el camino de la derrota. No podemos ni debemos confiar en aquellas organizaciones sindicales que tienen su secretaría permanente en los partidos políticos o que dependan directamente del correspondiente ministerio, enviando a sus miembros a realizar propaganda gubernamental o de partido.

Y conste, que no estoy rechazando el papel que tendrían que jugar los partidos de la auténtica izquierda, sino defendiendo, siempre desde la plena autonomía sindical, una relación normalizada con todos los existentes a través de una interlocución fluida con todas las fuerzas. Al fin y al cabo, la convergencia en los objetivos de clase a lograr, tendrán que venir dados a través de una combinación de la lucha sindical desde los sindicatos de clase con la lucha política de los partidos verdaderamente obreros en los parlamentos, en los ayuntamientos, en las instituciones.

Presentación del libro de Antón en la Bodeguita del Medio en la Semana Negra de Gijón, el 13 de julio de 2018.

Pero, además, se impone la necesidad de un reforzamiento sindical a través del internacionalismo sindical, encuadrando a todos los sindicatos en confederaciones internacionales, tal y como están organizadas las multinacionales en los distintos sectores, para profundizar en el trabajo conjunto a todos sus niveles.

“Un sindicalista de Aller”, tal y como ha quedado dicho, es también un libro que denuncia la CORRUPCIÓN, en este caso dando continuación en sus páginas a la corrupción en el sindicalismo minero, objeto de mi anterior libro sobre el VILLAMOCHO.

Efectivamente, tal como se afirmaba en la sinopsis del libro aludido, nos encontramos ante la historia de una mafia, la mafia del SOMA-UGT-PSOE y del carbón, donde solo se ha abandonado la bandera negra con la calavera por el estuche negro del ordenador; y la maleta con la ametralladora por el maletín del ejecutivo para diferenciarla de la mafia caponesca del Chicago de los años veinte o de las actuales mafias calabresa y siciliana. En Asturias, la mafia del SOMA-UGT-PSOE y del carbón ha pasado a conocerse por el VILLAMOCHO, actualmente sentados, algunos de sus miembros, en el banquillo de los acusados de la Audiencia Provincial de Asturias, camino de la cárcel de Villabona.

Sin temor a equivocarme, podría afirmar que, en lo que llevamos del actual siglo, la corrupción se ha convertido en una especie de bacilo de la peste que viene de lejos y que conoce ahora, como cualquier sistema infeccioso, su eclosión purulenta, y publicar un libro sobre corrupción en estos momentos podría hasta tildarse de oportunista, pero yo pienso que se trata de un libro oportuno, entre otras cuestiones, porque la corrupción ha sido, es tan grande y grotesca que ha conseguido penetrar en la conciencia ciudadana, aunque no lo suficiente, llenando las páginas de los periódicos, ocupar los espacios de radio y televisión, a la vez que inundando los escaparates de todas las librerías, y servir hasta para derrocar recientemente a la banda criminal del PP en el gobierno de España, situando la corrupción y el fraude  en el segundo problema de la ciudadanía española, detrás del paro, según el más reciente barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), y muy por encima del problema territorial de Cataluña que tanto se está manoseando para hacernos ver que estamos en el mayor peligro que corre nuestro país.

Intervención de Antón Saavedra en la presentación de su libro, el 13 de julio de 2018.

Sin embargo, lo más grave en el caso que nos ocupa, es que ha servido para llevar a una región próspera y rica como Asturias a la más de las paupérrimas miserias, hasta dejarla transformada en un auténtico paraje lunar, como consecuencia de haberse cargado el sector minero sin haber generado ningún tejido industrial alternativo, y ello a pesar de las cantidades multimillonarias de euros que se destinaron en concepto de Fondos Mineros, sobre todo en hormigón para hacer carreteras, de tal manera que ese 50 por ciento de paro juvenil en nuestra región tenga más facilidad para largarse del pueblo que les ha visto nacer, por cierto, con muy escasa formación, porque las cantidades multimillonarias destinadas para su formación fueron destinadas en su mayoría a la financiación de las estructuras burocráticas de los partidos, empresas y sus correspondientes “élites del pandillerismo sindical”.

La cruda realidad queda plasmada en el último y muy reciente informe de EUROSTAT que resulta demoledor para nuestra región, con una imagen tenebrosa en la que ASTURIAS se sitúa entre las 20 regiones de Europa con mayor tasa de desempleo, con un nuevo y amargo récord de paro juvenil y unas cifras de larga duración que asustan al más optimista.

A la espera de la ansiada recuperación económica que tarda demasiado en llegar, el Principado de Asturias queda ubicado, laboralmente hablando, en el furgón de la cola de la Europa de los 28, duplicando con creces casi todos los promedios europeos. De las 272 regiones que conforman la Unión Europea, Asturias con un 24,1, por ciento de paro se encuentra entre las 20 con mayor tasa de paro, siendo solamente superada por ocho comunidades españolas, dos francesas y nueve griegas que ostentan el dudoso honor de superar el porcentaje del Principado.

De hecho, cinco regiones españolas, con Andalucía a la cabeza, son las que encabezan el ranking europeo. Esa es la gestión del PSOE en el gobierno de Asturias, aquel partido que protagonizó aquella brutal RECONVERSION INDUSTRIAL que, disfrazada bajo el pomposo nombre de MODERNIZACIÓN DEL APARATO INDUSTRIAL, supuso el cierre masivo de nuestra minería, de nuestras industrias, sin un desarrollo paralelo de un nuevo tejido industrial, en el que sectores enteros fueron desmantelados y miles de trabajadores pasaron a engrosar las cifras del paro, una operación que continuaron ejecutando sus socios del bipartidismo turnista PPSOE.

Sí, amigas y amigos, esa es la cruda realidad de nuestra minería, de nuestra industria, y todo ello para dejarnos entrar en el elitista club de la Comunidad Económica Europea, donde nuestros futuros socios europeos exigían al gobierno felipista que iniciara un suicida desmantelamiento de sectores enteros de nuestra economía ya que, si no lo llevaban a cabo, jamás autorizarían el ingreso de España, entre otras cuestiones, porque los fundadores de Europa – como si nosotros viniéramos de otra galaxia – no querían ningún tipo de competencia para sus productos y no podían permitir la entrada de un país que figuraba entre las diez potencias industriales del mundo.

Antón Saavedra y Castañón en la presentación del libro “MEMORIAS DE UN SINDICALISTA DE ALLER”

Es verdad que la crisis se ha llevado por delante una gran parte de nuestra riqueza material, pero no es menos verdad que nuestra riqueza material ni estuvo ni está siendo defendida y gestionada por personas decentes, sino por auténticos  “sicarios” al servicio de la burguesía española, perfectamente representada por el bipartidismo turnista del PPSOE, surgido de la segunda restauración borbónica de 1978, de tal manera que la falsa bonanza económica que precedió a la crisis se había llevado una buena parte de nuestros valores, y sólo desde un pensamiento sincero, crítico, limpio, claro, generoso y humilde podemos regenerar nuestra conciencia para que el futuro se asiente sobre unas bases sólidas.

Quizá sea demasiado tarde para hacer algo por un mundo demasiado viejo, y demasiado pronto para saber algo de un mundo demasiado nuevo.

A veces, amigas y amigos, es necesario estar al borde del precipicio para comenzar a caminar en otra dirección. Puede que ahora estemos en una encrucijada, pero estar en la encrucijada es justamente lo contrario de encontrarse en un callejón sin salida. Todo es dar con el camino, y “se hace camino al andar”. Y para andar ese camino tenemos que reflexionar antes de vociferar, tenemos que unir antes que disgregar, porque esa es una tarea de nadie en particular y de todos en general que requiere sumar y no dividir voluntades y esfuerzos, estimular iniciativas, sembrar solidaridades, y remontar adversidades como siempre supo hacer el pueblo asturiano, que tiene en su tradición, en su gerencia, en su atractivo y en sus gentes, sobre todo en sus gentes, los mejores instrumentos para superarse.

Vivimos, amigas y amigos, una crisis tan dramática que a muchos ciudadanos le ha llevado a la desesperación y a la ruina, y en nada nos debe consolar el saber que el mundo ha sobrevivido a otras crisis aún mayores, algunas de las cuales terminaron en un colapso económico y cambiaron el curso de la historia. Lo que sí conviene saber es que para salir de este pozo del presente tenemos más recursos que nunca: más ciencia, más tecnología, más infraestructuras, mucho carbón, mucha agua, mucha masa forestal, y sobre todo mucha tradición industrial… Solo necesitamos recuperar la educación y los valores. Y, por supuesto, la voluntad de asentar sobre ellos una justicia insobornable, sólida y humana. Y no demos vueltas a la pirindola para llegar al mismo sitio de partida, porque mientras la justicia no sea justicia, nunca habrá justicia.

Creíamos que el bienestar era poco menos que eterno. Pero el virus de la codicia se ha llevado por delante las certezas y ha teñido de oscuridad los horizontes. Allí donde había luz hay sombra, allí donde había calma hay desasosiego, allí donde había seguridad hay incertidumbre y angustia. Y lo que es peor aún: allí donde había despilfarro comienza a aparecer el drama del hambre.

La situación de un parado temporal puede ser más o menos incómoda. La situación de un parado sin prestaciones es angustiosa y deprimente. La situación de un parado sin esperanza es sencillamente destructiva, y solo una sociedad enferma puede permanecer impasible ante la aniquilación humillante de algunos de sus miembros. Es algo radicalmente inhumano. Por ello tenemos que hablar con suma claridad.

Antón Saavedra en la firma de su libro para Jesús Sánchez, alcalde de Langreo, el 13 de julio de 2018

Resulta harto difícil, por no decir imposible, que la nueva política pueda brotar de las madrigueras en las que siguen atrincheradas las comadrejas de la vieja política. El milagro del arrepentimiento y la redención por las buenas obras siempre es posible. Pero será eso: un milagro, una excepción.

En todo caso éste es el rasero por el que debiéramos de apostar en cada momento a la hora de elegir a los hombres y mujeres que tienen que regir los destinos de nuestro país: el que esté dispuesto a cambiar la ley electoral, a imponer la democracia interna en los partidos, a devolver la independencia al poder judicial, a renunciar a aforamientos y demás privilegios, a predicar con el ejemplo dando un paso atrás ante la menor sospecha de connivencia con la corrupción, a incluir mecanismos de participación ciudadana en el proceso legislativo, ése representará a la nueva política.

Lo demás será, lisa y llanamente, más de lo mismo: Paro y Corrupción y más Corrupción y Paro, y lo más grave para una sociedad, que los votantes que sigan votando a los corruptos, sabiéndolo como lo saben, serán, por lo menos, sus cómplices. Así de claro.

No nos engañemos, ni nadie trate de engañarnos. La ciudadanía acude gozosa a las urnas, una vez cada cuatro años, integrándose en la máquina administrativa del Estado, olvidándose de sí misma y de la sociedad, para elegir las pirámides de burócratas de partido, con un jefe absoluto en la cúspide, que aspiran a estar detrás de la ventanilla en todas las manifestaciones externas del Estado. Mientras que los resortes del poder interno del Estado, los que otorgan privilegios y concesiones al gran capital, ni se rozan en las elecciones ni en los programas de los partidos gobernantes.

Antón Saavedra y Manuel Vazquez en la Bodeguita del Medio de la Semana Negra de Gijón, el 13 de julio de 2018.

No hubo ni izquierda ni derecha que haya osado oponerse, desde el Gobierno y en defensa de la libertad, a las grandes concentraciones de poder financiero y mediático, suficiente para deducir que la corrupción es inseparable del Estado de Partidos y que la naturaleza del Régimen que vivimos es la propia de una oligarquía. Sin embargo, la democracia institucional es posible. Basta con cambiar el sistema electoral y separar los poderes del Estado. Basta con dar a la ciudadanía el derecho de elegir a sus representantes. Basta con prohibir el escandaloso cinismo de que hombres y mujeres de un mismo partido, y de una misma elección, sean a la vez legisladores, gobernantes, jueces, administradores, consejeros jurídicos y auditores del Estado. A esto yo lo llamo dictadura plural.

Efectivamente, los electores votan pero no eligen, porque refrendar una de las listas de partido no es elegir. Los integrantes de las listas no son elegidos por los votantes, sino por los jefes de partido y, por lo tanto, no representan a los electores ni a la sociedad civil. Esa distribución de cuotas electorales entre partidos sólo puede representar a la sociedad política costeada con fondos públicos, es decir a la sociedad estatal. No se vota a diputados de los electores, del pueblo o de la sociedad, sino a puros delegados de los partidos estatales. Todos los gobernantes y gobernados, apuntalan la colosal mentira de llamar legislativas a estas burocráticas elecciones administrativas para cubrir puestos de relieve en el Estado; de llamar representantes del pueblo a simples delegados de partidos; de llamar separación de poderes a la simple separación de funciones públicas entre personas de una misma obediencia de partido; de llamar democracia representativa a esta más que degenerada oligarquía estatal.

En fin, amigas y amigos, no es mi intención contar todo el libro, porque quiero que lo lean. Ha sido un placer compartir con vosotros y vosotras estos minutos, y solo me queda agradeceros vuestra paciencia, vuestro interés y vuestra amabilidad. Reitero mi agradecimiento a la editorial SANGAR.

Muchas gracias.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

ARTICULO DE LA PERIODISTA ESTHER CANTELI

$
0
0

Antón Saavedra, el socialista utópico

Esther Canteli

Su figura es clave para entender el devenir de la historia social e industrial de Asturias en los últimos 50 años. Como si fuera un roble, Antón Saavedra ha resistido los duros avatares de la convulsa evolución política y sindical de una tierra que ha experimentado uno de los declives más dramáticos de toda Europa.

La voz de Antón -en el más literal de los sentidos- sigue alzándose certera, honesta y plena en este vertiginoso siglo XXI, en medio de la globalizadora revolución del conocimiento y con Asturias con la Güestia susurrándole al oído la dura realidad de la extinción demográfica.

Antón ha sido partícipe y testigo activo de la vida política y sindical de la Asturias minera en décadas cruciales de la historia de España, especialmente desde la muerte de Franco.

Ha nacido y vivido bajo una dictadura y ha sido activista por la libertad. Recibió con esperanza la llegada de la España democrática y con impotencia la evolución de las políticas gubernamentales respecto al carbón, que han terminado por borrar del mapa energético e industrial internacional a su querida Asturias.

Leal a sus principios, esos que aprendió de sus antepasados, la conciencia de Antón es como una antorcha en medio de las tinieblas de desesperanza, corrupción y ausencia de liderazgo en las que está sumido el sindicalismo minero astur.

Culto, trabajador, con vocación al estudio y la investigación, y buen comunicador, Antón encarna un perfil bien distinto del de otros políticos grises, indocumentados y con ausencia de motivación que han proliferado más de lo deseado en las últimas décadas.Antón Saavedra no cambió ni de barrio, ni de casa, ni de mujer, ni de valores, ni de ideas… Fue y es un modelo de coherencia y humildad.

Y, por supuesto, es una persona valiente. Ni era ni es fácil denunciar ciertas praxis, conductas y actos en un contexto de ley del silencio siciliana, como la que se vivió en las cuencas mineras de Asturias antes y después de Franco.

El otro día en la Semana Negra en la presentación de su último libro, Memorias de un sindicalista de Aller, Antón hizo un discurso enjundioso en el que puso de manifiesto la esencia de su ideario social, donde priman los valores humanos, especialmente el de la solidaridad y la inquietud por construir un mundo mejor, en el que los más desfavorecidos puedan caminar con dignidad.

A mí, personalmente, me encantó que citara a Bakunin, uno de los pensadores y revolucionarios que más me fascinan, y la verdad es que escuchando la voz firme y contundente de Antón, con esa pizca de vehemencia agitadora característica de su personalidad, viajé a un mundo de ensoñación histórica, en la que el socialismo utópico cobraba vida.

Antón, en la esencia de su puesta en escena, parecía un líder obrero de los años 20 o 30 del siglo XX, un líder de aquellos que pensaban que solo a través de la educación, del respeto a la cultura y sobre todo del respeto a las personas se podía alcanzar la utopía de la libertad, la igualdad y la fraternidad.

Me recordó a mi admirado Robert Owen, el de la doctrina de la fraternidad humana y, de pronto, sentí la figura de Antón como la de un genuino socialista utópico que, en vez de predicar en Suiza, Francia o Inglaterra, lo hacía en las ruinas de un astillero, en medio del desierto ideológico asturiano.

 

 

EL HUNDIMIENTO DEL PSOE: VIGÉSIMA TERCERA PARTE

$
0
0

A Felipe González le dijeron en el BILDERBERGER que se pusiera la chaqueta de pana, a Pedro Sánchez le han dicho que se envuelva en la bandera. Jamás el PSOE ha utilizado la bandera española como símbolo, porque en España siempre ha sido el símbolo de la derecha…

«Basta de promesas incumplidas e incumplibles, basta de programas guardados en un cajón al día siguiente de las elecciones. Hoy con esta firma convierto mi programa en un contrato con la ciudadanía. Y un contrato es un acuerdo de voluntades que genera derechos y obligaciones. Mi compromiso a cumplir punto por punto el proyecto de reformas de nuestro programa, un compromiso constante con la ciudadanía». (Pedro Sánchez, 20 de diciembre de 2015).

De repente, aquella moción de censura que tenía como objetivo resituar políticamente tanto al PSOE como a Pedro Sánchez, acabaría con el partido en el Palacio de la Moncloa y con su secretario general como presidente del Gobierno.

Nunca, desde las históricas elecciones de febrero de 1936, se había vuelto a registrar una mayoría parlamentaria como ésta que llevaba a Pedro Sánchez a la presidencia del Gobierno. La suma total de las fuerzas nacionalistas vascas con las soberanistas catalanas, además de las progresistas españolas de UNIDOS PODEMOS, configuraba sociológicamente la pluralidad de las naciones que conviven en el Estado español: Doce millones de votos – un millón más de los obtenidos por el centralismo de la organización criminal del PP y su xerocopia de C’s -, que venían demandando una política democrática, que combinase la agenda territorial con la social sin relegar a ninguna, encontraban, por fin, la respuesta política que buscaban para acabar con la sistemática involución democrática que se venía dando en nuestro país, especialmente marcada por una fuerte represión en Cataluña.

Los nuevos ministros, acompañados del Rey Felipe  VI, y el presidente del gobierno Pedro Sánchez, posan en la foto de familia tras prometer su cargo en el Palacio de la Zarzuela, en Madrid.

Es verdad que Pedro Sánchez comenzaba su gobierno con una enorme debilidad. Con solo 84 diputados, con un horizonte cercano de nuevas elecciones, acusado de ilegitimidad por no ser diputado y ganar la moción, arrastrando casos de corrupción en su partido que le quitarán la sonrisa, con imputaciones de connivencia con los que quieren romper España, con reprobaciones por si se echa en brazos de PODEMOS, presionado por los barones y la vieja guardia del PSOE que son más de derechas que el palo de la bandera, amenazado por Bruselas y reconvenido por las bases del PSOE que le hicieron ganar la secretaría general con un discurso por la izquierda, su gobierno es una amalgama de Narnia, Disneylandia y el País de Nunca jamás para evitar que cualquier roce de cada uno de estos grupos no demuestre en su gobierno fatiga de los materiales y se hunda como las torres gemelas.

En estas condiciones arrancaría Pedro Sánchez como presidente prometiendo cambios de impacto que convirtieron La Moncloa en una especie de oficina electoral desde donde a diario salían sugerentes medidas envueltas en papel de regalo. Ya su efectista Gabinete – con el astronauta y masón Pedro Duque, “amante de la educación privada porque siempre va corriendo por delante de la enseñanza pública”; el juez conservador Fernando Grande-Marlaska, con el historial más negro de toda la judicatura, hasta el punto de aparecer como juez instructor en seis de los nueve casos juzgados por el Tribunal de Estrasburgo que condenaron a España por torturas; la Teresa Ribera, perteneciente al lobby multinacional electrofascista, como ministra de la “cosa energética y el medio ambiente” con los negocios de las energías renovables; la médico andaluza María Jesús Montero, exconsejera de Sanidad de la Junta de Andalucía, entre cuyos méritos destacan el haber recortado la sanidad pública en beneficio de la privada, hasta dejar la sanidad andaluza en “tercera división”; o el extertuliano del programa facha de la Ana Rosa Quintana, Maxin Huerta, que batiría un record de permanencia como ministro – seis días – al ser descubierta su afición como defraudador de la Hacienda Pública; por no hablar del nuevo ministro de Exteriores, Josep Borrell, después de su denigrante papel jugado en el conflicto catalán, participando en actos de la Organización Sociedad Civil Catalana junto a cargos de Ciudadanos y del PP, como Xavier Garcia Albiol, y figuras de la extrema derecha como el peruano Vargas Llosa, amén de sus connivencias con la corrupción que le obligarían a dimitir como secretario general del PSOE y candidato a la presidencia del gobierno y, muy recientemente, con la empresa Abengoa, de la que era consejero por el sistema de las “puertas giratorias” …-, fue toda una declaración de intenciones..

Han pasado los cien días de rigor desde la toma de posesión  del Gobierno y pocas de aquellas promesas avanzaron, otras se rectificaron o matizaron y de muchas nada ha vuelto a concretarse. Es decir, de esa España ideal sin violencia de género, ni copago a los jubilados, solidaria con los inmigrantes e inflexible con quienes defraudan a Hacienda hemos pasado a una España real, la del PSOE de los 84 diputados y con las manos atadas. Un PSOE en el gobierno que no ha podido aprobar su senda fiscal porque quienes le apoyaron en la moción de censura han rechazado sus objetivos de déficit y techo de gasto y su margen de actuación presupuestaria es limitado. Estas y otras promesas no son más que ejemplos de como éstas se las lleva el viento en este Gobierno que desde un principio iba a ser transitorio y que ahora promete agotar la legislatura.

El Gobierno se ha reunido este sábado, 25 de agosto de 2018, en la finca de los Quintos de Mora, situada en Los Yébenes (Toledo). Allí, el Ejecutivo al completo ha celebrado un encuentro informal para debatir, diseñar y reflexionar en torno a una estrategia de cara al nuevo curso político.

En este interregno, carente de una mayoría capaz de llevar a cabo reformas legislativas, esa estrategia está basada en una política gubernamental unilateral simbólica, que la llena de contenido a falta de un programa de cambios estructurales y que trata de sostener y seguir alimentando la esperanza surgida en la moción de censura. En los primeros días, el nuevo gobierno reivindicó  la dignidad moral abriendo los puertos españoles a los emigrantes rescatados en el Mediterráneo, a los que el gobierno italiano rechazaba con argumentos racistas y xenófobos. Pocos días después, descartó la posibilidad de llevar a cabo reformas de fondo de la Ley Mordaza, la Legislación Laboral o la LOMCE del PP. No ha podido publicar la lista de la amnistía fiscal de Montoro, pero si anunciar un proyecto de ley que prohíba nuevas amnistías fiscales. Ha iniciado los trabajos para una propuesta de reforma de la Ley de Memoria Histórica y, mientras tanto, sigue entreteniendonos con la  exhumación inminente de la momia del asesino dictador Franco del Valle de los Caídos.

Cuatro temas han puesto de manifiesto en estos cien días de gobierno de manera acuciante esos márgenes. El primero: el nombramiento de los responsables de RTVE, largamente pospuesto por el PP, a pesar de la patente ilegalidad en que se encuentra sumido el consejo de administración de los medios de comunicación audiovisuales públicos, es un prioridad en el programa de cualquier gobierno. RTVE ha sido durante años un descarado aparato de propaganda del PP. A la espera de que se convoque el concurso público de acuerdo con la nueva legislación aprobada para su renovación, era esencial contar con una dirección en el ente público capaz de asegurar su neutralidad y profesionalismo. Las negociaciones entre PSOE y UNIDOS PODEMOS acabarían con la pérdida de la votación sobre el decreto del gobierno por “error” de dos diputados del PSOE. Finalmente, el 27 de julio, en una segunda votación por mayoría simple, quedaba ratificado el Decreto del gobierno que nombraba a la periodista Rosa María Mateo al frente de RTVE, aunque tampoco fue fácil, porque PSOE y UNIDOS PODEMOS  tuvieron que acordar “dentro de los márgenes” un candidato miembro de la plantilla de RTVE y no un periodista independiente, a la vez que sufrieron un desgastante intercambio con la nueva dirección del PDeCAT sobre los “márgenes” del diálogo con la Generalitat catalana. 

Entre los hechos descritos por Corinna en su conversación mantenida en Londres con Villarejo y Villalonga, ésta contó que el Emérito habría ocultado fondos en Suiza, habría intentado utilizarla como testaferro para blanquear dinero y habría aprovechado sus contactos internacionales para cobrar una comisión millonaria por el proyecto del AVE a la Meca. También que él mismo habría pedido dinero para Nóos, el instituto donde su yerno Iñaki Urdangarin cometió las irregularidades que le han llevado a prisión con la sentencia firme del Tribunal Supremo.

El segundo, referido al “caso Corinna” y la corrupción y chantaje al estado de sus cloacas, donde la filtración de nuevas grabaciones realizadas por el comisario Villarejo de sus entrevistas con la amiga de Juan Carlos I, Corinna zu Sayn-Wittgenstein, y el expresidente de Telefónica Juan Villalonga provocaba un segundo pulso sobre los “márgenes”. En este caso sobre los que afectan a un pilar central del régimen del 78, como es la monarquía. La naturaleza de las acusaciones que se desprenden de las cintas ha obligado a la comparecencia del Director del CNI a puerta cerrada en la comisión de gastos reservados del Congreso y, sin duda, propiciarán una investigación de Hacienda sobre las cuentas atribuidas al rey emérito, pero rápidamente se le ha querido exculpar reafirmando su “inviolabilidad” en el ejercicio de sus funciones, lo que no excusa de la investigación de cualquier posible delito. Por si había alguna duda, sería el propio Pedro Sánchez quien saltaba a la palestra para asegurar que el gobierno no admitiría “ningún chantaje al estado”, dejando muy claro que las grabaciones filtradas eran efectivamente un desafío de las “cloacas” del estado, organizadas desde el Ministerio del Interior por cargos del Partido Popular, contras las propias instituciones del régimen del 78, para defender sus intereses privados.

El juez Pablo Llarena ha desactivado todas las órdenes internacionales de detención. No solo la de Carles Puigdemont, también las del resto de los fugados: Luis Puig, Meritxell Serret, Clara Ponsatí y Marta Rovira. El magistrado ha dictado un auto en el que rechaza la entrega a España del expresidente catalán en las condiciones que acordó el Tribunal Regional Superior de Schleswig-Holstein, es decir, para ser juzgado sólo por un delito de malversación, pero no por rebelión ni sedición.

La tercera, referida a la gestión de la crisis constitucional catalana donde, con independencia del apoyo del PSOE de Pedro Sánchez a la aplicación del artículo 155 a la Generalitat de Catalunya por el gobierno Rajoy, es evidente que la moción de censura implicaba la promesa de un cambio de enfoque y actitud. Esta comenzaba por reconocer que “la sociedad catalana votó un Estatuto que ahora mismo no es el que rige Cataluña, porque fue recortado como consecuencia de la sentencia del Tribunal Constitucional. Por tanto, hay una falta de legitimidad del Estatuto de Autonomía de Cataluña que tiene que ser corregida”.

La situación de prisión provisional de los dirigentes independentistas catalanes, considerada por el propio PSC como una “medida excesiva”, ha quedado aplazada al limbo de la judicatura, sin nuevas instrucciones a la fiscalía, a pesar de la decisión de los tribunales alemanes, belgas y británicos de rechazar la euroorden de detención del Juez Llarena por el cargo de rebelión. Una y otras medidas han ido marcando los “márgenes” en el tratamiento del gobierno Sánchez de la cuestión catalana, cuyo primer objetivo es reducir la tensión de la confrontación en la propia Cataluña y preparar un nuevo escenario de diálogo tras las elecciones generales y, posiblemente, unas catalanas. La inestabilidad de esta situación en todos los ángulos se ha acabado manifestando en la señal de los independentistas catalanes en el Congreso mediante su abstención en la primera vuelta de la ratificación del decreto de RTVE y en el techo de gasto.

La cuarta, sobre el techo social de los presupuestos para el año 2019, después del equilibrismo desarrollado en la aprobación por parte del PSOE de los presupuestos de 2018, elaborados por el gobierno del PP, y el rechazo parcial de las enmiendas de castigo de la mayoría del PP en el Senado después de la moción de censura, el nuevo gobierno alcanzó unilateralmente un acuerdo de flexibilización de los ritmos del ajuste fiscal.

La mayoría parlamentaria del PP en el Senado podrá bloquear los intentos de PSOE y Podemos de ‘saltarse’ el veto de la Cámara Alta -con mayoría absoluta del PP- a la aprobación de la senda de estabilidad, paso previo para la elaboración de los Presupuestos Generales del Estado de 2019.
Así lo ha anunciado el portavoz del grupo del PP en el Senado, Ignacio Cosidó, que ha asegurado este jueves que su formación “se opondrá con toda la capacidad parlamentaria” al pacto que alcanzaron a última hora de este miércoles el Ministerio de Hacienda y Podemos para “eliminar el derecho a veto” que atribuye el artículo 15 de la Ley de Estabilidad Presupuestaria al Senado, en tanto que esta cámara puede tumbar la senda de déficit sin que tenga que volver al Congreso, donde podría levantarse el rechazo como ocurre con las leyes ordinarias.

Con un crecimiento anual previsto del 2,8% del PIB y la anunciada subida de impuestos sobre los beneficios y la banca, el techo de gasto propuesto por el gobierno es un 4,4% superior al de 2018 (125.064 millones de euros). El gobierno Sánchez opta de esta manera por una formula “a la portuguesa” de corrección parcial de los desequilibrios del déficit social, pero sin poner en cuestión la orientación del ajuste fiscal impuesto por la UE. No obstante, un problema adicional surge con la Ley de Estabilidad Presupuestaria, que confiere al Senado, donde el PP sigue ostentando la mayoría absoluta del PP, un derecho de veto sobre las propuestas de techo de gasto aprobadas en el Congreso de los Diputados. Sin haber acometido previamente su reforma, la propuesta del PSOE queda condenada de antemano al fracaso.

Con los precedentes del acuerdo unilateral para cuatro años del gobierno Rajoy en funciones con la Comisión Europea en 2015, y tras la experiencia portuguesa, la respuesta de UNIDOS PODEMOS, en la perspectiva además del veto del PP en el Senado, era más que previsible. Y el gobierno de Pedro Sánchez ha intentado cambiar de responsable del bloqueo del techo de gasto en 24 horas, acusando a UNIDOS PODEMOS de un ajuste de 11.000 millones de euros que afectaría especialmente a las comunidades autónomas. Pero, con la ley en mano, el gobierno esta obligado a presentar una nueva propuesta en septiembre sobre techo de gasto y, es de esperar, que antes ofrezca soluciones reales para el veto del Senado, por una parte, y las cifras fundamentales para la negociación del conjunto del presupuesto de 2019, cuyo objetivo debe ser no solo frenar el empobrecimiento de importantes sectores sociales, sino poner fin a las políticas neoliberales a la vez que prepararse desde la defensa de los intereses sociales a la nueva recesión de la economía capitalista que comienza a vislumbrarse en el horizonte. Es decir, discutir los “márgenes” de los intereses sociales en juego en el presupuesto que definirá el largo ciclo electoral de 2019 y de cuyo acuerdo dependerá la posibilidad o no de un gobierno de la izquierda en 2020.

El nuevo PSOE de Pedro Sánchez no derogará la reforma laboral del Gobierno del PP. El equipo económico de Ferraz considera ahora que la que fue una de las leyes estrella de Mariano Rajoy durante su primera legislatura no es la mejor, pero no la desmontará en el Congreso de los Diputados. Los socialistas se desmarcan así de una de las reivindicaciones de Unidos Podemos en materia laboral y apuestan por seguir su propio camino, introduciendo, eso sí, algunas modificaciones en una ley que para el Gobierno es prácticamente intocable, la más aplaudida internacionalmente y, en opinión de Moncloa, una de las claves de la recuperación económica.

Mención aparte merece una de las promesas estrella del programa del PSOE, como era la Reforma Laboral,  partiendo de derogar la vigente «con carácter inmediato»,  una de las banderas socialistas contra el PP que trataba de marcar su perfil de partido de izquierda. Sin embargo, ya nadie en Moncloa habla de derogar la reforma laboral. Ni siquiera los sindicatos. A los anuncios malogrados de los primeros días se suman otras promesas del PSOE en la oposición que se han descartado o matizado al llegar a La Moncloa. La más clara es la renuncia a publicar la lista de defraudadores que se acogieron a la amnistía fiscal de Montoro. El Gobierno reconoce ahora que no tiene capacidad jurídica para «modificar un pasado ya sentenciado» y la ha descartado . A cambio, eso sí, promete una ley para prohibir futuras amnistías fiscales.

A la vista de lo expuesto, tal pareciera que la democracia parlamentaria española caminase hacia la inversión del título del famoso aguafuerte de Goya: Los sueños de los monstruos engendran razones. Son 80 los “Caprichos” de Goya y 84 los diputados del PSOE. Los “Caprichos” de Goya se vendían en conjunto por 320 reales de vellón en una tienda de licores y perfumes en el número uno de la madrileña calle del Desengaño. Tiene su ironía el lugar escogido por “la astucia de la razón” para comerciar con los caprichos de la inteligencia. El caprichoso destino de Sánchez parece unido al de Rajoy: Como el profeta de un pasado mañana comprado a plazos, corriendo hacia ninguna parte con los votos en almoneda, alquilados o prestados para ser “presidente por un día”, el cándido candidato Sánchez corre el riesgo de convertirse en un free rider, un polizón dentro del cascarón hundido de su propio partido o un “consumidor parásito”, de esos que se niegan a pagar su parte en la instalación del ascensor porque viven en el bajo. Los caprichos de Sánchez pueden acabar costándole muy caros y terminar malvendiendo los 84 diputados del PSOE en la metafórica calle del desengaño electoral.

El enemigo íntimo en que se ha convertido el PSOE para Sánchez, y viceversa, demuestra como funciona la dinámica de la “ley de hierro de la oligarquía” partidista y el ethos suburbial de la estética política: de guapo a tonto hay dos copas o dos legislaturas, según los casos, y Sánchez acude al Congreso de los Diputados con pase de visita, invitado, con voz, pero sin voto, como el tonto útil de un partido cada vez más inútil.

Al PSOE le sobra Sánchez y a Sánchez le estorba el PSOE. Aunque en su partido nadie le respeta, España es condescenciente con él, porque se sabe de su esfuerzo en parecer lo que no es y en ser lo que no parece. Y hay que admitirlo, mueve a la ternura su empecinamiento en demostrar que, al menos, es menos tonto de lo que el malvado CIS periódicamente le espeta  a la cara.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

PRESENTACION DE “MEMORIAS DE UN SINDICALISTA DE ALLER” EN LANGREO

$
0
0

 

20 DE SETIEMBRE DE 2018

LANGREO (1)Buenas tardes y muchas gracias por vuestra asistencia. Gracias a la compañera SILVIA, responsable del Club de Prensa Asturiana de La Nueva España, por la organización de este acto desde la magnífica tribuna de la CASA DE LA CULTURA DE SAMA, y gracias a la editorial SANGAR por ofrecerme la posibilidad de publicar la obra, pero antes de comenzarmi disertación permitidme expresar mi sincero agradecimiento al joven doctor en Historia del Arte y viejo amigo CRHISTIAN FRANCO TORRE, autor del prólogo de mi libro.

“UN SINDICALISTA DE ALLER” es el cuarto libro que escribo desde que dejé mi actividad sindical y política, y algunos se preguntarán por qué lo he escrito, siendo la respuesta muy sencilla por mí parte: Porque cada uno de nosotros acumulamos en nuestra vida un origen, evolución, pensamiento, realizaciones, triunfos y fracasos que son únicos, y cuando miramos atrás para hacer un balance sobre nuestra propia vida, comprobamos que las grandes enseñanzas que hemos recibido se las debemos trasmitir a nuestros descendientes, por eso nuestra historia tiene que ser contada.

“UN LANGREO (6)SINDICALISTA DE ALLER” es un libro del que me siento especialmente satisfecho. Es una crónica en carne y hueso de lo ocurrido en Asturias, en España y, por extensión, en el mundo, desde mi nacimiento hasta el año 2018. Una crónica realizada en clave de lucha por la libertad, la igualdad y la solidaridad.

Es un libro de recuerdos, de reflexiones y de lecturas que forman todo un cuerpo de acción, de pensamiento, de ideas, de principios y valores políticos de un sindicalista y militante socialista, pero también es un libro que denuncia la CORRUPCIÓN galopante en nuestro país, en nuestras instituciones y, como no, en el sindicalismo minero al que he dedicado los años más importante de mi vida, siempre concibiendo el sindicalismo de clase fundamentado en una escala de principios y valores.

Si para unos el sindicato era considerado una mera correa de transmisión respecto a los partidos, sea cual fuera la modalidad, y para otros el sindicato sigue siendo considerado como un arma política para medrar en el parlamento o hacerse una carrera profesional, para mí el sindicalismo ha sido y sigue siendo la expresión de una lucha reivindicativa a la par que de transformación cualitativa de las relaciones sociales y de producción. Por eso hay que tener mucho cuidado con esa seudo-izquierda compuesta en gran parte de mimetismo, oportunismo y arribismo.

Aquellos que más gritan ahora que son de izquierda son los que no lo han sido nunca, los que durante muchos años atrás han navegado a favor de la corriente, sin haber conocido lo que es la penuria e indiferentes a los sufrimientos y preocupaciones del pueblo, de la clase trabajadora. Para esa gente, la izquierda es como un valor de bolsa; se apuntan a ella según su cotización en el mercado.

img-20180920-wa0041Una izquierda auténtica y digna de ese nombre no se improvisa. Se pueden improvisar insignias, banderas, colores, etiquetas, publicaciones a todo lujo y cuentas corrientes, pero no una conciencia de izquierda. Para lo primero solo hace falta dinero – en su mayoría logrado por métodos mafiosos -, y una buena dosis de cinismo; lo segundo se logra a través de la honradez, la honestidad, el espíritu de sacrificio, la integridad moral y el idealismo.

La izquierda es la virtud. Y es que, cualquier movimiento político que no sea virtuoso no puede ser nunca de izquierda, aunque exhiba los programas más revolucionarios, porque, para mí, ser de izquierda no significa otra cosa que aspirar a ennoblecer el mundo, a desterrar de él la injusticia y la ignominia.

Un sindicato auténtico, desde mi punto de vista, en ningún momento puede reducirse a ser un órgano salarial y reivindicativo de aumento del sueldo, que también, sino que siempre lo he concebido como la organización permanente de los trabajadores, donde tenga cabida la participación activa de todos sus miembros para llevar a cabo una agitación permanente en los centros de trabajo, un debate ideológico permanente que tenga como objetivo la elevación en el nivel de vida consciente del pueblo.

En su libro “POLÍTICA” y en sus libros de ética, Aristóteles nos demuestra que la base de la “polis” no puede ser otra que la virtud, fuente de la amistad y la justicia. Un Estado carente de virtud, nos dice el gran filósofo griego, degenera finalmente en tiranía, oligarquía o demagogia y, actualmente, en la situación que nos toca vivir en este mundo globalizado, la amistad ha sido cambiada por el odio, y cuando el odio rompe el marco de subjetividad se transforma fácilmente en terrorismo, totalitarismo, dictadura fascista, delincuencia política, bombas, atentados y guerras, demasiadas guerras.

Desde mi punto de vista, un hombre de izquierda no debe odiar a nadie, ni siquiera a los ricos, a los poderosos e injustos. Más bien, pienso yo, debiéramos compadecerlos, pues bastante desgraciados son, en su fuero interno. A los ricos y a los poderosos hay que combatirlos, sin odiarles ni caer en la soberbia de creernos, como personas, mejores que ellos, porque también, entre los hombres y mujeres de nuestra trinchera, tenemos bastantes defectos. Hacer un llamamiento a los trabajadores para decirles que el único mal es la existencia de los ricos, es engañarles miserablemente, porque la riqueza es una forma del mal, pero no la única.

img-20180920-wa0029La izquierda, tal y como yo la entiendo, es culminación y madurez. Tiene que ser enérgica y consciente de su fuerza, capaz de autodefenderse, pero nunca violenta por sistema ni fanática. Bakunin, al que no se le podrá acusar de tibieza revolucionaria, nos explica cómo, “en nombre de la igualdad, la burguesía derrocó y masacró un día a la nobleza, y nosotros, en nombre de la igualdad exigimos hoy la muerte violenta de la burguesía, pero con la diferencia de que nosotros, menos ávidos de sangre que la burguesía, no queremos masacrar a las personas, sino a las instituciones”.

La gran tragedia de la izquierda actual es que carece del espíritu obrero que toda izquierda verdadera debería poseer. Sus líderes hablan en nombre del pueblo, pero no son el pueblo, con el que nunca han convivido estrechamente y al que solo conocen como masa. En sus mítines y congresos hablan de igualdad, de justicia y de socialismo, pero en su manera de vivir y actuar imitan los modales y vicios de la propia burguesía, en cuyo seno se han formado la inmensa mayoría de ellos.

Toda esa turba de politicastros profesionales, aspirantes a jefes de partidos y periodistas charlatanes a su servicio que intrigan y pululan por las tertulias políticas de los distintos medios de comunicación carecen por sí solos de fuerza suficiente, de ahí que necesitan del inmenso poder de la clase trabajadora para ponerse al servicio de la oligarquía, y por eso adulan y adulan para ir introduciéndose en sus filas hasta convertirse en jefes de la clase trabajadora y servirse de ella en sus ambiciosos planes.

Quiero decir que, el sindicato, los sindicatos, deben de emplearse para servir exclusivamente a los trabajadores y nunca para servirse de él, de ellos, como trampolín político de ciertas apetencias personales. Y con ello no estoy condenando el apoliticismo. Lo que debemos condenar enérgicamente es la práctica de un sindicalismo dirigido, porque los sindicatos, cuando se convierten en apéndices gubernamentales o de cualquier patronal, pierden la libertad de acción y arrastran a las masas por el camino de la derrota.

41595860_1966350633387086_6144507619567468544_nNo podemos ni debemos confiar en aquellas organizaciones sindicales que tienen su secretaría permanente en los partidos políticos o que dependan directamente del correspondiente ministerio, enviando a sus miembros a realizar propaganda gubernamental o de partido.

Y conste, que no estoy rechazando el papel que tendrían que jugar los partidos de la auténtica izquierda, sino defendiendo, siempre desde la plena autonomía sindical, una relación normalizada con todos los existentes a través de una interlocución fluida con todas las fuerzas. Al fin y al cabo, la convergencia en los objetivos de clase a lograr, tendrán que venir dados a través de una combinación de la lucha sindical desde los sindicatos de clase con la lucha política de los partidos verdaderamente obreros en los parlamentos, en los ayuntamientos, en las instituciones.

Pero, además, se impone la necesidad de un reforzamiento sindical a través del internacionalismo sindical, encuadrando a todos los sindicatos en confederaciones internacionales, tal y como están organizadas las multinacionales en los distintos sectores, para profundizar en el trabajo conjunto a todos sus niveles.

“Un sindicalista de Aller”, tal y como ha quedado dicho, es también un libro que denuncia la CORRUPCIÓN, en este caso dando continuación en sus páginas a la corrupción en el sindicalismo minero, objeto de mi anterior libro sobre el “VILLAMOCHO: Corrupción en el Sindicalismo Minero”.

Efectivamente, tal como se afirmaba en la sinopsis del libro aludido, nos encontramos ante la historia de una mafia, la mafia del SOMA-UGT-PSOE y del carbón, donde solo se ha abandonado la bandera negra con la calavera por el estuche negro del ordenador; y la maleta con la ametralladora por el maletín del ejecutivo para diferenciarla de la mafia caponesca del Chicago de los años veinte o de las actuales mafias calabresa y siciliana.

En Asturias, la mafia del SOMA-UGT-PSOE y del carbón ha pasado a conocerse por el VILLAMOCHO, actualmente sentenciados judicialmente, en su primer capítulo, algunos de sus principales miembros, por la Audiencia Provincial de Asturias, camino de la cárcel de Villabona.

LANGREO (5)Sin temor a equivocarme, podría afirmar que, en lo que llevamos del actual siglo, la corrupción se ha convertido en una especie de bacilo de la peste que viene de lejos y que conoce ahora, como cualquier sistema infeccioso, su eclosión purulenta, y publicar un libro sobre corrupción en estos momentos podría hasta tildarse de oportunista, pero yo pienso que se trata de un libro oportuno, entre otras cuestiones, porque la corrupción ha sido, es tan grande y grotesca que ha conseguido penetrar en la conciencia ciudadana, aunque no lo suficiente, llenando las páginas de los periódicos, ocupar los espacios de radio y televisión, a la vez que inundando los escaparates de todas las librerías, y servir hasta para derrocar recientemente a la organización criminal del PP en el gobierno de España, situando la corrupción y el fraude  en el segundo problema de la ciudadanía española, detrás del paro, según el más reciente barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), y muy por encima del llamado problema territorial de Cataluña que tanto se está manoseando para hacernos ver que estamos ante el mayor problema que tiene planteado nuestro país.

No, compañeras y compañeros, el problema catalán no es un problema territorial, aunque lo pueda parecer. El problema para el Estado es que una parte de la población ha dicho ¡¡¡ BASTA !!!, ¡¡¡ basta de corrupción, basta que pase de todo y no pase nada, basta de legislar para una oligarquía que se enriquece a manos llenas, basta de unas astronómicas “ayudas a la banca”, mientras los recortes a la sanidad, la educación, la dependencia o las pensiones, entre otros, se han instalado para atender la deuda soberana !!!.

Sin embargo, lo más grave en el caso que nos ocupa, es que ha servido para llevar a una región próspera y rica como Asturias a la más de las paupérrimas miserias, hasta dejarla transformada en un auténtico erial, como consecuencia de haberse cargado el sector minero sin haber generado ningún tejido industrial alternativo, y ello a pesar de las cantidades multimillonarias de euros que se destinaron en concepto de Fondos Mineros, sobre todo en hormigón para hacer carreteras, de tal manera que ese 45 por ciento de paro juvenil en nuestra región tenga más facilidad para largarse del pueblo que les ha visto nacer, por cierto, con muy escasa formación, porque las cantidades multimillonarias destinadas para su formación fueron destinadas, en el mejor de los casos, a la financiación de las estructuras burocráticas de los partidos, empresas y sus correspondientes “élites del pandillerismo sindical”.

La cruda realidad queda plasmada en el último y muy reciente informe de EUROSTAT que resulta demoledor para nuestra región, con una imagen tenebrosa en la que ASTURIAS, con el 18 por ciento de paro, se sitúa entre las 20 regiones de Europa con mayor tasa de desempleo, con un nuevo y amargo récord de paro juvenil y unas cifras de larga duración que asustan al más optimista.

facebook_1537481055087De las 273 regiones que conforman la Unión Europea de los 28, Asturias se encuentra entre las que ostentan un lugar de preferencia en la cola del paro, siendo solamente superada por ocho comunidades españolas, dos francesas y nueve griegas que ostentan el dudoso honor de superar el porcentaje del Principado.

De hecho, cinco regiones españolas, con Andalucía a la cabeza, son las que encabezan el ranking europeo. Esa es la gestión del PSOE en el gobierno de Asturias, aquel partido que protagonizó aquella brutal RECONVERSION INDUSTRIAL que, disfrazada bajo el pomposo nombre de MODERNIZACIÓN DEL APARATO INDUSTRIAL, supuso el cierre masivo de nuestra minería, de nuestras industrias, de nuestra agricultura y ganadería, sin un desarrollo paralelo de un nuevo tejido industrial, en el que sectores enteros fueron desmantelados y miles de trabajadores pasaron a engrosar las cifras del paro, una operación que continuaron ejecutando sus socios del bipartidismo turnista PPSOE.

Sí, amigas y amigos, esa es la cruda realidad de nuestra minería, de nuestra industria, y todo ello para dejarnos entrar en el elitista club de la Comunidad Económica Europea, donde nuestros futuros socios europeos exigían al gobierno felipista que iniciara un suicida desmantelamiento de sectores enteros de nuestra economía ya que, si no lo llevaban a cabo, jamás autorizarían el ingreso de España, entre otras cuestiones, porque los fundadores de Europa – como si nosotros viniéramos de otra galaxia – no querían ningún tipo de competencia para sus productos y no podían permitir la entrada de un país que figuraba entre las diez potencias industriales del mundo.

Es verdad que la crisis se ha llevado por delante una gran parte de nuestra riqueza material, pero no es menos verdad que nuestra riqueza material ni estuvo ni está siendo defendida y gestionada por personas decentes, sino por auténticos  “sicarios” al servicio de la burguesía española, perfectamente representada por el bipartidismo turnista del PPSOE, surgido de la segunda restauración borbónica de 1978, de tal manera que la falsa bonanza económica que precedió a la crisis se había llevado una buena parte de nuestros valores, y sólo desde un pensamiento sincero, crítico, limpio, claro, generoso y humilde podemos regenerar nuestra conciencia para que el futuro se asiente sobre unas bases sólidas.

Quizá sea demasiado tarde para hacer algo por un mundo demasiado viejo, y demasiado pronto para saber algo de un mundo demasiado nuevo. A veces, amigas y amigos, es necesario estar al borde del precipicio para comenzar a caminar en otra dirección.

Puede que ahora estemos en una encrucijada, pero estar en la encrucijada es justamente lo contrario de encontrarse en un callejón sin salida. Todo es dar con el camino, y “se hace camino al andar”.

facebook_1537481025192Y para andar ese camino tenemos que reflexionar antes de vociferar, tenemos que unir antes que disgregar, porque esa es una tarea de nadie en particular y de todos en general que requiere sumar y no dividir voluntades y esfuerzos, estimular iniciativas, sembrar solidaridades, y remontar adversidades como siempre supo hacer el pueblo asturiano, que tiene en su tradición, en su gerencia, en su atractivo y en sus gentes, sobre todo en sus gentes, los mejores instrumentos para superarse.

Vivimos, amigas y amigos, una crisis tan dramática que a muchos ciudadanos le ha llevado a la desesperación y a la ruina, y en nada nos debe consolar el saber que el mundo ha sobrevivido a otras crisis aún mayores, algunas de las cuales terminaron en un colapso económico y cambiaron el curso de la historia. Lo que sí conviene saber es que para salir de este pozo del presente tenemos más recursos que nunca: más ciencia, más tecnología, más infraestructuras, mucho carbón, mucha agua, mucha masa forestal, y sobre todo mucha tradición industrial… Solo necesitamos recuperar la educación y los valores. Y, por supuesto, la voluntad de asentar sobre ellos una justicia insobornable, sólida y humana. Y no demos vueltas a la pirindola para llegar al mismo sitio de partida, porque mientras la justicia no sea justicia, nunca habrá justicia.

Creíamos que el bienestar era poco menos que eterno. Pero el virus de la codicia se ha llevado por delante las certezas y ha teñido de oscuridad los horizontes. Allí donde había luz hay sombra, allí donde había calma hay desasosiego, allí donde había seguridad hay incertidumbre y angustia. Y lo que es peor aún: allí donde había despilfarro comienza a aparecer el drama del hambre.

Pero, el PARO es algo más que un número, y mucho más que una simple estadística partidista. Es un drama, un cáncer que desgarra la persona que eres, el hombre o mujer que algún día fuiste, ese o esa que se creía libre por poder pagar sus cosas, por no depender, por no vivir bajo la manutención de otro.

La situación de un parado temporal puede ser más o menos incómoda. La situación de un parado sin prestaciones es angustiosa y deprimente. La situación de un parado sin esperanza es sencillamente destructiva, y solo una sociedad enferma puede permanecer impasible ante la aniquilación humillante de algunos de sus miembros. Es algo radicalmente inhumano. Por ello tenemos que hablar con suma claridad.

Resulta harto difícil, por no decir imposible, que la nueva política pueda brotar de las madrigueras en las que siguen atrincheradas las comadrejas de la vieja política. El milagro del arrepentimiento y la redención por las buenas obras siempre es posible. Pero será eso: un milagro. Y los milagros solo existen en aquella historia sagrada que nos contaban en la escuela franquista. La cruda realidad es que, seguir viviendo, respirando, amando, riendo, y siendo capaces de salir adelante a pesar de todo, son los grandes y únicos milagros que todos deberíamos celebrar cada día.

En todo caso éste es el rasero por el que debiéramos de apostar en cada momento a la hora de elegir a los hombres y mujeres que tienen que regir los destinos de nuestro país: el que esté dispuesto a cambiar la ley electoral, a imponer la democracia interna en los partidos, a devolver la independencia al poder judicial, a renunciar a aforamientos y demás privilegios, a predicar con el ejemplo dando un paso atrás ante la menor sospecha de connivencia con la corrupción, a incluir mecanismos de participación ciudadana en el proceso legislativo, ése representará a la nueva política.

LANGREO (7)Parafraseando a Aristóteles, se puede afirmar que sólo existen dos tipos de gobernantes: los que defienden al pueblo del DINERO y los que defienden al DINERO del pueblo. Lo demás será, lisa y llanamente, más de lo mismo: Paro y Corrupción y más Corrupción y Paro, y lo más grave para una sociedad, que los votantes que sigan votando a los corruptos, sabiéndolo como lo saben, serán, por lo menos, sus cómplices. Así de claro.

No nos engañemos, ni nadie trate de engañarnos. La ciudadanía acude gozosa a las urnas, una vez cada cuatro años, integrándose en la máquina administrativa del Estado, olvidándose de sí misma y de la sociedad, para elegir las pirámides de burócratas de partido, con un jefe absoluto en la cúspide, que aspiran a estar detrás de la ventanilla en todas las manifestaciones externas del Estado. Mientras que los resortes del poder interno del Estado, los que otorgan privilegios y concesiones al gran capital, ni se rozan en las elecciones ni en los programas de los partidos gobernantes.

El voto se ha convertido en la baratísima y obnubilante gallofa que los amos del dinero tienden a las masas para hacerles creer que rigen sus destinos, mientras ellos se dedican a despojar la riqueza de las naciones y concentrarlas en unas pocas manos.

No hubo ni izquierda ni derecha que haya osado oponerse, desde el Gobierno y en defensa de la libertad, a las grandes concentraciones de poder financiero y mediático, suficiente para deducir que la corrupción es inseparable del estado de partidos y que la naturaleza del Régimen que vivimos es la propia de una oligarquía.

facebook_1537481068318Sin embargo, la democracia institucional es posible. Basta con cambiar el sistema electoral y separar los poderes del Estado. Basta con dar a la ciudadanía el derecho de elegir a sus representantes. Basta con prohibir el escandaloso cinismo de que hombres y mujeres de un mismo partido, y de una misma elección, sean a la vez legisladores, gobernantes, jueces, administradores, consejeros jurídicos y auditores del Estado. ¡¡¡ Son la misma cosa, y a esto yo lo llamo dictadura plural !!!

Efectivamente, los electores votan, pero no eligen, porque refrendar una de las listas de partido no es elegir. Los integrantes de las listas no son elegidos por los votantes, sino por los jefes de partido y, por lo tanto, no representan a los electores ni a la sociedad civil.

¡No! No se vota a diputados de los electores, del pueblo o de la sociedad, sino a puros delegados de los partidos estatales.

Todos los gobernantes y gobernados, apuntalan la colosal mentira de llamar legislativas a lo que realmente son unas burocráticas elecciones administrativas para cubrir puestos de relieve en el Estado; de llamar representantes del pueblo a simples delegados de partidos; de llamar separación de poderes a la simple separación de funciones públicas entre personas de una misma obediencia de partido; de llamar democracia representativa a esta más que degenerada y corrompida oligarquía estatal.

En fin, amigas y amigos, no es mi intención contar todo el libro, porque quiero que lo lean. Ha sido un placer compartir con vosotros y vosotras estos minutos, y solo me queda agradeceros vuestra paciencia y vuestra amabilidad.

Muchas gracias.

CHARLA DEBATE SOBRE PENSIONES EN MIERES

$
0
0

Buenas tardes, y muchas gracias por vuestra asistencia. Gracias, Coté y Carmen, por vuestras palabras de presentación, y gracias a los compañeros y compañeras que han organizado este acto desde la magnífica tribuna de la Casa de la Cultura de Mieres, pero yo sólo soy un compañero más que pretende aportar un poco de luz en el oscuro túnel de las pensiones que, junto con el paro y la corrupción, suponen los mayores y más graves problemas que tenemos planteados en nuestro país.

Y sin más preámbulos, con el fin de dar paso a un debate enriquecedor y clarificador sobre los peligros que acechan a nuestras pensiones, y muy especialmente a las venideras, me vais a permitir que comience mi intervención con unas reflexiones a modo de sinopsis, centradas en los conceptos que titulan mi ponencia.

LA PRIMERA, para poner de manifiesto que nuestro sistema de pensiones está en una permanente deconstrucción, al igual que viene ocurriendo con la mayor parte de los sistemas europeos, de acuerdo con el discurso corsario del Banco Mundial para el abordaje contra los sistemas públicos de pensiones, tan explícitamente asumido por la Unión Europea en su Libro Verde sobre pensiones.

Las sucesivas reformas perpetradas por los gobiernos del bipartidismo PPSOE durante los últimos 30 años nos están abocando a un futuro de pensiones precarias y pensionistas empobrecidos donde, según estimaciones de la propia Comisión Europea, en 2030 un ciudadano con un salario de 1000 euros recibirá una pensión de 600 euros, y en 2050 será tan sólo de 465 euros. Por lo tanto, el problema no es si las pensiones se podrán pagar el mes que viene: el problema es que las pensiones públicas del futuro, caso de seguir existiendo, no van a permitir una vida digna después de muchos años de trabajo.

Casa de la Cultura de Mieres, el 23 de marzo de 2018.

Ello, sin olvidar que, según los técnicos del Ministerio de Hacienda, el 32,6 % de los pensionistas cobran en la actualidad menos de los 8.200 euros que delimita el umbral de la pobreza. Es decir, más de tres millones de personas, de las cuales el 60 por ciento de los pensionistas que perciben pensiones por debajo del umbral de la pobreza son mujeres.

LA SEGUNDA, para constatar que la estructura legal de nuestro sistema de pensiones no es más que el resultado de reformas que siempre han tenido como argumento evitar la quiebra de la Seguridad Social, elevando primero, en 1985, de 10 a 15 años el periodo mínimo de cotización para acceder a pensión; después, en 2011, la edad de jubilación elevada de 65 a 67 años; y muy recientemente la introducción por parte del gobierno Rajoy del “factor de sostenibilidad”, eliminando la revalorización automática de las pensiones a partir de 2013, aunque mucho antes ya lo había comenzado a realizar el gobierno de Zapatero con el incremento cero para las pensiones, aplaudido eufóricamente por todos los diputados y diputadas del PSOE puestos en pie, entre los que se encontraba el actual secretario general, Pedro Sánchez, aquel 12 de mayo de 2010.

Como debe de ser conocido por todos nosotros, el tan cacareado “factor de sostenibilidad”, uno de los ejes fundamentales de la reforma de las pensiones en nuestro país, se aplicará a partir del año 2019 y no viene sino a añadir dos nuevas variables al cálculo de la pensión a las ya existentes actualmente, como son la edad de jubilación, los años cotizados y la cuantía cotizada, entre otras.

La primera variable, conocida como “factor de equidad intergeneracional”, tendrá en cuenta al calcular la pensión la esperanza de vida del futuro jubilado, y la segunda variable consistente en ligar la revalorización de las pensiones a la salud de las arcas públicas, de tal manera que las pensiones solo subirán si aumentan los ingresos del sistema por encima de la tasa de crecimiento del número de pensiones, aunque siempre moviéndose entre unos valores situados entre un mínimo del 0,25 por ciento y un máximo del IPC del 0,50 por ciento.

Si a ello sumamos las nefastas reformas laborales, que han precarizado el empleo, otorgando más poder a los empresarios en perjuicio de los trabajadores, esto nos ha llevado a unos salarios reales menores y, con ello, a una mayor dificultad para cotizar.

Cuando el empleo es seguro, estable y de calidad, el sistema de pensiones ingresa los suficiente para repartir y no sufre, pero si el empleo se vuelve inseguro, inestable y de baja calidad, el sistema entra en zona roja e ingresa menos de cuánto debe repartir.

En ese escenario, la reforma del sistema efectuada por el gobierno Zapatero en 2011 no hacía más que consolidar los principios corsarios al discurso oficial sobre las pensiones, y su reforma laboral de 2010 no sólo ha supuesto una verdadera desamortización del mercado de trabajo, despojando la política de empleo de su dimensión social y devolviendo a manos privadas la regulación de las relaciones laborales, sino que supuso una auténtica bomba de relojería en el corazón de nuestra Seguridad Social, de tal manera que, desamortizado el mercado laboral, la desamortización del sistema público de pensiones quedaba convertido en el más lucrativo negocio privado.

LA TERCERA, para afirmar que el objetivo de fondo no es otro que acabar con el sistema público de pensiones, lo cual procuraría un doble beneficio al capital. El más evidente: promocionar el negocio de los sistemas privados de pensiones y lograr que las cotizaciones gestionadas actualmente por la Seguridad Social lo sean por agencias privadas propiedad del oligopolio bancario, dando más dinero fresco a la banca para seguir especulando en los mercados financieros.

Se trata de trasladar el modelo “piñerista”, implantado bajo la dictadura militar de Pinochet en Chile, donde jubilarse en aquel país hermano es algo así como sacarse un carnet de pobre para los ya de por sí pobres.

Y los “piñeristas” españoles están inmersos en ese abordaje corsario para convencer a los gobiernos del bipartidismo PPSOE de que la vía buena es la de favorecer los fondos privados de pensiones a costa de recortar nuestro sistema público, hasta llegar incluso a su desaparición.

En otras palabras, existen poderosos sectores de las finanzas que buscan una España en la que jubilarse con cierta dignidad sea solo un privilegio reservado para aquellas y aquellos agraciados que cobran auténticas millonadas: ¿Eres pobre o sufres precariedad en el trabajo?  Poco importa. Los “piñeristas” no son una ONG ni tienen compasión. Son ricos y quieren seguir siéndolo, pero, como siempre, a nuestra costa, a costa del trabajador.

Pero, ¿qué son los “fondos de pensiones”? Estos son un producto financiero que sirve para el ahorro privado con el objeto de que pueda servir como previsión social, aunque siempre dependiendo de tus ahorros. Es decir, si no aportas lo suficiente, no tendrás pensión: es un fondo que recoge dinero y lo invierte en activos financieros, y de los rendimientos de esos activos paga un rendimiento a la gente, que es lo que puede llamarse pensión.

LA CUARTA, para confirmar que  el objetivo de los gobiernos neoliberales del bipartidismo turnista PPSOE no es otro que  alcanzar el mayor debilitamiento de la clase trabajadora, porque sin pensiones garantizadas, los trabajadores seguiremos siendo ciudadanos temerosos ante nuestro futuro, cada vez más incapaces de movilizarse en defensa de nuestros intereses, y ni siquiera de perder un solo día de cotización para hacer una huelga, quedando obligados a trabajar hasta el fin de sus días, aquellos que tengan el “privilegio” de tener un puesto de trabajo.

Se trata, compañeras y compañeros, de ir al desmantelamiento de lo que un día se llamó el “Estado del Bienestar” que siguió al final de la II Guerra Mundial, con sus políticas de pleno empleo y amplios servicios públicos redistribuidores de renta y riqueza logrados a través de la “lucha de clases”, esa “lucha de clases” que hoy se ha transformado en una “lucha de frases” tan grotescamente practicado por las élites del pandillerismo sindical actual.

Por supuesto, tanto el gobierno actual del PP como los que le precedieron del PSOE, pueden seguir esgrimiendo cifras y más cifras en defensa de sus reformas antisociales, pero lo que no es de recibo es la interpretación que se puede hacer de cada una de ellas.

Pudiendo ser cierto que la Seguridad Social cerró 2016 con un déficit equivalente al 1,7%, ¿por eso no se pueden pagar las pensiones? ¿a quién puede escandalizar un déficit tan exiguo como el de la Seguridad Social? ¿Acaso no cerraron las Administraciones Públicas en 2009 con un déficit del 11% del PIB, en 2010 del 9,4%, en 2011 del 9,6%, en 2012 del 9,5%…, y se financió?

¿No se puede financiar un déficit del 1,7% o es que depende de a quién vaya destinado el dinero?

Recordemos que buena parte del déficit de aquellos años se debió al rescate bancario, y resulta más que indignante cuando el gobierno de Mariano Rajoy ha destinado al rescate de las Cajas de Ahorros, la misma suma que había en la llamada “hucha” de las pensiones.

No es que el déficit de la Seguridad Social sea elevado: la clave radica en si los trabajadores tenemos o no la misma capacidad de presión que la banca para que el Estado ponga el Presupuesto a su servicio, y a tenor de los sucesivos recortes de pensiones que venimos padeciendo parece más bien que no, sobre todo si observamos la actitud pasota de las élites del pandillerismo sindical, cuando no de la propia connivencia de éstas con la patronal y los gobiernos de turno.

Mirad, compañeras y compañeros: manejando exactamente los mismos números que manejan los Montoro, De Guindos y compañía, el dinero de nuestras cotizaciones a la Seguridad Social correspondientes a los últimos cuarenta años, éste ha servido, se ha utilizado para muchas cosas, desde la financiación de la sanidad hasta las pensiones no contributivas pasando por la financiación de los propios Presupuestos Generales del Estado.

Sí, compañeras y compañeros, con el dinero de nuestras cotizaciones, de vuestras pensiones, se han financiado hasta los Presupuestos Generales del Estado, y si todo ese dinero se hubiese destinado exclusivamente al fondo de las pensiones, ahora mismo ese fondo de pensiones tendría ¡¡¡MEDIO BILLÓN DE EUROS!!!

Por lo tanto, si el dinero de nuestras pensiones ha estado financiando otras políticas, sería justo que ahora otras políticas, otros impuestos, financiasen a las pensiones. En absoluto habría ningún problema de sostenibilidad si el fondo de pensiones hubiese sido destinado a las pensiones. Sí, claro que hay dinero para las pensiones. Claro que el sistema de pensiones es sostenible. Los que no son sostenibles son los corsarios del neoliberalismo gubernamental al abordaje del Estado del Bienestar

¿De dónde puede sacar el Estado más dinero para no tener déficit y garantizar las pensiones? Buscad en internet, buscad la palabra GESTHA, que es una organización de inspectores de Hacienda que se dedica a informarle a nuestro pueblo de lo que está ocurriendo tras la cortina de la economía y los impuestos.

Y estos inspectores, que saben perfectamente de qué se está hablando, nos dan los siguientes datos escalofriantes: ¡¡¡En España se defraudan todos los años 90.000 millones de euros!!! Es decir, más de lo que ha querido recortar el Gobierno de Rajoy. Y dicen mucho más: el 72 % de ese fraude lo tienen los grandes empresarios de este país. En España, por lo tanto, está sobrando dinero.

Pero hay un fraude que pone los pelos de punta y que demuestra realmente a quienes sirven determinados políticos y sus gobiernos.

Existe una cosa que se llama Sociedades de Inversión de Capital Variable (SICAV). Es decir, un señor quiere pagar menos dinero y menos impuestos por su dinero y funda una SICAV, pero le ponen una condición: tiene que haber por lo menos cien personas y entre todas juntar 2,4 millones de euros. Yo pongo 2 millones y el resto lo reparto entre las 99 personas o “mariachis”. Desde ese momento yo no pago el 35 % de impuestos, sino que pago el 1 %. Claro, es un escándalo, esto es un robo consentido.

El caso es que los inspectores de Hacienda cuando se dieron cuenta de qué estaba haciendo el señor y sus “mariachis”, quisieron meterle mano. Y cuando empezaron los trámites, el PSOE, el PP, CIU y PNV aprueban una ley en el Congreso por la cual, esto se quita a los inspectores de Hacienda y se le pasa a una entidad nueva que se llama Comisión Nacional de Valores (CNMV), y ésta lo primero que dice es que: Aquí ya no se mete mano a estos señores y, además, olvídense de retroactividades.

¿De dónde podría además sacar el Estado más dinero? Los estudios de estos señores de Hacienda dicen que si aquí, en España, el nivel de vida fuese el de Suecia y, por tanto, los impuestos de Suecia, tendríamos todos los años 200.000 millones de euros más. Por eso, cuando dicen que en España no hay dinero, decidles que “eso es mentira”. Qué están mintiendo como malditos bellacos.

¡¡¡Hay dinero, mucho dinero!!!, el problema es si se quiere ir por él. Si se va a los paraísos fiscales, si se coge la fiscalidad, si se tiene el valor cívico de meterle mano a uno de los problemas más gordos que hay junto con el de la economía sumergida.

El Estado no quiere tener más ingresos. Pero no porque el Estado sea misericordioso con los que tienen el dinero. Es que el Estado es el dominguillo, el criado, el títere del auténtico poder económico; por lo tanto, nuestro problema es con el poder. Lo que pasa es que el gobierno se interpone, porque es el fiel manisero de ese poder.

Todo lo que se nos ha contado sobre nuestras pensiones es mentira. No es verdad que gastemos en pensiones de manera desproporcionada. Ni en el peor de los escenarios llegamos a invertir en pensiones lo que gastan alemanes o franceses, por ejemplo. Refiriéndome más concretamente al país germano, éste acaba de anunciar estos días la mayor subida de pensiones en 23 años, incrementando las prestaciones de los jubilados un 3,2 % en el Oeste y un 3,4 % en las zonas del Este. Incluso Portugal las ha incrementado también muy recientemente.

Y esto ocurre cuando en nuestro país se gastó el año pasado en pensiones un 12% de su Producto Interior Bruto, muy por debajo de Francia (15%), Alemania (14,4%), Portugal (14,9%), por no hablar de Italia (16,5%) o Austria (14,6%), y muy por debajo de la media de la zona euro (13,6%), según los datos oficiales de Eurostat, la oficina estadística de la UE.

Además, nuestras pensiones, según la estadística oficial comunitaria, están un 30% por debajo de la media europea en Paridades de Poder de Compra (PPA). Así, la pensión de jubilación española es inferior a la que mantiene a los pensionistas en Portugal y Grecia, y se encuentra muy lejos de las que perciben en Austria, Luxemburgo, Suecia, Holanda o Italia, quedando por detrás de nosotros las prestaciones que reciben los países del Este e Irlanda.

Es preciso señalar que nuestro sistema público de pensiones es imprescindible, y partiendo de ese carácter imprescindible, la primera clave que, en mi opinión, conviene destacar es que el sistema de pensiones tiene un objetivo y diversas funciones. El primero, garantizar una renta de sustitución adecuada a las rentas del trabajo.

Pero, además, el sistema de pensiones cumple una función macroeconómica evidente, no en vano representa el 12 % del PIB actual orientado a consumo y, por tanto, una fuente básica de demanda de bienes y servicios suministrados por empresas, profesionales y administraciones públicas, con impacto evidente en la actividad económica, el empleo y la generación de retornos relevantes también, vía impuestos.

Por otra parte, constituye un mecanismo potentísimo de cohesión social, territorial y, muy especialmente, de solidaridad intergeneracional. Por lo tanto, la consecuencia lógica de todo ello es una formulación de “cómo debemos actuar para preservar, reforzar y garantizar nuestro sistema de pensiones, el mismo sistema, a ser posible mejorado, del que tienen que seguir disfrutando nuestros hijos y nietos”.

Ni siquiera es cierto que el déficit de la Seguridad Social se deba a un aumento espectacular de los pensionistas. Se debe, sobre todo, tal y como ha quedado dicho, a las sucesivas reformas laborales que han mandado a los trabajadores a la precariedad permanente con salarios de subsistencia.

Además, abundando más en el tema, ¿por qué se habla del “déficit” de la Seguridad Social y no de otros organismos del Estado? ¿Cuál es el déficit de la Casa Real? ¿Y del Ministerio de Defensa? ¿Cuánto dinero de nuestros impuestos se destina todos los años a la Iglesia? ¿Y cuánto al rescate de las autopistas? ¿Cerramos la Universidad? ¿Dejamos de hacer carreteras?

Por lo tanto, decir que la Seguridad Social se encuentra al borde de la quiebra es una estupidez, porque detrás de la Seguridad Social está el Estado con todos sus recursos financieros.

En absoluto se trata de carencia de medios, es un problema de opciones: de a quien se da y a quien se quita, de qué gastos son prioritarios y, sobre todo, cuánto se recauda y de dónde. ¿Se puede seguir, a modo de ejemplo, manteniendo esa duplicidad de las administraciones estatal y autonómica, que nos cuesta la friolera de 36.000 millones de euros anuales, y afirmar, como lo hace el gobierno, que no hay dinero para incrementar las pensiones, tal y como quedad obligado por la Constitución? ¿Por qué no han acabado con esa lacra que suponen tales duplicidades? Pues, lisa y llanamente, porque es ahí donde tienen miles y miles de enchufados entre hijos, sobrinos, primos, esposas, amantes y todo tipo de estómagos agradecidos que conforman un potente ejército con efecto multiplicador a la hora de luchar por el voto electoral…

En definitiva, compañeras y compañeros, ningún colectivo ha sido tan castigado económicamente como el de los pensionistas. Nadie ha sido tan estafado como los jubilados. Ninguna demagogia tan despreciable como la dirigida a los ancianos, a quienes se asusta con el miedo a quitarles su pensión.

¿Hay alguna razón para que no se puedan pagar las pensiones? ¿Existe el menor riesgo de que dejen de cobrarse? El único peligro posible no nace de los hechos objetivos, sino de una ideología que considera pernicioso cualquier mecanismo redistributivo.

Introducir la incertidumbre, la duda y el miedo entre aquellas personas que, por haber llegado a la última etapa de su vida, se sienten más indefensas y son más vulnerables al argumento de la inseguridad es simplemente canallesco, porque el día que se diga que no hay dinero para el pago de las pensiones, ese día será que ha quebrado el Estado, y si esto llegase a ocurrir, entonces sería cuando el problema de nuestras pensiones, dejaría de ser un problema.

Por lo tanto, VAMOS a seguir luchando en la calle y en las instituciones a través de nuestros representantes políticos, para dar soluciones al problema de nuestras pensiones. Y para lograrlo, es totalmente necesario llenar los parlamentos y ayuntamientos de compañeras y compañeros rojos, verdes y moradas, procedentes, no sólo de la Universidad, sino de las fuerzas del trabajo y, como no, del propio colectivo de pensionistas.

Por supuesto, en absoluto me refiero a esa clase de energúmenos y energúmenas que han logrado su pensión máxima por echar la siesta o jugar al “Candy Crush Saga” con su tablet en los escaños del Congreso de los Diputados, caso concreto de la diputada pepera Celia Villalobos que, como Presidenta de la Comisión Parlamentaria de Seguimiento del Pacto de Toledo, nos recomienda “seguir trabajando hasta los 70 y 80 años, porque hay un número importante de pensionistas que están más tiempo pasivo que trabajando”.

En la actualidad, cada vez que toca la paga doble de nuestras pensiones, se nos machaca constantemente con que se han sacado tantos millones de la “hucha” de las pensiones, dejándonos “caer” que esto se va acabando. Pues bien, cuando se acabe que la vuelvan a llenar, así de fácil, pero que nadie trate de seguir engañándonos con el cacareado PACTO DE TOLEDO.

En efecto, éste ha sido para las prestaciones sociales lo que fueron los PACTOS DE LA MONCLOA de 1978 para los derechos laborales: las bases que propiciaron el principio del fin de un conjunto de derechos duramente conquistados a lo largo de la historia por el MOVIMIENTO OBRERO.

Curiosamente, los actores políticos no variaron sustancialmente. Aquellos “Pactos de La Moncloa” de 1978 fueron alborozadamente saludados como “una gran conquista para la democracia y los derechos de los trabajadores por CC.OO. y UGT”, de igual manera que el “Pacto de Toledo” de 1995 provocó el éxtasis de UGT y CC.OO. que declararon a los cuatro vientos, como papagayos que eran y son de los partidos redactores que, gracias al pacto, quedaban garantizadas para el futuro los derechos sociales y el Sistema de Seguridad Social, incluida la jubilación, cuando la cruda realidad es que el “Pacto de Toledo” introduce muy sibilinamente una novedad que, a la postre, ha resultado nefasta para los intereses de la clase trabajadora, al consagrar el llamado principio de “separación y diferenciación de las fuentes de financiación” del sistema.

¿Qué se esconde tras tan ampuloso epígrafe?  Pues, lisa y llanamente, que a partir de la firma del “pacto”, la financiación de las prestaciones de naturaleza contributiva dependerán básicamente de las cotizaciones sociales, quedando excluida la posibilidad de complementar tal financiación con cargo a otras partidas de los Presupuestos Generales del Estado, creando para ello lo que se ha venido en llamar la “hucha” del Sistema de Seguridad Social, cuyos ingresos – exclusivamente provenientes de las cuotas sociales – deberán servir para el pago de las correspondientes prestaciones, de tal forma que una previsión – verdadera o falsa – de incapacidad de tal “hucha” para garantizar los pagos a medio y largo plazo, se traducirá inmediatamente en recortes de las prestaciones o, incluso de su desaparición pura y dura.

Si para algo ha servido el PACTO DE TOLEDO ha sido para mantener a la sociedad inconscientemente tranquila respecto a una supuesta robustez del sistema de reparto, firmado con el entusiástico aplauso de las élites del pandillerismo sindical de CC.OO. y U.G.T., donde se aceptaba sin más el marco de debate fijado previamente por el pensamiento corsario, cuando la realidad, oculta una elección profundamente ideológica: o mantener las pensiones en el ámbito de las políticas del bienestar, como una responsabilidad pública, o seguir aceptando su lento traslado hacia la esfera estrictamente individual.

¿Se entiende ahora por qué, en un contexto donde el gobierno anuncia “situaciones catastróficas” en las “reservas” que conforman la “hucha social”, dan ganas de echarse “mano a la cartuchera” cada vez que el gobierno acuerda rebajar o suprimir cuotas sociales de la patronal, que no son sino un salario en diferido de los trabajadores, bajo el pretexto de que, con tales dineros, la patronal fomentará el empleo?

En este contexto, resulta verdaderamente grotesco tener que escuchar a las Adrianas, Adrianes y Pedritos del PSOE, argumentar en su escrito de campaña electorera “que tú pensión está en peligro, porque el Gobierno del Partido Popular ha fomentado el empleo precario y las cotizaciones son más bajas que nunca. Su objetivo no es otro que agotar el Fondo de Reserva para destruir el sistema público de pensiones y después privatizarlo. No lo podemos permitir”.

¿Cómo se puede actuar con tanta frivolidad por parte del PSOE cuando han sido ellos, con su reforma laboral de 2010, quienes iniciaron el camino de la precarización, agravada por la reforma del PP en 2012?; cuando se OLVIDAN de que su reforma de las pensiones en 2011 supuso la primera rebaja y el retraso de la edad de la jubilación; cuando CALLAN que su reforma del artículo 135 de la Constitución (pactada con el PP) da prioridad al pago de la deuda frente al dinero destinado a las prestaciones sociales y a los servicios públicos; cuando se vuelven a OLVIDAR que han pactado con el PP su oposición a un incremento sustancial del salario mínimo que repercuta en un aumento sustancial de los salarios y, por tanto, de las cotizaciones; cuando CALLAN que sus compromisos, y sus deudas millonarias con los bancos, les obliga, a ellos y al resto de los partidos, con excepción de PODEMOS, a incentivar los sistemas privados de pensiones… y cuando OLVIDAN que ese PP que “pone en peligro las pensiones” está gobernando porque el PSOE les ha permitido con su ABSTENCIÓN y lo sigue permitiendo con su oposición a la reciente MOCION DE CENSURA, presentada por PODEMOS, y negarse a presentar otra.

Por lo tanto, el PSOE no puede seguir engañando al pueblo pretendiendo actuar de “apagafuegos” cuando forma parte del bloque de los “incendiarios”.

Es decir, por mucho que sigan glayando los González, Aznares, Zapateros y Rajoys, las pensiones deben de seguir siendo sustentadas con cualquier tipo de partida presupuestaria y no sólo con las cotizaciones de acuerdo con el artículo 50 de la Constitución española que obliga al Estado a tener recursos suficientes para el pago de pensiones y su revisión periódica.

En la actualidad, compañeras y compañeros, más del 50% de los ¡¡¡  NUEVE MILLONES Y MEDIO DE PENSIONISTAS EXISTENTES !!! está por debajo del Salario Mínimo y casi el 35% apenas llegan al mínimo, una situación mucho más gravosa para las mujeres, que de media cobran un 30% menos que los hombres, pero la cruda realidad es que ni al Gobierno, ni a la Patronal, ni a las cúpulas del pandillerismo institucionalizado les preocupa en lo más absoluto el sistema público de pensiones y la sostenibilidad de los pensionistas.

Es una broma cruel decirle a alguien que cobra 700 euros al mes que se haga un plan de pensiones privado. La verdad sobre nuestras pensiones es muy sencilla. Donde nosotros vemos un derecho, ellos ven un negocio. De los más de 500 planes de pensiones puestos en el mercado los últimos años, sólo dos fueron rentables para sus titulares. Sin embargo, sí fueron muy rentables para la banca que, cada año, solo en comisiones se embolsa la cantidad de 2000 millones de euros. Esa es la verdad.

Por todo lo dicho y por mucho más que irá apareciendo en el debate, la movilización de la clase trabajadora, del conjunto de la ciudadanía, en contra de este ataque brutal contra la vida y la dignidad de las personas, es la única herramienta válida para paralizar este proceso tan irracional como inhumano.

Las recientes y multitudinarias movilizaciones del 22 de febrero y 17 de marzo, efectivamente han supuesto un rotundo éxito en las calles y las plazas de nuestro país, que están haciendo recapacitar al gobierno, hasta el punto de obligarle a ofrecer todo un paquete de medidas que, si bien no cubre nuestras expectativas, sí  nos demuestran que el miedo ha cambiado de bando, pero ello en absoluto puede servir para que  “bajemos la guardia” hasta que no hagamos realidades nuestros objetivos; esto es: garantizar el poder adquisitivo de todas las pensiones, a la vez que garantizar el actual sistema público para todos los trabajadores y trabajadoras en radicales condiciones de igualdad. Por ello, el próximo 16 de abril tenemos que volver a reventar las calles y plazas de nuestro país, incluso duplicando y triplicando las movilizaciones del 22 de febrero y 17 de marzo, sin olvidar que el siguiente paso tendría que ser un llamamiento a la ¡¡¡huelga general en España!!!

El sistema público de pensiones forma parte de los derechos sociales, de ese “contrato social europeo” fundamentado en la solidaridad y la justicia, luchado y conquistado por las generaciones que nos antecedieron, y hoy, nos encontramos ante el progresivo desmantelamiento del conocido y mencionado Estado del Bienestar en un contexto de crisis que está siendo utilizado como coartada para justificar la imposibilidad de su mantenimiento. Pero en la defensa de este modelo de bienestar, sabemos que hay en juego victorias históricas por los derechos sociales.

Emulando al compañero Julio ANGUITA en base al “Informe PETRAS” de 1996: ¡¡¡Chavales, no tenéis futuro alguno, salvo que luchéis!!!

El “Informe PETRAS” trata de un encargo del gobierno felipista del PSOE al profesor PETRAS que, cuando se lo entregó al gobierno, y éste leyó su contenido, se lo pagó y lo guardó en un cajón.

Entre sus conclusiones se decía en 1996: “Estamos ante la primera generación de jóvenes que van a vivir peor que sus padres”, pero decía otra cosa terrible: “Es una generación criada entre algodones, no está acostumbrada a la lucha. Este es el problema, este país no tiene ningún futuro, salvo lo que duren el sol, las playas y el turismo”. ¡¡¡Creéis que sois rebeldes, y no lo sois!!! De nada sirven las poses rebeldes: solo sirve la lucha, por eso hay que preparar los “gomeros” para acertar a la cabeza del gigante Goliat y derribarle. ¡¡¡Esa es la cuestión!!!

En definitiva, la Seguridad Social no es un capricho, sino una de las conquistas con las que el movimiento obrero humanizó la sociedad para alejarla del estado de las bestias. Algunos propugnan hoy volver a ese estado recuperando un capitalismo salvaje. Si los gobernantes y legisladores hincan la rodilla ante el poder económico, nuestro deber como ciudadanos y ciudadanas es aprestarnos a la defensa civil de las formas solidarias de convivencia.

Muchas gracias.

 

 

 

 

 

 

EL HUNDIMIENTO DEL PSOE: VIGESIMA TERCERA PARTE

$
0
0

A Felipe González le dijeron en el BILDERBERGER que se pusiera la chaqueta de pana, a Pedro Sánchez le han dicho que se envuelva en la bandera. Jamás el PSOE ha utilizado la bandera española como símbolo, porque en España siempre ha sido el símbolo de la derecha…

 «Basta de promesas incumplidas e incumplibles, basta de programas guardados en un cajón al día siguiente de las elecciones. Hoy con esta firma convierto mi programa en un contrato con la ciudadanía. Y un contrato es un acuerdo de voluntades que genera derechos y obligaciones. Mi compromiso a cumplir punto por punto el proyecto de reformas de nuestro programa, un compromiso constante con la ciudadanía». (Pedro Sánchez, 20 de diciembre de 2015).

De repente, aquella moción de censura que tenía como objetivo resituar políticamente tanto al PSOE como a Pedro Sánchez, acabaría con el partido en el Palacio de la Moncloa y con su secretario general como presidente del Gobierno.

Nunca, desde las históricas elecciones de febrero de 1936, se había vuelto a registrar una mayoría parlamentaria como ésta que llevaba a Pedro Sánchez a la presidencia del Gobierno. La suma total de las fuerzas nacionalistas vascas con las soberanistas catalanas, además de las progresistas españolas de UNIDOS PODEMOS, configuraba sociológicamente la pluralidad de las naciones que conviven en el Estado español: Doce millones de votos – un millón más de los obtenidos por el centralismo de la organización criminal del PP y su xerocopia de C’s -, que venían demandando una política democrática, que combinase la agenda territorial con la social sin relegar a ninguna, encontraban, por fin, la respuesta política que buscaban para acabar con la sistemática involución democrática que se venía dando en nuestro país, especialmente marcada por una fuerte represión en Cataluña.

Es verdad que Pedro Sánchez comenzaba su gobierno con una enorme debilidad. Con solo 84 diputados, con un horizonte cercano de nuevas elecciones, acusado de ilegitimidad por no ser diputado y ganar la moción, arrastrando casos de corrupción en su partido que le quitarán la sonrisa, con imputaciones de connivencia con los que quieren romper España, con reprobaciones por si se echa en brazos de PODEMOS, presionado por los barones y la vieja guardia del PSOE que son más de derechas que el palo de la bandera, amenazado por Bruselas y reconvenido por las bases del PSOE que le hicieron ganar la secretaría general con un discurso por la izquierda, su gobierno es una amalgama de Narnia, Disneylandia y el País de Nunca jamás para evitar que cualquier roce de cada uno de estos grupos no demuestre en su gobierno fatiga de los materiales y se hunda como las torres gemelas.

 

Los nuevos ministros, acompañados del Rey Felipe Felipe VI (c), y el presidente del gobierno Pedro Sánchez (4i), posan en la foto de familia tras prometer su cargo en el Palacio de la Zarzuela, en Madrid.

En estas condiciones arrancaría Pedro Sánchez como presidente prometiendo cambios de impacto que convirtieron La Moncloa en una especie de oficina electoral desde donde a diario salían sugerentes medidas envueltas en papel de regalo. Ya su efectista Gabinete – con el astronauta y masón Pedro Duque, “amante de la educación privada porque siempre va corriendo por delante de la enseñanza pública”; el juez conservador Fernando Grande-Marlaska, con el historial más negro de toda la judicatura, hasta el punto de aparecer como juez instructor en seis de los nueve casos juzgados por el Tribunal de Estrasburgo que condenaron a España por torturas; la Teresa Ribera, perteneciente al lobby multinacional electrofascista, como ministra de la “cosa energética y el medio ambiente” con los negocios de las energías renovables; la médico andaluza María Jesús Montero, exconsejera de Sanidad de la Junta de Andalucía, entre cuyos méritos destacan el haber recortado la sanidad pública en beneficio de la privada, hasta dejar la sanidad andaluza en “tercera división”; o el extertuliano del programa facha de la Ana Rosa Quintana, Maxín Huerta, que batiría un récord de permanencia como ministro – seis días – al ser descubierta su afición como defraudador de la Hacienda Pública; por no hablar del nuevo ministro de Exteriores, Josep Borrell, después de su denigrante papel jugado en el conflicto catalán, participando en actos de la Organización Sociedad Civil Catalana junto a cargos de Ciudadanos y del PP, como Xavier García Albiol, y figuras de la extrema derecha como el peruano Vargas Llosa, amén de sus connivencias con la corrupción que le obligarían a dimitir como secretario general del PSOE y candidato a la presidencia del gobierno y, muy recientemente, con la empresa Abengoa, de la que era consejero por el sistema de las “puertas giratorias” …-, fue toda una declaración de intenciones.

Han pasado los cien días de rigor desde la toma de posesión del Gobierno y pocas de aquellas promesas avanzaron, otras se rectificaron o matizaron y de muchas nada ha vuelto a concretarse. Es decir, de esa España ideal sin violencia de género, ni copago a los jubilados, solidaria con los inmigrantes e inflexible con quienes defraudan a Hacienda hemos pasado a una España real, la del PSOE de los 84 diputados y con las manos atadas. Un PSOE en el gobierno que no ha podido aprobar su senda fiscal porque quienes le apoyaron en la moción de censura han rechazado sus objetivos de déficit y techo de gasto y su margen de actuación presupuestaria es limitado. Estas y otras promesas no son más que ejemplos de cómo éstas se las lleva el viento en este Gobierno que desde un principio iba a ser transitorio y que ahora promete agotar la legislatura.

El Gobierno se ha reunido este sábado, 25 de agosto de 2018, en la finca de los Quintos de Mora, situada en Los Yébenes (Toledo). Allí, el Ejecutivo al completo ha celebrado un encuentro informal para debatir, diseñar y reflexionar en torno a una estrategia de cara al nuevo curso político.

En este interregno, carente de una mayoría capaz de llevar a cabo reformas legislativas, esa estrategia está basada en una política gubernamental unilateral simbólica, que la llena de contenido a falta de un programa de cambios estructurales y que trata de sostener y seguir alimentando la esperanza surgida en la moción de censura. En los primeros días, el nuevo gobierno reivindicó la dignidad moral abriendo los puertos españoles a los emigrantes rescatados en el Mediterráneo, a los que el gobierno italiano rechazaba con argumentos racistas y xenófobos. Pocos días después, descartó la posibilidad de llevar a cabo reformas de fondo de la Ley Mordaza, la Legislación Laboral o la LOMCE del PP. No ha podido publicar la lista de la amnistía fiscal de Montoro, pero si anunciar un proyecto de ley que prohíba nuevas amnistías fiscales. Ha iniciado los trabajos para una propuesta de reforma de la Ley de Memoria Histórica y, mientras tanto, sigue entreteniéndonos con la exhumación inminente de la momia del asesino dictador Franco del Valle de los Caídos.

Cuatro temas han puesto de manifiesto en estos cien días de gobierno de manera acuciante esos márgenes. El primero: el nombramiento de los responsables de RTVE, largamente pospuesto por el PP, a pesar de la patente ilegalidad en que se encuentra sumido el consejo de administración de los medios de comunicación audiovisuales públicos, es una prioridad en el programa de cualquier gobierno. RTVE ha sido durante años un descarado aparato de propaganda del PP. A la espera de que se convoque el concurso público de acuerdo con la nueva legislación aprobada para su renovación, era esencial contar con una dirección en el ente público capaz de asegurar su neutralidad y profesionalismo. Las negociaciones entre PSOE y UNIDOS PODEMOS acabarían con la pérdida de la votación sobre el decreto del gobierno por “error” de dos diputados del PSOE. Finalmente, el 27 de julio, en una segunda votación por mayoría simple, quedaba ratificado el Decreto del gobierno que nombraba a la periodista Rosa María Mateo al frente de RTVE, aunque tampoco fue fácil, porque PSOE y UNIDOS PODEMOS  tuvieron que acordar “dentro de los márgenes” un candidato miembro de la plantilla de RTVE y no un periodista independiente, a la vez que sufrieron un desgastante intercambio con la nueva dirección del PDeCAT sobre los “márgenes” del diálogo con la Generalitat catalana. 

Entre los hechos descritos por Corinna en su conversación mantenida en Londres con Villarejo y Villalonga, ésta contó que el Emérito habría ocultado fondos en Suiza, habría intentado utilizarla como testaferro para blanquear dinero y habría aprovechado sus contactos internacionales para cobrar una comisión millonaria por el proyecto del AVE a la Meca. También que él mismo habría pedido dinero para Nóos, el instituto donde su yerno Iñaki Urdangarin cometió las irregularidades que le han llevado a prisión con la sentencia firme del Tribunal Supremo.

 

El segundo, referido al “caso Corinna” y la corrupción y chantaje al estado de sus cloacas, donde la filtración de nuevas grabaciones realizadas por el comisario Villarejo de sus entrevistas con la amiga de Juan Carlos I, Corinna zu Sayn-Wittgenstein, y el expresidente de Telefónica Juan Villalonga provocaba un segundo pulso sobre los “márgenes”. En este caso sobre los que afectan a un pilar central del régimen del 78, como es la monarquía. La naturaleza de las acusaciones que se desprenden de las cintas ha obligado a la comparecencia del director del CNI a puerta cerrada en la comisión de gastos reservados del Congreso y, sin duda, propiciarán una investigación de Hacienda sobre las cuentas atribuidas al rey emérito, pero rápidamente se le ha querido exculpar reafirmando su “inviolabilidad” en el ejercicio de sus funciones, lo que no excusa de la investigación de cualquier posible delito. Por si había alguna duda, sería el propio Pedro Sánchez quien saltaba a la palestra para asegurar que el gobierno no admitiría “ningún chantaje al estado”, dejando muy claro que las grabaciones filtradas eran efectivamente un desafío de las “cloacas” del estado, organizadas desde el Ministerio del Interior por cargos del Partido Popular, contras las propias instituciones del régimen del 78, para defender sus intereses privados.

El juez Pablo Llarena ha desactivado todas las órdenes internacionales de detención. No solo la de Carles Puigdemont, también las del resto de los fugados: Luis Puig, Meritxell Serret, Clara Ponsatí y Marta Rovira. El magistrado ha dictado un auto en el que rechaza la entrega a España del expresidente catalán en las condiciones que acordó el Tribunal Regional Superior de Schleswig-Holstein, es decir, para ser juzgado sólo por un delito de malversación, pero no por rebelión ni sedición.

La tercera, referida a la gestión de la crisis constitucional catalana donde, con independencia del apoyo del PSOE de Pedro Sánchez a la aplicación del artículo 155 a la Generalitat de Catalunya por el gobierno Rajoy, es evidente que la moción de censura implicaba la promesa de un cambio de enfoque y actitud. Esta comenzaba por reconocer que “la sociedad catalana votó un Estatuto que ahora mismo no es el que rige Cataluña, porque fue recortado como consecuencia de la sentencia del Tribunal Constitucional. Por tanto, hay una falta de legitimidad del Estatuto de Autonomía de Cataluña que tiene que ser corregida”.

La situación de prisión provisional de los dirigentes independentistas catalanes, considerada por el propio PSC como una “medida excesiva”, ha quedado aplazada al limbo de la judicatura, sin nuevas instrucciones a la fiscalía, a pesar de la decisión de los tribunales alemanes, belgas y británicos de rechazar la euroorden de detención del Juez Llarena por el cargo de rebelión. Una y otras medidas han ido marcando los “márgenes” en el tratamiento del gobierno Sánchez de la cuestión catalana, cuyo primer objetivo es reducir la tensión de la confrontación en la propia Cataluña y preparar un nuevo escenario de diálogo tras las elecciones generales y, posiblemente, unas catalanas. La inestabilidad de esta situación en todos los ángulos se ha acabado manifestando en la señal de los independentistas catalanes en el Congreso mediante su abstención en la primera vuelta de la ratificación del decreto de RTVE y en el techo de gasto.

La cuarta, sobre el techo social de los presupuestos para el año 2019, después del equilibrismo desarrollado en la aprobación por parte del PSOE de los presupuestos de 2018, elaborados por el gobierno del PP, y el rechazo parcial de las enmiendas de castigo de la mayoría del PP en el Senado después de la moción de censura, el nuevo gobierno alcanzó unilateralmente un acuerdo de flexibilización de los ritmos del ajuste fiscal.

La mayoría parlamentaria del PP y Cs en el Congreso y el Senado podrá bloquear los intentos de PSOE y Podemos de ‘saltarse’ el veto de la Cámara Alta -con mayoría absoluta del PP- a la aprobación de la senda de estabilidad, paso previo para la elaboración de los Presupuestos Generales del Estado de 2019.
Así lo ha anunciado el portavoz del grupo del PP en el Senado, Ignacio Cosidó, que ha asegurado este jueves que su formación “se opondrá con toda la capacidad parlamentaria” al pacto que alcanzaron a última hora de este miércoles el Ministerio de Hacienda y Podemos para “eliminar el derecho a veto” que atribuye el artículo 15 de la Ley de Estabilidad Presupuestaria al Senado, en tanto que esta cámara puede tumbar la senda de déficit sin que tenga que volver al Congreso, donde podría levantarse el rechazo como ocurre con las leyes ordinarias.

Con un crecimiento anual previsto del 2,8% del PIB y la anunciada subida de impuestos sobre los beneficios y la banca, el techo de gasto propuesto por el gobierno es un 4,4% superior al de 2018 (125.064 millones de euros). El gobierno Sánchez opta de esta manera por una fórmula “a la portuguesa” de corrección parcial de los desequilibrios del déficit social, pero sin poner en cuestión la orientación del ajuste fiscal impuesto por la UE. No obstante, un problema adicional surge con la Ley de Estabilidad Presupuestaria, que confiere al Senado, donde el PP sigue ostentando la mayoría absoluta del PP, un derecho de veto sobre las propuestas de techo de gasto aprobadas en el Congreso de los Diputados. Sin haber acometido previamente su reforma, la propuesta del PSOE queda condenada de antemano al fracaso.

Con los precedentes del acuerdo unilateral para cuatro años del gobierno Rajoy en funciones con la Comisión Europea en 2015, y tras la experiencia portuguesa, la respuesta de UNIDOS PODEMOS, en la perspectiva además del veto del PP en el Senado, era más que previsible. Y el gobierno de Pedro Sánchez ha intentado cambiar de responsable del bloqueo del techo de gasto en 24 horas, acusando a UNIDOS PODEMOS de un ajuste de 11.000 millones de euros que afectaría especialmente a las comunidades autónomas. Pero, con la ley en mano, el gobierno está obligado a presentar una nueva propuesta en septiembre sobre techo de gasto y, es de esperar, que antes ofrezca soluciones reales para el veto del Senado, por una parte, y las cifras fundamentales para la negociación del conjunto del presupuesto de 2019, cuyo objetivo debe ser no solo frenar el empobrecimiento de importantes sectores sociales, sino poner fin a las políticas neoliberales a la vez que prepararse desde la defensa de los intereses sociales a la nueva recesión de la economía capitalista que comienza a vislumbrarse en el horizonte. Es decir, discutir los “márgenes” de los intereses sociales en juego en el presupuesto que definirá el largo ciclo electoral de 2019 y de cuyo acuerdo dependerá la posibilidad o no de un gobierno de la izquierda en 2020.

 

El nuevo PSOE de Pedro Sánchez no derogará la reforma laboral del Gobierno del PP. El equipo económico de Ferraz considera ahora que la que fue una de las leyes estrella de Mariano Rajoy durante su primera legislatura no es la mejor, pero no la desmontará en el Congreso de los Diputados. Los socialistas se desmarcan así de una de las reivindicaciones de Unidos Podemos en materia laboral y apuestan por seguir su propio camino, introduciendo, eso sí, algunas modificaciones en una ley que para el Gobierno es prácticamente intocable, la más aplaudida internacionalmente y, en opinión de Moncloa, una de las claves de la recuperación económica.

Mención aparte merece una de las promesas estrella del programa del PSOE, como era la Reforma Laboral, partiendo de derogar la vigente «con carácter inmediato», una de las banderas socialistas contra el PP que trataba de marcar su perfil de partido de izquierda. Sin embargo, ya nadie en Moncloa habla de derogar la reforma laboral. Ni siquiera los sindicatos. A los anuncios malogrados de los primeros días se suman otras promesas del PSOE en la oposición que se han descartado o matizado al llegar a La Moncloa. La más clara es la renuncia a publicar la lista de defraudadores que se acogieron a la amnistía fiscal de Montoro. El Gobierno reconoce ahora que no tiene capacidad jurídica para «modificar un pasado ya sentenciado» y la ha descartado. A cambio, eso sí, promete una ley para prohibir futuras amnistías fiscales.

A la vista de lo expuesto, tal pareciera que la democracia parlamentaria española caminase hacia la inversión del título del famoso aguafuerte de Goya: Los sueños de los monstruos engendran razones. Son 80 los “Caprichos” de Goya y 84 los diputados del PSOE. Los “Caprichos” de Goya se vendían en conjunto por 320 reales de vellón en una tienda de licores y perfumes en el número uno de la madrileña calle del Desengaño. Tiene su ironía el lugar escogido por “la astucia de la razón” para comerciar con los caprichos de la inteligencia. El caprichoso destino de Sánchez parece unido al de Rajoy: Como el profeta de un pasado mañana comprado a plazos, corriendo hacia ninguna parte con los votos en almoneda, alquilados o prestados para ser “presidente por un día”, el cándido candidato Sánchez corre el riesgo de convertirse en un free rider, un polizón dentro del cascarón hundido de su propio partido o un “consumidor parásito”, de esos que se niegan a pagar su parte en la instalación del ascensor porque viven en el bajo. Los caprichos de Sánchez pueden acabar costándole muy caros y terminar malvendiendo los 84 diputados del PSOE en la metafórica calle del desengaño electoral.

El enemigo íntimo en que se ha convertido el PSOE para Sánchez, y viceversa, demuestra cómo funciona la dinámica de la “ley de hierro de la oligarquía” partidista y el ethos suburbial de la estética política: de guapo a tonto hay dos copas o dos legislaturas, según los casos, y Sánchez acude al Congreso de los Diputados con pase de visita, invitado, con voz, pero sin voto, como el tonto útil de un partido cada vez más inútil.

Al PSOE le sobra Sánchez y a Sánchez le estorba el PSOE. Aunque en su partido nadie le respeta, España es condescendiente con él, porque se sabe de su esfuerzo en parecer lo que no es y en ser lo que no parece. Y hay que admitirlo, mueve a la ternura su empecinamiento en demostrar que, al menos, es menos tonto de lo que el malvado CIS periódicamente le espeta a la cara.


EL HUNDIMIENTO DEL PSOE: VIGESIMA CUARTA PARTE

$
0
0

 

 

“En España gobierna el cambio, y ha empezado a ser realidad para mucha gente de nuestro país” (Pedro Sánchez en Oviedo, el 9 de setiembre de 2018).

Si había alguna duda de que la intención del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, era agotar la legislatura, la misma quedaba despejada escuchando el contenido de su intervención en el primer acto político que celebró con el PSOE desde que llegó a La Moncloa, donde dijo que en estos dos años que restan hasta las elecciones generales aspira a sentar las bases de las grandes transformaciones de España hasta 2030. “Ese es un nuestro horizonte”, añadió.

Pero, además, añadió que no sólo se conformaba con sentar las bases en esta legislatura, sino que aspiraba a liderarlo estos doce años, recordando a aquellos que vaticinaban hasta hace muy poco que el PSOE estaría muchos lustros sin volver a gobernar España.

Efectivamente, en su primer acto de partido desde que ganase en el Congreso la moción de censura que lo ha llevado a la presidencia, organizado en la capital asturiana con motivo de la tradicional Fiesta de la Rosa de la Agrupación Municipal Socialista ovetense, no solo ha servido para revisar lo realizado en ese periodo sino, sobre todo, para anticipar los retos de largo aliento que el PSOE se plantea con la «justicia social» como «denominador común», entre ellos, un Plan de Choque para el Empleo Juvenil y también, ante los socialistas de una región productora de carbón, Sánchez hablaba de una transición energética «justa y dialogada con los agentes públicos y económicos» situando a la empresa Hunosa en «justa y dialogada» la vanguardia de un proceso que «necesita España y Asturias», comunidad con la que Sánchez ha dicho sentirse «comprometido hasta las trancas». Un compromiso que incluye el cumplimiento de la financiación para la variante de Pajares, el soterramiento de Langreo o el plan de infraestructuras para Cercanías, según ha enumerado el jefe del Ejecutivo.

El presidente de ACS Florentino Pérez; el presidente de IBERIA, Luis Gallego, el presidente de Telefónica, José María Álvarez-Pallete, y el presidente de Iberdrola, José Ignacio Sánchez Galán, durante la intervención del presidente Gobierno, Pedro Sánchez, en el acto que ha presidido en la Casa de América, el 17 de setiembre de 2018

Sin embargo, el lugar elegido por Pedro Sánchez para festejar sus primeros cien días de gobierno fue la Casa de América en Madrid donde, con fecha 17 de setiembre, se montó todo un espectáculo, con fuegos artificiales incluidos; un gran show al que fueron invitados todos los que consideró personajes importantes del Reino, para que fueran testigos de su aparición apoteósica llena de luces y efectos especiales y del anuncio que iba a realizar, del que los palmeros de la Moncloa habían adelantado ya su carácter de trascendental.

Y la montaña parió un ratón. Sin haber pactado con ningún otro partido y con sus 84 diputados con los que presentó la moción de censura, prometió, nada más y nada menos, que una modificación exprés de la Constitución, en 60 días y no para algo importante, sino para eliminar los aforamientos. Pero al día siguiente supimos que no se trataba de todos, sino solo de los de los políticos, que son una proporción muy pequeña del total; y tampoco para todos los procesos judiciales, sino únicamente para los que hacen referencia a su vida privada. Total, que el efecto del anuncio duró día y medio. Más tarde afirmaban que también se suprimirían los aforamientos por delitos de corrupción. En resumen, que no saben qué hacer ni cómo hacerlo y por eso, cosa insólita, lanzan la pelota al Consejo de Estado sin presentarle ningún texto escrito.

“Dijimos que íbamos a ser un gobierno ecologista y antes de que finalice el año vamos a presentar no solamente un plan estratégico de transición ecológica sino que también vamos a aprobar una ley de lucha contra el cambio climático”.

Así viene ocurriendo con la casi totalidad de las promesas que viene lanzando el gobierno de Pedro Sánchez, siendo perfectamente conscientes de que no pasa por sus mentes el cumplirlas, pero les sirven perfectamente para la propaganda electoral de cara a unas inevitables elecciones adelantadas, pretendiendo dejarnos el mensaje de que “por mí no queda, son los otros partidos los que ponen palos en las ruedas”.

Entrando en materia concreta, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, aseguraba en el debate de la moción de censura que su hoja de ruta incluía la convocatoria de elecciones, pero en su primera entrevista en TVE reconoció que su intención era agotar la legislatura hasta 2020. Muy pocos días después, el Gobierno descartaba “absolutamente” adelantar las generales, aunque en estos tres meses han llegado a decir también que no resistirían “más allá de lo razonable”. El Ejecutivo no tiene garantizado el respaldo de los 180 diputados que apoyaron la moción y cada medida es objeto de una ardua negociación que no siempre acaba con éxito, como el caso de la senda de estabilidad, que fue rechazada en el primer jarro parlamentario de agua fría de Sánchez. Más recientemente, el 4 de octubre, sería el mismísimo Pedro Sánchez quien afirmaba que “no habrá elecciones generales en 2018”, aunque algunos dirigentes del PSOE no veían con malos ojos la convocatoria electoral a finales de año.

Pedro Sánchez en el Backstaje del escenario en espera de que se inicie el conciertp de The Killers durante el Festival Internacional de Bernicassim, el 20 de julio de 2018.

Volviendo a los cien primeros días del Gobierno de Pedro Sánchez, estos comenzaban con la dimisión de Màxim Huerta como ministro de Cultura tras conocerse que había defraudado a Hacienda al declarar sus ingresos como presentador de televisión y terminaban con la dimisión de la directora general de Trabajo, Concepción Pascual, por el “gol por la escuadra” que supuso para el Ministerio el registro de un “sindicato” de prostitutas. Aunque los servicios de Moncloa tratasen de justificarlo por motivos de seguridad, Pedro Sánchez sería muy criticado por su desplazamiento hasta Castellón en un Falcon 900B del Ejército del Aire para asistir al Festival Internacional de Benicàssim, a pesar de que previamente se habría reunido durante 45 minutos con el presidente de la Comunidad Valenciana Ximo Puig. Es más, el avión oficial habría realizado dos viajes ya que Pedro Sánchez llegaría al aeropuerto castellonense el viernes, 19 de julio, pero la aeronave retornaría a Madrid para, el sábado, día 20, desplazarse de nuevo a Castellón para recoger al presidente tras asistir el viernes por la noche al concierto de The Killers en Benicàssim.

El presidente de GESTHA, Cruzado, asegura que ‘hay indicios más que suficientes para que la Agencia Tributaria actúe de oficio e inicie inmediatamente actuaciones de verificación y de inspección en relación con todas las personas que pudieran estar relacionados, incluido el Rey emérito, que desde el año 2014 no tiene la condición de inviolabilidad’.

Además de estos tropiezos, Pedro Sánchez ha incumplido algunas de las promesas que hizo cuando estaba en la oposición y ha rectificado algunas de sus intenciones iniciales, siendo el cambio de postura más paradigmático la negativa del Gobierno a publicar la lista de defraudadores que se acogieron a la amnistía fiscal del PP alegando que no sería legal a pesar de que Sánchez prometió que lo haría si llegaba a la Moncloa. En efecto, la publicación de ese listado fue una de las promesas de Pedro Sánchez cuando estaba en la oposición y dio pie a una importante campaña del grupo socialista contra Cristóbal Montoro, llegando incluso a plantear en el Congreso de los Diputados sacar a la luz esa “lista de la vergüenza”, como la calificó entonces Pedro Sánchez: “publique esa lista, señor Rajoy, o si no lo haremos nosotros cuando lleguemos al Gobierno”. Pero, una vez más, Pedro Sánchez traicionaba su compromiso cuando sabe perfectamente que puede cumplirlo sin infringir la ley. Es verdad que existe una prohibición genérica establecida por la Ley General Tributaria a hacer públicos los nombres de los contribuyentes, pero no es menos cierto que esa prohibición puede ser sometida a excepciones, como se acaba de comprobar con la reciente publicación de la lista de los morosos ante el fisco (en las que aparecían desde Miguel Bosé a Mario Conde). En total, a la amnistía de Montoro se apuntaron unos 29.000 contribuyentes, entre ellos el Bárcenas del PP o el Fernández Villa del PSOE. Tampoco se trata de que Hacienda haga públicos todos esos nombres, sino sólo los de los conocidos como PEP (personas expuestas públicamente). Estamos hablando, por tanto, de un número que no supera los 400 contribuyentes. Otra cuestión muy distinta es que en esa lista pueda aparecer gente del PSOE y hasta el mismísimo rey de España.

Pedro Sánchez, ha reconocido sus limitaciones para derogar la reforma laboral impulsada por el anterior ejecutivo. El líder del PSOE, en su comparecencia ante el Pleno del Congreso para detallar su “agenda del cambio”, ha recordado que carece de mayoría parlamentaria suficiente para tumbar una de las medidas estrellas de Mariano Rajoy. (Congreso de los Diputados, el 17 de julio de 2018)

En otro orden de cosas, el doctor Pedro Sánchez ha renunciado también a derogar la reforma laboral después de haberla convertido en uno de sus principales caballos de batalla en la oposición: «La primera medida que tomará el próximo Gobierno socialista será derogar la reforma laboral de Rajoy, para recuperar cuanto antes los derechos de los trabajadores. Los y las socialistas derogaremos con carácter inmediato toda la reforma laboral del PP, que estableció un modelo de empleo precario, de bajos salarios, de despidos baratos y un sistema de relaciones laborales sin equilibrio de poder entre trabajadores y empresarios». Sin embargo, apenas cumplidos diez días en el Palacio de la Moncloa, sería la titular de Trabajo, Magdalena Valerio, quien reconocía las dificultades para derogarla “porque sabemos qué peso parlamentario tenemos”.

Una de las cuestiones que vino ocupando las portadas de los medios de comunicación durante este periodo fue la exhumación de la momia del dictador fascista Francisco Franco, al que Pedro Sánchez pretende convertir en su salvavidas político usándola como comodín recurrente para tapar las vergüenzas de un gobierno imposible de sostener y en el que varios de sus “naipes” – primero la dimisión obligada del ministro de Cultura, Máxim Huerta, por defraudar a la Hacienda Pública,  más tarde la de la ministra de Sanidad, Carmen Montón, por la obtención de un master sin pisar las aulas universitarias, y ahora los “casos” de la ministra de Justicia, Dolores Delgado, atrapada en la telaraña mafiosa y corrupta de los Villarejos y los Garzones,  y el astronauta ministro de Ciencia, Pedro Duque, con sus sociedades para escaquearse de pagar sus impuestos -, dejan en el aire la continuidad hasta 2020 sin pasar por las urnas.

Boletín Oficial del Estado del 25 de agosto de 2018, donde aparece el real decreto ley sobre la exhumación del dictador Franco en el Valle de los Caídos

Después de un largo combate de boxeo con el fantasma franquista en la tumba del valle de Cuelgamuros, por fin, el Consejo de Ministros aprobaba el real decreto ley 10/2018, publicado en el B.O.E. del 25 de agosto, que posibilita el desenterramiento del general dictador a los 43 años de su muerte, después de dejar establecido que en el Valle de los Caídos “solo podrán yacer los restos mortales de personas fallecidas a consecuencia de la Guerra Civil española, como lugar de conmemoración, recuerdo y homenaje a las víctimas de la contienda”. En cualquier caso, cuando veamos hecha realidad la exhumación de la momia hablaremos…

Pero, si como ha quedado dicho, la momia franquista ocupó muchas portadas en los medios de comunicación, muchas más se ocuparían del escandaloso “TESISGATE”, un “caso” con el que Pedro Sánchez ha conseguido el dudoso honor de aparecer en los periódicos de todo el mundo explicando cómo, por primera vez en la historia de este país, un presidente del Gobierno fusilaba la tesis doctoral con la que sacó un sobresaliente cum laude regalado. No sólo eso, sino que dicha tesis había sido elaborada en gran parte por “negros” y, a pesar de ello, le sirvió para dar clases como el supuesto experto en Economía que no es. Quien mejor lo expresa es el periodista Jesús Maraña en su libro “AL FONDO A LA IZQUIERDA”, publicado en mayo de 2017: “Quedarse en 2011 por segunda vez fuera del Parlamento supone un duro golpe a la autoestima de Pedro Sánchez que acude al despacho de Miguel Sebastián en la Facultad de Económicas de la Universidad Complutense. Se muestra desolado, pero a la vez decidido a aprovechar el tiempo disponible para engordar su curriculum. Quiere ser doctor en Económicas, pero entrar en la Complutense no es fácil, por las exigencias que se precisan.

La pieza de la operación Tándem que instruye en secreto la Audiencia Nacional encierra un episodio en el que confluyen de nuevo José Manuel Villarejo, Baltasar Garzón y la ministra de Justicia, Dolores Delgado. El comisario de la Policía Nacional recurrió al embajador de Guatemala en Estados Unidos entre 2013 y 2015, Julio Ligorría, para tratar de bloquear la investigación abierta en el país centroamericano contra el naviero español Ángel Pérez-Maura, acusado de pagar 30 millones de dólares en sobornos al expresidente guatemalteco Otto Pérez Molina en el llamado caso TCQ

Recurre entonces a los contactos que le han proporcionado sus años en el Ayuntamiento y en Ferraz, y consigue que Rafael Cortes Elvira, por entonces rector de la privada Universidad Camilo José Cela de Madrid, le facilite un doctorado y una plaza como profesor asociado de Estructura Económica e Historia del Pensamiento Económico. Cortés Elvira, militante socialista desde 1974, ocupó algunos cargos en la Comunidad de Madrid presidida por Joaquín Leguina, fue director general de Deportes y luego secretario de Estado para el Deporte, coincidiendo con las Olimpiadas de Barcelona. Tras la derrota electoral de 1996, se dedicó sobre todo a los negocios, con silla en los consejos de administración de decenas de empresas, antes de volver a la actividad universitaria que había abandonado por hacer carrera política.

Markus Goldbach, CEO de Plagscan, el software que usó el equipo del presidente Pedro Sánchez para demostrar que no había plagiado su tesis, asegura que el porcentaje de coincidencia que obtuvo el trabajo en su programa respecto a otras publicaciones fue del 21% y no del 0,96% como hizo público Moncloa. «Tuvimos acceso a la tesis de Pedro Sánchez, y en nuestro reporte, utilizando nuestras configuraciones estándar, nos ha generado un porcentaje del 21%, valor considerablemente superior a los 0,96% que dice el Gobierno » Éste asegura que su empresa ha reclamado sin suerte al Ejecutivo que le entregue el informe del análisis de Plagscan…

Pedro Sánchez pide ayuda y consejo para elaborar su tesis a Miguel Sebastián y a Carlos Ocaña, exsecretario de Estado de Hacienda y Presupuestos y a la sazón director general de Funcas. Este último le remite gran parte de la documentación que contiene la tesis doctoral de Sánchez, titulada Innnovaciones de la diplomatura económica española: análisis del sector público (2000-2012).

Ya es de nuevo flamante diputado, gracias al hueco dejado por Cristina Narbona, cuando la tesis se convierte en libro y es presentado en Madrid el 11 de diciembre de 2013, con un título algo menos técnico, La nueva diplomacia económica española, y rodeado de dirigentes socialistas como Ramón Jáuregui, Trinidad Jiménez, José Blanco, Elena Valenciano o el propio Edu Madina. Sánchez ha conseguido ser diputado, doctor y ensayista en menos de dos años. El libro no recoge un planteamiento ideológico propio, aunque su presentación multitudinaria responde más al lanzamiento de un posible candidato que al de una propuesta original para la reflexión socialdemócrata abierta en España y en todo Occidente…”

Pedro Sánchez utilizó el helicóptero oficial para acudir a la boda de su cuñado, el hermano de su mujer, en un pequeño pueblo de La Rioja. El presidente del Gobierno voló desde La Moncloa hasta la base aérea de Agoncillo, a 57 kilómetros de Aldeanueva de Cameros, el destino final de su viaje, para luego recorrer en coche la última parte del trayecto. El líder socialista le está sacando mucho partido al helipuerto que tiene el complejo de La Moncloa y está usando con frecuencia los helicópteros Super Puma del 402 Escuadrón del Ejército del Aire destinados al traslado de importantes personalidades del Ejecutivo.

En efecto, Pedro Sánchez había llegado a Presidente de Gobierno sobre la premisa de la honestidad, donde la decencia había sido uno de los valores sobre el que había buscado edificar su liderazgo político. Incluso en un debate electoral televisado llamó indecente a Rajoy, mostrándose a sí mismo como la alternativa honrada. Y fue la frase contenida en la sentencia “gürteliana”, aquella que cuestionaba la veracidad del testimonio del presidente de la organización criminal del PP, la que invocó como justificación para presentar la moción de censura que lo llevaría a la Moncloa, pero bastaría una de sus primeras comparecencias parlamentarias cuando mentía descaradamente en la réplica al representante de Ciudadanos: “Mi tesis está colgada en Teseo. Infórmese bien porque lo está”, pero no era cierto, en Teseo sólo estaba colgada una ficha de la tesis. El doctor Sánchez, en su ofuscación, había caído en la hábil celada de Albert Rivera, trastabillándose como si le hubiera dado un golpe en el talón de Aquiles. Ello le precipitó en el error garrafal de mentir en sede parlamentaria cuando aseveró campanudo que la tesis doctoral, sobre la que hay sospechas de plagio y autoría subrogada por parte de algún vientre de alquiler que luego aparecía como coautor del libro de la tesis, era de acceso libre. Esto no ocurrió, tras dos o tres días de presión de la opinión pública, hasta que, por fin, una vez diseñada la estrategia de comunicación para dorar la píldora, tras una intensa labor de maquillaje y comunicación política.

Jamás se había podido imaginar paseando por Times Square, con 10 guardaespaldas detrás. Pero, llegado el día, Pedro Sánchez vio la luz y no dejó escapar la oportunidad de inmortalizar el momento al más puro estilo Tarantino. Aunque en un intento de aparentar originalidad, el presidente se quedó corto: de plagiar textos en una tesis salta al mundo del cine, con un complejo de Reservoir Dogs que se le viene grande.

En definitiva, que, en estos 100 días, Pedro Sánchez, está corriendo a 100 – incluso a mayor velocidad subido en aviones y helicópteros para hacer una política de todo a 100 enormemente útil para su notoriedad y contentar a su variopinta coalición de apoyos, pero, sobre todo, para seguir interpretando el papel con el que ha soñado toda su vida. Y sus viajes, sus declaraciones, sus ruedas de prensa sus gesticulaciones históricas forman parte de lo que cree que debe hacer para parecer el presidente del Gobierno. Es decir, Pedro Sánchez está jugando a ser presidente, haciendo no lo que debe hacer, sino que interpreta el papel de presidente, actuando conforme a lo que él cree que corresponde al ejercicio presidencial. Todo, todo es puro teatro.

De repente, cuando estoy escribiendo este capítulo de mi serie sobre “EL HUNDIMIENTO DEL PSOE”, me entero de que la Susana Díaz acaba de convocar las elecciones en Andalucía a las que seguirán las municipales, las autonómicas, las europeas, quien sabe si las catalanas, aunque Torra las niegue y hasta puede haber generales si, tal como está ocurriendo, a Pedro Sánchez se le tuercen los apoyos o el CIS le dice que es el momento adecuado para ganar. Es decir, que, convocadas las elecciones andaluzas debemos disponernos a vivir en campaña electoral sin aliento durante nueve meses y quizá hasta finales de 2019. Dicho de otra manera, preparémonos para vivir en el mitin permanente, en la manipulación del mensaje, en seguir gobernando con la única intención de obtener votos y con una más que probable falsificación del estado real de la nación. En fin…

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

INTERVENCIÓN DE ANTON SAAVEDRA SOBRE PENSIONES EN GOZÓN

$
0
0

Buenas tardes, y muchas gracias por vuestra asistencia. Gracias a las compañeras y compañeros que han organizado este acto desde la magnifica tribuna del Centro Social en Laviana de Gozón. Yo soy un compañero más que no pretende sino aportar un poco de luz en el oscuro túnel de las pensiones que, junto con el paro y corrupción, suponen los mayores y más graves problemas que tenemos planteados en nuestro país.

Es verdad que todos los avances, mejoras y acuerdos alcanzados en los últimos meses de lucha por unas pensiones dignas son bienvenidos, como lo son las principales reivindicaciones que reclaman las plataformas de pensionistas, pero la lucha en la calle y en las instituciones no puede cesar hasta lograr una solución permanente que impida que estas se pongan en cuestión, protegiendo las pensiones públicas hasta elevarlas en la Constitución a la categoría de derecho fundamental a la vez que prohibiendo su privatización y pérdida de poder adquisitivo.

Estamos cansados de escuchar que las mujeres y los pensionistas son dos colectivos sociales poco permeables a las exigencias políticas: en ambos casos se los tenía por votantes mayoritariamente cautivos por el “establishment”, casi siempre conservador en lo imaginario, pero también de izquierdas. Tanto es así que los partidos no suelen tenerlos de partida entre sus preocupaciones electorales; apenas en los días de campaña les suelen hacer guiños que luego olvidan cuando se instalan en los sillones del poder.

Pero en los últimos tiempos esta actitud y esta sensación han empezado a cambiar. Las mujeres, respaldadas por el peso intelectual, artístico y laboral que han cobrado, alzan su voz en defensa del derecho a la igualdad que les asiste, y han conseguido, sino la culminación de sus objetivos, sí avances muy importantes. Lo han demostrado también, y de manera más sorprendente, los pensionistas. Después de muchos años con las pensiones encubiertamente congeladas, han reaccionado en defensa de sus derechos.

Las manifestaciones en muchas de las grandes ciudades han despertado entre ellos una conciencia, social y política, fundamentada en la reivindicación legítima de un derecho adquirido. Sus argumentos, nuestros argumentos, eran y son convincentes: hemos tributado varias décadas para garantizarse un futuro tranquilo y, por lo tanto, solo reclamamos lo que se nos adeuda, y los compañeros vascos de Bilbao y Oviedo son el ejemplo de que la lucha continúa todas las semanas.

Y, sin más preámbulos, con el fin de dar paso a un debate enriquecedor y clarificador sobre los peligros reales que siguen acechando a nuestras pensiones, muy especialmente a las venideras, me vais a permitir que comience mi intervención con unas reflexiones a modo de sinopsis, centradas en los conceptos que titulan mi ponencia.

LA PRIMERA, para poner de manifiesto que nuestro sistema público de pensiones está en una permanente deconstrucción, al  igual que viene ocurriendo con la mayor parte de los sistemas europeos, de acuerdo con el discurso corsario del Banco Mundial para el abordaje a los sistemas públicos de pensiones, tan explícitamente asumido por la Unión Europea en sus libros Verde y Blanco sobre pensiones, y muy recientemente desarrollado a través del PRODUCTO PANAEUROPEO DE PENSIONES INDIVIDUALES (PEPP), tal y como tuvimos ocasión de constatar en los debates que mantuvimos con la REPER, Comisión Europea y Parlamento Europeo en Bruselas.

Un plan de pensiones de ahorro a largo plazo con muy escasas posibilidades, por no decir nulas, para su rescate, que no busca si no canalizar más capital hacia los mercados de capitales, impulsando el programa de la Unión de Mercados de Capitales.

En realidad, se trata de una “colecta” del capital que, al grito corsario del neoliberalismo viene a decir algo así como: ¡¡¡Ahorradores, prestadle dinero al capital, necesita liquidez!!!

Las sucesivas reformas perpetradas por los gobiernos del bipartidismo PPSOE durante los últimos 30 años nos están abocando a un futuro de pensiones precarias y pensionistas empobrecidos donde, según estimaciones de la propia Comisión Europea, en 2030 un ciudadano con un salario de 1000 euros recibirá una pensión de 600 euros, y en 2050 será tan sólo de 465 euros. Por lo tanto, el problema no es si las pensiones se podrán pagar el mes que viene: el problema es que las pensiones públicas del futuro, caso de seguir existiendo, no van a permitir una vida digna después de muchos años de trabajo.

Ello, sin olvidar que, según los técnicos del Ministerio de Hacienda, el 32,6 % de los pensionistas cobran en la actualidad menos de los 8.200 euros que delimita el umbral de la pobreza. Es decir, más de tres millones de personas, de las cuales el 60 por ciento de los pensionistas que perciben pensiones por debajo del umbral de la pobreza son mujeres.

LA SEGUNDA, para constatar que la estructura legal de nuestro sistema de pensiones no es más que el resultado de reformas que siempre han tenido como argumento evitar la quiebra de la Seguridad Social, elevando primero, en 1985, de 10 a 15 años el periodo mínimo de cotización para acceder a pensión; después, en 2011, la edad de jubilación elevada de 65 a 67 años; y muy recientemente la introducción por parte del gobierno Rajoy del factor de sostenibilidad, eliminando la revalorización automática de las pensiones a partir de 2013, aunque mucho antes ya lo había comenzado a realizar el gobierno de Zapatero con el incremento cero para las pensiones. Muy aplaudido, por cierto, por todos los diputados y diputadas del PSOE, puestos en pie, entre los que se encontraba el actual secretario general y presidente del gobierno de España Pedro Sánchez, aquel 12 de mayo de 2010.

Todo parece indicar que el factor de sostenibilidad, aquel que añadía dos nuevas variables para el cálculo de la pensión a las ya existentes actualmente, como son la edad de jubilación, los años cotizados y la cuantía cotizada, entre otras, ha quedado anulado en las negociaciones del Pacto de Toledo, pero hablaremos cuando ello sea una realidad.

El problema de la sostenibilidad del sistema público siempre se ha venido planteando de la peor forma posible, tratándolo como un problema técnico cuando es un problema político. Se ha querido enmarcar como una cuestión de insuficiencia de medio, cuando en realidad el quid de la cuestión es la distribución de la renta. Se pretende con ello que creamos que la sostenibilidad del sistema público de pensiones depende de cuantos son los que producen cuando la variable importante es cuanto se produce”. Lo ocurrido con la agricultura puede servir como ejemplo de lo dicho:  Hace cincuenta años el 30 por ciento de la población activa trabajaba en la agricultura; hoy únicamente lo hace el 4,5 por ciento, pero ese 4,5 por ciento produce más que el 30 por ciento anterior.

Si a ello sumamos las nefastas reformas laborales, que han precarizado el empleo, otorgando más poder a los empresarios en perjuicio de los trabajadores, esto nos ha llevado a unos salarios reales menores y, con ello, a una mayor dificultad para cotizar.

Cuando el empleo es seguro, estable y de calidad, el sistema de pensiones ingresa los suficiente para repartir y no sufre, pero si el empleo se vuelve inseguro, inestable y de baja calidad, el sistema entra en zona roja e ingresa menos de cuánto debe repartir.

En ese escenario, la reforma del sistema efectuada por el gobierno Zapatero en 2011 no hacía más que consolidar los principios corsarios al discurso oficial sobre las pensiones, y su reforma laboral de 2010 no sólo ha supuesto una verdadera desamortización del mercado de trabajo, despojando la política de empleo de su dimensión social y devolviendo a manos privadas la regulación de las relaciones laborales, sino que supuso una auténtica bomba de relojería en el corazón de nuestra Seguridad Social, de tal manera que, desamortizado el mercado laboral, la desamortización del sistema público de pensiones quedaba convertido en el más lucrativo negocio privado.

LA TERCERA, para afirmar que el objetivo de fondo no es otro que acabar con el sistema público de pensiones, lo cual procuraría un doble beneficio al capital. El más evidente: promocionar el negocio de los sistemas privados de pensiones y lograr que las cotizaciones gestionadas actualmente por la Seguridad Social lo sean por agencias privadas propiedad del oligopolio bancario, dando más dinero fresco a la banca para seguir especulando en los mercados financieros.

Se trata de trasladar el modelo “piñerista”, implantado bajo la dictadura militar de Pinochet en Chile, donde jubilarse en aquel país hermano es algo así como sacarse un carnet de pobre para los ya de por sí pobres.

Y los “piñeristas” españoles están inmersos en ese abordaje corsario para convencer a los gobiernos del bipartidismo PPSOE de que la vía buena es la de favorecer los fondos privados de pensiones a costa de recortar nuestro sistema público, hasta llegar incluso a su desaparición.

En otras palabras, existen poderosos sectores de las finanzas que buscan una España en la que jubilarse con cierta dignidad sea solo un privilegio reservado para aquellas y aquellos agraciados que cobran auténticas millonadas: ¿Eres pobre o sufres precariedad en el trabajo?  Poco importa. Los “piñeristas” no son una ONG ni tienen compasión. Son ricos y quieren seguir siéndolo, pero, como siempre, a nuestra costa, a costa del trabajador.

LA CUARTA, para confirmar que  el objetivo de los gobiernos neoliberales del bipartidismo turnista PPSOE no es otro qué alcanzar el mayor debilitamiento de la clase trabajadora, porque sin pensiones garantizadas, los trabajadores seguiremos siendo ciudadanos temerosos ante nuestro futuro, cada vez más incapaces de movilizarse en defensa de nuestros intereses, y ni siquiera de perder un solo día de cotización para hacer una huelga, quedando obligados a trabajar hasta el fin de sus días, aquellos que tengan el “privilegio” de tener un puesto de trabajo.

Se trata, compañeras y compañeros, de ir al desmantelamiento de lo que un día se llamó el “Estado del Bienestar” que siguió al final de la II Guerra Mundial, con sus políticas de pleno empleo y amplios servicios públicos redistribuidores de renta y riqueza logrados a través de la “lucha de clases”, esa “lucha de clases” que hoy se ha transformado en una “lucha de frases” tan grotescamente practicado por ciertas élites del pandillerismo sindical.

Por supuesto, tanto el gobierno actual del PSOE como los que le precedieron del PP, pueden seguir esgrimiendo cifras y más cifras en defensa de sus reformas antisociales, pero lo que no es de recibo es la interpretación que se puede hacer de cada una de ellas.

Pudiendo ser cierto que la Seguridad Social cerró 2016 con un déficit equivalente al 1,7%, ¿por eso no se pueden pagar las pensiones? ¿a quién puede escandalizar un déficit tan exiguo como el de la Seguridad Social? ¿Acaso no cerraron las Administraciones Públicas en 2009 con un déficit del 11% del PIB, en 2010 del 9,4%, en 2011 del 9,6%, en 2012 del 9,5%…, y se financió?

¿No se puede financiar un déficit del 1,7% o es que depende de a quién vaya destinado el dinero? Recordemos que buena parte del déficit de aquellos años se debió al rescate bancario, y resulta más que indignante cuando el gobierno de Mariano Rajoy ha destinado al rescate de las Cajas de Ahorros, la misma suma que había en la llamada “hucha” de las pensiones.

No es que el déficit de la Seguridad Social sea elevado: la clave radica en si los trabajadores tenemos o no la misma capacidad de presión que la banca para que el Estado ponga el presupuesto a su servicio, y a tenor de los sucesivos recortes de pensiones que se vinieron padeciendo parece más bien que no.

Mirad, compañeras y compañeros: manejando exactamente los mismos números que manejan los turnistas gobiernos del PPSOE, el dinero de nuestras cotizaciones a la Seguridad Social correspondientes a los últimos cuarenta años, éste ha servido, se ha utilizado para muchas cosas, desde la financiación de la sanidad hasta las pensiones no contributivas pasando por la financiación de los propios Presupuestos Generales del Estado.

Sí, compañeras y compañeros, con el dinero de nuestras cotizaciones, se han financiado hasta los Presupuestos Generales del Estado, y si todo ese dinero se hubiese destinado exclusivamente al fondo de las pensiones, ahora mismo ese fondo de pensiones tendría ¡¡¡MEDIO BILLÓN DE EUROS!!!

Por lo tanto, si el dinero de nuestras cotizaciones ha estado financiando otras políticas, sería justo que ahora otras políticas, otros impuestos, financiasen a las pensiones. En absoluto habría ningún problema de sostenibilidad si el fondo de pensiones hubiese sido destinado a las pensiones. Sí, claro que hay dinero para las pensiones. Claro que el sistema de pensiones es sostenible. Los que no son sostenibles son los corsarios del neoliberalismo gubernamental al abordaje del Estado del Bienestar.

¿De dónde puede sacar el Estado más dinero para no tener déficit y garantizar las pensiones? Buscad en internet, buscad la palabra GESTHA, que es una organización de inspectores de Hacienda que se dedica a informarle a nuestro pueblo de lo que está ocurriendo tras la cortina de la economía y los impuestos.

Y estos inspectores, que saben perfectamente de qué se está hablando, nos dan los siguientes datos escalofriantes: ¡¡¡En España se defraudan todos los años 90.000 millones de euros!!! Y dicen mucho más: el 72 % de ese fraude lo tienen los grandes empresarios de este país. En España, por lo tanto, está sobrando dinero.

Pero hay un fraude que pone los pelos de punta y que demuestra realmente a quienes sirven determinados políticos y sus gobiernos.

Existe una cosa que se llama Sociedades de Inversión de Capital Variable (SICAV). Es decir, un señor quiere pagar menos dinero y menos impuestos por su dinero y funda una SICAV, pero le ponen una condición: tiene que haber por lo menos cien personas y entre todas juntar 2,4 millones de euros. Yo pongo 2 millones y el resto lo reparto entre las 99 personas o “mariachis”. Desde ese momento yo no pago el 35 % de impuestos, sino que pago el 1 %. Claro, es un escándalo, esto es un robo consentido.

El caso es que los inspectores de Hacienda cuando se dieron cuenta de qué estaba haciendo el señor y sus “mariachis”, quisieron meterle mano. Y cuando empezaron los trámites, el PSOE, el PP, CIU y PNV aprobaban una ley en el Congreso por la cual, esto se quita a los inspectores de Hacienda y se le pasa a una entidad nueva que se llama Comisión Nacional de Valores (CNMV), y ésta lo primero que dice es que: Aquí ya no se mete mano a estos señores y, además, olvídense de retroactividades.

Por eso, cuando dicen que en España no hay dinero, decidles que “eso es mentira”. Qué están mintiendo como malditos bellacos.

¡¡¡Hay dinero, mucho dinero!!!, el problema es si se quiere ir por él. Si se va a los paraísos fiscales, si se coge la fiscalidad, si se tiene el valor cívico de meterle mano a uno de los problemas más gordos que hay junto con el de la economía sumergida.

El Estado no quiere tener más ingresos. Pero no porque el Estado sea misericordioso con los que tienen el dinero. Es que el Estado es el dominguillo, el criado, el títere del auténtico poder económico; por lo tanto, nuestro problema es con el poder. Lo que pasa es que el gobierno se interpone, porque es el fiel manisero de ese poder.

Todo lo que se nos ha contado sobre nuestras pensiones es mentira. No es verdad que gastemos en pensiones de manera desproporcionada.

Nuestro país se gastó el año pasado en pensiones un 12% de su Producto Interior Bruto, muy por debajo de Francia (15%), Alemania (14,4%), Portugal (14,9%), por no hablar de Italia (16,5%) o Austria (14,6%), y muy por debajo de la media de la zona euro (13,6%), según los datos oficiales de Eurostat, la oficina estadística de la UE.

Además, nuestras pensiones, según la estadística oficial comunitaria, están un 30% por debajo de la media europea en Paridades de Poder de Compra (PPA). Así, la pensión de jubilación española es inferior a la que mantiene a los pensionistas en Portugal y Grecia, y se encuentra muy lejos de las que perciben en Austria, Luxemburgo, Suecia, Holanda o Italia, quedando por detrás de nosotros las prestaciones que reciben los países del Este e Irlanda.

Pero, además, el sistema de pensiones cumple una función macroeconómica evidente, no en vano representa el 12 % del PIB actual orientado a consumo y, por tanto, una fuente básica de demanda de bienes y servicios suministrados por empresas, profesionales y administraciones públicas, con impacto evidente en la actividad económica, el empleo y la generación de retornos relevantes también, vía impuestos.

Por otra parte, constituye un mecanismo potentísimo de cohesión social, territorial y, muy especialmente, de solidaridad intergeneracional. Por lo tanto, la consecuencia lógica de todo ello es una formulación de “cómo debemos actuar para preservar, reforzar y garantizar nuestro sistema público de pensiones, el mismo sistema, a ser posible mejorado, del que tienen que seguir disfrutando nuestros hijos y nietos”

Ni siquiera es cierto que el déficit de la Seguridad Social se deba a un aumento espectacular de los pensionistas. Se debe, sobre todo, tal y como ha quedado dicho, a las sucesivas reformas laborales que han mandado a los trabajadores a la precariedad permanente con salarios de subsistencia.

Y no es que los salarios sean bajos porque se produzca menos riqueza que antes. Al contrario, ahora se produce más, tal y como ha quedado dicho. El problema es como se está distribuyendo ese dinero, cada vez más en menos manos, dónde los salarios son la principal base sobre la que se produce este trasvase de riqueza que acaba en manos de la oligarquía financiera. Se trata de caminar hacia una redistribución más justa, más equitativa, de la inmensa riqueza que produce nuestro país, comenzando por los salarios, y exigiendo que no haya ninguno por debajo de 1.000 euros mensuales, a la vez que poniendo fin a este continuo saqueo sobre el conjunto de la población trabajadora.

Además, abundando más en el tema, ¿por qué se habla del “déficit” de la Seguridad Social y no de otros organismos del Estado? ¿Cuál es el déficit de la Casa Real? ¿Y del Ministerio de Defensa? ¿Cuánto dinero de nuestros impuestos se destina todos los años a la Iglesia? ¿Y cuánto al rescate de las autopistas? ¿Cerramos la Universidad? ¿Dejamos de hacer carreteras?

Por lo tanto, decir que la Seguridad Social se encuentra al borde de la quiebra es una estupidez, porque detrás de la Seguridad Social está el Estado con todos sus recursos financieros. En absoluto se trata de carencia de medios, es un problema de opciones: de a quien se da y a quien se quita, de qué gastos son prioritarios y, sobre todo, cuánto se recauda y de dónde.

En definitiva, compañeras y compañeros, ningún colectivo ha sido tan castigado económicamente como el de los pensionistas. Nadie ha sido tan estafado como los jubilados. Ninguna demagogia tan despreciable como la dirigida a los ancianos y ancianas, a quienes se asusta con el miedo a quitarles su pensión, cuando no la aceleración de su muerte.

Al respecto, es bien conocida la frase de aquel Ministro de Economía japonés afirmando que el deber patriótico de los viejos es que se mueran cuando les corresponda, esto es, lo más pronto posible”, un pensamiento muy deseado por esos corsarios del neoliberalismo, aunque no lo digan tan claro, utilizando narrativas un pelín más sofisticadas, como por ejemplo que el alargamiento de los años que los ancianos viven está creando un enorme problema a la economía del país

En realidad, siempre según Eurostat, la agencia de datos de la Unión Europea, el porcentaje de la población anciana es prácticamente la misma en España (19 %) que el promedio de los países de la UE-15 (19,03 %) y ligeramente inferior a la de la UE-28 (19,4 %). No es cierto, por lo tanto, que nuestro país sea uno de los países con “más viejos” o “más abuelos”.

No es la pirámide de población, ni el incremento de la esperanza de vida lo que amenaza la sostenibilidad de las pensiones, sino la insuficiencia de nuestro sistema fiscal, presa del fraude y de las continuas reformas regresivas acometidas por los distintos gobiernos. El riesgo viene de una ideología liberal que contempla con satisfacción que la presión fiscal en España sea la más baja de la Europa de los quince (32,4 %), inferior incluso a Grecia (34,9%) y a Portugal (36,1%), trece puntos de diferencia con Francia, y de diez y de ocho con Italia y Alemania, respectivamente, y de unos políticos que prefieren recortar las pensiones a los jubilados antes que acometer en serio la reforma fiscal. Esta sí que tendría que ser la primera y principal reforma que habría de llevarse a cabo.

Pero tampoco es cierta la acusación que constantemente se hace por parte de esos mismos corsarios del neoliberalismo de que el pensionista  español es el que recibe las pensiones más altas del mundo o de Europa, señalando que recibe como promedio el 82 % del salario anterior a su jubilación, cuando el indicador más importante para medir la generosidad de un sistema de pensiones sea medir la cantidad de dinero público que el pensionista recibe, pudiendo ver, muy claramente, que esta cantidad está entre las más bajas de la UE-15.

En la actualidad, compañeras y compañeros, más del 50% de los ¡¡¡ NUEVE MILLONES Y MEDIO DE PENSIONES EXISTENTES !!! está por debajo del Salario Mínimo y casi el 35% apenas llegan al mínimo, una situación mucho más gravosa para las mujeres, que de media cobran un 30% menos que los hombres, pero la cruda realidad es que ni al Gobierno, ni a la Patronal, les preocupa en lo más absoluto el sistema público de pensiones y la sostenibilidad de los pensionistas.

¿Hay alguna razón para que no se puedan pagar las pensiones? ¿Existe el menor riesgo de que dejen de cobrarse? El único peligro posible no nace de los hechos objetivos, sino de una ideología que considera pernicioso cualquier mecanismo redistributivo.

Introducir la incertidumbre, la duda y el miedo entre aquellas personas que, por haber llegado a la última etapa de su vida, se sienten más indefensas y son más vulnerables al argumento de la inseguridad es simplemente canallesco, porque el día que se diga que no hay dinero para el pago de las pensiones, ese día será que ha quebrado el Estado, y si esto llegase a ocurrir, entonces sería cuando el problema de nuestras pensiones, dejaría de ser un problema.

Por lo tanto, VAMOS a seguir luchando en la calle y en las instituciones a través de nuestros representantes políticos, para dar soluciones al problema de nuestras pensiones. Y para lograrlo, es totalmente necesario llenar los parlamentos y ayuntamientos de compañeras y compañeros rojos, verdes y moradas, procedentes, no sólo de la universidad, sino de las fuerzas del trabajo y, como no, del propio colectivo de pensionistas.

En la actualidad, cada vez que toca la paga doble de nuestras pensiones, se nos machaca constantemente con que se han sacado tantos millones de la “hucha” de las pensiones, dejándonos “caer” que esto se va acabando. Pues bien, cuando se acabe que la vuelvan a llenar, así de fácil, pero que nadie trate de seguir engañándonos con el cacareado PACTO DE TOLEDO.

En efecto, éste ha sido para las prestaciones sociales lo que fueron los PACTOS DE LA MONCLOA de 1978 para los derechos laborales: las bases que propiciaron el principio del fin de un conjunto de derechos duramente conquistados a lo largo de la historia por el MOVIMIENTO OBRERO.

Aquellos “Pactos de La Moncloa” de 1978 fueron alborozadamente saludados como “una gran conquista para la democracia y los derechos de los trabajadores” de igual manera que el “Pacto de Toledo” de 1995 provocó el éxtasis de sus actores, declarando a los cuatro vientos que, gracias al pacto, quedaban garantizadas para el futuro los derechos sociales y el Sistema de Seguridad Social, incluida la jubilación, cuando la cruda realidad es que el “Pacto de Toledo” introduce muy sibilinamente una novedad que, a la postre, ha resultado nefasta para los intereses de la clase trabajadora, al consagrar el llamado principio de separación y diferenciación de las fuentes de financiación del sistema.

¿Alguien piensa todavía que aquella proposición de ley que parió el Congreso de los Diputados el 6 de abril de 1995 a iniciativa de los pujolistas catalanes había caído del cielo? ¡ Que va ¡ Aquello respondía, igual que ahora ocurre con el PEPP referido al inicio de mí intervención, a una ofensiva internacional en contra de las pensiones públicas y a favor de las privadas, que partía del Banco Mundial y de la Unión Europea.

¿Qué se esconde tras tan ampuloso epígrafe?  Pues, lisa y llanamente, que a partir de la firma del “pacto”, la financiación de las prestaciones de naturaleza contributiva dependerán básicamente de las cotizaciones sociales, quedando excluida la posibilidad de complementar tal financiación con cargo a otras partidas de los Presupuestos Generales del Estado, creando para ello lo que se ha venido en llamar la “hucha” del Sistema de Seguridad Social, cuyos ingresos – exclusivamente provenientes de las cuotas sociales – deberán servir para el pago de las correspondientes prestaciones, de tal forma que una previsión – verdadera o falsa – de incapacidad de tal “hucha” para garantizar los pagos a medio y largo plazo, se traducirá inmediatamente en recortes de las prestaciones o, incluso de su desaparición pura y dura.

Si para algo ha servido el PACTO DE TOLEDO ha sido para mantener a la sociedad inconscientemente tranquila respecto a una supuesta robustez del sistema de reparto, donde se aceptaba sin más el marco de debate fijado previamente por el pensamiento corsario, cuando la realidad, oculta una elección profundamente ideológica: o mantener las pensiones en el ámbito de las políticas del bienestar, como una responsabilidad pública, o seguir aceptando su lento traslado hacia la esfera estrictamente individual.

En este contexto, resultaba verdaderamente grotesco, antes de acceder a las poltronas gubernamentales, tener que escuchar a los máximos dirigentes del PSOE, argumentar en su escrito de campaña electorera, después de haber sido ellos los mayores incendiarios de las reformas laborales y de pensiones que tú pensión está en peligro, porque el Gobierno del Partido Popular ha fomentado el empleo precario y las cotizaciones son más bajas que nunca. Su objetivo no es otro que agotar el Fondo de Reserva para destruir el sistema público de pensiones y después privatizarlo. No lo podemos permitir”.

Pues bien, ahora ya están ellos en el gobierno, y los pensionistas seguimos en lucha a la espera de lograr nuestras justas reivindicaciones, porque gobierne quien gobierne las pensiones se defienden”.

Es decir, por mucho que sigan rebuznando los González, Aznar, Zapatero, Rajoy y Pedro Sánchez, las pensiones deben de seguir siendo sustentadas con cualquier tipo de partida presupuestaria y no sólo con las cotizaciones, a la vez que exigiendo el blindaje de las mismas en la Constitución Española de acuerdo con su artículo cincuenta que obliga al Estado a tener recursos suficientes para el pago de pensiones y su revisión periódica. Una reforma de la Constitución que incluya la prohibición expresa de que cualquier gobierno, actual o futuro, pueda tocar, recortar o privatizar, total o parcialmente, el Sistema Público de Pensiones, y que recoja como obligación constitucional el mantenimiento del poder adquisitivo real de las pensiones.

Es una broma cruel decirle a alguien que cobra 700 euros al mes que se haga un plan de pensiones privado. La verdad sobre nuestras pensiones es muy sencilla. Donde nosotros vemos un derecho, ellos ven el gran negocio.

Por todo lo dicho, y por mucho más que irá apareciendo en el debate, la movilización de la clase trabajadora, del conjunto de la ciudadanía, en contra de este ataque brutal contra la vida y la dignidad de las personas, es la única herramienta válida para paralizar este proceso tan irracional como inhumano.

Es cierto, que las pensiones actuales se han incrementado, desde este mes de julio, hasta el 1,6% con carácter general y un 3% las mínimas; que la base reguladora para las pensiones de viudedad se verá incrementada hasta el 56%, y que el temible “factor de sostenibilidad” ha quedado anulado, de momento; pero no es menos cierto que, siendo positivas estas conquistas arrancadas, en absoluto sirven para ahuyentar las amenazas que se ciernen sobre las pensiones.

De ahí, compañeras y compañeros, debemos de seguir insistiendo con mayor fuerza que nunca en que la única manera de que las pensiones públicas estén de verdad protegidas frente al abordaje de los corsarios del neoliberalismo es blindándolas en la Constitución, tal y como ha quedado expuesto.

Finalizando mí exposición, y recogiendo las palabras de mi admirado Julio Anguita, refiriéndose al “Informe PETRAS” de 1996: ¡¡¡Chavales, no tenéis futuro alguno, salvo que luchéis!!!

El “Informe PETRAS” trata de un encargo del gobierno felipista del PSOE al profesor PETRAS que, cuando se lo entregó al gobierno, y éste leyó su contenido, se lo pagó y lo guardó en un cajón.

Entre sus conclusiones se decía en 1996: “Estamos ante la primera generación de jóvenes que van a vivir peor que sus padres”, pero decía otra cosa terrible: “Es una generación criada entre algodones, no está acostumbrada a la lucha. Este es el problema, este país no tiene ningún futuro, salvo lo que duren el sol, las playas y el turismo”.

De nada sirven las poses rebeldes: solo sirve la lucha, por eso hay que preparar los “gomeros” para acertar a la cabeza del gigante Goliat y derribarle.

En definitiva, la Seguridad Social no es un capricho, sino una de las conquistas con las que el movimiento obrero humanizó la sociedad para alejarla del estado de las bestias.   Algunos propugnan hoy volver a ese estado recuperando un capitalismo salvaje. Si los gobernantes y legisladores hincan la rodilla ante el poder económico, nuestro deber como ciudadanos y ciudadanas es aprestarnos a la defensa civil con todas las armas que tengamos a nuestro alcance. Muchas gracias

PRESENTACIÓN DE “MEMORIAS DE UN SINDICALISTA DE ALLER” EN MOREDA

$
0
0

26 de octubre de 2018

Casa de la Cultura de Moreda de Aller, el 26 de octubre de 2018

Buenas tardes y muchas gracias por vuestra asistencia. Gracias la dirección de la CASA DE LA CULTURA de Moreda de Aller por facilitarme esta magnífica tribuna para la presentación de mí libro, y gracias a la editorial SANGAR por ofrecerme la posibilidad de publicar la obra, pero antes de comenzar mi exposición permitidme expresar mi sincero agradecimiento al compañero José Castañón por sus palabras hacia mi persona.

 “UN SINDICALISTA DE ALLER” es el cuarto libro que escribo desde que dejé mi actividad sindical y política, y algunos se preguntarán por qué lo he escrito, siendo la respuesta muy sencilla por mí parte: Porque cada uno de nosotros acumulamos en nuestra vida un origen, evolución, pensamiento, realizaciones, triunfos y fracasos que son únicos, y cuando miramos atrás para hacer un balance sobre nuestra propia vida, comprobamos que las grandes enseñanzas que hemos recibido se las debemos trasmitir a nuestros descendientes, por eso nuestra historia tiene que ser contada.

“UN SINDICALISTA DE ALLER” es un libro del que me siento especialmente satisfecho. Es una crónica en carne y hueso de lo ocurrido en Asturias, en España y, por extensión, en el mundo, desde mi nacimiento hasta el año 2018. Una crónica realizada en clave de lucha por la libertad, la igualdad y la solidaridad.

Es un libro de recuerdos, de reflexiones y de lecturas que forman todo un cuerpo de acción, de pensamiento, de ideas, de principios y valores políticos de un sindicalista y militante socialista, pero también es un libro que denuncia la CORRUPCIÓN galopante en nuestro país, en nuestras instituciones y, como no, en el sindicalismo minero al que he dedicado los años más importante de mi vida, siempre concibiendo el sindicalismo de clase fundamentado en una escala de principios y valores.

Si para unos el sindicato era considerado una mera correa de transmisión respecto a los partidos, sea cual fuera la modalidad, y para otros el sindicato sigue siendo considerado como un arma política para medrar en el parlamento o hacerse una carrera profesional, para mí el sindicalismo ha sido y sigue siendo la expresión de una lucha reivindicativa a la par que de transformación cualitativa de las relaciones sociales y de producción. Por eso hay que tener mucho cuidado con esa seudo-izquierda compuesta en gran parte de mimetismo, oportunismo y arribismo.

Aquellos que más gritan ahora que son de izquierda son los que no lo han sido nunca, los que durante muchos años atrás han navegado a favor de la corriente, sin haber conocido lo que es la penuria e indiferentes a los sufrimientos y preocupaciones del pueblo, de la clase trabajadora. Para esa gente, la izquierda es como un valor de bolsa; se apuntan a ella según su cotización en el mercado.

Una izquierda auténtica y digna de ese nombre no se improvisa. Se pueden improvisar insignias, banderas, colores, etiquetas, publicaciones a todo lujo y cuentas corrientes, pero no una conciencia de izquierda. Para lo primero solo hace falta dinero – en su mayoría logrado por métodos mafiosos -, y una buena dosis de cinismo; lo segundo se logra a través de la honradez, la honestidad, el espíritu de sacrificio, la integridad moral y el idealismo.

La izquierda es la virtud. Y es que, cualquier movimiento político que no sea virtuoso no puede ser nunca de izquierda, aunque exhiba los programas más revolucionarios, porque, para mí, ser de izquierda no significa otra cosa que aspirar a ennoblecer el mundo, a desterrar de él la injusticia y la ignominia.

Un sindicato auténtico, desde mi punto de vista, en ningún momento puede reducirse a ser un órgano salarial y reivindicativo de aumento del sueldo, que también, sino que siempre lo he concebido como la organización permanente de los trabajadores, donde tenga cabida la participación activa de todos sus miembros para llevar a cabo una agitación permanente en los centros de trabajo, un debate ideológico permanente que tenga como objetivo la elevación en el nivel de vida consciente del pueblo.

José Castañón y Antón Saavedra en la presentación del libro “MEMORIAS DE UN SINDICALISTAS DE ALLER” en la Casa de la Cultura de Moreda, el dia 26 de octubre de 2018

En su libro “POLÍTICA” y en sus libros de ética, Aristóteles nos demuestra que la base de la “polis” no puede ser otra que la virtud, fuente de la amistad y la justicia. Un Estado carente de virtud, nos dice el gran filósofo griego, degenera finalmente en tiranía, oligarquía o demagogia y, actualmente, en la situación que nos toca vivir en este mundo globalizado, la amistad ha sido cambiada por el odio, y cuando el odio rompe el marco de subjetividad se transforma fácilmente en terrorismo, totalitarismo, dictadura fascista, delincuencia política, bombas, atentados y guerras, demasiadas guerras.

Desde mi punto de vista, un hombre de izquierda no debe odiar a nadie, ni siquiera a los ricos, a los poderosos e injustos. Más bien, pienso yo, debiéramos compadecerlos, pues bastante desgraciados son, en su fuero interno. A los ricos y a los poderosos hay que combatirlos, sin odiarles ni caer en la soberbia de creernos, como personas, mejores que ellos, porque también, entre los hombres y mujeres de nuestra trinchera, tenemos bastantes defectos. Hacer un llamamiento a los trabajadores para decirles que el único mal es la existencia de los ricos, es engañarles miserablemente, porque la riqueza es una forma del mal, pero no la única.

La izquierda, tal y como yo la entiendo, es culminación y madurez. Tiene que ser enérgica y consciente de su fuerza, capaz de autodefenderse, pero nunca violenta por sistema ni fanática. Bakunin, al que no se le podrá acusar de tibieza revolucionaria, nos explica cómo, “en nombre de la igualdad, la burguesía derrocó y masacró un día a la nobleza, y nosotros, en nombre de la igualdad exigimos hoy la muerte violenta de la burguesía, pero con la diferencia de que nosotros, menos ávidos de sangre que la burguesía, no queremos masacrar a las personas, sino a las instituciones”.

La gran tragedia de la izquierda actual es que carece del espíritu obrero que toda izquierda verdadera debería poseer. Sus líderes hablan en nombre del pueblo, pero no son el pueblo, con el que nunca han convivido estrechamente y al que solo conocen como masa. En sus mítines y congresos hablan de igualdad, de justicia y de socialismo, pero en su manera de vivir y actuar imitan los modales y vicios de la propia burguesía, en cuyo seno se han formado la inmensa mayoría de ellos.

Toda esa turba de politicastros profesionales, aspirantes a jefes de partidos y periodistas charlatanes a su servicio que intrigan y pululan por las tertulias políticas de los distintos medios de comunicación carecen por sí solos de fuerza suficiente, de ahí que necesitan del inmenso poder de la clase trabajadora para ponerse al servicio de la oligarquía, y por eso adulan y adulan para ir introduciéndose en sus filas hasta convertirse en jefes de la clase trabajadora y servirse de ella en sus ambiciosos planes.

Público asistente a la presentación del libro “MEMORIAS DE UN SINDICALISTA DE ALLER” en la Casa de la Cultura de Moreda, el 26 de octubre de 2018

Quiero decir que, el sindicato, los sindicatos, deben de emplearse para servir exclusivamente a los trabajadores y nunca para servirse de él, de ellos, como trampolín político de ciertas apetencias personales. Y con ello no estoy condenando el apoliticismo. Lo que debemos condenar enérgicamente es la práctica de un sindicalismo dirigido, porque los sindicatos, cuando se convierten en apéndices gubernamentales o de cualquier patronal, pierden la libertad de acción y arrastran a las masas por el camino de la derrota.

No podemos ni debemos confiar en aquellas organizaciones sindicales que tienen su secretaría permanente en los partidos políticos o que dependan directamente del correspondiente ministerio, enviando a sus miembros a realizar propaganda gubernamental o de partido.

Y conste, que no estoy rechazando el papel que tendrían que jugar los partidos de la auténtica izquierda, sino defendiendo, siempre desde la plena autonomía sindical, una relación normalizada con todos los existentes a través de una interlocución fluida con todas las fuerzas. Al fin y al cabo, la convergencia en los objetivos de clase a lograr, tendrán que venir dados a través de una combinación de la lucha sindical desde los sindicatos de clase con la lucha política de los partidos verdaderamente obreros en los parlamentos, en los ayuntamientos, en las instituciones.

Pero, además, se impone la necesidad de un reforzamiento sindical a través del internacionalismo sindical, encuadrando a todos los sindicatos en confederaciones internacionales, tal y como están organizadas las multinacionales en los distintos sectores, para profundizar en el trabajo conjunto a todos sus niveles.

 “Un sindicalista de Aller”, tal y como ha quedado dicho, es también un libro que denuncia la CORRUPCIÓN, en este caso dando continuación en sus páginas a la corrupción en el sindicalismo minero, objeto de mi anterior libro sobre el “VILLAMOCHO: Corrupción en el Sindicalismo Minero”.

José Castañón y Antón Saavedra en la Casa de la Cultura de Moreda, el 26 de octubre de 2018

Efectivamente, tal como se afirmaba en la sinopsis del libro aludido, nos encontramos ante la historia de una mafia, la mafia del SOMA-UGT-PSOE y del carbón, donde solo se ha abandonado la bandera negra con la calavera por el estuche negro del ordenador; y la maleta con la ametralladora por el maletín del ejecutivo para diferenciarla de la mafia caponesca del Chicago de los años veinte o de las actuales mafias calabresa y siciliana.

En Asturias, la mafia del SOMA-UGT-PSOE y del carbón ha pasado a conocerse por el VILLAMOCHO, actualmente sentenciados judicialmente, en su primer capítulo, algunos de sus principales miembros, por la Audiencia Provincial de Asturias, camino de la cárcel de Villabona.

Sin temor a equivocarme, podría afirmar que, en lo que llevamos del actual siglo, la corrupción se ha convertido en una especie de bacilo de la peste que viene de lejos y que conoce ahora, como cualquier sistema infeccioso, su eclosión purulenta, y publicar un libro sobre corrupción en estos momentos podría hasta tildarse de oportunista, pero yo pienso que se trata de un libro oportuno, entre otras cuestiones, porque la corrupción ha sido, es tan grande y grotesca que ha conseguido penetrar en la conciencia ciudadana, aunque no lo suficiente, llenando las páginas de los periódicos, ocupar los espacios de radio y televisión, a la vez que inundando los escaparates de todas las librerías, y servir hasta para derrocar recientemente a la organización criminal del PP en el gobierno de España, situando la corrupción y el fraude  en el segundo problema de la ciudadanía española, detrás del paro, según el más reciente barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), y muy por encima del llamado problema territorial de Cataluña que tanto se está manoseando para hacernos ver que estamos ante el mayor problema que tiene planteado nuestro país.

No, compañeras y compañeros, el problema catalán no es un problema territorial, aunque lo pueda parecer. El problema para el Estado es que una parte de la población ha dicho ¡¡¡ BASTA !!!, ¡¡¡ basta de corrupción, basta que pase de todo y no pase nada, basta de legislar para una oligarquía que se enriquece a manos llenas, basta de unas astronómicas “ayudas a la banca”, mientras los recortes a la sanidad, la educación, la dependencia o las pensiones, entre otros, se han instalado para atender la deuda soberana !!!.

Jamín Cordero, Antón Saavedra, Mercedeitas Fernández y Esperanza del Fueyo en la Casa de la Cultura de Moreda de Aller, el 26 de octubre de 2018

Sin embargo, lo más grave en el caso que nos ocupa, es que ha servido para llevar a una región próspera y rica como Asturias a la más de las paupérrimas miserias, hasta dejarla transformada en un auténtico erial, como consecuencia de haberse cargado el sector minero sin haber generado ningún tejido industrial alternativo, y ello a pesar de las cantidades multimillonarias de euros que se destinaron en concepto de Fondos Mineros, sobre todo en hormigón para hacer carreteras, de tal manera que ese 45 por ciento de paro juvenil en nuestra región tenga más facilidad para largarse del pueblo que les ha visto nacer, por cierto, con muy escasa formación, porque las cantidades multimillonarias destinadas para su formación fueron destinadas, en el mejor de los casos, a la financiación de las estructuras burocráticas de los partidos, empresas y sus correspondientes “élites del pandillerismo sindical”.

La cruda realidad queda plasmada en el último y muy reciente informe de EUROSTAT que resulta demoledor para nuestra región, con una imagen tenebrosa en la que ASTURIAS, con el 18 por ciento de paro, se sitúa entre las 20 regiones de Europa con mayor tasa de desempleo, con un nuevo y amargo récord de paro juvenil y unas cifras de larga duración que asustan al más optimista.

De las 273 regiones que conforman la Unión Europea de los 28, Asturias se encuentra entre las que ostentan un lugar de preferencia en la cola del paro, siendo solamente superada por ocho comunidades españolas, dos francesas y nueve griegas que ostentan el dudoso honor de superar el porcentaje del Principado.

De hecho, cinco regiones españolas, con Andalucía a la cabeza, son las que encabezan el ranking europeo. Esa es la gestión del PSOE en el gobierno de Asturias, aquel partido que protagonizó aquella brutal RECONVERSION INDUSTRIAL que, disfrazada bajo el pomposo nombre de MODERNIZACIÓN DEL APARATO INDUSTRIAL, supuso el cierre masivo de nuestra minería, de nuestras industrias, de nuestra agricultura y ganadería, sin un desarrollo paralelo de un nuevo tejido industrial, en el que sectores enteros fueron desmantelados y miles de trabajadores pasaron a engrosar las cifras del paro, una operación que continuaron ejecutando sus socios del bipartidismo turnista PPSOE.

Antón Saavedra firmando ejemplares de su libro en la Casa de la Cultura de Moreda de Aller, el 26 de octubre de 2018

Sí, amigas y amigos, esa es la cruda realidad de nuestra minería, de nuestra industria, y todo ello para dejarnos entrar en el elitista club de la Comunidad Económica Europea, donde nuestros futuros socios europeos exigían al gobierno felipista que iniciara un suicida desmantelamiento de sectores enteros de nuestra economía ya que, si no lo llevaban a cabo, jamás autorizarían el ingreso de España, entre otras cuestiones, porque los fundadores de Europa – como si nosotros viniéramos de otra galaxia – no querían ningún tipo de competencia para sus productos y no podían permitir la entrada de un país que figuraba entre las diez potencias industriales del mundo.

Es verdad que la crisis se ha llevado por delante una gran parte de nuestra riqueza material, pero no es menos verdad que nuestra riqueza material ni estuvo ni está siendo defendida y gestionada por personas decentes, sino por auténticos  “sicarios” al servicio de la burguesía española, perfectamente representada por el bipartidismo turnista del PPSOE, surgido de la segunda restauración borbónica de 1978, de tal manera que la falsa bonanza económica que precedió a la crisis se había llevado una buena parte de nuestros valores, y sólo desde un pensamiento sincero, crítico, limpio, claro, generoso y humilde podemos regenerar nuestra conciencia para que el futuro se asiente sobre unas bases sólidas.

Quizá sea demasiado tarde para hacer algo por un mundo demasiado viejo, y demasiado pronto para saber algo de un mundo demasiado nuevo. A veces, amigas y amigos, es necesario estar al borde del precipicio para comenzar a caminar en otra dirección.

Puede que ahora estemos en una encrucijada, pero estar en la encrucijada es justamente lo contrario de encontrarse en un callejón sin salida. Todo es dar con el camino, y “se hace camino al andar”.

Y para andar ese camino tenemos que reflexionar antes de vociferar, tenemos que unir antes que disgregar, porque esa es una tarea de nadie en particular y de todos en general que requiere sumar y no dividir voluntades y esfuerzos, estimular iniciativas, sembrar solidaridades, y remontar adversidades como siempre supo hacer el pueblo asturiano, que tiene en su tradición, en su gerencia, en su atractivo y en sus gentes, sobre todo en sus gentes, los mejores instrumentos para superarse.

Antón Saavedra firmando ejemplares de su libro en la Casa de la Cultura de Moreda de Aller, el 26 de octubre de 2018

Vivimos, amigas y amigos, una crisis tan dramática que a muchos ciudadanos le ha llevado a la desesperación y a la ruina, y en nada nos debe consolar el saber que el mundo ha sobrevivido a otras crisis aún mayores, algunas de las cuales terminaron en un colapso económico y cambiaron el curso de la historia. Lo que sí conviene saber es que para salir de este pozo del presente tenemos más recursos que nunca: más ciencia, más tecnología, más infraestructuras, mucho carbón, mucha agua, mucha masa forestal, y sobre todo mucha tradición industrial… Solo necesitamos recuperar la educación y los valores. Y, por supuesto, la voluntad de asentar sobre ellos una justicia insobornable, sólida y humana. Y no demos vueltas a la pirindola para llegar al mismo sitio de partida, porque mientras la justicia no sea justicia, nunca habrá justicia.

Creíamos que el bienestar era poco menos que eterno. Pero el virus de la codicia se ha llevado por delante las certezas y ha teñido de oscuridad los horizontes. Allí donde había luz hay sombra, allí donde había calma hay desasosiego, allí donde había seguridad hay incertidumbre y angustia. Y lo que es peor aún: allí donde había despilfarro comienza a aparecer el drama del hambre.

Pero, el PARO es algo más que un número, y mucho más que una simple estadística partidista. Es un drama, un cáncer que desgarra la persona que eres, el hombre o mujer que algún día fuiste, ese o esa que se creía libre por poder pagar sus cosas, por no depender, por no vivir bajo la manutención de otro.

La situación de un parado temporal puede ser más o menos incómoda. La situación de un parado sin prestaciones es angustiosa y deprimente. La situación de un parado sin esperanza es sencillamente destructiva, y solo una sociedad enferma puede permanecer impasible ante la aniquilación humillante de algunos de sus miembros. Es algo radicalmente inhumano. Por ello tenemos que hablar con suma claridad.

Resulta harto difícil, por no decir imposible, que la nueva política pueda brotar de las madrigueras en las que siguen atrincheradas las comadrejas de la vieja política. El milagro del arrepentimiento y la redención por las buenas obras siempre es posible. Pero será eso: un milagro. Y los milagros solo existen en aquella historia sagrada que nos contaban en la escuela franquista. La cruda realidad es que, seguir viviendo, respirando, amando, riendo, y siendo capaces de salir adelante a pesar de todo, son los grandes y únicos milagros que todos deberíamos celebrar cada día.

Jamín Cordero, Antón Saavedra, Merceditas Fernández y Joaquín Afonso Manasé en la Casa de la Cultura de Moreda, el 26 de octubre de 2018

En todo caso éste es el rasero por el que debiéramos de apostar en cada momento a la hora de elegir a los hombres y mujeres que tienen que regir los destinos de nuestro país: el que esté dispuesto a cambiar la ley electoral, a imponer la democracia interna en los partidos, a devolver la independencia al poder judicial, a renunciar a aforamientos y demás privilegios, a predicar con el ejemplo dando un paso atrás ante la menor sospecha de connivencia con la corrupción, a incluir mecanismos de participación ciudadana en el proceso legislativo, ése representará a la nueva política.

Parafraseando a Aristóteles, se puede afirmar que sólo existen dos tipos de gobernantes: los que defienden al pueblo del DINERO y los que defienden al DINERO del pueblo. Lo demás será, lisa y llanamente, más de lo mismo: Paro y Corrupción y más Corrupción y Paro, y lo más grave para una sociedad, que los votantes que sigan votando a los corruptos, sabiéndolo como lo saben, serán, por lo menos, sus cómplices. Así de claro.

No nos engañemos, ni nadie trate de engañarnos. La ciudadanía acude gozosa a las urnas, una vez cada cuatro años, integrándose en la máquina administrativa del Estado, olvidándose de sí misma y de la sociedad, para elegir las pirámides de burócratas de partido, con un jefe absoluto en la cúspide, que aspiran a estar detrás de la ventanilla en todas las manifestaciones externas del Estado. Mientras que los resortes del poder interno del Estado, los que otorgan privilegios y concesiones al gran capital, ni se rozan en las elecciones ni en los programas de los partidos gobernantes.

El voto se ha convertido en la baratísima y obnubilante gallofa que los amos del dinero tienden a las masas para hacerles creer que rigen sus destinos, mientras ellos se dedican a despojar la riqueza de las naciones y concentrarlas en unas pocas manos.

No hubo ni izquierda ni derecha que haya osado oponerse, desde el Gobierno y en defensa de la libertad, a las grandes concentraciones de poder financiero y mediático, suficiente para deducir que la corrupción es inseparable del estado de partidos y que la naturaleza del Régimen que vivimos es la propia de una oligarquía.

Sin embargo, la democracia institucional es posible. Basta con cambiar el sistema electoral y separar los poderes del Estado. Basta con dar a la ciudadanía el derecho de elegir a sus representantes. Basta con prohibir el escandaloso cinismo de que hombres y mujeres de un mismo partido, y de una misma elección, sean a la vez legisladores, gobernantes, jueces, administradores, consejeros jurídicos y auditores del Estado. ¡¡¡ Son la misma cosa, y a esto yo lo llamo dictadura plural !!!

Efectivamente, los electores votan, pero no eligen, porque refrendar una de las listas de partido no es elegir. Los integrantes de las listas no son elegidos por los votantes, sino por los jefes de partido y, por lo tanto, no representan a los electores ni a la sociedad civil.

¡No! No se vota a diputados de los electores, del pueblo o de la sociedad, sino a puros delegados de los partidos estatales.

Todos los gobernantes y gobernados, apuntalan la colosal mentira de llamar legislativas a lo que realmente son unas burocráticas elecciones administrativas para cubrir puestos de relieve en el Estado; de llamar representantes del pueblo a simples delegados de partidos; de llamar separación de poderes a la simple separación de funciones públicas entre personas de una misma obediencia de partido; de llamar democracia representativa a esta más que degenerada y corrompida oligarquía estatal.

En fin, amigas y amigos, no es mi intención contar todo el libro, porque quiero que lo lean. Ha sido un placer compartir con vosotros y vosotras estos minutos, y solo me queda agradeceros vuestra paciencia y vuestra amabilidad.

Muchas gracias.

LA MALDICIÓN DE LA CASA GRANDE

$
0
0

Buenas tardes y gracias por vuestra asistencia.

Antes de nada, debo de confesar que cuando recibí este lunes la llamada de mi amigo Miguel Ángel Calleja para proponerme la presentación de un libro del periodista Juan Ramón Lucas se me cortó un poco la respiración. Conocía al personaje como uno de esos periodistas de raza que llevan ésta profesión en las venas, obsesionados con llevar la realidad a la radio, la televisión y al papel, pero desconocía de qué libro se trataba y, además, cuando me habló del título del mismo nada me indicaba que se tratara de un libro sobre la minería, pero cuando lo tuve en mis manos y vi la sinopsis del mismo, volví a recuperar la respiración y me dije: ¡¡¡ coño, esto me suena muy familiar, ye lo mío!!!

 Así que me lo engullí en tres días y aquí tenéis la brevísima aportación, de un exminero y exsindicalista en activo al que le tocó vivir acontecimientos por la Sierra Minera de Cartagena-La Unión durante muchos años; donde permanecí encerrado en el interior de sus minas para evitar el cierre, a la vez que hablando a los mineros en aquellas multitudinarias asambleas celebradas en la Plaza del Mercado de La Unión, escenario del Festival Internacional del Cante de las Minas, esencia de la cultura local e imagen más señera de la localidad;  donde conviví con los compañeros mineros en las mesas y mostradores de “la venta el Cojo” y otras en torno a unos “porrinos” de vino y embutidos de la zona debatiendo los pormenores de nuestras reuniones con la Administración sobre nuestra problemática minera; donde disfruté de sus cantes mineros y, sobre todo, donde fui muy feliz cuando, por fin, después de una larga lucha, lográbamos para los mineros de España el Estatuto del Minero que imponía a los mineros de la Sierra Minera de Cartagena- La Unión la jornada de 35 horas semanales de lunes a viernes; una reducción sustancial en la edad de jubilación a través de los coeficientes reductores por cada año de trabajo que, por aquel entonces, sólo disfrutábamos los mineros del carbón, y una de las legislaciones más avanzada del mundo en materia de seguridad minera.

Juan Ramón Lucas y Antón Saavedra en la presentación del libro “La Maldición de la Casa Grande” en la Casa de la Cultura de Noreña, el 24 de noviembre de 2018

“La maldición de la Casa Grande”, además de ser una historia de amor, es también una novela histórica, por más que su autor Juan Ramón Lucas insista en la presencia de personajes ficticios, cuando se trata de una novela muy documentada, con personajes que sí existieron y que es un fiel reflejo de una España y de un modo de entender la vida y la sociedad de finales del siglo XIX y principios del XX. Una sociedad con diferencias de clases muy marcadas y con un régimen de trabajo que rozaba con la esclavitud.

La historia real de la novela de Juan Ramón Lucas se desarrolla en pleno siglo minero por excelencia para la Península Ibérica, y en esta centuria confluyeron la extraordinaria demanda internacional de metales por el desarrollo de la industrialización y el gran crecimiento de las ciudades con el descubrimiento de muy importantes reservas minerales bajo el subsuelo español, entre ellas las de la Sierra de Cartagena – La Unión, proporcionando unas elevadas cotas productivas hasta situar a nuestro país en los puestos de cabeza de la producción mundial de diversos minerales. Hablar de la minería cartagenera es tanto como subrayar el capítulo fundamental de la historia minera española ochocentista, es decir el del plomo – con la plata como producto alternativo -, llegando a tener Cartagena el dominio en todo momento de la producción plumbífera nacional, junto con el vino, los principales artículos españoles de exportación en el siglo XIX.

Antón Saavedra y Sandra Ibarra en la Casa de la Cultura de Noreña, el 24 de noviembre de 2018

Lógicamente, una turbamulta de buscadores de fortuna de la más variada extracción social y procedencia comenzaron a aparecer por el distrito, entre los que destacaría con nombre propio Miguel Zapata Sáez “Tío Lobo”, un joven nacido en San Javier, el año 1841, en el seno de una familia con recursos gracias a la compraventa de ganado, que tras el abandono familiar y tras un intento fallido de montar una pesquería en la zona norte de La Manga decide instalarse en la Sierra, regentando un ventorillo en el Llano de Beal, desde donde iniciaría un proceso de acumulación de concesiones mineras, enrolándose en el Partido Liberal, de la mano de Romanones, hasta quedar convertido, con el transcurso del tiempo, en el primer minero nacional en la Sierra Cartagena-La Unión que lograría integrar todo el proceso productivo, desde la localización de las vetas para la extracción del mineral hasta la exportación del producto gracias a su propia naviera, alcanzando una de las mayores fortunas de España.

“El Tío Lobo”, tal y como nos relata en su novela Juan Ramón Lucas, fue un patrono minero explotador hasta la infamia que pasaba por encima de todo y de todos para cumplir objetivos sin que le temblara el pulso ni la conciencia en aquella España que agotaba el siglo XIX.

Para ello no dudó un instante en esclavizar a sus trabajadores en todos los sentidos, aunque fueran niños. No solo era una tortura la inmersión en la mina sino las enfermedades a las que después se vieron condenados los obreros por la exposición a materiales cancerígenos.

Presentación del libro de Juan Ramón Lucas “La Maldición de la Casa Grande” en la Casa de la Cultura de Noreña, el 24 de noviembre de 2018

Todo estaba organizado a su gusto: desde la comida con la que se alimentaban sus empleados hasta la extinción de quienes amagaran con levantar la voz a través de sus sicarios como si de una especie de western minero se tratara, donde sus pueblos se veían invadidos por gente emigrante de la vecina Andalucía dispuesta a trabajar en las minas o en la fundición, buscadores de vetas que les hiciera ricos de la noche a la mañana; cantinas en las que los mineros van a ahogar sus penas, donde se canta y se baila flamenco, donde los problemas se solucionan a puñetazos, a veces a navajazos o a tiro limpio como en el Oeste americano, donde los vigilantes pasean armados y a caballo por el pueblo, donde la ley es siempre del rico y poderoso, en este caso de Zapata. Un personaje que Juan Ramón Lucas ha querido recuperar cuando se cumplen 100 años de su muerte.

Sin embargo, en su novela Juan Ramón Lucas no ha hablado por la boca de este personaje central, sino con las palabras de María Adra, “La guapa”. El amor la llevó sin esperarlo al entorno del empresario que le arrancó la dignidad hasta límites infames. No solo fue su cuidadora, sino que se convirtió en su amante. Lucas aclara en las entrevistas que María existió pero que ideó su vida y que fue la decisión de convertirla en narradora la que prácticamente hizo parir “La maldición de la Casa Grande”.

La alcaldesa de Noreña entregando un libro sobre Noreña al presentador del libro “La Maldición de la Casa Grande”, en la Casa de la Cultura de Noreña, el 24 de noviembre de 2018

A lo largo del relato nos irá mostrando cómo es el paisaje, el ambiente, el duro trabajo de la mina y las condiciones de los que en ella trabajan desde muy niños, que en la mayor parte de los muchos casos poco se alejaba de la esclavitud, rebajando la condición humana a la categoría de animal sin diferenciar entre adultos o niños. La miseria en la que los mineros vivían llevaba a que los niños desde edades muy tempranas fueran “utilizados”, porque no se puede decir de otra manera, para abrir galerías donde los adultos no cabían y acarrear piedras en un capazo quintalero que les sobrepasaba en mucho su peso.

Un trabajo del que los mineros siempre terminaban siendo víctimas, bien por un accidente que se produjera en la mina o por las enfermedades que contraían debido a la extracción del mineral y que acababan con ellos, o que en el mejor de los casos terminaban volviéndoles torpes o locos.

Antón Saavedra y Sandra Ibarra en la presentación de la novela “La Maldición de la Casa Grande” del periodista Juan Ramón Lucas, en la Casa de la Cultura de Noreña, el 24 de noviembre de 2018

Pero no eran los hombres las únicas víctimas de este mundo, las mujeres lo pasaban aun peor, no sólo tenían que soportar la miseria en la que vivían, además sufrían el abuso de los que mandaban en esas tierras, los malos tratos de sus maridos y la inseguridad de perderlos en cualquier momento, lo que era aún peor ya que quedaban en la calle sin nada con lo que subsistir, y terminaba abocándolas sin remedio a prostituirse para malvivir.

Ha tenido que ser un proceso difícil meterse en su piel, pero ha sido un acierto también que la denuncia al sufrimiento de este proletariado minero se muestre a través de una mujer. Eran ellas los daños colaterales que también sufrían los hombres, incluidos los menores que acababan en la claustrofobia de las galerías que enriquecieron a tanto Lobo en la Sierra Minera de Cartagena-La Unión.

En fin, nuestro amigo Juan Ramón Lucas, nos ofrece en su obra documentada una espectacular recreación de una época y de unos escenarios excepcionales, en donde  revive la violencia de la vida en la cuenca minera de La Unión, y donde vemos desfilar a sicarios y pistoleros a sueldo del patrono, a los mineros que dejan su salud en unos pozos en los que la vida no vale nada, y donde vivimos la degradación provocada por el alcohol, la única vía de escape para muchos de ellos, los abusos laborales y sexuales… Pero mucho mejor que leáis el libro, después de escuchar a nuestro protagonista, JUAN RAMON LUCAS.

Muchas gracias.

 

MEMORIAS DE UN SINDICALISTA DE ALLER EN MIERES

$
0
0

30 DE NOVIEMBRE DE 2018

Buenas tardes y muchas gracias por vuestra asistencia. Gracias a la Asociación Cultural “CAMIN DE MIERES” por facilitarme esta magnífica tribuna para la presentación de mí libro, gracias a la editorial SANGAR por ofrecerme la posibilidad de publicar la obra, y gracias a la compañera Ana Fueyo por sus palabras de presentación.

 “UN SINDICALISTA DE ALLER” es el cuarto libro que escribo desde que dejé mi actividad sindical y política, y algunos se preguntarán por qué lo he escrito, siendo la respuesta muy sencilla por mí parte: Porque cada uno de nosotros acumulamos en nuestra vida un origen, evolución, pensamiento, realizaciones, triunfos y fracasos que son únicos, y cuando miramos atrás para hacer un balance sobre nuestra propia vida, comprobamos que las grandes enseñanzas que hemos recibido se las debemos trasmitir a nuestros descendientes, por eso nuestra historia tiene que ser contada.

“UN SINDICALISTA DE ALLER” es un libro del que me siento especialmente satisfecho. Es una crónica en carne y hueso de lo ocurrido en Asturias, en España y, por extensión, en el mundo, desde mi nacimiento hasta el año 2018. Una crónica realizada en clave de lucha por la libertad, la igualdad y la solidaridad.

Es un libro de recuerdos, de reflexiones y de lecturas que forman todo un cuerpo de acción, de pensamiento, de ideas, de principios y valores políticos de un sindicalista y militante socialista, pero también es un libro que denuncia la CORRUPCIÓN galopante en nuestro país, en nuestras instituciones y, como no, en el sindicalismo minero al que he dedicado los años más importante de mi vida, siempre concibiendo el sindicalismo de clase fundamentado en una escala de principios y valores.

Si para unos el sindicato era considerado una mera correa de transmisión respecto a los partidos, sea cual fuera la modalidad, y para otros el sindicato sigue siendo considerado como un arma política para medrar en el parlamento o hacerse una carrera profesional, para mí el sindicalismo ha sido y sigue siendo la expresión de una lucha reivindicativa a la par que de transformación cualitativa de las relaciones sociales y de producción. Por eso hay que tener mucho cuidado con esa seudo-izquierda compuesta en gran parte de mimetismo, oportunismo y arribismo.

Aquellos que más gritan ahora que son de izquierda son los que no lo han sido nunca, los que durante muchos años atrás han navegado a favor de la corriente, sin haber conocido lo que es la penuria e indiferentes a los sufrimientos y preocupaciones del pueblo, de la clase trabajadora. Para esa gente, la izquierda es como un valor de bolsa; se apuntan a ella según su cotización en el mercado.

Una izquierda auténtica y digna de ese nombre no se improvisa. Se pueden improvisar insignias, banderas, colores, etiquetas, publicaciones a todo lujo y cuentas corrientes, pero no una conciencia de izquierda. Para lo primero solo hace falta dinero – en su mayoría logrado por métodos mafiosos -, y una buena dosis de cinismo; lo segundo se logra a través de la honradez, la honestidad, el espíritu de sacrificio, la integridad moral y el idealismo.

La izquierda es la virtud. Y es que, cualquier movimiento político que no sea virtuoso no puede ser nunca de izquierda, aunque exhiba los programas más revolucionarios, porque, para mí, ser de izquierda no significa otra cosa que aspirar a ennoblecer el mundo, a desterrar de él la injusticia y la ignominia.

Un sindicato auténtico, desde mi punto de vista, en ningún momento puede reducirse a ser un órgano salarial y reivindicativo de aumento del sueldo, que también, sino que siempre lo he concebido como la organización permanente de los trabajadores, donde tenga cabida la participación activa de todos sus miembros para llevar a cabo una agitación permanente en los centros de trabajo, un debate ideológico permanente que tenga como objetivo la elevación en el nivel de vida consciente del pueblo.

En su libro “POLÍTICA” y en sus libros de ética, Aristóteles nos demuestra que la base de la “polis” no puede ser otra que la virtud, fuente de la amistad y la justicia. Un Estado carente de virtud, nos dice el gran filósofo griego, degenera finalmente en tiranía, oligarquía o demagogia y, actualmente, en la situación que nos toca vivir en este mundo globalizado, la amistad ha sido cambiada por el odio, y cuando el odio rompe el marco de subjetividad se transforma fácilmente en terrorismo, totalitarismo, dictadura fascista, delincuencia política, bombas, atentados y guerras, demasiadas guerras.

Desde mi punto de vista, un hombre de izquierda no debe odiar a nadie, ni siquiera a los ricos, a los poderosos e injustos. Más bien, pienso yo, debiéramos compadecerlos, pues bastante desgraciados son, en su fuero interno. A los ricos y a los poderosos hay que combatirlos, sin odiarles ni caer en la soberbia de creernos, como personas, mejores que ellos, porque también, entre los hombres y mujeres de nuestra trinchera, tenemos bastantes defectos. Hacer un llamamiento a los trabajadores para decirles que el único mal es la existencia de los ricos, es engañarles miserablemente, porque la riqueza es una forma del mal, pero no la única.

La izquierda, tal y como yo la entiendo, es culminación y madurez. Tiene que ser enérgica y consciente de su fuerza, capaz de autodefenderse, pero nunca violenta por sistema ni fanática. Bakunin, al que no se le podrá acusar de tibieza revolucionaria, nos explica cómo, “en nombre de la igualdad, la burguesía derrocó y masacró un día a la nobleza, y nosotros, en nombre de la igualdad exigimos hoy la muerte violenta de la burguesía, pero con la diferencia de que nosotros, menos ávidos de sangre que la burguesía, no queremos masacrar a las personas, sino a las instituciones”.

La gran tragedia de la izquierda actual es que carece del espíritu obrero que toda izquierda verdadera debería poseer. Sus líderes hablan en nombre del pueblo, pero no son el pueblo, con el que nunca han convivido estrechamente y al que solo conocen como masa. En sus mítines y congresos hablan de igualdad, de justicia y de socialismo, pero en su manera de vivir y actuar imitan los modales y vicios de la propia burguesía, en cuyo seno se han formado la inmensa mayoría de ellos.

Toda esa turba de politicastros profesionales, aspirantes a jefes de partidos y periodistas charlatanes a su servicio que intrigan y pululan por las tertulias políticas de los distintos medios de comunicación carecen por sí solos de fuerza suficiente, de ahí que necesitan del inmenso poder de la clase trabajadora para ponerse al servicio de la oligarquía, y por eso adulan y adulan para ir introduciéndose en sus filas hasta convertirse en jefes de la clase trabajadora y servirse de ella en sus ambiciosos planes.

Quiero decir que, el sindicato, los sindicatos, deben de emplearse para servir exclusivamente a los trabajadores y nunca para servirse de él, de ellos, como trampolín político de ciertas apetencias personales. Y con ello no estoy condenando el apoliticismo. Lo que debemos condenar enérgicamente es la práctica de un sindicalismo dirigido, porque los sindicatos, cuando se convierten en apéndices gubernamentales o de cualquier patronal, pierden la libertad de acción y arrastran a las masas por el camino de la derrota.

No podemos ni debemos confiar en aquellas organizaciones sindicales que tienen su secretaría permanente en los partidos políticos o que dependan directamente del correspondiente ministerio, enviando a sus miembros a realizar propaganda gubernamental o de partido.

Y conste, que no estoy rechazando el papel que tendrían que jugar los partidos de la auténtica izquierda, sino defendiendo, siempre desde la plena autonomía sindical, una relación normalizada con todos los existentes a través de una interlocución fluida con todas las fuerzas. Al fin y al cabo, la convergencia en los objetivos de clase a lograr, tendrán que venir dados a través de una combinación de la lucha sindical desde los sindicatos de clase con la lucha política de los partidos verdaderamente obreros en los parlamentos, en los ayuntamientos, en las instituciones.

Pero, además, se impone la necesidad de un reforzamiento sindical a través del internacionalismo sindical, encuadrando a todos los sindicatos en confederaciones internacionales, tal y como están organizadas las multinacionales en los distintos sectores, para profundizar en el trabajo conjunto a todos sus niveles.

 “Un sindicalista de Aller”, tal y como ha quedado dicho, es también un libro que denuncia la CORRUPCIÓN, en este caso dando continuación en sus páginas a la corrupción en el sindicalismo minero, objeto de mi anterior libro sobre el “VILLAMOCHO: Corrupción en el Sindicalismo Minero”.

Efectivamente, tal como se afirmaba en la sinopsis del libro aludido, nos encontramos ante la historia de una mafia, la mafia del SOMA-UGT-PSOE y del carbón, donde solo se ha abandonado la bandera negra con la calavera por el estuche negro del ordenador; y la maleta con la ametralladora por el maletín del ejecutivo para diferenciarla de la mafia caponesca del Chicago de los años veinte o de las actuales mafias calabresa y siciliana.

En Asturias, la mafia del SOMA-UGT-PSOE y del carbón ha pasado a conocerse por el VILLAMOCHO, actualmente sentenciados judicialmente, en su primer capítulo, algunos de sus principales miembros, por la Audiencia Provincial de Asturias, camino de la cárcel de Villabona.

Sin temor a equivocarme, podría afirmar que, en lo que llevamos del actual siglo, la corrupción se ha convertido en una especie de bacilo de la peste que viene de lejos y que conoce ahora, como cualquier sistema infeccioso, su eclosión purulenta, y publicar un libro sobre corrupción en estos momentos podría hasta tildarse de oportunista, pero yo pienso que se trata de un libro oportuno, entre otras cuestiones, porque la corrupción ha sido, es tan grande y grotesca que ha conseguido penetrar en la conciencia ciudadana, aunque no lo suficiente, llenando las páginas de los periódicos, ocupar los espacios de radio y televisión, a la vez que inundando los escaparates de todas las librerías, y servir hasta para derrocar recientemente a la organización criminal del PP en el gobierno de España, situando la corrupción y el fraude  en el segundo problema de la ciudadanía española, detrás del paro, según el más reciente barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), y muy por encima del llamado problema territorial de Cataluña que tanto se está manoseando para hacernos ver que estamos ante el mayor problema que tiene planteado nuestro país.

No, compañeras y compañeros, el problema catalán no es un problema territorial, aunque lo pueda parecer. El problema para el Estado es que una parte de la población ha dicho ¡¡¡ BASTA !!!, ¡¡¡ basta de corrupción, basta que pase de todo y no pase nada, basta de legislar para una oligarquía que se enriquece a manos llenas, basta de unas astronómicas “ayudas a la banca”, mientras los recortes a la sanidad, la educación, la dependencia o las pensiones, entre otros, se han instalado para atender la deuda soberana !!!.

Sin embargo, lo más grave en el caso que nos ocupa, es que ha servido para llevar a una región próspera y rica como Asturias a la más de las paupérrimas miserias, hasta dejarla transformada en un auténtico erial, como consecuencia de haberse cargado el sector minero sin haber generado ningún tejido industrial alternativo, y ello a pesar de las cantidades multimillonarias de euros que se destinaron en concepto de Fondos Mineros, sobre todo en hormigón para hacer carreteras, de tal manera que ese 45 por ciento de paro juvenil en nuestra región tenga más facilidad para largarse del pueblo que les ha visto nacer, por cierto, con muy escasa formación, porque las cantidades multimillonarias destinadas para su formación fueron destinadas, en el mejor de los casos, a la financiación de las estructuras burocráticas de los partidos, empresas y sus correspondientes “élites del pandillerismo sindical”.

La cruda realidad queda plasmada en el último y muy reciente informe de EUROSTAT que resulta demoledor para nuestra región, con una imagen tenebrosa en la que ASTURIAS, con el 18 por ciento de paro, se sitúa entre las 20 regiones de Europa con mayor tasa de desempleo, con un nuevo y amargo récord de paro juvenil y unas cifras de larga duración que asustan al más optimista.

De las 273 regiones que conforman la Unión Europea de los 28, Asturias se encuentra entre las que ostentan un lugar de preferencia en la cola del paro, siendo solamente superada por ocho comunidades españolas, dos francesas y nueve griegas que ostentan el dudoso honor de superar el porcentaje del Principado.

De hecho, cinco regiones españolas, con Andalucía a la cabeza, son las que encabezan el ranking europeo. Esa es la gestión del PSOE en el gobierno de Asturias, aquel partido que protagonizó aquella brutal RECONVERSION INDUSTRIAL que, disfrazada bajo el pomposo nombre de MODERNIZACIÓN DEL APARATO INDUSTRIAL, supuso el cierre masivo de nuestra minería, de nuestras industrias, de nuestra agricultura y ganadería, sin un desarrollo paralelo de un nuevo tejido industrial, en el que sectores enteros fueron desmantelados y miles de trabajadores pasaron a engrosar las cifras del paro, una operación que continuaron ejecutando sus socios del bipartidismo turnista PPSOE.

Sí, amigas y amigos, esa es la cruda realidad de nuestra minería, de nuestra industria, y todo ello para dejarnos entrar en el elitista club de la Comunidad Económica Europea, donde nuestros futuros socios europeos exigían al gobierno felipista que iniciara un suicida desmantelamiento de sectores enteros de nuestra economía ya que, si no lo llevaban a cabo, jamás autorizarían el ingreso de España, entre otras cuestiones, porque los fundadores de Europa – como si nosotros viniéramos de otra galaxia – no querían ningún tipo de competencia para sus productos y no podían permitir la entrada de un país que figuraba entre las diez potencias industriales del mundo.

Es verdad que la crisis se ha llevado por delante una gran parte de nuestra riqueza material, pero no es menos verdad que nuestra riqueza material ni estuvo ni está siendo defendida y gestionada por personas decentes, sino por auténticos  “sicarios” al servicio de la burguesía española, perfectamente representada por el bipartidismo turnista del PPSOE, surgido de la segunda restauración borbónica de 1978, de tal manera que la falsa bonanza económica que precedió a la crisis se había llevado una buena parte de nuestros valores, y sólo desde un pensamiento sincero, crítico, limpio, claro, generoso y humilde podemos regenerar nuestra conciencia para que el futuro se asiente sobre unas bases sólidas.

Quizá sea demasiado tarde para hacer algo por un mundo demasiado viejo, y demasiado pronto para saber algo de un mundo demasiado nuevo. A veces, amigas y amigos, es necesario estar al borde del precipicio para comenzar a caminar en otra dirección.

Puede que ahora estemos en una encrucijada, pero estar en la encrucijada es justamente lo contrario de encontrarse en un callejón sin salida. Todo es dar con el camino, y “se hace camino al andar”.

Y para andar ese camino tenemos que reflexionar antes de vociferar, tenemos que unir antes que disgregar, porque esa es una tarea de nadie en particular y de todos en general que requiere sumar y no dividir voluntades y esfuerzos, estimular iniciativas, sembrar solidaridades, y remontar adversidades como siempre supo hacer el pueblo asturiano, que tiene en su tradición, en su gerencia, en su atractivo y en sus gentes, sobre todo en sus gentes, los mejores instrumentos para superarse.

Vivimos, amigas y amigos, una crisis tan dramática que a muchos ciudadanos le ha llevado a la desesperación y a la ruina, y en nada nos debe consolar el saber que el mundo ha sobrevivido a otras crisis aún mayores, algunas de las cuales terminaron en un colapso económico y cambiaron el curso de la historia. Lo que sí conviene saber es que para salir de este pozo del presente tenemos más recursos que nunca: más ciencia, más tecnología, más infraestructuras, mucho carbón, mucha agua, mucha masa forestal, y sobre todo mucha tradición industrial… Solo necesitamos recuperar la educación y los valores. Y, por supuesto, la voluntad de asentar sobre ellos una justicia insobornable, sólida y humana. Y no demos vueltas a la pirindola para llegar al mismo sitio de partida, porque mientras la justicia no sea justicia, nunca habrá justicia.

Creíamos que el bienestar era poco menos que eterno. Pero el virus de la codicia se ha llevado por delante las certezas y ha teñido de oscuridad los horizontes. Allí donde había luz hay sombra, allí donde había calma hay desasosiego, allí donde había seguridad hay incertidumbre y angustia. Y lo que es peor aún: allí donde había despilfarro comienza a aparecer el drama del hambre.

Pero, el PARO es algo más que un número, y mucho más que una simple estadística partidista. Es un drama, un cáncer que desgarra la persona que eres, el hombre o mujer que algún día fuiste, ese o esa que se creía libre por poder pagar sus cosas, por no depender, por no vivir bajo la manutención de otro.

La situación de un parado temporal puede ser más o menos incómoda. La situación de un parado sin prestaciones es angustiosa y deprimente. La situación de un parado sin esperanza es sencillamente destructiva, y solo una sociedad enferma puede permanecer impasible ante la aniquilación humillante de algunos de sus miembros. Es algo radicalmente inhumano. Por ello tenemos que hablar con suma claridad.

Resulta harto difícil, por no decir imposible, que la nueva política pueda brotar de las madrigueras en las que siguen atrincheradas las comadrejas de la vieja política. El milagro del arrepentimiento y la redención por las buenas obras siempre es posible. Pero será eso: un milagro. Y los milagros solo existen en aquella historia sagrada que nos contaban en la escuela franquista. La cruda realidad es que, seguir viviendo, respirando, amando, riendo, y siendo capaces de salir adelante a pesar de todo, son los grandes y únicos milagros que todos deberíamos celebrar cada día.

En todo caso éste es el rasero por el que debiéramos de apostar en cada momento a la hora de elegir a los hombres y mujeres que tienen que regir los destinos de nuestro país: el que esté dispuesto a cambiar la ley electoral, a imponer la democracia interna en los partidos, a devolver la independencia al poder judicial, a renunciar a aforamientos y demás privilegios, a predicar con el ejemplo dando un paso atrás ante la menor sospecha de connivencia con la corrupción, a incluir mecanismos de participación ciudadana en el proceso legislativo, ése representará a la nueva política.

Parafraseando a Aristóteles, se puede afirmar que sólo existen dos tipos de gobernantes: los que defienden al pueblo del DINERO y los que defienden al DINERO del pueblo. Lo demás será, lisa y llanamente, más de lo mismo: Paro y Corrupción y más Corrupción y Paro, y lo más grave para una sociedad, que los votantes que sigan votando a los corruptos, sabiéndolo como lo saben, serán, por lo menos, sus cómplices. Así de claro.

No nos engañemos, ni nadie trate de engañarnos. La ciudadanía acude gozosa a las urnas, una vez cada cuatro años, integrándose en la máquina administrativa del Estado, olvidándose de sí misma y de la sociedad, para elegir las pirámides de burócratas de partido, con un jefe absoluto en la cúspide, que aspiran a estar detrás de la ventanilla en todas las manifestaciones externas del Estado. Mientras que los resortes del poder interno del Estado, los que otorgan privilegios y concesiones al gran capital, ni se rozan en las elecciones ni en los programas de los partidos gobernantes.

El voto se ha convertido en la baratísima y obnubilante gallofa que los amos del dinero tienden a las masas para hacerles creer que rigen sus destinos, mientras ellos se dedican a despojar la riqueza de las naciones y concentrarlas en unas pocas manos.

No hubo ni izquierda ni derecha que haya osado oponerse, desde el Gobierno y en defensa de la libertad, a las grandes concentraciones de poder financiero y mediático, suficiente para deducir que la corrupción es inseparable del estado de partidos y que la naturaleza del Régimen que vivimos es la propia de una oligarquía.

Sin embargo, la democracia institucional es posible. Basta con cambiar el sistema electoral y separar los poderes del Estado. Basta con dar a la ciudadanía el derecho de elegir a sus representantes. Basta con prohibir el escandaloso cinismo de que hombres y mujeres de un mismo partido, y de una misma elección, sean a la vez legisladores, gobernantes, jueces, administradores, consejeros jurídicos y auditores del Estado. ¡¡¡ Son la misma cosa, y a esto yo lo llamo dictadura plural !!!

Efectivamente, los electores votan, pero no eligen, porque refrendar una de las listas de partido no es elegir. Los integrantes de las listas no son elegidos por los votantes, sino por los jefes de partido y, por lo tanto, no representan a los electores ni a la sociedad civil.

¡No! No se vota a diputados de los electores, del pueblo o de la sociedad, sino a puros delegados de los partidos estatales.

Todos los gobernantes y gobernados, apuntalan la colosal mentira de llamar legislativas a lo que realmente son unas burocráticas elecciones administrativas para cubrir puestos de relieve en el Estado; de llamar representantes del pueblo a simples delegados de partidos; de llamar separación de poderes a la simple separación de funciones públicas entre personas de una misma obediencia de partido; de llamar democracia representativa a esta más que degenerada y corrompida oligarquía estatal.

En fin, amigas y amigos, no es mi intención contar todo el libro, porque quiero que lo lean. Ha sido un placer compartir con vosotros y vosotras estos minutos, y solo me queda agradeceros vuestra paciencia y vuestra amabilidad.

Muchas gracias.

 

 

 

 

EL HUNDIMIENTO DEL PSOE: VIGÉSIMA SEXTA PARTE.

$
0
0

“Susana, tienes detrás a todo el partido para que vuelvas a ganar las elecciones en Andalucía. Sois el espejo en el que nos miramos los socialistas de España”.

(Pedro Sánchez en Sevilla, el 20 de octubre de 2018)

“Gracias Pedro por venir a hablar bien de Andalucía. Este acto es mucha más que una proclamación. Me siento a partir de ese momento compartiendo la ilusión y los anhelos de millones de andaluces. Aquí está la vida progresista que le cambia la vida a las personas. Muchos ciudadanos nos ven con la ilusión de construir una Andalucía mejor, continuaba diciendo Susana Díaz al defender el momento de la celebración de elecciones autonómicas. Andalucía necesita estabilidad. No podíamos tener una campaña de seis meses porque Andalucía no se lo merece. La oposición había decidido adelantar la campaña, y cuando Andalucía levanta la bandera verde y blanca de la igualdad lo hace por toda España”.

Sin embargo, las elecciones del 2-D han puesto Andalucía “patas arriba”, hasta poner punto y final a 36 años de gobiernos del PSOE con la entrada de la ultraderecha en un parlamento español, después de que Blas Piñar ocupara un escaño en el Congreso de los Diputados en representación de Fuerza Nueva (1979-1982). Cabe pensar que cuando en su mitin de campaña Pedro Sánchez dijo a los andaluces “sois el espejo en el que nos miramos” no se refería a esto, dándose la paradoja de hundir en la derrota al partido más votado, el PSOE de Susana Díaz, y alzar con la victoria al que ha quedado el último, el VOX del expepero vasco Santiago Abascal.

De esta manera, la felipista Susana Díaz pasará a la historia como “aquella” que puso el final a un ciclo al que no se le veía el fin y que, con ella como líder se hundió por debajo de la barrera del 30% de los votos, que era un límite que, ni en el peor de los escenarios, en el PSOE habían pensado traspasar, y eso ocurrió además en unas elecciones en las que, por primera vez en España, el panorama político esperado, pronosticado, se vino abajo por la irrupción de la extrema derecha. Podría decirse, por tanto, que la extrema derecha ha sido la que ha dado la puntilla a la hegemonía del PSOE, aunque no sea más que una de las tres fuerzas políticas que un día fundaran siete ministros del franquismo más franquista – Fraga Iribarne, Martínez Esteruelas, Silva Muñoz, López Rodó, Thomás de Carranza, Fernández de la Mora y Licinio de la Fuente -, hoy conocido como la organización criminal del PP, aunque despiazada en tres “cachos” – PP, C’s y Vox – que, con toda probabilidad, formarán un nuevo Gobierno en Andalucía.  Por cierto, con el tétrico historial de cada uno de estos ministros fascistas, ¿todavía tratan de vendernos la “moto” de que estos personajes fueron muy importantes para la llegada de la democracia en España, cuando fueron los causantes de todo tipo de persecuciones, censuras, miedos y muerte a los españoles? Pues bien, ahí se encuentra la extrema derecha que ha sentenciado a Susana Díaz. Ese es el estrépito.

Susana Díaz ha reconocido que la de este domingo es una noche “triste”. El PSOE ha logrado en Andalucía el peor resultado de su historia pese a haber ganado las elecciones. Pero Díaz no sólo se ha mostrado preocupada por el retroceso de la izquierda -también de Adelante Andalucía- en su tierra, sino por el auge de la ultraderecha que ha irrumpido por primera vez en Andalucía con 12 diputados de Vox. Por ello, ha asumido la “responsabilidad” de ser un “dique de contención” a la “extrema derecha” y ha hecho un llamamiento a “las fuerzas constitucionalistas” para ponerle freno.

La cuestión es que, una vez conocida la estrepitosa derrota en las elecciones andaluzas, incluso antes de que se cerraran los colegios electorales, muchos afiliados y dirigentes del PSOE ya habían comenzado a tirarse los trastos a la cabeza, entre susanistas y sanchistas, para explicar la hecatombe sufrida. Para los primeros, las políticas erráticas del Gobierno de Pedro Sánchez habían sido la principal causa de la desmotivación de los votantes socialistas andaluces. Al respecto, conviene dejar dicho que cuando Susana Díaz decidió adelantar al otoño las elecciones andaluzas todavía no había llegado Pedro Sánchez a la presidencia del Gobierno, y con esa alteración del panorama político, lo que se le venía abajo al PSOE andaluz era el eje principal de su estrategia política: la confrontación con la derecha, con gobiernos de la derecha. A juicio de algunos destacados socialistas, lo que ha ocurrido con Pedro Sánchez es que ha desconcertado más todavía a los votantes socialistas por aportar debates prescindibles, como el traslado de la tumba de Franco, el pacto con los independentistas catalanes, según afirma la mismísima Susana Díaz, o la polémica del diésel, frente a una realidad social y política muy crítica en España. “En los últimos meses, ha habido tal sensación de descontrol, de vacío, que es normal que tenga su reflejo en muchos votantes del PSOE que, en el mejor de los casos, han decidido quedarse en su casa”, sostenía este domingo un veterano socialista.

Teresa Rodríguez le contesta a la Susana Díaz que lo que rompe España son “las cosas del comer” y que el verdadero problema de España es Andalucía. “Hay partidos que entienden que es su precampaña. Usted estaba muy preocupada en irse a Madrid”.

La cruda realidad de lo ocurrido en Andalucía es que nadie sabía qué clase de propuestas hacían unos y otros, qué Andalucía querían construir, qué pensaban hacer para mejorar la vida y el trabajo de la población, su educación, su dignidad. Los unos, escondidos detrás del nacionalismo – ¡Andalucía es mi madre! -, los otros, los de la ceporrería fachosa – ¡mueran las derechas, las superderechas y las archiderechas! -, y los de más allá, los del cinismo puro – ¡ellos son corruptos, nosotros no! -, el resultado ha sido un pan como unas hostias. Una de las mayores distorsiones de la campaña electoral andaluza ha sido, desde mi punto de vista, el que casi todos los partidos que se presentaron a las elecciones hablaron muy poco de los graves problemas a los que se enfrenta la comunidad autónoma más poblada de España, incluido el PSOE y, ahora un Parlamento todavía más fragmentado que el anterior y sin mayorías rotundas, ahora se trata de negociar acuerdos sólidos que respondan a las urgencias de una población afectada todavía por los efectos de la profunda crisis económica

Al respecto resulta harto difícil entender que una coalición de abstencionistas, arrepentidos, jornaleros de invernadero y toreros cabreados hayan tirado un régimen, aunque ahora nadie sabe cómo salir del laberinto, que pocos habían imaginado, y no hay nadie que aventure una alternativa de gobierno. Los de izquierda porque ven muy difícil que la derecha no se una para echar al PSOE, y los de la derecha porque ven casi imposible que C’s se arriesgue a perder la virginidad entrando en un Gobierno apoyado por Vox, que tan sólo representa el 0,10 % del 58,65 % de los participantes en las elecciones (395.978 votos) o, si se prefiere, el 0,06 % del total del censo electoral (6.298.785 electores), reclutados todos ellos entre los antiguos señoritos andaluces, en las colas del paro, en las labores o en los tajos, donde unos esclavos temen a los otros parias y siervos que llegan en patera, arrasando en El Ejido y otras poblaciones de Almería obsesionadas con la inmigración. En cualquier caso, tampoco sería la primera vez que la extrema derecha irrumpía en un parlamento pues, en 1979, el mismísimo Blas Piñar, presidente de Fuerza Nueva, obtendría escaño en el Congreso de los Diputados con 378.964 votos.

“Se venía respirando y se veía que todos los andaluces queríamos un cambio”, ha opinado el torero Fran Rivera sobre el vuelco electoral en Andalucía en las elecciones del pasado fin de semana. El torero fascista se ha mostrado satisfecho con los resultados y ha avisado de que Vox, el partido de la extrema derecha que ha irrumpido en el parlamento andaluz “no es un partido inútil”.

¿Qué consecuencia tendrá la entrada de Vox en el Parlamento andaluz? La primera es que, probablemente, Vox llegue para quedarse y no ocurra lo que pasó con la Fuerza Nueva de Blas Piñar, que desapareció del mapa político en poco tiempo. Todo dependerá del apoyo que reciba en próximas convocatorias electorales, incluidas las generales. La segunda consecuencia tiene relación con cuál será el efecto sobre el sistema de partidos. No solo tendremos un panorama electoral más fragmentado que aumentará las dificultades de entendimiento en la derecha, sino que, tal como nos muestran estudios publicados muy recientemente, obligarán a mover posiciones tanto en los partidos mainstream de derechas, como de los de izquierdas, hacia un énfasis mayor en posiciones antinmigración y de protección cultural. Dicho de otra manera, las dimensiones cultural e identitaria se politizan y pueden adquirir más protagonismos en la discusión y agenda política.

Es absolutamente cierto que los andaluces han decidido el 2-D girar a la derecha. La suma de PP, C’s y Vox alcanza 59 diputados, cuatro más que la mayoría necesaria para gobernar la Junta, pero no es menos cierto que la debacle del PSOE, perdiendo siete puntos porcentuales de voto, 14 escaños, y más de 400.000 votos, no solo quiebra el tradicional vivero de votos del PSOE, sino que obliga al partido a una profunda reflexión sobre su inmediato futuro, no sólo en Andalucía, sino en España, por lo que Pedro Sánchez tiene ante sí una muy difícil papeleta para dar la vuelta a un panorama electoral que, tras los resultados de ayer, se presenta muy negro.

¡¡¡ Eran otros tiempos de la semana santa andaluza !!! Ahora, ella está en el PSOE y el torero Rivera en VOX…

A la vista de los resultados obtenidos por cada partido, es evidente que la presidenta Susana Díaz ha salido políticamente derrotada del envite, en especial porque no ha sabido aprovechar los vientos de popa que han empujado al PSOE desde que Pedro Sánchez se hizo con la presidencia del Gobierno, tras la moción de censura a Mariano Rajoy. Después de la ruptura del pacto por parte de Ciudadanos, el pasado septiembre, la presidenta andaluza adelantó las elecciones autonómicas con la intención de aprovechar las horas bajas del PP, con el reciente liderazgo de Pablo Casado. Pero el resultado de las elecciones del domingo no sólo no beneficia a su partido, sino que deja tocada a toda la izquierda. Andalucía ha dejado de ser socialista – si es que alguna vez lo fue -, y la hasta ahora presidenta es, sin duda, la principal responsable de ello. Y no sólo ella, sino también quienes en el partido la auparon y enfrentaron contra Pedro Sánchez, que, tras los resultados del domingo, ve muy mermada su capacidad de iniciativa.

Sánchez ha reunido este martes en la sede de Ferraz a la Ejecutiva Federal de su partido en su versión extensa, que alcanza el medio centenar de personas. Con ellos ha hecho un diagnóstico de los motivos que explican, a su juicio, la caída del PSOE-A (se ha dejado 14 escaños y más de 400.000 votos) y la irrupción abrupta de Vox, que entra en el Parlamento andaluz con 12 escaños. Varios asistentes a este encuentro han señalado a Europa Press que el presidente ha explicado el alza de Vox y el descenso del PSOE-A por varios factores, entre ellos el acento excesivamente andaluz que Díaz, con la aquiescencia de Ferraz, decidió imprimir a la campaña.

En su intervención ante la comisión ejecutiva del 3 de diciembre, Pedro Sánchez exponía que más pronto que tarde el PSOE de Andalucía necesita afrontar una completa renovación y regeneración, aunque indicó que habrá que esperar a ver cómo fructifican las negociaciones de Díaz para formar Gobierno, dándole tiempo a la presidenta andaluza en las negociaciones, pero mostrándose muy pesimista a la hora de llegar a algún acuerdo para gobernar. En la misma reunión también habló de la desmovilización del electorado, aunque sin hablar de que el 30 por ciento de afiliados al PSOE que lo había apoyado en las primarias a la secretaria general del PSOE había optado por no votar a Susana Díaz – lo mismo que harán los de Susana Díaz cuando él se presente a las próximas elecciones generales -, sin mencionar una sola palabra sobre la corrupción galopante en Andalucía, el nepotismo y las políticas neoliberales del PSOE que han llevado a la región andaluza a un lugar de privilegio en la cola del paro entre las 273 regiones de la Unión Europea. El portavoz de la Ejecutiva, Óscar Puente, uno de los pocos dirigentes que acompañó a Sánchez durante la travesía del desierto tras ser descabalgado de la secretaría general, sería quien habría verbalizado con mayor virulencia los reproches a Díaz: “No es cuestión de tomar nota. Se ha hecho mal. Te enrocas en las zonas rurales y el voto mayor. Nosotros sí que somos los jóvenes que nos lanzamos a por las ciudades, el PSOE andaluz necesita modernidad para conectar de nuevo con el electorado”. ¿En qué momento se nos olvidó que tendría un coste político lo que ocurrió en la disputa entre Pedro Sánchez y Susana Díaz?, se preguntaba el también alcalde de Valladolid, asegurando que la sociedad andaluza “no lo ha olvidado”, a la vez que poniendo en duda que el PSOE pueda gobernar en Andalucía “si hay una mayoría que se ha inclinado hacia la derecha”. Por cierto, ¿es ese el espejo donde se tiene que mirar España?

“Esta campaña es una coalición de perdedores pensando cómo se unen para frenar al PSOE, para frenar Andalucía”, decía Susana Díaz durante un mitin en Chiclana, en Cádiz, acompañada por el presidente del Gobierno, el 28 de noviembre…

En la misma reunión, Pedro Sánchez también llegó a cuestionar el enfoque de la campaña hecho por Díaz, muy localizada en Andalucía y excesivamente personalizada, cambiando incluso el color rojo del PSOE por el color verde de Andalucía, y llegando a afirmar que “no nos han dejado participar”, recordando que solo recurrieron a dirigentes de ámbito nacional en la recta final de la campaña. Lógicamente, sus palabras cayeron como un jarro de agua fría en las filas del PSOE andaluz, que hace una lectura totalmente distinta del resultado. Los susanistas creen que la situación nacional, a partir de la moción de censura con la que Sánchez llegó a Moncloa apoyado por los independentistas, es la que ha dejado a su electorado en casa, lo que evidencia que las heridas entre los Sanchistas y los Susanistas siguen supurando, ahora más que nunca, y la que te “rondaré morena”.

Haya sido de una manera u otra, la realidad es que estas elecciones perturban, y mucho, la vida política nacional, donde muchos ya se precipitan pensar que el futuro está escrito en el voto de los andaluces. El tsunami de la derecha ha devorado a la baronesa andaluza, hundiéndola muy por debajo de los pronósticos más pesimistas, y aboca a la muerte del poderío socialista en la Junta de Andalucía después de 36 años ininterrumpidos. Pero los daños estructurales que infligieron las urnas al PSOE de Andalucía también erosionan al propio presidente, llegado hace solo seis meses a La Moncloa y que tenía por delante su primera prueba de fuego en un terreno “a priori” muy favorable. La debacle de la jefa de la Junta aleja, al menos de manera inmediata, la hipótesis de un adelanto inminente de las generales, dado que el desgaste del partido se ha demostrado mucho mayor de lo esperado y toca “reflexionar” y resolver la gobernabilidad andaluza, que puede llevar tiempo. Pero ahora el PSOE se dedicará primero a otra batalla, “liderar el frente de la democracia frente al miedo” para parar el preocupante avance de la extrema derecha de Vox, esperando el momento propicio en el que el director del CIS, José Félix Tezanos, acierte por primera vez alguna de las encuestas de las tantas elaboradas a lo largo de su trayectoria guerrista.

“La Vero” y “La Susana” en la Feria de Abril de Sevilla. “La Vero” fue aquella que se autodenominó “máxima autoridad del PSOE” en aquella frenética jornada que causó la destitución de Pedro Sánchez como secretario general del PSOE. Las guerras intestinas en la grillera del PSOE continúan…

Mientras tanto, a la espera de la condena judicial EREtica de la Junta de Andalucía – el mayor caso de corrupción de los habidos en España durante el periodo de esta “modélica transición democrática”, con efectos colaterales en el PSOE federal, al igual que la Gürtel de Valencia o de Madrid tuvo en la organización criminal del PP -, otro nuevo ERE – esta vez el de los estómagos agradecidos del PSOE andaluz – habrá que poner en marcha ante un hipotético gobierno de las derechas en Andalucía en el que, de una tacada, se irán a la calle 2.700 puestos de libre designación, en su inmensa mayoría designados a dedo, con perfil político, el método que ha tenido la Junta de Andalucía para colocar a funcionarios con carné del PSOE, de los cuales 500 personas son cargos de confianza de las consejerías (se trata de secretarios generales y particulares, personal de gabinete, prensa…). Ello, sin contar con los 25.000 empleados en los “chiringuitos públicos de la llamada Administración paralela”, que cuestan 5.000 millones de euros, y está formada por fundaciones, institutos, consorcios, agencias públicas, a base de lo que se conoce en el argot del funcionariado andaluz como “personal virtual”, esto es personas sin un puesto de trabajo físico, que no tienen tareas específicas. Es el caso, por ejemplo, de un exgerente en un edificio público de Andalucía que cuenta con nivel 30 – el máximo en la Junta, equivalente a viceconsejero o director general -, y que cuenta ahora con un puesto eventual con un salario de unos 3.000 euros. No se sabe de dónde sale su sueldo. Fuentes del funcionariado creen que se suprime asignación presupuestaria del personal de cada delegación para pagar a estos “virtuales”. La politización en la Administración autonómica andaluza es de tal calibre que a partir de jefe de servicio la mayoría de los funcionarios situados en este nivel y superiores son la inmensa mayoría próximos al PSOE.

En definitiva, resulta innegable que Susana Díaz ha ganado las elecciones al Parlamento andaluz, pero resulta insuficiente para gobernar. Es el clavo ardiendo al que se aferra Díaz para no entregar el relevo de un PSOE en Andalucía que está pidiendo a gritos una renovación. Seguir aferrándose a su cargo, delata cómo sus ansias de poder y su soberbia demostrada superan con creces cualquier compromiso que tenga, no ya con su propio partido, sino con toda Andalucía.

La Andalucía que ha votado, lo ha hecho en clave de derecha, es decir, lo opuesto a lo que vende ser Susana Díaz. “Si hubiera perdido, me habría ido”, asegura la lideresa socialista para no dimitir… y, de hecho, ha perdido, porque su debacle electoral de 400.000 votos le hace decir adiós a la presidencia de la Junta. Sencillamente, se le ha retirado la confianza.

Cuando el PSOE perdió en Andalucía las últimas elecciones generales en 2016, pese a la implicación personal de Díaz, ésta no quiso ver lo que se avecinaba. Lo justificó alegando que unas elecciones nacionales nada tienen que ver con unas autonómicas. Pues, parece ser que sí, porque pese a su victoria, todo evidencia la pérdida de confianza que ha sufrido por parte de quienes habitan Andalucía. ¡¡¡Pues eso, Susana, vete pa Triana a preparar la caseta de la feria de abril !!!

 

 

 

 

 

EL HUNDIMIENTO DEL PSOE: VIGÉSIMA QUINTA PARTE

$
0
0

“Montesquieu ha muerto” (Alfonso Guerra, el año 1985)

“La Justicia es la reina de las virtudes republicanas y con ella se sostiene la igualdad y la libertad.” (Simón BOLIVAR).

¿Por qué tenemos que seguir creyendo en la mentira de Estado que consiste en repetir machaconamente que la justicia es independiente, serena e imparcial? Habría que ver si las leyes se aplican por igual a todos los ciudadanos para ver si, efectivamente, estamos ante un Estado de Derecho o, por el contrario, el Estado de Derecho no existe.

Una de las obras más críticas de la Ilustración es “El espíritu de las leyes”, redactada por Montesquieu y publicada en 1748. En ella, el autor francés estudia las relaciones de las leyes políticas con la constitución de los estados, las costumbres, la religión, el comercio, el clima y los tipos de suelo de cada nación. Fue un libro que suscitó violentas críticas, tanto por parte de los jesuitas, como por parte de los jansenistas. La Sorbona lo prohibió y la Iglesia Católica lo incluyó en el Índice de Libros Prohibidos.

“El espíritu de las leyes” habla de los conceptos de poder ejecutivo, poder legislativo y poder judicial, pero, sobre todo, de la relación de los tres. Montesquieu rechaza las teorías absolutistas en las que una persona debería concentrarlos todos en su figura y apuesta por un “equilibrio de poderes”. Este se debería producir de manera muy sencilla, donde cada uno de los poderes controle al otro y todos se controlen entre sí.

De repente, un histriónico Alfonso Guerra, endiosado por el poder de la mayoría absoluta alcanzada por Felipe González aquel 28 de octubre de 1982, nos anunciaba la muerte de Montesquieu, cuando el bipartidismo turnista PPSOE acordaba repartirse el poder judicial y arrebatarle, a los jueces, cualquier indicio de independencia. Desde entonces los españoles hemos podido comprobar como aquellas fuerzas políticas que alcanzaban la mayoría absoluta en el Congreso de los Diputados se comportaban como cualquier dictadura bananera. El partido en el poder controlaba el Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial y los tres poderes en los que se basaba la democracia acababan en papel mojado y en manos de un solo líder, llámese éste González, Aznar, Zapatero o Rajoy, que hacían y deshacían a su antojo sin preocuparse de respetar control alguno que los limitara. Montesquieu no solo había muerto, sino que en España había sido enterrado por las toneladas de papel que suponían algunos millones de votos.

El expresidente del Tribunal Supremo, Carlos Lesmes; Marchena y Picazo…

En efecto, el artículo 122.3 de la Constitución Española señala que el Consejo General del Poder Judicial estará integrado por el presidente del Tribunal Supremo que lo presidirá, y por veinte miembros nombrados por el Rey por un período de cinco años. De éstos, doce entre Jueces y Magistrados de todas las categorías judiciales, en los términos que establezca la Ley Orgánica; cuatro a propuesta del Congreso de los Diputados y cuatro a propuesta del Senado, elegidos en ambos casos por mayoría de tres quintos de sus miembros, entre abogados y otros juristas, todos ellos de reconocida competencia y con más de quince años de ejercicio en su profesión.

La Ley Orgánica del CGPJ, de 10 de enero de 1980, desarrollaba este precepto sin más interpretación que la literal: ocho miembros del CGPJ eran elegidos por las Cortes Generales y doce por los componentes del Poder Judicial, pero en 1985, con Felipe González gobernando con mayoría absoluta se encontró con que los jueces elegidos por este sistema no se plegaban al poder Ejecutivo y decidió cambiar las cosas, de tal manera que los veinte vocales pasaron a ser elegidos por las Cortes Generales mediante mayoría cualificada de tres quintos. Los autodenominados socialistas acababan de matar a Montesquieu, tal y como dejara sentenciado el entonces vicepresidente del gobierno felipista, Alfonso Guerra.

Los funerales se vendrían sucediendo a lo largo del turnismo bipartidista PPSOE. Así, José María Aznar que había prometido antes de ganar las elecciones devolver al CGPJ su independencia perdida, tampoco cumpliría sus promesas, y en 2001 se reformaba la LOPJ para regular la elección de los doce jueces y magistrados, de forma que los eligieran el Congreso y el Senado a partir de una terna de 36 candidatos propuestos por las asociaciones profesionales de la judicatura y por un número de jueces y magistrados que represente, al menos el dos por ciento de todos los que se encuentren en activo.

“Anticipo públicamente mi decidida voluntad de no ser incluido, para el caso en que así fuera considerado, entre los candidatos al puesto de presidente del Tribunal Supremo y del Consejo General del Judicial». Con estas frases Manuel Marchena ponía punto y final a su más que probable nombramiento para esos cargos, renunciando a tal posibilidad después de que se hubiese cuestionado su candidatura antes de la elección de los vocales y tras el WhatsApp del portavoz del PP en el Senado, Ignacio Cosidó, en el que, además de aplaudir el pacto con los socialistas para renovar el Consejo, aludía a que con la presidencia de Marchena se podría «controlar la Sala II –del Supremo, la encargada de investigar y juzgar en su caso, a los aforados– desde atrás», además de presidir la Sala del 61, encargada, entre otras funciones, de resolver todas las cuestiones relativas a peticiones de ilegalización de partidos.

El artículo 586 de la Ley Orgánica del Poder Judicial (LOPJ) establece que, nombrados los vocales del Consejo en la primera reunión y presididos por el vocal de mayor edad deberán elegir al presidente del Consejo y del Tribunal Supremo. A tal fin los vocales propondrán las diversas candidaturas y resultará nombrado aquel que alcance los tres quintos del quórum. Si esto no ocurriera, se procederá a una nueva elección entre los dos candidatos más votados y será nombrado aquel que obtuviere mayor número de votos.

No obstante, la claridad de este proceso normativo éste ha sido patentemente incumplido desde 1985 en todas las renovaciones del Consejo hasta la fecha actual, y todo indica que va a seguir siéndolo. Desde que se admitió la llamada enmienda Bandrés que, modificando el espíritu de la norma constitucional, permitió que los 12 vocales de extracción judicial fueran elegidos por el Parlamento entre los candidatos propuestos por las asociaciones judiciales, el dedo del Ejecutivo y del principal partido de la oposición han decidido el nombramiento tanto de los vocales del Consejo como del presidente y, en su caso, del vicepresidente, elegidos formalmente por los vocales que, dóciles a las insinuaciones o a las decisiones del Gobierno bipartidista PPSOE, nombraban al elegido por este. Al principio se guardaban las formas, porque no era público el candidato del Ejecutivo, pero en los últimos nombramientos, desde el efectuado por el Gobierno de Rodríguez Zapatero, ya ni se tuvo tal precaución, sino que se hacía público el nombramiento del elegido como presidente y luego este era efectuado formalmente por los vocales.

A pesar de haber roto relaciones con Pablo Casado – en un remedo del enfrentamiento entre Rajoy y Rodríguez Zapatero, cuando el primero espetó al segundo aquello de que “usted traiciona a los muertos y ha revigorizado a una ETA moribunda”, el presidente del PP, Casado, acusaba el miércoles, 25 de octubre de 2018, al jefe del ejecutivo, Pedro Sánchez, de ser “partícipe y corresponsable del golpe de Estado que se está perpetrando en España”, a lo que Sánchez exigió en el Congreso de los Diputados una rectificación inmediata: “Si no, usted y yo, advirtió, no tenemos nada más que hablar” -, el PSOE de Pedro Sánchez pactaba con el PP la renovación del Consejo General del Poder Judicial, de tal manera que el bipartidismo PPSOE acordaba la composición del órgano de gobierno de los jueces, con 11 vocales a propuesta del PSOE y otras formaciones de izquierda, y 9 jueces propuestos por el PP a los que sumaría el magistrado Manuel Marchena como presidente, también propuesto por el PP.

Este acuerdo tampoco respondía al método que siempre había defendido Pedro Sánchez, cuando tan sólo hace 2 años, durante su discurso de investidura tras el pacto de gobierno con el C’s de Ribera, Sánchez defendía que los cargos de “designación parlamentaria” como los miembros del CGPJ fueran elegidos en “convocatoria pública”. Por aquel entonces, Pedro Sánchez calificaba su propuesta de “revolucionaria” y señalaba que este era su “compromiso”, y su “convencimiento” que entre los candidatos debía primar “la independencia, la profesionalidad y la imparcialidad”.

La composición del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) y el nombre de su presidente, Manuel Marchena, supone el primer acuerdo del Gobierno de Pedro Sánchez con el PP de Pablo Casado, un pacto que se ha conseguido pese a que el Ejecutivo diera por rotas las relaciones entre ambos.

La idea es que fuera un “comité asesor profesional” el que evaluara la competencia e idoneidad de los candidatos cuyas evaluaciones fueran públicas, con audiencias en comisión y aprobación por la mayoría de las cámaras, pero  esta idea de que fuera un ente externo al Congreso el que evaluara las competencias de los candidatos al CGPJ no había surgido del pacto de gobierno con Ciudadanos en 2017  ya que, en el año 2014, cuando Sánchez acababa de ser elegido Secretario General del PSOE por primera vez, defendía que los partidos dejaran de proponer candidatos y fuera una mesa de expertos catedráticos quien los evaluara: “Que los partidos dejemos de proponer candidatos, que se establezca una mesa de expertos catedráticos que filtren los candidatos que son capaces de gobernar el gobierno de los jueces y que el Congreso decida libremente y no a instancias de los partidos políticos. Cuando llegan a examinarse al Congreso ya saben la nota y lo que no puede hacerse es que sigan decidiendo los partidos políticos. No hay ningún sistema perfecto. Si hay unos expertos con capacidad y méritos me parece más razonable a que se elijan por afinidad partidaria”, decía literalmente Pedro Sánchez en el programa televisivo de Ana Rosa Quintana, el 11 de diciembre de 2014.

También en el documento con el que Pedro Sánchez se presentó a las primarias contra Susana Díaz en 2017 se contemplaba esta idea de que la elección de los miembros del CGPJ debía hacerse “evitando su dependencia partidista y asociativa”, aunque no ahondaba en el modelo: “Tanto los ciudadanos como los afiliados socialistas expresan recurrentemente opiniones sobre la necesidad de despolitizar la justicia y de reforzar la independencia del Poder Judicial. Esta circunstancia se une a desconfianza sobre la independencia de jueces y fiscales en casos de corrupción (…) Por ello, se mantendrá la elección de sus miembros por el Poder Legislativo, pero evitando su dependencia partidista y asociativa, así como las injerencias desde el exterior”.

Sin embargo, a pesar de tanta charlatanería por parte de Pedro Sánchez, a pesar de que el grupo de Estados contra la corrupción que forma parte del Consejo de Europa sea muy crítico con España por el tema de la renovación del Consejo General del Poder Judicial, al señalar que la lucha contra la corrupción empieza por la independencia de las personas que vayan a formar parte del propio órgano, el cambio de cromos tendría lugar con total impudicia, tal y como viene siendo típico en el bipartidismo turnista PPSOE.

De esta manera, Pedro Sánchez y Pablo Casado comenzaban a “cocinar” su primer gran acuerdo para la renovación del Poder Judicial y poner fin al tiempo de Carlos Lesmes al frente del Tribunal Supremo, ya que la suma de los votos de PP y PSOE es suficiente para renovar el Consejo General del Poder Judicial cuyo mandato expira este mes de diciembre, dándose el hecho grotesco de nombrar al juez Marchena como presidente del CGPJ, en sustitución del magistrado Carlos Lesmes, antes de que nombraran los vocales. Es decir, el juez Marchena será elegido por quienes todavía no han sido elegidos.

El portavoz del PP en el Senado, Ignacio Cosidó, ha admitido ser el autor del texto enviado a través de la aplicación de mensajería instantánea WhatsApp el pasado sábado a sus 146 compañeros en el Senado en el que se detallaban las interioridades del polémico acuerdo alcanzado con el PSOE para repartirse el nombramiento de los vocales del futuro Consejo del Poder Judicial (CGPJ). En el mismo, presumía de un supuesto control futuro “desde detrás” sobre varios órganos clave en el Tribunal Supremo

Pero, apenas habían transcurrido cinco días desde que se hiciera público el acuerdo entre el PP y el PSOE para la renovación del Poder Judicial, cuando el portavoz de los populares en el SenadoIgnacio Cosidó – enviaba un “guasá” a sus compañeros para justificar el pacto que tantas críticas había suscitado tanto en la opinión pública como en círculos de la propia organización criminal del PP. El que antaño fuera director general de la Policía Nacional había enviado el “guasá” al grupo parlamentario del PP en la Cámara Alta en el que están registrados los 146 senadores peperos. En el mensaje, el portavoz explica a los senadores que “el pacto previo” con el PSOE daba al PP 10 vocales, mientras que el PSOE obtenía 11: 10 más la presidencia. “Con la negociación, el PP tiene 9 vocales más el presidente (10) y el PSOE tiene 11”, recalca Cosidó. “Con otras palabras”, continúa el portavoz del PP, “obtenemos lo mismo numéricamente, pero ponemos un presidente excepcional, (…) un gran jurista con una capacidad de liderazgo y auctoritas para que las votaciones no sean 11-10 sino próximas al 21-0. Y además controlando la sala segunda desde detrás [la Sala de lo Penal, única competente para enjuiciar a diputados, senadores y miembros del Gobierno] y presidiendo la sala 61 [la Sala especial que tiene entre sus atribuciones la de ilegalizar partidos políticos, como sucedió en el caso de Herri Batasuna]”.

Desde luego, si la salud de su Justicia mide la salud de una democracia, España padece una enfermedad agravada por una increíble combinación de ambición de poder, deseo de impunidad, obscenidad comunicativa y absoluta carencia de sentido de Estado por parte de sus élites políticas. El PP y el PSOE pensaron que de nuevo podrían pastelear impunemente el CGPJ a su gusto e interés como llevan haciendo desde la “muerte de Montesquieu en 1985”, pero esta vez ni siquiera tuvieron la decencia en guardar las formas. El anuncio del Gobierno del nombre de Marchena como futuro presidente antes incluso de que los vocales se sentaran a elegirlo, sumado a la filtración del mensaje difundido por Ignacio Cosidó, que suponía “controlar desde detrás la Sala Segunda”, fue demasiado para el juez Marchena. Estaban poniendo en almoneda su prestigio a la vista de todos los españoles y éste ha dicho basta, renunciando a la cima de la carrera judicial.

Así las cosas, con fecha 20 de noviembre, al día siguiente del tristemente famoso “guasá”, el juez Manuel Marchena, candidato pactado por el Gobierno y el PP para presidir el Consejo General del Poder Judicial, anunciaba su renuncia a presidir el órgano de gobierno de los jueces, defendiendo su independencia, y desligándose del acuerdo cocinado por el bipartidismo turnista del PPSOE: “Jamás he concebido el ejercicio de la función jurisdiccional como un instrumento al servicio de una u otra opción política para controlar el desenlace de un proceso penal”, ha recalcado Marchena.

“¿Qué es la justicia? ¿Un truco de pista? ¿Un número de circo? ¿Un pim-pam-pum de feria? ¿Un vocablo gracioso para distraer a los hombres y los dioses? Respondedme. Que me conteste alguien… Silencio… Silencio”. (León Felipe. El payaso de las bofetadas y el pescador de caña).

La cuestión es que, desde sus comienzos hasta nuestros días, los siete consejos generales del Poder Judicial no han pasado de la más grotesca de las representaciones y los mandamases políticos de turno han querido mover a sus vocales como marionetas. Es cierto que no han sido todos, y unos menos que otros, pero, en conjunto, el CONSEJO GENERAL DEL PODER JUDICIAL ha sido hasta la fecha, una trampa para confiados, pues quien lo controla sabe que domina el Poder Judicial por la vía de los nombramientos discrecionales. Así lleva el CGPJ treinta y ocho años; tantos como grados de confianza perdidos. Quizá este ejemplo, con otros cuantos, sea la viva imagen de la España judicial. No caber duda alguna que CGPJ podría ser más respetable de lo que merece si quienes tienen la obligación de hacerlo se propusieran que la dignidad de la institución reemplazase al carrusel de filias y fobias en el que gira desde su constitución. Lo malo es que a estas alturas algunos sigan sin convencerse de que el edificio del número 8 de la calle Marqués de la Ensenada, de Madrid, no puede ser sucursal de los partidos políticos.

No se puede poner en duda de que en las listas de vocales propuestos para los distintos Consejos del Poder Judicial, los haya que merecen la consideración de juristas de reconocida competencia, de la misma manera que conozco a otros miembros cuyos méritos de juristas hayan sido llevar en la boca el carnet del PSOE  – supongo que lo mismo ocurrirá en el PP – , por no hablar de otros como el juez catalán Estevil, propuesto para tapar las corrupciones pujolescas, hasta dar con sus huesos en la cárcel… Por eso, al leer sus nombres me viene a la memoria la anécdota de aquel banderillero de Juan Belmonte que llegó a gobernador civil y que cuando le preguntaban cómo había podido ser, se limitaba a contestar: ¡¡¡ Pues ya ve usted, degenerando !!!

Es definitiva, la devolución al Poder Judicial de su independencia es una asignatura pendiente, pero no parece interesar a ningún partido político. Al fin y al cabo, si se permite que el CGPJ sea elegido por jueces los partidos políticos perderían influencia sobre los mismos, y la historia de este país ha demostrado en muchas ocasiones que unos jueces independientes podrían dar muchos quebraderos de cabeza al Ejecutivo.

 

 

 

 

 


INTERVENCIÓN DE ANTÓN SAAVEDRA EN EL HOMENAJE DE MANUEL LLANEZA, CELEBRADO EN EL POLIDEPORTIVO “ROLLAN VISIOLA” DE MIERES, EL MES DE FEBRERO DE 1979

$
0
0

Antón Saavedra, el año 1979

Compañeras y compañeros:

Trabajadores mineros y de todas las ramas de la producción, a vosotros que diariamente con vuestro trabajo manual, intelectual o cultural contribuís al progreso de los pueblos me vais a permitir ser el portador de un saludo fraternal y socialista desde la Federación Estatal de Mineros de U.G.T.

Hace dos años que, con motivo del acto en homenaje a nuestro fundador, cuando los trabajadores luchábamos aún por lograr la libertad, os acordaréis muchos de los aquí presentes como nos encontrábamos acordonados por cientos de las fuerzas del orden público. Hoy las cosas han cambiado y en el transcurso del tiempo se ha demostrado que no éramos los trabajadores los que necesitaban vigilancia, sino que son ellos mismos los que se tienen que guardar si quieren conservar la vida como consecuencia de las actuaciones terroristas que vienen llevando a cabo la E.T.A. y los Guerrilleros de Cristo Rey, tratando de crear los síntomas de una situación de preguerra civil. Esas provocaciones criminales de los terroristas etarras y de esos nostálgicos del franquismo no tienen otro objetivo que la destrucción de las instituciones democráticas y la supresión de las libertades arrancadas en nuestro país.

Y nosotros preguntamos al ministro falangista Martín Villa y a todo el gobierno de la UCD si pueden tener derecho a la libertad los enemigos de la libertad. Nosotros, los mineros, decimos y exigimos enérgicamente que, la defensa de las libertades constituye un fin al que deben aplicarse únicamente medios que lo desfiguren.

Homenaje a Manuel Llaneza en Mieres el año 1977, con la intervención de Antón Saavedra.

Esa peculiar dialéctica de defensa de las libertades frente a los enemigos de la libertad y del respeto a los procedimientos democráticos para llevar adelante ese combate no debe limitarse al problema de E.T.A. ya que a la sombra de E.T.A. se escuda la extrema derecha de la falange asesina capitaneada por Fuerza Nueva, queriendo hacer ver al pueblo español que España es patrimonio exclusivo de ellos. España es de los españoles que quieren lo mejor para España. Y lo mejor para España es convertirla en todo lo contrario de lo que fue hasta ahora en manos de los fascistas. Esa ultraderecha montaraz y golpista que diariamente incita a las Fuerzas Armadas y Ejército a emprender aventuras sin futuro, que asesina pacíficos viandantes, que incendia los locales de nuestras organizaciones, que convierte en banderines de enganche a ciertos órganos de prensa para la sedición. Nosotros, los mineros, levantamos la voz para decirle al gobierno de la U.C.D., único responsable, que la hora de la libertad es la hora de la autoridad.

Pero, si grave es el terrorismo, mucho más grave es la problemática del paro, que para los trabajadores significa el camino hacia el hambre. Ambos problemas, terrorismo y hambre, no constituyen un fenómeno externo a la política capitalista de la U.C.D. sino que son los dos baluartes fundamentales que emplean los capitalistas en un momento necesario para el desarrollo. Y es por eso que el gobierno de U.C.D. no pueda ofrecer en estos momentos más que paro, deterioro de la vida y una insatisfacción generalizada de las necesidades de los trabajadores.

No se palia el paro a través de una reforma fiscal que haga aumentar el subsidio del desempleo y que quizás sirva para que alguna gente coma, pero no estimula la producción ni, en modo alguno, remueve este estancamiento. Esta demostrado que en una economía liberada, en la que el inversionista puede hacer lo que le parezca conveniente, seleccionar sus objetivos industriales e invertir en la forma en que él quiera, tampoco soluciona el grave problema del paro, porque para los trabajadores está muy claro que lo que efectivamente mueve al inversionista es el lucro y no una función social, ni la creación de una riqueza generalizada. El capital retrae, evade el capital, cierra las minas y las fábricas y coloca al mundo obrero en tensiones y, con todo un conjunto de coacciones intenta frenar el avance del sindicalismo de clase. Está muy claro también para nosotros que el paro no tiene más que una solución y es avanzar hacia una economía cada vez más intervencionista y cada vez más planificada. Es decir, una economía en transición al socialismo. El Estado no puede decir que su papel se tiene que reducir exclusivamente a recaudar más impuestos para pagar el subsidio del desempleo. El Estado tiene que jugar un papel decisivo haciendo invertir y poniendo la riqueza del país al servicio del conjunto del país.

Luis Gómez LLORENTE, Antón SAAVEDRA, Enrique BARÓN y Fernando VEGA en el homenaje a Manuel Llaneza en Mieres, el año 1979.

Así lo hubiera hecho nuestro fundador, Manuel Llaneza, y así lo vamos a exigir sus sucesores a través de nuestra lucha diaria en los centros de trabajo y las movilizaciones de la clase trabajadora. Han sido los mineros en octubre del 34 quienes se levantaron contra estas injusticias. Han sido los mineros en el año 62 y sucesivos los que marcaron la hora de la verdad, y han vuelto a ser los mineros en el año 76 los que definitivamente hicieron tambalear para acabar cayéndose el gobierno y llegar hasta esta España democrática, aún por consolidar. Y estamos dispuestos los mineros a jugarnos la vida en defensa por la libertad y la democracia en nuestro país siempre en contra de esas bandas de criminales terroristas y en favor de los que luchen en España por la paz y el progreso a pesar de haber sido el sector de la sociedad más pisoteado de la clase trabajadora y, sin embargo, el que más riqueza genera para el propio país.

Pero, ¡ojo!, que nadie se engañe porque ello no significa en ningún momento que los mineros vayamos a desistir de nuestra lucha permanente para que la minería sea colocada en el justo lugar que le corresponde. Con ello no estamos pidiendo privilegios de ningún tipo. No pedimos privilegios sobre ningún sector industria. Simplemente exigimos ser tratados, en todo, como los mineros de cualquier país democrático.

Y como representante de los mineros españoles tengo el deber de exponeros muy claramente nuestra problemática y nuestros objetivos.

Ha sido la minería una cuestión ajena y extraña a todos y cada uno de los gobiernos que se vinieron sucediendo en nuestro país. Y al igual que Manuel Llaneza en su “LEY DE BASES PARA LA NACIONALIZACIÓN DE LA MINERÍA DEL AÑO 1921”, nosotros vemos como única solución la nacionalización del sector energético, y cuando hablamos de nacionalización en ningún momento estamos hablando de socializar pérdidas y privatizar ganancias, tal como viene ocurriendo en HUNOSA desde su creación.

Se nos dice que el carbón no es rentable, pero nosotros nos preguntamos si efectivamente el carbón no está aportando grandes beneficios a otros sectores como el siderúrgico, el eléctrico o la banca. Pregunten a Alto Hornos de Vizcaya y ENSIDESA por los beneficios obtenidos a cuenta de la política de precios domésticos seguida por los distintos gobiernos de España. Haced la misma pregunta a los patronos eléctricos. Que conteste HUNOSA cuantos miles de millones se pagan en concepto de intereses a la banca privada y extranjera. Y observamos muy claramente que si unimos estos problemas de tipo especulativo al desastre organizativo, paternalista y caciquil de HUNOSA veremos cómo las pérdidas no llegarían a esas cifras con las que diariamente intentan atemorizarnos.

Ana (Juventudes Socialistas), Felipe, Josefa, Antón Saavedra, Luis Gómez Llorente y Avelino Pérez en la manifestación homenaje a Manuel Llaneza en Mieres, el año 1979

Desde la Federación Estatal de Mineros de U.G.T. vamos directamente hacia una nacionalización del sector energético y minería no energética, lo que implica una labor a desarrollar en el campo de la investigación, reestructuración del sector minero y diversificación del propio sector que, a la vez que transformaríamos nuestras ricas y abundantes materias primas generaría riqueza a la vez que puestos de trabajo, dejando de ser nuestra minería cautiva de las multinacionales.

Yo no voy a ir a las Cortes, pero irán otros compañeros socialistas, elegidos democráticamente, por supuesto mucho más capacitados que yo y que conocen el problema desde hace mucho tiempo porque así se lo hemos planteado reiteradamente, y ellos desde las instituciones con nuestra lucha desde la calle y los centros de trabajo, la minería recibirá, por fin, el trato justo que estamos planteando para el conjunto del sector minero.

Pero, también tengo que levantar la voz para dejar muy claro que, cuando me refiero a la problemática minera en absoluto me estoy refiriendo exclusivamente a la minería en su conjunto, sino que también estoy planteando y exigiendo que sean subsanadas las injustas secuelas que produjo la minería. Me estoy refiriendo a vosotros ¡¡¡mineros pensionistas!!! A vosotros que supisteis poner en los momentos difíciles vuestro máximo esfuerzo a la industrialización de un pueblo. A vosotros que cargasteis sobre vuestras espaldas con los mayores costos sociales del país.

Pensad que vuestro problema es el nuestro y estamos dispuestos a no permitir que os engañen como pretenden nuevamente desde el gobierno de la U.C.D. ofreciendo otras quinientas pesetas a vuestras miserables pensiones con un claro objetivo de atraerse vuestro voto. No dudar en ningún momento que vuestra solución pasa por la concienciación de todos los trabajadores en activo, que tenemos la obligación de plantar cara al gobierno para que vuestros derechos no sean atropellados vilmente como hasta ahora, y no dudar tampoco que lo vamos a realizar poniendo toda la carne en el asador. Al fin y al cabo, los mineros, lo que estamos haciendo es defender a nuestros padres y abuelos de la miseria en que se encuentran a la vez que defendernos a nosotros mismos para evitar caer nosotros en el mismo error.

Los trabajadores sabemos y tenemos muy claro que sin una alternativa SOCIALISTA nuestras aspiraciones no se verán realizadas y sabemos que esa alternativa socialista tiene que venir dada desde una perspectiva MARXISTA, y nunca entendiendo el marxismo como una de tantas teorías, sino sin negar en ningún momento la lucha de clases, sustituyendo el corrompido sistema capitalista por un sistema de colectivización de los bienes colectivos, combinando la lucha parlamentaria y la acción de masas; porque el MOVIMIENTO OBRERO, compañeras y compañeros, es uno solo, tanto si se habla desde un partido obrero como siempre fue el PSOE tanto si se realiza desde un sindicato de clase y revolucionario como tiene que seguir siendo la U.G.T.

Hemos sido, somos y seguiremos siendo marxistas además de estar muy orgullosos de ello. Pero el marxismo, vuelvo a repetir, no es una teoría. Tiene que ser una práctica diaria, como así lo demostraron nuestros antecesores como Pablo Iglesias, Largo Caballero y el propio Manuel Llaneza, entre otros compañeros socialistas.

Telegrama enviado por Antón Saavedra en nombre de la Federación Estatal de Mineros de U.G.T. al Rey de España por el incremento de las pensiones..

Y yo os digo desde esta tribuna que el primer acto revolucionario que tenemos que realizar los trabajadores es organizarse para lograr nuestros objetivos. No se trata de improvisar insignias, banderas y etiquetas. Se trata de buscar una verdadera izquierda y digna de serlo. Tenemos que tener mucho cuidado con esa seudoizquierda compuesta en gran parte de mimetismo, oportunismo y arribismo. Para una izquierda militante de colores y pandereta solo hace falta dinero e influencias públicas. Pero, para lograr esa verdadera izquierda militante marxista se necesita honradez, honestidad, modestia, un espíritu de sacrificio hacia los demás, una integridad moral y un idealismo. La izquierda es la virtud. Un movimiento político que no sea virtuoso no podrá jamás ser de izquierda, aunque exhiba programas muy avanzados y teóricos. El hombre verdaderamente de izquierda se esfuerza siempre en ser el hombre bueno, aunque muchas veces no lo consiga. Y os digo que un hombre de izquierda no debe nunca odiar a nadie porque cuando el odio rompe el marco de la subjetividad se transforma fácilmente en terrorismo, totalitarismo estatal, dictadura fascista, delincuencia política, bombas, atentados y guerras.

Esa militancia de verdaderos hombres virtuosos e idealistas nos va a llevar a la U.G.T. a conseguir de inmediato esos instrumentos válidos para lograr la plena libertad sindical. Porque hablando de libertad jamás hemos entendido desde la Federación Estatal de Mineros de U.G.T.  que había libertad sindical por el mero hecho de haber pasado por una oficina de registros.

La consolidación plena de la democracia implica un proceso que tiene como hito importante la CONSTITUCIÓN, pero exige, además, que los principios en ella contenidos, entre los que figuran el de la LIBERTAD SINDICAL, sean desarrollados y aplicados de una forma democrática.

Para nosotros, los mineros españoles, libertad sindical significa el establecimiento de unas leyes laborales que garanticen los derechos individuales y colectivos de todos los trabajadores, con una mención especial a nuestro sector con la promulgación de un ESTATUTO DEL MINERO.

Público asistente al homenaje a Manuel Llaneza en el pabellón deportivo “Visiola Rollán” de Mieres, el año 1979.

Libertad sindical significa el reconocimiento sin trabas del derecho de los sindicatos para la negociación colectiva dentro y fuera de la empresa.

Libertad sindical significa una regulación jurídica del derecho de huelga sin trabas que desnaturalicen el ejercicio de ese derecho por los trabajadores.

Libertad sindical significa la devolución del patrimonio confiscado a U.G.T. y a otras organizaciones obreras en 1939, caso concreto de la C.N.T., así como el acumulado a partir de entonces.

Libertad sindical significa acabar con la injerencia del gobierno y de los poderes públicos en las relaciones laborales y en el proceso de consolidación y desarrollo de los sindicatos.

Libertad sindical significa, en fin, crear un marco de relaciones industriales que contemple el papel de los sindicatos, no como el mal menor que debe asumir la democracia, sino como un factor del progreso social sin el cual se está poniendo en juego a medio plazo la pervivencia y profundización del proceso democrático.

Compañeras y compañeros, construyamos nuestro porvenir apoyando 100 años de honradez y firmeza porque el socialismo es libertad, es honradez y es firmeza.

¡¡¡VIVA LA CLASE TRABAJADORA!!!

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

PACO ROBLES: EL NIÑO VASCO DE MANSILLA DE LAS MULAS

$
0
0

Buenas tardes, compañeras y compañeros, amigas y amigos, y gracias por vuestra asistencia.

El libro que hoy presentamos tiene como principal finalidad el reconocimiento y homenaje a todos los niños y niñas que padecieron los horrores de aquella incívica guerra por la sublevación fascista de julio de 1936 contra la legalidad de la II REPÚBLICA ESPAÑOLA, y nada mejor que contar en este acto con la presencia y la palabra de PACO ROBLES, uno de aquellos niños que sufrió las trágicas consecuencias, tan magistralmente descritas por el compañero MIGUEL ANGEL en su libro “PACO ROBLES: EL NIÑO VASCO DE MANSILLA DE LAS MULAS.

Gracias, MIGUEL ANGEL, y gracias, muchas gracias, compañero PACO, por hacernos disfrutar de tú presencia y de tu palabra hoy, aquí, en este rincón de la cuenca minera asturiana.

En efecto, han transcurrido exactamente once años desde la promulgación de la Ley de Memoria Histórica en España y decenas de miles de  familias se ven impedidas de la VERDAD, JUSTICIA Y REPARACIÓN por la muralla administrativa que se sigue padeciendo en nuestro país. Por ello, la recuperación de esa parte de nuestra historia forma parte de una de las actividades de nuestra Asociación ENCUENTROS.

Nuestra asociación, poco a poco, está rescatando historias humanas y sociales ocultadas por el silencio y la insensibilidad de las instituciones, por los herederos del franquismo y de la jerarquía de la iglesia católica que durante cuarenta años de dictadura unidos a los pactos de la transición pretenden sepultarla.

El libro que hoy presentamos trata de las vivencias de un hombre de 92 años, cuya niñez fue arrancada por una violencia y crueldad que parece una página más de la Historia, una guerra fruto de un alzamiento militar, y como que al nombrarlo queda ahí, un acontecimiento histórico, un hecho desgraciado, o los adjetivos que queramos poner, pero el libro de MIGUEL ANGEL también pretende hacer una llamada a la reflexión para quienes no se preocupan por las modernas masacres aéreas en los distintos países del mundo, como SIRIA, GAZA, LIBIA o YUGOSLAVIA.

PACO ROBLES pertenece a esa generación marcada, cuyas personas, después de perder sus viviendas y todas sus propiedades, el avance de las tropas franquistas y el miedo a perder a sus hijos sepultados bajo los escombros de los bombardeos fascistas, les obligó a abandonar sus hogares y enviar a sus hijos a países de acogida, a separarse, en algunos casos, padres, hermanos e hijos, y en bastantes ocasiones a no retornar a su tierra, porque en el caso de hacerlo podían ser ejecutados, por los falangistas, militares y otras gentes de régimen de Franco. Así que emprendieron un largo y doloroso exilio que les llevó a distribuirse por todo Francia, Belgica, Inglaterra, México, Venezuela, la URSS y otros países.

Efectivamente, la guerra civil española había comenzado el 18 de julio de 1936 con el golpe de Estado encabezado por el general Francisco Franco contra el gobierno republicano, y pocos meses después, el el 21 de mayo de 1937, casi 4.000 niños del País Vasco, entre los que se encontraba nuestro personaje, partían desde el puerto de Santurce en el trasatlántico HABANA, con capacidad para 400 personas, con destino a Southampton, en Inglaterra, como refugiados, siendo repartidos por decenas de colonias distribuidas a lo largo y ancho del Reino Unido.

México, Francia, Bélgica y la Unión Soviética ya habían recibido refugiados que huían del hambre y la violencia, pero, hasta entonces, el gobierno británico los había rechazado bajo el argumento de que ese gesto iría en contra del pacto de no intervención en la guerra española que habían firmado las principales potencias europeas, pero el 26 de abril tendría lugar un acontecimiento que cambiaría el modo en que la guerra en España era percibida desde el exterior, que llevaría al gobierno británico a variar ligeramente sus posiciones cuando se produce el bombardeo de Guernica.

El hecho de que una fuerza aérea bombardeara premeditadamente un objetivo no militar afectó a la opinión pública británica de tal manera que el gobierno se vio obligado a reconsiderar su postura no intervencionista. Por ello, y a pesar de su firme oposición inicial a aceptar refugiados, finalmente aprobó una limitada evacuación de niños vascos con la condición de que no se utilizara ningún tipo de fondos o recursos públicos para la manutención de la operación, siendo esta organizada por grupos tan diversos como los sindicatos de mineros de la N.U.M., los cuáqueros y otros comités de ayuda.

Los aviones alemanes de la Legión Cóndor nazi con la ayuda de las tropas italianas fascistas de Mussolini, al servicio del ejército franquista, arrasaron la ciudad, de unos 5.000 habitantes, un lugar emblemático para la cultura y la política vascas. Aquel ataque había dejado cientos de muertos y muchos lo consideran uno de los primeros bombardeos indiscriminados contra la población civil de la historia y un ensayo previo a la guerra mundial.

Tras la caída de Bilbao a manos de los franquistas empezaron las repatriaciones, y para cuando en 1939 empezó la segunda guerra mundial una gran mayoría de aquellos niños habían salido de vuelta hacia su país de origen. En algunos casos sus padres les habían reclamado, pero en muchos otros la repatriación fue debida a la gran presión ejercida por Franco, con la colaboración de ciertas instituciones británicas y en contra de la voluntad de sus padres.

Esta fue solo una entre las múltiples situaciones paradójicas que rodearon la evacuación y que acompañaron a aquellos niños el resto de sus vidas. Por ejemplo, una vez que el gobierno de Franco fue reconocido a nivel oficial en el Reino Unido, el objetivo del gobierno británico —presionado en gran medida por las autoridades eclesiásticas— fue repatriar a todos los niños que permanecían en el país. Sin embargo esta decisión no era de su competencia, debido a las condiciones que dicho gobierno había impuesto inicialmente con respecto a quién era responsable de la evacuación y posterior estancia en el país de aquellos niños evacuados.

Durante los años que siguieron a la evacuación, estos niños fueron sujetos a diversas categorizaciones normalmente dictadas por intereses ajenos a los suyos propios, pero entre todas las expresiones utilizadas para denominarles la única constante que se ha mantenido desde que llegaron al Reino Unido hasta el presente es “Basque children” (“niños vascos”).

Empezaron como “evacuados” en su país de origen para convertirse en “refugiados” en el país de acogida. Durante la segunda guerra mundial y debido a una nueva ley aprobada por el gobierno británico en 1940, su estatus legal de refugiados fue sustituido por el de “enemy aliens” (“extranjeros enemigos”). El uso de este nuevo término tan marcadamente negativo tuvo indudablemente implicaciones desfavorables a muchos niveles. La consecuencia más inmediata fue que el hecho de que tuvieran estatus de refugiados reconocía la imposibilidad de su retorno a su país de origen y así pues su innegable derecho a amparo y protección, pero al perder ese estatus legal también perdían los derechos a él asociados.

Otra consecuencia importante fue que mientras desde un principio la opinión pública se había mostrado considerablemente comprensiva y había visto a los niños vascos como un grupo de personas necesitadas, ahora les empezaba a percibir como seres molestos y hostiles dada su nueva calidad de “enemy aliens”. En otras palabras, la cohesión del grupo había comenzado a desaparecer a los ojos del público y los niños vascos se estaban convirtiendo en un inconveniente social.

Finalmente y tras una serie de disputas y largos procesos burocráticos aquellos individuos que habían sido etiquetados y re-etiquetados durante años, de alguna manera consiguieron pasaporte y una nacionalidad, española en algunos casos y, en otros, inglesa.

En fin, muchos libros de historia sobre la guerra incivil española resuelven este episodio en unas pocas líneas. Por ello, nada mejor que ceder la palabra a los verdaderos protagonistas en este ENCUENTRO, los compañeros MIGUEL ANGEL, autor del magnífico libro que se puede adquirir al final del acto, y PACO ROBLES, EL NIÑO VASCO DE MANSILLA DE LAS MULAS.

Muchas gracias.

 

EL HUNDIMIENTO DEL PSOE: VIGÉSIMA SÉPTIMA PARTE.

$
0
0

 

El Presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en Guatemala durante la celebración de la XXVI Cumbre Iberoamericana

“…No presentaré proyecto de Ley Presupuestaria para 2019 si no cuento con el apoyo suficiente para que salga adelante. No vamos a marear a los españoles”

(Pedro SÁNCHEZ, el 16 de noviembre de 2018 en Guatemala, durante la XXVI Cumbre Iberoamericana)

Sin embargo, apenas transcurridos dos meses, concretamente el 14 de enero de 2019, veíamos a la ministra de Hacienda, María Jesús Montero,  acompañada de la subsecretaria de Estado de Hacienda, Pilar Paneque, y las secretarias de Estado de Presupuestos, María José Gualda, y de Hacienda, Inés Bardón, entregar en una tableta electrónica el proyecto de Ley de Presupuestos a la presidenta del Congreso, Ana Pastor, con unas cuentas que preveían una recaudación récord de 227.356 millones de euros, un 9,5% por encima de lo logrado en 2018. Unos Presupuestos Generales del Estado que no contaban con los apoyos necesarios para su aprobación, tal y como quedó demostrado en la primera discusión de los mismos, el 13 de febrero de 2019.

Desde mi punto de vista – digámoslo con toda claridad – estos presupuestos no fueron hechos para cumplirlos, sino para la batalla electoral, orientados a la captación de votos de colectivos concretos, pero lo que importaba era  el documento inicial, sin darle mayor importancia a la ejecución de los mismos.

La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, y la presidenta del Congreso de los Diputados, Ana Pastor, en la presentación de los Presupuestos Generales del Estado para el año 2019.

En la presentación de los mismos se afirmaba que se trataba de los presupuestos más sociales de la historia, afirmación que no difiere en absoluto de las declaraciones realizadas en su día por el ministro de Hacienda pepero, Montoro, cuando, a pesar de presentar sus presupuestos para el año 2018 como los “más sociales de la historia”, los gastos sociales crecían solo el 2,8%. Es decir, que ni siquiera conservan su participación en el PIB.

No obstante, hay que reconocer que en este caso, el gobierno del PSOE había sabido escoger partidas de gasto de pequeñas cuantías a las que no se precisaba añadir grandes recursos para presentar incrementos espectaculares. En realidad, las dos partidas mayores, el aumento del sueldo de los empleados públicos y la revalorización de las pensiones, estaban condicionadas ya por acuerdos realizados por el anterior Gobierno.

En los ingresos se ha seguido una táctica parecida, primando las medidas efectistas, por encima de la verdadera eficacia en la tarea de reformar a fondo el sistema fiscal español, lo que sin duda es urgente para acercar la recaudación de la Hacienda española a la de los países de su entorno. En cierta forma son unos presupuestos mentirosos.

Se anuncian unos presupuestos de cambio, pero sin abordar los auténticos problemas, dejando las cosas tal y como estaban. Un ejemplo significativo es lo que se estipula acerca de las SICAV. Independiente de la conveniencia o no de su existencia, lo cierto es que su uso está siendo abusivo y tramposo por parte de las grandes fortunas, que han convertido una figura financiera de inversión colectiva, y por lo tanto con una tributación reducida del 1%, en una sociedad de inversión individual que debería tributar al tipo general. El procedimiento es sencillo, reclutan 99 hombres de paja (a los que coloquialmente se les llama “mariachis”), con lo que formalmente se cumple el requisito de los 100 partícipes, pero cometiendo fraude de ley.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez y el líder de Unidos Podemos, Pablo Iglesias, cerraban el jueves, 11 de octubre, el acuerdo de Presupuestos que deberá enviarse a la Comisión Europea y pasar por la aprobación en el Congreso. Los socialistas deberán ganar los votos de ERC, PDeCAT y PNV que les separan de los 176 que necesitan para aprobar las cuentas.

Cuando algunos de nosotros oíamos hablar de los “mariachis”, siempre pensábamos que se trataba del típico mexicano barrigón y con bigote que, agarrado a su guitarrón nos deleitaba con sus conocidas serenatas y rancheras bajo sus enormes gorros de plato. Sin embargo, desde que se implantaron las SICAV en nuestro país, allá por el año 1985, la palabra tiene un significado mucho más oscuro. Para los grandes tiburones del dinero, casos concretos de los Amancio Ortega, los Botines, las Koplowitz, los Del Pino, o los Borbones, los “mariachis” son simplemente hombres de paja o testaferros, sin ninguna capacidad de decisión, puestos únicamente para figurar como socios en sus empresas. Simples comparsas, que no pasarían de ser una simple anécdota si no fuera porque esta procesión de títeres es, pese al conocimiento y consentimiento de la mismísima Administración, la que abre la puerta para que las grandes fortunas españolas no paguen los impuestos que le corresponden pagar en su propio país como a cualquier ciudadano.

Según las estadísticas oficiales de nuestro país, cada español de los que tienen el “privilegio” de trabajar, éste lo hace ciento cuarenta y siete días al año para Hacienda, esto es más de la mitad de su vida laboral. Sin embargo, esas cifras no valen para todos, porque las grandes empresas del IBEX35 y otras pueden usar y usan España como paraíso fecal sin aportar un solo euro con el Estado mirando para otro lado cuando el dinero negro sirve para financiarnos, venga de donde venga.

“Si hay respaldo parlamentario para poder presentar los Presupuestos en diciembre, perfecto. Y si no, pues nos iremos a modificaciones de reales decretos de los presupuestos heredados de la época de Rajoy“, señalaba Pedro Sánchez en noviembre de 2018.

Desde un primer momento, el gobierno de Pedro Sánchez descartó acometer la reforma del sistema de financiación autonómica con la finalidad de tener las manos libres para negociar bilateralmente con la Generalitat y destinar a Cataluña los recursos necesarios para comprar su voto. Ahora, en los presupuestos, ha consignado un importante aumento de la inversión pública – la regionalizada se incrementa en un 22,25% -, lo que le permite dotar a Cataluña con 2.251,38 millones de euros, un 66,82% de incremento, y casi la quinta parte de toda la inversión regionalizada. El trato de favor que se pretende dar a Cataluña carece de toda lógica y constituye una enorme injusticia, ya que Cataluña es de las Comunidades más ricas y desarrolladas y su equipamiento contrasta con el de otras regiones como Extremadura, por ejemplo.

María Jesús Montero, ha defendido las cuentas públicas en el Congreso con un mensaje claro a a ERC y el PDeCAT, que han enmendado los Presupuestos Generales del Estado para 2019, al recalcar que el Ejecutivo “no va a ceder a ningún chantaje a cambio de nada”…

En este escenario, el Gobierno intentaba justificar el arbitrario reparto de los recursos entre las distintas Comunidades y el trato extremadamente privilegiado dado a Cataluña, por la disposición adicional tercera del Estatuto de Cataluña, que establecía que “la inversión del Estado en Cataluña se equiparará a la participación relativa del PIB de Cataluña con relación al PIB del Estado”, tal y como explicaba la ministra de Hacienda cuando afirmaba que  “El Gobierno contempla el respeto al Estatuto no como una contrapartida, sino en cumplimiento estricto de la ley y porque creemos que hay que cumplir aquellas disposiciones que se establecen en las leyes orgánicas, como son los Estatutos de Cataluña y otras Comunidades, y que en demasiadas ocasiones no se ha hecho la parte de inversión que corresponde”, ignorando la ministra que lo dispuesto en la disposición adicional tercera aludida tenía una vigencia de siete años, con lo que estaba vencida desde el año 2014.

«De ninguna manera formaría Gobierno con 84 diputados,
no puede funcionar, se tiene mucha dependencia de otros y lógicamente obliga a ceder.
Ahora se ataca la Constitución sin mencionarla, yendo contra la monarquía y contra la unidad». (Alfonso Guerra, el 29 de enero de 2019)

Estaba claro que la debilidad

parlamentaria por la que optó el PSOE era un lastre para el Ejecutivo, y a ese lastre se ha unido, después, la eterna división en el partido del gobierno, la presión de los barones más rancios y la extrema derecha del PSOE, la obsesión de los poderes fácticos por someter al gobierno, la falta de responsabilidad de una prensa favorable, en buena parte, a la disolución del pacto de izquierdas, los cortocircuitos entre el PSOE y sus aliados, la tensión trifascista, el siempre postergado galimatías catalán, y un vergonzoso juicio a líderes catalanes en el que la fiscalía todavía mantiene el delito de rebelión.

“No sigas por ahí y resígnate a quedarte sin presupuestos”.

El último en unirse al tiroteo sería el expresidente Felipe González en una autoentrevista de nueve minutos hecha pública por su fundación, el hispanocolombiano dejaba claro que “desde el gobierno, hay que decir ni quiero ni puedo ante las reivindicaciones de ERC y PDeCAT. Hemos entrado en un terreno de confusión, propiciado por la torpeza del Gobierno. No necesitamos relatores. Me preocupa mucho la degradación institucional. ¿Para qué necesitamos una mesa de partidos decidida por el Ejecutivo que no permite funcionar al Parlamento? ¿Para qué necesitamos un notario que certifique lo que se dice o los convoque cuando en el Parlamento catalán sobran los notarios, asesores jurídicos, gente que toma notas?”. El mensaje de González a Sánchez es claro: no sigas por ahí y resígnate a quedarte sin presupuestos.

Menos dramáticas que la declaración de un expresidente del Gobierno, pero para nada irrelevantes, la directora de Hora 25 de la Cadena SER, Ángels Barceló, acusaba al presidente Sánchez de “comprar los argumentos de los independentistas y de darles la razón cuando cuestionan las instituciones españoles y su grado de democracia”. Y todo por aceptar un diálogo en el que aparece esa figura aún confusa del relator/mediador: “No todo vale para aprobar los presupuestos”, decía Barceló dando aire a la idea de que Sánchez está poniendo en peligro a la democracia en su afán por mantenerse en Moncloa. Algo que Casado y Rivera llevaban meses repitiendo en el Congreso.

” Pedro Sánchez se parece a un boxeador sonado que se agarra a las cuerdas para no caer”.

Pero eso no era nada comparado con lo que diría Iñaki Gabilondo, al que no se le puede negar que ha sido fuente de inspiración para muchos votantes socialistas durante bastantes años, que calificó a Sánchez de “boxeador sonado que se agarra a las cuerdas para no caer”. A Gabilondo, toda esta especulación sobre un diálogo con con los catalanes le parecía “un gol de Torra por toda la escuadra”. 

Mientras estas declaraciones se producían, los barones socialistas no escondían su nerviosismo, incluidos los presidentes de Aragón y Asturias, Lombán y Javier Fernández, que vitorearon a Alfonso Guerra esta semana en una moción de censura particular enviada por el antiguo número dos del partido. No sólo desconfíaban de las negociaciones emprendidas por Moncloa, sino que deseaban fervientemente que resultasen un fracaso, prefiriendo llegar a las elecciones autonómicas y locales de mayo sin presupuestos y sin ningún tipo de acuerdo con ERC y PDeCAT.

“No estoy seguro de que Sánchez pueda hablar durante más de media hora sobre qué se puede hacer por España. Creo que se interesa mucho más por su partido que por el país”.
En la entrevista a la revista francesa Politique International, realizada en julio de 2018, el ex presidente lamenta que el PSOE “haya perdido su vocación mayoritaria” y admite que está “en crisis” y que ya no se le percibe por parte de los ciudadanos como “una fuerza de progreso capaz de defender y restaurar los derechos sociales”.

La audacia y la suerte han caracterizado la trayectoria política de Pedro Sánchez, más aun que esa resistencia que se autoatribuye en su libro “Manual de Resistencia”. Su comparecencia en la mañana del 15 de febrero ante los medios para anunciar la disolución de las cámaras acredita a una persona con extraordinaria autoestima; y los aplausos que le otorgaron sus ministros cuando regresó a la sala del consejo de ministro (oportunamente distribuida por los servicios de propaganda) evidencian un curioso culto a la personalidad del presidente Sánchez. Presidente de chiripa, por confluencia de circunstancias, y también presidente con un primer mandato efímero: ocho meses de ejercicio en una legislatura inconsistente y atrabiliaria que no ameritan aplausos. Pero desde hace años estamos en campaña electoral perpetua y todo suma, caiga la carta como caiga todo es bueno para el protagonista.

Llegar a la Moncloa mediante una moción de censura que pretendía despedir al anterior con la propuesta de convocar elecciones, no significa especial mérito, más allá del exitoso cálculo de que podía alcanzar una mayoría suficiente para llegar a la Moncloa, pero nada más, ni programa, ni acuerdos explícitos o tácitos… solo confluencia coyuntural de intereses que ha durado exactamente doscientos días.

El PSOE no tira la toalla con los PGE y dice que los cábalas sobre la fecha electoral “son fuegos de artificio” (Adriana Lastra, vicesecretaria general del PSOE, el 11 de febrero de 2019)

Por otra parte resulta curioso que las críticas a los adversarios, las justificaciones de la disolución y la culpabilidad la atribuya a la “Triple A”PP, C’s y Vox -, sin mencionar una sola  palabra a sus socios catalanes – ER y PDeCAT-, que son los que le encumbraron y los que le han tumbado.

La lista de méritos que se atribuye Sánchez resiste mal un análisis crítico, aunque él mismo llegase a afirmar sin sonrojarse que “ha hecho más en siete meses que los otros en ocho años”. Es obvio que se ha afanado en la práctica de que gobernar es gastar: ha repartido, ha gastado contra déficit, pero detrás no hay coherencia. Dice que uno de sus tres ejes de actuación es revitalizar las instituciones democráticas, pero ha practicado una descarada política clientelar, de amiguetes. Ninguna institución del Estado se ha fortalecido durante estos meses, ha debilitado y ninguneado al poder judicial, a los altos cuerpos del estado a los organismos independientes… Otro de los ejes de su política dice que han sido el empleo y el crecimiento, pero las expectativas de empleo y crecimiento van a menos, sin respuestas para mejorar la productividad y elevar el potencial de crecimiento.

“La primera medida que va a tomar el nuevo Gobierno socialista será aprobar unos Presupuestos sociales que buscarán cerrar la brecha de desigualdad y precariedad, la marca que llevaban las cuentas públicas de 2019 y que tumbaron esta semana PP y Ciudadanos y los independentistas”, a la vez que introducía una cuña de la ministra de Hacienda, María Jesús Montero:  “¡Menuda ministra de Hacienda tenemos!”, gritó, seguido de un aplauso del millar de militantes asistentes al acto.(Pedro Sánchez en Sevilla, el 16 de febrero)

La cuestión es que, veinticuatro horas después de anunciar la convocatoria de Elecciones Generales para el 28 de Abril, el mismo sábado se marchaba a Sevilla, el feudo que todavía dirige la andaluza Susana Díaz, donde la abstención había provocado que, por primera vez en casi cuarenta años, la “Triple A” – PP,C’s y Vox -, desalojara al PSOE del gobierno.

Como si iniciase el mismo camino que inició en Octubre de 2016, para recuperar la secretaria general del partido de la que se vio obligado a dimitir, después de unas semanas en que parecía que todo se rompía y que nada volvería a ser lo mismo, daba este sábado su primer mitin de campaña en Sevilla, en el que volvía a insistir en las medidas sociales del Presupuesto que le habían rechazado, y en las medidas sociales que implantará si gana, obviando el conflictivo contencioso de Cataluña, que le había forzado a convocar elecciones y a jugarse, de nuevo, todo a una sola carta, pero  convencido de que en el partido en esta ocasión, las cosas habían cambiado desde Octubre de 2016. De hecho  Pedro Sánchez y Susana Díaz se esforzaron por señalar que ambos tienen los mismos objetivos: “Quiero que todo el mundo sepa que estamos juntos y unidos”, señaló Sánchez.

“Por mi parte – escribe Sánchez en su “Manual de Resistencia”-  también las cosas han cambiado: el Partido Socialista ha tenido su propio proceso de madurez, culminado en las segundas primarias a las que yo me presenté. A partir de ahí, he sido un líder autónomo, que podía defender mi propio proyecto político, que era el proyecto de la militancia. Eso no significa hacer lo que a uno le dé la gana, todo lo contrario. He acometido los cambios necesarios, primero en nuestro partido, después en España, para implicar a los militantes y a la ciudadanía, para abrir la organización y las instituciones”.

En 1974, con Franco y su régimen aún vivos, los militantes encumbraron a Felipe González como secretario general, gracias al trabajo de zapa de Alfonso Guerra, que se convertiría en su fiel escudero. En aquel cónclave, cuatro años antes de que se aprobara la Constitución, los socialistas validaron una resolución en la que se hacía una defensa clara y decidida por el derecho a decidir en España: “La definitiva solución del problema de las nacionalidades que integran el Estado español parte indefectiblemente del pleno reconocimiento del derecho de autodeterminación de las mismas que comporta la facultad de que cada nacionalidad pueda determinar libremente las relaciones que va a mantener con el resto de los pueblos que integran el Estado español”. Una apuesta que no ha salido de los despachos de Ferraz desde que en 1979 se convirtió en la sede del PSOE

Esto le da poderes para casi todo pero, sobre todo, le da el inmenso poder para colocar a sus hombres y mujeres en las listas electorales, elaborar y seguir con los mismos planes que le ha costado la “traición de los independentistas” sobre la que girará toda la campaña de la oposición (la Traición a España, su Traición a España como insistían en la Plaza de Colón) y de la que él huirá para centrarse en la Agenda social, como ya se ha demostrado en los mítines de Sevilla y Mérida, aunque por mucho que quiera desviar la atención, no podrá huir de Cataluña porque es lo que le ha sentenciado, y en parte también sentenció  a Rajoy. No nos engañemos, ha sido el conflicto en Cataluña, donde casi la mitad de los votantes apoyan la independencia, el causante de todo y lo que condicionará la campaña electoral.

Desde mi punto de vista, el mayor error de Pedro Sánchez en su corta andadura como Presidente fue enredar con esta propuesta, y acceder a celebrar conversaciones entre partidos en Cataluña con un “relator” externo. Eso no fue suficiente para los independentistas, pero la oposición lo interpretó como una concesión a la reivindicación histórica del movimiento independentista de “internacionalizar” el conflicto catalán, con el derecho a esa autodeterminación que en su día, cuando no era pecado, defendiera el mismísimo PSOE para todos los pueblos de España. Por cierto, ¿ dónde votará la momia de Franco ? ¿ en la abadía del Valle de los Caídos ? ¿ en la cripta de la catedral de la Almudena? ¿ en un cementerio de la capital de España ? Para el caso de que el gobierno no lleve a cabo la exhumación de los restos, incurrirá en un incumplimiento tan grave como pertinaz ha sido su deseo de conseguirlo.

En fin, los análisis y las encuestas electorales interesadas han comenzando a prodigarse por los distintos medios de comunicación, pero pienso que será mucho mejor esperar a la verdadera encuesta  que saldrá de las urnas el próximo 28 de abril.

ANTON SAAVEDRA

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

EL HUNDIMIENTO DEL PSOE: VIGÉSIMA OCTAVA PARTE.

$
0
0

Irene Lozano, Secretaria de Estado para la España Global en el gobierno de Pedro Sánchez.

“Yo hice el libro, pero el autor es el presidente”

(Irene Lozano, secretaria de Estado para la España Global en “El Periódico”, el 19 de febrero de 2019)

“Lo que he trasladado es mi verdad”. Esa fue la frase repetida en varias ocasiones por Pedro Sánchez el pasado jueves, 21 de febrero de 2019, durante la presentación de su “Manuel de Resistencia” en el Hotel Intercontinental de Madrid. Su “verdad”. Su versión de los hechos, de lo vivido, lo sentido y lo decidido en sus más de cuatro años en la primera línea de la política. Su “verdad”, la suya y la de los suyos. No “la verdad” absoluta que, lógicamente, comprende más aristas y matices.

Sin embargo, su relato contrasta radicalmente con la narración que hacían y hacen algunos de los protagonistas de su libro “Manual de resistencia”, escrito a “cuatro manos” con la exdiputada de UPyD y actual secretaria de Estado para la España Global, Irene Lozano: “Es falso lo que dice”, “no es así”, “no se ajusta a la realidad”, comentan algunos de los protagonistas aludidos y que también sostienen su “verdad”. La realidad es que, una vez leído, el mismo no cuenta nada que no se conociera ya, aunque tiene el interés de ser una crónica realizada por un presidente de gobierno en primera persona, pero que nadie se alarme cuando el próximo año se conceda el Nobel de Literatura y no aparezca premiado el “Manual de resistencia” de Pedro Sánchez. De hecho, nadie recordará esta obra el próximo año. Ni siquiera el próximo mes. Pasado el fogonazo del ostentoso lanzamiento y la estentórea presentación, solo quedará el material del que está hecha: humo.

Pedro Sánchez en la presentación de su Manual de Resistencia, el 21 de febrero de 2019

Con los periodistas Jesús Calleja y Mercedes Milá como encargados de conducir la presentación, el canal 24 horas de TVE ha emitido 83 minutos de la presentación del libro publicado por el presidente del Gobierno. Casi hora y media en directo en un canal público para promocionar un libro que Pedro Sánchez ha publicado como presidente del Gobierno del que se desconoce la cantidad que ha cobrado por ello, pero del que sí se sabe que la escribana fue la tal Irene Lozano, hoy por hoy responsable de España Global con cargo de secretaria de Estado con un sueldo de 146.000 euros.

La colección de estampas promocionales que el Sánchez de las gafas de puto amo puso a circular nada más pisar Moncloa ha derivado a algo más delirante y falto de sentido del ridículo: la consagración de un culto onanista que ha encargado un texto fundacional que tendrá que ser sometido a lectura ininterrumpida en las escuelas socialdemócratas. El evangelio según Pedro, hacedor de todas las cosas, hombre providencial que, como Ignatius, solo ve en la vida necios conjurados contra él. Bardo de sí mismo, el presidente se toca la lira ante el incendio como en una parodia de la degeneración de los emperadores chiflados. Qué tragaderas tienen sus aduladores y sus escritores fantasma, sea dicho de paso.

Público asistente a la presentación del libro del presidente del gobierno, Pedro Sanchez, el 21 de febrero de 2019 en el Hotel Intercontinental de Madrid, cpn presencia de ministros y altos cargos del gobierno y del PSOE…

Sin lugar a ninguna duda, uno de los pasajes que, en absoluto responde a la “verdad” es su reconstrucción de las primarias de 2014, aquellas primarias que él ganó gracias al apoyo fundamental de Susana Díaz y de la movilización de los aparatos a su favor.

Por entonces, Pedro Sánchez era un completo desconocido para la opinión pública. Licenciado en Económicas y Empresariales por la Complutense de Madrid, aunque realizó los estudios en el Real Centro Universitario Escorial María Cristina de carácter privado, cursaría un master en Política Económica de la Unión Europea por la Universidad Libre de Bruselas, comenzando a trabajar en el Parlamento Europeo como secretario de Bárbara Dührkop, viuda del senador del PSOE Enrique Casas, asesinado por ETA, donde conoció a Oscar López, también joven asesor del Grupo Socialista.

Los contactos que abrió en Bruselas le servirían para ocupar durante unos meses el gabinete de Carlos Westendorp, alto representante de Naciones Unidas en Bosnia durante la guerra de Kosovo, y ya, en el año 2000 tendría la ocasión de asistir como delegado al XXXV Congreso del PSOE, cuando Zapatero venció por sorpresa a José Bono, donde su amigo Oscar López fue integrándolo en el equipo del secretario de Organización, José Blanco, un hombre clave para el futuro político de Pedro Sánchez.

Jesús Calleja, Pedro Sánchez y Mercedes Milá en la presentación de Manual de Resistencia en el Hotel Intercontinental de Madrid, el 21 de febrero de 2019

La misma noche electoral del año 2000 quedaría constituida, en casa de Miguel Sebastián, que entonces trabajaba en el Servicio de Estudios del Banco Bilbao Vizcaya, un grupo de economistas dispuestos a aportar análisis e informes para la reconstrucción del proyecto socialista que se autodenominarían como Grupo Hazaña, cuyo enlace con la ejecutiva federal del PSOE era su secretario de política económica Jordi Sevilla, hombre muy poco fiable para Pepiño Blanco, hasta el punto de que éste empezó a enviar a las reuniones al joven economista que acababa de aterrizar en Ferraz, Pedro Sánchez, quien mostraba una gran disposición a la hora de asumir cualquier encargo.

Durante la precampaña y campaña electoral de 2004, Miguel Sebastián y Pedro Sánchez acuden a decenas de actos por toda España, casi siempre a bordo de un turismo conducido por Sánchez, que no ha logrado el acta de concejal en la lista encabezada por Trinidad Jiménez en 2003 a la alcaldía de Madrid, aunque la obtendría un año más tarde gracias a la renuncia de dos concejales del PSOE. Tras la victoria del PSOE en las elecciones generales de 2004, Sebastián rechazaría una cartera de ministro, aceptando la dirección de la Oficina Económica de la Presidencia del Gobierno, ofreciéndole un puesto a Sánchez, pero éste prefirió seguir como concejal en el Ayuntamiento, siendo uno de sus representantes en Caja Madrid, y trabajando en Ferraz con la vista puesta en su objetivo: “Quiero ser diputado”.

Dos exsecretarios de organización fueron hombres de la máxima confianza de Pedro Sánchez en su primera etapa en Ferraz, pero ahora los ha borrado. Ni César Luena, ni Óscar López, pero tampoco José Blanco, su padre político, formarán parte del Comité Federal del PSOE.

Así se llega a las elecciones generales de 2008, cuando Pepiño Blanco lo incluye en la candidatura de Madrid al Congreso de los Diputados, después de haberse apuntado a los cursos de oratoria y gestualidad que imparte el cineasta José Luis García Sánchez, marido de Rosa León, aunque tampoco le sirvieron para alcanzar el escaño, teniendo que esperar hasta setiembre de 2009 para ocupar el escaño vacante de Pedro Solbes. Ya el año 2011, siendo candidato a la presidencia del gobierno Alfredo Pérez Rubalcaba, Sánchez se quedaría sin escaño al ir en la lista de Madrid con el puesto número once y obtener el PSOE diez diputados, aunque de nuevo el azar le facilitaba volver al Congreso en enero de 2013, tras la renuncia de Cristina Narbona, propuesta por el PSOE para el Consejo de Seguridad Nuclear.

“Este chico no vale, pero nos vale”

De nuevo diputado, su tesis doctoral, realizada de forma tan oscura como atropellada, tal y como se habla en otro capítulo de esta serie, quedaría convertida en un libro que se presentaría en Madrid el 11 de diciembre de 2013, con el título “La nueva diplomacia económica española” y rodeado de dirigentes del PSOE como Ramón Jáuregui, Trinidad Jiménez, Pepiño Blanco y Elena Valenciano. En realidad, aquella presentación multitudinaria respondía más a su lanzamiento como un posible candidato que al de una propuesta original para la reflexión socialdemócrata abierta en España y en toda Europa.

Lo cierto es que el 13 de julio del año 2014, después de recorrer agrupaciones del PSOE en media España conduciendo su Vanette, durmiendo en casa de militantes, pero sobre todo ofreciéndose como adversario de Madina al servicio de Susana Díaz y con la promesa de no “matar” a otros barones, Pedro Sánchez obtenía el respaldo de la militancia al cosechar en las primarias internas el 49 por ciento de los votos, frente al 36 por ciento de apoyos para Eduardo Madina y el 15 por ciento para el socialista granadino José Antonio Pérez Tapias, celebrándose seguidamente un congreso extraordinario que sería presidido por la andaluza Susana Díaz quien, después de leer los resultados de la consulta del 13 de julio a la militancia, declaraba ganador a Pedro Sánchez.

Fuentes de la dirección consultadas por la Cadena SER apuntan a que la imagen de Tomás Gómez y la del partido en Madrid se estaba deteriorando en los últimos meses por culpa de casos como el tranvía de Parla. Todo a ello a tres meses de unas elecciones en las que el PSOE tiene que salir a ganar y por eso se ha tomado esta decisión “dolorosa y tajante”.

De esta manera se alcanzaban los objetivos fijados en la reunión secreta del 19 de junio, celebrada en el Hotel AC de Pozuelo de Alarcón con la participación de José Luis Rodríguez Zapatero, Susana Díaz, Tomás Gómez, Ximo Puig y Pedro Sánchez, donde se adquiría el compromiso de recabar los avales en las federaciones más potentes como eran Andalucía, Valencia y Madrid para frenar el lanzamiento de Madina. Como diría Susana Díaz ante dos de los reunidos, cuando salían de la reunión: “Este chico no vale, pero nos vale”. Una reflexión, de la que tampoco aquel chico siempre dispuesto a realizar los recados políticos de sus mayores, habla en su “Manual de resistencia” pero que, sin embargo, resulta clave para entender lo que ocurre a partir de entonces. Por cierto, la primera medida que adoptó Pedro Sánchez nada más ocupar el sillón de Ferraz fue cargarse fulminantemente al secretario general del PSOE madrileño, Tomás Gómez, acusándole de corrupción en su ayuntamiento de la localidad madrileña de Parla, a pesar de que uno de los mandamientos de la reunión secreta era el de “no matar” a ninguno de los presentes en la misma.

El libro no entra en los detalles más escabrosos de su primer mandato. Pudiendo ser verdad todo lo que está recogido en el libro, sin embargo no todo lo que ha sucedido se recoge en el mismo, ni mucho menos se recoge como ocurrieron ciertos acontecimientos, caso concreto del proceso de primarias comentado. Eso sí, deja muy claro quién ha ganado en el PSOE.

Mariano Rajoy y Pedro Sánchez dejaronclaro que no piensan titubear a la hora de volver a poner en marcha el artículo 155 de la Constitución. El presidente del Gobierno y el líder socialista se reunieron durante 45 minutos en la Moncloa y de allí salieron con un acuerdo que incluye el compromiso de volver a intervenir si el nuevo ‘president’, Quim Torra, reabre la vía unilateral, como dio a entender en el debate de investidura. Sánchez advirtió de que la respuesta sería “serena” y “contundente”.

En la presentación de su libro, el todavía presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, ha dicho que antes de su reelección el PSOE «corría el riesgo de quedarse anclado un pasado y representar a una sociedad que ya no era», a la vez que lanzaba un duro mensaje hacia los antiguos dirigentes del partido que “fueron referentes de una sociedad española que ya no lo es”, asegurando que el PSOE “tras salir del gobierno después de 2011 adolecía de una dirección política fuerte”. Las palabras más amables del acto fueron para Mariano Rajoy, cuando aseguraba que «Cataluña nos unió», llegando incluso a afirmar que en aquella persona a la que en 2015 llamó indecente lo que vio en las negociaciones en torno al artículo 155 de la Constitución fue «un enorme sentido de Estado del cual aprendí yo también»: «El 155 perpetuo es inconstitucional y contraviene algo que decía Rajoy y yo compartía y es que la respuesta tenía que ser proporcional».

De lo que no cabe duda alguna es que, o bien su escribana, la escritora, periodista y política Irene Lozano, toda una licenciada en lingüística y diplomada en filosofía por el Birkbeck College de la Universidad de Londres, o bien el doctor por la Universidad Camilo José Cela, Pedro Sánchez, o ambos a la vez, no dicen la verdad cuando, en el capítulo seis del “Manual de resistencia” vuelven a patinar culturalmente en una cita, tras confundir en la página 48 a San Juan de la Cruz con Fray Luis de León al respecto de la frase “Como decíamos ayer…”.

En la página 140, Sánchez se refiere a su relación naciente con Pablo Iglesias. “Por encima de todos los obstáculos, era consciente de que nuestras responsabilidades respectivas nos obligaban a tratar de construir una relación personal, y, como dijo Einstein, solo hay una forma de saber si puedes confiar en una persona: confiar”. El científico jamás verbalizó esa frase acerca de la confianza, pero se le atribuye tradicionalmente otra: “Aquel que es descuidado con la verdad en asuntos pequeños, no puede ser confiable en asuntos importantes”.

En efecto, fue Ernest Hemingway quien dijo la cita que Sánchez atribuye a Einstein, aunque también ha sido contaminada y modificada popularmente: en realidad, la frase correcta es “la manera de hacer que las personas sean dignas de confianza es confiar en ellas”, tal y como puede leerse en el libro Ernest Hemingway Selected Letters 1917-1961, editado por Carlos Baker, que está basada en la correspondencia que fue encontrada en la casa del escritor en Cuba, después de su muerte, en una carta dirigida a Dorothy Connable donde Hemingway la advierte sobre un sujeto llamado Charles Fenton: “Él es de los que piensan que la literatura histórica o el secreto de la escritura creativa se encuentra en las listas de la lavandería. Por favor, no cooperes con él de ninguna manera. Él ha estado invadiendo mi privacidad durante dos años (…) Dorothy, es algo miserable que haya gente escribiendo sobre tu vida privada mientras tú todavía estás vivo. He intentado detenerlo todo, pero ha habido muchos abusos por parte de personas en las que confié. Aunque no se puede dejar de confiar, he aprendido a ser un poco cuidadoso. La forma de hacer que las personas sean dignas de tu confianza es confiar en ellas”.

Manda güevos con la primera decisión de un presidente del gobierno en España...

Mención aparte merece su mención a la primera decisión que adoptó nada más llegar a la Moncloa: cambiar el colchón de su cama. Algo obvio, tras asentarse en su nueva vivienda, pero que queda reflejado en el libro, en la primera página. “La primera decisión de un presidente del Gobierno suele ser crucial”, argumenta antes de explicar que ambos, el y su mujer Begoña, decidieron “renovar el colchón de la cama de matrimonio” y pintar su habitación del Palacio de La Moncloa. “Decidimos no cambiar nada más, salvo colchón y pintura, por razones que entiende cualquiera que haya vivido en un piso amueblado”, explica el presidente antes de acudir a la frase hecha “dos que duermen en el mismo colchón acaban siendo de la misma opinión”, dice Sánchez. ¡¡¡ Como si no hubieran tenido exactamente la misma opinión, no solo cuando el artículo 155 de la Constitución que él mismo comenta en el libro, por no hablar del artículo 135 de la misma Constitución que impuso el austericidio para rescatar a la banca, o cuando transformó aquel “NO ES NO” en el “NO ES SI” para que gobernara la organización criminal del PP dirigida por Mariano Rajoy…!!!

Sea de una manera u otra, la verdad es que el libro de Pedro Sánchez no ha dejado indiferente a nadie, y menos en Zarzuela, cuando el mismísimo presidente del Gobierno usa a Felipe VI para enaltecerse en su autobiografía, revelando detalles y conversaciones que ha mantenido con el Monarca. La osadía de Sánchez en su Manual de resistencia no tiene límites, rompiendo con todas las normas básicas de la relación de un presidente de Gobierno con la Corona desvelando el contenido de los encuentros que mantuvo con Felipe VI, llegando a afirmar: “Nos reconocimos mutuamente como las personas que íbamos a sacar del país del riesgo del bloqueo”. Incluso añade el interés que llegó a tener la Reina en contactar con él poco después de convertirse en el líder del PSOE. “La Reina Letizia se acercó a saludarme; ella estudió en el Instituto Ramiro de Maeztu, como yo, y quería conocerme personalmente”.

“Nos reconocimos mutuamente como las personas que íbamos a sacar del país del riesgo del bloqueo”

Más sorprendente aún resulta cómo el líder del PSOE cuenta con pelos y señales sus contactos con el Rey en las rondas que el monarca mantuvo con los líderes de los distintos partidos para conseguir una investidura tras las elecciones de diciembre de 2015, cuando tras la renuncia de Rajoy, Sánchez decidió postularse para ser presidente del Gobierno. En las páginas del folleto publicado explica cómo Felipe VI le contó que Pablo Iglesias iba a proponerle formar Gobierno. “Por extraño que parezca, fue el Rey quien me desgranó la propuesta de Iglesias, que quería formar un Gobierno de coalición conmigo”, cuenta en el libro.

Pero va mucho más allá al revelar que el Rey le llamó esa misma noche preocupado porque la situación en la que quedaba el país era de bloqueo absoluto” y, además, “endosaba a la Corona la resolución de un escenario muy complejo”. “Pero lo peor es que sale él como salvador del Rey, como si el que le tranquilizara y tomara las riendas del asunto fuera Sánchez: No se preocupe, señor, los socialistas vamos a asumir nuestra responsabilidad”. “Le di mi palabra de desbloquear las instituciones y él me lo agradeció muy sinceramente”. “El Rey estaba tan decidido como yo a romper el bloqueo institucional en que nos situaba”. “En aquellos días intensos, don Felipe y yo tuvimos la oportunidad de conocernos de verdad, en lo más personal, en una situación que ninguno de los dos buscábamos ni esperábamos, y en la que nos colocó la irresponsabilidad de otros”, escribe Sánchez con la colaboración de Irene Lozano, la secretaria de Estado para la España Global y amanuense del libro.

Pedro Sánchez y su esposa Begoña se colocaron en la fila de besamanos tras saludar a los monarcas y empezaron a saludar a los políticos junto a los que habían llegado.

Más allá del potencial de chistes que ofrece tanta inanidad que alguien decidió que debía ser materia de exégesis por parte de los españoles, resulta grave, en un supuesto estadista europeo, cierta indiscreción que recuerda la de aquellos que presumen en los bares de sus hazañas sexuales. Especialmente la referida al Rey Borbón y Jefe del Estado Español por la Gracia de Dios y el generalísimo Franco, a quien ahora se puede uno imaginar preguntando a Sánchez “¿Adónde vas?” después de verlo ponerse la chaqueta tan rápido como se vistió el torero después de acostarse con Ava Gardner: “¿Adónde voy a ir? ¡A contarlo!”.

Sánchez usa al Monarca como coartada, como si éste le hubiera hecho un encargo, casi el cumplimiento de un destino histórico, que admitiría comparaciones con el que Juan Carlos hizo a Suárez para que resolviera la Transición. Pero aquí hay un matiz muy revelador de las cosas que ve Sánchez el guapo, el que logra que una reina trote por los corredores como una groupie para conocerlo, cuando contempla su reflejo en el estanque: la figura gregaria, el personaje secundario en la forja del porvenir español, es el Rey. Al Rey, pobre hombre atribulado, superado por las circunstancias, logra calmarlo nuestro presidente al teléfono con sólo decirle: “Yo me encargo”.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

A NUESTRO AMIGO LUISMA

$
0
0

Cuadro entregado a Luisma por sus amigos en La Barraca de Langreo, el 12 de abril de 2019

Querido amigo Luisma:

Ha llegado el momento de dirigirte unas palabras, tal y como nos ha exigido el compañero Joaquín Manasé que, como sabéis, no puede estar presente físicamente entre nosotros debido a unas dolencias que le obligaron a ingresar en el HUCA. Llega el momento de decirte unas palabras; a tí, compañero, que tanto las aprecias, por saber cúal es su valor. Y las pronunciaré en nombre de todos los aquí reunidos, conociendo desde la niñez a quien van dirigidas.

A tí, compañero y amigo Luisma, te conocemos y reconocemos como quién eres, desde el núcleo de tí mismo, para todos nosotros. Y nuestras miradas encuentran la imagen de una persona entregada a su familia, a sus amigos, a todas aquellas personas que le necesitan; de una persona serena a conciencia, inteligente y afectuosa; de alguien que es, en el buen sentido de la palabra, dicho machadianamente, bueno: un paisano de una sola pieza, criado en aquella barriada tan cercana de aquellos altos hornos del acero y de aquellas minas del carbón que tanto contribuyeron al progreso de España y sus habitantes. Así te reconocemos. Los defectos que tengas, ésos los pones en tu cuenta privada; pues no son relevantes en el espejo donde tu imagen se refleja para todos nosotros.

Amigos de Luisma en La Barraca, el 12 de abril de 2019

Los avatares de la vida son los que cincelan la persona que somos, los que van puliendo nuestra personalidad más allá de los personajes que en algún momento toca representar en este gran teatro del mundo. El que sería un relato pormenorarizado de tus trabajos y tus días nos ofrecería una semblanza completa del Luisma que conocemos, del Luisma que queremos. Pero no existe en la vida un relato completo, ni siquiera el que pueda hacer uno de si mismo; ninguna biografía está cerrada, en nuestro caso, en el caso de nuestro amigo todavía queda mucha, muchísima tela que cortar. Podemos destacar, eso sí, las pinceladas con qué dibujar el cuadro de nuestras vidas. Y en ellas reconocer los trazos de los principales acontecimientos que las troquelan.

Escribimos y reescribimos nuestras historias desde el momento en que estamos, volviendo la vida atrás, reordenando las piezas del puzzle biográfico de cada cual. Tú, amigo Luisma, has pasado por uno de esos momentos cruciales en los que el vivir se convierte en un caminar por la arista de la existencia cobrando plena conciencia de lo que está en juego –  hablo por mi propia experiencia por haberlo sufrido en mis propias carnes – y estoy seguro que todo los has visto bajo una nueva luz, desde ángulos que nos eran desconocidos. También nosotros te vemos con otro enfoque y éste nos lleva a conocerte mejor y a quererte mucho más de lo que te queremos.

Desde tu niñez en la barriada de Lada hasta el mismo día de hoy has mantenido tus compromisos fielmente, allí donde la vida te ha ido llevando; vida futbolística, trabajo en los barrios, militancia socialista y, como no, estas reuniones que nos preparas para que la amistad ocupe siempre un lugar de preferencia en nuestros objetivos.

Luisma revisando los nombres de todos los compañeros que firmamos en el reverso del cuadro que le regalamos, el 12 de abril de 2019

Tú mejor compañía bien sabemos cual ha sido y es: la de la mujer de tus sueños y desvelos, tu mar, tu patria, tu territorio decisivo. Y es esa compañía, a la vez nutrida con la de vuestras hijas y vuestras nietas, la que ha sido tu más fuerte soporte en el ir y venir por el laberinto de una vida militante. En ella tú corazón ha estado abierto a todo y a todos, con sensibilidad desbordada, con sentir sin límites. Has sentido como propio todo sufrimiento humano del que tuvieras y tienes noticia, te sigues indignando con cuantas situaciones de violencia y humillación que llegan a tus oídos.

Gracias, muchas gracias, compañero y amigo Luisma, por darnos razón de tu esperanza. Gracias, muchas gracias, por tu hacer y por tu decir. Yo, cuando sea mayor, también quiero ser como tú.

Viewing all 506 articles
Browse latest View live