La memoria de los pueblos se constituye a partir del recuerdo de sucesos, esencialmente de aquellos que marcan etapas de sus historias. Sin embargo, refiriéndonos al CENTENARIO DEL SOMA-UGT (1910-2010), el significado de su memoria plasmada en lujosos libros editados, no siempre reflejan los registros históricos de lo que sucedió ni se corresponden a la verdad de los hechos, al reflejar parcializaciones, olvidos o incluso la historización de muchos aspectos (hacerlas pasar como historia) que nunca ocurrieron provocando significaciones diferentes entre las personas y los colectivos. Así, por ejemplo, al igual que se investiga por parte de la Fiscalía Especial contra la Corrupción y el Crimen Organizado la fortuna millonaria del líder minero del PSOE en Asturias, JOSÉ ÁNGEL FERNÁNDEZ VILLA, nunca jamás se clarificaron las cuentas del dinero procedente del “Asalto al Banco de España en Oviedo”, que permanecieron bajo el férreo control de los dirigentes somáticos AMADOR FERNÁNDEZ “AMADORIN” y BELARMINO TOMÁS.
En efecto, el 9 de octubre de 1934 era volada con dinamita la caja del BANCO DE ESPAÑA en Oviedo, llevándose catorce millones cuatrocientas veinticinco mil con sesenta céntimos pesetas de la época – unos 4.500 millones de euros en la actualidad – y se dejaron en un armario abierto que estaba en un pasillo, destinado a impresos para el público, cuatro millones trece mil pesetas, según el acta levantada el 14 de octubre de 1934 por el notario JUAN PLATAS, en presencia de los consejeros del banco IGNACIO HERRERO de COLLANTES, marqués de ALEDO; LUIS VERETERRA y POLO, y el abogado RAMON GONZALEZ.
Después de varias detenciones y torturas llevadas a cabo por los hombres del “chacal de la benemérita” LISARDO DOVAL, las fuerzas represoras habían conseguido recuperar una cantidad en torno a los CUATRO MILLONES DE PESETAS del total del dinero socializado. Si a ello sumamos la cantidad de 500.000 pesetas robadas por el dirigente socialista del SOMA-UGT, HERMINIO VALLINA, que huyó con el dinero para Argentina, otro MEDIO MILLON DE PESETAS robado de la sede parisina en la avenida Mac Mahón , perteneciente al comité en el exilio, por un supuesto miembro del Partido Comunista Belga, y a ello le añadimos las CUATROCIENTAS MIL PESETAS quemadas porque su numeración había sido anulada por el banco, estamos hablando de una cantidad en torno a los NUEVE MILLONES Y MEDIO DE PESETAS que nadie ha justificado al día de hoy.
Hasta la fecha, se sabe que una cantidad en torno a las 700.000 pesetas fue entregada por el padre del actual presidente del PSOE gijonés, MARCELO GARCIA SUÁREZ, al vallisoletano BELARMINO TOMÁS, según recibo encontrado por su hermano ARCADIO GARCIA en un viejo desván, siempre según la versión escrita, aunque nunca documentada, del propio MARCELO. Muy recientemente, el historiador ERNESTO BURGOS, nos informa de otras 450.000 pesetas procedentes del mismo robo que fueron entregadas en Sama de Langreo por el dirigente comunista del comité revolucionario de Sotrondio, POLO BARRAL, a una tal PILAR GONZALEZ PASTOR para que ésta se lo entregase a un individuo llamado ANTONIO FERNÁNDEZ en la estación del Norte de Madrid, como así ocurrió el 11 de setiembre de 1935, marchándose el sujeto con el dinero para Francia vía Barcelona. Por otra parte, existe constancia documentada de una cantidad de CINCO MILLONES DE PESETAS depositadas muy secretamente en BRUSELAS después de haber pasado por París, los cuales fueron administrados tan secretamente por AMADOR FERNANDEZ “AMADORIN” y BELARMINO TOMAS que casi nadie en el SOMA-UGT-PSOE sabía de su existencia. Al final, lo único que ha quedado claro es que el dinero de aquella voladura de la caja fuerte del Banco de España voló de forma muy misteriosa hacia tierras lejanas, por lo menos hasta México y sus alrededores.
Con los mismos libros publicados sobre el centenario somático, llama muy poderosamente la atención el olvido sobre la más que vergonzante colaboración del SOMA-UGT con la dictadura surgida del golpe militar del capitán general de Cataluña MIGUEL PRIMO DE RIVERA (13/09/1923-28/01/1930), decidido por el mismísimo rey de España ALFONSO XIII, con suspensión de la constitución, disolución de los ayuntamientos, prohibición de los partidos políticos, y creación de los somatenes como milicias urbanas, a la vez que se declaraba el estado de guerra. Sin embargo, con fecha 24 de marzo de 1925, el Subsecretario de Gobernación enviaba a los Gobernadores Civiles – casi todos ellos militares – la circular número 128, en la que decía: “Por encargo del señor presidente del Directorio encarezco a ustedes no se creen dificultades a las corporaciones o asociaciones de carácter socialistas, teniendo en cuenta que la política del Directorio no ha sido en ningún modo la de perseguirles o impedir su funcionamiento y el ejercicio de sus derechos…” (Archivo Histórico Nacional, leg. 58, exp. 34).
Tal y como nos deja escrito y documentado el periodista y escritor republicano asturiano ANTONIO OLIVEROS (director del diario democrático independiente EL NOROESTE) en su libro “ASTURIAS EN EL RESURGIMIENTO ESPAÑOL” (Gijón, 1935, página 241), “… las masas obreras mineras habían sido sometidas en tal grado a una brutal explotación de sus energías, con la complicidad de los dirigentes socialistas del Sindicato Minero de Asturias (…) me indignaba ver desfilar en Gijón la caravana triunfante que seguía a PRIMO DE RIVERA, con las secciones sindicales del SOMA llevando sus banderas y pancartas desplegadas (…) repugnancia me producía ver aquellos célebres plebiscitos de supuesta opinión pública que se organizaba el dictador a sí mismo con la cooperación de los afiliados somáticos que acudían, como borregos, a votar a sus propias cadenas (…) pero lo que más me exasperaba, hasta ponerme fuera de mí, era que esos directores socialistas se convirtiesen en verdugos de los infelices obreros al entregarles, atados a la voluntad, a la rapacidad explotadora de las empresas hulleras, sin perjuicio de hacerles creer que defendían sus intereses y derechos, hasta que esos dirigentes del SOMA, de total acuerdo con la Asociación Patronal Minera y con el dictador PRIMO DE RIVERA, infligiesen a los obreros de las minas de Asturias el inaudito atropello de arrebatarles su conquista de la jornada de SIETE HORAS, en cuya concesión había colaborado EL NOROESTE con encendido entusiasmo, ni que lanzasen a la calle a más de SEIS MIL mineros, de los que la mitad tuvieron que emigrar a Francia, ni que se aviniesen a una rebaja de sus miserables salarios…”.
Otro de los “olvidos” somáticos en la celebración de sus cien años de edad y sesenta de actividad – el SOMA-UGT estuvo hibernado durante la dictadura franquista, salvo cuatro acciones esporádicas y personales en las huelgas asturianas de los años 1962 y 63, o el uso de sus siglas que servían para canalizar el dinero procedente de las organizaciones internacionales para el PSOE-UGT en el exilio, tales como la CIOLS o la Internacional de Mineros – es el referido al permanente enfrentamiento y división de los trabajadores en la primera etapa de su vida (1910-1936), como consecuencia de su más que descarado colaboracionismo con la patronal y con la dictadura del general PRIMO DE RIVERA.
En efecto, corría el año 1919 cuando la lucha de los mineros había arrancado la jornada de siete horas para los trabajos de interior y el SOMA era reconocido por la patronal como representante legítimo de los mineros para iniciar su colaboración con los patronos pidiendo “ayudas y subvenciones al gobierno para una minería agredida por el dumping de los carbones ingleses que trataban de aplastar nuestros carbones”. Incluso en la gran concentración organizada por el SOMA en la plaza de toros de Oviedo, los patronos distribuían gratuitamente los billetes de ida y vuelta en los ferrocarriles que llegaban a la capital asturiana, cediendo el gobierno con la concesión a los patronos de una ayuda económica, de las que 25 céntimos por tonelada de carbón acabarían en la tesorería del SOMA para ser destinadas al Orfanato Minero de reciente creación.
Desde su afiliación en el SOMA, los mineros comunistas hacía tiempo que venían movilizándose para reivindicar mejoras salariales y condiciones de trabajo dignas, de tal manera que cuando fueron expulsados del sindicato socialista pasaron a incrementar su actividad enfrentándose a sus antiguos compañeros del SOMA, que bajo la dirección de MANUEL LLANEZA mantenía una actitud reformista y colaboracionista que se incrementaría descaradamente durante la dictadura primorriverista, lo que no solo iba debilitando gravemente el movimiento obrero, sino que daría origen del nacimiento en La Felguera del Sindicato Único de Obreros Mineros de Asturias (SUM), en noviembre de 1922, de tal manera que la afiliación somática bajaría de los 24.551 miembros que tenía en 1920 hasta los 5.998 inscritos en su congreso de 1928.
Apenas creado el SUM, al contrario de lo que ocurría con el “gubernamental” sindicato socialista, éste tendría que pasar a la clandestinidad, siendo clausurados todos sus locales, teniendo que hacer sus reuniones en los “castañeos”, y sufriendo sus mejores hombres todo tipo de represiones y encarcelamientos, como CRÍSPULO GUTIERREZ, MATÍAS SUAREZ FIERRO, JOSE CALLEJA, ELEUTERIO QUINTANILLA, JOSE MANUEL MARTINEZ o AVELINO MARTINEZ, en algunas ocasiones teniendo que soportar a los propios excompañeros somáticos que no actuaban sino a modo de vulgares somatenes (EL NOROESTE, 4 de junio de 1931), aunque, a pesar de todos estos ataques, mostrarían su fuerza cuando en las elecciones de marzo de 1930 para la representación obrera en la dirección del Orfanato Minero, los afiliados del SUM, PRIETO MARTINEZ e IGLESIAS CUEVAS, lograban en Mieres mayor número de votos que los dirigentes mineros del PSOE, AMADOR FERNÁNDEZ y BELARMINO TOMÁS, venciendo muy holgadamente en el valle de Turón.
Siguiendo con las hazañas bélicas plasmadas en el papel couché, en enero de 1926 se iba a producir un hecho que marcaría todo un hito en la historia del SOMA: la cacareada autogestión de la Mina San Vicente. Me refiero a la empresa Carbones de San Vicente, en el concejo de San Martín del Rey Aurelio, propiedad de VÍCTOR FELGUEROSO FIGAR, la cual venía atravesando una crítica situación, al borde de la ruina, con numerosas deudas y los salarios de los mineros sin abonar durante varios meses, de tal manera que sería el propio SOMA quien haría un préstamo de 95.000 pesetas al patrón, a cambio de un número de acciones y obligaciones, pero el tal FELGUEROSO huyó con el dinero, lo que hizo aflorar un extraño acuerdo entre los militares golpistas que defendían los intereses de los poderosos y los dirigentes sindicales somáticos que hablaban en sus resoluciones congresuales de la nacionalización del sector minero.
En efecto, el Directorio Militar de PRIMO DE RIVERA no tuvo ningún inconveniente en apoyar aquel ensayo de nacionalización y concedió al sindicato un anticipo reintegrable para paliar la deuda de 625.149 pesetas, además de adquirir el compromiso de hacerse cargo del total de la producción extraída con destino a los barcos de la Marina. Desde aquel momento, con la producción vendida de antemano – 4.000 toneladas mensuales – la mina quedaría convertida en la niña mimada del socialismo asturiano, con AMADOR FERNÁNDEZ “AMADORIN” como gerente y BELARMINO TOMÁS como director, a la vez que otros destacados dirigentes somáticos ocupaban los puestos de mayor responsabilidad, y aunque de cara al exterior parecía que nadie turbaba aquella aparente tranquilidad, el conflicto en el tajo se reproducía permanentemente entre los trabajadores que reclamaban mejores condiciones laborales, hasta que uno de aquellos enfrentamientos acabó en tragedia.
El minero de 28 años RAMÓN GUTIERREZ había sido despedido por publicar un artículo en el periódico “LA ANTORCHA” donde acusaba al vigilante minero somático, JOSÉ IGLESIAS “PEPÓN DE CLAUDIA”, de ser un “negrero” con los trabajadores que tenía a su cargo, teniendo que ganarse la vida con la apertura de un pequeño “chigre” en la localidad langreana de Ciaño, que se vería boicoteado y abocado al fracaso, y pensando que detrás de todos su males estaba la mano de BELARMINO TOMÁS, decidió tomarse la justicia por su cuenta. Así, con fecha 19 de noviembre de 1927, entraría en las oficinas de la mina donde estaban reunidos “PEPÓN DE CLAUDIA”, BELARMINO TOMÁS y el capataz minero LEOPOLDO FERNÁNDEZ NESPRAL, y portando una pistola en su mano abrió fuego, dejando muerto en el acto a “PEPÓN DE CLAUDIA” y herido en la cara y un brazo a BELARMINO TOMÁS.
Después de unos convulsos años de conflictos como consecuencia de la crisis mundial del 29, que serviría como justificación a la patronal para la reducción de sus producciones y el despido de trabajadores – 56 mineros de una plantilla de 200, en la Mina San Vicente -, el 14 de abril de 1931 sería proclamada la II República en España, momento que aprovecharían los mineros afiliados al SUM para plantear la reivindicación de la jornada laboral de siete horas que les había sido arrebatada por la dictadura militar de PRIMO DE RIVERA de acuerdo con los dirigentes socialistas del SOMA-UGT, que daría lugar a una huelga minera con la oposición de una mayoría de la militancia somática, siempre argumentada en que la misma sólo respondía a intereses del Partido Comunista, que sería duramente contestada a través de una manifiesto de la Confederación Regional de Trabajo, publicado en EL NOROESTE de 31 de mayo de 1931: “la causa única que en estos momentos mantiene la intranquilidad y miles de hombres en huelga es el decreto de la dictadura por virtud del cual se elevó en una hora la jornada en las minas. Los trabajadores de la hulla, que por el terror dictatorial debieron aceptar aquella imposición, piden en estos momentos al Gobierno de la República, la derogación de aquel decreto y la implantación de la jornada de siete horas que regía antes del régimen abyecto, (…) Por otra parte, el Sindicato Minero Asturiano no sólo no ha secundado la huelga, sino que la sabotea y aconseja públicamente, a sus afiliados, que hagan frente a los huelguistas por la violencia. Estos llamados redentores del obrerismo, que no son sino sus enemigos, e incondicionales servidores del capitalismo, tienen el incalificable propósito de que la sangre proletaria, la sangre de hermanos, salpique de rojo la negrura de la cuenca. No puede tener otra explicación el hecho de que ayer, en la Casa del Pueblo de Sama, AMADOR FERNÁNDEZ y BELARMINO TOMÁS hayan tenido la osadía de llamar COBARDES a los obreros por no enfrentarse con los huelguistas y OFRECER LA GUARDIA CIVIL para que los acompañasen al trabajo (…) En vergonzante contubernio con el capitalismo, los socialistas traicionan, una vez más, al proletariado, y se constituyen en pistoleros libres contra los huelguistas. Armados de escopetas y pistolas, ya han hecho correr la sangre de los huelguistas. Esto es indignante, y lo es más, que sea consentido por las autoridades, cuando la cordura de los huelguistas no podía ser más perfecta (…)”.
En su recorrido por el centenario sesentino del SOMA-UGT, ni siquiera dicen verdad cuando se refieren a los inmuebles que se vienen atribuyendo de su propiedad. En efecto, la compenetración de la patronal minera asturiana y la banca con los dirigentes somáticos del PSOE era tan íntima que hizo factible las empresas financieras del SOMA. Así, con los préstamos hipotecarios y los créditos de cuentas corrientes se construyeron los magníficos edificios de las Casas del Pueblo en Oviedo, Moreda, Mieres, Sama, Sotrondio y Laviana, en los que se explotaba el negocio de teatros, cines, cafés y restaurantes.
Sin embargo, la fundación del periódico AVANCE sobre bases económicas imposibles de sostener, iba a arrastrar a la catástrofe financiera a la sociedad somática, hasta el extremo de tener que recurrir a una hipoteca por valor de seiscientas cincuenta mil pesetas del Instituto Nacional de Previsión sobre las Casas del Pueblo – a la fecha de hoy, agosto de 2015, sin devolver una sola peseta -, a lo que hay que sumar otro millón de pesetas por concepto de lo que percibiera para obras sociales de los 0,25 céntimos destinados al Orfanato Minero; los ingresos brutos de las cuatro mil toneladas de carbón subvencionado por la dictadura primorriverista a la Mina San Vicente, cuyas deudas sumaban cientos de miles de pesetas, incluyendo varios meses de jornales que se debían a los obreros mineros de la mina “autogestionada”, sobre todo a la hora de gestionar con la patronal otros carbones de sus minas para hacerlos pasar como propios de la Mina San Vicente para completar y cobrar el cupo acordado con el gobierno; los ingresos por cotizaciones y explotación de sus Casas del Pueblo, más otras “colaboraciones”, cantidades, todas ellas, que al día de hoy nadie ha entregado cuentas a sus afiliados, como tampoco nadie ha hecho con las cuentas del SOMA durante el periodo comprendido entre 1978 y 2015.
Más recientemente, siguiendo con sus lujosos libros couché editados para el centenario somático, se atribuyen, entre otras conquistas, la consecución del ESTATUTO DEL MINERO, con su jornada de siete horas para los trabajos de interior, de lunes a viernes, y computada desde la toma y entrega de la ficha de control en lampistería – ¡ casi la misma jornada laboral que les había sido arrebatada miserablemente por su jefe protector, el dictador PRIMO DE RIVERA ! -, cuando la realidad es que el ESTATUTO MINERO para todos los mineros de España ha sido una conquista de la FEDERACION ESTATAL DE MINEROS DE UGT en su conjunto, después de sufrir en todo momento los ataques, cacicadas y obstáculos del propio SOMA-UGT, que pretendía hacer una especie de reglamento de régimen interior exclusivo para HUNOSA, redactado por la propia dirección de recursos humanos de la empresa pública en la persona de su director JOSE LUIS MUÑIZ SANCHO, tal y como se puede demostrar documentalmente en cualquier momento, con solo recurrir a la memoria escrita del XIII Congreso Federal Minero, celebrado en la localidad leonesa de Ponferrada el año 1983, y posteriores documentos “salvados de la hoguera somática” que, felizmente, al menos una copia, obra en mí poder.
En otro orden de cosas, aunque la creación del SOMA, en 1910, venga figurando como la primera organización sindical de industria en España, la realidad es que desde el año 1900 ya venía funcionando en Asturias “LA REDENTORA”, primera sociedad de mineros federada en la UNION GENERAL DE TRABAJADORES de la que se tiene constancia (Cfr.Actas UGT-2,p.355), por no mencionar la Federación de Mineros de Vizcaya, fundada en 1903 por FACUNDO PEREZAGUA, uno de los dirigentes más representativos del socialismo vasco y español.
En efecto, cuando estalla la “Güelgona” de 1906 en Fábrica Mieres donde MANUEL LLANEZA trabajaba en sus minas de la localidad mierense de Vegadotos, éste sería despedido por tomar parte en los actos de propaganda durante el conflicto, y junto con otros mineros que habían sufrido el mismo castigo, trataría, en vano, de encontrar trabajo en Andalucía, teniendo que regresar a Madrid donde sería socorrido por la agrupación socialista madrileña, hasta que, por fin, sería subvencionado en 1908, para el estudio de nuevas técnicas sindicales en el extranjero, trabajando en la “Société des Mines de Liévin” de la región minera del Nord Pas de Calais, donde entraría en contacto con los socialistas belgas, fijándose en el papel complementario que la acción política y sindical tenían en el marco organizativo de los mineros del norte de Francia, tal y como se recoge en una de sus cartas, fechada en la localidad francesa de Liévin (Le Pas de Calais), en 1908, la cual sería publicada en “La Aurora Social” (órgano oficial de expresión del socialismo asturiano hasta la aparición del “Avance”), donde atribuía las mejoras alcanzadas por los mineros de aquella región a la lucha sindical de sus organizaciones y a la acción política de los representantes mineros en el Parlamento.
Aunque tales funciones parecen haber radicado ya desde el principio en las células del PSOE organizadas en las cuencas mineras asturianas, con la creación del SOMA en la localidad mierense de Vegadotos, el 10 de noviembre de 1910, la prioridad de la afiliación sindical sobre la política distanciaría al SOMA de sus primitivas agrupaciones obreras, pese a que los fundadores del sindicatos eran todos ellos mineros afiliados al PSOE, siendo el propio LLANEZA quien señalaba el camino a seguir: “La labor de los socialistas ha de consistir en traer a los obreros a la organización societaria en primer lugar, y más tarde al Partido Socialista, pues sería un error hablar a los muchos trabajadores de Socialismo cuando no tienen otra noción de la vida que la de que ellos han nacido para ser esclavos, y sus explotadores para mandar en ellos” (Manuel Llaneza. Escritos y discursos, p.109).
De esa manera, sin renunciar a la acción política, LLANEZA ponía el acento en una práctica sindical que hizo del sindicato, además de instrumento de las reivindicaciones laborales, más un gestor de ciertas actividades económicas y servicios sociales, en beneficio de sus afiliados dentro de la propia sociedad capitalista, que organización revolucionaria por excelencia. De ese modo trataba de asegurar la continuidad del nuevo sindicato asumiendo aquellas posturas y experiencias propugnadas por el entonces denominado sindicalismo de base múltiple, interpretado por LLANEZA en 1913 como una preparación para “hacer del sindicato minero un Estado, dentro del cual encuentre el obrero sin ocupación ayuda y solidaridad; el obrero enfermo cuidados y pensiones que le hagan recobrar la salud; nuestros hogares, protección; en suma: que todos los obreros hallen en el sindicato beneficios inmersos que sólo puedan disfrutar perteneciendo a él” (Manuel Llaneza, Escritos…p.75).
Sin embargo, el carácter de la solución propuesta por MANUEL LLANEZA no implicaba el apoliticismo como principal inspirador de la acción sindical, de tal manera que el recién creado SOMA, fiel a la propia tradición del socialismo de las cuencas mineras asturianas y siguiendo de cerca los modelos franceses y belgas, no renunciaban a la lucha política. De ahí que, como afirmaba el propio LLANEZA, “el Sindicato Minero, sin ser oficialmente político, realiza labor política, pero cuando lo cree oportuno y en la forma que más puedan beneficiarse sus intereses”.
Así lo entendió oportuno MANUEL LLANEZA, cuando alcanzó la Alcaldía de Mieres al año siguiente de la creación del SOMA (1911-1919), compatibilizando la misma con la secretaria general del SOMA (1910-1930) y la presidencia de la Federación Nacional de Mineros de UGT a partir del año 1917. En las elecciones generales de 1923 sería elegido como diputado por Asturias en el Congreso de los Diputados, aunque solo estaría unos meses como consecuencia del golpe militar protagonizado por el Capitán General de Cataluña, MIGUEL PRIMO DE RIVERA, al servicio del rey ALFONSO XIII, con quien llegaría a tener tal grado de colaboracionismo que hicieron perder a los mineros asturianos la conquista de su jornada laboral de siete horas, el despido de miles y miles de trabajadores y la rebaja de sus míseros salarios… Y así lo entendió su “siamés” JOSÉ ANGEL FERNÁNDEZ VILLA que, haciendo compatible la secretaria general del SOMA-UGT (1979-2013) con su cargo de diputado en la Junta General del Principado de Asturias (1983-2007), senador del PSOE (1999-2003) – no se conoce ninguna intervención de VILLA en ninguna de las dos instituciones, ni acerca de la problemática minera, ni de cualquiera otra, es decir, jamás ha intervenido para nada -, miembro de la comisiones ejecutivas federal (1979-1993) y regional del PSOE (1979-2014), miembro del consejo de administración de Hunosa (1979-2014), presidente de INFIDE (1993-2014) y no sé cuántos cargos más, todos ellos juntos, fueron empleados para superar a su maestro, colaborando activamente con la burguesía española, representada por el bipartidismo PPSOE, hasta cargarse el sector minero del carbón en Asturias.
Lo demás ya pertenece a los hagiógrafos somáticos de turno, como los GERMAN OJEDA y FRANCISCO TRINIDAD, entre otros.