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MI VIDA: DESPEDIDO TRAS LA MUERTE DE UN COMPAÑERO

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Antón Saavedra, un domingo del año 1966, en Sama de Langreo, camino del baile para escuchar el Black is black de Los Bravos, Flamenco de Los Brincos, El Mundo de Jimmy Fontana o La Yenka de Johnny and Charley

Antón Saavedra, un domingo del año 1966 en Sama de Langreo, camino del baile para escuchar el Black is black de Los Bravos, Flamenco de Los Brincos, El Mundo de Jimmy Fontana o La Yenka de Johnny and Charley

Como ha quedado escrito en otro capítulo de mí vida, y ya de regreso de mi estancia en La Coruña, nos encontramos en uno de los días de agosto de 1966 cuando, junto con José Héctor Roces  García, compañero del Instituto,  y vecino de Cuesta de Arco en Langreo (exsecretario general de UGT-GIJON), nos dispusimos a buscar trabajo, acompañados de su padre. Él, que había realizado un curso de soldadura, y yo con mi título de ajustador en el bolsillo, nos habíamos levantado pronto con destino a Gijón, un lugar al que habíamos visitado algunas veces durante nuestros exámenes del bachillerato por libre, y muchas veces más en aquellos domingos de playa en tren de madera y carbonilla, pero nunca para temas laborales.

Después de visitar varias empresas y talleres sin éxito ninguno – siempre nos decían que volviésemos después de diciembre, para evitar el abono de la paga extraordinaria de Navidad, nos decían algunos trabajadores -, por fin encontramos un trabajo en una empresa llamada “MONTAJES DE GIJÓN”, situada en el barrio de La Calzada, muy cerca de donde se encontraban los astilleros gijoneses, cuyo administrador era un tal Fernández. En realidad, aquel individuo era uno de los tantos prestamistas laborales que había en las empresas y, como tal, fuimos contratados de peones – nada de soldador ni ajustador – al astillero de “JULIANA CONSTRUCTORA GIJONESA”, comenzando a trabajar el 6 de octubre de 1966, destinados en la construcción de buque “VIZCAYA”.

Antón Saavedra con su novia Irma, mi hermana Cheres y dos amigos, un domingo de 1967 en La Chalana de Laviana

Antón Saavedra con su novia Irma, mi hermana Cheres, y dos amigos, un domingo de 1967 en la playa del río Nalón en La Chalana de Laviana

En aquellas fechas, la dictadura franquista tenía implantada la jornada semanal de 48 horas, de lunes a sábado, con la consiguiente anulación de las mejoras de jornada que habían arrancado los trabajadores en la etapa republicana, aunque la realidad era que la jornada de 8 horas era la mínima, porque la ordinaria siempre la superaba en dos y tres horas diarias (precisamente, el primer Convenio Colectivo celebrado en España había tenido lugar en Asturias, en noviembre de 1958, entre la empresa “ASTILLEROS DEL CANTABRICO” en Gijón y los representantes obreros, y una de las cláusulas establecidas en el mismo era trabajar dos horas extras que se abonaban a razón de tres), como resultado  de aquellos salarios de mierda y la permanente presión patronal. De esa manera, nuestra jornada comenzaba todos los días a las 6,20 de la mañana, en el tren que hacía el trayecto Sama-Gijón, para finalizar a las 21,00 horas cuando llegábamos a Sama en el mismo tren procedente de Gijón, con una hora de intermedio para comer aquel gran bocadillo que me preparaba mi madre, el cual engullíamos solidariamente con los otros bocadillos de los compañeros,  regados con unes botelles de vino “Marqués del Pelleyu” en la “Bodega Fernández”, situada a la entrada del portón principal del astillero.

En realidad, este tipo de empresas no eran tales, al carecer las mismas de finalidad empresarial y de material, lo que originaba asambleas permanentes en aquella chabola donde nos cambiábamos de ropa. Los mandos no pertenecían a la subcontrata (eran los mismos de JULIANA CONSTRUCTORA), y su patrimonio se limitaba a elementos de seguridad y útiles de bajo coste como los cascos, los pinchos para marcar, las gafas…, no siendo de su patrimonio los elementos de producción importantes.

Mi primer trabajo en la construcción de barcos en el astillero gijonés "JULIANA CONSTRUCTORA GIJONESA", el 6 de octubre de 1966

Mi primer trabajo en la construcción de barcos en el astillero gijonés “JULIANA CONSTRUCTORA GIJONESA”, el 6 de octubre de 1966

En otro orden de cosas, nuestra situación laboral se caracterizaba por su eventualidad, por sus contratos de tiempo determinado, en blanco…, lo que generaba tensiones diarias por problemas con nuestros salarios – unas ochocientas cincuenta pesetas a la semana, cuando la barra grande de pan costaba ocho pesetas, un litro de leche dieciocho, y una cerveza diez, por ejemplo -, con una nula formación y  sin perspectivas de promoción profesional, pero, fundamentalmente, por la falta de medidas de seguridad e higiene en el trabajo. Nosotros éramos una ficción de empresa, donde la acción sindical quedaba convertida en una cosa de héroes ante aquella explotación laboral, aquel permanente acoso laboral, siempre sometidos a los peores y más insalubres trabajos, con mayores riesgos para nuestra salud. Ni siquiera teníamos duchas en la chabola, teniendo que lavarnos la cara en unos bidones de gasoil vacíos, habilitados al efecto, y cuando reivindicamos el poder ducharnos todos los días en aquella casa de aseo – un lujo para la época – que tenían los trabajadores de JULIANA, nos encontramos con la oposición de los propios trabajadores por boca de sus representantes sindicales, recién elegidos en las elecciones sindicales de 1966.

No es extraño encontrar en letra impresa la afirmación según la cual la ausencia de garantías que sufrieron los trabajadores durante la dictadura franquista fue compensada parcialmente con la protección del puesto de trabajo, pero esta afirmación es tan falsa como incompleta, porque si bien los patronos no podían despedir trabajadores arguyendo causas económicas, los despidos se producían a diario utilizando argumentos de carácter político. De esa manera, la depuración y la represión política permitía eliminar a los “desafectos” y, desde los años cincuenta, fueron miles y miles los trabajadores despedidos por participar en conflictos laborales, tal y como fue mi caso concreto en el primer despido que tuve en mi primer trabajo, el 28 de febrero de 1967.

En efecto, yo había sido destinado de ayudante con un calderero, apodado cariñosamente “Cabezón”, a las bodegas de un buque que había llegado a los astilleros para su reparación, pero en un momento de la jornada vino un retroceso en el soplete que produjo una explosión, dejando el cuerpo de aquel compañero troceado en cachos de carne, repartidos por aquel dificultoso lugar de trabajo, tan duro como insalubre, con herramientas obsoletas y en permanente mal estado de conservación.

Asamblea de trabajadores para proponer el paro ante la muerte de un trabajador en accidente laboral

Asamblea de trabajadores en el astillero para proponer el paro ante la muerte de un trabajador en accidente laboral

Aquel trágico accidente había producido mucha consternación entre los compañeros de trabajo al conocer la trágica noticia de la muerte de “Cabezón”, persona muy apreciada en el trabajo y en el barrio del Natahoyo, pero al día siguiente se dispusieron a trabajar con absoluta normalidad, tal y como si nada hubiese ocurrido. ¡Increíble, me dije para mí! ¿Cómo puede ser posible que ocurra esto?

Era muy difícil para una persona como yo, procedente de la cultura minera de las cuencas, donde tantos accidentes mortales se producían en sus minas, comprender aquella actitud, viniéndome, de pronto, a la memoria los recuerdos de aquel bocadillo minero que nos traía mi padre de regreso a casa, sin trabajar aquel día, como señal de que algún minero había perecido en el tajo.

Además, si algo me había marcado desde mi niñez, tanto en mi pueblo natal de Moreda de Aller como en las barriadas mineras de Lada y La Juécara en Langreo, fue aquel ambiente de los entierros mineros después de un accidente de los muchísimos que se sucedían por aquellos tiempos, muchos de los cuales – demasiados – habían ocurrido en mi propia familia (los dos “güelos”, hermanos de mi padre y de mi madre, entre otros, hasta un número de siete). La angustia, la desesperación y, a la vez, la resignación que se respiraba. Algo que hacía que toda mi vida me revelara contra aquellos hechos que para un “guajin” como yo resultaban del todo incomprensibles.

Así las cosas, después de hablar con un compañero de “JULIANA CONSTRUCTORA” – un tal Baragaño, muy bravo, y una gran persona, que siempre nos ayudaba a los de las subcontratas – me subí a una especie de andamio para hacer una llamada al paro – no recuerdo muy bien las palabras que pronuncié en aquellos momentos, aunque sí de que me temblaban bastante las piernas -, pero la factoría quedó casi toda ella paralizada entre los obreros de mayor conciencia, perfectamente diferenciados de aquellos otros trabajadores de la empresa, no sólo por su salario sino también por su ideología pequeño-burguesa y marcadamente conservadora, que se consideraban parte de la aristocracia obrera en la insolidaridad de clase, en su espíritu de casta, en su gremialismo, en su oportunismo y, sobre todo, en su condición lacayuna hacia sus patronos.

Propaganda para el referéndum franquista sobre la Ley Orgánica de España,el 14 de diciembre de 1966

Propaganda para el referéndum franquista sobre la Ley Orgánica de España,el 14 de diciembre de 1966

En absoluto podía yo sospechar lo que me iba a ocurrir, a mí y a mí compañero Julio (yerno del Tordín de Frieres) que había participado conmigo en el llamamiento al paro, cuando al día siguiente, a la hora de entrar en el astillero para reanudar el trabajo con normalidad, nos encontramos con una pareja de la Guardia Civil en el portón principal del astillero – nada sospechoso, por otra parte, ya que era muy normal en aquellos tiempos –, los cuales, dirigiéndose a nosotros, nos comunican que no podemos entrar, porque estábamos despedidos los dos. Es decir, nadie de aquella empresa ficción del “negrero Fernández”, nos había comunicado nada al respecto, ni mucho menos recibido, al día de hoy, ninguna carta de despido. Y eso que hacía muy pocas fechas, concretamente el 14 de diciembre de 1966, se había aprobado por referéndum la Ley Orgánica del Estado, que no era más que una codificación de las seis Leyes Fundamentales (FUERO DEL TRABAJO, Ley de Sucesión, Ley de las Cortes, Fuero de los Españoles, Ley del Referéndum y los Principios Fundamentales del Movimiento) clarificándolas, eliminando la terminología fascista, especialmente en la Organización Sindical o Sindicatos Verticales del Franquismo, y reafirmando el futuro monárquico del régimen.  Era lo que ellos – los fascistas – llamaban su Constitución. 

En todo caso, aunque fuese poco más que una puesta sobre el papel de lo que ya había en la dictadura, me llamaba la atención ver en aquel contexto urnas y toda la parafernalia de la supuesta democracia. Ante lo inhabitual de acudir a votar en aquellos años, el aparato propagandístico del franquismo detallaba los pormenores del sistema de voto y aclaraba la más mínima duda: “Todos los ciudadanos españoles mayores de veintiún años, sin distinción de sexo, estado o profesión, tienen el derecho y la obligación de tomar parte en la votación del referéndum, emitiendo libremente el sufragio a favor o en contra del proyecto legislativo consultado”. Lógicamente, yo no pude votar por tener dieciocho años de edad, pero, según las cifras oficiales, aquella farsa de referéndum sería aprobada con el 95,06 por ciento de los votos.

Aquel mismo año, también habían tenido lugar la celebración de las elecciones sindicales en todos los centros de trabajo. Aunque las primeras elecciones sindicales se habían celebrado en 1944 con un amplio despliegue propagandístico que no pudo evitar el escepticismo y la abstención de los trabajadores, la aparición, a finales de los años 50, de los primeros jurados de empresa, más la posibilidad de los cargos sindicales de participar en la negociación de los convenios colectivos a principios de los 60, decidió a las Comisiones Obreras – que gozaron inicialmente de cierta permisividad – a participar en las elecciones sindicales, mientras que la UGT y la CNT se negaban a ello por considerar que así legitimaban el verticalismo franquista. En aquellas elecciones sindicales del año 1966, donde hasta salió elegida la “mula francis” en el pozo minero de Carbones Asturianos y el futbolista “Kubala” en el pozo minero del Fondón, ambos pozos pertenecientes al concejo de Langreo, las COMISIONES OBRERAS alcanzaban un gran éxito electoral en casi todo el país, muy destacadamente en la minería asturiana, que llevó al régimen a ilegalizarlas un año después en toda España y perseguir duramente a sus militantes, con detenciones permanentes de sus dirigentes, en su inmensa mayoría encuadrados en el Partido Comunista de España.

La lucha sindical era el camino, y por fín los jueces daban la razón a los trabajadores esclavizados por las empresas prestamistas en los astilleros...

La lucha sindical era el camino, y por fín los jueces daban la razón a los trabajadores esclavizados por las empresas prestamistas en los astilleros…

La cuestión fue que, percibida nuestra liquidación salarial aquel mismo día, no sin antes tener que “pelear” muy duro contra el energúmeno del “Fernández”, que nos mandaba pasar a los diez días a cobrar nuestros salarios, nos dispusimos a buscar “modo” en otras empresas, encontrándolo en las obras que la empresa de DURO-FELGUERA estaba realizando en la construcción de UNINSA en Gijón, aunque habíamos sido contratados en las antiguas oficinas que la empresa tenía en Langreo, junto al campo de fútbol del Ganzábal, permaneciendo en la misma apenas quince o dieciséis días del mes marzo de 1967, porque también aquí fui despedido, junto con otro grupo de compañeros, también subcontratados como yo.

Allí sufrimos similares condiciones como las vividas en el astillero, aunque, eso sí, con un poquitín más de experiencia reivindicativa. Además, yo ya estaba organizado en el movimiento obrero a través del “Club Juventud Norteña”, posteriormente, en el año 1969, transformado en el “CLUB AMIGOS DEL NALON”, de la que había sido elegido vicepresidente, y en aquellas organizaciones que, en realidad eran auténticas “tapaderas” del Partido Comunista de España y de las incipientes Comisiones Obreras, cada día iba aprendiendo en los debates lo que era la lucha de clases y la aristocracia obrera dentro del movimiento obrero.

En efecto, yo y mis compañeros, no éramos fijos de plantilla en DURO-FELGUERA – habíamos sido contratados por un periodo de prueba –, y los primeros problemas surgieron con los propios trabajadores fijos de la empresa. Estos – los fijos de plantilla – se desplazaban en un pequeño autocar, contratado por la empresa a un tal Divino de El Entrego, para trasladarlos diariamente desde Langreo hasta la obra de UNINSA en Gijón, pero, como eran más las plazas que los viajeros, nos pusimos en contacto con el dueño del autocar para que, pagando nuestra parte, pudiésemos hacer uso del mismo, entre otras cuestiones, por lo que significaba para nosotros en cuanto al tiempo que rebajábamos a la jornada y, sobre todo, a las molestias que nos ocasionaba el traslado diario en el tren y los autobuses, después de pegarnos aquellos madrugones diarios para llegar de noche a casa.

Efectivamente, después de hablar con Divino, este no puso ninguna traba, pero nos remitió a los trabajadores viajeros para que fueran ellos quienes los decidieran, siendo el día de hoy que no sabemos fehacientemente si fue la dirección de la empresa, o una parte de ellos mismos, los que se opusieron a que usáramos el autocar, porque la realidad fue que se disculpaban unos con los otros, y nosotros tuvimos que seguir viajando en el tren de madera como en los tiempos del astillero.

Franco y el alcalde de Gijón, Luis Cueto Felgueroso, por las calles de Gijón, el año 1966, cuando vino a inaugurar las instalaciones de UNINSA...

Franco y el alcalde de Gijón, Luis Cueto Felgueroso, por las calles de Gijón, el año 1966, cuando vino a inaugurar las instalaciones de UNINSA…

Aquel estúpido sentimiento de sentirse “aristocracia obrera” por el simple hecho de tener un trabajo fijo, refiriéndome a esas empresas “madre” que, como DURO-FELGUERA, utilizaban y siguen utilizando a sus trabajadores fijos para beneficiarse de la plusvalía extraída de los trabajadores subcontratados…, aquella falta de “conciencia de clase” en muchos de aquellos trabajadores (no todos eran SIONIN y sus muchachos en la DURO), ignorando que esa conciencia de clase había que adquirirla a través de la experiencia, no solo del obrero en su empresa, sino también asimilando la experiencia de los obreros de otras empresas, de su localidad, de su país, incluso, a nivel internacional, se iba a reproducir constantemente, casi a diario, en el escenario de la obra de UNINSA en Gijón.

La empresa había instalado, a pie de obra, unos barracones-contenedor para los trabajadores que servían, unos de vestuarios, otro para las duchas y el aseo, y otro para comedor. Cuando nosotros, los subcontratados pensábamos que ya habíamos mejorado en comparación con la chabola y los bidones de gasoil que teníamos en los astilleros, ¿cuál no sería nuestra sorpresa, cuando nos dicen que aquellas instalaciones eran exclusivamente para “los fijos”, teniendo que cambiarnos de ropa al aire libre, guardarla entre los montones de hierro para la obra, que también nos servían de comedor, sin poder calentar el bocadillo o la fiambrera de la comida que algunos compañeros llevaban, ya que no había ningún “chigre” cercano, aunque debo de reconocer que alguno de los trabajadores “fijos” – los menos -, más por amistad que por conciencia de clase, nos la llevaban ellos para calentar en “su” comedor de empresa?

El Arzobispo Mercán, bendiciendo las instalaciones de UNINSA el año 1966, en presencia de la Carmen Polo, Franco y el gobernador civil de Asturias Mateu de Ros

El Arzobispo de Oviedo, Gabino Diaz Merchán, bendiciendo las instalaciones de UNINSA el año 1966, en presencia de la Carmen Polo, Franco y el gobernador civil de Asturias Mateu de Ros, entre otros fascistas

Pero no sólo eran esas cuestiones socio-laborales, porque en los días de lluvia, por ejemplo, “los fijos” se pasaban parte de la jornada jugando a las “cartas” en “sus” vestuarios, hasta que la lluvia cesara, mientras nosotros,“los subcontratados”, seguíamos trabajando, sin ser provistos de aquellas chaquetas de agua que tenían “los fijos”, siendo destinados a tareas de limpieza y “estroba” del material que permitían ir despejando la plaza, el terreno. Aquello tenía que explotar, y explotó, realizando un plante ante el maestro de la empresa en la obra – un tal Madera, que se pasaba todo el día dándonos voces y echando cagamentos -, negándonos a seguir realizando aquellos trabajos en aquellas condiciones, hasta el punto de que en menos de dos horas ya teníamos en la obra al ayudante de ingeniero – un tal Canal, acompañado de un listero llamado Honorino Montes – para comunicarnos el despido de aquellos compañeros subcontratados que habían participado conmigo en la “revuelta”.

Hace muy pocas fechas todavía me recordaba mi amigo Cuno Espina en Noreña (uno de los despedidos), mi actuación contra aquellos dos energúmenos a los que sólo les faltaba el “tricornio” de la Guardia Civil para repetir la historia reciente en el despido del astillero: tampoco nos querían pagar la liquidación de nuestros salarios, diciéndonos que, hiciéramos lo que hiciéramos, no era posible hacer la misma en menos de siete días. ¡Me cago en Dios, caraduras!, pa cuatro pesetes que nos debéis, ¿Tanto cuentu? ¡O nos pagáis ahora mismo o nun salís de aquí hasta que traigáis les perres!, a la vez que enganchaba con mis dos manos al Canal por la pechera, meneándole fuertemente, aunque yo creo que se meneaba él sólo, del temblor que tenía en su cuerpo, tal y como mostraba la palidez de su cara.  

Lo más preocupante para mí, era la actitud totalmente pasiva entre “los fijos” de “su” empresa, que observaban sin inmutarse aquel abuso contra unos trabajadores – nosotros – que, pusiéranse como se pusieran, eramos exactamente iguales que ellos: trabajadores explotados por el capitalismo. La liquidación de nuestros salarios nos fue entregada aquel mismo día, allí, en la obra, donde permanecíamos con nuestro ayudante de ingeniero Canal a modo de “rehén”, cuando apareció “el Honorino”, al que habíamos dejado trasladarse a las oficinas de DURO-FELGUERA en Gijón, con el dinero de nuestros salarios, aunque nosotros éramos DESPEDIDOS.

Instalaciones de la factoría de UNINSA, en Gijón...

Instalaciones de la factoría de UNINSA, en Gijón…

Y de ahí, con fecha 1 de junio de 1968, a las obras del sinter que estaba montando la empresa  “MONTAJES DE CIAÑO” en las instalaciones de UNINSA en Gijón, a la que había accedido recomendado por un jefe de equipo llamado Luis Amor, del pueblo langreano de Cuturrasu. Allí, las cosas fueron muy distintas entre los compañeros de trabajo, aunque la empresa casi siempre trabajaba como “prestamista” de mano de obra para la DURO-FELGUERA en las obras que ella misma le asignaba, pero allí, en el sinter, todos éramos trabajadores de aquella empresa, sin distinción entre “los fijos” y “los subcontratados”, lo que nos hacía una sola piña a la hora de reivindicar condiciones de trabajo adecuado y salarios un poco más decentes – yo pasé a ganar 1.200 pesetas a la semana, con la misma categoría que en mis anteriores empresas -, pero aquello duró muy poco, porque el dos de agosto de 1968 se iba a producir mi tercer despido laboral, siendo el único motivo estar en la “lista negra” – se trataba de los ficheros que compartían las empresas en las que se identificaban a aquellos trabajadores “incómodos” o que hubiesen planteado problemas en sus anteriores contrataciones -, lo que significaba que ya no podías volver a trabajar en ninguna empresa de aquel entorno, así que adopté la decisión de entrar en la mina, para lo que no se necesitaba la recomendación de nadie, simplemente afiliarte, eligiendo incluso el pozo minero que prefirieras, es decir, el “banderín de enganche” estaba abierto.


MI VIDA: Y ME HICE MINERO…

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Antón Saavedra en el Pozo Fondón,donde comenzó a trabajar, el 23 de abril de 1969.

Antón Saavedra en el Pozo Fondón, donde comenzó a trabajar, el 23 de abril de 1969.

Sin pensarlo dos veces, y siendo muy consciente del disgusto que iba a coger mi padre, me dirigí a las oficinas de HUNOSA, en las antiguas dependencias del Pozo Modesta de Duro-Felguera, en Sama de Langreo, donde sólo me preguntaron por el pozo a donde quería ir destinado, contestando que me daba lo mismo cualquiera del entorno, menos el Pozo Fondón, donde trabajaba mi padre como vigilante de primera, de tal manera que, con fecha 16 de abril de 1969, comenzaba las prácticas de tres días en el centro del Trabanquín en El Entrego, y otros tres en el Pozo Sotón de Sotrondio, de lo cual mi padre no se había enterado.

Sin embargo, de nada había servido mi respuesta sobre el pozo a elegir, porque el día 23 de abril comenzaba a trabajar en el Pozo Fondón de Hunosa, cuando, de repente, tal como supuse que podría  suceder, me encontré con mi padre en la plaza del pozo, cuando se encontraba destinando al personal en el relevo de las tres de la tarde, para el que yo, junto con mi compañero Cuno Vallina, habíamos sido destinados. “¿Qué haces tú aquí?, me dijo con la cara descompuesta. ¡Coño, vengo a trabayar a la mina, y he sido destinado a esti pozu! ¡Cagon Dios, debía de date vergüenza – siguió diciéndome muy cabreado -, toda una vida sacrificándonos para que estudiaras y nun cayeras en la mina, con la pila de familiares que tenemos muertos y afectados por la silicosis, y ahora vienes tú y me haces esto!”

Nicanor Saavedra y Maria Luis Rodriguz, con sus hijos Cheres, Antón y Cano Saavedra Rodriguez.

Nicanor Saavedra y Maria Luis Rodriguz, con sus hijos Cheres, Antón y Cano Saavedra Rodriguez.

Aquel día se llevó tal disgusto, que estuvo casi cuatro meses sin hablarme, ni en la calle ni en casa, y hasta intentó con el ingeniero sacarme de la mina en las fechas que siguieron, pero aquel día estuve destinado con un picador de Bimenes llamado Hermógenes (un gran minero y excelentísima persona) a tirar de pala en una sobreguía de la capa del Gascue. La verdad, tampoco fue tanto la tarea, pero acabé bastante cansado. Aquella noche, en casa, tal parecía que estuviéramos todos en un funeral, porque nadie hablaba. Desde luego, debo de reconocer que lo pasé muy mal por mi padre. Me daba mucha pena ver como sufría aquella grandísima persona que había luchado toda su vida para que estudiara y no acabara en la mina pero, aunque para mí no fue nada fácil atravesar por aquel disgusto que se llevó, la decisión estaba tomada.

Los días que siguieron en el trabajo no fueron un camino de rosas precisamente, laboralmente hablando. Mi padre, que tenía mando para ello, ordenó destinarme con un barrenista – posiblemente el más vago que había en el pozo, aunque muy buena persona – a una guía de las pocas que se estaba avanzando a pala de mano, con el fin de que abandonara la mina. Aquello era un auténtico “reventaeru”.Todos los días siete y ocho “chapas” (vagonetas) cargadas a pala de mano, en un terreno que no tenía rasante para la pala, con el resultado de la rodilla y la mano derechas hechas una gran ampolla, de tanto empujar la pala, y así un día tras otro, hasta que mi padre se dio cuenta que yo no tenía pensado abandonar mi profesión de minero, elegida libre y voluntariamente, y fui destinado a los transversales, donde trabajaban los mejores barrenistas y donde también se ganaba más dinero.

Aquel año de mi bautizo minero había llegado el hombre a la luna, y Juan Carlos de Borbón era nombrado sucesor del dictador, cuando nuestro país había salido muy recientemente del Estado de Excepción, decretado el 24 de febrero de este mismo año en todo el territorio español, según el ministro franquista, Fraga Iribarne, “para luchar contra las acciones minoritarias sistemáticamente dirigidas a alterar la paz española… y evitar que se arrastre a la juventud a una orgía de nihilismo y anarquía”.

Franco nombra heredero del franquismo a Juan Carlos de Borbón, el año 1969

Franco nombra sucesor del franquismo a Juan Carlos de Borbón, el año 1969

Dicen que Franco estaba molesto por la llegada del hombre a la luna, porque le había quitado protagonismo al nombramiento del Borbón como su sucesor, a título de rey, pero lo cierto es que en medio del vuelo del Apolo XI, el príncipe aceptó la oferta del Caudillo por la Gracia de Dios y tuvo que pasar el mal trago de jurarle fidelidad aquel 23 de julio de 1969 en una sesión extraordinaria de las Cortes. El Generalísimo, además, era Jefe de Estado de por vida y el rey solo podría ejercer como tal cuando muriese el militar ferrolano que, incluso, podría revocar tal nombramiento cuando le diese la gana. 

Aquel año de 1969 se había formado un «gobierno monocolor», encabezado por el bruto almirante cántabro, Carrero Blanco, con la misión de elevar el recrudecimiento contra el movimiento obrero y estudiantil respondiendo salvajemente con el empleo de las fuerzas de orden público, como lo demuestra el hecho de que, entre los años 1969 y 1973, ocho trabajadores resultaron muertos por las acciones de la policía, y en junio de 1972 era detenida la cúpula dirigente de las ilegales “COMISIONES OBRERAS” (Caso 1001-72 del Tribunal de Orden Público). Las cifras que, hasta hace muy pocas fechas permanecieron ocultas, son tan  apabullantes como espeluznantes: fueron detenidas en el país 1.953 personas, de las cuales 890 fueron maltratadas, 510 torturadas, 93 juzgadas por el Tribunal de Orden Público y 53 en consejos de guerra.

Proceso 1001 de Comisiones Obreras

Proceso 1001 a los dirigentes de las  Comisiones Obreras

Con la categoría de ayudante minero, aunque cobrando la diferencia de ayudante barrenista – mi verdadera labor a los pocos días de haber entrado en la mina -, y después de un año 1969 muy conflictivo, sobre todo en el Pozo Fondón, soy llamado a filas para hacer el servicio militar, siendo destinado al campamento de El Ferral en León. Yo, por aquellas fechas tenía concedida prorroga de estudios para hacer las milicias universitarias en su día, y también podía haber realizado solamente los tres meses de instrucción, acogiéndome a los beneficios mineros que recogía el Decreto-ley 22/1963, de 21 de noviembre, sobre régimen especial y beneficios aplicables al personal minero para la prestación del servicio militar, optando por hacer la “mili” completa como soldado raso, pero de este apartado de mi vida me referiré en otro capítulo específicamente.

ANTON en el Campamento del FERRAL en León el mes de febrero de 1970.

ANTON SAAVEDRA en el Campamento Militar del FERRAL en León, el mes de febrero de 1970.

Cumplido un año escaso de “mili” – parece ser que aquel año de 1970, los jefes militares habían robado tanto que dejaron sin presupuesto a los cuarteles y nos echaron a todos para casa antes del periodo establecido -, me reintegré a mi trabajo en el Pozo Fondón, destinado en el transversal de SEPTIMA para “calar” a 1.700 metros de la CUARTA BIS del Pozo Lláscares (Candín), pero también aquel año de 1970 había sido el de mi matrimonio con Irma Martínez López, el 26 de abril de 1970, y el del nacimiento de mi primera hija Susana Saavedra Martínez, el 2 de setiembre del mismo año.

En aquel transversal, que estábamos “arreando” en un “fondo de saco” a tres relevos, éramos de los que más ganábamos en el pozo, entre otras cuestiones, porque nosotros mismos “atacábamos” y disparábamos la “pega” para el avance de la galería, por lo que nos pagaban una hora extraordinaria que incrementaba nuestra contratada retribución de una manera sustancial. Aquellos ingresos me permitieron ir “montando”, poco a poco, mi nuevo hogar en la misma barriada minera de La Juécara, en Langreo, donde sigo viviendo con mi compañera Irma, después de 47 años de matrimonio, pero también aquel transversal pudo haber supuesto mi tumba y la de otros cuatro compañeros, cuando quedamos “atrapados” en el mismo.

Barrenista y su ayudante avanzando la galería..

Barrenista y su ayudante avanzando la galería..

En efecto, estábamos en la mañana del día 7 de agosto de 1972, el día que teníamos que haber empezado a disfrutar nuestras vacaciones, las cuales habíamos pospuesto para más adelante porque mi compañero barrenista, LOBETO, tenía previsto un asunto familiar, cuando la mina se fundió, originando una enorme quiebra que nos dejó “atrapados” en un pequeño hueco sin ventilación de ningún tipo – la tubería del aire había quedado aplastada debajo de la quiebra –a cinco compañeros: Manuel Gutierrez LOBETO (barrenista), Antón SAAVEDRA (ayudante barrenista), Fermín POLADURA Bonito (ayudante minero), GALLO, el de Pando  (tubero) y MANOLIN el de Lada (caminero). Pero todo hay que decirlo: hacia las once de la mañana, los topógrafos que estaban colocando los puntos de dirección – HONORINO (capataz), Manolín ZAPICO (oficial de topografía) y otro chaval de ayudante, habían abandonado el lugar porque donde tenían que colocar el trípode se “esmigallaba” bastante, y tal como me contaron ellos mismos, tuvieron miedo de que aquello se fundiera, como así ocurrió cuando nos encontrábamos “forando” los primeros tiros con dos martillos , en uno el compañero Lobeto y en el otro yo.

Las causas de aquella tremenda quiebra, que tardamos un mes en levantarla, desde mi honesto y sincero punto de vista, vinieron derivadas de que, tratándose como se trataba de un transversal 2UA en línea, las más de las veces llevábamos la capa de carbón como “hastiales”, formándose grandes campanas sin rellenar, entre otras cuestiones, porque la empresa no pagaba esa tarea de rellenar con llaves de madera – solo pedía avance, y avance urgente -, y nosotros estábamos a ganar y ganar dinero, colocando los cuadros a la máxima distancia posible – 1,60 metros diarios, “forando” con barrenas de 2,50 unos cuarenta y tantos tiros diarios (sistema SARROIS) – hasta que la mina dijo ¡¡¡ Basta !!!

MINERIA (2)Lo primero que oímos finalizado aquel ensordecedor estruendo chisporreante que causó el hundimiento de la mina, fue la voz de Alejandro Fernández Cortina “JANDRO”, el mecánico que se encontraba en las labores de mantenimiento y engrase de la paleadora Atlas Coppco a la otra parte de la quiebra, gritando si estábamos todos con vida, corriendo en busca de ayuda, y llegando rápidamente el vigilante minero LUIS CAMPAL, el barrenista ROGELIO, y el mecánico JANDRO, artífices de nuestro rescate por entre aquel amasijo de hierros – cuadros, parrillas y muñequillas metálicas -que parecían sujetar, aunque momentáneamente, aquel infierno de “costeros” y carbón, porque nada más salir yo, no sin antes tener que pegarle un par de hostias en la cara del compañero Fermín, que había quedado un poco “atontado” y se negaba a salir de allí, la mina pegó otro sonoro estruendo que taponó completamente el hueco donde nosotros habíamos permanecido durante aquellas horas que me parecieron siglos, tal y como pudimos observar cuando acabamos de levantar la colosal quiebra.

Durante aquel infierno, sólo pensaba en poder ver a mi hija Susana, a punto de cumplir los dos años, aunque mi mente estaba muy pendiente del lugar donde había quedado mi chaqueta, con casi cincuenta pistones para el disparo de la “pega”, y un poco más allá, muy cerca, los cartuchos de dinamita, los cuales, aunque estaba prohibido, los metíamos a la entrada del relevo, para no perder tiempo en salir al polvorín a por ellos. Y, también me acordé de aquellas palabras de mi padre el primer día de trabajo a la boca del pozo. ¡Me cago en Dios, esto no puede ser, los dos güelos, los hermanos de mi padre, los de mi madre, y ahora me toca a mí…!

Durante algunos días, quizás meses, estuve soñando con aquella explosión que, por suerte, nunca se produjo. Allí, en el tajo, envuelto en un pañuelo, recogí una chapa que había sido un reloj Certina, regalo de mi padre, que la empresa ni siquiera se dignó a abonarme, a pesar de reclamarlo, con él en la mano, al ingeniero del pozo, un tal José Luis Fernández. Eso sí, cuando me jubilé, después de 42 años años cotizados en HUNOSA, ésta me regaló un reloj Citizen que yo mismo regalé, tal y como venía en el estuche, a otra persona que, después de jubilarse como picador de carbón en el Pozo Candín, por unos días que le faltaban no le habían concedido el “premio de antigüedad” que de manera irónica llaman “Medalla de Oro”.

Lámpara minera detectando el grisú en el tajo...

Lámpara minera detectando el grisú en el tajo…

Es verdad que la seguridad en las minas era motivo de especial atención en el sector hullero, de ahí la detallada descripción que el Reglamento Interno hacía del comportamiento que el personal habría de observar en la prevención de accidentes, pero no es menos cierto que aquella preocupación empresarial porque los trabajadores actuasen con el mínimo riesgo de producir accidentes por descuido o neglicencia, en absoluto existía. La estricta división jerárquica de trabajo definía perfectamente lo que se podría denominar una “línea laboral de mando”, tanto por la similitud con la estructura del sindicato vertical como por sus concomitancias con la organización militar de la empresa – durante todo el periodo  de autarquía económica, con un aparato productivo muy precario, el incremento de la producción se garantizaba a costa de una gran explotación de la mano de obra. Esto se materializaba en los bajos salarios, jornadas diarias de más de diez horas y privación del descanso semanal y anual. La forma de implementar estas durísimas condiciones se hacía bajo un Reglamento de Militarización que regulaba las relaciones de trabajo, en las que la desobediencia era considerada como indisciplina, el abandono de trabajo como deserción y el menor incidente como insubordinación o delito de rebelión militar según el Código de Justicia Militar -, donde el eslabón inferior lo constituían vigilantes y capataces, quienes ejercían el directo control laboral y disciplinario sobre un determinado grupo de trabajadores, quedando la instancia superior de la empresa como defensora del orden económico y responsable del normal desarrollo de la producción, objetivo que primaba por encima de cualquier otra cuestión.

Aquel temor de las autoridades franquistas ante cualquier alteración del ritmo productivo en un sector económico que, hasta hacía muy pocos años había sido considerado  como estratégico, justificaba la imposición de especiales mecanismos de control para doblegar a una mano de obra minera cuya trayectoria histórica hacía presumir su total desafección a los principios ideológicos  que inspiraban al régimen fascista de Franco. Así y todo, los mineros no dejaron de manifestarse como vanguardia del Movimiento Obrero que fueron en España, entre otras cuestiones, porque siempre se decía que los salarios de los mineros eran superiores a los del resto del personal obrero de otras industrias, cuestión que no era cierta, salvo en ciertas categorías como picadores o barrenistas, pero si los mineros obtenían una retribución global más elevada ello era debido a los incentivos a la producción que aparentemente privilegiaban una actividad de gran interés para la economía del país, a la generalización del trabajo “a destajo” y a la compensación en metálico de las vacaciones.

Además, ¿Qué otra forma digna, contundente y solidaria había entonces de plantear el avance en las relaciones de clase y en la justicia social cuando la otra parte – el Estado y sus gobiernos serviles y cerriles – consideraban como negociación aceptable y triunfalista lo que no era más que la atemperación de la dinámica social a una convivencia que se mantuvo durante décadas, y con las mejoras que se quieran – arrancadas todas ellas – opresora, falsa y primitiva, donde la constante persecución de los dirigentes sindicales en la clandestinidad, los movimientos y las filosofías sindicalistas libres se convirtieron en un martillo y los trabajadores, en el yunque sobre el que se golpeaba?

Estado de Excepción en España, el año 1969...

Estado de Excepción en España, el año 1969…

Aquellos años de mi actividad como minero en el interior del pozo Fondón de HUNOSA, donde la huelga se consideraba poco menos que  un acto de sedición, es decir, un acto gravemente punible por los poderes del Estado, no por ello redujo la tensión laboral en los centros de trabajo y los permanentes estallidos huelguísticos de la época ponían de manifiesto, no solo el fracaso de la política sociolaboral del franquismo, sino un rechazo total de los mineros a las bases mismas de aquel sistema que, lógicamente iban a tener sus consecuencias en beneficio del conjunto de los trabajadores de la mina. Así, en el año 1973 – yo había sido destinado al Pozo Santa Eulalia (Cabritu), para construir las tolvas subterráneas del ski o pozo de extracción del carbón de los pozos Fondón y Lláscaras (Candín) -, era conquistada la nueva Ordenanza  del Trabajo para las Minas de Carbón en sustitución de la Ordenanza de 1964, uno de los frutos recogidos de las durísimas  luchas sindicales de los años 1962 y 1963, logrando la reducción de la jornada laboral a cuarenta horas semanales y el incremento de las vacaciones a veintitrés días, entre otras conquistas arrancadas a base de sangre, sudor y lágrimas.

Por aquellas fechas de 1972 finalizaba la carrera de Graduado Social en la Universidad de Oviedo – unos estudios que había realizado con nocturnidad y bastante sacrificio -, al tener que desplazarme casi todos los días a Oviedo, haciendo compatible los mismos con el trabajo diario en la mina y mi actividad sindical y política, ya organizado en las filas de UGT y PSOE.

Aquel mismo año, la empresa había convocado un concurso oposición, celebrado en La Cuadriella de Turón, entre los trabajadores de la empresa que hubiesen finalizado los estudios de Graduado Social, para ocupar plazas en los departamentos de personal en los distintos centros de la empresa, y con fecha de marzo de 1974 era destinado como Jefe de Personal del Grupo Siero (Pozos Pumarabule y Mosquitera), donde permanecí hasta el año 1976, en que fui destinado para el Grupo Sama (Pozo Modesta, Fondón, Candín “Lláscares” y Santa Eulalia “Cabritu”), no sin antes haber sido “condenado a galeras”, esto es apartado en un rincón de las oficinas que HUNOSA tenía en “los chalés de la Hullera” en Langreo, con un sofá y una mesa, donde solo había la colección de la revista HULLA que editaba mensualmente la empresa, sin hacer absolutamente nada de nada, siendo ignorado por los jefes y, en bastantes ocasiones, hasta por algunos de los propios compañeros de trabajo.

Los motivos de aquella “condena” tenían su origen en un fortísimo enfrentamiento que había ocurrido con el Ingeniero Jefe del grupo en su despacho, un tal Luis Martínez Capellán, llegando incluso a las manos. Él no veía bien que los “silicóticos de primer grado”, a punto compatible en los exteriores de las explotaciones mineras,  estuvieran “tocándose los cojones” (sic) durante toda la jornada laboral, proponiéndoles la categoría de mineros de primera para que volviesen a realizar sus tareas en el interior de la mina – alguno de ellos ya había aceptado -, y yo había convocado asambleas en los relevos de los pozos, oponiéndome radicalmente ante aquella decisión que me parecía tan injusta como inhumana, haciéndoles ver que había puestos de trabajo en la empresa muy dignos para el personal silicótico, antes que enviarles a “echar los pulmones por la boca por unes pesetes de mierda”, y menos seguir humillándoles de aquella forma tan grosera cuando les hacían barrer la plaza con una escoba…

Al final, fui destinado como jefe de personal del Grupo Sama, permaneciendo en el mismo hasta el año 1978, fecha en la que estuve dedicado de manera exclusiva a la actividad sindical como secretario general de la Federación Estatal de Mineros de UGT (1978-1988).

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

MI VIDA: ¿ POR QUÉ ESTOY EN ESTO ?

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ANTON SAAVEDRA interviniendo en RODIEZMO el año 1979

ANTON SAAVEDRA interviniendo en RODIEZMO, el año 1979

Miles de veces me habían hecho esta pregunta, pero la contestación siempre sigue siendo la misma: No lo sé, y no creo que alguien lo sepa. Sabes por qué te metes. Siempre hay alguien que te anima. Lo que no sabría explicar es porque permaneces al cabo de los años en lo mismo, y lo único que sé es que soy sindicalista, que llevo casi toda mi vida conjugando el verbo indignar, y que elegí esta opción frente a otras alternativas que me ofrecía el destino y que, probablemente, me hubiesen reportado una vida más cómoda y más saludable. Soy sindicalista porque pienso y siento que era y sigue siendo una buena opción para poder pasar por esta cruel sociedad intentando ayudar a los demás, aunque sólo sea un poco y siempre en el marco de mis posibilidades.

Era un domingo por la mañana del año 1969, integrado ya como minero del Pozo Fondón, cuando asistí a una asamblea que se celebraba en los locales de la recientemente constituida asociación “CLUB AMIGOS DEL NALON”, en La Nalona de Sama de Langreo, donde se iban a elegir los miembros de su directiva, sin que yo me imaginara remotamente que iba a ser nominado para ningún cargo, cuando me vi elegido vicepresidente por la unanimidad de los compañeros. Debo de reconocer honestamente que aquella elección me sorprendió bastante, aunque estaría mintiendo si no digo que me llenó de un sano orgullo, siendo el responsable de todo aquello el compañero Bonilla, un activista militante del Partido Comunista de España que trabajaba conmigo en el Pozo Fondón.

Carnet de Antón Saavedra como afiliado a la Asociación Amigos del Nalón, el año 1969

Carnet de Antón Saavedra como afiliado a la Asociación Amigos del Nalón, el año 1969

En realidad aquellas sociedades culturales que, como “AMIGOS DE MIERES”, “SOCIEDAD CULTURAL GIJONESA”, “SOCIEDAD CULTURAL PUMARIN” de Oviedo, o “LA AMISTAD” de El Entrego, entre otras, si bien habían sido creadas bajo el estímulo del asociacionismo cívico y a pesar de las limitadas condiciones de legalidad que ofrecía la LEY DE ASOCIACIONES de 22 de diciembre de 1964, efectivamente, sirvieron de cobertura legal o “tapaderas” para el proselitismo político del Partido Comunista de España – único partido con una verdadera estructura orgánica en Asturias -, a la vez que se utilizaban como lugar de reuniones de las “COMISIONES OBRERAS” genuinas,  aunque la realidad era que estas “asociaciones” se nutrieron de personas de un espectro ideológico muy amplio, con un marcado carácter democrático, teniendo que soportar en muchas ocasiones – como las redadas de abril de 1970 -, la “invasión” de los inspectores policíacos de la Brigada Social, que se incautaban de nuestros libros de actas y socios, teniendo que visitar muy asíduamente las comisarías de la Policía y cuarteles de la Guardia Civil, lugares que personalmente visité en más de veinte ocasiones, aunque jamás salí diciendo que me hubieran masacrado – simplemente algunos arañazos y muchos insultos, aunque todavía no se me quitó el pánico sufrido -, entre otras cuestiones, porque estaría mintiendo…

¿Y por qué no te hiciste comunista, habiéndote realizado prácticamente entre la gente del Partido Comunista y Comisiones Obreras, me preguntaba muchas veces la gente a lo largo de mi trayectoria político sindical? Una pregunta que tampoco sabría responder como me ocurre con la de ¿por qué estoy en esto? No sabría explicarlo, aunque la influencia de mi “güelu” José Saavedra Zapico “José CANTERA” – un exdirigente del SOMA-UGT, primer concejal del PSOE en el concejo de Aller, encarcelado y condenado a muerte (posteriormente conmutada por cadena perpetua) por su participación en la Revolución de Asturias del 34 y en la defensa republicana del 36, así como jefe del  maquis en Aller, después de finalizada la incívica guerra española que vino como consecuencia del golpe militar fascista contra el gobierno legítimo de la II República –, pienso que pudo haber sido decisiva para integrarme como militante de la UGT y del PSOE, allá por el año 1972. Además, mi concepción sindical siempre estuvo y sigue estando basada en la autonomía y en la libertad sindical, y nunca entendí que los sindicatos pudieran estar al servicio del Estado, tal como ocurría en la Unión Soviética y en sus países satélites. Para mí, en cualquier país del mundo, sea comunista o no, los sindicatos tienen que ser organizaciones reivindicativas de los trabajadores y para los trabajadores, y allí, en la extinguida URSS y aquellos países  no me parecía que lo tuvieran muy claro, tal y como lo pude comprobar en las varias ocasiones que anduve por allí en misiones sindicales, aunque no puedo dejar de reconocer mi sincera admiración por el pueblo ruso, al margen de cualquier connotación de índole política y sindical.

Detención de Antón Saavedra el 16 de mayo de 1976 por tirar propaganda contra la monarquía en su visita al interior del Pozo María Luisa..

Detención de Antón Saavedra el 17 de mayo de 1976 por tirar propaganda contra la monarquía en su visita al interior del Pozo María Luisa..

Así llegamos a la fecha del domingo, 16 de mayo de 1976, cuando tenía lugar la celebración del primer congreso de UGT-ASTURIAS después del golpe militar fascista contra el gobierno legítimo de la II República, en los locales del Seminario Metropolitano  de Oviedo, donde resulté elegido secretario regional de propaganda, una labor que consistía en recoger mensualmente en el puerto marítimo de Tazones, el boletín de UGT-CONFEDERAL que nos enviaban por mar desde Bilbao, procedente de Toulouse; repartirlo por las distintas localidades asturianas  – mejor personas muy concretas, algunas de las cuales (muy pocas porque no había muchas),  se negaban a repartirla y otras nos decían que no los comprometiéramos más -; hacer los panfletos y boletines que se tiraban ante cualquier evento o conflicto huelguístico, casi siempre redactados con Emilio Barbón, Ludivina García Arias y su marido, Juan Luis Rodríguez Vigil; y después, por la noche, tirarlos por la calle y en los centros de trabajo.

Me acuerdo del día 17 de mayo de 1976, cuando en compañía de Pedro Miranda, el médico de Lada, y Joaquín Andrés, el de la cafetería Lieja de Sama, fuimos detenidos por la Guardia Civil en el Barrio del Pilar de Lada, después de un tiroteo contra nosotros, cuando nos encontrábamos tirando propaganda contra la monarquía borbónica, que al día siguiente visitaban – Juan Carlos de Borbón y Sofía de Grecia – los interiores del Pozo María Luisa de Hunosa.

Don Juan Carlos de Borbón y Sofia de Grecia en el interior del Pozo Maria Luis, el 17 de mayo de 1976

Don Juan Carlos de Borbón y Sofia de Grecia en el interior del Pozo Maria Luis, el 18 de mayo de 1976

Aquella tarde nos habíamos trasladado a Oviedo en el coche de Pedro el médico, para imprimir las octavillas en la pequeña imprenta que Eugenio y Joaquín (EUJOA) tenían encima de la estación de la Renfe (Oviedo), llegando a la Cafetería Lieja de Sama hacia las once de la noche, pero esperamos un tiempo hasta la una de la mañana para empezar la tarea. Pedro conduciendo, Joaquín por una ventanilla del coche y yo por la otra, íbamos regando las calles y barrios, hasta que, de repente, cuando nos encontrábamos en una de las calles del Barrio Pilar de Lada, oímos unos disparos dirigidos contra nuestro coche: ¡Alto, manos arriba, no se muevan, están ustedes detenidos!

Era la Guardia Civil que estaba escondida por todos los rincones de los barrios mineros ante la visita de tan “ilustres” señores, que nos llevó andando y  encañonados todo el camino, sin ni siquiera dejarnos echar un cigarro, hasta el cuartel de La Felguera – aquel día había más estrellas en el cuartel que en el  cielo más estrellado del mundo – donde permanecimos durante cuatro días (por la noche nos llevaban a las cochambrosas celdas de la Policía Municipal de Sama de Langreo). La solidaridad de la gente fue tal que, casi tenemos que poner una tienda de tabacos y comestibles, de la cantidad de suministro que recibimos un día tras otro. No soy dado a comentar cierto tipo de anécdotas que por su valentía en los momentos difíciles, y en aquel cuartel tan estrellado, pudieran parecer inventadas, pero, como homenaje en recuerdo de mi compañero y amigo, Pedro el médico, haré mención literal de la respuesta dada al brigada que redactó el informe, un tal Gasparón, que parecía un “orangután” con correaje. Este sujeto había redactado: “cuando se encontraban tirando propaganda del S.O.E. y U.G.T. contra la monarquía española, en la persona de don Juan Carlos de Borbón al que denominan como Juan Carlos I el Breve”, de tal manera que, cuando nos lo dieron a leer y firmar, Pedro se negó a ello por entender que nosotros no habíamos  tirado propaganda del  SOE (Seguro Obligatorio de Enfermedad), postura que nosotros secundamos de inmediato… Aquello levantó alguna que otra solapada carcajada entre los mandos de la guardia civil que llenaban el cuartel aquella madrugada, y, al final, entre las explicaciones irónicas de Pedro, haciéndole ver que la propaganda era del PPPPPSSSSSOOOOOEEEEE… ¿se entera usted?, aquel individuo se aclaró, por fin, de que lo que habíamos tirado era propaganda del PSOE…

En cierta ocasión, hablando con Pablo Castellano del asunto, refiriéndome a la escasa atención jurídica que tuvimos, aunque bien es cierto, y así me consta fehacientemente, la intervención del agregado laboral de la embajada alemana, Walter Nocker, ante el gobierno de España, la respuesta de Pablo fue que: “por aquellas fechas, tanto la UGT cómo el PSOE, necesitaba gente como vosotros en aquellas situaciones, que servían para contrarrestar las luchas del Partido Comunista de España y de Comisiones Obreras en la clandestinidad”.

Un centenar de antifranquistas coloca una placa en la antigua Comisaría de la calle Cabrales para recordar la represión La Nueva España - 30/01/2005

José Luis García Rúa dirigiéndose a los compañeros antifranquistas que colocaron una placa en la antigua Comisaría de la calle Cabrales para recordar la represión, el 30 de enero de 2005

Aquella detención no era mi primera experiencia con los calabozos, porque un primero de mayo de 1974 había sido detenido en Gijón, permaneciendo cinco días en las celdas de la Comisaría situada en la calle Cabrales de la villa gijonesa. Aquel día, de mañana, un grupo de personas habíamos intentado manifestarnos en el Paseo de Begoña, sin lograrlo, donde uno de los compañeros que había venido de Bruselas me había entregado dos ejemplares del “MUNDO OBRERO” que metí doblados en mi bolsillo, sin preocuparme más de ellos, y después de estar toda la tarde de sidra con mi cuñado Paco, por la noche nos dispusimos a entrar en el EROS de Gijón, siendo interceptados a la entrada por dos “secretas”, según mostraban sus credenciales policíacas, no tardando diez minutos en presentarse allí un “Land Rover” de la Policía Nacional que nos trasladó a la Comisaría de la Calle Cabrales, en Gijón.

Una vez en la comisaría tuvimos que ir depositando todas nuestras pertenencias encima de una mesa, cuando me encuentro en mis manos con los dos periódicos subversivos, de los que casi me había olvidado que los traía, y de ahí a unas “pocilgas” que llamaban calabozos situados en los sótanos, del que me sacaron de madrugada para subirme a los pisos superiores, donde se encontraba la Brigada Político-Social, y someterme a un largo y duro interrogatorio, con una lámpara amarillenta que alumbraba sobre mi cara, soportando todo tipo de insultos, amenazas y empujones, aunque sin llegar a pegarme.

De mi estancia en aquellos calabozos, recuerdo la cara descompuesta de mi padre, acompañado de su amigo Florentino Vázquez “Florón” (antiguo comandante republicano), preguntándome si me habían pegado y comunicarme que me habían concedido las vacaciones en el trabajo, después de una conversación que había mantenido con el ingeniero jefe del grupo minero de Sama, con el fin de que no me pudieran despedir en la empresa por no acudir al trabajo. Un día por la mañana, éramos esposados, como dos vulgares  criminales, para ser trasladados a los juzgados situados en el barrio de Cimadevilla, siendo el día de hoy que nunca recibí documento alguno sobre mi detención, ni mucho menos sobre mi condena.

Entrevista con Antón Saavedra, secretario general de la Federación Estatal de Mineros de UGT (LA VOZ DE ASTURIAS, 8 de enero de 1977)

Entrevista con Antón Saavedra, secretario general de la Federación Estatal de Mineros de UGT (LA VOZ DE ASTURIAS, 8 de enero de 1977)

Aunque la tarea que yo tenía encomendada por el Congreso de U.G.T. era la propaganda en Asturias, la verdadera misión que ocupó mi tiempo, desde viernes a lunes, incluyendo mis vacaciones anuales, fue patearme la geografía española para contribuir a la organización de  los mineros de León, Palencia, Huelva, Teruel, Ciudad Real, Córdoba, Jaén, Granada, Navarra, Cantabria, País Vasco y Cataluña, formando incluso el PSOE en algunas de las zonas, donde no había ni restos de lo que habían sido las organizaciones socialistas en su doble vertiente sindical y política. Para ello fuimos dotados por medio de la Federación Internacional de Mineros (FIM) de un coche SEAT 127, un equipo completo de reproducción para la elaboración de las octavillas y los boletines, cien mil pesetas en papel y clichés depositadas en una librería de Oviedo, y una cantidad de 88.000 pesetas mensuales, con las que se pagaban el salario y la seguridad social de Avelino Pérez – militante procedentes del exilio francés (40.000 pesetas) -, un local para el Sindicato Minero, el POSE y la U.G.T. en la avenida de Oviedo de Sama de Langreo, por el que abonábamos 20.000 pesetas, quedando el resto para los desplazamientos.

Así, durante los días 10 y 11 de diciembre de 1977, tenía lugar en la localidad asturiana de Mieres, la celebración del XI Congreso de la Federación Estatal de Mineros de U.G.T. – primero que se celebraba tras la sangrienta dictadura franquista -, resultando elegido por los compañeros mineros de toda España como Secretario General, no sin tener que soportar las primeras actuaciones conspirativas de un individuo como VILLA, que ya actuaba como “confidente” del temible jefe de la Brigada Político-Social en Asturias, Claudio Ramos Tejedor, resultando ser un estafador a la Hacienda Pública y un ladrón de los dineros procedentes de las cuotas y dietas de los afiliados y representantes sindicales del SOMAFIAUGT.

A partir de la celebración del Congreso Minero, fui liberado con las horas sindicales de la sección sindical de UGT en HUNOSA, para dedicarme en exclusiva a la tarea de organizar y fortalecer la U.G.T.– MINERÍA en todos y cada uno de los rincones de España, no exenta de conflictos mineros que se producían a diario, como el de Minas de Figaredo en Asturias que, después de haber presentado la empresa un expediente de regulación de empleo en diciembre de 1978 para sus mil seiscientos trabajadores y ser abandonados por el SOMA-UGT en sus reivindicaciones para salvar la mina, tuvimos que hacernos cargo desde la FEM-UGT, hasta lograr su integración en el Instituto Nacional de Industria el año 1980 (posteriormente el Pozo Figaredo sería integrado como un pozo más de HUNOSA), después de una larguísima y dura lucha sindical desarrollada unitariamente con los compañeros de CC.OO., donde se dieron todo tipo de movilizaciones sindicales en Asturias y en Madrid, que llevaron incluso a mi detención y la de cuatro compañeros de U.G.T. en los calabozos de la Dirección General de Seguridad, por cortar durante tres horas el Paseo de la Castellana en Madrid, el día 11 de marzo de 1979, aunque, con fecha 29 de junio de 2007, el pozo sería cerrado definitivamente en una vergonzosa connivencia de aquellos que seguían la consigna de aquel que decía “había que pasar por encima de su cadáver antes de cerrar un solo pozo en HUNOSA”, poniendo fin a dos siglos de minería en el valle de Turón.

Movilización convocada en Mieres por la Federación Estatal de Mineros de U.G.T. y CC.OO. exigiendo la integración de Minas de Figaredo en el I.N.I. (ASTURIAS DIARIO, 6 de abril de 1979)

Movilización convocada en Mieres por la Federación Estatal de Mineros de U.G.T. y CC.OO. exigiendo la integración de Minas de Figaredo en el I.N.I. (ASTURIAS DIARIO, 6 de abril de 1979)

Otro de los “graves conflictos mineros” que recuerdo por aquellas fechas, es el que tuvo lugar en la localidad leonesa de Fabero, allá por el mes de setiembre de 1978, ante la amenaza del cierre de Antracitas de Fabero, del que también resulté detenido, permaneciendo dos días en los calabozos situados  en los sótanos del ayuntamiento de Ponferrada y procesado en los Juzgados de la misma localidad. El caso fue que habíamos decretado una huelga general en la minería de León y convocado una manifestación de apoyo a los compañeros mineros en la propia localidad de Fabero, el domingo 3 de setiembre, y durante mi intervención a los más de 12.000 mineros  concentrados en el campo del fútbol manifesté aquello de “que al pan, pan, al vino, vino, y al ministro de la gobernación, Martín Villa, pistolero y asesino”, siendo denunciado por algunos conocidos falangistas del pueblo, y posteriormente detenido. Aquello resultó hasta simpático, porque cuando había sido citado a declarar ante el juez, asistido por el abogado Gabela (posteriormente sería alcalde de Ponferrada, senador del PSOE y presidente del PSOE leonés), éste me preguntó si yo había realizado aquellas manifestaciones, a lo que respondí que no me acordaba exactamente de lo que había dicho, pero posiblemente, teniendo en cuenta el contexto en que se habían realizado, podían ser ciertas: “Bueno, entonces vamos a poner que en momentos de tensión la boca no responde al intelecto”, dicho en un lenguaje con acento gallego,  y ahí quedó el asunto. Posteriormente, tomando un café con el abogado Gabela y el propio juez, éste nos dijo que él también había militado en el Partido Socialista Popular de Baleares.

Antón Saavedra en el campo de fútbol de Fabero, dirigiéndose a los más de 12.000 mineros en apoyo de los compañeros de Antracitas de Fabero, el 3 de setiembre de 1978

Antón Saavedra en el campo de fútbol de Fabero, dirigiéndose a los más de 12.000 mineros en apoyo de los compañeros de Antracitas de Fabero, el 3 de setiembre de 1978

Aquel mismo año de 1979 tenía lugar, por primera vez en la historia de España, la celebración del 43º Congreso de la FEDERACION INTERNACIONAL DE MINEROS (FIM-CIOLS) en Madrid, entre los días 4 al 8 de junio, resultando elegido como vicepresidente de su comité ejecutivo, ocupándome principalmente del movimiento obrero minero en los países de Latinoamérica, como Bolivia, Perú, Chile, Colombia o Brasil. Allí tuve ocasión de comprender y distinguir perfectamente entre aquellos países que, siendo ricos, son llamados pobres, y aquellos otros que son ricos a costa de la explotación a sangre y fuego de estos países mal llamados pobres… Allí tuve ocasión de ver a “guajes” de once años trabajando en las minas colombianas de carbón en  El Cerrejón (La Guajira) por un simple bodadillo de mortadela como salario, y pronto me di cuenta de que ese era el carbón barato que multinacionales, como la GOLDMAN SARCH, traían a nuestro país para ir procediendo al cierre de nuestras explotaciones mineras, a la vez que se iba tejiendo la “trama minera”, que tantos beneficios trajo para los “amiguetes” de los gobiernos de turno con sus pandilleros sindicales y tanto fraude y robo consentido produjeron a la Hacienda Pública española.

Nunca se me olvidará lo ocurrido en la capital peruana de Lima, donde, para no perder la costumbre, también fui detenido – mejor retenido por unas horas – y obligado a fregar el patio de un cuartel de la guardia civil peruana.

Antón Saavedra en la Plaza San Martín de Lima, el mes de agosto de 1982

Antón Saavedra en la Plaza San Martín de Lima, el mes de agosto de 1982

Aquel día del mes de agosto de 1982, de regreso de la localidad minera de Ayacucho, había salido del hotel en camisa, dejando el pasaporte en la chaqueta, solo con la intención de comprar algún producto de la artesanía local en un mercadillo cercano del hotel, pero en el trayecto observé que un grupo de jóvenes estaban viendo la televisión ante el escaparate de una tienda de electrodomésticos, cuando llegó un furgón grande de la policía y les obligó a montar en su interior. Yo me dispuse a seguir mi camino, pero me dijeron: “usted también para adentro”, tratando de convencerles de que yo era turista y nada tenía que ver con aquella situación. Me piden la identificación, y les digo que tengo el pasaporte en el hotel, señalándoles el lugar, pero no me hicieron caso, me obligaron a montar en el furgón, me quitaron el cinturón del pantalón y once dólares que traía en el bolsillo, me dieron un caldero lleno de agua con una balleta y a fregar.

Lo más grotesco fue que, sin saber a qué se debía aquella humillación, una vez finalizada la tarea, y devolverme mi cinturón, les hago reclamo de mi dinero, contestándome que yo no llevaba ningún dinero y que me largara a solucionar  los problemas de España, a la vez que me indicaban el vuelo del avión para que abandonase el país (sabían perfectamente qué hacía en Perú). Claro, el primer día de mi llegada a Lima, cuando me dirigía al barrio de Miraflores, donde tenía que contactar con el sindicato minero peruano en la clandestinidad a través de una ONG inglesa, y preguntar en un puesto de guardia en la calle como podía llegar hasta el lugar, me habían pedido mi pasaporte, el cual tuve que recuperar tras darles otros diez dólares, porque me decían, entre risas y burlas, que yo lo había perdido.

Antón Saavedra en la apertura del congreso minero de la COB boliviana, celebrado en HUANUNI, el mes de agosto de 1982.

Antón Saavedra en la apertura del congreso minero de la COB boliviana, celebrado en HUANUNI, el mes de agosto de 1982.

En efecto, al día siguiente ya estaba en el aeropuerto de Lima, pero no para regresar a España, sino para dirigirme a Santiago de Chile, donde tenía previsto contactar con el compañero Bustos de la clandestina CUT chilena, pero, una vez llegado a Chile, ni siquiera me dejaron salir de la pista del aeropuerto, donde permanecía durante dos horas, sin saber lo que iba a pasar y solo viendo delante de mí a dos “gorilas” del ejército de Pinochet, hasta que fui montado en otro vuelo con dirección a Buenos Aires, permaneciendo todo el día en la capital argentina, cogiendo por la noche otro vuelo con destino a Colombia y de Colombia a España; es decir, por el mismo precio anduve medio mundo, aunque, eso sí, medio “escagalerau”.

Ya de regreso de mi periplo por los países latinoamericanos me entero, leyendo La Voz de Asturias del día 13 de Agosto de 1982, de mi expulsión del PSOE, motivada, según el entonces secretario de organización de la FSA-PSOE, Francisco Varela, por la “publicación de diversos artículos en la prensa en los que se lanzaban términos insultantes a compañeros del partido. Y esto se encuentra recogido en los estatutos del partido”, una expulsión que nunca se llevó a efecto por decisión, entre otros, del entonces Presidente del PSOE, Ramón Rubial.

 

 

 

 

 

 

AQUELLOS AÑOS DE PUBERTAD Y JUVENTUD

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BARRIADA DE LADA con mi hermana CHERES a la edad de 8 años.

Antón Saavedra y su hermana Cheres en nuestra casa de la Barriada de Lada, el año 1959. En la mesita de la habitación de mis padres, la radio Philis donde mi padre escuchaba “la Pirinaica”.

En efecto, estamos en el año 1959 cuando, con once años de edad, iniciaba mis estudios de bachiller en la ACADEMIA MERCANTIL “EL FRAILIN” de La Felguera – más que una escuela aquello se parecía más a un “reformatorio”, entendido esto en el sentido más represivo de la palabra -, y aquel año se había implantado el PLAN DE ESTABILIZACIÓN en España, poniendo fin a la etapa autárquica que abría la economía a los mercados internacionales, pero también fue el año en que un grupo de revolucionarios encabezados por FIDEL CASTRO y el CHE GUEVARA tomaban el poder en Cuba para instaurar un régimen comunista en el patio trasero de los EE.UU.

En cualquier caso, de todos los acontecimientos que oíamos hablar en las tertulias de los mayores,  el más importante para mí fue la victoria de Bahamontes “El Aguila de Toledo” en el Tour de Francia, un ciclista que yo había visto unas cuantas veces en persona, cuando corría en la Vuelta Ciclista a España y en la de Asturias, a su paso por Las Tejeras de Lada o en El Alto de La Collaona, una vez que me llevó mi padre a verla, aunque yo creo que lo que más nos interesaba era coger el máximo de chocolatinas,  caramelos y toda clase de propagandas y viseras de cartón que iban tirando por la carretera las camionetas de la caravana comercial.

Claro que me gustaba el ciclismo, aunque nunca pude tener bicicleta en aquellos tiempos, a pesar de estar pidiéndola bastantes años por carta a los Reyes Magos, pero estos siempre me traían un “maletu” de cuero para la escuela ( más tarde supe que los reyes eran los padres ), pero mi pasión deportiva era el fútbol, y aquel año mi equipo preferido del Real Madrid de los Di Stefano, Puskas, Kopa, Marquitos, Santamaria y Gento ganaba la cuarta Copa de Europa contra los franceses del Stade de Reims.

De izquierda a derecha: Antón Saavedra, mi padre Nicanor, mi madre Maria Luisa, mi hermana Cheres, y mi hermano Cano en Oviedo, el año 1961.

De izquierda a derecha: Antón Saavedra, mi padre Nicanor, mi madre Maria Luisa, mi hermana Cheres, y mi hermano Cano en Oviedo, el año 1961.

¡Qué tiempos aquellos!, cuando empecé a notar aquel cambio en mi cuerpo, que hacía que me pusiera como se dice ahora, “como una moto”. Eran aquellos tiempos en que los guajes de mi edad andábamos todos alborotados porque nuestras hormonas se volvían locas y nuestro cuerpo, con once y doce años, parecía un fuego en plena ebollución, haciéndonos ver que ya éramos unos tíos con “pelo en pecho”, aunque, la verdad era que nos pasábamos los días mirando todas las partes de nuestra cambiante anatomía para contar los pelos que nos iban apareciendo, no solo en el pecho, sino por cada parte de nuestro cuerpo, tanto en el sobaco como en la zona púbica.

En mi generación, como creo que ocurrirá en todas, se marcaban claramente ciertos ritos que eran necesarios superar para identificarse con la etapa de edad superior. De la pubertad a la adolescencia o el descubrimiento del sexo, en aquellos años de la década de los 60 podía suponer un auténtico “trauma” para aquellos años entre los once y los quince o dieciséis.  No sólo la religión que condenaba el sexo sino que la moral pública impedía que fuera algo cotidiano, la prohibición de los desnudos en revistas, cine, arte y demás manifestaciones era algo evidente y la censura cumplía su función a la perfección, de tal forma que estos temas eran siempre tabú.

Con Brigitte Bardot y sus descansos en Saint Tropez y Cannes luciendo un bikini, se desencadena la promoción de tal prenda. Su papel en Y Dios creó a la mujer en 1957, animó a decenas de mujeres a usarla

Con Brigitte Bardot y sus descansos en Saint Tropez y Cannes luciendo un bikini, se desencadena la promoción de tal prenda. Su papel en “Y Dios creó a la mujer” en 1957, animó a decenas de mujeres a usarla

Menos mal que, gracias a la masiva emigración que se producía en España por aquellos años hacia los países industrializados de Europa, por el verano siempre volvían alguno de nuestros amigos mayores que se acordaban de nosotros y nos traían aquellas revistas de porno, en blanco y negro, que nos servían para saciar aquella represión sexual que padecíamos en España, como consecuencia de la estrecha alianza existente entre Iglesia y Estado que había animado a los “moralistas católicos” a regular toda actividad que pudiera despertar las pasiones prohibidas: la exhibición del cuerpo en las playas, las peligrosas excursiones campestres, los bailes con demasiado contacto físico, los espectáculos y escritos capaces de despertar aquellos apetitos de placeres sensuales no gratos a Dios, hasta el punto de que entrar a ver una película para mayores – colándote con una edad inferior a la permitida – te daba la posibilidad de encontrar alguna escena más atrevida, lo que significaba haber pasado una prueba que te convertía en adolescente (naturalmente se trataba de engañar al acomodador del cine, seguro que haciendo la vista gorda hacia nosotros).

Otro de los ritos era fumar. Los “guajes” de la época fumábamos a escondidas, primero empezábamos por unos cigarrillos “hechos” que venían en una alforja de papel, y los vendía “el condonero” en el carro de pipas y “chuches” que tenía junto al cine Pilar Duro de La Felguera, o en la “tiendina de la Murciana”, junto a la estación de la Renfe de la misma localidad; después ya pasábamos a comprar cigarrillos sueltos, siendo los más famosos que yo recuerdo – eran los más baratos – que no tenían boquilla y eran de tabaco negro (CELTAS) y de tabaco rubio (BISONTE ), ambos horribles y con unas estacas que a veces ni ardían. Estos también los comprábamos sueltos porque el precio de la cajetilla era prohibitivo para la mayoría de nosotros. Hablar del tabaco rubio emboquillado eran palabras mayores, se importaban de EE.UU. y costaban un pastón, por lo que solo algún domingo y, sobre todo, alguna fecha significada, como era la celebración del “santu” de Don Daniel “El Frailín” : “LM”, “Marlboro”, “Winston”, “Camel”, “Chesterfield”, “Philips Morris” o “Lucki”, entre otros; también abundaban los canarios que eran negros, como el “Antillas” y “Mencey” o el rubio de “Tres Carabelas”.

Los españoles fumaban como carreteros en los años sesenta del siglo pasado. Los privilegiados de la cúspide social, tabaco rubio de importación como el Chesterfield. Y la mayoría, a la espera de que el desarrollismo los arrancase de las penurias de la posguerra y los enrolase en la emergente clase media, consumía los humildes cigarrillos Celtas: el «Chéster obrero».

Los españoles fumaban como carreteros en los años sesenta del siglo pasado. Los privilegiados de la cúspide social, tabaco rubio de importación como el Chesterfield. Y la mayoría, a la espera de que el desarrollismo los arrancase de las penurias de la posguerra y los enrolase en la emergente clase media, consumía los humildes cigarrillos Celtas: el «Chéster obrero».

La música de aquellos años sesenta, es la que me ha tocado vivir, bailar, y la que me ha hecho vibrar en aquellos “guateques” durante mi adolescencia. En ella había de todo, música de diversas procedencias, italiana, francesa, anglosajona y como no española, quedándome en el recuerdo con aquellos conjuntos de Los Bravos, Los Brincos, Los Sirex o Los Mustang, pero, sobre todo, aquellos grupos instrumentales como Los Relámpagos, Los Pekenikes o The Shadows…

Aquellos “guateques”, se preparaban de forma habitual para celebrar una fiesta que se daba principalmente los domingos por la tarde, alquilando un local que pagábamos entre todos los chicos – las chicas no pagaban nada, porque no estaba bien visto en la época – donde vertíamos en un barreño de zinc gaseosas de “butano” (la Coca-Cola resultaba muy cara para nosotros), mezcladas con ginebra de garrafón que comprábamos en “la bodeguina”, en el que echábamos trozos de limón y una barra de hielo troceada, revolviéndolo todo con una garcilla que servía para ir echando aquello que llamábamos “Cubalibre” en los vasos. La “mandunga” consistía en unas patatas fritas, aceitunas y frutos secos variados, según el dinero disponible, pero lo esencial era disponer de un tocadiscos o gramola, y como es lógico de discos, aportados entre unos y otros de la panda.

ANTON a la edad de 16 años en el Parque de Sama de Langreo.

ANTON a la edad de 16 años en el Parque de Sama de Langreo.

La verdad, que pasábamos las tardes de lo más agradable, sin necesidad de grandes parafernalias, donde incluso había quién ligaba y acompañaba a la chavala a casa.  Al principio cuando el barreño estaba lleno, música de Los Brincos, Los Pekenikes o Los Bravos, pero cuando empezaba a caer la tarde, y el barreño iba bajando de nivel, música del Dúo Dinámico, Rafael, Mari Trini, Salvatore Adamo o Jimmy Fontana, por citar algunos.

Por supuesto, también existían los bailes, pero para entrar en ellos era preciso tener los dieciocho años, aunque a veces lográbamos, como en el cine, pasar por mayores, pero la única posibilidad de juntarse para bailar y estar con chicas de forma “un poco íntima” era en los “guateques”.

AGUILA C.F. de Langreo: De izquierda a derecha (de pie): Nieves, Antón Saavedra, Ignacio, Carlos; Jamart, Iván; Lauriño; (agachados) Dolfi, Suárez, Noriega, Pruden y Coello, en el campo de El Nalón, en L' Entregu, el año 1964

AGUILA C.F. de Langreo: De izquierda a derecha (de pie): Nieves; Antón Saavedra, Ignacio, Carlos; Jamart, Iván; Lauriño; (agachados) Dolfi, Suárez, Noriega, Pruden y Coello, en el campo de El Nalón, en L’ Entregu, el año 1963

Sin embargo, lo que de verdad me hacía a mí vibrar en mi juventud era jugar al fútbol. Como casi todos los “guajes” de mi edad, quise ser futbolista y, la verdad, jugaba bastante bien, sobre todo por la noche, en mis sueños: durante el día era uno de los peores de aquellos equipos de los Tensi, Nieves, Prieto, Dolfi, Lavandera, Junquera, Secades,  y tantos otros que alcanzaron la división de honor del fútbol español. Además, existía un problema. Se trataba de los estudios – para mi padre prioritario por encima de todo -, y cuando suspendía alguna asignatura, circunstancia que se daba con bastante normalidad, el castigo consistía en la prohibición de dejarme jugar. Aquello era la ostia para un guaje como yo que, viviendo delante del campo de fútbol de Lada, veía desde la ventana de mi casa, a mis amigos disfrutar de lo que tanto me gustaba practicar, y yo con aquellos “putos libros” que no me entraban en la cabeza, entre otras cuestiones, porque era incapaz de concentrarme con ellos ya que sólo pensaba en jugar al fútbol.

Recuerdo en cierta ocasión en la que, habiendo sido preseleccionado para la Selección Juvenil Asturiana, vino el entrenador del Alcázar Juvenil, Saro Baragaño, acompañado de Ricardo “Calo”, a mí casa para hablar con mi padre y hacerle ver que yo tenía facultades para jugar al fútbol, contestándole mi padre que mi campo de juego era aquel, mientras señalaba para el libro que yo tenía sobre la mesa de mí casa.

INSTITUTO DE SAMA en el Torre de los Reyes (1964).Por la izquierda:Manolín;Arturo,antón,Paredes;Carlos,Pipo,León.Agachados: Navarro,Zepol,Roces,Hector Luis y Javier Hernando.

Equipo del Instituto de Sama en el Torre de los Reyes (1964).De izquierda a derecha:Manolín; Arturo, Antón, Paredes; Carlos, Pipo, León.Agachados: Navarro, Zepol, Roces, Hector Luis y Javier Hernando.

Otra cuestión muy distinta fue cuando pasé a estudiar en el Instituto de Sama de Langreo, participando con el equipo de fútbol en los Juegos Escolares, donde ya no recibía los castigos de mi padre, porque aquello formaba, como si dijéramos, parte de la asignatura de Educación Física, única asignatura del bachillerato donde mi nota siempre era sobresaliente. Allí, no sólo jugaba al fútbol, sino que participaba en casi todos los deportes, desde carrera de vallas – una vez quedé clasificado en el  tercer puesto en unos Campeonatos Escolares de Asturias, pero sólo corríamos tres – hasta el lanzamiento de peso, disco y martillo, pero también allí, tuve problemas con mi padre, aunque de otra índole.

En aquellos tiempos, tanto la asignatura de Formación del Espíritu Nacional como la Religión y la Educación Física en los centros de enseñanza estaban en manos del partido único, es decir, de la FET  Y LAS JONS (Falange) o lo que es lo mismo, del Movimiento Nacional, y ésta, a su vez gestionaba el Frente de Juventudes y la Sección Femenina que eran los instrumentos del partido para controlar la “correcta educación” de los españoles desde su tierna infancia.

La Formación del Espíritu Nacional (Política) consistía en el adoctrinamiento de los estudiantes varones en los principios del franquismo. Era un intento de moldear conciencias y actitudes que iba paralelo al otro adoctrinamiento que se producía en el plano religioso con el catecismo, quedando de esta forma bien diseñados los dos pilares, el político y el religioso, sobre los que se asentaba el nacionalcatolicismo, de tal manera que estas “enseñanzas” eran impartidas por individuos adictos al régimen fascista de Franco, tal como quedaba recogido en una Ley de diciembre de 1940 que daba vida el Frente de Juventudes, sección del partido “Falange Española Tradicionalista y de las J.O.N.S.”, dejando también establecido la Educación Física y Deportiva de todos los alumnos en los centros de Primera y Segunda Enseñanza, oficial y privada, dentro del mismo “paquete”, para que los Ministerios correspondientes “dictaren las medidas necesarias al objeto de facilitar el cumplimiento de la misión del Frente de Juventudes”.

Así que, cuando en una de las clase de Formación del Espíritu Nacional el profesor sugirió que, afiliándose a un hogar del Frente de Juventudes, los problemas que íbamos a tener tanto con la asignatura de F.E.N., como con la de Educación Física, iban a desaparecer como por ensalmo, sentí unos deseos irrefrenables de acudir al hogar más próximo, entre otras cuestiones, porque ya había vislumbrado la posibilidad de poder acudir a un centro en el que podía jugar al ping-pong, al billar y al futbolín y, encima, te dieran como premio dos asignaturas aprobadas. Pero, una vez más, volvía a tener problemas con mi padre.

Yo tenía un camarada / entre todos el mejor / siempre juntos caminábamos / siempre juntos avanzábamos / al redoble del tambor...

Desde el principio de su fundación la Falange se miró en el espejo del Fascismo Italiano, y así cogieron el nombre de “balillas” para los miembros de sus juventudes, una organización de tipo paramilitar donde sus miembros iban uniformados. Con el lema “Por el Imperio hacia Dios” los fines de esta organización eran “la edcación política, en el espiritu y doctrina del Movimiento.

En efecto, aquel mismo día, a la hora de la comida, decidí que era el momento oportuno para decirle a mi madre la ganga que había encontrado para aprobar dos asignaturas por el entretenido procedimiento de jugar al ping-pong, el billar y el futbolín, a la vez que dejaba encima la mesa de la cocina el documento-ficha que nos habían dado en el Instituto para que lo firmara mi padre, pero aquel papel jamás fue firmado, siendo la contestación de mi padre a través de mi madre que “ni se me pasara por la cabeza vestir la camisa azul con el yugo y las flechas de falangista mientras él mandara en casa”. Sin comprender la inquina de mi padre ante aquella propuesta que nos había hecho nada menos que un profesor del Instituto, me saltaron las lágrimas en mis ojos, al ver frustradas aquellas aspiraciones que me iban a permitir entrar en aquel mundo contado por mis compañeros de clase, tales como excursiones, campeonatos de fútbol, balonmano, todo tipo de juegos, incluida la vida en los campamentos de verano.

La verdad, no tardé mucho en comprender aquella actuación de mi padre: su padre – mi “güelu” – había sido perseguido por los falangistas del concejo de Aller, por el único delito de haber defendido siempre a los trabajadores. Su madre – mi “güela” – había sido sacada de su casa arrastrada por los pelos, en presencia de sus hijos, por aquellos falangistas que preguntaban constantemente por el paradero de mi “güelu” para fusilarlo, mientras mí padre y su hermano Ángel, los mayores de ocho hermanos, eran guardados por Concha y Maximino en una “corripa” de los “gochos” de su propiedad en “El Pueblu” de Piñeres, para que los falangistas no los masacrasen “a palos”, tal y como me llegaron a contar en persona sus hijos Manolín y Fernando.

Así llegamos al año 1964, cuando la dictadura franquista celebraba por todo lo grande sus “VEINTICINCO AÑOS DE PAZ” en el poder, después de haber sido ellos los golpistas que habían traído la gran tragedia a nuestro país, con un gran despliegue propagandístico para poner de relieve sus logros sociales y económicos. Un evento que tuvo su película – “FRANCO, ESE HOMBRE” – y su gol, el gol de Marcelino a la selección futbolística de la URSS, que si bien no estaba previsto en el programa,  resultó ser el colofón perfecto a un año triunfal que, incluso llegó a contar con la participación del cantante asturiano, VICTOR MANUEL, dedicándole su conocida canción de homenaje a FRANCO.

Ese triunfo trascendió lo deportivo, con un claro trasfondo político. Pocos días después de cumplirse 25 años de la victoria del bando nacional en la Guerra Civil, Franco aprovechaba para sacar pecho con una victoria sobre el comunismo soviético... aunque fuera sobre el césped. Un golpe moral cuatro años después de que España quedara eliminada de la primera Copa de Europa de Naciones al prohibir el dictador la entrada de la URSS en territorio español.

Ese triunfo trascendió lo deportivo, con un claro trasfondo político. Pocos días después de cumplirse 25 años de la victoria, Franco aprovechaba para sacar pecho con una victoria sobre el comunismo soviético… aunque fuera sobre el césped. Un golpe moral cuatro años después de que España quedara eliminada de la primera Copa de Europa de Naciones al prohibir el dictador la entrada de la URSS en territorio español.

En efecto, aquel gol de Marcelino significaba “La victoria sobre el enemigo de fondo, aquella monstruosa hidra cuya cabeza habían cercenado en 1939», tal y como describía el escritor Vázquez Montalbán el gol que daba la victoria a la selección española de fútbol en la final de la Eurocopa, celebrada en el estadio Santiago Bernabéu, el 21 de junio de 1964, entre las selecciones de España y la URSS. Una cita que para Franco se convirtió, pocos días después de haber celebrado el 25 aniversario de la victoria en la Guerra Civil, en algo más que la gran cita del fútbol continental: El comunismo era una de las grandes obsesiones del dictador, y aquella victoria suponía un triunfo ideológico sobre el peor enemigo posible.

Los sucesivos planes económicos aplicados en el país iban propiciando un desarrollo que se manifestaba, entre otras cosas, en que nuestro país se iba llenando de aquello que aprendimos en la enciclopedia Álvarez sobre los paralelepípedos, aquellos cuerpos geométricos de seis caras y, efectivamente, los grandes paralelepípedos iban surgiendo en las calles y creciendo en nuestras costas sin ningún orden ni concierto, como no fuera el de los “especuladores” de turno. Pequeños paralelepípedos penetraban en nuestras casas: calentadores Fagor, cocinas Corberó, televisores Marconi, lavadoras Cointra, frigoríficos Edesa, de tal manera que una fiebre consumista se iba adueñando de los españoles, y había que comprar electrodomésticos, aunque fuera a plazos.

España se había convertido en un mercado muy apetecible para Occidente. En nuestras viviendas – en su inmensa mayoría de las empresas, del sindicato vertical y del Ministerio – habíamos carecido de los avances de los que disfrutaban los países más desarrollados, y nosotros ya empezábamos a estar en disposición de adquirirlos, de tal manera que pasamos de ser un país de letras, pero de “letras de cambio”.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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MI VIDA: HACIA LA NACIONALIZACIÓN DEL SECTOR MINERO

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ANTON SAAVEDRA interviene en el XII CONGRESO MINERO DE UGT,celebrado en HUELVA los días 15, 16 y 17 de febrero de 1980.

ANTON SAAVEDRA interviene en el XII CONGRESO MINERO DE UGT,celebrado en HUELVA los días 15, 16 y 17 de febrero de 1980, para defender la NACIONALIZACION DEL SECTOR MINERO.

Los problemas y los conflictos se venían sucediendo a diario en el sector minero español, y una de las soluciones que veíamos era lograr la nacionalización de todo el sector minero español, adoptando una resolución al respecto en nuestro XII CONGRESO MINERO, celebrado los días 15, 16 y 17 de febrero de 1980, en la localidad onubense de Punta Umbría, con la asistencia de unos trescientos delegados representando a todos y cada uno de los rincones mineros de España. Además, el 29 de diciembre de 1978 había entrado en vigor la Constitución española, que otorgaba a nuestros yacimientos mineros la categoría de bienes demaniales,  y ello significa que son bienes públicos y que la administración tiene la obligación de preocuparse y velar su gestión por parte de los concesionarios, sujetos siempre a los requisitos de interés común.Demanial presupone que la Administración no puede despreocuparse y prescindir del diseño y realización de una política minera, aunque sí podría legítimamente desatender otros sectores, si juzgase que transitoriamente no merecen atención pública, pero de los bienes públicos la exigencia legal es permanente y consustancial a la función pública.

Felipe González, Fernández Marugán y VILLA en una de las reuniones de la Comisión Ejecutiva Federal del PSOE donde se fraguaban las decisiones para la muerte del sector del carbón en nuestro país...

Felipe González, Fernández Marugán y VILLA en una de las reuniones de la Comisión Ejecutiva Federal del PSOE donde se fraguaban las decisiones para la muerte del sector del carbón en nuestro país…

En aquel congreso volví a salir reelegido con los votos favorables de los mineros españoles y el voto en contra de la delegación asturiana del SOMA-UGT – cuestión que se repetiría crónicamente durante toda mi trayectoria sindical -, iniciando de inmediato la tarea de ir buscando aliados para hacer realidad nuestras resoluciones congresuales, celebrando las primeras reuniones de trabajo con el PSOE, donde el secretario general del SOMA-UGT, José Ángel Fernández VILLA,  formaba parte de su Comisión Ejecutiva, y participando personalmente, tanto en la comisión de industria del área de estudios y programas de la comisión ejecutiva federal del PSOE, presidida por Javier Solana, como en la mismísima elaboración del programa electoral que llevó al PSOE al poder, en aquellas elecciones generales del 28 de octubre de 1982. 

Aquel programa coordinado por Joaquín ALMUNIA Hamann, un judío procedente de la alta burguesía vasca de Neguri, había recogido la práctica totalidad de las propuestas realizadas por la Federación Estatal de Mineros de U.G.T. logrando plasmar íntegramente nuestra política minero-energética, la cual había sido elaborada desde una perspectiva netamente socialista al servicio del pueblo español, con la participación ilusionante de unos cuarenta compañeros técnicos de la más altísima cualificación profesional, en su mayoría procedentes de la Empresa Nacional de Investigaciones Mineras (ADARO) y del Instituto Geológico y Mineros de España (IGME). Aquella propuesta, incluso fue publicada en un libro prologado por el mismísimo Alfonso Guerra – posteriormente elegido vicepresidente del gobierno felipista del PSOE -, causando un gran impacto en el sector por la seriedad y el rigor que presidían nuestros planteamientos. Pero, claro, mientras la elaboración del programa socialista permanecía en las manos del partido y del sindicato de U.G.T., las decisiones habían comenzado a gestarse desde ámbitos totalmente ajenos al PSOE y, lo más deleznable, bajo presupuestos ideológicos muy distintos y distantes de nuestro país.

Diario 16/20 junio-83 Felipe González, presidente del primer Gobierno socialista español desde hace medio siglo, emprende hoy viaje oficial a Estados Unidos para entrevistarse con el presidente Ronald Reagan. Existe expectación internacional por el encuentro entre el primer dirigente Socialista de la Europa del sur y el primer mandatario de la nación más poderosa del mundo. Felipe González explicará en Washington que los socialistas españoles son moderados no revolucionarios, y que tienen el compromiso histórico de «modernizar España». El Gobierno necesita dinero para llevarlo a cabo y Estados Unidos quiere obtener compromisos políticos, como la incorporación sin reservas de España a la OTAN.

Felipe González, presidente del primer Gobierno socialista español desde hace medio siglo, emprende
hoy viaje oficial a Estados Unidos para entrevistarse con el presidente Ronald Reagan. Existe expectación
internacional por el encuentro entre el primer dirigente Socialista de la Europa del sur y el primer
mandatario de la nación más poderosa del mundo. Felipe González explicará en Washington que
los socialistas españoles son moderados no revolucionarios, y que tienen el compromiso histórico de
«modernizar España». El Gobierno necesita dinero para llevarlo a cabo y Estados Unidos quiere obtener
compromisos políticos, como la incorporación sin reservas de España a la OTAN. (DIARIO 16, el 20 de junio de 1983)

Una vez en el poder, los contactos del gobierno felipista con los centros de dominio plutocrático se sucedían de una manera continua, y recuerdo la fecha del 25 de abril de 1983, cuando David Rockefeller visitaba nuestro país y era recibido en La Moncloa por Felipe González, dada su condición de “miembro de primera fila del mundo económico internacional”, según recogía el propio comunicado por el gabinete de prensa de la presidencia, y , cuando poco después, en junio del mismo año, era Felipe González quien, acompañado de su ministro de Hacienda, Economía y Comercio, Miguel Boyer, se desplazaba a EE.UU. para entrevistarse con las más altas instancias políticas y económicas estadounidenses, actuando el propio Rockefeller como introductor del trilero sevillano (ahora colombiano) en la entidad más representativa del capitalismo norteamericano, la Century Association, donde se concretaron los últimos retoques y el visto bueno definitivo del Gran Capital al proyecto económico del PSOE.

La cruda realidad es que, desde las postrimerías de la dictadura franquista hasta el día de hoy, el poder económico “oficial” ha estado siempre en manos del mismo grupo sociológico y, en consecuencia, es totalmente erróneo afirmar que los gobiernos del PSOE hubieran tenido una política económica propia. Por el contrario, desde mi punto de vista, ha quedado claro que la mayoría de sus actuaciones han estado presididas e inspiradas por la misma cultura económica que rigió durante los últimos años del franquismo. Es decir, una política económica “con la camisa nueva, que tú bordaste en rojo ayer” y la orden de “enriqueceros”.

En efecto, aquel cambio tan cacareado, según nuestro punto de vista, dejaba intacta la estructura de los poderes económicos, manteniendo incluso los mismos personajes que habían venido funcionando durante aquella segunda restauración monárquica, bautizada como transición, en cuestiones básicas tanto de la política económica como la energética, donde la compra de petróleo y los suministros de gas y carbón seguían realizándose a través de los mismos ejes que durante años ocasionaron un grave quebranto a la economía del país, al hacer alternativos los planes de abastecimiento energético según las conveniencias de los grupos que intervenían en la negociación, o el comercio de Estado que seguía pasando por intereses particulares muy conocidos con grave repercusión sobre las distintas ramas de la producción nacional.

Un ejemplo de lo dicho fue el tristemente famoso acuerdo del gas argelino, el cual se había firmado en vida de Franco, allá por el año 1975, que superaba con mucho las necesidades de España, de tal manera que el gobierno felipista del PSOE se vio obligado a renegociar, en 1985, enviando para tales fines al entonces vicepresidente del Gobierno, Alfonso Guerra. Efectivamente, Argelia aceptaba reducir un 30 por ciento de lo contratado, pero incrementando el precio de forma sustancial, casi a un precio igual al del petróleo a boca de pozo. Además, España tuvo que pagar en concepto de indemnización la nada despreciable cantidad de 530 millones de dólares de los de la época.

Lo cierto es que, aun cuando ya el P.E.N. de 1983, donde fui convocado por el Congreso de los Diputados para hablar del tema energético, a petición del diputado comunista Horacio Fernández Inguanzo “El Paisano”, el gas pasaba a ser una de las fuentes energéticas preferentes, convirtiendo a nuestro país en subsidiario del gas, hasta el punto de que transcurridos cinco años se llegaron a triplicar las ventas del gas natural en nuestro país, para regocijo del moro que pasaba a cobrar los nuevos precios establecidos en el gran negocio “guerrista”, mientras nuestros carbones autóctonos eran rechazados en las térmicas.

Antón Saavedra en La Moncloa con Felipe González, el año 1983

Antón Saavedra en La Moncloa con Felipe González, el año 1983

En efecto, yo también era recibido en aquellas fechas  por Felipe González en La Moncloa, al igual que lo hiciera Rockefeller unas fechas antes, pero mi visita era para exigirle a Felipe González el cumplimiento estricto de su programa electoral de cambio en su apartado minero-energético, de tal manera que se hiciera realidad la definición de una Política Minera para el país, “DESDE LA INVESTIGACIÓN DE NUESTROS RECURSOS HASTA LA TRANSFORMACION DE LOS MISMOS, PASANDO POR UNA EXPLOTACIÓN RACIONAL Y HUMANA DE LOS MISMOS”, sobre todo después de unas declaraciones públicas que había realizado sobre Asturias y la minería.

Apenas habían transcurrido unos pocos meses de la llegada del PSOE al gobierno cuando su presidente Felipe González, comenzaba a romper, efectivamente, su compromiso electoral anunciando desde La Moncloa, el 16 de febrero de 1983, en una cena con catorce directores de periódicos regionales, el final de la minería asturiana del carbón: “Es necesario un cambio de mentalidad. Asturias necesita adaptarse a una nueva civilización, en que la mina deje de ser centro de atención y la gente debe de ser consciente de que a HUNOSA apenas si le quedan unos diecisiete años de vida”.

Declaraciones del presidente del Gobierno de España, Felipe González, realizadas ante catorce directores de los distintos medios de comunicación, en el transcurso de una cena celebrada en el Palacio de La Moncloa, el 15 de febrero de 1983.

Declaraciones del presidente del Gobierno de España, Felipe González, realizadas ante catorce directores de los distintos medios de comunicación, en el transcurso de una cena celebrada en el Palacio de La Moncloa, el 15 de febrero de 1983.

Aquellas manifestaciones de Felipe González contrastaban con las realizadas a los miembros de la Federación Estatal de Mineros de U.G.T. su propio ministro de Industria y Energía, Carlos Solchaga, en las reuniones que por aquel entonces manteníamos todos los últimos viernes de cada mes en su despacho ministerial, para tratar de hacer efectiva la política minero-energética que el PSOE había ofrecido al pueblo español en su programa electoral: “El carbón nacional – nos decía Solchaga – deberá jugar un papel destacado en la disminución de la dependencia energética del exterior, y este Gobierno considera que es estrictamente necesaria la supervivencia, tanto de HUNOSA, como del carbón asturiano”.

En una de las reuniones celebrada en el mes de diciembre de 1984, incluso llegó a “tirarnos” encima de la mesa la cantidad de 600.000 millones de pesetas para la reindustrialización de las comarcas mineras asturianas: Zonas de Urgente Reindustrialización (Z.U.R) en el Valle del Nalón y el Valle del Caudal, con 300.000 millones de pesetas para cada una; siempre y cuando que nosotros, desde la Federación, aceptásemos dejar  HUNOSA con una plantilla en torno a los 14.500 trabajadores  sobre los 21.018 que había en aquellos momentos. La verdad, tampoco me preocupaba mucho aquella reducción, entre otras cuestiones, porque en HUNOSA sobraba mucha gente improductiva repartida por cualquier despacho de cualquier edificio de las cuencas, cuando realmente lo que se necesitaba era picadores, barrenistas, y mecanización, sobre todo mucha mecanización; de tal manera que consideramos aquella oferta como una base muy positiva para llegar al acuerdo.

Portada del diario La Nueva España con la frase aquella de "antes de cerrar un sólo pozo minero en HUNOSA había que asar por encima de su cadáver", aunque él sigue todavía vivo y los pozos se han cerrado...

Portada del diario La Nueva España con la frase aquella de “antes de cerrar un sólo pozo minero en HUNOSA había que pasar por encima de su cadáver”, aunque él sigue todavía vivo y los pozos se han cerrado…

Como ha quedado dicho, por aquel entonces,  VILLA formaba parte de la comisión ejecutiva federal del PSOE y como no participaba en aquellas reuniones protagonizadas por la FEM-UGT, lo que nunca aceptó de buen grado, aprovechó el mitin del PSOE en su localidad natal para soltar aquella gran frase: “Para cerrar un solo pozo en HUNOSA habrá que pasar por encima de mi cadáver”. Mientras que, en la última reunión de junio de 1985, el ministro Solchaga nos sorprendía con otra frase lapidaria: “No me toques los cojones Antón, la mina de carbón español más rentable es la que está cerrada”.

Lógicamente, la respuesta no se hizo esperar desde la FEM-UGT y, después de varias reuniones de trabajo con la FEM-CC.OO., presidida por el compañero Manuel NEVADO, decidimos convocar la primera huelga sectorial en España durante el periodo de la segunda Restauración borbónica, para los días 17 y 18 de diciembre de 1985, de la que me ocuparé en otro capítulo específicamente. 

Otro de los aspectos importantes de aquel XII Congreso Minero fue el asunto referido a la empresa pública de HUNOSA, entre otras cuestiones, porque nosotros sabíamos que era la base de los gobiernos para llevar a cabo la operación del cierre de las explotaciones mineras del carbón en España, no en vano se trataba de una   auténtica fortaleza del movimiento obrero español; de tal manera que “acabando” con ella, el resto de las explotaciones mineras de carbón en León, Palencia, Teruel, Córdoba y Barcelona tendrían un efecto dominó, esto es, caerían casi sin empujarlas, por lo que nos pusimos a ofrecer una alternativa viable para la empresa, estableciendo incluso relaciones con los sindicatos mineros de la URSS, logrando ser invitados por el viceministro de la minería soviética para visitar la minería del país, y más concretamente la zona del DONBASS, una minería similar a la nuestra, pero toda ella mecanizada, alcanzando una productividad siete veces superior a la de las minas que el gobierno felipista del PSOE condenaba al cierre.

Antón Saavedra y el Viceministro de la minería de la URSS, a la salida del Pozo Lenin en la zona ucraniana del DONBASS, el año 1981

Antón Saavedra y el Viceministro de la minería de la URSS, a la salida del Pozo Lenin en la zona ucraniana del DONBASS, el año 1981

Desde la FEM-UGT, nos habíamos puesto a la tarea, de tal manera que el 10 de julio de 1981 hacíamos público un amplio y riguroso informe sobre Hunosa, “EL FRAUDE DE HUNOSA. GENÉSIS Y DESARROLLO. ALTERNATIVA A UNA CRISIS PERMANENTE”. Un libro que se agotó a los pocos días de su publicación y que produjo un colosal escándalo que acabó conmigo en los Tribunales de Justicia por decisión del entonces presidente de la empresa, José Manuel Fernández FELGUEROSO, que presentó una querella criminal contra mi persona, aunque a la hora del juicio acabaría retirándola. Recuerdo, cómo en la presentación pública, que estaba prevista que fuese de la mano de Nicolás Redondo, autor del prólogo, este tuvo que ser sustituido por José Luis Corcuera, porque los “matones” liberados del SOMA-UGT habían amenazado con ir a buscarlo “estaca en mano” – decían – al aeropuerto de Asturias para que regresase a Madrid. De todas formas la presentación se realizó en la fecha prevista, con el salón de la Caja de Ahorros de Asturias lleno a rebosar y con la participación de Emilio Barbón, José Luis Corcuera y yo mismo.

Aquella decidida política seguida por el sindicato, del que yo era el máximo responsable, intentando en todo momento ofrecer alternativas reales a problemas concretos, desarrollando un sindicalismo de proposición, es lo que había conducido a la FEDERACION ESTATAL DE MINEROS DE U.G.T. al estudio de estos problemas para buscarles una solución que tuviera siempre en cuenta los intereses de la colectividad sobre los intereses de unos pocos que seguían manejando las haciendas de los españoles, y lo que es mucho más triste, la vida de más de 20.000 mineros de la región asturiana.

Libro sobre "EL FRAUDE DE HUNOSA", presentado por Antón Saavedra en Oviedo, el año 1981

Libro sobre “EL FRAUDE DE HUNOSA”, presentado por Antón Saavedra en Oviedo, el año 1981

Aquella nefasta gestión que se vino desarrollando  por las distintas direcciones  de HUNOSA, tanto bajo el punto de vista técnico como económico y sindical, había conducido a la empresa a un callejón sin salida, y los mineros estábamos hartos de escuchar que la culpa de los resultados de HUNOSA la tenían los trabajadores que originábamos un absentismo elevado – jamás el absentismo mental de unos pocos había costado tantos miles de millones de pesetas al erario público – y que teníamos una productividad baja.

Pero también los mineros estábamos hartos de escuchar, que otra parte de la culpa la tenía el yacimiento por sus dificultades geológicas, mientras que veíamos que las inversiones que se venían realizando difícilmente tenían una base técnico-científica en que asentarse, que se dilapidaba y se robaba el dinero, y que seguían matándose compañeros por incompetencia y faltas de medidas de seguridad.

Sin embargo, lo más grave de estas versiones que tan demagógicamente nos ofrecían los gestores de la aquella empresa nacionalizada, cuando en realidad jamás estuvo nacionalizada, sino más bien socializada – de socializar pérdidas -, es que ya eran perfectamente asumidas y defendidas por las cúpulas de ciertos sindicatos, como el caso concreto del SOMA-UGT, a los que invité públicamente desde aquella tribuna a que se fueran a sus respectivas casas y de esa manera defenderían mucho mejor los intereses de los trabajadores.

Valdés, Antón Saavedra, José Luis Corcuera y Emilio Barbón en la presentación del libro "EL FRAUDE DE HUNOSA" en Oviedo, el año 1981.

Valdés, Antón Saavedra, José Luis Corcuera y Emilio Barbón en la presentación del libro “EL FRAUDE DE HUNOSA” en Oviedo, el año 1981.

En aquel informe – libro que me tocó elaborar y presentar, se analizaban todos y cada uno de los campos mencionados, y en la alternativa que ofrecíamos  respondíamos al reto que tenía planteado HUNOSA. Nosotros considerábamos, y seguimos considerando, ahora más que nunca, que únicamente atacando a los problemas económicos, técnicos y sindicales, HUNOSA podían tener solución, siempre que los trataremos en su conjunto.

Este asunto de HUNOSA, y aquel otro extendido al conjunto del sector minero español, fueron el verdadero problema que originó lo que varios voceros de los medios de comunicación al servicio del SOMA-UGT-PSOE propugnaron con aquel inexistente enfrentamiento personal entre VILLA-SAAVEDRA o SAAVEDRA-VILLA, para justificar el fin de la minería y la muerte de nuestras comarcas mineras, tal y como había “ordenado” el presidente del Gobierno español, Felipe González, y que ciegamente apoyaron desde las páginas y las voces de los medios de comunicación; mucho más preocupados de vender vajillas, llaveros, medallas de la santina de Covadonga y todo tipo de abalorios y baratijas, que de hacer un periodismo de investigación y verdadero al servicio del público en general.

En realidad, aquel enfrentamiento personal VILLA-SAAVEDRA o SAAVEDRA-VILLA inventado por los voceros mediáticos al servicio del gobierno de turno, nunca existió. Lo que subyacía en el fondo era una concepción muy distinta a la hora de hablar sobre la minería del carbón: defenderla o dejarla enterrada...

En realidad, aquel enfrentamiento personal VILLA-SAAVEDRA o SAAVEDRA-VILLA inventado por los voceros mediáticos al servicio del gobierno de turno, nunca existió. Lo que subyacía en el fondo era una concepción muy distinta a la hora de hablar sobre la minería del carbón: defenderla o dejarla enterrada…

Ahondando más en el tema, recuerdo con mucha satisfacción aquellas “PRIMERAS JORNADAS DE REFLEXION Y ESTUDIO SOBRE LA MINERÍA ESPAÑOLA” realizadas por la Federación Estatal de Mineros de UGT en Madrid, donde logramos reunir a los elementos más significativos de la familia minera: trabajadores, empresarios y la administración – las jornadas fueron inaugurados por el propio Director General de Minas, Juan José Cerezuela Bonet -, con la única y reiterada excepción de la delegación asturiana del SOMA-UGT, siempre en contra de todo lo que sonara a buscar soluciones para el sector minero, máxime si éstas venían propiciadas desde la FEM-UGT. Satisfacción porque veíamos culminada  aquella etapa de concienciación colectiva sobre los gravísimos problemas y complejos retos a que se veía sometida nuestra minería. Y satisfacción, finalmente porque después de un largo camino en el desierto, el cual habíamos iniciado desde la celebración de nuestro XII CONGRESO MINERO, veíamos que la sensibilidad de la administración ante los problemas mineros habían comenzado a concretarse, o eso me parecía sinceramente, en el establecimiento de aquel necesario diálogo en la búsqueda de soluciones adecuadas a los problemas de un colectivo, que tan abandonado y maltratado se había visto a lo largo de su historia.

No era habitual en nuestro país que, bajo el patrocinio de un sindicato, personas de todo calibre y condición, representando intereses muy a menudo contrapuestos, se reunieran para tratar temas que nos afectaban de una forma comunitaria. Nosotros entendíamos que únicamente un sindicalismo de proposición, de alternativas, podía ser válido para afrontar los problemas, pero como el sindicalismo que yo entendía y sigo entendiendo no podía construirse únicamente con la fuerza de los trabajadores manuales, enseguida entendí que había que agregar a esta fuerza el conocimiento, la capacitación teórica, la profundización en los problemas presentados, y de esa manera, en nuestra Federación tuvieron cabida, integrándose con los mineros del frente, los técnicos cualificados, perfectamente coordinados por dos personajes claves en el sector minero español – Eusebio Alcaraz Tito y Aurelio Martín Muñoz – de los que la FEM-UGT se siente orgullosa, y que junto con los trabajadores manuales constituyó la potencia necesaria para buscar y encontrar alternativas válidas para el colectivo cuando las dificultades se presentaban a diario.

Willy Muller, Antón Saavedra, Eusebio Alcaraz, Intérprete Anna, Juan González Menor y Aurelio Martín Muñoz, en una de nuestras visitas a la minería de la República Federal de Alemania, el año 1981...

Willy Muller, Antón Saavedra, Eusebio Alcaraz, Intérprete Anna, Juan González Menor y Aurelio Martín Muñoz, en una de nuestras visitas a la minería de la República Federal de Alemania, el año 1981…

Una prueba palpable de que este era el camino adecuado para los intereses de los trabajadores, fue la aceptación obtenida en todas y cada una de las sucesivas confrontaciones electorales, con el avance sistemático de las candidaturas de UGT, que habían configurado a nuestra organización en la hegemónica en el sector minero.  

Si yo tuviera que definir en muy pocas palabras la situación de aquellos momentos, yo diría que nuestra minería estaba viviendo los peores momentos de la historia de España, y , lo más grave, que el gobierno felipista del PSOE, con sus pandilleros somáticos de Asturias, se había despreocupado del carbón, convirtiéndolo en un tema desagradable y obsesivo que era mejor eludir y acabar definitivamente con él, donde ya no existían ni planes de producción y consumo objetivamente establecidos, aplicando medidas urgentes para situaciones desesperadas, tal como si el carbón de España fuera una maldición, pero el carbón, desde mi honesto punto de vista, no es una maldición, es un problema. Un problema como tantos otros, menor que otros muchos, que seguía y sigue teniendo soluciones perfectamente viables, por lo que nos vimos obligados a imponer la fuerza de nuestra razón a través de la huelga general minera en todo el país.

 

 

 

 

  

 

 

  

  

  

 

MI VIDA: TODOS A LA HUELGA GENERAL

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Acuerdo de las Federaciones Estatales de Minería de UGT y CC.OO. para la convocatoria de la Huelga General en la Minería Española, los días 17 y 18 de diciembre de 1985

Acuerdo de las Federaciones Estatales de Minería de UGT y CC.OO. para la convocatoria de la Huelga General en la Minería Española, los días 17 y 18 de diciembre de 1985

“Comienza hoy la huelga en el sector de minería, convocada con carácter general por las Federaciones Estatales de Industria de U.G.T. y CC.OO. en demanda de un plan de defensa del carbón negociado entre la Administración, los sindicatos y las empresas. Ambas organizaciones difundieron ayer un comunicado en el que explican las razones de la huelga. El SOMA, sindicato minero de Asturias federado a UGT de minería, ha negado su apoyo a la convocatoria, al igual que USO y el PSOE.

Las federaciones de minería de UGT y CC OO afirman en un comunicado que el Plan Energético Nacional (PEN) se ha incumplido y que el nivel de seguridad en las minas es tercermundista. Al mismo tiempo, además de criticar la ausencia de una política minera, el comunicado señala que la Administración “no tiene la voluntad política” para intentar solucionar los problemas, “como demuestra su tenaz insistencia de no realizar la concertación en el sector”.

Durante el pasado fin de semana y en el día de ayer tuvieron lugar en todas las zonas mineras asambleas de trabajadores, convocadas por CC OO y UGT, para preparar la huelga. Las federaciones estatales de Industria de UGT han apoyado públicamente las acciones de los mineros, pero el SOMA-UGT sigue mostrándose radicalmente contrario a los paros.

En León las consultas resultaron positivas para los convocantes de la huelga minera. Una de las zonas más conflictivas de la provincia, el Valle de Laciana, donde la Unión Local de UGT ha mostrado ser contraria a la huelga, sin embargo los trabajadores de los grupos mineros habían acordado en  votaciones secundar el paro…” (Diario EL PAIS, 17 de diciembre de 1985)

Pero, detrás de esta información del periódico madrileño quedaban muchas horas y muchos días de asambleas y reuniones donde el compañero Manuel NEVADO y yo nos habíamos pateado juntos todos y cada uno de los rincones mineros de España, participando en las asambleas de los pozos mineros y celebrando reuniones en los pueblos mineros para tratar de concienciar al conjunto de la población en las comarcas mineras de lo mucho que nos jugábamos, no solo los mineros sino el resto de las industrias y el comercio, dado el crucial aporte económico del sector primario del carbón por su fuerte capacidad en la generación de valor añadido en varios frentes: como actividad en sí (impacto directo), como consecuencia de las interrelaciones  productivas que arrastra (impacto indirecto) y como efecto renta-demanda (impacto inducido). De hecho, un empleo directo en minería posibilita la creación de dos empleos de manera indirecta y hasta tres empleos si sumamos los efectos inducidos.

Antón Saavedra interviniendo ante la población palentina de Guardo sobre la convocatoria de la Huelga General Minera en España para los días 17 y 18 de diciembre de 1985

Antón Saavedra interviniendo ante la población palentina de Guardo sobre la convocatoria de la Huelga General Minera en España para los días 17 y 18 de diciembre de 1985

Por otra parte, no se debe de olvidar la cuestión de su impacto territorial, marco que, desde mi punto de vista, visualizaba la dimensión real de la actividad extractiva, que no es otra que la cohesión social y económica que propiciaba en unas comarcas mineras totalmente dependientes de este recurso autóctono. De hecho, comarcas mineras como el Caudal, Nalón, Tineo, Narcea, Degaña y La Camocha, en Asturias; Laciana, Bierzo, La Montaña y Sabero, en León; Guardo, en Palencia; Puertollano, en Ciudad Real; Guadiato, en Córdoba; Berga, en Cataluña, o Utrillas, Andorra y Escucha, en Teruel, tenían tal grado de dependencia que si desapareciera la actividad minera, único motor económico, quedarían transformadas en auténticos parajes lunares.

Todo había comenzado el 25 de octubre de 1985, tras el acuerdo firmado Madrid por las dos Federaciones Estatales de Industria de U.G.T. y CC.OO., donde se explicaban los motivos de la huelga general de la minería, a la vez que nos dirigíamos a nuestras respectivas confederaciones, así como a todas las ramas de la producción implicadas en el proceso productivo, con objeto de que se solidarizaran con los mineros españoles, evitando cualquier maniobra que pudiera servir para frenar el proceso iniciado – importación del carbón extranjero y consumo -, tal y como ya ocurriera en las huelgas mineras de los años 1962 y sucesivos con el carbón importado por la dictadura franquista de los países llamados del “telón de acero”.

Antón Saavedra llamando a la huelga a los mineros del POZO CANDIN , el 21 de noviembre de 1985 (La Nueva España, 22 de noviembre de 1985)

Antón Saavedra llamando a la huelga a los mineros del POZO CANDIN , el 21 de noviembre de 1985 (La Nueva España, 22 de noviembre de 1985)

En efecto, la primera huelga general sectorial que se producía durante el periodo de la Restauración Monárquica, con un gobierno del PSOE de mayorías absolutas en sus niveles de Estado, Autonómico y Municipal, había quedado convocada para los días 17 y 18 de diciembre de 1985, iniciándose la campaña preparatoria el 21 de noviembre, a las siete de la mañana en el Pozo Candín de Hunosa – pozo minero donde estaba adscrito el secretario general del SOMA-UGT, José Ángel Fernández Villa –, en medio de un fuerte enfrentamiento sindical entre las fuerzas convocantes y el SOMA, ya que este sindicato había acordado fechas atrás, a través de su comité regional, el oponerse activamente a la huelga convocada por su propia Federación Estatal de Mineros de UGT, tal y como quedó recogido por los medios de comunicación asistentes a la asamblea de mineros: “…los abucheos y gritos contra el secretario general del Sindicato de los Obreros Mineros de Asturias, José Ángel Fernández Villa, que no asistió a la asamblea, y la tensión ambiental caracterizaron el comienzo de una campaña “caliente”, tanto a nivel sindical como político e institucional, sobre la huelga general. Los secretarios generales de las federaciones estatales mineras de CC.OO. y UGT, Manuel Nevado y Antón Saavedra, participaron muy activamente en la asamblea” (LA NUEVA ESPAÑA, 22-XI-85).

Joaquin Almunia, Pedro de Silva y José Angel Fernández Villa, preparando la ofensiva contra la huelga convocada por las Federaciones Estatales de Minería de UGT y CC.OO., los días 17 y 18 de diciembre de 1985

Pedro de Silva, Joaquín Almunia y José Angel Fernández Villa, preparando la ofensiva contra la huelga convocada por las Federaciones Estatales de Minería de UGT y CC.OO., los días 17 y 18 de diciembre de 1985

Durante toda esta campaña de asambleas informativas que finalizarían el día 16 de diciembre con la celebrada en la Mina La Camocha, no menos convulsa que la del Pozo Candín, con más de 700 mineros asistentes a la misma, tuvimos la ocasión de ver desfilar por Asturias a toda clase de personajes de la Administración, desde el ministro de Trabajo, Joaquín ALMUNIA, hasta el de Industria, Luis Carlos CROISSIER, y el propio director general de Minas, Pedro LIZAUR, con el claro objetivo de frenar aquella huelga como fuera, aunque fuera con mentira tras mentira. Al respecto, tengo grabado en mi retina, las declaraciones realizadas en La Voz de Asturias, el día 28 de noviembre de 1985, por el entonces director general de Minas que, contrastando con aquellas de que “antes de cerrar un solo pozo mineros en Hunosa había que pasar por encima de su cadáver”, afirmó literalmente que “HUNOSA no va a ser reconvertida, y su plantilla incluso se incrementará”.

Carbón de importación en Mina La Camocha. Decían los del gobierno felipista del PSOE a traves de su pandillero VILLA, que nada amenazaba el cierre del pozo, pero el pozo hace tiempo que se "trancó" vergozosamente...

Carbón de importación en Mina La Camocha. Decían los del gobierno felipista del PSOE a traves de su pandillero VILLA, que nada amenazaba el cierre del pozo, pero el pozo hace tiempo que se “trancó” vergozosamente…

¿Cómo era posible que un técnico minero, tal y como se había definido el propio director general de minas en su toma de posesión, puede afirmar semejante majadería en Asturias sobre Hunosa y sobre el empleo, si no era dejándose llevar por las presiones políticas a las que estaba siendo sometido? ¿Cómo se podía seguir jugando tan miserablemente con las expectativas de los niveles de parados y los miles de jóvenes que había en Asturias sin primer empleo, con aquellas estúpidas declaraciones? Una cuestión me había quedado muy clara, y así se lo hice ver públicamente, en el sentido de que aquellas declaraciones no hacían sino reafirmar, aún más si cabía, las razones del por qué había que ir a la huelga general, los días 17 y 18 de diciembre.

Por si esto no fuera suficiente, serían los propios parlamentarios asturianos y leoneses del PSOE quienes tuvieron la osadía de afirmar públicamente en La Voz de Asturias del 10 de diciembre que la Federación Minera de UGT  había “perdido completamente el norte”, añadiendo que nosotros estamos haciendo demagogia con los accidentes mineros, cuando en aquellos momentos llevábamos exactamente SETENTA Y DOS compañeros que habían perdido la vida en las minas españolas.

Además, con ocasión de mi comparecencia en el Congreso de los Diputados, para debatir sobre el PEN, ya había denunciado esta realidad, que estos impresentables llamaban demagogia, y cito textualmente el Diario de Sesiones de 31 de junio de 1984: “…Una planificación energética en la que el carbón tiene una considerable importancia y que originó un tributo tan elevado en vidas humanas, no dedica ni una sola línea a poner remedio a esta lacra que nos sitúa a niveles del Tercer Mundo en nuestras explotaciones, y de alguna forma consideramos que este problema debe entrar de una vez por todas en esta Cámara, donde están presentes los representantes del pueblo español y consiguientemente los mineros”. ¿Cómo se podía ser tan groseros e insensatos, por usar unos calificativos muy suaves, cuando todos ellos estaban presentes allí, durante mi comparecencia, atiborrándome de preguntas, tal y como yo les contestaba públicamente? ¿Por qué no iban a decirles ahora, durante aquella convocatoria de la huelga minera, no a los periódicos, sino a las viudas, hijos, hermanos y padres de los muertos habidos que estábamos haciendo demagogia, a ver que les respondían?

No podía faltar a la cita, el ínclito burguesito gijonés, Pedro de Silva y Cienfuegos-Jovellanos, como le gustaba llamarse, cuando, en su calidad de Presidente del Gobierno Autonómico de Asturias, soltó aquella “parida” en La Nueva España del 30 de noviembre, afirmando que “No había razones reales para temer por el futuro del carbón en Asturias”.

El colofón a toda esta serie de despropósitos, que no hacían más que mostrar su nerviosismo ante aquella convocatoria de huelga general, vino de la mano del mismísimo exministro canario de Industria y Energía, Luis Carlos CROISSIER Batista que, en la misma fecha que Pedro de Silva, nos “desafiaba públicamente a un debate a quienes afirman que la Administración quiere hundir Hunosa”.

Manifestación convocada en Mieres, el 18 de diciembre de 1985

Manifestación convocada en Mieres, el 18 de diciembre de 1985

Lógicamente, aquel desafío suponía para nosotros el escenario necesario para dejar los motivos de nuestra huelga, la huelga de los mineros españoles, más claros aún de las razones que veníamos debatiendo durante toda la campaña preparatoria y, no dudamos un solo segundo en aceptar aquel desafío, donde quisiera, como quisiera y el día y hora que él mismo dispusiera, siendo el día de hoy, 30 de agosto de 2016, en que todavía estamos esperando por la convocatoria del debate. Nada me sorprendió, porque sigo pensando que aquello respondía a uno de los calentones de aquel personaje, en su siniestro papel como enterrador mayor de los sectores industriales españoles en el gobierno felipista del PSOE.

Ni siquiera las órdenes dadas desde la vicepresidencia del Gobierno, en manos del Guerra, para que la televisión española, regionales y otros medios de comunicación al servicio exclusivo del gobierno no tratasen nada sobre la huelga general, llegando incluso a la desfachatez de secuestrar un programa previsto de TVE sobre la minería que en principio estaba anunciado para el 5 de diciembre con una duración de una hora y diez minutos, aunque su propia desvergüenza les obligó a reproducirlo “a posteriori” de la huelga.

Al final, la huelga general tuvo una respuesta casi total por parte de los mineros españoles, bajando un poco en la cuenca minera asturiana, con un porcentaje del paro en torno al 75 por ciento, lo que resultó un paro total del 86,2 por ciento en el conjunto de la minería española. A la hora de reflejar los paros reales, éramos muy conscientes de la guerra de cifras en donde íbamos a entrar, pero en aquella ocasión sólo ocurrió en la región asturiana – ese día, la producción de carbón en Hunosa fue de cero toneladas -, ya que en el resto de España no cabía esa posibilidad por haber sido el paro secundado de manera total. Así y todo, desde el SOMA-UGT se intentó seguir en la intoxicación para confundir a los mineros, pero estos dieron la respuesta adecuada en la manifestación convocada por las dos Federaciones Estatales de Mineros de U.G.T. y CC.OO. para el 18 de diciembre, segundo día de la huelga,  en la localidad asturiana de Mieres, con la asistencia de más de 25.000 personas.

Antón Saavedra dirigiéndose a los mineros en el Parque de Mieres, el 18 de diciembre de 1985

Antón Saavedra dirigiéndose a los mineros en el Parque de Mieres, el 18 de diciembre de 1985

La cuestión fue que, después del éxito total obtenido en la huelga minera, las críticas y las oscuras maniobras de “los de siempre” no cesaron de llover sobre nosotros, pero muy especialmente sobre mi persona, llegando incluso a recibir amenazas de muerte en reiteradas ocasiones. Desde irresponsables hasta catastrofistas han sido palabras de uso corriente en todo el proceso, empleadas, en unos casos por algunos responsables de la Administración y en otros, los más deleznables, por los sindicalistas somáticos que no actuaron sino a modo de “pandilleros” al servicio más grotesco del gobierno y de la patronal minera, tratando de intentar arraigar en la conciencia colectiva que a quien menos le importaba el presente y el futuro de la minería fuera el propio minero. Una simplificación que, desde mi punto vista, resultaba abusiva, peligrosa y falsa. Abusiva, porque el daño material de todo conflicto recae fundamentalmente en el propio minero, cuya economía familiar carece de subvenciones y créditos que compensen los salarios perdidos, cuando no el despido o el castigo temporal; peligrosa, porque genera recelos y repulsas fuera de nuestros pueblos mineros; y es falsa, porque nace de una interpretación trastocada de las verdaderas causas de la inestabilidad, cuales son la inquietud, el malestar y la zozobra que origina en la clase trabajadora la ausencia de unas verdaderas y sólidas garantías de futuro.

Desde mi humilde y honesto punto de vista, sigo pensando que tiene que entenderse, de una vez por todas, que el minero, los mineros, somos los primeros y, mientras no se demuestre lo contrario, los únicos interesados en la subsistencia y la consolidación de la minería, y que nuestras actitudes responden a una inquietud básica y esencial: la de encontrarnos insertos en una estructura débil para la que no acaban de llegar soluciones definitivas en cuanto a la garantía de nuestros puestos de trabajo, ordenación del sector, salarios, seguridad en el trabajo, seguridad social y, en definitiva, contra toda clase de arbitrariedades.

Nevado y Antón en la concentración de mineros en el parque de Mieres, el 18 de diciembre de 1985

Nevado y Antón en la concentración de mineros en el parque de Mieres, el 18 de diciembre de 1985

¿Se podía seguir negando el avance espectacular de la energía nuclear en nuestro país, que amenazaba con el cierre de las explotaciones carboneras y la consiguiente pérdida de miles de puestos de trabajo?¿Se podía seguir negando que nuestros carbones eran sustituidos por el gas argelino y por la importación masiva de carbones de importación?¿Se podía seguir negando que durante el año 1985 han sido SETENTA Y CINCO los compañeros mineros que no regresaron a sus casas por haber pagado su tributo al progreso de España, todo ello como consecuencia de un claro incumplimiento por los empresarios de la normativa legal vigente, así como el desprecio más absoluto que viene mostrando la Administración respecto al tema?

Como dije en mi alocución a los mineros concentrados en el parque de Mieres, el mismo 18 de diciembre: “…si estas y otras muchas cuestiones relativas al sector se pueden negar, sólo tienen que demostrarlo ante los mineros y la fórmula es bien sencilla: formar una mesa de concertación entre el Gobierno, sindicatos y empresarios, juntos que no revueltos. Y si esa demostración fuera posible, entonces sí que de verdad seríamos irresponsables y unos catastrofistas. Mientras tanto, los únicos irresponsables son la Administración, que mantiene esta situación, y los “pandilleros” del sindicalismo somático que se dejan manejar a cambio de prebendas”.   

 

 

 

 

MI VIDA: EL AÑO DEL ESTATUTO MINERO

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XIII Congreso Federal de la U.G.T. - MINERIA en Ponferrada, los días 14, 15 y 16 de mayo de 1983.

XIII Congreso Federal de la U.G.T. – MINERIA en Ponferrada, los días 14, 15 y 16 de mayo de 1983.

Estamos en el año 1983 cuando celebrábamos el XIII Congreso Federal de la FEDERACIÓN ESTATAL DE MINEROS DE U.G.T. en la localidad leonesa de Ponferrada, los días 14, 15 y 16 de mayo, donde volví a ser reelegido secretario general, en esta ocasión por la unanimidad de todos los mineros españoles, porque el SOMA había optado por abandonar el congreso a la hora de votar la comisión ejecutiva.

Aquel congreso, tal y como queda recogido en todos los medios de comunicación del país, era el congreso del Estatuto del Minero al que, desde el SOMA, en una vergonzante connivencia con el PSOE y su gobierno del Reino en España, le habían puesto todo tipo de obstáculos, zancadillas y cacicadas, entre otras cuestiones, porque no era su estatuto, sino el de la FEM-UGT. De hecho, las élites somáticas, que nunca quisieron participar en las reuniones y movilizaciones para hacer realidad el estatuto minero, pretendían sustituirlo por una especie de reglamento de régimen interior exclusivamente para Hunosa, elaborado por el entonces director de recursos humanos de la empresa, José Luis Muñiz Sancho, que no recordaba sino al mejor ejemplo de la legislación franquista basada en su Fuero del Trabajo. Por otra parte, “los mismos ejecutivos del PSOE que en su día no comprendían nuestra reivindicación, hoy, ocupando cargos en los Ministerios, caso concreto del Ministro de Trabajo Joaquín ALMUNIA, continúan anclados en las mismas pretensiones del principio, en el sentido de ver frenada esta Ley para la promulgación del Estatuto Minero”, tal y como queda recogida esta parte de mi intervención en la inauguración del congreso (La Nueva España, 14 de mayo de 1983).

Visita de Felipe González a la Mina La Camocha, acompañado de Antón Saavedra y el periodista asturiano Luis José Avila, el día

Visita de Felipe González a la Mina La Camocha, acompañado de Antón Saavedra, el ingeniero Luis Tejuca y el periodista Luis José Avila, el día 21 de enero de 1978.

Así llegamos a la fecha del 21 de diciembre de 1983, cuando el Consejo de Ministros del Gobierno español aprobaba el soñado y peleado ESTATUTO MINERO, que entraría en vigor a partir del 24 de enero de 1984, dejando atrás los ofrecimientos de tantos y tantos gobiernos que se vinieron sucediendo en nuestro país, y que, aunque había sido desechada su promulgación como Ley, tal y como habíamos defendido desde la Federación Estatal de Mineros de UGT, el mismo salía a la calle como Real Decreto que recogía una parte muy importante de nuestras aspiraciones.

Por fin, ya teníamos un Estatuto que, por primera vez en la historia de nuestro país, llamaba a los mineros españoles por su verdadero y único nombre: MINEROS. Por consiguiente, en su conjunto, el Estatuto Minero significaba una importante base para seguir avanzando. Habíamos logrado, desde la Federación Estatal de Mineros de U.G.T., una legislación única que sepultaba de una vez para siempre el modelo franquista de relaciones laborales, contribuyendo en su medida a la consolidación de la democracia y a la necesaria modernización de nuestras relaciones de trabajo.

Carta del Grupo Parlamentario del PSOE en el congreso de los Diputados sobre la presentación de la proposición de Ley sobre el Estatuto Mineros, el

Carta del Grupo Parlamentario del PSOE en el congreso de los Diputados sobre la presentación de la proposición de Ley sobre el Estatuto Mineros, el 25 de febrero de 1982

Aquel Estatuto, que supuso una de las mayores satisfacciones recibidas a lo largo de mi vida sindical, era, desde mi punto de vista, un vehículo inestimable para la definitiva implantación del sindicalismo de clase, auténtico medio de defensa de los trabajadores y más concretamente de los mineros españoles. El Estatuto Minero, en definitiva, ponía en manos de los mineros españoles las herramientas necesarias para cambiar sus condiciones de vida y trabajo. Sin embargo, más allá de cualquier intención protagonista, me parece totalmente necesario recordar que esta ansiada reivindicación de los mineros no hubiera sido posible si nuestra línea sindical, la línea sindical de la Federación Estatal de Mineros de U.G.T. no hubiera sido, la que ha sido: afrontar esta imperiosa necesidad desde una política de negociación-presión seria, responsable y totalmente realista, como muy bien había indicado el mismísimo Felipe González en su intervención inaugural del 43º Congreso de la Internacional de Mineros, celebrado en Madrid, el año 1979: “Compañeros mineros: vosotros conocéis mejor que nadie las luchas sindicales. Quizá porque tengáis los pies firmemente asentados sobre la tierra, mostráis siempre el mayor realismo en la lucha contra la injusticia”.

Carta de la casa real a la Federación Estatal de Mineros de UGT sobre la promulgación de un Estatuto Minero, el día de de 1982

Carta de la casa real a la Federación Estatal de Mineros de UGT sobre la promulgación de un Estatuto Minero, el día 16 de junio de 1982

Quedaban atrás cientos y cientos de horas empleadas en negociaciones, consultas y entrevistas llevadas a cabo desde la FEM-UGT que me tocó presidir por aquellos tiempos. Quedaban atrás las acciones propugnadas por otras organizaciones que, como en el caso del SOMA-UGT, se dedicaron a bombardear la consecución de nuestro Estatuto, el Estatuto de los mineros de España, donde la mentira, la calumnia, el insulto y la agresión fueron el denominador común que presidieron todas sus actuaciones.

Sin embargo, no pasaría mucho tiempo para tener la desfachatez de atribuírselo como una de sus conquistas sindicales, tal y como queda recogido en sus libros couché del 75º y 100º aniversarios somáticos, donde no aparece ni una sola mención a la Federación Estatal de Mineros de UGT. Incluso, el propio Ministro de Trabajo, Joaquín ALMUNIA, ignoraba a la federación en su comparecencia ante los medios de comunicación el día que presentaba el Estatuto, tratando de dar un protagonismo exclusivo al SOMA sobre algo que él mismo sabía que estaba mintiendo como un bellaco, tratando de olvidar los muchos encontronazos en nuestras reuniones en su Ministerio, algunos de los cuales acabaron a “hostia limpia entre su subsecretario de trabajo, Segismundo Crespo, y yo mismo”, teniendo que intervenir el mismísimo vicepresidente del gobierno, Alfonso Guerra, por mediación del entonces diputado y miembro de la comisión ejecutiva confederal de UGT, Manuel Chaves”:  “…Almunia manifestó que cuenta con que la respuesta de los sindicatos al nuevo texto no será homogénea. De momento, sólo conozco la del SOMA-UGT, que es favorable al estatuto. Con respecto a CC. OO, el ministro manifestó que se ha mantenido en una postura demagógica” (EL PAIS, 23 de diciembre de 1983).

Así y todo, como consecuencia de nuestras acciones decididas, responsables y realistas el Estatuto Minero era una realidad ansiada durante tantos años por el conjunto de los mineros españoles. Con anterioridad ya habíamos hecho nuestras gestiones y en la Ley 6/1977 de Fomento de la Minería, ya se reconocía esta necesidad que se insistía en la Ley 34/1980, modificadora de la Ley de Minas, incluso fijando el plazo de un año para la promulgación de un Estatuto Minero, dando lugar a la presentación por parte del PSOE de una proposición de ley, que previamente habíamos elaborado en la FEM-UGT, y que por aquel entonces era la única vía utilizable, siendo rechazada por el gobierno de UCD aludiendo, entre otras lindezas, que lo que pedíamos desde la Federación significaba un “trato de excepcional privilegio para los mineros españoles”.

Carta del Presidente del gobierno español, Felipe González, al secretario general de la Federación Estatal de Mineros UGT, Antón Saavedra, sobre la promulgación del Estatuto Minero, el 23 de marzo de 1983

Carta del Presidente del gobierno español, Felipe González, al secretario general de la Federación Estatal de Mineros UGT, Antón Saavedra, sobre la promulgación del Estatuto Minero, el 23 de marzo de 1983

Ante la negativa de CC.OO., expresada por escrito a nuestra organización, de llevar a cabo acciones por la defensa del Estatuto Minero, aludiendo que, “después del 23-F, lo prioritario era defender la democracia”, cuestión con la que estábamos radicalmente a favor, antes y ahora, tuvimos que tirar solos del carro, recurriendo a todo tipo de presión, enviando cartas, mociones en los ayuntamientos mineros, a todos los organismos de la Administración, llegando incluso al Rey de España.

Ya en el Gobierno el PSOE, comenzamos a mantener reuniones con todos los responsables para hacer realidad el Estatuto de los mineros y, siendo totalmente cierto que en estas reuniones hubo muchas tensiones y discrepancias, no es menos cierto que de nuestra mente nunca se apartó la situación real de nuestro país y por ello, en todo momento, hemos afrontado aquella reivindicación, tan necesaria para el conjunto de los mineros españoles, desde una perspectiva de solidaridad efectiva. Aquel día 21 de diciembre de 1983, pudimos decir, sin triunfalismos de ningún tipo, que habíamos logrado un Estatuto Minero revolucionario. Sí, he dicho revolucionario, porque revolucionario es todo lo que avanza, y nuestro Estatuto, el Estatuto de todos los mineros españoles avanzaba de una manera progresista, solidaria y realista.

Atrás quedaban las “algaradas” de CC.OO. de la minería que incluso llegaron a convocar dos huelgas en la minería para los días 14 y 15 de noviembre y 2 y 3 de diciembre de 1983, resultando ambas un rotundo fracaso a juzgar por el escasísimo número de mineros que la secundaron, no llegando al 15 por ciento en la primera y al 3 por ciento en la segunda. Es decir, mientras la Federación Estatal de Mineros de U.G.T. continuaba negociando de manera serena los verdaderos y legítimos intereses de los mineros españoles, el Partido Comunista de España, instrumentalizando políticamente a CC.OO. en una estrategia inspirada por una constante de la confrontación con el gobierno del PSOE, llevaba a los mineros la confusión y el enfrentamiento.

Al respecto, resulta muy interesante un extracto del acta del Comité Central del Partido Comunista que recoge literalmente la intervención del compañero Manuel NEVADO, secretario general de la Federación de Mineros de CC.OO.: “Hemos caído hasta en violencias. Ha sido a palos con los compañeros para pararlos. Y esto no da votos, nos aparta cada día más. Tenemos que autocriticarnos porque en la mayoría de los casos han sido camaradas los que han estado al frente de los piquetes. No hemos sido capaces o no hemos acertado. Camaradas: la confianza de esos trabajadores no se gana con escapadas adelante como se ha hecho. Tiene que existir la autocrítica de los comunistas que estamos dirigiendo el Sindicato. Hemos mordido el anzuelo, una vez más. Para mí es una obsesión la cuestión de las urnas. A la hora del voto secreto nos la juegan los trabajadores. Muy bien en la mano alzada, la vanguardia, lo más exaltado que va a la asamblea sigue la huelga. Pero luego, a la hora de votar voto secreto es cuando los trabajadores votan lo que sienten. Y es que no somos capaces de reconocer que estamos haciendo un sindicalismo fuera del contexto de la mayoría de los trabajadores”

Atrás quedaban aquellas jornadas laborales agotadoras en la minería española...

Atrás quedaban aquellas jornadas laborales agotadoras en la minería española…

Pero aquel Estatuto Minero no sólo unificaba, por primera vez en la historia de España, a todos los mineros españoles en una sola y única legislación, sino que implantaba la jornada laboral más corta en la minería del mundo: 35 horas semanales de lunes a viernes, superando aquellos años de los cuarenta cincuenta y principios de los sesenta, cuando el minero trabajaba 8 horas diarias y 6 días a la semana, incluido el sábado, siendo corriente “doblar” la jornada de trabajo uno o varios días a la semana de tal forma que ésta podía ampliarse hasta 15 horas diarias. Por otra parte, se recuperaba aquella jornada laboral de siete horas diarias en la mina – de lunes a sábado -, que nuestros antepasados habían arrancado en aquellos años difíciles a sangre y fuego, aunque la dictadura de Primo de Rivera la eliminara en una connivencia vergonzante con el SOMA-UGT de los Llaneza, Belarmino Tomás y Amador Fernández.

Recuerdo con mucha satisfacción cuando, el 12 de enero de  ese mismo año 1984, intervenía desde la tribuna de la O.I.T  haciendo mención a esta gran conquista de los mineros españoles, replicada por la delegación de la URSS, porque decían que ya hacía muchos años que ellos habían logrado la jornada de 35 horas para los mineros soviéticos, pero lo que no decían era que su jornada se computaba desde su llegada y salida del tajo, y la nuestra empezaba desde el momento en que el minero “cogía lámpara”.Yo – les decía – he visitado sus minas en las zonas siberiana de Kuzbass y la ucraniana del Donbass y, siendo muy consciente de que ustedes tienen una de las mejores minerías del planeta, sin embargo he podido comprobar “in situ” esa realidad. Por lo tanto, la jornada laboral más corta del mundo es la de los mineros españoles”.

Antón Saavedra, junto a Manuel Nevado, en la Conferencia de la O.I.T. en Ginebra, el 12 de mayo de 1984

Antón Saavedra, junto a Manuel Nevado, en la Conferencia de la O.I.T. en Ginebra, el 12 de enero de 1984

Otro de los aspectos de aquella, mi primera intervención en la O.I.T. formando parte de la delegación española, fue la referida a la intervención del ministro de trabajo de Perú, que me hizo saltar como un resorte cuando recordaba el incidente que un año antes había sufrido en Lima, teniendo que fregar un cuartel de la guardia civil a la vez que era humillado y me era robado el dinero que llevaba conmigo, cuando yo me reunía allí con los trabajadores mineros en la clandestinidad. Antes de que tomara la palabra el representante peruano, me levanté de mi asiento para hacer saber al plenario que yo abandonaba la reunión hasta que concluyera su intervención el representante gubernamental de Perú, donde los mineros eran asesinados, y la masacre era un hecho que se producía diariamente, a la vez que significaba la ausencia de la representación obrera peruana por la falta de libertad sindical en el país peruano. Tengo que resaltar la actitud de los compañeros soviéticos quienes, a pesar de las palabras que habíamos tenido aquel día por la mañana, abandonaron la sala conmigo y otro grupo pequeño de los asistentes, pero al día siguiente lograba que se aprobase una moción por la que sería necesario que para participar en las conferencias tripartitas de la O.I.T. tendrían que acudir los representantes gubernamentales, empresariales y de los trabajadores.

Volviendo al Estatuto Minero, éste  lograba introducir el carácter indefinido y por escrito en la contratación laboral, además de exigir el reconocimiento médico previo y el control por parte de los representantes mineros. De esa manera quedaban eliminadas las subcontratas y el “prestamismo laboral”, aunque una cosa era la teoría plasmada en el Real Decreto, y otra muy distinta la práctica real, de tal manera que el abandono y la desidia del “pandillerismo” sindical al servicio de la patronal y los gobiernos de turno, llenó las explotaciones mineras de esta clase de trabajadores, estableciendo una cierta aristocracia obrera entre los “fijos” y los otros, los de las subcontratas.

Pero, también nuestro Estatuto, el Estatuto de los mineros españoles, no sólo mantenía el Régimen Especial de la Seguridad Social para los mineros del carbón, que nuestros mayores habían logrado en sus duras luchas de los años sesenta, sino que ampliaba sus aspectos sustanciales al resto de la minería distinta del carbón, rebajando el tope de jubilación desde sesenta y cinco a sesenta y cuatro años, permitiendo a miles de trabajadores mineros una rebaja de la jubilación de hasta diez años y más, con la revisión de las categorías en aplicación de los coeficientes reductores por años de servicio que, en unos casos se incrementaban, a la vez que se equiparaba el resto de la minería metálica y no metálica.

Aquel Estatuto Minero dotaba al conjunto de los mineros de una legislación de Seguridad e Higiene en los niveles de cualquier país avanzado en esta materia, implando la figura del Delegado Minero de Seguridad con poderes para frenar aquellas tareas que no ofrecieran garantías de seguridad para los trabajadores, aunque, todo hay que decirlo, en algunos casos – los menos – quedaron transformados en instrumentos al servicio de los mandos de la empresa, no siendo elegidos en todos los casos entre los mejores mineros de la empresa, sino más bien por afinidades de las cúpulas sindicales, partidistas y empresariales.

En fin, un Estatuto para seguir avanzado pero que quedaría truncado en sus aspiraciones porque la desaparición del sector minero del carbón pasó a ocupar un objetivo prioritario en las actuaciones del “pandillerismo somático y no somático”, al servicio de la patronal y de los gobiernos del bipartidismo PPSOE.

Antón Saavedra en los Juzgados de Pamplona por acusar a la empresa de Potasas de Navarra por corrupción y desfalco, el día 29 de mayo de 1984

Antón Saavedra en los Juzgados de Pamplona por acusar a la empresa de Potasas de Navarra por corrupción y desfalco, el día 29 de mayo de 1984

Ese mismo año de 1984, para no variar, sería procesado en los juzgados de Pamplona como consecuencia de una querella criminal interpuesta por la empresa de Potasas de Navarra, por las acusaciones  que yo había realizado en una conferencia de prensa celebrada en Pamplona, el día 10 de abril de 1984, en las que afirmé que “la dirección de Potasas estaba seriamente corrompida y comprometida en desfalcos, y una dirección que desfalca y está corrompida no puede llevar adelante la gestión de la empresa” (EL PAIS, 13 de abril de 1984).

En efecto, con fecha 29 de mayo de 1984, comparecía ante el Juzgado de Pamplona para prestar declaración, ratificándome en mis palabras y añadiendo que el presidente de la empresa, Francisco Conde, uno de aquellos comunistas repescados por el PSOE, “estaba encubriendo, y además lo sabe, esas palabras que yo manifesté: CORRUPCIÓN Y DESFALCO”. En la salida de mis declaraciones ante el juez, mostraba ante los periodistas mi satisfacción de que la querella criminal contra mi persona, “sea una realidad, porque será muy buena ocasión para demostrar a dónde va el dinero de todos los españoles, y para que el pueblo sepa cómo se dilapida el dinero que va destinado a las empresas públicas. Yo diría que se trata de un proceso a la empresa pública después de tantos años de franquismo, del que Potasas de Navarra no se libra, puesto que hay muchos miles de millones de pesetas que hay que poner en claro”.

Al final, el presidente de la empresa sería cesado y de la querella criminal contra mi persona nunca más se supo, pero sí se supo de las intervenciones del entonces Ministro de Industria, Carlos Solchaga, el de su director general de minas, Juan Manuel Kindelán, y del vicepresidente del INI, García Valverde, que incluso llegaron a puentear al presidente de la empresa en la redacción del “plan de mina reducida”, uno de los motivos de mis acusaciones, perfectamente documentadas, que habían dado lugar a la querella interpuesta contra mí. Lo más grave de todo fue que, tal y como estaba previsto por el gobierno de la nación, la empresa de Potasas de Navarra desaparecía, para dar paso a otra de menor dimensionamiento creada con el nombre de Potasas de Subiza, muy cerca de la anterior.

estatutonnnnnScanAquel año 1984, también fue el de las minas del mercurio en Almadén, donde fui procesado, teniendo que presentarme en los juzgados todos los días 1 y 15 de cada mes, hasta que fui juzgado en la Audiencia Provincial de Ciudad Real. Los motivos fueron con ocasión de un durísimo y largo encierro en los interiores del Pozo San Joaquín de ALMADEN para reivindicar unas condiciones laborales más humanas para los mineros del mercurio, siendo presidente preautonómico de Castilla – La Mancha el exfalangista y miembro de la Guardia de Franco, José BONO Martinez. Él, desde su nuevo despacho presidencial, y yo desde el teléfono de la planta 23 del pozo minero, mantuvimos una muy agria discusión donde la palabra más suave fue la de “hijo puta”. Él había negociado con el presidente del Consejo de Minas de Almadén, al margen de los mineros, y nos exigía que abandonáramos el encierro de inmediato. La respuesta fue que no saldríamos de allí hasta que el mismísimo Gobernador Civil de Ciudad Real, Iñigo MOLINA, no bajara a firmar nuestras reivindicaciones allí, en el fondo de la mina, en la planta 23 del Pozo San Joaquín, como, de hecho, así ocurrió, no sin antes mediar la intervención del vicepresidente del gobierno español, Alfonso GUERRA, que por aquel entonces ya estaba muy distanciado del falangista albaceteño, después de haberlo “usado” como confidente en todo el proceso de absorción del PSP por parte del PSOE.

estatuto jjjjjScanEn aquella ocasión, como consecuencia del conflicto generado en MINAS DE ALMADEN acabé en los Tribunales de Justicia a través de una querella criminal interpuesta por la Empresa y el PSOE en la que me pedían seis años de cárcel y cien millones de pesetas en concepto de indemnización – debieron de pensar que yo era el hombre de los maletines de FILESA o el amigo de EL POCERO -, cuyo juicio tuvo lugar en la Audiencia Provincial de CIUDAD REAL, allá por mediados del año 1989, cuando yo había dimitido como secretario general de UGT-MINERIA, como consecuencia del infarto agudo de miocardio que había sufrido el 11 de junio de 1988, y “el BONO” era secretario general del PSOE manchego, cuya SENTENCIA resultó totalmente absolutoria después de una magistral y apasionada defensa llevada a cabo por la letrada que me había correspondido por el “turno de oficio” – la UGT ni siquiera se dignó a ponerme servicios jurídicos, seguramente porque estaría muy ocupada en el robo de los dineros que los trabajadores habían depositado en su cooperativa de viviendas PSV-UGT, aunque recibí el apoyo de todas las federaciones regionales mineras de UGT, con la típica excepción del SOMA – que, por cierto, todo hay que decirlo, era por aquel entonces una activa militante del Partido Popular, tal y como me lo hizo saber previamente y se puede comprobar en la prensa diaria: “EL EX-SECRETARIO GENERAL DE LA FEDERACION ESTAL DE MINEROS DE LA U.G.T. DEFENDIDO POR UNA LETRADA DEL PARTIDO POPULAR”.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

MI VIDA: ME VOY DE SOLDADO RASO

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Antón Saavedra, en el Campamento de El Ferral del Bernesga, en León, el mes de febrero de 1970.

Antón Saavedra, en el Campamento de El Ferral del Bernesga, en León, el mes de febrero de 1970.

En realidad, a la hora de hacer el servicio militar obligatorio estaba disfrutando de una prórroga por estudios para poder hacer en su día las Milicias Universitarias, una modalidad voluntaria de hacer la “mili” obligatoria en nuestro país, en las que se  adquiría el grado de suboficial u oficial del ejército. Para ello, había que hacer la instrucción militar durante seis meses en un Centro de Instrucción de Reclutas, de tal manera que una vez superada esa instrucción te nombraban alférez o sargento de complemento, teniendo que realizar otros seis meses de prácticas en el acuartelamiento que se eligiera. No obstante, como quiera que en 1969 había comenzado a trabajar de minero en el Pozo Fondón de Hunosa, podía también acogerme a los beneficios mineros y hacer solo tres meses de instrucción, pero también barajé que, teniendo en cuenta la conflictividad existente en el sector minero, estando ya organizado y participando activamente en las “movidas”, podría ser castigado y destinado a cumplir el servicio militar completo en cualquier lugar de España, más concretamente a Ceuta, Melilla o al Sahara español, como ocurrió con muchos compañeros mineros que se habían destacado en las huelgas.

Así que decidí hacer la “mili” completa, esto es los 18 meses que establecía la ley, y el día 19 de febrero de 1970 salíamos de la estación de la Renfe en Oviedo con dirección a León, donde seríamos trasladados en camiones militares con dirección al campamento de El Ferral del Bernesga, no sin antes tener que aguantar las humillaciones, insultos y amenazas de pegarnos “patadas en los cojones” (sic), de un energúmeno conocido en el campamento por el “cabo Picurri”.

Reclutas del Campamento Militar el Ferral del Bernesga, el año 1970

Reclutas del Campamento Militar el Ferral del Bernesga, el año 1970

Llegados al cuartel, ya de noche cerrada y casi todos “eufóricos” por la cantidad de bebida que habíamos ingerido durante nuestro viaje en aquel tren militar, y hechas las correspondientes presentaciones y asignación de compañía – yo fui destinado a la Séptima -, al día siguiente, después de entregarnos la ropa para disfrazarnos de militares, nos dividieron en grupos, asignándonos a cada grupo un instructor, encargado de enseñarnos la instrucción, marcar el paso y demás: por la mañana instrucción y por la tarde teórica, después “cantina”, donde solíamos comprar bocadillos, bebida, y echar unes “cantaraes asturianes”, y así hasta la hora de la cena, hasta que el de la corneta tocaba el silencio.

Sólo llevábamos tres días en el campamento, cuando observé, un poco alarmado, que no me desperté como me despertaba en casa, o sea como se suele despertar cualquier chaval de mí edad. Los mandos lo controlaban todo, y tanto es así, que controlaban hasta las erecciones de los reclutas a base de bromuro en el café del desayuno. Pero tras dos días sin tomar el susodicho café, respiré tranquilo al ver que todo volvía a la normalidad.

Arresto de reclutas en el campmento de El Ferral por estar jugando a tute en la compañía después del toque de queda: llenar los carretillos con piedras para tirarlas en otro lugar cercano, volverlas a cargar, y así hasta las veces que le diera por los cojones al sargento de turno...

Arresto de reclutas en el campmento de El Ferral por estar jugando a tute en la compañía después del toque de queda: llenar los carretillos con piedras para tirarlas en otro lugar cercano, volverlas a cargar, y así hasta las veces que le diera por los cojones al sargento de turno…

Tras el desayuno, si es que se le podía llamar así, y para facilitar la digestión, nos cargaban con la mochila y el fusil “cetme”, tal y como si fuéramos a tomar Afganistán o Irak, nos ponían a desfilar, a reptar por el suelo como si no hubiera escobas para barrerlo, y a tirarnos al suelo y a levantarnos como si hubiera billetes allí tirados esperando a que los recogiéramos, de tal manera que cuando llevabas cincuenta veces seguidas, ya resultaba aburrido y muy cansado. Y, cuando ya teníamos las tripas asomando por la boca, también a la carrera, nos llevaban a comer. Ése era su plan, no tanto para instruirnos en combate y mantenernos en forma, sino  para que comiéramos con hambre y no notáramos lo incomestible de las comidas que nos daban la mayoría de los días. Desde luego, nada tenía que ver el menú que le enseñaban al jefe militar del campamento, que la mierda que nos daban a los soldados.

Después de mantener conversaciones con un alférez de complemento que había cursado los estudios de Graduado Social en Santander, éste me propuso integrarme en la oficina del segundo batallón, donde pertenecía mi compañía, lo que acepté sin pensarlo, y mi vida militar cambió de manera radical, hasta el punto de que permanecí casi todo el periodo de instrucción en  el campamento “escaqueado”, salvo las apariciones imprescindibles, aunque aquella situación también me trajo algún problema.  

En efecto, una de las labores consistía en llevar el control de las cartillas de tiro, según las posiciones de los soldados: echados, de pie, rodilla en pie…, pero estos no se llevaban a cabo en su totalidad, de tal manera que yo tenía que poner las puntuaciones de acuerdo con la media obtenida por los tiros realizados, y no se me ocurrió más que poner de las notas más altas en mi cartilla. Mi cartilla de tirador, sin prácticamente tirar un sólo tiro, resultó elegida entre los sesenta tiradores mejores de aquel campamento de seis mil reclutas, pero lo que yo no sabía era que había que participar a nivel del Estado con los mejores tiradores del resto de los campamentos españoles. Durante unos días estuve pasándolo muy mal, pero hete aquí que aquel año no quedaba presupuesto y el concurso quedó anulado, lo que me hizo respirar tranquilamente.

En aquel campamento, como supongo ocurriría en todos, los reclutas íbamos de fin de semana para nuestras casas, desde el sábado por la mañana hasta el toque de diana de lunes. Es decir, las comidas, meriendas y cenas del sábado no se servían, así como tampoco los desayunos, comidas, meriendas y cenas del domingo. Sin embargo, en la oficina del batallón había que hacer los estadillos como servidas, lo que, desde mi punto de vista, era una auténtica estafa. Así que un día, por la mañana, me fui a ver al comandante del batallón y le conté lo que yo estaba  haciendo por orden, unas veces del teniente, y otras de un sargento de primera, ante el temor que me pudiesen involucrar a mí en cualquier chanchullo. Mire recluta: “cuando usted me vea con el teniente, váyase para la cantina, no vaya a ser que le echen a usted la culpa”. La cuestión fue que aquella manera de hacer los estadillos de todas las semanas se siguió realizando con una normalidad absoluta.

Cartilla Militar de la época...

Cartilla Militar de la época…

Así llegamos al final de los tres meses de instrucción en el campamento, hasta que llegó la hora de los destinos para los respectivos cuarteles que formaban parte de la región: León, Zamora, Salamanca, Valladolid, Palencia y Asturias. De cada oficina de batallón fueron elegidos un número determinado de reclutas, entre los que yo me encontraba, para ser destinados a la Oficina de Selección, al mando de un comandante de Mieres, apellidado Carracedo, y allí me encuentro nuevamente con el alférez que me había llevado: “Mira, Saavedra: Si tienes algún amigo que quieras enviar a un destino determinado lo puedes hacer, pero no se te ocurra cambiar las fichas de los que están marcados en rojo, porque estos ya están recomendados por las altas jerarquías militares”.  

Aquello era la ostia, y el primer cambio que hice fue el mío que estaba destinado para Valladolid, cambiándolo para Gijón, concretamente para el Batallón Mixto de Ingenieros VII de Transmisiones, entre otras cuestiones, porque me habían dicho que era donde menos se “pringaba”. Lo siguiente fue ponerme en contacto con mis amigos asturianos, unos destinados en Salamanca, otros en Valladolid, y otros de Salamanca o de León destinados en Asturias, para que pudieran elegir sus destinos, cerca de sus localidades, previo pacto de silencio entre nosotros: “No comentéis absolutamente nada, no vaya a ser que acabemos todos destinados en los calabozos de Mahón”, les decía yo, porque en el campamento había muchos confidentes infiltrados del Servicio de información Militar (SIM) y todo podría salir mal. 

Después de jurar bandera, realizada aquel año en el Paseo Papalaguinda de León, presidida por Juan Carlos de Borbón, y disfrutar de un permiso de diez días, no obstante haber elegido mi propio destino pensando en pasar una “mili” cuartelaria cómoda y cerca de mi casa, la realidad iba a ser muy distinta. Cuando me día cuenta, de los 76 compañeros que formábamos la compañía, casi “todo dios” había llegado “enchufado”, de tal manera que el que no era “palomero mayor”, era “palomero menor”, y el que no era palomero, era futbolista del Sporting de Gijón, o estaba en casa sin aparecer por el cuartel, caso concreto de Quini y otros, dejando aquello en manos de unas quince o dieciséis soldados, encargados de realizar todas la guardias, imaginarias y cocinas que se realizaban diariamente en el cuartel.

En cierta ocasión, haciendo mi segunda y última guardia en una de las garitas del cuartel, me dormí, dejando el fusil “cetme” apoyado en una de las paredes, mientras dormía plácidamente, de tal manera que cuando desperté me encontré con que mi fusil había desaparecido. El jefe de guardia, un teniente moro llamado Mohamed, procedente del ejército español en África, se lo había llevado al puesto de guardia, lo que me obligaba a presentarme ante el jefe del cuartel, teniente coronel Alonso.

Después de las palabras de rigor, de las cuales ni me acuerdo, el teniente coronel me mandó bajar la mano que tenía algo temblorosa y rígida sobre mi gorra militar, mandándome muy amablemente que me sentara en una de las sillas de su despacho: “Así que usted es el hijo de Nicanor Saavedra. ¡Sí, señor! Es que yo soy muy amigo de Florentino Vázquez y yerno de Francisco Velasco, ambos muy amigos de su padre, y hace días que me comentaron el interés por usted. ¿Qué fue lo que pasó?, me preguntó. Es que yo estoy estudiando, teniendo que examinarme en unos días de dos asignaturas para terminar la carrera de Graduado Social en la Universidad de Oviedo – como así ocurrió por aquellas fechas -, y aprovechaba todos los ratos libres que me permitía mi estancia en el cuartel, pero me dio el sueño y…”

ANTON CON IRMA en el Cerro de Santa Catalina de Gijón en junio de 1970

Antón  con Irma  en el Cerro de Santa Catalina de Gijón, el mes de junio de 1970

¿A dónde le gustaría ir destinado – me preguntó -, donde pueda  tener el máximo de tiempo para sus estudios? Aquello estaba desarrollándose de manera muy distinta a lo que yo pensaba que podía ocurrir – yo creía que iba a recibir un duro castigo -, y le contesté que el destino que mejor se podía adaptar a mis necesidades, era en el Destacamento Militar del Cerro de Santa Catalina, en Gijón. Pues coja usted sus pertenencias, y váyase destinado allí.

Aquel incidente que tan buenas consecuencias trajo para mi experiencia militar, no había sido el primero, ya que en la anterior guardia, un conocido de la localidad langreana de Ciaño – Tomás “Tedy”, el hijo de “Vinos Tomás Gutierrez” – que estaba en los calabozos por negarse a vestir el traje militar, alegando ser objetor de conciencia, se había escapado del cuartel, después de que yo mismo le dejaré salir al patio. Unos días antes me había pedido si le podía llevar al calabozo una botella de “cubalibre” y, aunque estaba totalmente prohibido, yo se la llevé de la cantina, sin cobrársela incluso, pero aquel día me chantajeó, diciéndome que, o lo dejaba salir al patio, o me denunciaba a la jefatura militar. Yo accedí, y se escapó, aunque era tan tonto, que lo cogieron en el concurso hípico de La Felguera, el mismo día, por la tarde, cuando fue reconocido por uno de los jinetes militares del cuartel que estaba concursando.

La cuestión fue que, sin esperar ni dos minutos, me cogí el “petate” y me trasladé al Destacamento de Santa Catalina, en el barrio gijonés de Cimadevilla, donde ya estaba destinado quien sería mi compañero de fatigas, José Antonio Amieva, hasta la licenciatura militar, el 21 de enero de 1971. Aquello era totalmente distinto a la vida militar, tanto en el campamento como en el cuartel. Por decirlo en dos palabras: no hacíamos absolutamente nada, y por no tener, no teníamos ni fusil. Estábamos rebajados de rancho, y recibíamos una paga militar en torno a las 1.500 pesetas mensuales. Todos los días, por la mañana, llegaba el padre de mi compañero en su Dogde Dart, para traernos el desayuno: chocolate, café, churros, jamón y pan.

José Antonio Amieva, mi compañero, había sido el único hijo logrado en el matrimonio, bastante mimado, y su padre era una persona de mucho dinero, con negocios de aparcamientos, garajes y bastantes bajos comerciales en la Avenida de la Costa de Gijón, hasta el punto de que su padre le había regalado un Seat Coupé azul cielo – por aquella época todo un lujo -, que nosotros usábamos para movernos por la ciudad.

Allí, en el destacamento, conocí personalmente al famoso Alberto Alonso “Rambal” – el rey de la noche en Cimadevilla -, una grandísima y espléndida persona, al que le permitíamos, a él y a sus chicas, tomar el sol “en pelotas”, dentro del recinto militar, al que nadie podía acceder sin nuestro permiso. Al margen de que todos los días nos brindaba con percebes, andaricas, gambas o cartones de tabaco rubio americano, su amistad nos daba paso libre en la mayoría de los garitos del barrio de Cimadevilla, donde el actuaba por la noche, cantando por Marifé de Triana, entre otras y otros cantantes, siendo una especie de protegidos por aquella persona, donde nunca pagábamos nada por nuestras consumiciones.

Otro de nuestros privilegios, era bajar al puerto de Gijón, hacia las siete de la tarde, donde los pescadores que llegaban en los barcos, antes de que el pescado fuera trasladado a la rula, nos regalaban merluzas, lubinas y toda clase de pescado, que nosotros  vendíamos una gran parte de ello en algunos restaurantes, sacando unos dineros que nos permitían costear nuestros “vicios”.  

El proceso de Burgos, el principio del fin del franquismo. Grupo de abogados defensores de los acusados en el Proceso de Burgos, que supuso el principio del fin de la dictadura franquista...

 Grupo de abogados defensores de los acusados en el Proceso de Burgos, que supuso el principio del fin de la dictadura franquista…

Lo peor vino en el mes de diciembre, cuando fue declarado el estado de excepción en España, consecuencia del Proceso de Burgos, el juicio sumarísimo que se iniciaba el 3 de diciembre de aquel año en la ciudad española de Burgos contra dieciséis acusados de pertenecer a la organización armada nacionalista  vasca Euskadi Ta Askatasuna y haber asesinado a tres sujetos durante la dictadura del general Franco. Aquello provocó todo tipo de movilizaciones populares y una gran presión internacional contra la dictadura, hasta el punto de lograr  que las condenas a muerte impuestas a seis de los encausados no llegaran a ejecutarse, siendo conmutadas por penas de reclusión.

El año 1969, estando yo trabajando en la mina, ya había comenzado con movilizaciones obreras, desórdenes estudiantiles en las Universidades, y la muerte del estudiante Enrique Ruano en las dependencias judiciales. Pero en 1969 también tuvieron lugar otros hechos mucho más destacados. Juan Carlos de Borbón era designado sucesor de Franco en la Jefatura del Estado a título de Rey, estallaba el escándalo financiero MATESA, provocado por una de las facciones del propio Régimen, que buscaba hasta conseguirlo un profundo reajuste ministerial, siendo sustituidos 13 de los 18 Ministros, con un gobierno donde fueron nombrados once miembros relacionados con el OPUS DEI.

Los conflictos laborales que se sucedían en la minería de Asturias, con paros y huelgas diarios, los encierros de “bandas” en el País Vasco, los paros en la construcción, en las Universidades o el Metro de Madrid, hasta sumar más de 1.500 huelgas, y más de 400.000 huelguistas en Asturias, País Vasco, Barcelona,  Madrid, Sevilla o Granada – aquí, en esta ciudad andaluza tres trabajadores de la construcción perderían la vida al disolver la policía una manifestación -, no eran sino  heridas de muerte que afectaban al Régimen de Franco, aunque todavía tendríamos que esperar ocho largos años para ver cómo se conseguía en España una Constitución democrática para todos.

ANTON CON IRMA EL DIA DE SU BODA, en Casa Alegría de Lada el 26 de Abril de 1970.

Antón con  Irma  el día de su boda en Casa Alegría de la localidad langreana de Lada, el 26 de Abril de 1970.

Por aquel entonces yo había entablado una gran amistad con el médico del cuartel, un alférez de complemento y excelentísima persona, que estaba muy “comprometido”, políticamente hablando, y por aquellas fechas me había entregado un paquete de “pasquines” para tirar en la calle, donde se pedía “…la amnistía, la desaparición de las jurisdicciones especiales, la abolición de la pena de muerte, y la República, como forma de gobierno en España…”, cuando a los pocos días me entero, a través de otro amigo común – Rozada ( exdirigente de UGT-METAL y compañero mío en el equipo de fútbol juvenil del Alcázar de Sama) – que hacía la “mili” como ayudante en el botiquín, de que se había producido un registro en la taquilla del médico, encontrando un pequeño “aparato” de propaganda y cientos de “pasquines” como los que yo había tirado dos o tres días antes, llevándoselo detenido para una prisión militar. Nunca supe más de aquel gran compañero, pero si me acuerdo de haber pasado, posiblemente uno de los momentos más difíciles de mi vida durante varios días, pensando en que el siguiente detenido iba a ser yo, siempre que al compañero le obligasen a “cantar”, pero aquello nunca ocurrió. Por fin, con fecha 21 de febrero de 1971 recogía la cartilla verde de mi licenciatura militar – tanto se robaba en el ejército que aquellos dieciocho meses de duración  previstos quedaron reducidos a doce, por falta de presupuesto -, después de haber perdido tan inútilmente aquel año, salvo los amigos que logré hacer, tanto en el campamento como en el cuartel.

Pero aquel año de 1970, también fue un año de grandes satisfacciones personales, porque el día 26 de abril contraía matrimonio con Irma, con quien llevaba de novio casi siete años,  y el 2 de setiembre nacería mi hija Susana. Posteriormente, el 28 de febrero de 1978, tendríamos nuestro segundo hijo – Iván – , cuyos hijos nos permiten disfrutar de nuestras dos nietas: Ainoa, de 24 años, y Jimena, de seis, que conforman todo el tesoro acumulado a lo largo de mis 68 años de vida.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 


MI VIDA: AQUEL MALDITO INFARTO

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Antón Saavedra en las minas alemanas del Rhur...

Antón Saavedra en las minas alemanas del Rhur…

Sí, fue aquel maldito infarto del 9 de junio de 1988 el que me apartó de mi actividad sindical, reintegrándome a mi puesto de trabajo en HUNOSA en octubre del mismo año.

Acababa de librar, con los compañeros mineros de LA UNIÓN, una durísima y larga batalla sindical, con toma del Parlamento murciano incluida, después de protagonizar un encierro en los interiores de la mina y una marcha andando, desde La Unión a Cartagena, hasta lograr que la multinacional minera PEÑARROYA no fuera cerrada, tal y como perseguían la dirección de la multinacional y el gobierno felipista del PSOE.

Aquel sábado – 4 de junio de 1988 -, los compañeros y vecinos de La Unión habían preparado en mi honor un pequeño homenaje en torno a una merienda popular donde todas las mujeres habían preparado algo para el evento. Recuerdo que se jugaba el ascenso a la primera división del fútbol español entre el Mallorca y el Real Oviedo, partido que era televisado, del que no pude ver el segundo tiempo porque me encontraba muy agotado y tenía mucha sudarización. Pensando que podía tratarse de una gripe, opté por ir a descansar a la pensión donde  estaba hospedado.

Al día siguiente – domingo -, cogí el tren de la noche en Murcia con destino a  Madrid, donde permanecí  unos días haciendo gestiones por los distintos ministerios y organismos de la Administración, para coger el tren del día 8, por la mañana, con destino a la localidad asturiana de Mieres, donde permanecí en mi despacho de la Federación Estatal de Mineros de UGT, revisando papeles atrasados con los compañeros de la ejecutiva, después de tantos días fuera, llegando a mi casa hacia las nueve de la noche, y después de cenar y acostarme, hacia la una de la mañana comencé a sufrir un fino e intenso dolor en el pecho que me oprimía, tal como si quisiera ahogarme, a la vez que me daban nauseas y muchos vómitos.

Columna del periodista Faustino Garcia en La Nueva España, escribiendo sobre mi dimisión como secretario general de la Federación Estatal de Mineros de UGT,el mes de setiembre de 1988...

Columna del periodista Faustino Garcia en La Nueva España, escribiendo sobre mi dimisión como secretario general de la Federación Estatal de Mineros de UGT,el mes de setiembre de 1988…

Aquello era insoportable, por lo que decidí marchar al médico, no sin antes meter una pastilla bajo la lengua que me había suministrado una vecina (Esther “la Caravana”) que, parece ser, fue la que me salvó la vida – se trataba de la cafinitrina, pero yo jamás había ingerido una sola pastilla en mí vida, y la desconocía -, así que mi amigo y vecino Quino, cogió su Renault 4L y me llevó para el Hospital Valle Nalón – todavía no sé cómo llegamos, porque pensé que nos íbamos a estrellar de tanto como corría aquel “cuatro latas” -, y, una vez allí, para la UVI: se trataba de un infarto agudo de miocardio, que me mantuvo ingresado 16 días en el hospital. 

Una vez recuperado exitosamente, con fecha 17 de setiembre de ese mismo año me reincorporaba a mi tarea sindical para presentar mi dimisión irrevocable como secretario general de la Federación Estatal de Mineros de UGT, que acarreaba también la dimisión de toda la Comisión Ejecutiva. La realidad era que no me iba, sino que me mandaban marchar desde la Comisión Ejecutiva Confederal de U.G.T. en su conjunto, unos por ejecutar las directrices que emanaban de Ferraz y Moncloa, cuando no desde la alta dirección de algunas empresas – públicas y privadas, como Hunosa o Riotinto, por ejemplo -, y otros permitiendo con su silencio todo tipo de tropelías contra nosotros.

En efecto, con anterioridad había sido suspendido por cuatro meses para ostentar cargos de representación en UGT, como consecuencia de haber llamado sinvergüenza a la vez que le recordaba su pertenencia al “movimiento franquista” al entonces secretario general de la UGT-LEON y senador del PSOE por la misma provincia. Los hechos habían tenido lugar en un Comité Confederal de U.G.T. durante la comida y le había llamado sinvergüenza porque había traicionado los intereses de los mineros de León, pactando asquerosamente con los patronos a espaldas de los mineros, mientras otros compañeros librábamos aquella durísima batalla sindical que se prolongó a lo largo de más de cuatro meses. De aquella “proeza sindical” del senador “socialista” casi nos quedamos sin afiliación en la cuenca minera de El Bierzo, lugar de la lucha sindical que se libraba donde, por cierto, la Guardia Civil reprimió tan duramente nuestras actuaciones en defensa del sector minero, que acabó con alguno de nosotros en el hospital.

El expediente había llegado a la Comisión de Conflictos Confederal de UGT, y como quiera que yo no había presentado ningún pliego de descargos, ya que no tenía absolutamente nada que rectificar de lo dicho, fue el propio Antón Saracibar – secretario de organización Confederal de UGT -, quien me rogó que hiciera algo para que el expediente fuera archivado sin más, como así ocurrió. Sin embargo, en aquella reunión de la Comisión Ejecutiva Confederal, celebrada el 28 de marzo, donde se había adoptado la suspensión de la Comisión Ejecutiva Federal del Metal por el “asalto vandálico” al congreso metalúrgico de Barcelona, el expediente archivado contra mi persona volvió a ponerse en la misma mesa para aplicar la sanción referida de cuatro meses de inhabilitación sindical para Antón Saavedra.

En realidad, aquella triste decisión no era más que una burda maniobra para frenar el escándalo en los medios de comunicación por la decisión adoptada y de esa manera se buscaba un instrumento “regulador” que tocó en suerte a esta Federación Estatal de Mineros con su Secretario General a la cabeza. Al comienzo de aquella tensa reunión de la Comisión Ejecutiva Confederal de U.G.T., el todavía compañero Antón Saracibar impuso sus tesis de la siguiente manera: “O los temas del Metal y la Minería los llevo yo en exclusiva, o , si no, el que dimite soy yo”. Se trataba de poner en marcha las directrices que le habían marcado los miembros de la Ejecutiva Federal del PSOE, José Luis Corcuera y Fernández Marugán, dos días antes en la cena que mantuvieron en un restaurante madrileño, a la cual también asistió el dirigente ugetista vasco Alberto Pérez.

En aquella tensa reunión de la Ejecutiva Confederal, la cual quedaría atónita ante las manifestaciones de Saracibar, el único que plantó cara al asunto dirigiéndose al compañero Nicolás Redondo, aludiendo el carácter colegiado que tiene la ejecutiva, fue el compañero Apolinar Rodríguez, llegando incluso a promover una votación para dirimir la aceptación o no aceptación de la dimisión presentada, pero, al final, una vez más impuso orden Nicolás Redondo, y las tesis de Saracibar acabarían  imponiéndose.

Fue precisamente a partir del asalto fascista a nuestro XIV Congreso Federal Minero por parte del SOMA-UGT, al que dedicaré capítulo aparte, cuando el PSOE renovaría su ataque frontal contra mi persona, iniciado allá por los años 80 con su secretario general a la cabeza. En aquella ocasión, el que fuera Presidente del Gobierno de España, Felipe González, había dado la orden concreta de acabar con mi persona, sindicalmente hablando, pienso yo, en reunión mantenida para preparar la operación de derribo en la que participaron compañeros como Villa y Belarmino García Noval, tal como me contaría éste último.

Aquella reunión no había sido sino el preludio de la conocida “cumbre secreta de Candás”, donde participaron los compañeros Antón Saracibar; el entonces presidente del gobierno asturiano, Rafael Fernández; el secretario general de la U.G.T. de Asturias, Manuel Fernández “Lito”; el que entonces era secretario de organización de la Comisión Gestora de la Federación Estatal del Metal de U.G.T., Eduardo Lafuente; el secretario general del SOMA-UGT y miembro de la ejecutiva federal del PSOE, José Ángel Fernández Villa, entre otros (diario Región…).

Con anterioridad, concretamente en el mes de junio, cuando me encontraba hospitalizado recuperándome del infarto, se me comunica por algunos compañeros de la ejecutiva de la FEM-UGT,  que Antón Saracibar les ha llamado a una reunión a Madrid a la que asistieron los compañeros Anatolio Diez Merino, secretario de organización; Eusebio Alcaraz Tito; Belarmino García Noval y Fernando Santomé. De regreso y ya en mi casa se me explicó el motivo de la reunión. Se trataba de que yo asistiera al Congreso Federal Minero, previsto para los días 12 y 13 de octubre de 1.988, y presentara la gestión, la cual me sería aprobada por unanimidad, ya que previamente se había pactado con el miembro de la ejecutiva federal del PSOE, Fernández Villa, en varias reuniones que se venían celebrando. En palabras literales de Antón Saracibar:“Sacamos a Saavedra bajo palio”. Se me ofrecía la opción de que yo mismo eligiera la Comisión Ejecutiva que prefiriese,  con la salvedad  de que yo no  figurase en la misma, aludiendo motivos de salud, y finalmente se planteaba la operación de sacarme de Asturias y nombrarme para un cargo en el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social.

Mi respuesta, hecha a través del compañero y amigo Luis Marcial, como miembro de la Comisión Ejecutiva Confederal de U.G.T., fue que “no me prestaría a ningún juego ni a ningún tipo de componenda”, a la vez que hacía referencia a la carta enviada en su día -certificada con acuse de recibo -, al compañero Nicolás Redondo: “No puedo entender que en una hora se me apruebe la gestión por parte de unos señores del SOMA-UGT que de manera sistemática han venido negándola en todos y cada uno de los comités federales de la minería. La incoherencia llega a extremos de tal calibre que lo que ayer digo no, ahora digo que sí. Lo de “salir bajo palio” es muy típico de los curas, obispos y cardenales y la influencia de la iglesia en el compañero Saracibar en aquello que respecta a su formación sindical le haga pensar de esta manera, desde luego, a mí no”.

Con respecto al ofrecimiento de buscarme un cargo en el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social como fórmula de “pago de los servicios prestados” contesté que, cuando me liberé totalmente para el movimiento obrero ya estaba de jefe de personal en el Pozo Candín de HUNOSA, y a él me reintegraré, sin más, al margen de las decisiones que tomaré posteriormente en aquello que se refiere a mi continuación en la lucha sindical y política, ya que pienso seguir adelante hasta que el cuerpo aguante. De hecho, aquel mismo año, participé activamente en la preparación de la HUELGA GENERAL en España, convocada por UGT y CC.OO para el día 14 DE DICIEMBRE DE 1988, viajando por todo el país y participando en muchos actos y asambleas con los trabajadores. La Huelga general de 1988 en España o 14-D fue una huelga general celebrada el miércoles, 14 de diciembre de 1988.

Aquella huelga, convocada contra la reforma en el mercado laboral, que abarataba el despido e introducía los contratos temporales para los jóvenes trabajadores, quedó convertida en una movilización general del descontento con la política económica del gobierno felipista del PSOE entre su base social ante las continuas reformas en beneficio de la patronal, cuyo detonante fue la presentación por parte del Gobierno del “Plan de empleo juvenil” en el Consejo de Ministros del 28 de octubre de 1988, que preveía un contrato “destinado a jóvenes de entre 16 y 25 años, por el salario mínimo interprofesional, una duración de entre seis y 18 meses y exenciones en las cuotas de la seguridad social para los empresarios”.

En efecto, tal y como queda dicho, el primero de octubre de 1988 me reintegraba a la empresa HUNOSA, pero volvieron a aparecer los problemas contra mi persona en una connivencia vergonzante entre las direcciones del SOMA-UGT y HUNOSA, oponiéndose a que yo fuera destinado a los pozos mineros, siendo destinado en lugares donde no tuviera contacto con el personal, sin funciones de ningún tipo, como no fuera “tocarme las narices” durante toda la jornada laboral.

Antón Saavedra, representante español en la CECA, el año 1989

Antón Saavedra, representante español en la CECA, el año 1989

Sin embargo, ese mismo año, nuevamente era propuesto por la Confederación sindical de UGT al Consejo de Ministros de la Comunidad Económica Europea (C.E.E.) para continuar como miembro del Comité del Carbón y del Acero (C.E.C.A.) en representación de España (1986-1994), lo que me permitía seguir defendiendo la minería del carbón en todos los foros internacionales.

Recuerdo y guardo con cierta satisfacción agridulce, mi intervención ante la Comisión Europea en una de sus comparecencias en el Comité de la C.E.C.A. los días 18 y 19 de noviembre de 1989, cuando en Asturias se seguía engañando miserablemente a los mineros con aquello de que “había que pasar por encima del cadáver de Villa, antes de cerrar un solo pozo minero en Hunosa”, y otros nos “batíamos el cobre” para tratar de evitar la catástrofe que pendía sobre los mineros y sus comarcas mineras: “A mí me parece que documentos como el entregado no contribuyen, sino , a la destrucción de los recursos carboneros indígenas en beneficio de otras fuentes energéticas foráneas, tales como la energía nuclear y la importación masiva de carbones, cuyo control detentan los verdaderos amos y dueños de Europa, es decir, las transnacionales norteamericanas …” “…refiriéndome a éste último aspecto diré que nuestro país, quizás el más fiel cumplidor de la política de “liberalismo a ultranza” que se viene practicando en Europa – desgraciadamente nos tocará ver, más temprano que tarde, sus nefastas consecuencias por esta dependencia tan brutal – ya se ha adelantado para incrementar las compras de crudo y gas natural al régimen de Gadafi a  partir de 1.990. Todo ello al margen de la “chapuza” gasística que en su día se cerró con Argelia cifrada en más de 22.017 millones de termias…”  “…pero, volviendo al documento que se nos acaban de entregar, el mismo marca una clara y brutal regresión, tanto en las producciones comunitarias con una disminución del 13,6 por ciento para 1.990 con respecto a 1.989, como en las importaciones de terceros países con un incremento del 10 por ciento para el mismo periodo contemplado, y eso no es más que el principio de la puesta en práctica de la REESTRUCTURACIÓN CARBONERA EUROPEA (RECHAR), cuyos documentos fueron secuestrados  de manera tan miserable a este Comité en donde se prevé la disminución del 50 por ciento de la producción comunitaria de carbón y la consecuencia inmediata que se deriva automáticamente de pérdida de 200.000 empleos mineros directos, sin tener en cuenta el empleo inducido que se cifra por la propia Comisión en torno a los 350.000 para el conjunto de la Comunidad. Sí, señor presidente, claro que estoy leyendo el propio documento que aún no ha recibido este Comité Consultivo, pero no me pregunten como ha llegado a mis manos, porque nunca lo voy a decir…”   “…estamos, por lo tanto, nadie se engañe ni nadie trate de engañarnos, en el principio que supondrá el final de la minería carbonera comunitaria a desarrollar en el periodo 1.990-1994. ¡Es la quiebra del sector carbonero! Y, más grave aún lo supone el hecho de no contemplar rigurosamente el mantenimiento de las explotaciones mineras a desaparecer, ignorando más o menos deliberadamente que cuando cesa la actividad productiva de una mina de carbón, si no se someten todas las instalaciones a un constante proceso de conservación, bastante costoso, se ocasionan graves deterioros que hacen muy difícil técnica y económicamente su actividad, hasta el extremo de que suele resultar más oneroso recuperar una mina abandonada que abrir otra nueva. El tiempo es un juez inexorable y dará las razones en el sentido expuesto…”

Parlamento Europeo en Estrasburgo

Parlamento Europeo en Estrasburgo

Posteriormente, a los cuatro días de mi intervención ante la Comisión Europea, esto es el 23 de noviembre, estando prevista mi intervención en el Parlamento Europeo de Estrasburgo sobre el mismo tema, la misma sería cortada fulminantemente  a través de la desconexión de los micrófonos por parte de los componentes de la mesa presidida por la eurodiputada del PSOE, Ludivina García Arias.

Aquella magna reunión, compuesta por los alcaldes y concejales de los ayuntamientos mineros y otros personajes de la política regional de las comunidades autonómicas con minería, para participar en aquel montaje espectacular, bautizado como Conferencia Europea de Regiones Mineras (EUROACOM), en realidad no era más que una plataforma mediática, propiciada por la astur-mexicana Ludivina García Arias, para que el “compañero” José Ángel Fernández Villa pudiera llevar a cabo la denigrante operación del desmantelamiento de la industria minera del carbón en Asturias, y, por extensión, la de España entera. De esa manera, ella – la astur-mexicana – se garantizaba seguir estando en las listas europeas del PSOE, hasta que el poder de Villa se eclipsó y ella tuvo que pasar a ganarse el pan de otra manera muy distinta.

En aquella ocasión, donde yo había sido debidamente acreditado en tiempo y forma para intervenir como Miembro de la Mesa del Comité Consultivo de la Comunidad Europa del Carbón y del Acero que era, incluso me fue negada la entrada al Salón de Plenarios, teniendo que entrar al mismo en sustitución del eurodiputado de IZQUIERDA UNITARIA EUROPEA, Alonso Puerta. Así y todo, los participantes españoles recibieron en mano una copia individual de la intervención frustrada de Antón Saavedra, la cual dejaba muy claro la verdad de lo que realmente encubría el PROGRAMA RECHAR que los dirigentes del SOMA-UGT, PSOE y Gobierno del Principado de Asturias trataban de silenciar, para engañar tan miserablemente, como de hecho lo hicieron, a los trabajadores de la minería del carbón y habitantes de las comarcas mineras:

“Señora Presidenta, señoras y señores, queridos compañeros; Quiero decir, en primer lugar, que me produce un enorme placer y satisfacción siempre que estoy entre mineros y poder hablar entre mineros. Pero hablar entre mineros significa, antes que nada, decir la verdad, aunque a veces, como en esta ocasión, resulte cruda y desenmascaradora de cínicas y públicas operaciones de maquillaje que tratan inútilmente  de ocultar lo que yo me atrevo a calificar en voz alta de auténtico crimen social en contra de las comarcas y regiones carboneras de la C.E.E…” (Aquí se acabó mi intervención por decisión de la mesa presidida por Ludivina García Arias).

Libro de Antón Saavedra: "EL CARBON: ALTERNATIVA ENERGETICA", que sirvió de documento base para el debate energético de la CEE, el año 1992

Libro de Antón Saavedra: “EL CARBON: UNA ALTERNATIVA A LA CRISIS ENERGETICA”, que sirvió de documento base para el debate energético de la CEE, el año 1992

Con fecha 1992 lograba que un informe elaborado por mí, editado en formato de libro bajo el título: “EL CARBON: UNA ALTERNATIVA A LA CRISIS ENERGÉTICA”, sirviera como documento base para el debate sobre la política energética comunitaria, después de haber sido aceptado por la unanimidad de todos los miembros que componían el Comité de la C.E.C.A. Un documento que fue presentado y debatido en reuniones y asambleas en los pozos mineros, aunque al final, la Comisión Europea al servicio descarado de la oligarquía financiera y la connivencia vergonzante de los gobiernos neoliberales y sus pandilleros sindicales lograban su objetivo de dejar enterrado el sector del carbón y dar muerte a las comarcas mineras, pero que nadie, absolutamente nadie, siga diciendo que no sabía nada sobre lo que se pretendía con bastante antelación: La Europa comunitaria apostaba de manera tan descarada como vergonzosa por el incremento brutal de la energía nuclear y la importación masiva de carbones procedentes en su mayoría del tercer mundo, basando éstas en su coste más barato desde un punto de vista estrictamente economicista e ignorando deliberadamente la cuádruple vertiente de la rentabilidad económica, energética, social y estratégica.

 

 

 

 

MI VIDA: UN SINDICALISTA EN EL PARLAMENTO

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Estoy seguro de que con su desaparición física, en absoluto ha acabado la vida de Luis GOMEZ LLORENTE: un político de primera, un pensador profundo, un maestro de generaciones, un amante de la libertad, un hombre de honor y de fe. Algunos dicen que le faltaba ambición personal pero no es verdad. Su ambición fue tan grande que no cupo en las triquiñuelas estratégicas de un partido político como este PSOE secuestrado en Suresnes. Descansa en paz,compañero y amigo Luis...

Estoy seguro de que con su desaparición física, en absoluto ha acabado la vida de Luis GOMEZ LLORENTE: un político de primera, un pensador profundo, un maestro de generaciones, un amante de la libertad, un hombre de honor y de fe. Algunos dicen que le faltaba ambición personal pero no es verdad. Su ambición fue tan grande que no cupo en las triquiñuelas estratégicas de un partido político como este PSOE secuestrado en Suresnes. Descansa en paz,compañero y amigo Luis…

Aunque mi concepción sindical siempre fue apartidista, lo que nunca confundí con un sindicalismo apolítico, entre otras cuestiones, porque los sindicatos, desde mi punto de vista, nunca debieran de actuar de una u otra manera en función del color de los partidos y sus gobiernos, sino en función de sus contenidos y políticas, y conste que no estaba rechazando el papel que tendrían que jugar los partidos políticos, sino defendiendo, siempre desde la plena autonomía sindical, una relación normalizada con todos los existentes a través de una interlocución fluida con todas las fuerzas,  las circunstancias de aquellos históricos momento quisieron que formara parte de la candidatura del PSOE al Congreso de los Diputados en las primeras elecciones generales, después de la dictadura franquista, celebradas en España el 15 de junio de 1977.

Una candidatura encabezada por Luis Gómez Llorente que sería presentada el 1º de Mayo en el Palacio de Deportes de Oviedo, lleno a rebosar, tal y como nos recuerda el gran escritor Ignacio Gracia Noriega en uno de sus brillantes artículos en La Nueva España: “… Rafael Fernández abrió el turno de oradores para pedir un minuto de silencio por los mártires de Chicago y por los de la causa socialista. Luego hablaron Antón Saavedra, contundente y sin quitarse la boina, por la UGT, y Luzdivina García Arias, como de costumbre demagógica y apasionada, y el número fuerte lo constituyó el discurso, didáctico y ampuloso, de Luis Gómez Llorente, que expuso el programa del PSOE «sin echarle agua al vino», como había hecho Santiago Carrillo la víspera en Gijón. Destacó la condición marxista, internacionalista y republicana del Partido Socialista Obrero Español…”

De hecho, en las siguientes elecciones celebradas en 1979, siendo ya secretario general de la Federación Estatal de Mineros de UGT, con dedicación exclusiva al sindicato, yo mismo decidí no continuar formando parte de ninguna candidatura partidista, aunque participé activamente en todas las campañas del PSOE, muy especialmente en la campaña electoral del año 1982, hasta que decidí darme de baja como militante del partido socialista, allá por el año 1987, como consecuencia de la permanencia de España en la OTAN defendida por el gobierno felipista del PSOE, entre otras cuestiones.

El PSOE protagonizó posiblemente la mayor estafa política de la II Restauración borbónica, por el asunto de la OTAN. Arriba, Javier Solana dando un mitin anti-OTAN del PSOE en 1981, en el pub "Habe" (Vallecas, Madrid). Abajo, Solana siendo Secretario General de la OTAN (1995 a 1999), en una de sus reuniones. Solana fue el máximo responsable de los bombardeos de la OTAN sobre Serbia, que llegaron a provocar la muerte de más de 3.000 civiles inocentes.

El PSOE protagonizó posiblemente la mayor estafa política de la II Restauración borbónica, por el asunto de la OTAN. Arriba, Javier Solana dando un mitin anti-OTAN del PSOE en 1981, en el pub “Habe” (Vallecas, Madrid). Abajo, Solana siendo Secretario General de la OTAN (1995 a 1999), en una de sus reuniones. Solana fue el máximo responsable de los bombardeos de la OTAN sobre Serbia, que llegaron a provocar la muerte de más de 3.000 civiles inocentes.

En efecto, el gobierno de la UCD nos había metido en la Alianza Atlántica cuando diversos estudios realizados mostraban que la mayor parte del electorado era contrario a la OTAN, y el PSOE, de un manera explícita también nos habíamos  postulado en contra de permanecer en el eje atlantista, a la vez que prometíamos al pueblo español un referéndum para decidir la salida de España de esta organización militar. Aquel oportunismo político del PSOE, al margen de otros factores, le había permitido ganar las elecciones de 1982 bajo el lema “OTAN de entrada NO”, movilizando a la mayor parte del electorado de la izquierda, hasta llevarle en volandas al poder.

Una vez en el poder, el PSOE tardaría cuatro años en llevar a cabo el referéndum, pero durante ese espacio de tiempo, los medios de comunicación habían venido trabajando a fondo para moldear la opinión pública, de tal manera que, desde el PSOE se iba alimentando un sutil y maquiavélico discurso a favor de la permanencia en la OTAN. Así, por ejemplo, se vinculaba la idea de Europa a la idea de OTAN; jugando muy bien con la idea de la modernidad y progreso, entre otras lindezas, quedando el resto para la ingeniería social. El tipo de pregunta y los términos a utilizar, fueron aspectos muy ensayados, tanto con técnicas cualitativas como cuantitativas. Así por ejemplo, parece que el resultado habría sido diferente si se hubiese utilizado la palabra OTAN en lugar de Alianza Atlántica, hasta el extremo que, habiendo transcurrido un tiempo, la forma en que se formuló la pregunta del referéndum y todo el cocinado previo, acabaría convirtiéndose en un paradigma de la manipulación política, estudiado en manuales universitarios como ejemplo de lo que puede dar de sí la ingeniería científico-social.

Tal como fue planteada aquella consulta, se establecía que apoyar al gobierno del PSOE implicaba votar SÍ en el referéndum; que votar SÍ era lo mejor para acabar con la presencia de las bases americanas, para prohibir las armas nucleares en el territorio español y, además, parecía que aquello nada tenía que ver con el papel militar atlantista, de tal manera que aquel “OTAN de entrada NO” con el que el PSOE ganó las elecciones, acabó siendo un “OTAN de salida TAMPOCO”, dando lugar a uno de los mayores timos políticos que hemos vivido durante la segunda restauración borbónica, provocando una frustración política de gran magnitud en un importante sector del electorado.

Recuerdo con tristeza aquella manifestación ante la base americana de Torrejón de Ardoz, agarrado a la pancarta del “OTAN de entrada No” y “Bases militares Fuera”, junto con Javier Solana, cuando el tristemente famoso Guillermo Galeote me espetó aquello de que nosotros habíamos acudido a aquella manifestación organizada por la KGB, contestándole yo que “a ellos, los de la ejecutiva del PSOE, los organizaba y subvencionaba la CÍA…”

Sin embargo, no pasaría mucho tiempo cuando me integraría con un grupo de viejos compañeros de militancia en el PSOE, tales como Luis Alonso Novo, Pablo Castellanos, Adolfo Luxán, Inés Sabanés o Francisco Bustelo, en el PASOC – en realidad, este partido era el PSOE-H, surgido de la escisión del congreso de Suresnes, que no pudo seguir manteniendo las siglas por decisión de los tribunales de justicia – formando la coalición electoral de IZQUIERDA UNIDA, junto con los comunistas, republicanos e independientes. 

Antón Saavedra presidiendo la I Asamblea de IU en Madrid, el año 1989, junto a Gerardo Iglesias e Ignacio Gallego

Antón Saavedra presidiendo la I Asamblea de IU en Madrid, el año 1989, junto a Gerardo Iglesias, Ignacio Gallego Cristina Almeida

Así llegamos al mes de febrero de 1989 cuando soy elegido para presidir la I Asamblea General que aprobaba la transformación de IU en “movimiento político y social”, acudiendo a la misma cerca de mil delegados para elegir una Presidencia Colegiada coordinada por Gerardo Iglesias, quien presentaría su dimisión en noviembre de aquel mismo año, siendo sustituido por el entonces alcalde de Córdoba, el comunista Julio Anguita.

El día 26 de mayo de 1991 tendría lugar la  celebración de las elecciones a la Junta General del Principado de Asturias, donde IZQUIERDA UNIDA obtendría 78.982 votos (14,85%) y seis diputados, resultando ser yo uno de los elegidos por el pueblo asturiano, y, trascurridos cuatro años, se volverían a celebrar  elecciones autonómicas en Asturias, el 28 de mayo de 1995, resultando nuevamente elegido en la misma coalición electoral de IZQUIERDA UNIDA, alcanzando el mayor número de votos desde su creación con 106.538 votos y seis escaños, que representaban el 16,42 % del censo electoral asturiano. Aquellas elecciones darían paso, por primera vez en Asturias, a un gobierno del Partido Popular presidido por Sergio Marqués, porque así lo decidieron el PSOE e IU con su abstención, cuando ambas fuerzas políticas tenían suficiente mayoría absoluta para gobernar.

 Así llegamos a la fecha del 18 de abril de 1996, cuando el periodista Iñaki Gabilondo me preguntaba en su programa radiofónico “Las mañanas de la SER”, a raíz de otro de los gravísimos accidentes mortales en las minas asturianas: “¿Por qué destinándose esas cantidades millonarias para la formación de los mineros, se siguen produciendo tantos accidentes mortales en las minas?”. “Pues muy sencillo, Iñaki, porque esas cantidades millonarias de las que hablas no se están empleando para la formación permanente de los mineros en esta materia tan sangrante, como es la seguridad en nuestras minas, sino y principalmente para financiar las burocracias del pandillerismo sindical, así de claro”, le contesté.

Aquellas declaraciones produjeron un verdadero terremoto en todo el país, desencadenándose todo tipo de insultos, amenazas y conjeturas por parte de los máximos dirigentes del pandillerismo sindical, entre las que cabe destacar las del mismísimo secretario general de CC.OO. en su nivel Confederal, el alicantino de Orihuela, exdiputado del PSOE y actual asesor en BANKIA-CAJAMADRID, Antonio Gutierrez Vegara, que llegó a manifestar públicamente en rueda de prensa que “Antón SAAVEDRA, a estas alturas, debería estar ya desautorizado pública y abiertamente por la organización política a la que pertenece, porque yo no entiendo que una persona mínimamente responsable en este país se dedique a lanzar porquerías, infundios e insidias contra el movimiento sindical. Esta persona, deja mucho que desear como diputado regional de IU en Asturias”, sin olvidar, claro está, las de calificarme de “auténtico terrorista”, lanzadas por uno de los estómagos agradecidos del SOMA-UGT, Víctor Fernández Vázquez “CARPANTA”, o las de “franquista”, realizadas por quien fuera uno de los hijos del régimen franquista Antonio González Hevia, a la vez que coincidían ambos pandilleros somáticos y cocosos en que mis declaraciones “formaban parte de una conspiración contra la minería del carbón, con el objeto de liquidar el sector, para lo que, en primer lugar, tienen que atacar y debilitar a los sindicatos”, tal y como si no fueran ellos mismos suficientes cuando aceptaron ser los “secuaces” elegidos por la burguesía española para llevar a cabo la operación de dar muerte al sector del carbón y sus comarcas mineras.

Sin embargo, sería el propio secretario general del SOMA-UGT, VILLA, quien, aprovechando una entrevista radiofónica en el programa “Hoy por hoy” de Radio Asturias, el 22 de abril de 1996, rechazaba con su acostumbrada contundencia babosa mis acusaciones sobre la responsabilidad de los sindicatos en los accidentes mineros, calificándolas como “la agresión más dura y descalificadora contra el movimiento sindical, y serán los tribunales de la justicia los que determinen”, aunque a la fecha de hoy, habiendo transcurrido más de veinte años, no haya tenido ninguna citación judicial para aclarar aquel foco canceroso de la formación que hoy ha degenerado en una metástasis cancerígena extendida por todo el aparato del pandillerismo sindical español.

Antón Saavedra formando parte del Comite Ejecutivo Federal de Izquierda Unida con Julio Anguita como Coordinador General...

Antón Saavedra formando parte del Comite Ejecutivo Federal de Izquierda Unida con Julio Anguita como Coordinador General…

Por si ello no fuera suficiente, la cúpula de IZQUIERDA UNIDA, coalición por la que me había presentado a las elecciones para la Junta General del Principado de Asturias en representación del PARTIDO SOCIALISTA OBRERO ESPAÑOL HISTÓRICO (PASOC), con el que me mantuve en el grupo mixto hasta el final de la legislatura, haciéndose eco de las “ordenes” somáticas y cocosas, lanzaría un comunicado en el que desautorizaba mis declaraciones, sin ni siquiera haber hablado previamente conmigo, porque, entre otras cuestiones, “siempre hemos defendido y defenderemos el papel fundamental de los sindicatos en la defensa de la seguridad de los mineros”, produciéndose un respuesta por mi parte, expresada en la carta pública que le envié el 21 de abril de 1996 al coordinador general de IU en Asturias, el riojano Gaspar Llamazares Trigo, la cual reproduzco literalmente en sus partes más interesantes: “…A tales efectos, no sólo pido una rectificación pública del comunicado en cuestión, sino que a raíz de los insultos y vejaciones que vengo sufriendo en los distintos medios nacionales y regionales (…) exijo tanto de la presidencia regional como de la federal, un posicionamiento público de rechazo total hacia esas manifestaciones, entre otras cuestiones, porque jamás he sido, ni soy, ni seré nada de eso, ni mucho menos participo de ningún complot para cerrar la minería sino todo lo contrario (…) En todo caso que sean los pandilleros, HEVIA y VILLA, quienes expliquen a los trabajadores y al pueblo asturiano cómo y por qué cerraron el Pozo Santa Bárbara de Turón, aprovechando la tragedia colectiva ocurrida allí, para cambiarlo por la Mina de Lieres (…) De no producirse este pronunciamiento y rectificación públicas, te comunico que con carácter irrevocable abandonaré la coalición, lo cual no significa que abandone la lucha por la justicia social y humana que, desde mi punto de vista, es lo único real que merece la pena ya que ausentarse de la misma equivaldría a la muerte. Y no hay muerte más espantosa que la de los cobardes, que en el momento de decidir tiemblan y retroceden, y la de los incapaces, que no sabiendo trabajar abandonan el taller al enemigo común de todos (…) Es preciso, por lo tanto, afrontar las situaciones cara a cara y, quien no calla ante el despotismo, dice la verdad porque defiende  tanto a la razón individual como la popular (…) peor aún es callar cuando es necesario pronunciar una palabra de aliento para denunciar a los impostores y desafiar a los tiranos, especialmente cuando la vida está en juego por el único delito de trabajar…”.

Julio Anguita y Antón Saavedra en un mitin celebrado en el Palacio de los Deportes de Gijón, el año 1995

Julio Anguita y Antón Saavedra en un mitin celebrado en el Palacio de los Deportes de Gijón, el año 1995

Después de varias reuniones celebradas en el seno de la dirección de IZQUIERDA UNIDA, sin contar en ningún momento con mi participación, ésta emitía un comunicado en la que ponía de manifiesto que “con Antón hay muchas más cosas que nos unen de las que nos separan”, a la vez que ratificaba su apoyo a mi trabajo parlamentario como presidente de la Comisión de Investigación y Seguridad Minera de la Junta General y trataba de poner “paños calientes” con el argumento de que “es necesario tratar el tema detenidamente y buscar el diálogo y soluciones a la divergencia”, pero sin rectificar en ningún momento el comunicado que me había desautorizado públicamente a raíz de mis declaraciones sobre el dinero de la formación que se usaba para la financiación de las cúpulas del pandillerismo sindical, las cuales seguí manteniendo en su integridad, lo que me hizo presentar ante la mesa de la Junta General del Principado de Asturias mi separación como miembro del Grupo Parlamentario de IU de Asturias a partir del 25 de abril de 1996.

Ese mismo día le enviaba otra carta al coordinador general de IU, Gaspar Llamazares, donde le decía que “con esta carta no pretendo justificar ni ante ti, ni ante nadie, las decisiones que he adoptado, porque han sido tomadas en conciencia y con pleno convencimiento ético y moral (…) Si escuchas atentamente mis declaraciones, las que han motivado la virulenta reacción de los sindicatos, incluidas las anunciadas acciones judiciales, comprobarás que no hay imputación grave de ningún tipo, sino simplemente, mi opinión, creo que ampliamente compartida en muchos sectores de la sociedad asturiana, de que hay una muy cierta complicidad de los sindicatos en la siniestralidad minera, dado que están amordazados por la financiación que reciben a través de vías como los programas de formación en materia de seguridad (…) Lo más doloroso no ha sido, evidentemente, la reacción de energúmenos como Antonio Gutierrez, VILLA O HEVIA, sino la actitud de IU, que sin hacer una mínima labor de comprobación y análisis, me desautoriza. Pero más grave aún es que de los hechos parece desprenderse que no fue siquiera una acción impremeditada de IU, sino una acción “forzada” por los sindicatos y que IU, al parecer muy disciplinadamente, acepta el mensaje de los aparatos sindicales y lo cumple (…) Finalmente, quiero únicamente recordarte que el mejor servicio a la región y a IU es buscar la verdad y limpiar la región de corrupciones. Ese ha sido y debe seguir siendo el patrimonio de la izquierda, salvo que las tentaciones de poder nos hagan olvidar o aparcar nuestras convicciones políticas, éticas y morales. Recuerda que Asturias y los asturianos son más importantes que IU”.

No obstante, lo más sorprendente fue la inmediata convocatoria de una rueda de prensa que dieron los dirigentes de IU, Francisco García Valledor y Rubén Fernández Casar, dejando boquiabiertos a la mayoría de los informadores allí presentes, cuando el susodicho RUBÉN, miembro de  la presidencia colegiada de la coalición y responsable de comunicación de la misma – otro “profesional de la política sin oficio y mucho beneficio” que, desde el 13 de junio de 2014, “pace” en los establos del PSOE, después de haber sido la mano derecha de Gaspar Llamazares, primero en el Partido Comunista de Asturias y después en IU, cuando este lideró la coalición a nivel confederal -, alentaba a “los votantes y militantes de IU, a sus vecinos y a los ciudadanos en general, para que me lincharan hasta que modificara mi postura, a la vez que me advertía que tendría enfrente a todas las organizaciones y militantes de IU, que serán beligerantes hasta que entregara el escaño, porque esta decisión era censurable políticamente y esta censura debía demandarse desde la ciudadanía, desde su propio barrio y municipio…”, encontrándose con una respuesta unánime de los habitantes de mi barrio contra las pretensiones de IU , que nunca tuvieron lo que tienen que tener los paisanos para llevar a cabo tan deleznables pretensiones, según se recoge en el reportaje realizado por los periodistas de La Nueva España, el día 26 de abril de 1996, así como dando lugar a una “INICIATIVA POPULAR EN DEFENSA DE LA HONESTIDAD DE ANTON SAAVEDRA” (El Comercio, 27-04-1996) con la recogida de miles de firmas por todo el concejo, destacando las 457 recogidas en los distintos relevos del Pozo Candín de Hunosa, el pozo en dónde permanecía adscrito VILLA.

Declaración pública de bienes del diputado ANTON SAAVEDRA, mucho antes que la presentase José BONO, autorizando a la Mesa del Parlamento a enseñar a cualquier ciudadano o ciudadana que lo pida.

Declaración pública de bienes del diputado ANTON SAAVEDRA,  autorizando a la Mesa del Parlamento a enseñar a cualquier ciudadano o ciudadana que lo pida.

Finalmente, después de mantenerme firme en mis convicciones políticas y sindicales como diputado del PASOC, elegido en la coalición de IU por una gran parte del pueblo asturiano, estoy en condiciones de poder afirmar con sano orgullo que nunca me sentí más satisfecho de mis actuaciones parlamentarias, al haber sido capaz de participar muy activamente en la solución de graves conflictos laborales enquistados en el tiempo, tales como Duro-Felguera, Naval-Gijón o Mina de Eskar, entre otros, a través de mi participación activa en la lucha sindical de la calle, perfectamente complementada con mi lucha política en el parlamento.

El mes de octubre de 2011 alcanzaba mi jubilación como trabajador de Hunosa, después de haber cotizado a la seguridad social durante el periodo comprendido entre los años 1967 y 2011, dejando muy clara constancia que mi labor parlamentaria siempre la hice compatible con mi trabajo de asesor ejecutivo en la empresa, los únicos ingresos obtenidos en mi vida, ya que las dietas que me pertenecían como diputado siempre fueron ingresadas directamente en la cuenta que IU tenía en CAJASTUR.

 

MI VIDA: YO TAMBIÉN ME ENCERRÉ EN UNA MINA

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Antón Saavedra se encierra con los mineros de la localidad onubense de Cala, el 30 de marzo de 1982

Antón Saavedra se encierra con los mineros en una mina abandonada de la localidad onubense de Cala, el 30 de marzo de 1982

Pero, no fue en el Pozo Barredo de Mieres para justificar teatralmente el cierre de las explotaciones mineras del carbón en Asturias, sino para salvar la minería del hierro en la localidad onubense de Cala, permaneciendo treinta y dos días en el interior de una mina abandonada hasta lograr la salvación de la misma: Los mineros encerrados en el interior de la mina de Cala (Huelva) durante 32 días abandonaron el túnel ayer, festividad del Primero de Mayo, para “dejar al Gobierno que cumpla lo que ha prometido”. El fin del encierro está condicionado, no obstante, a que el próximo día 20 el Gobierno se pronuncie sobre las fechas de puesta en marcha de la planta de pellets en Fregenal de la Sierra (Badajoz) y de esta manera no se pueda hacer el proyecto una lanza electoral en Andalucía. Aunque todavía desconfían de las promesas gubernamentales, los barrenos colocados en la galería, a seiscientos metros de la entrada, están ya desconectados (…). El portavoz del gobierno ratificó la voluntad política del Consejo de Ministros para la puesta en marcha de la planta de pellets en Fregenal de la Sierra y adelantó que, para ello, quedan solo por estudiar dos puntos esenciales: la previsión del precio de venta de los pellets y la garantía de su calidad para poder ser utilizados por los altos Hornos de Ensidesa (…) Felipe González, secretario general del PSOE, había sembrado la idea de finalizar el encierro durante su almuerzo en el interior de la mina, el pasado viernes, pero los mineros se negaron a ello”(EL PAIS, 2 de Mayo de 1982).

Mina abandonada donde permanecí encerrado 32 días en su interior con los compañeros mineros del pueblo onubense de Cala...

Mina abandonada donde permanecí encerrado 32 días en su interior con los compañeros mineros del pueblo onubense de Cala…

En efecto, aquel conflicto de Cala marcaría, desde mi punto de vista, una época en las reivindicaciones laborales de aquella España que comenzaba a despertar de su letargo. Durante la década de los  años 70, más de 350 personas habían trabajado en aquella mina de hierro, convirtiendo al municipio de Cala en el segundo de Andalucía en renta per cápita – sólo superado por Marbella -, pero la amenaza de su cierre hizo que la Federación Estatal de Mineros de UGT, única fuerza sindical en el comité de empresa, se implicara en el conflicto desde el primer día, hasta el punto de que, aprovechando mi visita del 30 de marzo de 1982 a los compañeros encerrados en el interior de la mina, decidí quedarme encerrado con ellos. 

Por aquel entonces, nuestra organización tenía a su disposición el mejor “equipo” de profesionales mineros de España, procedentes todos ellos del Instituto Geológico y Minero (IGME) y de la Empresa Nacional Adaro de Investigaciones Mineras (ENADIMSA), lo que nos permitía ofrecer alternativas reales a los problemas, en esta ocasión perfectamente combinadas con la presión de los trabajadores en la calle y en los centros de trabajo. El mercado de chatarra se había encogido con la crisis del petróleo, y en 1974 la chatarra había comenzado a escasear y, por supuesto, a encarecerse. España necesitaba este material para su conversión siderúrgica, y en los círculos industriales se pensó en la posibilidad de fabricar prerreducidos que evitasen en parte la importación de chatarra, para lo que se necesitaba mineral magnético español,  encontrándose este en las minas de Cala y Berrona.

El proyecto trataba de la fabricación de prerreducidos en el suroeste de España para transportar el concentrado de mineral de hierro a una planta de peletización que se situaría en el pueblo pacense de Fregenal de la Sierra. En la planta se convertirían en pellets – pequeñas bolas de mineral previamente triturado y concentrado hasta un 67% de contenido férreo – alrededor de 1.330.000 toneladas anuales de mineral extraído de las minas de Cala en Huelva, y Berrona en Badajoz,  cuya producción de pellets sería  destinada a la industria privada, a Ensidesa y a la actividad exportadora, siendo las previsiones de creación de empleo en cerca de 900 puestos de trabajo – 325 en Cala, 198 en mina de Berrona, 172 en la planta de peletización de Fregenal de la Sierra, y 175 en la planta de prerreducidos -, con un volumen de inversión en torno a los 33.000 millones de pesetas.

Felipe González en su primera visita al encierro minero de Cala...

Felipe González en su primera visita al encierro minero de Cala…

Una vez en el interior de la mina, lo primero que hicimos fue preparar el habitáculo, instalando un teléfono para comunicarnos con el exterior, preparando nuestros dormitorios – consistentes en unas colchonetas sobre el suelo -, pero a los tres días del encierro comenzó a llover fuertemente, ocasionando una gran riada en el interior de la explotación abandonada que nos arrasó todo el entramado, teniendo que reconstruirlo  nuevamente, aunque esta vez con unos camastros de madera, aislados del suelo, y las colchonetas encima.

En el interior no teníamos luz, así que metimos unos bombonas de gas que, junto con el fuego permanente que usábamos de cocina, no solo servían para  calentarnos por la noche, sino que nos permitía ver lo suficiente a la hora de leer las noticias de los periódicos o escribir nuestros comunicados al exterior.

Debo de reconocer que yo fui el que mejor “vivió” en aquel encierro, pues tenía que salir bastante al exterior para participar en las distintas asambleas y concentraciones organizadas casi todos los días en los distintos pueblos del suroeste andaluz, así como animar los encierros que, de manera simultánea al encierro minero, habían organizado en el pueblo: las mujeres en la iglesia, los guajes en la escuela, aunque sin dejar de asistir a clase, y así sucesivamente…  

El pueblo de Cala pendiente de las noticias que se producían desde el interior del encierro de Minas de Cala...

El pueblo de Cala pendiente de las noticias que se producían desde el interior del encierro de Minas de Cala…

Ni siquiera había transcurrido una semana de nuestro encierro, cuando se “corrió” por la zona de que los antidisturbios de la Guardia Civil tenían previsto entrar por la noche en la mina para sacarnos de allí por la fuerza. La respuesta, por nuestra parte, no se hizo esperar ni un solo minuto, así que nos abastecimos de la suficiente dinamita almacenada en los polvorines de la empresa, colocando una “pega” a los seiscientos metros de donde nos encontrábamos, dispuesta para “explosionarla” cuando nosotros decidiéramos, de tal manera que en el momento que tuviéramos que hacerlo, simplemente ocurriría con la simple maniobra de levantar el teléfono para llamar a Radio Nacional de España. Aquello provocaría el hundimiento de una parte muy importante de la mina, teniendo que esperar unos cuantos días antes de que llegaran los “rescatadores” al lugar donde nosotros teníamos instalado el campamento minero, lo que había sembrado un cierto temor entre la población, no sólo de la zona, sino de España entera.

Me acuerdo de la primera visita de Felipe González a la mina, cuando estábamos en plena huelga de hambre, quien se interesó por el sistema que teníamos instalado para el hundimiento de la mina con nosotros adentro, hasta el punto de que le hicimos un simulacro con “medio cartucho de dinamita”, haciéndole explotar en un rincón de la mina, hasta el punto de cambiarle el color de su cara, para decirnos: “Antón, estás zarvaje; tienes que acabar con la huelga de hambre y desistir de esta locura”, a lo que le contesté, delante de los compañeros, de que yo no estaba allí para hacer campaña electoral con los problemas de los trabajadores, sino que me había desplazado desde Asturias para buscar y lograr soluciones, tal y como era mi manera de pensar  y actuar sindicalmente, desechando en todo momento el meter a los trabajadores en callejones sin salida. El entonces secretario general del PSOE y candidato a la presidencia del gobierno de España, Felipe González, nos prometió que volvería a visitar a los encerrados, como así ocurrió.

Encuentro de los mineros encerrados en el "Socavón Nuevo" de Cala con sus familiares, el año 1982

Encuentro de los mineros encerrados en el “Socavón Nuevo” de Cala con sus familiares, el año 1982

Mientras los alcaldes de los pueblos afectados por el conflicto protagonizaban sentadas a las puertas del Ministerio de Industria y Palacio de la Moncloa, nosotros recibíamos la visita de nuestro secretario general, Nicolás Redondo, a la vez que celebrabamos una asamblea en la explanada de la mina para convocar una manifestación en Huelva para el día 17 de abril. En aquella manifestación, donde tuve que intervenir desde un escenario improvisado en los escalones de la Delegación de Hacienda, dábamos un plazo de 24 horas al gobierno de la nación hasta el establecimiento de un programa para la puesta en marcha inmediata de la planta de pellets, exigiendo un documento firmado donde quedara reflejado el calendario de fechas, apoyado con la convocatoria de una huelga general que paralizó toda minería onubense, y la convocatoria de una gran movilización para el domingo, 26 de abril, en la localidad pacense de Fregenal de la Sierra que concentró a más de 20.000 personas procedentes de todas las zonas mineras de España. Por aquellas fechas, los encierros de personas afectadas por el conflicto se habían generalizado, calculándose en más de cuatrocientas personas, encerradas en los ayuntamientos, iglesias, escuelas y centros sociales.

Aquellas convocatorias y acciones de presión por nuestra parte debieron de surgir efecto, porque el día anterior a la manifestación, el presidente de la Junta de Extremadura, el centrista Manuel Bermejo, era citado en el Palacio de La Moncloa por el presidente del Gobierno, Leopoldo Calvo Sotelo, para hablar del proyecto, llegando incluso a amenazar públicamente con presentar su dimisión irrevocable si el proyecto no se llevaba a cabo: “con la realización del proyecto se ahorrarían siete mil millones de divisas, se enviarían a Extremadura mil cien millones de jornales al año y se crearían una corriente financiera por valor de quince mil millones de pesetas, además de mejorar las comunicaciones con Huelva, tanto por ferrocarril como por carretera”, afirmaba literalmente el presidente autonómico ante las miles de personas asistentes a la magna concentración de Fregenal de la Sierra.

Así llegamos a la fecha del 28 de abril, cuando los mineros encerrados decidimos poner fin al encierro, pero sin alejarnos mucho de “nuestra mina”, debido fundamentalmente a las expectativas esperanzadoras que podían surgir de la reunión que se iba a celebrar al día siguiente, 29 de abril, en el Palacio de la Moncloa con el Presidente del Gobierno, Leopoldo Calvo-Sotelo.

En aquella reunión, el presidente había transmitido a los representantes de los mineros “su esperanza en la viabilidad del proyecto PRESUR y la voluntad firme del Gobierno de llevar éste adelante”, añadiendo que tenía que actuar “con rigor y seriedad”, a la vez que advertía que, el Ejecutivo “en ningún caso negociaría bajo presión”, postergando la decisión sobre la instalación de la planta de pellets de Fregenal para la fecha del 7 de junio.

Felipe González con los mineros de Cala en pkena campaña electoral en Andalucía, el año 1982.

Felipe González y Tomás Vera con los mineros de Cala en plena campaña electoral en Andalucía, el año 1982.

Aquella promesa, en absoluto colmaba nuestras aspiraciones y, sin pensarlo un solo minuto, decidímos volver al encierro, emitiendo un comunicado en el que fijábamos un plazo de 72 horas para que el gobierno nos hiciera entrega del calendario exigido para la puesta en marcha de la planta pelletizadora. Efectivamente, tal y como nos había prometido en su primera vista al interior de la mina, Felipe González – aprovechando la precampaña electoral de los comicios autonómicos en Andalucía, fijados para el 23 de mayo -, nos visitaría por segunda vez el 30 de abril, almorzando con nosotros – jamón ibérico de la Sierra de Aracena, pote de garbanzos, y torta del Casar -, declarando ante los medios de comunicación que “no pretendía otra cosa que mostrarnos su solidaridad”, a la vez que acusaba  al Gobierno de “haber incumplido sus compromisos”, aunque en un “petit comité”, celebrado previamente en el interior de la mina, nos había hablado de ciertas expectativas favorables para que el gobierno de la UCD hiciera realidad el proyecto que estábamos defendiendo, a la vez que él mismo se comprometía públicamente a que aquel proyecto minero iría adelante, siempre que él saliera elegido presidente del gobierno español en las elecciones generales, a celebrar a continuación de las autonómicas de Andalucía.

Recuerdo una anécdota, surgida en la comida con Felipe González, quien había sido acompañado por un ejército de alcaldes y políticos del PSOE. Estos, los alcaldes, eran los que nos venían suministrando diariamente la alimentación durante el encierro minero pero, en aquella ocasión, aprovechando la visita del jefe, muy “gorrumbos” ellos,  habían suministrado los mejores jamones y lomos de bellota  de la mejor zona jamonera del mundo, de tal manera que, una vez acabada la comida, habiendo sobrado más de siete  jamones y una decena de lomos, ellos mismos se peleaban entre ellos para llevarlos a sus casas: “Coge aquel hachu – le dije a uno de mis compañeros -, y al que se le ocurra coger un jamón o un lomo, le cortas la mano”.

La noche anterior había recibido una llamada telefónica de Julio Feo, jefe del gabinete de Felipe González, desde el Hotel Luz Huelva, donde se encontraba hospedado Felipe, y, aunque Julio Feo haga mención en el libro de sus memorias a la conversación mantenida – redactada a su manera -, la realidad fue que me había llamado para preguntarme si yo no quería que Felipe González visitara a los mineros, ya que yo mismo había declarado en rueda de prensa, celebrada unas horas antes,  “que se abstuvieran todos aquellos políticos que vinieran a hacer campaña electoral a cuenta del conflicto de los mineros de CALA”, siendo mi respuesta para  decirle  que Felipe González era bastante  mayorcito  y, por lo tanto, podía hacer lo que creyera más conveniente, dejando muy claro que siempre sería muy bien recibido por los mineros en el apoyo de sus reivindicaciones.

Desde mi punto de vista, cada vez tenía más claro que el PSOE había convertido nuestra lucha en una especie de trinchera para tumbar al Gobierno de la UCD, presidido por  Calvo Sotelo, máxime cuando el mismísimo Felipe González había lanzado públicamente su promesa de “mantener abierta la mina cuando el PSOE alcanzase el gobierno de España”. No obstante, a nosotros nos servía perfectamente para el logro de nuestros objetivos.

Además, en la misma medida que comenzamos a ver la luz en el conflicto, también iba confirmando mis temores sobre los verdaderos objetivos de aquellos personajillos del PSOE que no estaban sino pensando en el “beneficio económico” que podía reportarles la viabilidad del proyecto, tanto para sus bolsillos como para lo que acabó siendo una de las tantas fuentes de financiación irregular del PSOE.

Salida del encierro minero de 32 días en "Socavón Nuevo" de Cala, el 1º de mayo de 1982

Salida del encierro minero de 32 días en “Socavón Nuevo” de Cala, el 1º de mayo de 1982

Mis temores quedaban confirmados cuando aquel 1º de Mayo de 1982 los mineros poníamos fin al encierro en el “Socavón Nuevo” de Cala, improvisándose unas intervenciones ante los más de mil familiares y amigos que nos esperaban a la salida, donde yo fui ninguneado por personajillos del PSOE que llevaban cuatro horas y media en el partido, tales como el  Correa, Seisdedos o Vera, a pesar de que la gente pedía mi intervención, tal como había sucedido a lo largo del encierro, a la vez que me hacían entrega de un ramo de flores para mí compañera, una pala excavadora de juguete para mi hijo Iván, una muñeca para mi hija Susana, y un jamón de los que habían sobrado del encierro para mí. Con ello, no pretendíamos sino evitar la politización partidista durante la campaña electoral en Andalucía y dar un margen de confianza al gobierno para que cumpliera sus promesas, lo que en absoluto significaba el abandono de nuestra lucha.

De hecho, por parte de la Federación Estatal de Mineros de UGT, después de haber mantenido conversaciones personales con el secretario general de la Federación Estatal de Mineros de CC.OO., Manuel Nevado Madrid, y reuniones entre los miembros de ambas ejecutivas estatales, habíamos convocado  una huelga general en toda las minería del país, creándose por parte de los mineros de Cala equipos informativos de tres miembros que saldrían de la población onubense con destino a los demás pozos del país de cara a preparar la protesta a nivel estatal. No obstante, la misma sería desconvocada cuando el 4 de junio de 1982 se daba luz verde por parte del Gobierno a la instalación de la planta de pellets.

Felipe González con los "guajes" de Cala, el año 1982

Felipe González con los “guajes” de Cala, el año 1982

Ni que decir que Cala fue una fiesta. El pueblo se echó a la calle para celebrar la noticia, pues gracias a la construcción de la planta de pelletización en la localidad pacense de Fregenal de la Sierra, la lucha de los mineros y la gente del pueblo hacía realidad aquel gran objetivo que garantizaba la vida a tantos pueblos de la comarca, después de aquella dura y larga batalla.

Allí, en el Centro Social de Cala quedaba colgada, a modo de trofeo, la boina que los “guajes” del pueblo, encabezados por Gabriel Hermoso Morales “el piraña”, me habían quitado de la cabeza, el día que lograron visitarnos en el interior de la mina, y aquí, en Asturias, sigue estando un paisano con otra boina, dispuesto a seguir luchando por los mineros y sus comarcas.

 

 

 

MI VIDA: ¡¡¡ MINEROS DEL MUNDO, UNÍOS !!!

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Comité Ejecutivo de la Federación Internacional de Mineros (F.I.M.) en Madrid, con Antón Saavedra como vicepresidente, el año 1979

Comité Ejecutivo de la Federación Internacional de Mineros (F.I.M.) en Madrid, el año 1979, con Antón Saavedra como vicepresidente, y Adolf Schmidt como presidente, un personaje ligado a los servicios secretos de la República Federal de Alemania.

Ni siquiera había soñado con ser algún día el secretario general del Sindicato Minero de U.G.T. en Asturias, cuando desperté elegido por los compañeros mineros de España como el máximo responsable de la FEDERACIÓN ESTATAL DE MINEROS DE U.G.T. (1978-1988), pero el culmen de mi trayectoria sindical se realizaría cuando fui nombrado vicepresidente de la FEDERACIÓN INTERNACIONAL DE MINEROS (F.I.M.) en el 43 Congreso Mundial de la Minería, celebrado en Madrid el año 1979, lo que me iba a permitir un aprendizaje de lo que realmente tenía que ser la lucha sindical organizada en los niveles  mundiales, si de verdad queríamos dar soluciones a los problemas de cada país.

Lo primero que aprendí en mi trayectoria sindical internacionalista (1979-1989) fue que, aquellos países que seguimos llamando pobres son explotados por aquellos otros países llamados ricos, a veces demasiado pobres para ostentar ese título, y, por lo tanto, no se podía seguir hablando de países pobres, sino de países saqueados, explotados y esclavizados, pero no pobres. Una cuestión me había quedado demasiado clara: sólo en el Cono Sur de América Latina y el Cuerno de África, por no hablar del petróleo en el polvorín del Oriente Medio,  se atesora más del ochenta por ciento de las materias primas que mueven este mundo de guerras en busca permanente de esos botines enterrados en los que tan mal como interesadamente seguimos llamando países pobres.

De hecho, en la Unión Europea seguimos viviendo sobre una burbuja con una falsa ilusión de seguridad, en gran parte gracias al saqueo de recursos materiales y biológicos de todo tipo venidos de esos países llamados pobres. Esta “fortaleza europea”, desde mi punto de vista, se  mantiene principalmente mediante la externalización temporal de los nefastos impactos colaterales sociales y ecológicos generados por nuestros sobreconsumidores estilos de vida y por el crecimiento de la escala material de la economía y la producción en un planeta finito en materiales. Lo cierto es que nuestra “cómoda y segura existencia” es provisional, quiero decir que tiene fecha de caducidad más pronto que tarde,  entre otras cuestiones, porque la cada vez más frágil burbuja europea puede reventarse rápidamente al estar rodeada por millones de personas que sufren cada vez más las consecuencias directas e indirectas de ese proceso histórico de gran explotación en esos países llamados del tercer mundo, como si existieran varios mundos en este Planeta tierra.

Minas del Cerrejón en La Guajira de Colombia, donde trabajan niños de once y doce años, y donde los sindicalistas son asesinados por los pistoleros de las multinacionales que explotan el carbón para exportarlo a nuestro país...

Minas del Cerrejón en La Guajira de Colombia, donde trabajan niños de once y doce años, y donde los sindicalistas son asesinados por los pistoleros de las multinacionales que explotan el carbón para exportarlo a nuestro país…

El ejemplo más claro de lo expuesto me lo confirmaban mis visitas a países como Colombia o Sudáfrica, ambas entre las mayores productoras y exportadoras de carbones, extraídos en sus megaminas a cielo abierto por multinacionales como la BHP BILLITON, ANGLOAMERICAN y XSTRATA, en las minas del Cerrejón en La Guajira de Colombia, o las   ANGLO AMERICAN COAL y GLENCORE en Sudáfrica.

Allí, en las minas colombianas del Cerrejón, una de las explotaciones a cielo abierto más grandes del mundo, pude ver con mis propios ojos a niños de 11 y 12 años, trabajando por un bocadillo de mortadela durante 12 horas diarias, en relevos de día y noche, amparados en una legislación laboral con prácticas de contratación antiobreras, donde la persecución sindical a sangre y fuego, la tercerización y negación de los principales derechos sociales, como las vacaciones anuales, o la falta total  de seguridad social y seguridad en el trabajo, figuraban entre las violaciones normales, que ayudaban para extraer ese carbón tan “barato” que permitía, y sigue permitiendo, los grandes negocios en las exportaciones masivas de carbón hacia los países que, como Reino Unido, Alemania, Francia o España, entre otros, sirven para que los gobiernos de estos países – a veces, tan patrioteros ellos -, sigan clausurando sus propios yacimientos, en muchos casos con la vergonzante colaboración de los llamados sindicatos de clase, revolucionarios e internacionalistas.

Cyril Ramaphosa y Antón Saavedra en una reunión del comité ejecutiva de la INTERNACIONAL DE MINEROS en Sudafrica, el año 1981...

Cyril Ramaphosa y Antón Saavedra en una reunión del comité ejecutiva de la INTERNACIONAL DE MINEROS en Sudafrica, el año 1981…

Y, allí, en las minas sudafricanas de la antigua Pretoria, pude ver y hablar con los mineros negros, en plena etapa del Apartheid, aprovechando una de las reuniones del comité ejecutivo de la INTERNACIONAL MINERA, de la mano de Cyril Ramaphosa – un abogado que fundaría el Sindicato Nacional de Mineros (N.U.M), llegando a ser uno de los ministros en el gobierno de Mandela, que acabaría siendo miembro de la Coca-Cola Company International Advisory Board y de otros consejos en distintas multinacionales de la Energía, Banca, Seguros y Telecomunicaciones, figurando en la lista de Forbes  como uno de los hombres más ricos de Sudáfrica -, secretario general de la NUM y miembro del comité ejecutivo de la Internacional Minera.

En el país más rico de África – 25% del PIB total del continente africano -, he conocido la vergüenza de ver a miles de trabajadores mineros que vivían hacinados en barracas o chozas de hojalata y cartón, sin luz ni agua, con unas letrinas comunitarias que consistían en un simple agujero en el suelo, con escasas posibilidades de convivir con sus familias ni llevar, los que tenían la fortuna de convivir con ellas, a sus hijos a la escuela. Y todo por un sueldo de miseria, con el que en una jornada agotadora de 14 horas solo alcanzaba para comprar dos cervezas en la cantina de los negros, y una en la cantina de los blancos.

Mineros asesinados por la policía sudafricana por el único delito de luchar por unas condiciones de vida humanas y un salario digno...

Mineros asesinados por la policía sudafricana por el único delito de luchar por unas condiciones de vida humanas y un salario digno…

Lógicamente, el tradicional internacionalismo del movimiento obrero y del propio derecho del trabajo, imponían, desde mi punto de vista, la total necesidad de una acción sindical más allá  de las fronteras de cada país, repensando y jerarquizando el concepto y la práctica de la política internacional de los sindicatos. En absoluto, tal y como versaban mis intervenciones en el comité ejecutivo de la Internacional de Mineros, se trataba de tener una secretaría y administrarla como si fuera una agencia de viajes, sino desarrollando estructuras sindicales internacionales que actuasen con solvencia ante el poder de las multinacionales, aunque ello resultase  fácil de decir y muy difícil de poner en práctica.

Sin duda alguna pensaba, y sigo pensando, que de todas las frases del Manifiesto Comunista, la más importante, la que ha golpeado la imaginación y los corazones de todas las generaciones de militantes obreros y socialistas ha sido la que encabeza este pequeño informe de mí vida: “Proletarios de todos los países, ¡uníos!”  Esta era, desde mi punto de vista, la principal fuerza en la lucha de clases contra el sistema capitalista mundial, y el eje, alrededor del cual debían de articularse las diversas luchas, y así lo repetía una y otra vez en todas las reuniones, pero siempre quedaban en el vacío, tal y como se hablase en una reunión de sordomudos, hasta que me fui dando cuenta de que la Internacional Minera, no actuaba sino como un apéndice de las mismísimas multinacionales.

ANTON SAAVEDRA con Felipe González y el secretario general de la CIOLS, el alemán Otto Kersten, un agente de la CIA que actuaba de sindicalista en el movimiento obrero internacional.

ANTON SAAVEDRA con Felipe González y el secretario general de la CIOLS, el alemán Otto Kersten, un agente de la CIA que actuaba de sindicalista en el movimiento obrero internacional.

Cada vez que yo mentaba aquello de que para Marx y Engels, el internacionalismo era la pieza central en la estrategia organizativa de la lucha obrera contra el capital global, y la expresión de una visión humanista-revolucionaria, por la cual, la emancipación de la humanidad era un valor ético supremo y el objetivo final del combate, cada vez que los alemanes, siempre presidiendo el comité ejecutivo en la persona de Adolf Schmidt, se revolvían sus vísceras anticomunistas en los asientos.

En cierta ocasión, allá por el año 1983, se iba a celebrar el 44º Congreso Minero de la Internacional de Mineros, organizado por los alemanes de la IGB en el Hotel  “Atlantic Congress” de ESSEN. Un congreso que se presentaba muy “movido” como consecuencia de la jubilación del presidente de la National Union of Mineworkers (NUM) del Reino Unido, el laborista Joe Gormley, sustituido por su eterno vicepresidente, el comunista Arthur Scargill, y aquello levantaba ampollas entre los alemanes al tener que ocupar éste la vicepresidencia de la Internacional de Mineros. Meses antes, los alemanes de la IGB me habían invitado, junto con los belgas, suecos y austriacos, entre otros, a una especie de Conferencia Minera, celebrada en la ciudad de Aquisgrán, consistente en realizar viajes turísticos por distintos lugares de Alemania, con visitas a bodegas de cerveza y comidas en restaurantes de lujo, donde trataban de hacernos ver el peligro comunista que suponía el tener que admitir a Arthur Scargill como vicepresidente de la Internacional Minera, aunque yo me dejé llevar por aquella posición que me parecía la típica “chorrada” de unos chiquillos en la escuela.

Antón Saavedra en la localidad alemana de ESSEN para asistir al 44º Congreso de la Internacional de Mineros (FIM), el año 1983.

Antón Saavedra en la localidad alemana de ESSEN para asistir al 44º Congreso de la Internacional de Mineros (FIM), el año 1983.

La cuestión fue que, una vez comenzado el plenario del congreso, no solo mantuve la total independencia de mi voto en la intervención, sino que ahondaba en la necesidad de un fortalecimiento de las estructuras a través de la unidad real de todos los mineros del mundo: “…por encima de cualquier otra consideración, compañeros, los mineros estamos unidos por unos mismos intereses, generados en la situación de explotación y opresión en que viven la mayoría de los mineros en los distintos países del mundo, sean comunistas, laboristas, socialdemócratas o demócratas cristianos, y su lucha final será siempre la misma, la abolición de la explotación (…) Renovarse o morir: ese es el dilema del sindicalismo en el actual contexto que nos toca vivir, donde la falta de democracia y la excesiva burocratización de nuestras estructuras han debilitado al extremo a los sindicatos que representamos, pero esa renovación, en el actual mundo global, en absoluto puede dejar de lado una necesaria recuperación  del internacionalismo, capaz de establecer redes y coordinar acciones comunes, como ya viene ocurriendo con las multinacionales, entre otras cuestiones, porque toda organización que se precie de tal y quiera cumplir con sus cometidos necesita volumen y músculo, y en una sociedad con intereses de clase muy diferentes no es suficiente tener la razón, sino que también se necesita argumentar, demostrar y convencer, de tal manera que para dar las batallas y ganarlas, no son suficientes el empuje y la convicción voluntarista (…) Compañeros: frente a la unificación mundial del gran capital lo que debe de anteponerse a todo es la unión de sus adversarios. Si en el siglo XIX, los sectores más conscientes del movimiento obrero, organizados en las Internacionales, fueron vanguardia contra la burguesía, hoy en día se encuentran dramáticamente en retroceso respecto a ésta. Nunca la necesidad de la asociación, de la coordinación, de la acción común internacional, desde el punto de vista sindical, en torno a reivindicaciones comunes, ha sido tan apremiante, y nunca por otra parte ha sido tan débil, frágil y precaria…”

Antón Saavedra con Joe Gormley y la secretaria de la Internacional Minera...

Antón Saavedra con Joe Gormley y la secretaria de la Internacional Minera. JOE GORMLEY, presidente del Sindicato Minero Británico (NUM) y vicepresidente de la Internacional de Mineros, era uno de los agentes del Servicio Secreto Británico. Un oficial del MIS declaró a la BBC, que Gormley, cada vez más procupado de que la izquierda se hiciese con el control del sindicato (NUM), se puso al servicio de la Inteligencia Británica.

Pues bien, a pesar de haber sido la intervención más aplaudida del congreso, la misma no sirvió absolutamente para nada, porque aquello “acabó como el rosario de la aurora”, sin ninguna resolución congresual sobre la gravísima problemática que vivían los mineros contra su enemigo del momento, tal como era la proliferación mundial de la energía nuclear y la importación masiva de carbones. Pero lo más infantil de todo fue que los alemanes, ante su impotencia argumental, se conformaron con no pagarme la estancia en aquel hotel de lujo , que ellos mismos habían alquilado para todos los asistentes, tal y como pude comprobar a posteriori, lo que me causó pena y risa a la vez.

En realidad, aquella lucha “fraterna” entre británicos y alemanes en aquel Congreso solo había servido para  dejar escrita la crónica de una muerte anunciada para la FEDERACIÓN INTERNACINAL DE MINEROS (F.I.M), hasta llegar a su desaparición de la escena internacional del movimiento obrero al quedar integrados sus restos en la  Federación Internacional de Trabajadores de Química, Energía, Minería e Industrias Diversas, allá por el año 1995.

Arthur Scargill, presidente del sindicato minero británico (NUM) durante la huelga minera de 1984, en la que estaba informado permanentemente por los servicios secretos del Reino Unido. Al igual que su homologo en Asturias, también acabo fuera del sindicato por CORRUPTO en gran escala. Este se vestía en las mejores boutiques de Londres, donde vía en el barrio de lujo más caro, pero cuando iba a las movilizaciones mineras se vestía de obrero. ¡¡¡ Un gran farsante !!!

Arthur Scargill, presidente del sindicato minero británico (NUM) durante la huelga minera de 1984, en la que estaba informado permanentemente por los servicios secretos del Reino Unido. Al igual que su homologo en Asturias, José Angel Fernández Villa, también acabó expulsado del sindicato por CORRUPTO en gran escala. Este sujeto se vestía en las mejores boutiques de Londres, donde vivía en una vivienda de su propiedad en uno de los barrios más lujosos y más caros, pero cuando iba a las movilizaciones mineras se vestía de obrero. ¡¡¡ Un gran farsante !!!

La estúpida venganza de los alemanes vendría a raíz de la declaración de la huelga de 1984 en la minería del Reino Unido, donde la INTERNACIONAL DE MINEROS, lisa y llanamente, pasó olímpicamente de ella, aunque desde nuestra Federación Estatal de Mineros de UGT estuvimos desde el principio con los mineros huelguistas, entre otras cuestiones, porque eran más importantes sus reivindicaciones  que su presidente, Artur Scargill, y toda la dirección de la IGB alemana juntos.

En efecto, los planes del gobierno presidido por Margaret Thatcher consistían en cerrar 20 de los 174 pozos y la consecuente supresión de 20.000 de los 187.000 puestos de trabajo, a la vez que pretendía limitar el derecho de huelga, la desregulación de las jornadas laborales y el debilitamiento del fuerte sindicato de los mineros británicos.

El detonante sería en la mina de Cortonwood, situada en el condado de Yorkshire, una región donde el laborismo de izquierda tenía un bastión importante, y donde la subsistencia de la región dependía de la mina. El 1 de marzo de 1984 se les comunicaba a los representantes sindicales que la mina se cerraría en un plazo de cinco semanas, ocasionando el llamamiento a una huelga que se extendería, desde el 12 de marzo a otras regiones, como Durham, Northumberland, Kent, Escocia y Gales del Sur, de tal manera que en noviembre de 1984 un 73 por ciento del total de 187.000 mineros formaban parte activa del movimiento huelguístico.

Margaret Thatchert contra los mineros británicos en la huelga de 1984

Margaret Thatchert contra los mineros británicos en la huelga de 1984

La Thatcher había declarado ilegal la huelga con el reparo de no haberse hecho una votación a escala nacional entre los afiliados al sindicato, como se preveía en una de las leyes antisindicales aprobadas durante su gobierno, y después de muchas negociaciones fracasadas entre el sindicato y la empresa, el gobierno conservador apostó por un desgaste paulatino de los huelguistas, que obligó a que más de un 50 por cientos de los huelguistas se fueran reincorporando a sus puestos de trabajo, acuciados por la pobreza y la falta de perspectiva. Así se llegó a la fecha del 3 de marzo de 1985, casi un año después, cuando la conferencia de delegados mineros de todo el país, tras una difícil votación, se puso fin a la huelga.

Es verdad que fueron varios los elementos que incidieron  en aquella derrota de los mineros – no solo la falta de apoyo por parte de la INTERNACIONAL DE MINEROS – entre éstos el hecho de que a diferencia de las dos huelgas anteriores de los años 1972 y 1974, que habían tenido el apoyo de los otros sindicatos miembros de la TRADE UNION CONGRESS, sólo el sindicato de la marina mercante y el de los maquinistas de tren prestaron esta vez su apoyo a los mineros, así como también el papel de un controvertido dirigente sindical como  Arthur Scargill, al que le hacían responsable de su empecinamiento en no haber hecho el referendo nacional dentro del sindicato, un error estratégico que la Thatcher siempre utilizó como arma para declarar la ilegalidad e ilegitimidad de la huelga, pero no es menos cierto que el factor más importante en la derrota, sin lugar a ninguna duda, fue el carbón que el general Wojciech JARUZELSKI, primer ministro del gobierno comunista polaco, le suministró al gobierno de la Thatcher durante todos los meses que duró la huelga, permitiendo que  no hubiera  escasez de carbón en el país y que la huelga no hubiera alcanzado la contundencia necesaria.

Instalaciones de la mina Panguna en la localidad de Bougainville (PAPUA-NUEVA GUINEA)...

Instalaciones de la mina Panguna en la localidad de Bougainville (PAPUA-NUEVA GUINEA)…

A pesar de la derrota, esta huelga permanece aún hoy en la memoria de grandes sectores de la población por la trascendencia social y política que tuvo el movimiento dentro de la sociedad británica y del resto de Europa, aunque vuelvo a reiterar, los mineros británicos adolecieron de lo que se nos llena la boca en las declaraciones protocolarias sindicales: SOLIDARIDAD INTERNACIONAL.

Era verdad que, por el solo hecho de mentar el nombre de la INTERNACIONAL DE MINEROS, ello significaba un fuerte apoyo para las organizaciones sindicales mineras del país donde reuníamos nuestro Comité Ejecutivo, así como una cierta presión hacia los gobiernos y empresas explotadoras – en su mayoría multinacionales mineras -, pero no es menos cierto que ellos sabían, a través de los distintos “dirigentes” que actuaban al servicio de los servicios secretos incrustados en las estructuras del movimiento obrero internacional, que estábamos actuando de “farol”, cual partida de mus se tratase, hasta el extremo de que esperaban a que  “pegaremos el puñetazo en la mesa” y echáramos las “pestes” de rigor en los medios de comunicación sobre sus actuaciones contra los trabajadores del país, aunque al final siempre acabábamos siendo sus invitados a comer o cenar en los mejores restaurantes de la zona.

En cierta ocasión, a raíz del gravísimo conflicto que nos tocó librar en el sector cuprífero de Huelva, allá por el mes de julio de 1986, después de ver a los mineros del cobre en la mina Panguna, en las montañas de Bougainville Central, trabajando con un ventolín en su boca para poder seguir respirando – los que se podían permitir aquel lujo de poder tener el dinero para comprarlo – como consecuencia de las insalubres  e inhumanas condiciones de vida y trabajo en lo que estaba considerada la mina más grande del mundo, opté por no asistir a la cena del comité ejecutivo que se celebraba, por invitación de la compañía anglo-australiana  Bougainville Copper Ltd. (53 por ciento propiedad de Riotinto Zinc), en el restaurante del mismo hotel donde estábamos alojados, logrando mantener lo que siempre consideré la entrevista sindical más importante de mi vida. Se trataba del antiguo trabajador de la empresa minera FRANCIS ONA, un luchador sindical del que obtuve una información detallada sobre las condiciones sociales y laborales de aquellas gentes, la cual sólo con recordarlas me pone los “pelos de punta”.

Francis ONA, dirigente sindical minero en Papúa -Nueva Guinea, que lideró la Revolución del Coco en Bargauiville hasta ganar la batalla al gobierno y a la multinacional de RIO TINTO ZINC...

Francis ONA, dirigente sindical minero en Papúa – Nueva Guinea, que lideró la Revolución del Coco en Bougainville hasta ganar la batalla al gobierno y a la multinacional de RIO TINTO ZINC…

Unos años más tarde, allá por el año 1989, pude saber  través de la intérprete irlandesa participante en la entrevista, que aquel dirigente sería el protagonista de la llamada “Revolución del Coco”, una  lucha tremendamente desigual y violenta que llevaría a que un grupo de personas, en su mayoría mineros, iniciaran aquella batalla contra el estado de Bougainville, que disponía de un ejército regular equipado y entrenado por la poderosa Australia, y contra una de las mayores y más poderosas compañías mineras del planeta, como era la  RIO TINTO ZINC, aquel monstruo con profundas ramificaciones financieras que la unían con la mismísima familia  ROTHSCHILD, que también contaba con todo un ejército de mercenarios profesionales, que a final tuvieran que “hincar la rodilla”. Lo realmente significativo de aquella  revolución fue la increíble muestra de dignidad, creatividad, ingenio, convicción y fe en las propias posibilidades del pueblo de Bougainville, hasta el punto de que llegaron a obrar un auténtico milagro, sobre todo después de haber sufrido un insidioso bloqueo por parte del gobierno, que se prolongaría a lo largo de siete años,  con el fin de evitar que sus habitantes recibieran suministros de ningún tipo: ni víveres, ni medicamentos, ni gasolina para utilizar los vehículos que aún permanecían en la isla.

Pero, volviendo a la empresa RIO TINTO MINERA en Huelva, participada por la inglesa RIO TINTO ZINC en un 49 por ciento, ésta había presentado un expediente de regulación de empleo para 1.500 mineros – previamente habíamos librado otros duros conflictos similares en las empresas cupríferas de Tharsis, Herrerías y Mina Concepción  –, que pasaba por la eliminación de la línea extractiva de cobre en sus centros de Riotinto en Huelva y Cebreiro en La Coruña para abastecer su fundición onubense del mineral procedente de Papúa-Nueva Guinea, concretamente de la mina Panguna de Bougainville, de la que es propietaria mayoritariamente RIO TINTO ZINC, tal y como ha quedado dicho.

Se trataba de una estrategia típica de las multinacionales mineras que pasaba por reducir o anular sus yacimientos repartidos por todo el mundo, optando claramente por una selectividad de los mismos, sin olvidar que todo el sector mundial del cobre estaba monopolizado por siete empresas, fuertemente interconexionadas entre sí, llegando a formar una densa malla. Sin embargo, desde el movimiento obrero internacional, nunca fuimos capaces de plantearnos ningún tipo de acciones para el combate, fuera de las típicas y reiteradas resoluciones rimbombantes de nuestros congresos y comités o de los “pactos” vergonzosos entre el pandillerismo sindical, las empresas y los gobiernos, como viene ocurriendo en nuestro país, desde que los sindicatos llamados mayoritarios en España cambiaron la “lucha de clases” por la “lucha de frases.”

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

MI VIDA: ASALTO SOMÁTICO AL CONGRESO FEDERAL MINERO

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Eran las 16.45 horas de la tarde del día 24 de julio de 1987, cuando unos cien energúmenos, la mitad de ellos borrachos, perfectamente identificados como miembros del SOMA-UGT, asaltaban vandálicamente el XIV Congreso Minero, arrasando al servicio de orden tirando violentamente a uno de los compañeros del servicio por la escalera, profiriendo todo tipo de insultos y amenazas, a la vez que mostrando el más absoluto desprecio hacia los mineros españoles de UGT, allí presentes…

Eran las 16.45 horas de la tarde del día 24 de julio de 1987, cuando unos cien energúmenos, la mitad de ellos borrachos, perfectamente identificados como miembros del SOMA-UGT, asaltaban vandálicamente el XIV Congreso Minero, arrasando al servicio de orden tirando violentamente a uno de los compañeros del servicio por la escalera, profiriendo todo tipo de insultos y amenazas, a la vez que mostrando el más absoluto desprecio hacia los mineros españoles de UGT, allí presentes…

No lo habían logrado con la “fuerza de su razón” en los anteriores congresos de la Federación Estatal de Mineros de U.G.T., celebrados en Asturias, Huelva y Ponferrada, los años 1977, 1980 y 1983 respectivamente, pero en esta ocasión impusieron la “razón de su fuerza” y optaron por asaltar su congreso, el congreso de todos los mineros españoles, entre los que, lógicamente, se encontraban los mineros asturianos: “YA ESTAMOS ADENTRO, AQUÍ HAY LA DE DIOS, TRANQUILO VILLA QUE ESTAN TODOS ACOJONADOS, NO SE MUEVEN…”

Esta fue parte de la conversación telefónica que le fue grabada al portavoz somático RICARDO LÓPEZ ESTÉBANEZ, dirigiéndose al “capofamiglia” VILLA desde el teléfono del madrileño Hotel Osuna, lugar donde se iba a celebrar el XIV CONGRESO FEDERAL MINERO DE U.G.T. que sería asaltado vandálicamente el día 24 de julio de 1987 por cerca de cien energúmenos somáticos, la mayor parte de ellos borrachos como “cubes”, los cuales habían sido reclutados la noche anterior entre sus “liberados” a cargo de la chequera de Hunosa para ser trasladados  como auténticos “borregos” en dos autocares con la misión de evitar por la fuerza la celebración democrática del congreso minero, sin que faltasen los diputados neosocialistas del PSOE, JOSÉ MANUEL GONZÁLEZ GARCIA por Asturias, CONRADO ALONSO BUITRÓN por León y PEDRO FERNÁNDEZ “CEPEDANO” del Valle minero de Laciana, por la Junta de Castilla-León.

Panfleto somático lanzado a la opinión pública asturiana en contra de la huelga general en la minería española...

Panfleto somático lanzado a la opinión pública asturiana en contra de la huelga general en la minería española…

De esa manera quedaba eliminado uno de los principales obstáculos que seguía oponiéndose a las políticas somáticas en su denigrante y servil papel de rastreros limacos al servicio de la burguesía española para llevar a cabo la clausura de las explotaciones del carbón y la muerte de sus comarcas mineras, tal y como había quedado demostrado en la primera huelga general sectorial convocada por las Federaciones Estatales de Minería de U.G.T. y CC.OO. para los días 17 y 18 de noviembre de 1985 para exigir al gobierno felipista del PSOE la definición y puesta en práctica de una auténtica “política minera al servicio de España”, una huelga que, desde el SOMA-UGT, se combatió con todas las armas a su disposición, incluyendo las de los gobiernos de España y Asturias, ayuntamientos mineros y demás instituciones con mayorías absolutas del PSOE, diciendo que ninguno de nuestros argumentos eran ciertos: “…ante un hecho de tanta trascendencia como es una huelga general en todo un sector, el SOMA-UGT quiere dejar muy claro que se están sentando las bases para el futuro a largo plazo de dos cosas; la favorable actitud hacia el carbón y la minería de las administraciones socialistas y el desarrollo por el SOMA-UGT de una acción sindical capaz de combinar la firmeza y la exigencia con la negociación y el sentido de la responsabilidad y solidaridad (…) esa política de otros sacrifica la tranquilidad y el futuro de nuestras cuencas a una calculada estrategia de desestabilización…” (Hoja Informativa del SOMA-UGT a la opinión pública, el mes de diciembre de 1985)

En realidad, guardando las distancias entre las personas, este congreso no era sino una fotocopia del celebrado en Madrid el 15 de mayo de 1915, donde FACUNDO PEREZAGUA SUÁREZ, líder indiscutible del socialismo vasco y de los mineros españoles de U.G.T., que se había jugado la vida en muchas ocasiones para defender la libertad cuando nadie se atrevía a ello, sería groseramente eliminado después de sucias maniobras orquestadas desde el SOMA-UGT-PSOE, cuando los mineros de la empresa inglesa de RIOTINTO, en Huelva, había declarado una huelga que PEREZAGUA y el conjunto de los mineros españoles, excepto los del SOMA-U.G.T., intentaron generalizarla en todo el territorio español, chocando  frontalmente con la oposición cerrada de MANUEL LLANEZA ZAPICO y los comités nacionales del PSOE y U.G.T. que apoyaban una política reformista, tal y como se recoge de la Memoria del III CONGRESO DE LA F.E.M. – U.G.T., celebrado en Madrid el año 1915.

El liderazgo de Perezagua se caracterizó por el radicalismo y la conflictividad social, sobre todo en las minas, a raíz del éxito de la primera huelga general, acaecida en mayo de 1890, en la que más de 30.000 trabajadores fueron al paro durante una semana. Este acontecimiento supuso el inicio de la hegemonía del socialismo dentro del movimiento obrero vasco en el período de la Restauración, sin que nadie pudiera hacerle la competencia. El socialismo se convirtió, así, en la expresión de la organización política y sindical de los trabajadores industriales de Vizcaya, en el catalizador de su conciencia y en foco de irradiación y expansión hacia otras zonas del país, como Eibar, San Sebastián, Tolosa, Irún, etc.Durante las dos décadas posteriores, marcadas por huelgas y conflictos sociales a veces muy duros, el socialismo vasco dirigido por Facundo Perezagua se distinguió por anteponer la lucha sindical de los trabajadores a las contiendas políticas y electorales. En ese frente, al Partido Socialista le interesaban sobre todo los comicios municipales.

El liderazgo de Perezagua se caracterizó por el radicalismo y la conflictividad social, sobre todo en las minas, a raíz del éxito de la primera huelga general, acaecida en mayo de 1890, en la que más de 30.000 trabajadores fueron al paro durante una semana. Este acontecimiento supuso el inicio de la hegemonía del socialismo dentro del movimiento obrero vasco en el período de la Restauración, sin que nadie pudiera hacerle la competencia. El socialismo se convirtió, así, en la expresión de la organización política y sindical de los trabajadores industriales de Vizcaya, en el catalizador de su conciencia y en foco de irradiación y expansión hacia otras zonas del país, como Eibar, San Sebastián, Tolosa, Irún, etc.Durante las dos décadas posteriores, marcadas por huelgas y conflictos sociales a veces muy duros, el socialismo vasco dirigido por Facundo Perezagua se distinguió por anteponer la lucha sindical de los trabajadores a las contiendas políticas y electorales. En ese frente, al Partido Socialista le interesaban sobre todo los comicios municipales.

Los sucesos de RIOTINTO fueron objeto de una muy amplia discusión en el XI Congreso de U.G.T., celebrado en Madrid en el otoño de 1915, donde los dos líderes mineros que habían protagonizado el conflicto de RIOTINTO desde el primer día, EGOCHEAGA Y PEREZAGUA, serían expulsados por radicales, dando lugar a la celebración de otro congreso nacional de mineros, donde MANUEL LLANEZA ZAPICO y sus “acólitos” asturianos censuraron la conducta de la delegación minera onubense porque, según ellos, pretendían votar por un número de afiliados que no se correspondía con el de las cotizaciones, justamente la cortina de humo que trataba de ocultar el verdadero problema que estaba encima de la mesa, como era el de las condiciones de vida trabajo a que estaban sometidos los mineros de RIOTINTO en manos de los ingleses, de tal manera que FACUNDO PEREZAGUA sería eliminado, después de sucias maniobras, creándose en Vizcaya un SOMA-BIS, eligiendo como secretario general al minero de La Arboleda, CONSTANTINO TURIEL, que sería trasladado al poco tiempo al comité de la Federación Nacional de Mineros, con LLANEZA como presidente y RAMÓN GONZÁLEZ PEÑA de secretario general.

En aquel congreso frustrado por el asalto vandálico de los somáticos asturianos, donde íbamos a someter  nuestra gestión a la consideración de los compañeros mineros de España, habíamos logrado del gobierno felipista del PSOE algunas satisfacciones a las antiguas reivindicaciones nuestras, tales como el Estatuto Minero, pero nuestra lucha seguía teniendo como objetivo permanente la puesta en práctica de una POLITICA MINERA SOCIALISTA, auténtico “caballo de batalla” de la Federación Estatal de Mineros de U.G.T., entre otras cuestiones, porque en aquellos momentos no existía una sola empresa minera que no tuviera presentado o tuviera previsto presentar el correspondiente expediente de crisis : unas para el cierre total,  otras para cierres parciales y otras para la regulación temporal de empleo. Sin embargo, desde la organización afrontábamos  aquel congreso con cierto optimismo de cara al futuro.

Asalto vandálico del SOMA-UGT al congreso de los mineros españoles de UGT, el 24 de julio de 1987

Asalto vandálico del SOMA-UGT al congreso de los mineros españoles de UGT, el 24 de julio de 1987

Primero porque la Federación Estatal de Mineros de U.G.T. se encontraba cada vez más y mejor estructurada al estar empezando a cosechar ya los frutos de las siembras que habíamos venido haciendo a lo largo de estos años y, además porque aquel XIV CONGRESO MINERO iba a significar, sin lugar a dudas, el ASENTAMIENTO Y CONSOLIDACION DEFINITIVA DE NUESTRA ORGANIZACION como el instrumento válido en la defensa de los intereses de los mineros y de nuestras comarcas mineras, tal y como figuraba en nuestro “slogan congresual”:

“…Además, con nuestra integración en la Comunidad Económica Europea, en lo que se refiera a nuestro sector minero no energético, España puede y debe ser el “PAIS MINERO DE LA COMUNIDAD EUROPEA”. Pero esto no se podrá conseguir con una exclusiva visión de país exportador de materias primas. Si este fuera el enfoque, tendríamos perdido el partido desde el comienzo, porque en esa línea poco o muy poco podremos hacer frente a la competencia de terceros países que cuentan con mejores yacimientos en donde los costes de producción son más bajos, por aquello de que ‘los negros y los indios’ trabajan por un maldito mendrugo de pan.

La industria tradicional de los materiales, en contra de la imagen que de ella se tiene, no viendo más que la crisis que sufre, puede ser una industria en evolución y en continuo progreso. Consecuente, con este panorama de las industrias de los materiales, deberá ser el planteamiento para nuestra minería, tradicional abastecedora de la primera. Es evidente que este planteamiento no puede estar basado en principios de inmovilismo, sino en fundamentos  de modernización y cambio.

Para ello, es prioritario el establecer una política seria y rigurosa de investigación de recursos mineros, punto básico y fundamental para el establecimiento de cualquier marco. Es ya un lugar común, a veces peligroso pues debe haber inhibido actitudes positivas, resaltar que nuestro territorio tiene un enorme potencial minero y, sin embargo, somos “pobres” porque investigamos poco. Y lo poco que se hace se marcha a las manos de las multinacionales cuando no a las de los ‘especuladores’ y ‘corruptos’ tan conocidos en nuestro país”.

En lo referido a la minería energética o mejor entendido si nos referimos al carbón, hay que dedicarle una atención especial y es preciso asegurar la extracción anual de un determinado tonelaje que, junto a un racional aprovechamiento de nuestras reservas, brinde una cierta cobertura a nuestras necesidades energéticas y, ello, porque, entre otras cuestiones, es nuestro único recurso energético autóctono. Pero también aquí, y precisamente porque tenemos condiciones de principio más desfavorables, es necesario intensificar los esfuerzos de I+D, no sólo en la faceta extractiva, sino también en la de combustión limpia y en la de utilización del carbón, a la vez que buscar  una aproximación a los sectores productor y consumidor, mejorando las relaciones y enmarcando sus compromisos en horizontes de largo plazo, pero sin que ello sirva para olvidar nuestro objetivo como sindicato de clase de ir caminando  hacia la NACIONALIZACIÓN DEL SECTOR ENERGETICO. Es decir: “DESDE LA INVESTIGACION DE NUESTROS RECURSOS HASTA SU TRANSFORMACION, PASANDO POR UNA EXPLOTACION RACIONAL Y HUMANA DE LOS MISMOS” (Del discurso de Antón Saavedra al Congreso de los Mineros, el 25 de julio de 1987).

Aquí aparecen los Tino Venturo, Ricardo Estébanez, Raul "Barredo", Victor "Figaredo", Laudelino Campelo, Miguel Sánchez, Julio Cesar, Aquilino Ronderos en plan de "matones de chigre" asaltando vandálicamente el XIV CONGRESO DE LOS MINEROS ESPAÑOLES...

Aquí aparecen los Tino Venturo, Ricardo Estébanez, Raul “Barredo”, Victor “Figaredo”, Laudelino Campelo, Miguel Sánchez, Julio Cesar, Aquilino Ronderos en plan de “matones de chigre” asaltando vandálicamente el XIV CONGRESO DE LOS MINEROS ESPAÑOLES…

Pero nada mejor que ir a los inicios precongresuales del XIV Congreso de los mineros españoles para comprender todo lo que sucedió y por qué sucedió, sobre todo después de las intoxicaciones y manipulaciones que se vertían a diario por parte de los medios de comunicación al servicio del dúo VILLA – PEDRO DE SILVA, muy bien “manejados” por el excomunista y actual jefe de comunicación del PSOE gijonés, Pedro Alberto Marcos Lucas, entre otros, que actuaban al dictado de los somáticos diciendo que desde la Federación Estatal de Mineros de UGT habíamos manipulado los mandatos para quitar la mayoría que ostentaba el SOMA, cuando la realidad era que, con los documentos del Servicio Confederal Administrativo de UGT, el SOMA había sido acreditado con el 40,72 por ciento que se correspondían con sus 9.100 cotizantes sobre el total de los 22.346 cotizantes de la U.G.T.-MINERÍA.

Así, con fecha 27 de marzo de 1987 se celebraba nuestro Comité Federal – máximo órgano entre congresos, compuesto por un miembro de cada organismo provincial o regional y otros miembros proporcionales al número de cotizantes reales de cada provincia o región – que aprobaba por total unanimidad una RESOLUCIÓN para la celebración del XIV CONGRESO MINERO DE U.G.T. a celebrar en Madrid los días 24 y 25 de julio de 1987. De igual manera quedaba elaborado el orden del día, fijando el número de cien delegados, de acuerdo con una distribución porcentual ajustada realmente al número de afiliados-cotizantes de la organización,  quedando designadas las ponencias a discutir en el mismo, entre las que figuraba la de “POLITICA MINERA”, para seguir en la “defensa racional y totalmente viable de nuestra minería o, por el contrario, continuar  inmerso en la estrategia de la burguesía española que anunciare en su día el presidente del gobierno, FELIPE GONZALEZ, para acabar con la misma”, único y verdadero motivo del  enfrentamiento existente entre lo que los medios de información al servicio del SOMA-PSOE siempre quisieron hacer ver como un enfrentamiento VILLA-SAAVEDRA o SAAVEDRA –VILLA.

Era evidente que el SOMA-UGT tenía que ganar aquel congreso como fuere para que nada se interpusiera en su camino hacia el objetivo marcado por la burguesía española de cargarse la minería, pero lo que no nos imaginábamos es que también estuviera en la misma onda del SOMA-PSOE la comisión ejecutiva confederal de U.G.T., que pudo en todo momento evitar aquel atentado sindical – antes y después -, con la simple aplicación de los estatutos confederales, pero los dirigentes del PSOE, infiltrados en UGT, ANTON SARACIBAR y PAULINO BARRABÉS, segundo y tercero de NICOLAS REDONDO URBIETA en la comisión ejecutiva confederal, optaron por seguir ciegamente las consignas emanadas desde la sede ferraziana del PSOE, haciendo caso omiso a los estatutos que ellos mismos habían parido en los congresos de su propia confederación.

Mientras defendían por el día con sus slogan publicitarios los puestos de trabajo, por la noche actuaban para cerrar las explotaciones mineros y condenar a muerte las comarcas mineras ...

Mientras defendían por el día con sus sloganes publicitarios los puestos de trabajo, por la noche actuaban para cerrar las explotaciones mineros y condenar a muerte las comarcas mineras, muchas de las veces definiendo “sus” estrategias en los despachos del Gobierno Civil, con la presencia del Jefe Superior de la Brigada Politico-Social…

Además, siguiendo con los estatutos en la mano, el artículo segundo del reglamento de nuestros congresos decía textualmente que “los delegados al congreso han de ser elegidos democráticamente por las organizaciones a quien representan”, una práctica escasísima, por no decir nula, en una organización mafiosa como el SOMA-UGT, controlada con mano de hierro por su “capofamiglia” VILLA y la “chequera” de Hunosa, aquella “chequera” que había dado a su administrador omnímodo, y a sus secuaces, el poder de conducir a la región asturiana por los caminos que marcaron el sectarismo, la autoridad visionaria, la voluntad iluminada , el interés oculto, la obediencia perruna e interesada de sus mediocres “consiglieris” que jamás intentaron manifestar sus pensamientos por temor a ver frustrada su carrera profesional en el trabajo o en la política, la complicidad evasiva o, simplemente, la vana satisfacción del poder y del dinero – ¡¡¡ sobre todo dinero, mucho dinero !!! -, dejando de lado el beneficio de una región que debió conocer a tiempo – ¡¡¡y la conoció!!! – la crisis que se avecinaba con la clausura de nuestras explotaciones mineras, para solidarizarse  en el diagnóstico y en el esfuerzo en busca de alternativas sólidas y reales, entre las que se encontraba “el carbón como alternativa al carbón”, con ideas claras y voluntad al máximo, objetivo número uno que se perseguía en el XIV CONGRESO MINERO, asaltado vandálicamente por aquellos cien energúmenos somáticos reclutados en los “chigres” asturianos la noche del 23 de julio de 1987.

Pedro Fernández "Cepedano" con sus querida senadora Nieves. Un sujeto especializado en hacer afiliaciones falsas, tanto al PSOE como a l a UGT, para asistir a los congresos con representaciones masivas. Sería condenado por el Tribunal supremo por "chorizo" y expulsado de por vida del PSOE. En el año 2001 sería detenido por sus corrupciones como cacique mayor de Villablino

Pedro Fernández “Cepedano” con su “querida senadora” Nieves. Un sujeto especializado en hacer afiliaciones falsas, tanto al PSOE como a la UGT, para asistir a los congresos con representaciones masivas. Sería condenado por el Tribunal Supremo por “chorizo” y expulsado de por vida del PSOE. En el año 2001 sería detenido por sus corrupciones “ovejeras” como cacique mayor de Villablino

La cuestión fue que, siendo las 16,45 horas del día 24 de julio de 1987, cuando el plenario del congreso estaba constituido y a punto de comenzar, el salón del Hotel Osuna era literalmente asaltado por aquellos “matones de chigre”  al servicio del “capofamiglia” VILLA, con el puño cerrado en alto para que no se les cayera la “dieta” recibida, profiriendo todo tipo de insultos y amenazas contra los compañeros mineros acreditados democráticamente en aquel congreso – previamente habían tirado por las escaleras a un compañero del servicio de orden, al que hubo que curar de sus heridas en el botiquín del hotel -, entre los que, según el amplio reportaje fotográfico realizado se pueden despreciar a sujetos como el lugarteniente de VILLA y exconcejal del PSOE en Gijón “TINO VENTURO”, el secretario de administración del SOMA-UGT y exconcejal en Langreo AQUILINO RONDEROS, el expresidente despedido por “chorizo” del Montepío Minero y exconcejal de Morcín RICARDO LÓPEZ ESTÉBANEZ, el “recorta papeles” de VILLA y exsecretario general del PSOE en Langreo MIGUEL SÁNCHEZ, el exconcejal de Langreo JULIO CESAR, el diputado del PSOE por Asturias JOSE MANUEL GONZALEZ GARCIA, el diputado del PSOE por León CONRADO ALONSO BUITRÓN, el diputado de Castilla-León condenado por “chorizo” PEDRO FERNÁNDEZ “CEPEDANO”, “EL VICTOR” del Pozo Figaredo, el vicesecretario general del SOMA-UGT y exconcejal del PSOE en Langreo LAUDELINO CAMPELO IGLESIAS, el exconcejal de Oviedo y exdiputado en la Junta General del Principado MALLADA, “EL RAUL” del Pozo Barredo, el exdiputado y secretario general del PSOE en Mieres BALBINO DOSANTOS “EL PORTU” o el exsecretario de la fundación somática INFIDE, PEDRO CASTILLEJO, entre otros muchos sujetos.

Pero, ahondando aún más en los acontecimientos precongresuales del XIV CONGRESO FEDERAL MINERO, con fecha del 23 de junio de 1987 había tenido lugar en la Casa del Pueblo de Mieres una reunión que había sido convocada dos días antes sin norma, ni plazos y, lo más intragable, sin la participación de los afiliados para ser elegidos en sus respectivas secciones sindicales, la cual fue “disfrazada” de Congreso, como venía siendo norma en las actuaciones dedocráticas del pandillerismo somático, encargado de analizar la gestión realizada por la Federación Estatal de Mineros de U.G.T., discutir las ponencias presentadas y elegir los delegados somáticos al XIV CONGRESO FEDERAL MINERO, una reunión que, según el presidente de la mesa PEDRO CASTILLEJO PARTIDO, al no haberse recibido la gestión ni las ponencias de la Federación – otra de sus grandes mentiras, cuando una copia de las mismas se las había hecho llegar a la sede por medio del correo certificado y con acuse de recibo hasta que estuvieran imprimidas las memorias congresuales – trató de zanjar el asunto en un “pispás” con la elección de los delegados para el congreso federal, dando lugar a una intervención del propio VILLA que tomó la palabra en nombre de la comisión ejecutiva del SOMA-UGT para ratificar lo dicho por su “perro fiel” en la presidencia de la mesa.

Según el resultado de su información y de las conversaciones que escuchó, Fernández Villa estaba infiltrado en reuniones de comunistas y anarquistas. Contribuyó a desmantelar el FRAP en Asturias (Frente Revolucionario Antifascista y Patriota) y hasta llegó a chivarse a la brigada político social de los movimientos de los que luego serían sus compañeros, como Juan Luis Rodríguez-Vigil, Antón Saavedra y del sindicalista de CCOO Marino Artos.

Según el resultado de su información y de las conversaciones que escuchó, Fernández Villa estaba infiltrado en reuniones de comunistas y anarquistas. Contribuyó a desmantelar el FRAP en Asturias (Frente Revolucionario Antifascista y Patriota) y hasta llegó a chivarse a la brigada político social de los movimientos de los que luego serían sus compañeros, como Juan Luis Rodríguez-Vigil, Antón Saavedra y del sindicalista de CCOO Marino Artos.

Lo que no había previsto VILLA era que su propia sección sindical del Pozo Candín – la mayor en número de afiliados – sorprendentemente le iba a plantar cara para desmontarle aquellas interpretaciones tan mal interpretadas, y después de condenar la actuación sectaria y antidemocrática de la mesa, pasó a manifestar que “si la Federación lo hizo mal, cosa que dudo – dijo su portavoz BELARMINO GARCIA NOVAL –, ya que hubo un Comité Federal que se celebró en Madrid el 27 de marzo de 1987, en el cual se había decidido y hecho público todo el calendario del Congreso  y en el mismo estaban presentes tres miembros de la ejecutiva del SOMA-UGT, por lo tanto no hay ninguna justificación a lo dicho por la mesa y consecuentemente se deben hacer las cosas bien, estableciendo criterios sindicales decididos, sobre la colaboración o confrontación. El Pozo Candín apuesta decididamente por la colaboración con la Federación, ya que es nuestro máximo órgano y debemos contribuir entre todos a reforzarlo y fortalecerlo”, para sacar a continuación dos ponencias sobre “POLÍTICA MINERA”, elaboradas por la sección sindical del Pozo Candín que quiere discutir en esta reunión, a la vez que insistiendo en la necesidad de que haya un debate en profundidad para clarificar la postura a adoptar por parte del SOMA-UGT de cara a solucionar los gravísimos problemas que amenazan de muerte a nuestro sector minero y sus comarcas, entre otras cuestiones, porque “no podemos seguir por más tiempo en esta incógnita de que haya dos Federaciones en la práctica, una en Asturias y otra en el resto del país”.

Pero la decisión somática ya estaba decidida, tal y como dejó claro el “capofamiglia” VILLA en su nueva intervención para decir que en ningún caso se habían vulnerado los estatutos somáticos, dando las ponencias por recibidas y que se ratificaba en lo dicho en su primera intervención, poniendo punto y final a la reunión disfrazada de congreso regional, no sin antes tener que escuchar nuevamente al portavoz de su sección sindical en el Pozo Candín, BELARMINO GARCÍA NOVAL, para hacerle una serie de interrogantes y afirmaciones: “¿Dónde están los plazos del SOMA-UGT para presentar las ponencias ? ¿Por qué no se quiere la discusión por la base de la “POLÍTICA MINERA” a desarrollar en el sector? ¿Por qué no se celebró un Congreso en tiempo y forma y se sustituye por esta reunión convocada sobre la marcha? Una cuestión debe de quedar muy clara para todos: “la representación elegida para este llamado Congreso, no guarda ni plazos, ni normas, ni participación de afiliados y que de lo malo, mejor sería discutir serenamente en este plenario y no por diecinueve compañeros de la lista”.

En estas circunstancias daba comienzo el XIV CONGRESO FEDERAL MINERO, suspendido por los representantes de la Comisión Ejecutiva Confederal de U.G.T. ANTÓN SARACIBAR y PAULINO BARRABÉS, cuando fue “asaltado” por aquellos pandilleros somáticos al mejor de los estilos fascistas, dando lugar a una reunión entre los portavoces de las delegaciones mineras acreditadas – todas, menos la del SOMA-UGT -, la comisión ejecutiva de la Federación Estatal de Mineros y los citados compañeros de la Confederal, con el fin de que la organización minera no sufriera ninguna parálisis en su actividad diaria, hasta la celebración de un nuevo congreso minero cuando se dieran condiciones para su celebración.

Felipe González y Antón Saavedra con los mineros de UGT en Villablino durante el homenaje a Baldomero Lozano, el año 1980

Felipe González y Antón Saavedra con los mineros de UGT en Villablino durante el homenaje a Baldomero Lozano, el año 1980

Sería yo mismo quien tomaría la palabra, como secretario general de la Federación Estatal de Mineros de U.G.T., para dirigirme a los mineros españoles para manifestar “la enorme desilusión por lo acontecido allí, pero es ahora cuando debemos demostrar nuestra capacidad de reflexión”, para añadir a continuación que los gravísimos incidentes de ayer “no venían sino a mostrarnos muy claramente cómo el SOMA-UGT es un grupo de presión al servicio de los intereses partidistas, en este caso del PSOE y su política neoliberal, y es desde ahí cómo debemos de entender los permanentes intentos para domesticar al movimiento obrero, primero la U.G.T. y después CC.OO., de tal manera que a muy corto plazo nos encontremos los sindicatos de clase siendo una simple fotocopia de lo que fueron los sindicatos verticales del franquismo”.

Así, con fecha 25 de julio de 1987, esto es el día siguiente al del “asalto” del congreso, tenía lugar la celebración de un nuevo plenario para determinar las resoluciones que serían trasladadas a los órganos competentes, destacando la resolución unánime de todos los mineros españoles exigiendo la expulsión de la delegación del SOMA-UGT por considerar los hechos ocurridos como una “flagrante violación de los derechos democráticos de la organización y de unos estatutos mediante posturas fascistas”.

En mi intervención quedaría convocado el próximo Comité Federal de Minería a celebrar en Asturias el día 4 de setiembre de 1987, con la asistencia de los dos representantes del SOMA-UGT, JOSÉ ÁNGEL FERNÁNDEZ VILLA Y LAUDELINO CAMPELO IGLESIAS, donde los mineros ratificaban su posición de expulsar de la U.G.T. a la delegación asistente a Madrid, siendo aprobada por treinta y dos votos a favor y dos en contra – los votos de VILLA y CAMPELO -, la cual sería enviada a la Comisión de Conflictos Confederal de U.G.T. Otra de las resoluciones aprobadas con el mismo resultado fue la declaración como “personas non gratas” para el colectivo minero español de U.G.T. de los diputados del PSOE por León y Asturias, CONRADO ALONSO BUITRÓN y JOSÉ MANUEL GONZÁLEZ GARCÍA, pero la resolución más importante y la que más tiempo ocupó de la reunión fue la de “POLITICA MINERA”, donde se incluía el tema de Hunosa, la cual sería aprobada por la total unanimidad del Comité Federal, incluyendo los votos favorables de VILLA y CAMPELO en representación del SOMA-UGT.

Consumado el asalto vandálico al Congreso Minero de UGT, y dimitido voluntariamente el secretario general de la Federación, Antón Saavedra, se celebraría un congreso amañado con la Confederal de UGT, controlado en su ejecutiva por el SOMA, la cual duraría seis meses, hasta que los mineros españoles volvieron a apearlos democráticamente por los mandatos reales, exactamente los mismos que se habían acreditado para el XIV Congreso Minero que había sido asaltado 12 meses antes…

Sin embargo, después de varios intentos de hacerme todo tipo de ofrecimientos en cargos políticos oficiales para que no me presentase a la reelección como secretario general, incluso dejándome hacer la ejecutiva que yo quisiera, pero sin que yo apareciese en la misma, lo que no acepté por las buenas lo llevaron a cabo con sus malas artes: Al compañero ANATOLIO DIEZ MERINO, secretario de organización de la F.E.M.-U.G.T., por negarse a colaborar con el “aparato” se le expulsa de la organización durante seis meses; al compañero Vila, dirigente de UGT en la Vasco Leonesa, ligado a los acontecimientos de León, ocurridos previamente a la celebración del Congreso Federal Minero de U.G.T., se le expulsa tres meses de la organización y a ANTON SAAVEDRA se le “renueva” la suspensión para ostentar cargos en U.G.T. durante otros seis meses, estando basados los únicos motivos para tal desmadre afirmar que SAAVEDRA, como secretario general de la Federación Estatal de Mineros de U.G.T., había permitido en una rueda de prensa, celebrada en León, sobre problemas concretos de los mineros, que estos dos compañeros le acompañaran y una fotografía de prensa era la única prueba presentada ante el TOP, quiero decir, ante la Comisión de Conflictos Confederal. Es decir, a los compañeros ANATOLIO y VILA les expulsan de U.G.T. por defender los intereses de los trabajadores y a ANTON SAAVEDRA le suspenden con el único objetivo de que no pueda presentarse a la reelección en el Congreso Minero que se va a celebrar.

Consumado el asalto vandálico al Congreso Minero de UGT, y dimitido voluntariamente el secretario general de la Federación, antón Saavedra, se celebraría un congreso amañado con la Confederal de UGT, controlado en su ejecutiva por el SOMA, la cual duraría seis meses, hasta que los mineros españoles volvieron a apearlos democráticamente por los mandatos reales, exactamente los mismos que se habían acreditado para el XIV Congreso Minero que había sido asaltado 12 meses antes...

Consumado el asalto vandálico al Congreso Minero de UGT, y dimitido voluntariamente el secretario general de la Federación, Antón Saavedra, se celebraría un congreso amañado con la Confederal de UGT, controlado en su ejecutiva por el SOMA, la cual duraría seis meses, hasta que los mineros españoles volvieron a apearlos democráticamente por los mandatos reales, exactamente los mismos que se habían acreditado para el XIV Congreso Minero que había sido asaltado 12 meses antes...

Efectivamente, el congreso minero se celebró, resultando vencedora la candidatura del SOMA-UGT, encabezada por JOSÉ MANUEL VEGA, pero aquel triunfo tan “cochinado” solo duraría seis meses, esto es hasta que se celebró el primer comité federal, quedando la ejecutiva somática desautorizada al no serle aprobada la gestión por la mayoría de los mineros españoles, como siempre había sido la correlación de fuerzas existente entre el SOMA-UGT y el resto de los mineros españoles, de tal manera que la “solución” que les quedaba a la “triple A” del PSOE-U.G.T.-SOMA era la desaparición literal de la Federación Estatal de los Mineros de UGT y así, desde los trabajadores afiliados en la coca-cola, el textil y la fabricación de aspirinas se pudiera defender mucho mejor la minería del carbón, del cobre, del hierro, de la potasa o del plomo de lo que lo veníamos haciendo desde la Federación Estatal de Mineros de U.G.T.

Al final, transcurrido un tiempo se procedía a la disolución de la Federación Estatal de Mineros de U.G.T. integrando a los mineros en otros sectores bajo el nombre de Federación de Industrias y Afines (FIA), ahora FITAG-UGT, del que me quedo con el último párrafo de la intervención del presidente de la gestora en el discurso de clausura del último congreso minero de U.G.T. en España, ANATOLIO DIEZ MERINO: “…por último, un recuerdo hacia quien fue el verdadero creador, con la ayuda de casi todos los componentes, de la Federación Estatal de Mineros de U.G.T., nuestro compañero ANTON SAAVEDRA, artífice de la mayor conquista social lograda por los mineros, como ha sido el ESTATUTO MINERO, con la jornada laboral de 35 horas semanales, de lunes a viernes.  El recuerdo para ANTON, al que después de padecer de lleno los problemas a que nos estamos refiriendo, en un momento determinado su gran corazón de hombre de bien no pudo resistir más y se rompió con un maldito infarto, que ha superado felizmente, que sigue trabajando por la minería y por la U.G.T., a la que ha dedicado lo mejor de su vida en esa tesitura, un recuerdo profundo de agradecimiento…”

Ahora, tal y como escribe en el prólogo de mi libro “VILLAMOCHO: LA CORRUPCIÓN EN EL SINDICALISMO MINERO”, el periodista y director de la revista ATLANTICA XXII, Xuan Candano: “O sea, que Savedrona tenía razón. No sé las veces que habré oído esto tras destaparse el Caso Villa. Hasta en actos y debates públicos, provocando absoluta unanimidad. Antes ocurría exactamente lo contrario. Son cosas de Savedrona.

Xuan Candano, periodista de la TVE, cuando fue increpado por Villa durante la huelga minera de 2012, cuando el mismo se disponía a cortar el carbón de importación en el puerto del Musel que el mismo había consentido importar para llevar a cabo la operación programada del cierre de la minería ...

Xuan Candano, periodista de la TVE, cuando fue increpado por Villa durante la huelga minera de 2012, cuando el Villa y sus compinches somáticos se disponía a cortar el carbón de importación en el puerto del Musel que el mismo había consentido importar en su día para llevar a cabo la operación programada del cierre de la minería …

Pero Antón Saavedra no cambió nunca de discurso. El exsindicalista es vehemente, como solemos ser en Asturias, y puede ser tan excesivo en sus expresiones como su propio cuerpo, enorme y siempre cubierto con esa boina inseparable, pero nadie le puede negar coherencia y un relato ajustado a la realidad. Lo que pasa es que la cruda realidad no gustaba, porque no se ajustaba al canon y al mito de la gloriosa clase obrera revolucionaria, en la que los mineros eran la vanguardia.

Hasta que se conoció que el todopoderoso José Ángel Fernández Villa, el líder de los mineros asturianos de la democracia, el que empequeñecía al mismísimo fundador del SOMA, Manuel Llaneza, tenía una fortuna oculta, al igual que su mano derecha, José Antonio Postigo, los escritos, las denuncias y las apariciones públicas de Saavedra delatando aquella impostura apenas tenían credibilidad. Y lo que es peor, lo condenaban al ostracismo, porque tener la osadía de cuestionar a quien ostenta el poder, aunque sea contando verdades absolutamente contrastadas, es siempre algo muy peligroso para el disidente, incluso en democracia…”

Ahora, cuando la “muerte pactada del carbón y sus comarcas mineras” es una cruda realidad, es cuando salen los ayuntamientos mineros del PSOE en Asturias y en otros lugares de la geografía española, todos ellos encuadrados en aquel montaje “ludivillinesco” de EUROACOM, a llorar aquello que no supieron ni quisieron defender como auténticos representantes del pueblo en los ayuntamientos mineros. ¡¡¡ A buenas horas, mangas verdes !!!

 

 

 

 

 

 

 

 

 

MI VIDA: DE REPENTE, ME HICIERON EUROPEO

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El presidente del Gobierno, Felipe González, firma el Tratado de Adhesión de España a la Comunidad Económica Europea en el Salón de Columnas del Palacio Real, el 12 de junio de 1985, ante la atenta mirada de S.M. el rey.

El presidente del Gobierno, Felipe González, firma el Tratado de Adhesión de España a la Comunidad Económica Europea en el Salón de Columnas del Palacio Real, el 12 de junio de 1985, ante la atenta mirada del rey Juan Carlos de Borbón y el secretario de la casa real, el general Sabino Fernández Campo.

La incorporación de nuestro país al Mercado Común fue saludada como un “gran logro histórico” del gobierno felipista del PSOE. Tras varios años de no se sabe qué negociaciones – ahora ya se saben y se sufren -,  por fin, el 12 de junio de 1985, Felipe González firmaba en el Palacio Real de Madrid el Tratado de Adhesión a la Comunidad Económica Europea, a la Organización Europea de Energía Nuclear y a la COMUNIDAD EUROPEA DEL CARBON Y DEL ACERO (C.E.C.A.). En aquella ceremonia rodeada de un gran aparato protocolario y retrasmitida por televisión a todo el país, me resultaba muy pintoresco escuchar a un Felipe González y a sus acólitos recreándose es esta gran memez: “Ya estamos en Europa”. Y, ¿dónde estábamos antes de que estamparan su firma en Flandes unos cuántos eurócratas profesionales?

De repente se nos quería hacer olvidar tantos siglos de nuestra historia pasada en la que España no sólo nunca había dejado de ser EUROPA, sino que formaba parte del núcleo de las naciones con poder decisorio. La cuestión, desde mi punto de vista, habría que  enmarcarla en el profundo vacío ideológico que se venía produciendo desde la victoria del PSOE, tanto en el gobierno como en el partido que lo sustentaba, y se necesitaban sustitutos con los que rellenar su mensaje político. Era muy urgente encontrar eslóganes para ocultar su absoluto pragmatismo y la idea de Europa, asociada a la modernidad, venía como anillo al dedo: “Para modernizar España es necesario integrarla en el concierto de las naciones, mediante el ensamblaje y la competitividad de su aparato productivo”. Así, desde el poder, se comenzó a vender la idea de Europa como el conjunto de todos los bienes sin mezcla de mal alguno, de tal manera que Europa servía para todo. El máximo argumento a la hora de razonar cualquier nueva medida y de efectuar cualquier cambio era, o bien que venía exigido por nuestra pertenencia al Mercado Común, o que ya se practicaba en la mayor parte de los países europeos. En ese contexto hay que entender lo ocurrido con nuestro sector carbonero, y en ese mismo contexto hay que entender las declaraciones de Felipe González, aquel 16 de febrero de 1983, cuando anunció ante catorce directores de periódicos la condena a muerte de la minería del carbón: “Es necesario un cambio de mentalidad. Asturias necesita adaptarse a una nueva civilización, en que la mina deje de ser el centro de atención y la gente debe de ser consciente de que a HUNOSA apenas si le quedan unos dieciséis años de vida”.

En 1942, varios economistas e industriales alemanes se reunieron en Berlín. Pensaban que Alemania tenía ganada la II Guerra Mundial y era menester organizar la economía europea. Varias conferencias tuvieron lugar, cada una asignada a un especialista en la materia: comercio, exportaciones, relaciones laborales y… política monetaria. Ahí se propone: una sola moneda para toda Europa y un solo Banco Central con sede en una ciudad Alemania con toda la soberanía para imprimir dinero. El documento final con todas estas recomendaciones lleva por título: “Sociedad Económica Europea” y su consulta es de dominio público.

En 1942, varios economistas e industriales alemanes se reunieron en Berlín. Pensaban que Alemania tenía ganada la II Guerra Mundial y era menester organizar la economía europea. Varias conferencias tuvieron lugar, cada una asignada a un especialista en la materia: comercio, exportaciones, relaciones laborales y… política monetaria. Ahí se propone: una sola moneda para toda Europa y un solo Banco Central con sede en una ciudad Alemania con toda la soberanía para imprimir dinero. El documento final con todas estas recomendaciones lleva por título: “Sociedad Económica Europea” y su consulta es de dominio público.

La cruda realidad es que, la publicación de miles de documentos, que dormían en el polvo de la memoria, de los juicios de Nuremberg contra IG FARBEN (BAYER + BASF + HOECHST) – este grupo fue quien financió y armó a HITLER, y conviene dejar escrito que Auschwitz no fue sólo  un campo de concentración, sino la mayor planta petroquímica del mundo, construida por los presos, que no sólo servían de cobayas humanos para probar la efectividad de las sustancias venenosas producidas, sino que cuando ya no servían, los fumigaban con el Zyklon-B que ellos mismos habían producido -, ha permitido probar  el origen y filiación dictatorial de la Unión Europea, a la vez que dejan muy claro cuál era y sigue siendo el verdadero fin para el que fue creado el Mercado Común (UNION EUROPEA). Es decir, que las armas y los uniformes de cuero han sido reemplazados por armas silenciosas: normativas, tratados, papeleos, comités, comisiones, parlamentos, organismos que, sin que nos diéramos cuenta y siguiendo ilusionándonos con una Europa en paz, unida y democrática, lo que realmente se había creado fue un gran espacio – el “Grossraum” soñado por el Tercer Reich -, con 500 millones de personas sometidas a las órdenes dictadas en Bruselas por un grupo selecto de tecnócratas, que no han sido elegidos democráticamente sino que han sido nombrados desde la sombra, y donde el más caro e inútil Parlamento del mundo no tiene ningún poder legislativo ni ejecutivo. Todo se decide en la Comisión Europea que es el organismo que crea y legisla todas las normativas. Sus comisarios no son elegidos sino nombrados, y las decisiones de la Comisión Europea no pueden ser revocadas por los eurodiputados, ni tampoco los ciudadanos tienen derecho a exigir referéndums. Todo se decide sin su consentimiento.

Este origen dictatorial de la UE nos ha sido ocultado desde 1957 y su verdadera estructura antidemocrática actual está siendo ocultada por los medios de información, con la colaboración de los eurodiputados y los 54.000 empleados de la Comisión Europea, quienes, a cambio de sueldos sabrosos y cómodas vidas, callan, luego otorgan.

Carta del Consejo de las Comunidades Europeas con el nombramiento de Antón Saavedra como miembro de la Comunidad Económica del Carbón y del Acero en representación de España, el de 1986

Carta del Consejo de las Comunidades Europeas con el nombramiento de Antón Saavedra como miembro de la Comunidad Económica del Carbón y del Acero en representación de España, el de 1986

Recuerdo mi primera intervención en Luxemburgo, cuando fui invitado por la Comisión Europea a participar en unas Jornadas Comunitarias sobre Seguridad Minera en los países de la C.E.C.A., los días 30 de setiembre y 1 de octubre de 1985, donde sorprendentemente, a pesar de haber sido invitado por ellos mismos, no pude intervenir porque la Comisión Europea se había negado a proporcionar el servicio de traducción simultánea para España y Portugal, a la vez que se rechazaba el reembolso de nuestros gastos en concepto de viaje y estancia, basando sus argumentos en que estos dos países solo serían miembros efectivos de la Comunidad Europea a partir del 1 de enero de 1986. Al final, gracias a las protestas de la Intersindical Europea, logré hablar unos minutos desde la tribuna de oradores: “Teníamos una gran ilusión en asistir a esta primera reunión a fin de aprender de vosotros los grandes avances logrados en el cuidado de la integración física de los trabajadores de la mina, cuando a la fecha actual ya llevamos en las minas españolas la cifra de 64 compañeros mineros fallecidos en accidente laboral. Pero, a la vista de lo ocurrido con la presencia de la delegación minera española, una vez más nos viene a confirmar nuestra vieja apreciación de que el Mercado Común tiene mucho de ‘mercado’ y muy poco de ‘común’ (…) En nombre de la Federación Estatal de Mineros de U.G.T. no puedo más que condenar muy enérgicamente a ‘esas autoridades’ de la Comisión Europea por esa actitud pueblerina que antepone unas pesetas a lo que pudiera servir para evitar la pérdida de alguna vida humana (…) Por nada del mundo quisiera yo imaginarme que este invento comunitario pudiera tener su origen en los tableros de dibujo de los dirigentes nazis durante la segunda guerra mundial, para lograr con estas actitudes burocráticas lo que no fueron capaces de lograr con las armas (…) En cualquier caso, ya tendremos ocasión de seguir discutiendo más ampliamente sobre estos y otros aspectos cuando mi país sea miembro de pleno derecho y yo pueda actuar como representante español en el Comité de la C.E.C.A.”

Antón Saavedra, representante español en la CECA, el año 1989

Antón Saavedra, representante español en la Comunidad Europea del Carbón y del Acero durante el periodo comprendido entre los años 1986 y 1994

En efecto, con fecha 30 de julio de 1986 recibía la comunicación por escrito del Consejo de las Comunidades Europeas donde se me comunicaba mi nombramiento como miembro de la C.E.C.A. en representación de España, y ese mismo mes participaba en mi primera reunión como miembro de pleno derecho, resultando elegido miembro de la Mesa –  la Comunidad Europea del Carbón y del Acero (C.E.C.A.), creada mediante el Tratado de París de 1951, era una entidad supranacional del ámbito europeo que regulaba los sectores del carbón y del acero de los Estados miembros, promovida y alentada desde 1950 por los franceses Robert Schuman, entonces ministro de Relaciones Exteriores de Francia, y Jean Monnet, negociador designado por el gobierno francés y más tarde primer presidente de la Alta Autoridad de la C.E.C.A., antecedente directo de la Europa de los Seis: Francia, Alemania Occidental, Italia, Bélgica, Luxemburgo y los Países Bajos -, cargo para el que sería reelegido en los distintos mandatos bianuales, hasta mi cese en el año 1994.

Sin lugar a dudas, las necesidades de la reconstrucción europea de postguerra habían acentuado la sensación de penuria energética que había existido durante el periodo beligerante, y la creación de la C.E.C.A. respondía, al menos teóricamente, al deseo de hacer frente, de forma común, a la cobertura de las crecientes necesidades energéticas favoreciendo y coordinando la producción carbonífera. Así, se observa en estos años de postguerra un fuerte incremento en la producción de combustibles sólidos, que a pesar de su importancia no parecieron suficiente; de ahí que se intentara racionalizar el consumo de este combustible a partir de progresos técnicos en las centrales térmicas y en las plantas siderúrgicas, de tal forma que las necesidades de carbón disminuyeran hasta el mínimo posible.

Otro factor vino a incrementar la sensación de escasez existente: la crisis de Suez de 1956. El cierre del canal por esta causa alarmó a los responsables del aprovisionamiento energético europeo; se creyó entonces que el conflicto iba a durar bastantes años y que, aparte del incremento de precio originado por la necesidad de transportar el crudo a través de la ruta del Cabo de Buena Esperanza, el suministro del mismo quedaría interrumpido, o por lo menos muy retrasado, durante un largo periodo, de tal manera que esta nueva circunstancia empujó a los importadores europeos a establecer contratos de carbón americano a largo plazo, cuyas condiciones de precios y transporte no eran demasiado favorables y cuyos resultados supusieron para Europa un notable incremento de los stocks, que para el año 1957 alcanzaban la cifra de 40 millones de toneladas.

Toda esta serie de circunstancias había ocultado una profunda inadecuación de la oferta energética comunitaria, y en especial los graves defectos que adolecía el sector carbonero, fundamentalmente, por la falta total de una auténtica POLITICA MINERA Y ENERGÉTICA.

Hay un viejo adagio que se refiere a la fundación de la Unión Europea «Si al principio no tienes éxito, intentar, intentar, una vez más» . Y para los colaboradores nazis y los nazis de la Segunda Guerra Mundial, viendo la muerte Europea posterior a la guerra y la destrucción provocada por Adolf Hitler y su «Tercer Reich» alianza de fascistas italianos, franceses de Vichy, y otros, la decisión inmediata fue « intentarlo de nuevo »con una Unión Europea que establezca la misma super-estado europeo previsto por Hitler, pero con una» aura decididamente «democrático.

Hay un viejo adagio que se refiere a la fundación de la Unión Europea «Si al principio no tienes éxito, intentar, intentar, una vez más» . Y para los colaboradores nazis y los nazis de la Segunda Guerra Mundial, viendo la muerte Europea posterior a la guerra y la destrucción provocada por Adolf Hitler y su «Tercer Reich» alianza de fascistas italianos, franceses de Vichy, y otros, la decisión inmediata fue « intentarlo de nuevo »con una Unión Europea que establezca la misma super-estado europeo previsto por Hitler, pero con una» aura decididamente «democrático.

De esta manera, cuando me iba dando cuenta en los sucesivos debates celebrados en aquel edificio JEAN MONNET de Luxemburgo, la C.E.C.A., tal y como expresaba machaconamente en mis intervenciones, de ser el organismo internacional que había nacido para favorecer la producción de carbón, se estaba convirtiendo en el instrumento del proceso de reestructuración del sector carbonero en orden a disminuir el volumen de combustible extraído y a conseguir precios y rendimientos equiparables al carbón americano, orientado, por una parte, al cierre de las explotaciones mineras cuya estructura productiva no reuniera las condiciones mínimas de “rentabilidad” establecidas por la propia C.E.C.A y, por otra, a la mecanización, concentración y racionalización de la producción para lograr mejores resultados tanto técnicos como económicos, decían en sus documentos .

Pero los problemas no provenían solamente de la comparación de los precios o rendimientos entre el carbón europeo y el americano. El carbón europeo, además de enfrentarse a la competencia “economicista” del carbón norteamericano, tenía que enfrentarse a la competencia de otros tipos de energía, como el gas natural y la energía nuclear.

Pero, antes de continuar con las reuniones de la C.E.C.A. para la defensa del carbón europeo, y más concretamente el español, es muy conveniente hacer un alto en el camino para referirnos a algunos de los próceres de la UE, tales como el francés Robert Schuman, uno de los más representativos de la calculada ambigüedad del animal político al servicio de los intereses financieros en los tiempos de entreguerras y de la segunda postguerra mundial.

Lo que eventualmente se convirtió en la UE, del Carbón y del Acero Comunidad Europea, estaba formado por seis países de Europa Occidental en 1951. La organización fue idea de Robert Schuman, un político francés que juró lealtad al mariscal Philippe Pétain, el líder francés de Vichy y aliado de el bigote alemán ex cabo. Schuman más tarde fue despojado de sus derechos políticos por su colaboración con el alemán odiaba Bosche . Sin embargo, el comandante de la Francia Libre, el general Charles De Gaulle, restauró la plena ciudadanía de Schuman, después de lo cual el antiguo colaborador de Vichy se dedicó a crear una versión modificada del Tercer Reich, la Unión Europea. Y para complementar su «Cuarto Reich-Lite», Schuman defendía una alianza militar para darle muscular. Era la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN). Schuman sirvió como canciller y primer Francés post-guerra. Los colaboradores de Schuman en su plan para crear una Europa federal eran también francés y OSS / CIA activo Jean Monnet y el canciller alemán Konrad Adenauer, que, como alcalde antes de la guerra de Colonia y presidente del Consejo de Estado de Prusia, a condición de que los nazis con varias ventajas, incluyendo el derecho a volar banderas nazis de astas de bandera de Colonia

 La C.E.C.A, origen de la actual UNIÓN EUROPEA, fue idea de Robert Schuman, un político francés que juró lealtad al mariscal Philippe Pétain, el líder francés de Vichy y aliado de Hitler. Schuman, más tarde. sería despojado de sus derechos políticos por su colaboración con el nazismo, aunque el  general Charles De Gaulle le restauraría la ciudadanía,  después de lo cual el antiguo colaborador de Vichy se dedicaría a crear una versión modificada del Tercer Reich, la Unión Europea. Y para complementar su «Cuarto Reich-Lite», Schuman defendía una alianza militar para darle musculo: la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).  Uno de los más íntimos  colaboradores de Schuman en su plan para crear una Europa Federal sería el también banquero y especulador francés, Jean Monnet, activo miembro de la OAS /CIA. (Foto de Schuman y Monnet en el edificio Jean Monnet de Luxemburgo)

Robert Schumann, recordado por la Declaración que pasaría a la historia con su nombre, que oficializó en 1950 el matrimonio del carbón y del acero alemanes y franceses como símbolo de la Europa Unida, había tenido antes un papel menos rememorado. En sus inicios fue activo militante en las filas de uno de los partidos que conformaron el Bloque Nacional de Raymond Poincaré, que esbozaba como ejes el patriotismo y el antibolchevismo; en 1938 declaraba  su apoyo a los Acuerdos de Múnich, dirigidos por Mussolini y en los que Francia e Inglaterra consentían la anexión de parte de Checoslovaquia por parte de la Alemania nazi.

La declaración Schumann llevaba a efectos otro de esos planes con nombre propio que ordenan la cronología integracionista, el Plan Monnet, que debe su nombre a Jean Monnet – nombre de la sede de la C.E.C.A. en Luxemburgo -,  banquero y hombre de negocios francés, que propuso la elevación del poder de un pool de empresas del carbón y del acero. Su contribución le vale el honor de “padre fundador” de la Europa Comunitaria. No en vano era un hombre con experiencia en eso de invertir en terrenos devastados. De hecho, entre 1934 y 1936 vivió en China, asesorando y trabajando para el gobierno anticomunista y ultranacionalista de Chiang Kai-shek, que le había invitado explícitamente a Shangai para dirigir la construcción de ferrocarriles.

Pero, volviendo al carbón, tras medio siglo de declive carbonero, impulsado en la década de los sesenta por la aceleración del ya secular proceso de sustitución por el petróleo, todo hacía prever que la crisis del carbón era irreversible, pero llegados al año 1973, cuando el petróleo convulsiona el mercado internacional a consecuencia de las fuertes y reiteradas alzas en los precios de los crudos y de las destrucciones de la oferta por parte de la OPEP, lo que abría unas expectativas favorables para el carbón.

Efectivamente, como consecuencia de las crisis del petróleo en 1973 y 1979, el carbón adquiría un importante papel en el mercado energético mundial. Así, países como Australia, Sudáfrica, Colombia e Indonesia, planificaron su producción carbonífera cara a la exportación, sin que EE.UU. se viera desplazado en su privilegiada posición en este campo y, lo más sangrante, sin que el gran “mercadón” definiera ninguna política energética europea, hasta el extremo de que las producciones de carbón europea iba disminuyendo drásticamente, mientras las importaciones crecían espectacularmente, alcanzando en 1990 la cifra de 113 millones de toneladas.

Carta del Comisario de Industria y Energía de la CEE, Cardoso e Cunha, enviada a antón Saavedra, de 1991

Carta del Comisario de Industria y Energía de la CEE, Antonio Cardoso e Cunha, enviada a Antón Saavedra, de 14 de mayo de 1991

Recuerdo una de mis intervenciones ante la Comisión Europea, representada en aquella ocasión por los vicepresidentes Bengeman y Brittan, el 1 de octubre de 1991 en la localidad alemana de ESSEN: “… Desde el año 1.986, fecha de integración de España en este mercado europeo, eramos y somos muy conscientes de la que la CECA tenía y tiene un carácter de supranacionalidad en estas materias del carbón y del acero, esto es, los países miembros perdían su soberanía y consecuentemente deberán supeditar sus actuaciones a las Decisiones que en cada momento emanen de la Comisión Europea. Sin embargo, a juzgar por el documento en cuestión parece que no es así. Yo pregunto a los miembros de la Comisión, aquí presentes, que me expliquen la fórmula mágica para conseguir el tan cacareado MERCADO INTERIOR DE LA ENERGIA EN LA REALIZACION DEL MERCADO UNICO DE 1.992. ¿Es así como se va a construir esa Europa comunitaria, solidaria y no sé cuántas estupideces más? (…) A mí me parece que documentos como el entregado no contribuyen, sino, a la destrucción de los recursos carboneros indígenas en beneficio de otras fuentes energéticas foráneas, tales como la energía nuclear y la importación masiva de carbones, cuyo control detentan los verdaderos amos y dueños de Europa, es decir, la transnacionales norteamericanas o, si lo prefieren, la Internacional Financiera (C.F.R.) con sede en Nueva York. De hecho, tal y como nos acaba de confirmar hace escasos minutos un miembro de la Comisión, EE.UU. se transforma en el primer abastecedor carbonero de Europa con un 43 por ciento del total de las importaciones. Todo esto al margen de las importaciones masivas de petróleo y gas, según ha confirmado el mismísimo Comisario de la Energía, señor Cardoso e Cunha, muy recientemente” (…) pero volviendo al documento que se nos acaba de entregar, el mismo marca una clara y brutal regresión, tanto en las producciones comunitarias con una disminución del 13,6 por ciento para 1.990 con respecto a 1.989, como en las importaciones de terceros países con un incremento del 10 por ciento para el mismo periodo contemplado, y eso no es más que el principio de la puesta en práctica de la REESTRUCTURACIÓN CARBONERA EUROPEA (RECHAR), cuyos documentos fueron secuestrados  de manera tan miserable a este Comité en donde se prevé la disminución del 50 por ciento de la producción comunitaria de carbón y la consecuencia inmediata que se deriva automáticamente de pérdida de 200.000 empleos mineros directos, sin tener en cuenta el empleo inducido que se cifra por la propia Comisión en torno a los 350.000 para el conjunto de la Comunidad.

Carta del presidente del Comité de la C.E.C.A., Mario Cimenti, enviada a Antón Saavedra, el de 1991

Carta del secretario general  de la C.E.C.A., A, Fouarge, enviada a Antón Saavedra, el 23 de julio de 1992.

Sí, señor presidente, claro que estoy leyendo el propio documento que aún no ha recibido este Comité, pero no me pregunte como me ha llegado, porque nunca se lo voy a decir (…) Estamos por lo tanto, nadie se engañe ni nadie trate de engañarnos, en el principio que supondrá el final de la minería carbonera comunitaria a desarrollar en el periodo 1.990-1994. ¡¡¡Es la quiebra del sector carbonero!!! Y más grave aún lo supone el hecho de no contemplar rigurosamente el mantenimiento de las explotaciones mineras a desaparecer, ignorando más o menos deliberadamente que cuando cesa la actividad productiva de una mina de carbón, si no se someten todas las instalaciones a un constante proceso de conservación, bastante costoso, se ocasionan graves deterioros que hacen muy difícil técnica y económicamente su actividad, hasta el extremo de que suele resultar más oneroso recuperar una mina abandonada que abrir otra nueva. En este sentido hay que tener muy en cuenta que el carbón, digan lo que digan los “SABIOS”, esos del rascacielos 666 de Nueva York, jugará durante siglos un papel fundamental en el progreso económico y social de los pueblos. El tiempo a medio plazo es un juez inexorable y dará razones en el sentido expuesto. ¿Debe de ser llevado el carbón por esta rabia de competitividad, de rentabilidad que conoce este “modernismo” impuesto que destruye tanto al hombre como a las riquezas naturales? ¿Debe de sacrificarse sobre el altar de la competencia? Y, ¿de qué competencia se trata? (…) Ante ésta tétrica situación, este Comité tiene la obligación de pronunciarse de una manera clara y contundente, de una vez por todas, en el sentido de ‘no permitir el cierre de más explotaciones mineras sin antes comprobar fehacientemente su situación desde la cuádruple vertiente energética, social, económica y estratégica; sostener el nivel de empleo existente, es decir, no provocar el paro obrero mientras no se vaya a la creación de nuevas industrias capaces de absorberlo’…”. 

europa14601130_1203312183024272_6924707794817969294_nEra más que evidente de que la causa principal en el brutal descenso de las producciones de carbón en la Europa comunitaria se debía a la total ineficacia y dejación por parte de la Comisión  Europea que no actuaba sino como auténticos títeres cuyos hilos se movían de EE.UU. El abandono del carbón en beneficio de la energía nuclear y de los carbones de importación, controladas sus reservas por las mismas multinacionales que hoy controlan la energía solar, era una cruda realidad – a modo de ejemplo, en EE.UU., las petroleras habían adquirido las tres primeras empresas hulleras del país y controlaban el 40 por ciento de la producción norteamericana (solo la SHELL controlaba el 15 por ciento de todos los recursos recuperables de carbón en EE.UU.) -, y aquello hizo que elaborara un amplio informe titulado “EL CARBÓN: UNA ALTERNATIVA A LA CRISIS ENERGÉTICA”, conocido en el seno de la C.E.C.A. como el “informe Saavedra”, que más tarde serviría de documento base para la discusión sobre la POLITICA ENERGETICA COMUNITARIA.

Pero, si era evidente aquella realidad sobre el brutal ataque contra el carbón europeo, era mucho más evidente la referida a la construcción del “MERCADÓN EUROPEO”, de tal manera que, habiendo sido aplaudido y asumido el informe presentado y defendido por mí, en el seno del comité de la C.E.C.A., era mucho más evidente todavía que las decisiones sobre el carbón se tomaban en otros despachos distintos y distantes de la propia Comisión Europea.

Es verdad que la UNION EUROPEA y el proyecto de integración continental se ha venido presentando como un paradigma de la cooperación entre naciones y la superación de las diferencias en favor de la convivencia democrática, pero no es menos verdad que estamos ante una historia con grandes capítulos velados, entre otras muchas cuestiones, porque la idea de unos Estados Unidos de Europa, no fue sino la apuesta de los grandes capitales financieros ante el temor de quedar asfixiados en las tierras intermedias que separaban a las dos grandes potencias mundiales. Es decir, el actual discurso histórico sobre la UNION EUROPEA, que un día concibiera el mismísimo HITLER, ha resultado en el transcurso del tiempo una auténtica falacia.

En efecto, la Unión Europea puede presentar su historia como una epopeya de la democracia, pero el papel protagonista de ciertos “padres fundadores” que formaron parte del nazifascismo o del conservadurismo más reaccionario, no hacen más que avalar mis convicciones sobre la falacia historiográfica europeísta.  Quizás el más significativo de todos ellos sea el de Walter HALLSTEIN, un abogado del Partido Nacionalsocialista, estratega político del Estado nazi y, más tarde, primer presidente de la Comisión Europea.

El informe de Inteligencia militar de EEUU, informe EW-Pa 128, también conocido como el Informe de la Casa Roja, detalla cómo altos jerarcas nazis se reunieron en secreto en el Hotel Maison Rouge de Estrasburgo el 10 de agosto de 1944 y, a sabiendas de que Alemania estaba al borde de la derrota militar, contribuyeron a crear un Cuarto Reich – un imperio económico europeo basado en un mercado común europeo, precisamente lo que la nueva propuesta del gobierno económico europeo respaldado por Cameron y Van Rompuy pide. Ricos industriales nazis como Alfried Krupp de Industrias Krupp y Friedrich Flick, así como empresas de fachada, como BMW, Siemens y Volkswagen, se dedicaron a la tarea de construir un nuevo imperio pan-Europeo de negocios...

El informe de Inteligencia militar de EEUU, informe EW-Pa 128, también conocido como el Informe de la Casa Roja, detalla cómo altos jerarcas nazis se reunieron en secreto en el Hotel Maison Rouge de Estrasburgo, el 10 de agosto de 1944 y, a sabiendas de que Alemania estaba al borde de la derrota militar, contribuyeron a crear un Cuarto Reich – un imperio económico europeo basado en un mercado común europeo…
Ricos industriales nazis como Alfried Krupp de Industrias Krupp y Friedrich Flick, así como empresas de fachada, como BMW, Siemens y Volkswagen, se dedicaron a la tarea de construir un nuevo imperio pan-Europeo de negocios…

Otros miembros del Partido Nazi vieron convenientemente borrado su pasado, a fin de poder seguir siendo funcionales a los monopolios que les habían aupado al poder antes de la guerra, tales como los mencionados Robert Shuman o Jean Monnet, y que, después de la guerra, trataban de recomponerse en alianza con sus viejos enemigos. El caso del cartel químico alemán IG FARBEN (BAYER, BASF y HOECHST) — entre otras — es de sobra conocido. Hallstein y otros tantos nazis vinculados a IG Farben — como Carl Friedrich Ophüls, afiliado al Partido nazi de 1933 a 1945 y representante permanente de la CEE y EURATOM desde 1960 — no tuvieron problemas en hacer el tránsito de la institucionalidad nazi a la comunitaria europea de postguerra. Pero no fueron solo los gestores políticos de los monopolios que financiaron a los nazis, sino los propios dueños de esas empresas quienes se vieron prontamente recuperados para la legalidad europea. Fritz Ter Meer, Director de IG Farben condenado en los juicios de Núremberg, alcanzaría  de nuevo la presidencia de BAYER en 1956. Y no es el único caso de los “padres fundadores” de la UNION EUROPEA que tienen un pasado tan oscuro como  siniestro.

En definitiva, si de algo me han servido mis casi siete años en los organismos comunitarios, fue para llegar a una muy clara conclusión: nunca estuvimos en una Europa de los ciudadanos, como se pretendió hacernos creer desde el principio de su creación, sino en una Europa de los mercaderes, y yo seré europeo porque vivo en este continente, pero no me siento en absoluto parte de esas instituciones, tan representativas ellas de la oligarquía financiera.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

MI VIDA: LLEGÓ LA HORA DE MI JUBILACION

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Antón Saavedra el día final del Pozo Candín de Hunosa, el día de 2013.

Antón Saavedra el día final del Pozo Candín de Hunosa, el día 1 de enero de 2013.

Era el 24 de octubre de 2010 cuando daba por finalizada mi vida laboral en HUNOSA, después de cotizar  en los topes máximos de la Seguridad Social durante 44 años, desde la categoría de ayudante barrenista hasta la de asesor ejecutivo, aunque realmente, con fecha 1 de febrero de 2000, ya me había acogido con 52 años de edad al régimen de prejubilaciones establecido en el Plan de Hunosa para 1998-2001.

Evidentemente, Asturias ni éramos una isla fuera del sistema neoliberal, ni mucho menos estábamos vacunados contra la crisis y sus consecuencias. Asturias éramos una región periférica alejada de los ejes comerciales del mediterráneo y del norte, y la entrada en el “MERCADÓN EUROPEO”, tal y como ha quedado dicho en otro capítulo, trajo consigo el desmantelamiento del modelo sobre el que se cimentaba la economía de la región asturiana, siempre de acuerdo con las directrices y las imposiciones que se hacían desde el IV Reich: El abandono del carbón como fuente energética, la mal llamada reconversión del sector naval y la industria de bienes de equipo, el abandono de la industria ganadera y agrícola, las posteriores privatizaciones y reducciones de industria siderúrgica y energética quebraron el modelo productivo y económico de nuestra región, y aquel chorreo de dinero, a través de los fondos de cohesión europea, no sirvieron sino para ir amortiguando la brutal destrucción de empleo que las políticas del neoliberalismo PPSOE en aras de aquella “modernización” venían practicando en nuestra región. Por un lado el sistema de PREJUBILACIONES permitió mantener la demanda de consumo sobre la economía, y por otro lado ejercieron un efecto adormidera sobre el movimiento sindical y sus organizaciones, hasta lograr desmovilizarlo y matarlo.

En efecto, Alemania y Francia fueron las mayores beneficiarias de aquella cacareada “modernización” con la adhesión de España a la Comunidad Económica Europea. Sus empresas se llevaron de nuestro país, si nos atenemos sólo a las cifras oficialmente reconocidas, más del doble de millones de euros de los que España había recibido de Bruselas: 185.000 millones de euros por los 90.000 que recibió España, juntando fondos estructurales y de cohesión. España podría haber creado una gran industria pero la UE lo evitó. De esta manera, el PSOE traicionaba a sus votantes posicionándose antes de ganar contra la Unión Europea y una vez en el gobierno firmando nuestra incorporación a base de engañarnos con subvenciones.

tras los fastos de Barcelona, Madrid y Sevilla de 1992, a partir de 1993 el Estado español estaba de nuevo inmerso en una fuerte recesión: 300.000 empresas cerradas, una tasa de desempleo cercana al 25%, y serias dificultades para frenar el crecimiento del déficit comercial español, que sólo remitió gracias a la “salida” de la política monetaria española de la disciplina del SME debido a cuatro devaluaciones consecutivas de la peseta por un total del 25% entre 1992 y 1995.

Tras los fastos de Barcelona, Madrid y Sevilla de 1992, a partir de 1993 el Estado español estaba de nuevo inmerso en una fuerte recesión: 300.000 empresas cerradas, una tasa de desempleo cercana al 25%, y serias dificultades para frenar el crecimiento del déficit comercial español, que sólo remitió gracias a la “salida” de la política monetaria española de la disciplina del SME debido a cuatro devaluaciones consecutivas de la peseta por un total del 25% entre 1992 y 1995.

Pero el negocio no acabó ahí, porque los fondos no fueron sino una auténtica inversión estratégica de las potencias europeas. Los fondos se retiraron pero las redes comerciales siguieron funcionando y el negocio creciendo, de tal manera que hasta el 40 por ciento de estos fondos europeos que llegaron a España acabaron en las cajas de las empresas de los países contribuyentes netos, con Alemania y Francia a la cabeza, a través de las infraestructuras que realizaron en España. Un ejemplo evidente es el caso de los trenes de largo recorrido – AVE – ya que son las empresas alemanas y francesas – SIEMENS y ALSTOM – las que se han llevado miles de millones de euros de los fondos comunitarios llegados a España para financiar estas infraestructuras. Es decir, partiendo de que España ha recibido en aquellos “años de éxito” 90.000 millones de euros netos, significa que 36.000 millones de euros han ido a parar directamente a las multinacionales europeas, alemanas y francesas sobre todo.

Por ello, cuando se habla de los exitosos años desde nuestra adhesión como una “historia de éxito”, esa idea de que los países más ricos de la UE han contribuido poco más que altruistamente al desarrollo y modernización de España, aparece cada vez más falsa. La realidad es otra muy distinta: lo que se nos presenta como una política de “ayuda” a los países más atrasados, es realmente una política estatal de las burguesías monopolistas, que por un lado subvencionan a sus propias empresas, por otro financian las infraestructuras para su expansión y ocupación de nuevos mercados, y en tercer lugar invierten en subvencionar la reconversión y el desmantelamiento de aquellos sectores que pueden competir con ello.

Una de las magnas asambleas de mineros que hacía el SOMA-UGT para tomar decisiones sobre el futuro de HUNOSA, cuando la empresa todavía tenía 21.000 mineros...

Una de las magnas asambleas de mineros que hacía el SOMA-UGT para tomar decisiones sobre el futuro de HUNOSA, cuando la empresa todavía tenía 21.000 mineros…

Volviendo al tema de mi prejubilación y, siendo verdad que yo también me acogí al mencionado plan – lo hice entre los diez últimos prejubilados, a pesar de tener edad suficiente para haberlo hecho entre los primeros -,  no es menos cierto que durante mi trayectoria sindical y política combatí con todas mis fuerzas aquellos “despidos encubiertos” que tenían por objeto llevar a cabo la operación diseñada de “poner fin a las explotaciones de carbón y condenar mortalmente a las comarcas mineras”, hasta el extremo de que no hay uno solo de los mineros de HUNOSA que pueda decir que no estaba informado de lo que estaba ocurriendo, entre otras cuestiones, porque desde la Federación Estatal de Mineros de U.G.T. les fue enviada una carta personal a sus domicilios, el 17 de diciembre de 1987, donde se les informaba de las manipulaciones de que estaban siendo objeto por el secretario general del SOMA-UGT y sus secuaces: “… Los compañeros mineros de HUNOSA tienen que tener presentes dos cuestiones fundamentales. Una, la propuesta de la dirección del SOMA-UGT, que significa llevar a cabo los objetivos del actual gobierno, que pasan por la desaparición progresiva de HUNOSA, tal y como ya anunciara el propio Presidente de la Nación, Felipe González, de acuerdo con su política económica al servicio de la Agencia Internacional de la Energía y el Fondo Monetario Internacional, o lo que es lo mismo, la que dicta en cada momento el señor Reagan, y otra, que los mineros tenéis que conocer los verdaderos motivos que han inspirado al representante del partido en el Gobierno, José Ángel Fernández Villa, a convocar su plebiscito, para tratar de justificar la firma que se le impone desde Madrid, como corresponde a esos ‘líderes sindicales’ que reciben las consignas partidistas o gubernamentales fuera de las sedes sindicales y, por supuesto, a espaldas de los trabajadores (…) Que nadie se engañe, las prejubilaciones o ‘despidos encubiertos’ son pan para hoy y hambre para mañana, además de servir para dividirnos y desmovilizarnos en nuestra lucha. En realidad, solo van a servir para que seamos los empresarios de nuestros hijos y nietos, salvo que sigamos echándolos fuera de Asturias, a no se sabe dónde (…) Los mineros tienen la palabra, pero sin olvidar que la historia juzgará implacablemente a aquellos que atenten gravemente contra los intereses de miles de jóvenes que esperan un puesto de trabajo y de aquellas familias que queremos seguir viviendo en las cuencas mineras “.

Manifiesto lanzado por la Federación Estatal de Mineros de U.G.T. a los mineros, informándoles de lo que estaba ocurriendo, y que ocurrió...

Manifiesto lanzado por la Federación Estatal de Mineros de U.G.T. a los mineros de HUNOSA, informándoles de lo que estaba ocurriendo, y que ocurrió…

Pero no solo fueron cartas, manifiestos, artículos diarios en los medios de comunicación y charlas por las distintas localidades mineras, sino las muchas asambleas celebradas en las casas de aseo de los pozos mineros, primero como sindicalista y más tarde como diputado asturiano, de las que recuerdo una celebrada en el Pozo Santiago de Caborana (Aller), con la participación del compañero de CC.OO. , José Manuel Fernández Tuñón “Camarero”, sin lugar a dudas, una de las personas que mejor había entendido la “trampa” de aquel caramelo envenenado que nos hacían tragar en forma de PREJUBILACIONES: “Nosotros, los trabajadores vamos prejubilados, pero no somos más que los empresarios de nuestros hijos, porque aquí los puestos de trabajo no acaban de aparecer por ningún sitio. Por eso, aunque estemos prejubilados, tenemos que seguir en la lucha junto a vosotros, para evitar la hecatombe que se nos viene encima. Si antes hacíamos movidas por una cuestión salarial, no vamos a dejarlas de hacer ahora de manera más contundente por los puestos de trabajo de nuestros hijos, por la supervivencia de nuestras comarcas mineras…”

Sin embargo, a pesar de las peculiares características del sindicalismo minero asturiano en cuanto a instrumento defensivo y ofensivo, su tradición combativa y la estructura económica  de Asturias, le hicieron gozar de un poder social que no encuentra correspondencia en ningún otro lugar del estado español, por lo que sus vicios y taras se han revelado más plenamente que en cualquier otro sitio. 

La elevada concentración industrial de Asturias, basada en los sectores del carbón y del acero fundamentalmente, organizados en grandes empresas, la mayoría de titularidad pública – con puestos de trabajo de por vida y que se transmitían de padres a hijos -, favorecieron el desarrollo de unos gigantescos aparatos sindicales, con sus cohortes de liberados y una organización modelada según la lógica empresarial, con unos cuadros sindicales, rígidamente disciplinados, que han venido imponiendo su ley en Asturias desde la llamada “transición democrática”.

Claro que la jubilación a los 55 años no era ningún logro sindical, sino el elemento desmovilizador de los mineros que sirvió para cargarse el sector del carbón y dar muerte a las comarcas mineras...

Claro que la jubilación a los 55 años no era ningún logro sindical, sino el elemento desmovilizador de los mineros que sirvió para cargarse el sector del carbón y dar muerte a las comarcas mineras…

La región asturiana ha logrado tener en estos años la mayor tasa de afiliación sindical del país: empresas públicas como HUNOSA, con 24.000 trabajadores, han registrado porcentajes de afiliación superiores al 90%. Estas condiciones han permitido la imposición de una política sindical de tipo mafioso, dónde los ascensos de categoría o la liberación sindical no tenía en cuenta la valía profesional o la capacidad de trabajo, sino a la obediencia estricta de las instrucciones emanadas de los órganos sindicales, cuando no de la propia dirección de la empresa, que  se corresponden con unos intereses muy concretos, como era cargarse la minería del carbón. El poder se concentró en las élites de funcionarios y dirigentes, auténticos profesionales de la representación sindical, con una preponderancia de las secciones sindicales, como expansión del sindicato en la empresa, sobre los comités de empresa; donde se reducen las asambleas de trabajadores a un mero papel informativo para sancionar lo decidido en las alturas. Las consecuencias se resumen en una desmovilización, insolidaridad y corporativismo que se ajustan como un guante a la mano capitalista que ha promovido esta práctica sindical.

Este es todo mi tesoro acumulado a lo largo de 68 años de edad: mi compañera Irma,, mis hijos, Susana y José, Iván y Laura, y mis dos nietas, Ainoa y Jimena...

Este es todo mi tesoro acumulado a lo largo de 68 años de vida: mi compañera Irma,, mis hijos, Susana y José, Iván y Laura, y mis dos nietas, Ainoa y Jimena…

La verdad es que, aunque la palabreja “jubilación” viene de “jubilare”, vocablo latino que significa alegría, yo nunca lo tuve muy claro, porque júbilo por dejar de trabajar solamente lo entendería si el trabajo que realizabas te aplastaba o te aburriera, lo que no era mi caso, porque siempre lo disfruté en su triple faceta sindical, política y laboral. Al respecto, puedo afirmar que nunca estuve tan activo como ahora, en mi nueva vida de jubilado, porque desde un principio procuré planear mi jubilación, fijando nuevos objetivos hacia cosas diferentes, acontecimientos, personas y lugares que me ofrecían posibilidades  interminables de disfrute y satisfacción, sin olvidarme, en ningún momento, de mi compromiso con la lucha sindical a la que sigo aportando cuanto puedo de mi persona, pudiendo decir que soy un jubilado activo.

Libros publicados por Antón Saavedra...

Libros publicados por Antón Saavedra…

Dice un antiguo refrán que: “En la vida hay que plantar un árbol, tener un hijo y escribir un libro” y, después de haber sido padre de dos hijos – Susana e Iván – y haber plantado más de treinta árboles, entre manzanos, nogales, cerezos, castaños, robles, xabús, acebos y texos, me puse a escribir un libro: “SECUESTRO DEL SOCIALISMO”, publicado en el año 2004 – hoy agotado en las librerías -, al que siguió otro en 2007, titulado “EL HEREDERO DE SURESNES”, en realidad una continuación del anterior, el cual también tuvo una gran acogida en el mercado editorial, hasta que, a raíz del escándalo producido por el que fuera secretario general del SOMA-UGT durante treinta años y auténtico virrey de Asturias, José Ángel Fernández Villa, que produjo la inmediata expulsión del sujeto en cuestión, tanto del PSOE como del SOMA-UGT, publiqué otro libro en el año 2015 bajo el título: “VILLAMOCHO: LA CORRUPCIÓN EN EL SINDICALISMO MINERO”, el cual, cuando me encuentro escribiendo las memorias de MI VIDA, lleva la tercera edición en las librerías.

Paralelamente a mis aficiones de escritor, había comenzado a cursar los estudios de Ciencias Políticas en la UNED, matriculándome en su primer año en sus cinco asignaturas, aprobando tres de ellas, pero en el transcurso del tiempo fui rebajando el listón, optando por presentarme a una o dos asignaturas todos los años, entre otras cuestiones, porque cuando llegaban los exámenes alcanzaba tal grado presión y estrés, que llegué a confundir lo que había elegido como un hobby con una necesidad vital para ganarme el pan diario, hasta el extremo de amenazar mi salud coronaria.

Otro de los aspectos que llenan mis momentos de ocio siguen siendo el deporte y la montaña. Así, todos los días me pego mi caminata de treinta minutos hasta la piscina, donde estoy una hora nadando a mi manera, esto es, sin pensar que estoy preparándome para las competiciones, sino como una necesidad casi obligada para mi corazón, después de haber sufrido varios infartos, anginas de pecho, y la intervención quirúrgica de un bypass aortocoronario.

Antón Saavedra en la piscina del Polideportivo de Langreo, recuperándose de sus infartos...

Antón Saavedra en la piscina del Polideportivo de Langreo, recuperándose de sus infartos…

Ver dos y tres partidos de fútbol a la semana,  fundamentalmente del UPLANGREO y Real Madrid o alguno de los juveniles, siguen llenando alguno de los huecos de mi tiempo libre, pero lo que más me ocupa es la lectura y la escritura diaria a través de las redes sociales – también alguna colaboración en la prensa escrita – y de mi blog “EL BLOG DE ANTON SAAVEDRA” en el que voy plasmando los acontecimientos políticos y sindicales del momento, y donde tengo una media de tres mil visitantes diarios.

Uno de los aspectos más importantes desde el principio de mi jubilación fue la recuperación de antiguos amigos, caídos en el olvido durante la actividad sindical, después de haber transcurrido tantos años sin tener aquellas relaciones de la escuela, instituto o de barrio, organizando tertulias y peñas de todo tipo: “Amigos de Lada”, “Amigos del Barrio de La Juécara”, “Peña Gastronómica y Futbolística de Langreo”, “Comida minera del Pozo Santiago”, “Familia Saavedra” “Círculo La Corca”…,  y como no, comidas frecuentes por los distintos lugares, aprovechando cualquier evento, hasta el punto de que durante más de un año estuvimos dedicando todos los miércoles a organizar una marcha-visita a todos y cada uno de los rincones mineros de Asturias y León, con la “comida minera” en nuestro programa. Al respecto, debo confesar que, sin alcanzar la categoría de  “fartón” o “glotón” – mi padre siempre me enseñó a comer de todo y no dejar nunca nada en el plato, siendo preferible echar dos veces, siempre que haya para todos -, me siento un amante de la cultura gastronómica, del vino y de la sidra, entre otras cuestiones, porque se medita y reflexiona mucho mejor con el estómago lleno, de acuerdo a la frase que se le atribuye a Confucio: “Dejé de comer y beber para meditar”. Sin embargo, debido a que mi compañera Irma – una cocinera que ya la quisieran tener muchos restaurantes de postín – nunca me dejó acercarme a la cocina, también debo de confesar que no sé cocinar más allá de un cordero a la estaca o una calderada de pulpo, entre otras excelencias, dos de mis comidas preferidas.

Peña Gastronómica y Futbolística de Langreo en la localidad langreana de La Nueva, el 5 de octubre de 2016

Peña Gastronómica y Futbolística de Langreo en la localidad langreana de La Nueva, el 5 de octubre de 2016

En otro orden de mis actividades, los viajes siguen ocupando otro apartado de mi jubilación, y todos los años suelo realizar, junto con mi compañera, dos salidas de vacaciones, una fija a la localidad gallega de Vilanova de Arousa, y otra a través del IMSERSO, bien a una zona veraniega o bien a uno de los balnearios del programa termal, donde previamente disfruto preparando el viaje, abarcando desde los museos, monumentos, lugares históricos, folklore, hasta inmiscuirse en el ambiente de la práctica local, sin olvidarme de la gastronomía autóctona, pudiendo afirmar, después de viajar por una gran parte del planeta, que nuestro país tiene una de las mejores cocinas del mundo, tanto por su calidad como por la variedad de sus productos, a la vez que dejando muy claro que no estoy hablando de una cocina nacional, sino de múltiples cocinas regionales influidas en cada caso por la climatología y las formas de vida autóctonas: la fabada, los quesos y la sidra de Asturias; el pulpo y los mariscos de Galicia; el gazpacho de Andalucía; la caldereta y los jamones de Extremadura; la tortilla en cualquier parte del país; la paella valenciana; la escalibada catalana; el cocido madrileño; el bacalao al pil-pil y el marmitako en el País Vasco; las anchoas de Cantabria; los lechazos y cochinillos de Castilla-León, todo ello regado con los vinos de La Rioja, Ribera del Duero o Valdepeñas, conforman algunas muestras de la amplia y rica oferta de esa cocina mencionada, toda ella aderezada con nuestros magníficos aceites de oliva.

En definitiva, que la gran variedad y riqueza de nuestra gastronomía así como el gusto del español por la cultura del plato, el mantel y la botella, hacen que sea muy fácil encontrar, tanto en las grandes ciudades como en las pequeñas aldeas rurales, un sitio donde comer bien, bueno y barato. Al final, todo dependerá del bolsillo de cada uno, cada vez más mermado, debido a los constantes recortes de las jubilaciones por parte de los gobiernos que siguen las consignas del IV Reich. Precisamente, por eso, por los recortes y otros aspectos laborales sigo inmerso en la lucha, porque ¡¡¡ los pueblos se salvan luchando !!!

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 


MI VIDA: BAJA VOLUNTARIA EN EL PSOE – UGT

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Antón Saavedra, afiliado al PSOE-UGT, el año 1972, en la Agrupación Socialista de Langreo...

Antón Saavedra, afiliado al PSOE-UGT, el año 1972, en la Agrupación Socialista de Langreo…

Mucho se ha hablado y escrito sobre mi expulsión de las organizaciones del PSOE y UGT: “que si insulté a tal o cual”, “que si rompí la disciplina en el referéndum de la OTAN”, “que si trabajaba para la KGB”, “que si patatín, que si patatán” pero, claro, la mentira como declaración realizada por algunos que creen o sospechan que es falsa, esperando que los oyentes lo crean, aunque parezca la mejor y más fácil respuesta a corto plazo, sin embargo, esa mentira significa meterse en un callejón que tiene muchas desviaciones, pero ninguna salida, y lo más probable es que nos acabemos perdiendo en él. El ser humano ha llegado a descubrir que mintiendo, puede manipular a otros, pero al final la persona que miente sabe que dentro de su conciencia real, solo él sabe la verdad y que al final la verdad siempre sale victoriosa.

Quiero decir que Antón Saavedra no ha sido expulsado ni del PSOE ni de U.G.T., porque de ambas organizaciones me he marchado voluntariamente de una manera meditada y documentada públicamente, tal como veremos a lo largo de este capítulo de MI VIDA, y lo hago porque sigo pensando que la sinceridad con los demás siempre me ha ayudado a madurar y a valorar como persona, entre otras cuestiones, porque pienso que es de valientes.

Vaya por delante, antes de entrar en materia, que mi baja, primero en el PSOE y más tarde en U.G.T., en absoluto ha significado en ningún momento de mi vida que haya dejado mis ideales socialistas – tampoco se necesita un carnet para ser socialista -, tratando de seguir desarrollando las mismas en otros ámbitos pero, repito, siempre desde la misma trinchera – la trinchera de los trabajadores, del pueblo llano al que pertenezco -, buscando en todo momento el espacio ideológico que, tanto el PSOE como la UGT han abandonado.

ANTON con DIMAS,celebrando el día de la República en el Bar La Nalona de Sama el 14 de abril de 1974.

Antón Saavedra con DIMAS, capitán republicano,celebrando el día de la República en el Bar La Nalona de Sama de Langreo, el 14 de abril de 1974.

En efecto, nos encontrábamos celebrando una merienda en el comedor del Bar La Nalona de Langreo, el 14 de abril de 1972, junto con ocho o diez compañeros, cuando me afilié al PSOE y a la U.G.T. de la mano del compañero Joaquín “el del Lieja”, teniendo desde entonces una actividad, centrada fundamentalmente, en el proselitismo para la refundación de ambas organizaciones, por la sencilla y única razón de que no existían, más allá de un pequeño grupo de viejos socialistas a nivel individual, alguno de ellos en contactos con la Comisión Socialista Asturiana en la localidad francesa de Toulouse, como los compañeros Joaquín López y Cuervo en Langreo; Pablo García y Emilio Barbón  en  Laviana; Pepe Llagos y Cayo García en San Martín del Rey Aurelio; Prudencio Magdalena, Leonardo y el paisano de Cenera en Mieres; Marcelo García, Jesús Sanjurjo y Agustín González en Gijón o Emilio Llaneza, José María Fernández, Juan Luis Rodríguez Vigil y Jesús Zapico en Oviedo, organizando a partir de entonces importantes actividades como las concentraciones en el Puerto de Tarna o las reuniones en la cabaña de Adenso en Peñamayor y en el despacho de Barbón en Pola de Laviana, a la vez que íbamos intensificando los contactos con el socialismo vasco y andaluz.

Así llegamos a la fecha del 1º de Mayo de 1977, cuando, con el Palacio de los Deportes de Oviedo a rebosar, presentábamos la candidatura del PSOE a las elecciones generales del 15 de junio de 1977, una candidatura encabezada por Luis Gómez Llorente, donde me cabe el gran honor de haber formado parte de ella. Era una época en que confieso haber estado “obnubilado” por Felipe González ante “la posibilidad de un cambio real en nuestro país” y, lógicamente, viví aquella euforia porque me creí que realmente iba a haber un cambio, pero empecé a desencantarme muy pronto, porque veía que el partido se estaba transformando en un gran ”apparátchik” excesivamente burocratizado, con una disciplina en la que tenías que ser un patriota de partido, y eso “nunca fue conmigo”, hasta el punto de que, en el mismo lugar donde me había afiliado en 1972 – otra de las celebraciones anuales de la REPÚBLICA, en esta ocasión con presencia de Luis Gómez Llorente -, participé en la creación de la corriente interna de IZQUIERDA SOCIALISTA del PSOE en Asturias, después del congreso federal donde el felipismo abandonba el marxismo como método de análisis de la sociedad.

Antón Saavedra (de espalda con camisa roja) junto a Luis Gómez Llorente y otros compañeros, en el Palacio de los Deportes de Oviedo, el 1º de Mayo de 1977

Antón Saavedra (de espalda con camisa roja) junto a Luis Gómez Llorente y otros compañeros, en el Palacio de los Deportes de Oviedo, el 1º de Mayo de 1977

Resulta bastante difícil  situarse en aquel contexto para poder transmitir a personas de las jóvenes generaciones los motivos que provocaron una de las mayores crisis vivida  en el seno del PSOE. Algunos pueden pensar que el motivo esencial de aquella polémica fue la valoración del papel de la izquierda a lo largo de la transición política. Muchos pueden considerar que en aquel año de 1.979 se discutía acerca del precio de la reforma, de la imposible ruptura, de los costes de la política de consenso a lo largo del periodo constituyente, y del desencanto que había comenzado a anidar en muchos de los electores de izquierda. En alguna medida fue así y no podemos desconocer las críticas a la política continuista con  las estructuras del régimen anterior, a la realización de acuerdos con los reformistas del franquismo, al mantenimiento de los aparatos de estado de la dictadura  y, sobre todo, a la separación cada vez mayor entre la dirección del partido y sus bases. Y, sin embargo, no fue éste el debate central de aquel congreso que provocó la dimisión de Felipe González y la aparición en aquel verano del 79 del primer manifiesto  de la izquierda del PSOE.

En efecto, durante todo este periodo el PSOE se había caracterizado por una gran prudencia y había negociado la salida del franquismo y la elaboración de la constitución con una gran moderación pero, concluido este proceso, el compañero Luis Gómez  Llorente seguía insistiendo en la necesidad de no llevar esta política de consenso más allá de lo necesario y aprovechar el tiempo de oposición vertebrando ideológicamente al partido socialista. No era pues tanto en la valoración de lo realizado cuanto en la proyección de futuro donde se situaban las diferencias. Mientras para González lo esencial era abandonar la acumulación ideológica de un partido que salía de la clandestinidad, para LLorente lo primordial era articular ideológicamente un partido que tras cuarenta años de dictadura tenía que superar años de desculturización.

Luis Gómez Llorente ante los carteles que anunciaban el mitin del 1º de Mayo de 1977 en el Palacio de los Deportes de Oviedo, entre los que me encuentro yo como uno de los tres oradores del acto...

Luis Gómez Llorente ante los carteles que anunciaban el mitin del 1º de Mayo de 1977 en el Palacio de los Deportes de Oviedo, entre los que me encuentro yo como uno de los tres oradores del acto…

Me acuerdo perfectamente de los tres peligros que señalaba reiteradamente el compañero LLorente a lo largo de aquellos años, que se irían confirmando con el tiempo: los  peligros del parlamentarismo, del electoralismo y del personalismo: “Del peligro – decía – de ir abdicando de las señas de identidad propias para acercarse a las preferencias de los segmentos electorales que permiten acceder a la mayoría; del peligro de centrar la acción política en el campo institucional abandonando la movilización social y del peligro de concentrar todas las acciones del partido en la exaltación de un único líder que asumiera la imagen y la referencia de la organización”.

Uno de los asuntos que más me encendió a la hora de pedir mi baja del PSOE fue el referido a las pensiones: “No habrá democracia en España hasta que no quede cicatrizada la llaga que supone la miseria de nuestros pensionistas. La equiparación de la pensión mínima al salario mínimo interprofesional y una ley de revalorización automática de las pensiones serán objetivos fundamentales a lograr por el PSOE cuando gobernemos este país”. 

Carnet del PSOE perteneciente al afiliado Antón Saavedra, con todos los cupones del año 1986, pagados al precio de 300 pesetas mensuales...

Carnet del PSOE perteneciente al afiliado Antón Saavedra, con todos los cupones del año 1986, pagados al precio de 300 pesetas mensuales…

Ésta había sido la consigna emanada desde el partido para vender – nunca mejor dicho – a los pensionistas españoles en todos los actos electorales de aquella inolvidable campaña electoral de 1982. Yo mismo la machaqué en Palencia con Corcuera; en Pamplona con Manolo Chaves; en Ciudad Real con Nicolás Redondo y Manuel Marín; en León con Bono y Felipe Gonzalez; y así hasta más de veinte actos electorales realizados por todos y cada uno de los rincones mineros de la geografía española en mi calidad de máximo responsable de la Federación Estatal Mineros de U.G.T., aportando mi pequeño granito de arena a lo que estaba convencido iba a suponer, por fin, la implantación del verdadero socialismo en España. Pero aquello sólo fueron palabras, palabras y más palabras, porque, una vez  el PSOE en el Palacio de la Moncloa, se produjo el más brutal ataque de un gobierno contra los pensionistas, recortándoles las pensiones a modo de aperitivo de lo que sería el brutal e injustificado atentado contra el conjunto de los trabajadores a través de la promulgación de la Ley de Pensiones de 1985 que recortaba de una manera drástica las actuales y futuras pensiones, hasta llegar a ser el único gobierno de España que, hasta la fecha de hoy, tuvo la desfachatez de congelarlas.

Al respecto, recuerdo el debate producido en el seno del Comité Federal de UGT, rechazando con el 89% de los asistentes aquella “oferta” del gobierno, después de librar un durísimo enfrentamiento entre José Luis Corcuera, Manolo Chaves y Juan Mazarrasa – defensores de las tesis gubernamentales – y Nicolás Redondo, Zufiaur y Antón Saavedra , que defendíamos las tesis del sindicato a favor de una reforma global y profunda de la Seguridad Social, pero mucho mejor me acuerdo de aquel enfrentamiento dialéctico, cuando el entonces compañero Corcuera había decidido por su cuenta y riesgo continuarlo muy bruscamente en la calle, a la salida de la reunión, tratando de llevarlo al terreno personal, preocupándose en exceso por el contenido de mis intervenciones y el por qué yo defendía las tesis de Nicolás Redondo.

Carta manuscrita de Antón Saavedra, firmada y sellada por la comisión ejecutiva de la Agrupación Socialista de Langreo, al objeto de dejar clara constancia de su baja voluntaria del PSOE .

Carta manuscrita de Antón Saavedra, firmada y sellada por la comisión ejecutiva de la Agrupación Socialista de Langreo, al objeto de dejar clara constancia de su baja voluntaria del PSOE .

Aquel día, la cosa había quedado en fuertes palabras y algunas salidas de tono por parte del que después sería el innombrable ministro felipista de la “ley de  patada en la puerta” pero, apenas habían transcurrido unos meses, cuando con ocasión de la presentación de un libro de Ramón Rubial en la sede del PSOE, veo acercarse a mí a un eufórico Corcuera, con un vaso de whisky en la mano y un gran cigarro Cohibas en la boca, que me decía casi gritando: “Antón, tú eres un gran chaval, y por eso te tiene comido el coco Nicolás. Mira José Luis, sabes muy bien que siempre actúo según mi criterio. Por lo tanto, deja el tema como está. A mí también me tenía comido el coco, hasta que comprobé que era un auténtico hijo de puta. ¡Nicolás es un hijo de puta! ¡Te lo digo yo! ¡Oye, Corcuera, ni a ti ni a nadie le consiento que llame hijo de puta a Nicolás, y mucho menos cuando no está presente! ¡Si tienes cojones se lo dices a él a la cara, pero, claro, no eres más que un chulo de taberna y no te atreves a decírselo…! ¡Eres muy poco hombre!”. Aquella noche, solo la barrera humana que pusieron Chaves, Manuel Garnacho y Jesús Mancho entre Corcuera y yo evitó que nos liásemos a hostias.

Antón Saavedra presidiendo la I Asamblea General de IZQUIERDA UNIDA en Madrid, el 11 de febrero de 1989

Antón Saavedra presidiendo la I Asamblea General de IZQUIERDA UNIDA en Madrid, el 11 de febrero de 1989

No obstante, sin olvidarme de la brutal reconversión llevada a cabo en nombre de aquella “modernización” que supuso el cierre masivo de empresas industriales sin un desarrollo paralelo de nuevas industrias, hasta el extremo de que sectores enteros fueron desmantelados y miles de trabajadores pasaron a engrosar las cifras del paro – los que no fueron muertos por las balas de los antidisturbios enviados por el gobierno dizque socialista -, y sin olvidarme, claro está, de que había sido el PSOE el que había implantado  el trabajo precario en España, el partido que apoyaba un gobierno al que los tribunales habían condenado a la cúpula de su Ministerio de Interior por secuestro y malversación en relación a una banda armada que asesinó a más de 30 personas, el partido de la CORRUPSOE que había creado una muy fuerte y jerárquica burocracia partidista, donde todos se daban codazos de puertas adentro para colocarse puertas afuera…, el mismo partido que se había plegado a los banqueros desde los primeros tiempos de Miguel Boyer, Carlos Solchaga y la beautiful people, el colmo de mi paciencia como militante de aquel PSOE, secuestrado en el congreso de Suresnes por la CÍA y CÍA, tuvo que ver con el referéndum de la “OTAN A TOPE, EN INTERÉS DE ESPAÑA”, lo que de una manera muy meditada me hizo pedir la baja en el PSOE, integrándome al poco tiempo en el PARTIDO SOCIALISTA OBRERO ESPAÑOL HISTÓRICO – escisión surgida en el XXV Congreso del PSOE, celebrado en Francia el año  1972 que, llegado el momento de presentarse a las elecciones generales del 15 de junio de 1977, el Tribunal Supremo prohibía al PSOE (Sector Histórico) seguir utilizando las siglas por lo que la organización tuvo que inscribirse con el nombre de PASOC – para participar en la creación de la Plataforma Cívica Anti-OTAN, germen del movimiento socio-político de IZQUIERDA UNIDA, donde me cabe el honor de haber presidido su primera Asamblea General en Madrid, el 11 de febrero de 1989.

Portada de la revista mensual LOS MINEROS con las declaraciones de Felipe González sobre la OTAN, a los pocos días de ganar las elecciones general del 28 de octubre de 1982

Portada de la revista mensual LOS MINEROS con las declaraciones de Felipe González sobre la OTAN, a los pocos días de ganar las elecciones general del 28 de octubre de 1982

Desde mi punto de vista, el PSOE no sirve por tanto a la izquierda – hoy menos que nunca -, porque, siendo verdad que alguna vez fue teóricamente socialista, no es menos cierto que hace tiempo que dejó de serlo en la práctica, después de veinte años de gobierno en España con mayorías absolutas, hasta el punto de no saber dónde está desde hace tiempo. En la dirección del PSOE, maniatada por los dinosaurios de la vieja guardia, no hay ni siquiera  socialdemócratas que busquen siquiera domar al capitalismo mediante nuevos ingenios. Sólo hay dirigentes  temerosos de la jerarquía, sometidos a los dictados de la oligarquía financiera, sin ninguna libertad para cultivar unos vínculos democráticos con quienes supuestamente representan.

El 15-M — no olvidemos que surgido un día de represión policial, ordenada por el gobierno socialista, contra quienes ejercían su derecho a manifestarse — lo dejó muy claro: se precisa un cambio radical contra el régimen monárquico turnista del PPSOE. De hecho, muchos socialistas insatisfechos como yo,  transitamos desde hace tiempo por el propio 15-M – en mi caso desde el primer día de movilizaciones en la plaza del ayuntamiento de Gijón -, en las asambleas de sus barrios, luchando en las diversas mareas y colectivos en defensa de lo público, con el único ánimo, al menos en mi caso concreto, de aportar experiencia y sin aspirar a ningún cargo, como he dejado demostrado hasta la saciedad en las distintas elecciones celebradas en España desde la creación de PODEMOS, ahora – ojalá se consolide definitivamente -, en UNIDOS PODEMOS.

Antón Saavedra en la Plaza de Ayuntamiento de Gijón, participando desde el primer día en las movilizaciones del 15-M

Antón Saavedra en la Plaza de Ayuntamiento de Gijón, participando desde el primer día en las movilizaciones del 15-M

Es así como la militancia de base de lo que va quedando del PSOE, profundamente desengañada en una gran mayoría, busca otros cauces para seguir haciendo una política que les permita reconocerse con orgullo de seguir siendo socialistas. Los hay también que desde dentro del partido, en sus agrupaciones, aún piensan que es posible el enésimo intento de regeneración. Es la gente que pidió perdón en aquel vídeo, en un gesto que les honraba pero que resultaba insuficiente, entre otras cuestiones, porque no eran ellos quienes debían disculparse, los temas mencionados eran ínfimos respecto a la dimensión del problema, y aun siendo mínima la asunción manifestada de las culpas, lo justo hubiera sido apartarse de la política tras hacerla.

Columna del periodista Faustino Garcia sobre mi baja como militante del PSOE...

Columna del periodista Faustino Garcia sobre mi baja como militante del PSOE…

De verdad, no pretendo resultar injusto con algunas personas militantes del PSOE que quizá lleven años luchando contra este estado de cosas. Sólo pretendo decirles que, desde mi humilde opinión, no están en el sitio más adecuado para hacerlo, entre otras cuestiones, porque por la puerta de atrás de nuestro régimen político se ha ido conformando una casta político-económica que se beneficia y se protege mutuamente de la crisis a costa de empobrecer al resto. Es la definición de oligarquía que conocemos desde los griegos, y el PSOE no resulta ajeno a ello. Lo más visible está en esos líderes que participan en las puertas giratorias que mencionaba con anterioridad. Por tanto, no sólo es que hayan cometido acciones políticas lamentables que se recordarán por un periodo largo de tiempo, máxime cuando esos dinosaurios de la vieja guardia del PSOE acaban de perpetrar todo un “golpe de estado” en el PSOE, en plena redacción de este capítulo de MI VIDA. Así que: afiliados del PSOE, échense a un lado o aproxímense a título individual y sin dobleces, porque  la izquierda real de este país quiere unirse y está pidiendo paso.

Debo de reconocer que, aunque yo nunca he vivido del partido, estando en condiciones de demostrar que jamás he pasado una peseta por comer un bocadillo en las campañas electorales o en cualquier otro evento partidista, incluso haciendo uso de mis vacaciones laborales para el partido, mi baja voluntaria en el PSOE me costó mucho trabajo y tiempo asumirla, pero no tanto como cuando solicité mi baja  de UGT, a pesar de haber sido expedientado y suspendido de militancia en dos ocasiones, de una manera, desde mi punto de vista, totalmente injusta, tal y como queda explicado a lo largo de los capítulos de MI VIDA, de tal manera que, cuando presenté mi dimisión como secretario general de la Federación Estatal de Mineros de U.G.T., después de haber sufrido mi primer infarto agudo de miocardio, el 9 de junio de 1988, le hice ver a la comisión ejecutiva de la U.G.T. que yo no estaba dispuesto a pagar una peseta más en concepto de cuota a un sindicato mafioso y corrupto como era el SOMA-UGT, entre otras cuestiones, porque ni siquiera era un sindicato de la organización, al estar históricamente adherido.

Carta de Antón Saavedra dirigida a la Comisión Ejecutiva de UGT-ASTURIAS pidiendo la baja voluntaria como afiliado a la UGT.

Carta de Antón Saavedra dirigida a la Comisión Ejecutiva de UGT-ASTURIAS pidiendo la baja voluntaria como afiliado a la UGT.

En principio, lo comprendieron y me hicieron un carnet exclusivo con las siglas de Federación Minera de UGT-Asturias, que yo pagaba puntualmente todos los meses a través de una cuenta bancaria domiciliada a mí nombre, pero transcurrido un tiempo, observo que mis dineros se volvían a ingresar a nombre del SOMA-UGT y, después de hacerles ver que no estaba dispuesto a seguir pagando a unos indeseables que, incluso habían dado orden a la dirección de Hunosa para que dejaran de pagarme el salario, al estar dedicando mi tiempo íntegramente a la organización con las horas sindicales acumuladas de los compañeros de la empresa, debiéndome a la fecha de hoy la cantidad de 875.000 pesetas del año 1979, opté por darme de baja, tal y como se expresa en la carta pública que les hice llegar a la ejecutiva de UGT-ASTURIAS.

Finalmente, para todas aquellas personas tan creyentes ellas de las malvadas  y tendenciosas afirmaciones en el sentido de que Antón Saavedra ha estado afiliado en tal y cual partido, y tal y cual sindicato, inventando hasta siglas nuevas de sindicatos (U.N.M.) y partidos (SOCIALISTAS POR LANGREO), decirles que Antón Saavedra solo militó en un partido, en su doble versión renovada e histórica: el PSOE, y sólo tuvo militancia en un sindicato: la U.G.T. Otra cuestión muy distinta es que siga colaborando con UNIDAD PODEMOS en todo lo que se me pida y pueda, y sindicalmente con la CORRIENTE SINDICAL DE IZQUIERDAS, único sindicato de clase al servicio de los trabajadores. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

MI VIDA: SAAVEDRISMO Y VILLISMO I

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Antón Saavedra, elegido secretario general de la Federación Estatal de Mineros de U.G.T. en el XI Congreso Federal de la Minería, celebrado en la localidad asturiana de Mieres los días 10 y 11 de diciembre de 1977...

Antón Saavedra, elegido secretario general de la Federación Estatal de Mineros de U.G.T. en el XI Congreso Federal de la Minería, celebrado en la localidad asturiana de Mieres, los días 10 y 11 de diciembre de 1977…

Desde los inicios, a partir de la Segunda Restauración Borbónica en España, la historia del sindicalismo minero en U.G.T. se ha venido plasmando de formas muy distintas, siempre al calor de lo que se trataba de presentar como rivalidades internas.

En efecto, durante todos estos años de mí trayectoria sindical y política, he venido escuchando y leyendo en los medios de comunicación esta teoría basada en el enfrentamiento entre  Saavedra y Villa o Villa y Saavedra en el seno del sindicalismo minero de U.G.T. que, desde mi punto de vista, nunca respondió a ningún enfrentamiento personal, sino más bien a las distintas y distantes concepciones que teníamos cada uno de nosotros sobre el sindicalismo.

Lo primero que quiero dejar muy claro es que si los sindicatos no existieran habría que inventarlos. Y hago esta rotunda afirmación a raíz de ciertos interrogantes surgidos a lo largo de mi vida sindical donde se preguntaba del ¿por qué de los sindicatos? ¿Para qué servían los sindicatos? ¿Qué hacían los sindicatos por los trabajadores?, normalmente siempre respondiendo a las estrategias antisindicales, perfectamente diseñadas por los “Think Tank” o laboratorios de ideas de las grandes empresas y sus títeres en los respectivos gobiernos, lanzadas hacia la sociedad a través de sus medios de prensa, radio y televisión.

Aunque Capone siempre hacía sus negocios con nombres de tapadera y no había registros que lo relacionaran con sus ganancias, las nuevas leyes promulgadas en 1927 permitieron al gobierno federal perseguir a Capone por evasión de impuestos, su mejor opción para encarcelarlo al fin. Fue perseguido por el agente de la "Agencia de Prohibición" Eliot Ness y sus agentes incorruptibles "Los Intocables" y por el agente del IRS Frank J. Wilson, que fue capaz de encontrar recibos que relacionaban a Capone con ingresos por juego ilegal y evasión de impuestos por esos ingresos. El proceso y acusación ocurrieron en 1931. Al Capone fue declarado culpable, el 17 de octubre, en cinco de los 23 cargos y sentenciado a 11 años en una prisión federal. En un principio fue enviado a una prisión de Atlanta en 1932. Sin embargo, el gánster aún era capaz de controlar la mayoría de sus negocios desde este centro, y se ordenó su traslado a la prisión de la isla de Alcatraz en agosto de 1934

Aunque Capone siempre hacía sus negocios con nombres de tapadera y no había registros que lo relacionaran con sus ganancias, las nuevas leyes promulgadas en 1927 permitieron al gobierno federal perseguir a Capone por sus delitos financieros con la Hacienda norteamericana, su mejor opción para encarcelarlo, siendo declarado culpable, el 17 de octubre de 1931. En un principio fue enviado a una prisión de Atlanta en 1932. Sin embargo, el gánster aún era capaz de controlar la mayoría de sus negocios desde este centro, y se ordenó su traslado a la prisión de la isla de Alcatraz en agosto de 1934.

Desde mi punto de vista, no parece que haya muchas dudas sobre lo que es y tiene que seguir siendo un sindicato como organización de trabajadores para la defensa de sus intereses de clase. Otra cuestión muy distinta es ver cómo los sindicatos  han ido cayendo en manos de cúpulas de hampones, como forma de ese pandillerismo que no representa sino una forma de cooperación entre la patronal, el gobierno y esa clase de dirigentes sindicales que ha traicionado a los trabajadores, llevándolos a la derrota y el desastre, tal como ha ocurrido con el SOMA-UGT-PSOE en Asturias, dirigido por el llamado “villismo” en la persona de su “capofamiglia”, José Ángel Fernández Villa, y sus respectivos “consiglieris”, durante más de treinta años, para recordarnos al peor de los pandillerismos caponescos del Chicago de los años veinte, cuando Alphonse Gabriel Capone “Al Capone” dirigía la industria y la limpieza y teñido de ropas de la ciudad por medio de una asociación comercial, hasta el extremo de que la propia Federación Estadounidense del Trabajo (AFL) llegaría a reconocer que 28 de sus filiales de Chicago se hallaban al servicio de Al Capone y demás sicarios.  

Es evidente que existen muchas clases de sindicatos, desde los sindicatos gremiales hasta los independientes, pasando por los sindicatos de empresa, de industria y de cuadros, hasta llegar al pandillerismo sindical, practicado en la minería asturiana por el “villismo somático”, pero de lo que no existen muchas clases es en el sindicalismo de  clase, como organización de lucha al servicio de y para los trabajadores, nacido cuando la clase obrera comprendió que necesitaba organizarse para la lucha contra la explotación capitalista, y que esta lucha no podía realizarla ningún obrero solo, sino uniéndose y organizándose con sus compañeros de trabajo, entre otras cuestiones, porque ya no servían las antiguas formas de organización y de lucha de la época del artesanado.

SAAVEDRISMO, en la lucha por la supervivencia de la minería asturiana del carbón,desde un sindicato de clase como la Federación Estatal de Mineros de UGT, contra el VILLISMO, dirigido por el pandillerismo somático al servicio de la patronal minera de HUNOSA, el PSOE y el gobierno felipista...

SAAVEDRISMO, en la lucha por la supervivencia de la minería asturiana del carbón,desde un sindicato de clase como la Federación Estatal de Mineros de UGT, contra el VILLISMO, dirigido por el pandillerismo somático al servicio de la patronal minera de HUNOSA, el PSOE y los gobiernos del bipartidismo PPSOE.

Este fue el sindicalismo que aprendí con los mineros en las barriadas de las localidades langreanas de Lada y La Juécara – auténticas fortalezas del movimiento obrero contra el franquismo -; ese es el sindicalismo del que me fui impregnando en los pozos mineros; y ese el sindicalismo que desde mis inicios como aprendiz de sindicalista traté de implantar allí donde tocaba organizar a los trabajadores. Sindicalismo de clase que, algunos medios de comunicación les dio por etiquetar como  “saavedrismo” para diferenciarlo del “villismo”, tal y como solía trasmitir en mis intervenciones ante los mineros:”… Es una realidad latente que nos encontramos en un sindicalismo, evidentemente politizado, como todos; lo que pasa es que hay una política de la derecha en sus distintas versiones que también penetra en el sindicalismo. Cada vez que oigo de un sindicato que es apolítico me echo a temblar y pienso: ¿Y a ese sindicato, quien coño lo manda? ¿Qué patrón le manda?, porque le manda alguien ¿verdad?

Para mí el apoliticismo sindical, tan grato a los sectores atrasados y a la reacción no encubre sino la imposición burguesa a los trabajadores. No creo que el problema de la UNIDAD SINDICAL pase por la despolitización, sino por intentar  superar realmente el partidismo existente. Y cuando hablo de la UNIDAD SINDICAL, me refiero a la UNIDAD de lo que es el conjunto del SINDICALISMO DE CLASE. Yo con los amarillos y con el pandillerismo sindical no tengo ningún interés en unirme nunca. Yo hablo de la UNIDAD DEL SINDICALISMO DE CLASE que, vuelvo a repetir, puede y debe de avanzar en un proceso que tiene que pasar por consolidar la UNIDAD DE ACCION SINDICAL.

El sindicato, los sindicatos, deben de emplearse para servir exclusivamente a los trabajadores y nunca para servirse de él, de ellos, como trampolín político de ciertas apetencias personales. Y con ello no estoy condenando el apoliticismo. Lo que debemos condenar enérgicamente es la práctica de un sindicalismo dirigido, porque los sindicatos, cuando se convierten en apéndices gubernamentales o de cualquier patronal, pierden la libertad de acción y arrastran a las masas por el camino de la derrota. No podemos ni debemos confiar en aquellas organizaciones sindicales que tienen su secretaría permanente en los despachos ministeriales o de los partidos políticos, enviando a sus miembros a realizar propaganda gubernamental o de partido.

Dircurso de Antòn Saavedra a los mineros en la Casa de a Cultura de Mieres, wl 14 de junio de 2012

Discurso de Antón Saavedra a los mineros en la Casa de a Cultura de Mieres, el 12 de junio de 2012

Y conste, que no estoy rechazando el papel que tendrían que jugar los partidos políticos, sino defendiendo, siempre desde la plena autonomía sindical, una relación normalizada con todos los existentes a través de una interlocución fluida con todas las fuerzas. Al fin y al cabo, la convergencia en los objetivos de clase a lograr, tendrán que venir dados a través de una combinación de la lucha sindical desde los sindicatos de clase con la lucha política de los partidos obreros en los parlamentos, en los ayuntamientos y en la calle. Pero, además, se impone la necesidad de un reforzamiento sindical a través del internacionalismo sindical, encuadrando a todos los sindicatos en confederaciones internacionales, tal y como están organizadas las multinacionales en los distintos sectores, para profundizar en el trabajo conjunto a todos sus niveles”. (Discurso a los mineros en la Casa de Cultura de Mieres, el día 12 de junio de 2012)

Corbacho consideró que José Ángel Fernández representa el movimiento obrero, la lucha por la democracia, por la libertad y la mejora de las condiciones de los trabajadores. "Hoy esa medalla es a ese reconocimiento colectivo a través de esa persona", añadió. El ex vicepresidente del Gobierno Alfonso Guerra, también presente en el acto, destacó el merecimiento de esta medalla por parte de José Ángel Fernández y consideró que cualquier cosa que se diga de esta persona "queda pequeña" porque "ser consecuente con la vida política y la vida sindical es una tarea muy difícil que hoy no hay muchos que lo hagan". Por su parte, el secretario general de UGT, Cándido Méndez, se mostró "enormemente satisfecho" con la condecoración porque se entrega con "total justicia" a una persona con una trayectoria sindical y laboral "intachable". "Es una condecoración individual y colectiva que tiene todo el merecimiento del mundo",

El ministro del gobierno de ZP, Corbacho, consideró que José Ángel Fernández representa el movimiento obrero, la lucha por la democracia, por la libertad y la mejora de las condiciones de los trabajadores. “Hoy esa medalla es a ese reconocimiento colectivo a través de esa persona”. 
El exvicepresidente, Alfonso Guerra, también presente en el acto, destacó el merecimiento de esta medalla por parte de José Ángel Fernández Villa y consideró que cualquier cosa que se diga de esta persona “queda pequeña” porque “ser consecuente con la vida política y la vida sindical es una tarea muy difícil que hoy no hay muchos que lo hagan”.
Por su parte, el secretario general de UGT, Cándido Méndez, se mostró “enormemente satisfecho” con la condecoración porque se entrega con “total justicia” a una persona con una trayectoria sindical y laboral “intachable”. “Es una condecoración individual y colectiva que tiene todo el merecimiento del mundo”…

Sin embargo, debo de reconocer que, a pesar de todos mis esfuerzos a lo largo de mi trayectoria sindical, y creyendo tener tan claras mis ideas sobre el sindicalismo de clase como una herramienta fundamental para lograr los objetivos de cada momento, mis teorías “saavedristas” han quedado muy lejos de hacerse realidad, imponiéndose las tesis “villistas”. Por lo menos, así lo han reconocido las organizaciones gubernamentales y patronales a las que sirvieron en sus ataques contra los trabajadores – en el caso concreto de Asturias, prestándose vergonzosamente al cierre de las explotaciones mineras del carbón y la consiguiente muerte de las comarcas mineras – premiando a su “capofamiglia Villa” con la Medalla de Oro al Mérito en el Trabajo, concedida por el Gobierno de Zapatero en la persona de su Ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, el 12 de octubre de 2009, con asistencia del exvicepresidente del Gobierno felipista del PSOE, Alfonso Guerra, que llegó a declarar en el acto “el merecimiento de esta medalla por parte de José Angel Villa, considerando que cualquier cosa que se diga de esta persona queda pequeña porque ser consecuente con la vida política y la vida sindical es una tarea muy difícil que hoy no hay muchos que lo hagan”, aunque mucho más vomitivas resultaban las declaraciones del secretario general de U.G.T., Cándido Méndez, cuando tuvo la insensatez de afirmar en el mismo acto ministerial que “la condecoración se hacía con total justicia a una persona con una trayectoria sindical y laboral intachable…”

Antón Saavedra con el autor de la placa tallada a mano a los "VALORES REPUBLICANOS", Berto Trasgu, recibida en los montes asturianos del MAZUCU, el 20 de setiembre de 2014...

Antón Saavedra con el autor de la placa tallada a mano a los “VALORES REPUBLICANOS”, Berto Trasgu, recibida en los montes asturianos del MAZUCU, el 20 de setiembre de 2014…

Por cierto, una medalla que le da un tratamiento de “Excelentísimo Señor” a su poseedor, de acuerdo con la normativa establecida por la dictadura de Primo de Rivera, aunque suprimida durante la República para ser restaurada en 1942, a la que se irían sumando todo tipo de medallas y placas de reconocimiento a su labor de pandillero sindical, como la Medalla de Oro del Principado de Asturias, Medalla del Montepío de la Minería Asturiana, Langreano de Honor, y hasta la ficha de la Coca-Cola… pero, entre todas, no tienen ningún valor si las comparamos con el galardón otorgado a mi trayectoria con los “VALORES REPUBLICANOS”, recibido el 20 de setiembre de 2014 en los montes asturianos del “Mazucu”, lugar donde se desarrolló la batalla de todas las batallas durante la incívica guerra española, y donde permanecen los restos de tantos y tantos mineros y obreros republicanos enterrados por la montaña llanisca, después de haber dedicado lo mejor de su vida a la lucha por las libertades, la democracia, y la defensa de la II REPÚBLICA elegida democráticamente con la mayoría de los votos de los españoles.

Al hilo de la concesión de esta Medalla de Oro al Mérito en el Trabajo al pandillero sindical Villa, cabe  hacerse un interrogante al respecto: ¿Cómo es posible seguir dándole un tratamiento de Excelentísimo a un sujeto como el mencionado, imputado o investigado – como se dice ahora – por los Tribunales de Justicia, después de serle presentada una querella criminal por su propio sindicato – SOMAFITAGUGT – por apropiación del dinero de las cuotas y dietas procedentes de los propios afiliados y representantes somáticos, amén de estar investigado por la Fiscalía Especial contra la Corrupción y el Crimen Organizado, sin serle retirada dicha condecoración?

Vivienda de Antón Saavedra en el barrio langreano de La Juécara, con la cachaba y el bocadillo en el banco del portal. preparado para asistir a la manifestación de Madrid, en apoyo de los mineros, el día de , a las tres y media de la mañana...

Vivienda de Antón Saavedra en el barrio langreano de La Juécara, con la cachaba y el bocadillo en el banco del portal. preparado para asistir a la manifestación de Madrid, en apoyo de los mineros, el día 17 de julio de 2012, a las tres y media de la mañana…

Otra de las diferencias existentes entre el “saavedrismo” y el “villismo” es que, mientras yo sigo viviendo feliz y contento, además de seguir durmiendo a “pata llana” en una casa de sesenta metros cuadrados en la barriada langreana de La Juécara, la misma donde viví toda mi vida – salvo desde los cuatro a los quince años de edad que viví en la barriada minera de Lada -, el “excelentísimo” Villa, lo hace en una de sus once propiedades inmobiliarias: un ático doble de doscientos metros cuadrados, unido por la corrupción del pandillerismo sindical practicado a lo largo de su truculenta trayectoria de “capofamiglia” del pandillerismo somático, situado en el lujoso barrio ovetense de La Florida, donde permanece en pleno rodaje de la tragicomedia de su vida, tratando de hacer entender al pueblo de que está “loco”, con el fin de evitar su comparecencia ante los tribunales de la Justicia para responder de sus muchas  responsabilidades penales.

En efecto, con fecha 10 de octubre de 2015, el Juzgado de Oviedo aceptaba la querella presentada por el SOMA-UGT contra su “excapofamiglia”, José Ángel Fernández Villa, por presunto delito de apropiación indebida de cantidades millonarias de dinero procedente de las arcas  del sindicato, a la vez que la hacía extensible, con la misma acusación, a uno de sus “consiglieris” de la máxima confianza, el exsecretario de INFIDE, Pedro Castillejo Partido.

Villa recibiendo la condecoración del Montepío de la Minería Asturiana del Carbón de manos de su "consiglieri" Postigo, como presidente de la institución, ambos expulsados fulminantemente del SOMA-UGT-PSOE-MONTEPIO por chorizos...

Villa recibiendo la condecoración del Montepío de la Minería Asturiana del Carbón de manos de su “consiglieri” Postigo, como presidente de la institución, ambos expulsados fulminantemente del SOMA-UGT-PSOE-MONTEPIO por chorizos…

De esa manera, el “excelentísimo capofamiglia” VILLA, después de haber sido expulsado fulminantemente del SOMA-UGT-PSOE y del Montepío de la Minería Asturiana del Carbón por delincuente, donde también conserva la medalla de oro que le fuera impuesta por  el presidente de la institución, José Antonio Postigo, también expulsado de las citadas organizaciones, actualmente también investigado por la Fiscalía Especial contra la Corrupción y el Crimen Organizado, se ponía fin a una era política en Asturias, donde la corrupción y el robo eran el denominador común de estos y otros bandidos que llevaron a las comarcas mineras a la más de las paupérrimas miserias después de haberse prestado tan canallescamente al cierre de las explotaciones mineras del carbón, cumpliendo las ordenes de la oligarquía financiera a través de sus títeres monclovitas del bipartidismo turnista del PPSOE.

Ahora, después de asistir al circo montado en torno a una supuesta enfermedad que no le permite recordar quien es, ni mucho menos acordarse de sus latrocinios – yo hace tiempo que he dado por perdidas mis OCHOCIENTAS SETENTA Y CUATRO MIL PESETAS del año 1979, que él mismo había ordenado en HUNOSA quitarme de mi salario, cuando estaba dedicado exclusivamente a la tarea sindical desde la Federación Estatal de Mineros de U.G.T. con las horas sindicales acumuladas de los compañeros mineros – el “excelentísimo” permanece de viaje permanente, entre su casa y el hospital, a la espera de que los jueces – en este caso la jueza – haya iniciado los trámites para que el sujeto en cuestión sea sometido al examen de un neurólogo especializado en la materia de demencias, de fuera de la región asturiana, con el fin de determinar el alcance real de su enfermedad, quedando citado el doctor Alfredo Robles Bayón, que ejerce su profesión en Galicia, para el día 21 de octubre de 2016.

En cualquier caso, y como quiera que pretendo hacer una ampliación de mi libro “VILLAMOCHO: CORRUPCIÓN EN EL SINDICALISMO MINERO” en este sobre MI VIDA, dedicándole los capítulos necesarios, una vez que se vayan obteniendo conclusiones y sentencias judiciales al respecto, dejo un final momentáneo a este capítulo sobre “saavedrismo” y “villismo”.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

ACERCA DE LA NACIONALIZACION DE LA MINERIA…

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Periódico "L'Almorrana" editado por la Corriente Sindical de Izquierda en el Pozu Carrio de Hunosa...

Periódico “L’Almorrana” editado por la Corriente Sindical de Izquierda en el Pozu Carrio de Hunosa…

Antes de introducirme por las galerías mineras, tal y como me piden los compañeros mineros de la CORRIENTE SINDICAL DE IZQUIERDA en el Pozo Carrio, conviene dejar muy claro que una de las características radicales de nuestra minería, frecuentemente obviada u olvidada es que los yacimientos minerales son bienes demaniales. Significa esto que son bienes públicos y que la administración tiene la obligación de preocuparse y velar su gestión por parte de los concesionarios, sujetos siempre a los requisitos de interés común.

Demanial presupone que la administración no puede despreocuparse y prescindir del diseño y realización de una política minera, desde la investigación de los recursos mineros hasta la transformación de los mismos en energía, pasando por una explotación racional y humana de los mismos, donde el minero ocupe un lugar preeminente en todo el proceso.

Sin embargo, con la entrada del gobierno felipista del PSOE, allá por el año 1982, la despreocupación por nuestro sector ha sido total, tal como si el carbón autóctono fuese una maldición; una despreocupación que han continuado sus socios de bipartidismo pepero, actualmente en el gobierno porque así lo han decidido los del PSOE. Pues bien, el carbón no es ninguna maldición, es un problema. Un problema como tantos otros, mucho menor que otros, y que tiene por supuesto, soluciones. Entre ellas, la nacionalización que, por cierto, en absoluto tiene nada de parecido con la “socialización de pérdidas y la privatización de las ganancias” realizada en 1967 por el franquismo con la operación HUNOSA.

Las ocurrencias de "la Mallada", hasta la fecha sólo sirven para lucimiento de su egocentrismo, pero no para ofrecer alternativas viables para sector del carbón. Lisa y llanamente, es una mala marmota del gobierno Rajoyniano en su labor destructora de la región asturiana...

Las ocurrencias de “la Mallada”, hasta la fecha sólo sirven para lucimiento de su egocentrismo, pero no para ofrecer alternativas viables para sector del carbón. Lisa y llanamente, es una mala marmota del gobierno Rajoyniano en su labor destructora de la región asturiana…

Todos sabemos que el tema de HUNOSA, tanto en su nacimiento como en su nefasta gestión – nunca como ahora, en la actualidad – son la más rotunda muestra de lo que no debe ser una empresa pública, sobre todo dentro de un Estado, como el español, que tampoco es público, al estar supeditado a las políticas del ultraneoliberalismo económico que nos ordenan desde el IV Reich, y frente a esa nefasta gestión que ha caracterizado la vida de HUNOSA desde su nacimiento, sabemos que las “ocurrencias” de la actual presidenta pepera no son la mejor solución para solucionar el problema existente. Ni la crisis energética, ni el problema del carbón, ni los mineros asturianos, ni HUNOSA admiten más dilaciones. Se necesitan soluciones, y soluciones son las que pretenden ofrecer desde la CORRIENTE SINDICAL DE IZQUIERDA con sus alternativas desarrolladas en su recientemente celebrado Congreso Regional.

Por esta razón, una vez analizadas sus resoluciones, estoy en condiciones de poder afirmar que, lejos de aquel problema, tan repetido por los gestores de nuestro sector, tales como el absentismo, la baja productividad o la geología de yacimiento, tratando de hacer responsables a los trabajadores de todos los desaguisados que ha conducido a la actual situación del sector minero, la cruda realidad nos demuestra que han sido la ineficacia de sus gestores para hacer frente a los problemas, la irracionalidad de sus  planteamientos y el atenicismo que ha provocado el caos actual. En definitiva, la falta total de una POLITICA MINERA Y ENERGÉTICA.  

Seamos serios y sensatos: las fuentes energéticas son escasas, y bajo ningún concepto se pueden ni deben de menospreciar, por razones de la dificultad de sus explotaciones, donde quiera que se encuentren. Y esto debieran de saberlo en la UNION EUROPEA, si es que se habla en nombre de Europa y no de quienes tienen el carbón más fácil, aunque tampoco nadie se debe escudar, como ha venido ocurriendo hasta la fecha, en los mandatos de la UNION EUROPEA, porque, entre otras cuestiones, el TRATADO DE LISBOA otorga a los países total libertad en lo referente al aprovechamiento de sus recursos energéticos. Es decir, son competencia de cada país, por lo tanto esa exigencia de la UNION EUROPEA de cerrar las explotaciones mineras en el año 2018 en absoluto tiene porqué cumplirse. ¡Ya está bien de manipulaciones y engaños a los ciudadanos!

A modo de sipnosis, finalizaré el presente artículo para el periódico “L’ALMORRANA” con unas reflexiones que no pretenden sino profundizar en el necesario debate entre los mineros:

LA PRIMERA.- Nuestro país tiene acceso en la actualidad a reservas de carbón que garantizan el suministro durante cien años. Por lo tanto, lo que no hay es justificación para prescindir de una fuente energética autóctona de la que aún nos quedan en torno a los 550 millones de toneladas de carbón conocidas.

Primero Felipe, después Zapatero, y ahora Rajoy, se cargaron el sector del carbón y dieron muerte a las comarcas mineras.

Primero Felipe, después Zapatero, y ahora Rajoy, se cargaron el sector del carbón y dieron muerte a las comarcas mineras.

LA SEGUNDA.- En la actualidad, el grado de autoabastecimiento de energía primaria en España – la decimotercera economía del mundo – es de sólo el 20 por ciento, lo que supone que el 80 por ciento de la energía primaria consumida se importe del exterior – por un 58 por ciento para la Unión Europea -, dependiendo casi al 100 por ciento de las importaciones de petróleo, gas y uranio, y del orden del 80 por ciento de las importaciones de carbón, con un coste de la factura energética del orden de los 40.000 millones de euros anuales.

LA TERCERA.- El carbón sin CEODÓS ya sólo depende de una decisión política, existiendo en la actualidad centrales térmicas en las que el carbón consumido no produce emisiones nocivas, y menos de CEODÓS, pero se sigue insistiendo y manipulando en el error de seguir diciendo que todavía se investiga sobre ello, cuando, en este momento sólo falta la decisión política mediante tecnologías ya muy maduradas.

Además, partiendo de la base que en la combustión del carbón, tanto los de importación como los nacionales, emiten la misma cantidad de CEODÓS, si contabilizamos las emisiones del transporte en barco y los camiones desde los puertos marítimos, llegamos a la conclusión de que el carbón de importación emite un 6 por ciento más de CEODÓS que nuestros carbones autóctonos.

LA CUARTA.- Las ayudas al funcionamiento que recibe el sector para su viabilidad, muy lejos de resultar onerosas para el Estado, son devueltas con creces a las propias arcas públicas a través de las cargas fiscales y coberturas sociales que soporta la propia actividad minera y, a la propia sociedad, mediante las rentas salariales y compras de bienes y servicios, amén de su enorme capacidad de arrastre de otros sectores económicos que, de manera indirecta o inducida, son potenciados gracias al entorno económico que propicia la minería del carbón y su fuerte capacidad de creación de valor añadido en sí misma y en otras actividades dependientes de ella. Solamente en los pagos impositivos de  las empresas mineras en concepto de cotizaciones sociales, impuestos ligados a la producción e impuestos sobre el IVA, el balance resulta altamente positivo para el erario público: Por cada euro que da el Estado en concepto de ayudas al funcionamiento al sector minero, este reporta 3,4 euros por los conceptos fiscales mencionados.

En efecto, el encierro del pozo Barredo supuso un antes y un después, como suelen afirmar estos dos pandilleros del gobierno y de la patronal: El cierre de las explotaciones mineras, la muerte de las comarcas mineras, y la CORRUPCION total a costa de los "fondos mineros"...

En efecto, el encierro del pozo Barredo supuso un antes y un después, como suelen afirmar estos dos pandilleros del gobierno y de la patronal: El cierre de las explotaciones mineras, la muerte de las comarcas mineras, y la CORRUPCION total a costa de los “fondos mineros”…

LA QUINTA.- Estudios de varias facultades universitarias vienen a corroborar el crucial aporte económico del sector primario del carbón por su fuerte capacidad en la generación de valor añadido en tres frentes: como actividad en sí (impacto directo), como consecuencia de las interrelaciones productivas que arrastra (impacto indirecto) y como efecto renta-demanda (impacto inducido). De hecho, constatan que un empleo directo en minería posibilita la creación de casi dos empleos de manera indirecta y hasta tres empleos si sumamos los efectos inducidos. Ciñéndonos al ámbito de los municipios mineros, los efectos multiplicadores que cada empleo minero tienen sobre el empleo total del municipio se sitúan entre cuatro y cinco empleos.

LA SEXTA.- Desde hace mucho tiempo, de una manera permanente y machacona se nos viene echando en cara a los mineros, al pueblo asturiano, de que somos un sector subvencionado, y es verdad, pero se silencia que, efectivamente, por cada euro de subvención que recibe el carbón, el Estado español recibe más del triple. ¿Por qué ese afán a la hora de señalar a nuestros carbones como receptores de ayudas estatales a su tan necesaria como imprescindible explotación?

¿Por qué no los gastos del ejército y la policía, o la Iglesia, o las carreteras, o las subvenciones millonarias a fondo perdido para la banca y las empresas privadas, por no hablar del impuesto de patrimonio de las grandes fortunas? Por cierto, ¿Dónde se equilibran los presupuestos del Ministerio del Interior o los de Defensa, Educación o la Justicia, subvencionados al cien por cien por las arcas del Estado? ¿Cerramos la Universidad? ¿Y las cárceles? ¿Desaparecemos la casa real española? No es un problema de fondos, sino principalmente de cómo se distribuye lo que la sociedad generamos; y el carbón, pese a quien pese, genera riqueza, empleo y bienestar para el conjunto de la sociedad.

ANTON SAAVEDRA

MI VIDA: SAAVEDRISMO Y VILLISMO.- II PARTE

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Imagen de Villa delatando a compañeros de trabajo ante el temible jefe de la Brigada Social Franquista, Claudio Ramos Tejedor (imágen recreada de la película EL DELATOR)

Imagen de Villa delatando a compañeros de trabajo ante el temible jefe de la Brigada Social Franquista, Claudio Ramos Tejedor (imágen recreada de la película EL DELATOR)

En efecto, tal y como decía en la primera parte sobre “saavedrismo” y “villismo”, hemos llegado a una de las conclusiones sobre la tragicomedia que se viene realizando en torno al antiguo chivato del jefe de la Brigada Social Franquista Claudio Ramos Tejedor, el exfalangista somático VILLA, para eludir su comparecencia ante los Tribunales de la Justicia que le evite responder penalmente de sus latrocinios y de los que le acompañaron en su truculenta trayectoria política y sindical como virrey de Asturias. Se trata de la providencia judicial, emitida con fecha 24 de octubre por la Jueza titular del Juzgado número 2 de Oviedo, Simonet Quelle Coto, para que acuda al juzgado el próximo día 4 de noviembre, con el fin de poder someterse a un reconocimiento médico que determine la “existencia o inexistencia de deterioros cognitivos” que pudiesen, o no, impedir a Villa “prestar declaración sobre los hechos objeto de las presentes diligencias previas”, una providencia hecha bajo la advertencia expresa de que “en el caso de incomparecencia injustificada incurrirá en un delito de desobediencia a la autoridad judicial”.

Pero, vuelvo a repetir, al margen de las resoluciones que puedan emanar de las investigaciones que se llevan a cabo desde la Fiscalía Especial contra la Corrupción y el Crimen Organizado, lógicamente a la espera del examen médico que realizará el neurólogo especialista en materia de demencias, Alfredo Robles Bayón, conviene recordar que la querella criminal presentada por el mismísimo SOMA-FITAG-UGT contra su exsecretario general, José Ángel Fernández Villa, se encuentra paralizada hasta que se resuelvan las dudas sobre la merma de sus facultades mentales. Al respecto, resulta hasta gracioso  que, durante tantos años el “saavedrismo”, fuera tildado de forma irónica como las “locuras de Saavedrona”, cuando se denunciaba públicamente, con papeles documentados en la mano, las atrocidades que se venían cometiendo contra el sector carbonero y sus comarcas mineras y, hoy, el “capofamiglia” del “villismo”  tenga que protagonizar una burda tragicomedia para que la gente reconozca que está “loco” y, de esta manera, poder evitar su comparecencia ante los tribunales de la justicia para responder penalmente de esas atrocidades denunciadas hasta la saciedad por el “saavedrismo”.

Foto: Damián Arienza, Oviedo 21 Octubre 2016, Jose Ángel Fernandez Villa recibe el alta en el centro hospitalario del HUCA

Jose Ángel Fernandez Villa recibe el alta en el centro hospitalario del HUCA, el 21 de octubre de 2016, después de permanecer ingresado unos días en el montaje de su burda tragicomedia para evitar comparecer ante los tribunales de la justicia para responder penalmente de su latrocinio y de los otros que le acompañaron en la faena…

Pero, esta querella por apropiación de dineros pertenecientes al SOMA-FITAG-UGT, también alcanza a otros de sus “consiglieris”, caso concreto de Pedro Castillejo, exsecretario general de la Fundación somática “INFIDE”, que presidía el propio VILLA, al margen, claro está, del otro “consiglieri”, José Antonio Postigo, también investigado por la Fiscalía Especial contra la Corrupción y el Crimen Organizado.

De esta manera y, siempre de acuerdo con los interrogatorios realizados en la instrucción del sumario, queda muy claro que la contabilidad que se llevaba a cabo en el sindicato minero y en INFIDE nos traslada a la novela cervantina de “Rinconcete y Cortadillo” , donde la sede somática de la Plaza de La Salve sería una especie del patio de Monipodio, por donde pasaban todo tipo de gentes del hampa, para pagar la correspondiente “mordida” por aquel cupo de carbón en tal o cual empresa, por aquella  carretera o geriátrico pagada con los fondos mineros, por aquel otro chiringuito empresarial que, una vez recibida la subvención, desaparecía con el dinero, o por aquellos dineros procedentes de los cursos de formación que nunca se realizaban, pero que se percibían íntegramente.

Es verdad la existencia de un contable somático, Juan Cigales, quien sería llamado a declarar en su calidad de testigo, pero no es menos cierto que su responsabilidad, tal y como se recoge en su declaración ante la jueza, se ceñía a los pagos, sin que estuviese en sus cometidos valorar la idoneidad de los gastos que se incluían en las cuentas del sindicato, limitándose a buscar facturas que correspondían a los gastos que se anotaban: “cada cierto tiempo Villa me daba bolsas llenas de tiques y me decía que pagara los gastos y chitón “.

Pedro Castillejo, uno de los "consiglieris" de Villa, comparece ante los tribunales para responder de sus fechorías en la fundación somática de INFIDE...

Pedro Castillejo, uno de los “consiglieris” de Villa, comparece ante los tribunales para responder de sus fechorías en la fundación somática de INFIDE…

Sin embargo, mucho más grotescas resultan las declaraciones del exsecretario general de INFIDE, Pedro Castillejo Partido, cuando trata de defenderse declarándose ajeno a la gestión económica, sin que ello fuera óbice para embolsarse cantidades en torno a  los cien mil euros en concepto de gastos de representación, que ahora le son reclamados por el SOMA-FITAG-UGT a través de la querella presentada: “Me negué a unirme a una banda de buitres y ahora pago las consecuencias”.

La historia de los coches que nos cuenta el “consiglieri  Postigo” – corrupto donde los haya -, resulta sintomático. Dice que el sindicato le compró un todoterreno “Mitsubishi” pensando en la comodidad de Villa – antes tenía un AUDI, también pagado con el dinero del sindicato – y se puso a su nombre por razones fiscales derivadas de su minusvalía, pero era sufragado en su totalidad por el sindicato que, mensualmente le hace una transferencia bancaria, hasta el punto de que, una vez abonado el importe final del vehículo, se le siguieron enviando los 800 euros mensuales a Villa para compensarle de la pérdida de su escaño como diputado de la Junta General del Principado de Asturias, tal y como reconocería el mismísimo Postigo ante la Jueza: “Es verdad que con el coche ya pagado mantuvimos el ingreso para compensarle”. En definitiva, una auténtica chapuza que revela hasta qué punto las cuentas del sindicato estaban al servicio de las conveniencias o necesidades del “capofamiglia Villa”.

Aquilino Ronderos en su comparecencia ante los tribunales. Secretario de Administracion durante 25 años para declarar que "las cuentas eran un desastre

Aquilino Ronderos en su comparecencia ante los tribunales de Justicia. Secretario de Administracion de la ejecutiva somática durante 25 años para declarar que: ” En el SOMA -UGT no había un control periódico de las cuentas. Mandaba Villa”.

Sin embargo, al margen de las declaraciones judiciales de otros de sus “consiglieris”, como el eterno secretario de administración somático, Aquilino Ronderos: “En el SOMA-UGT no había un control periódico de las cuentas. Mandaba Villa”, el broche de oro a tal desmadre con el dinero de los trabajadores afiliados al sindicato,  lo pondría su secretaria personal durante más de veinte años, Carmen Blanco, cuando declaraba en su comparecencia judicial: “Cobré el cheque de Hunosa muchos años. Me decía que no dijera nada a nadie de a dónde iba”, refiriéndose al cheque de Hunosa correspondiente a las dietas por asistencia al comité intercentros de sus compañeros de sindicato por valor de 315.000 pesetas que, cada mes le ordenaba ir a cobrarle a CAJASTUR.  

La cuestión es que, llegada la fecha del 4 de noviembre, el todavía excelentísimo capofamiglia, José Ángel Fernández Villa, se negaba a presentarse en los Juzgados de Oviedo para ser examinado por el neurólogo Alfredo Robles Bayón, aludiendo que no había recibido la notificación, por lo que la magistrada dictaba una nueva diligencia en la que  comunicaba a las partes el plazo de dos días para presentar las alegaciones que considerasen oportunas para tomar una decisión al respecto. En realidad, este sujeto siempre fue dueño de su enfermedad, la cual siempre vino utilizando con prescripción facultativa o sin ella a lo largo de su trayectoria política y sindical, desde el año 1976, y ahora es víctima de su leyenda sanitaria. ¿Cómo es posible que su abogada defensora siga alegando un grave deterioro neurológico para evitar su comparecencia ante la justicia, a la vez que éste firmaba un poder notarial a favor de ella, en perfectas condiciones físicas y mentales, tal y como afirmaría el notario requerido en su día por la jueza? ¿Cómo es posible que su esposa siga haciendo de actora en la tragicomedia tramada, aludiendo la total imposibilidad del sujeto para comparecer ante la justicia debido a la “paranoia que padece” (sic), cuando desde hace tiempo viene llamando telefónicamente a sus excompañeros somáticos para gritarles que “o me sacáis de aquí o caéis todos conmigo”?

Chalé de Postigo en la localidad vallisoletana de Mayorga, al lado de otro igual construido por su amigo el constructor adjudicatario de la obra del Spa-Geriátrico de Felechosa...

Chalé de Postigo en la localidad vallisoletana de Mayorga, al lado de otro igual construido por su amigo el constructor adjudicatario de la obra del Spa-Geriátrico de Felechosa…

Pero, a la espera de que la jueza tome una decisión definitiva al respecto para que “el Villa” pueda responder penalmente de sus fechorías pecunarias que su antiguo sindicato le reclama por medio de la querella criminal presentada – contra él y contra su “consiglieri” Castillejo -, según pudimos saber por medio del diario EL PAIS (4-11-2016), la Fiscalía Especial contra la Corrupción y el Crimen Organizado prepara otra querella criminal por los presuntos delitos de apropiación indebida y falsedad documental contra el histórico dirigente del SOMA-UGT que ocultó a Hacienda 1,4 millones de euros y los regularizó durante la amnistía fiscal anunciada por el gobierno del PP en marzo de 2012.

Aunque el exvirrey de Asturias – Villa – trató de justificar el dinero acumulado asegurando que procedía de una herencia de su madre, dueña de un pequeño chigre en la localidad langreana de Tuilla, y su hermana testificaba ante los tribunales que no había ningún legado familiar, la investigación llevada a cabo por la Fiscalía y la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil señala que éste individuo amasó su fortuna “apropiándose supuestamente del dinero de las dietas de otros compañeros del sindicato y mediante certificaciones falsas de las obras de construcción de una residencia para mineros jubilados subvencionada a través de los fondos mineros del gobierno central y cuyo coste ascendió a treinta millones de euros”.

En efecto, la lujosa residencia de Felechosa suponía una inversión inicial de 30,9 millones de euros, que posteriormente se amplió hasta los 32,5 millones, con cargo a los fondos mineros, apareciendo en su construcción todo tipo de “certificaciones de obra falseadas, engordadas, incluso, en algunos casos, no ejecutadas pero cobradas” pero como esto entra en vía judicial, será el juez o jueza quien pedirá sus propios informes periciales para determinar finalmente la cuantía total del desfalco cometido. No sólo el “capofamiglia Villa” acudió a la amnistía fiscal del ministro pepero Montoro. También uno de sus “consiglieris” y expresidente del Montepío de la Minería, José Antonio Postigo, regularizó cantidades millonarias en la misma amnistía.

Recuerdo cuando, allá por el año 1977, comenzaron a aparecer los problemas enquistados en el tiempo sobre la “vida o muerte” de la institución como tal, dando lugar a un debate prolongado en el seno del SOMA-UGT, donde un grupo de compañeros, seguidores del “Villismo”, apostaban por su desaparición, sin más, con el único argumento de que aquello era una institución del franquismo, creada por el sindicalista del régimen Noel Zapico; y otro grupo de seguidores del “Saavedrismo”, defendíamos la continuación del Montepío Minero Asturiano hasta que la Seguridad Social se hiciera cargo de todas y cada una de las prestaciones que venía concediendo el Montepío, con especial atención a los compañeros mineros nacidos antes de 1907, de tal manera que una reunión mantenida en el reservado del Restaurante Casa Fermín, en El Cristo de las Cadenas de Oviedo, concluyó con la creación de una comisión para desplazarse a Madrid al objeto de mantener una reunión ante el ministerio correspondiente para exponer el problema, quedando conformada la comisión por las siguientes personas: Villa, Antón Saavedra y Juan Luis Rodríguez Vigil (U.G.T.); Manuel Nevado Madrid y Marino Artos (CC.OO.); Fernando Monge (Asociación de Vigilantes) y Desiderio Díaz López (Asociación de Administrativos).

Carta enviada por Antón Saavedra exigiendo su baja como afiliado al Montepío de la Minería Asturiana, el de de 1988

Carta enviada por Antón Saavedra exigiendo su baja como afiliado al Montepío de la Minería Asturiana, el 11 de enero de 1988.

Una vez en Madrid, fuimos recibidos en el Ministerio por el Subsecretario de Sanidad y Seguridad Social Victorino Anguera Sansó, conocedor del problema por haber sido Gobernador Civil en Asturias  hasta muy recientes fechas, del que obtuvimos muy buenas palabras y el compromiso de solucionar el problema de los nacidos antes de 1907 para que pudieran acogerse al Régimen Especial de la Seguridad Social para la Minería del Carbón – unos cuatrocientos cincuenta aproximadamente a los que, por cierto, fueron dilatando en el tiempo su concesión a la espera de que se fueran muriendo debido a su avanzado estado de vejez -, así como  la participación de los sindicatos en los órganos del Montepío Minero.

No obstante aquellas promesas por parte del Subsecretario de la Seguridad Social, Villa y sus pandilleros somáticos continuarían en su labor destructiva promoviendo una campaña de bajas a la mutualidad que llegó a amenazar con la desaparición de la institución, causando una cifra cercana a las 5.000 bajas, hasta que se dio cuenta del “gran negocio” que se podía hacer con el control de la institución que él mismo había “sentenciado a muerte”, paradójicamente la misma institución que le concedía la Medalla de Oro en el año 2000 de manos de su presidente a la vez que su lugarteniente en el sindicato José Antonio Postigo – ambos expulsados del SOMA-FITAG-UGT por “chorizos”, el mes de octubre de 2014 -, medalla que le sería quitada por la Comisión Regional del Montepío en su reunión del 30 de octubre de 2014, aludiendo, entre otras lindezas, “falta de honorabilidad a los valores obreros”.

El expresidente del Montepio Minero Postigo, impone la medalla de oro de la institución minera al exsecretario general del SOMA-UGT, José Angel Fernández Villa

El expresidente del Montepio Minero Postigo, impone la medalla de oro de la institución minera al exsecretario general del SOMA-UGT, José Angel Fernández Villa

Pues bien, durante todo este tiempo transcurrido desde aquella reunión de Madrid, cinco han sido los presidentes que han gestionado el patrimonio y los  dineros de los mutualistas y de la Administración, todos ellos afiliados al SOMA-UGT y hombres de la máxima confianza del ya defenestrado Villa, y los cinco tuvieron que salir “por la vuelta del vacío” como consecuencia de su enfermedad cleptómana, motivo por el que, con fecha 11 de enero de 1988, entregaba mi carta de baja como afiliado al Montepío de la Minería, donde dejaba explicitados los motivos de la misma: “… que desde hace tiempo vengo observando ciertas irregularidades muy graves, tanto en  la gestión del Montepío como en sus servicios del Balneario de Ledesma, construcción y adquisición de viviendas, dietas y “mordidas” de sus representantes, etcétera… y consecuentemente no puedo seguir consintiendo que mi dinero sirva para ‘recreo’ de nadie y mucho menos que se despilfarre de manera tan grotesca como incontrolada…”

En ningún momento me hizo suponer que aquella, mi baja, fuera a suponer la premonición de lo que seguiría ocurriendo, tal como ocurrió, cuando saltaba a la luz pública, con pelos y señales, casi toda la CORRUPCION que se venía “tapando” entre las paredes de lo que un día fue ejemplo de la SOLIDARIDAD MINERA, actuando como telón de fondo el tristemente conocido “SPA” construido en la localidad allerana de Felechosa con el dinero de los más que tristes Fondos Mineros, para lo que el “capofamiglia Villa”, en su calidad de máximo responsable del SOMA-FITAG-UGT, había logrado la nada desdeñable cantidad de 31 millones de euros para su construcción, después de una reunión mantenida en la localidad leonesa de RODIEZMO con el presidente del gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero.

Evidentemente, el proceso no resultaba nada fácil, puesto que para llevar a cabo el proyecto de una entidad privada como el Montepío Minero, no sólo bastaba la aceptación y reserva de fondos, sino la modificación, entre otras exigencias administrativas, de un Real Decreto que acogiese la singularidad de la iniciativa pero, para eso estaba el salmantino Jesús Caldera Sanchez-Capitán como ministro de Trabajo en el gobierno zapatelinesco, y si era necesario usar el “tipex” para falsificar lo que fuera necesario, se falsificaba y punto.

 

24/01/13 ALLER.LOS PRINCIPES INAUGURAN EL CENTRO PARA MAYORES DEL MONTEPIO DE LA MINERIA.FOTO:PABLO LORENZANA.......................

Postigo y los Reyes de España, Felipe VI y Leticia, en la inauguración del spa-geriátrico en la localidad asturiana de Felechosa, el 24 de enero de 2013

En efecto, el Montepío Minero fue la única entidad privada que recibió el dinero del Ministerio de Industria, y al contrario que los ayuntamientos y el Principado de Asturias, no tuvo que convocar un concurso público abierto y transparente para adjudicar las obras al amigo del presidente Postigo, Juan Antonio Fernández,  un exalbañil de Pola de Lena sin ninguna experiencia empresarial para afrontar una obra de esas características y magnitudes con su pequeña empresa “SOCIEDAD ALCEDO DE LOS CABALLEROS”, ubicada en el polígono lenense de El Masgaín,  hasta que dos años después de su inauguración por los actuales reyes de España, FELIPE DE BORBON y LETICIA ORTIZ, el dinero negro comenzaba a aflorar. Primero fue el “capofamiglia Villa”, quien blanqueaba 1,4 millones de euros, después se conocía que su “consiglieri Postigo” blanqueaba otros 300.000 euros, la hija de éste otros 50.000 euros, “lavaduras” que se hicieron en una misma sucursal bancaria ovetense del BBV.

Más de dos años lleva la Justicia – también el Parlamento asturiano – intentando conocer por boca del exsecretario general del SOMAFITAGUGT, José Ángel Fernández Villa, qué es lo que pasó, de donde procede su fortuna, y una vez tras otra se queda la Justicia y la Junta General del Principado de Asturias con las ganas de sentarse ante el exdirigente somático, que ahí sigue, en su domicilio, con periódicas visitas al hospital, aquejado de un síndrome confusional que le incapacita para responder penalmente, según la guionista y actora principal de la tragicomedia montada – la abogada defensora y su esposa, entre otros personajes -,  tratando de evitar  que el sujeto pueda ser sometido a un examen médico por parte de uno de los más prestigiosos especialistas de neurología del país en materia de demencias: “Mi marido no está en condiciones de someterse a un juicio porque, como indican varios informes médicos, sufre un deterioro cognitivo que le hace imposible declarar. ¿Qué más pruebas le quieren hacer? ¿O es que tiene el neurólogo una varita mágica para curarle? El desgaste de mi marido es tal que es incapaz de mantener una conversación coherente, se altera notablemente cuando escucha en la radio noticias sobre el PSOE, llegando a decir que en las anteriores elecciones iría de número tres de los socialistas en la lista de Pedro Sánchez. Nosotros no sabemos nada del dinero, en casa era muy reservado…”

Espero que, al final, más temprano que tarde, el proceso judicial salga adelante, y se clarifique el gran latrocinio cometido contra el pueblo asturiano en general y los mineros en particular, aunque el “villismo” hace ya mucho tiempo que ha quedado enterrado en el fondo del pozo de la mierda.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

MI VIDA: MI PRIMER CONGRESO SINDICAL.

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12-de-febrero-zero-049Los últimos meses del franquismo, cuando apenas había cumplido los 26 años de edad, representan una de las épocas más  convulsas en la historia de nuestro país, marcada por el proceso aperturista conocido como “espíritu del 12 de febrero” y sus reacciones, tanto de apoyo como de oposición.

En este agitado panorama institucional, entre el 12 de febrero de 1974, fecha en que el último presidente del franquismo, Carlos Arias Navarro, pronunciara su discurso de investidura ante las Cortes,  y el 30 de octubre del mismo año, fecha en que el ministro más aperturista del gobierno, Pío Cabanillas, ministro de Información y Turismo, abandonaba su puesto por las presiones de los sectores más intransigentes del Régimen,  aquel “espíritu aperturista” sería derrotado y Pío Cabanillas relevado por un burócrata falangista como León Herrera, que él mismo se definía como “un hombre del Movimiento Nacional, ciento por ciento franquista hasta la médula”, al igual que el ministro de Hacienda, Antonio Barrera de Irimo, presentaba su dimisión para ser sustituido por Rafael Cabello de Alba, otro gerifalte franquista y consejero nacional del Movimiento, poseedor de la Gran Cruz del Yugo y las Flechas, entre otras condecoraciones franquistas.

Pero, no serían esas las únicas dimisiones, porque en  un segundo plano, miembros de la generación más joven del Movimiento Nacional, con ambiciones de futuro, creyeron prudente y beneficioso romper amarras con la Dictadura, casos concretos del falangista Gabriel Cisneros – autor del discurso de Arias Navarro del llamado espíritu del 12 de febrero, y uno de los “padres” de la Constitución española de 1978 -, o el caso más espectacular de otro falangista como Francisco Fernández Ordóñez, que dimitió de su dirección en el INI, para acabar integrándose como ministro de Asuntos Exteriores del gobierno felipista del PSOE.

Estas dimisiones no confirmaban sino que la supuesta democratización que el “espíritu del 12 de febrero” debía establecer, no llegaría nunca o, en el mejor de los casos, tomaría una forma diferente a la deseada, dando lugar a un período marcado por las tensiones entre los sectores más ortodoxos del franquismo, opuestos a cualquier transformación del régimen, y los reformistas. En ese contexto, acelerado tras la muerte del dictador en noviembre de 1975, el mes de enero de 1976 sería testigo del más importante movimiento huelguístico habido hasta la fecha donde, una vez más lo mineros asturianos volverían a ser la vanguardia de las movilizaciones obreras, manteniendo una huelga en toda la minería, con encierros en los pozos mineros, iglesias, y asambleas permanentes en los montes y escombreras mineras con todo tipo de movilizaciones en la calle que se prolongarían a lo largo de sesenta días de duros enfrentamientos con los antidisturbios de la  Policía Nacional y Guardia Civil.

12-de-febrero-arias-navarroEn efecto, Arias Navarro, más conocido por “Carnicerito de Málaga”, después de haber firmado  4.300 fusilamientos en la provincia malagueña cuando era Juez Togado Militar, había sido nombrado presidente del gobierno francomonárquico, todo él preñado de ministros inmovilistas y representantes del poder económico, cuya pretensión era llevar a cabo una reforma sin cambiar nada. Se trataba, en definitiva, de un proyecto pseudo-reformista que pretendía establecer una especie de neofranquismo que, adaptado a los nuevos tiempos, permitiera la continuidad de la dictadura franquista, mientras nosotros, los trabajadores, proclamábamos una ruptura democrática que significaba la amnistía política, la legalización de los partidos políticos, y las elecciones libres…

Con la muerte del dictador la lucha por el espacio público tomaba ahora una nueva dimensión. Manuel Fraga Iribarne, en aquellos momentos ministro de Gobernación de la Dictadura, lo situó con claridad con su afirmación «la calle es mía». Y ciertamente, en un momento de fuerte desorientación política para el régimen, saber de quién era la calle, en un país donde no existían mecanismos para saber lo que pensaba realmente la población, devenía en un plebiscito virtual.

En este contexto, el desafío de Fraga se dirimió durante el primer semestre de 1976, donde la conflictividad obrera se disparó a partir de noviembre de 1975 y si durante ese año medio millón de trabajadores habían perdido 10 millones de horas de trabajo en conflicto, en 1976 esta cifra alcanzó a 3,5 millones de trabajadores, que perdieron 110 millones de horas de trabajo, situando a nuestro país a la cabeza de la conflictividad europea.

Había, por tanto, una convergencia táctica entre oposición y franquistas a la hora de reprimir Vitoria. Por eso no debe extrañar a nadie que los responsables políticos directos de la masacre de Vitoria, Manuel Fraga Iribarne, ministro de la Gobernación, Adolfo Suárez, secretario general de Movimiento, Adolfo Martín Villa, ministro de Relaciones Sindicales, gerifaltes de la Dictadura que continuaban al frente del aparato represivo en los primeros tiempos de la monarquía, y que continúan activos en la vida política y empresarial, aún en la actualidad, jamás fueran encausados por los asesinatos cometidos...

“… A la hora de llevar a cabo la masacre obrera en Vitoria, hubo una convergencia táctica entre oposición y franquistas. Por eso no debe extrañar a nadie que los responsables políticos directos de la masacre de Vitoria, Manuel Fraga Iribarne, ministro de la Gobernación, Adolfo Suárez, secretario general de Movimiento, Adolfo Martín Villa, ministro de Relaciones Sindicales, gerifaltes de la Dictadura que continuaban al frente del aparato represivo en los primeros tiempos de la monarquía, y que continúan activos en la vida política y empresarial jamás fueran encausados por los asesinatos cometidos…

Esta «batalla de la calle», tal como fue definida por el Gobernador Civil de Barcelona, Sánchez Terán, en aquellos momentos, fue encabezada por la minería asturiana, Madrid, Barcelona y el País Vasco, pero iba mucho más allá de ellas, afectando prácticamente a toda la geografía urbana del país, alcanzando su momento álgido en marzo, a partir de las huelgas en solidaridad con los hechos acaecidos en Vitoria, cuando 150.000 trabajadores entran en huelga en Vizcaya, 150.000 más en Guipúzcoa y se logra la paralización de Navarra, donde se vivieron durante cuatro días fuertes enfrentamientos en Pamplona.

Los trabajadores habíamos abandonado los puestos de trabajo, paralizando la producción y estableciendo aquellas asambleas para el debate y toma de decisiones como cimiento de aquellas luchas. Ocupamos la calle, los montes y las escombreras, a pesar de que Fraga Iribarne decía que la calle era de él, e hicimos de ella una tierra liberada, un espacio abierto a las que incorporamos los derechos de reunión, expresión y asociación reprimidas durante la Dictadura. Fuimos aporreados, heridos, detenido, y paralizamos toda negociación, anteponiendo la readmisión de todos los despedidos y la libertad de todos los presos políticos y sindicales…

Aquellas asambleas, con sus debates diarios, eran una auténtica escuela de formación, que puso “patas arriba” todo el entramado patronal e institucional, con sus fuerzas armadas y sus medios de comunicación de características clasistas y represivas. Así llegamos al 3 de marzo de 1976 cuando se iba a producir un acontecimiento que tendría, desde mi punto de vista, una tremenda repercusión en la llamada transición democrática. Recuerdo mi participación el día anterior en una asamblea de trabajadores en Vitoria, donde conocí personalmente al cura obrero asturiano Jesús Fernández Naves – hermano de mi amigo y maestro de escuela, Manolo Naves, y uno de los líderes surgidos en los acontecimientos de Vitoria -, teniendo previsto participar en otras  asambleas de trabajadores cuando, hacia las cinco de la tarde de ese maldito día, nos llega la noticia de que policías armados de la Compañía de Reserva de Miranda de Ebro y de la guarnición de Vitoria estaban penetrando en la iglesia de San Francisco, en el barrio de Zaramaga en Vitoria, usando gases lacrimógenos para desalojar a los 4.000 trabajadores en huelga que estaban allí reunidos.

El 3 de marzo de 1976, el ametrallamiento por parte de la Policía Armada y de la Guardia Civil de una multitud de trabajadores, obligados a abandonar su encierro en una iglesia vitoriana, bombardeada con bombas lacrimógenas, se salda con cinco muertos y más de cien heridos, y supone el principio del fin de una movilización de varios miles de trabajadores en lucha por una serie de reivindicaciones laborales...

El 3 de marzo de 1976, el ametrallamiento por parte de la Policía Armada y de la Guardia Civil de una multitud de trabajadores, obligados a abandonar su encierro en una iglesia vitoriana, bombardeada con bombas lacrimógenas, se salda con cinco muertos y más de cien heridos, y supone el principio del fin de una movilización de varios miles de trabajadores en lucha por una serie de reivindicaciones laborales…

Los trabajadores empezaron a salir al no poder soportar los efectos del gas, siendo recibidos por pelotas de goma y disparos de armas de fuego, causando la muerte de cinco compañeros y más de cien heridos por bala: Romualdo Barroso, de 19 años. Francisco Aznar, de 17 años. Pedro María Martínez, de 27 años. José Castillo, de 32 años. Bienvenido Pereda, de 30 años. Todos ellos murieron masacrados a balazos por la policía del régimen, la actual Policía Nacional.

Aquello supuso la mayor matanza de la Transición, nunca aclarada, porque ni se investigó ni se celebró juicio. Eso sí, sirvió para precipitar la caída del presidente del Gobierno Carlos Arias Navarro, al que el rey Juan Carlos I relevaba en julio por el falangista Adolfo Suárez, pero nada mejor que recoger literalmente el testimonio que constituyen las grabaciones de las conversaciones policiales de aquella trágica tarde del tres de Marzo de 1976: “Si hay gente, a por ellos”, ordenan los superiores a los policías que acordonan la zona. “Si desalojan por las buenas, bien; si no, a palo limpio”, decretan. “O traen refuerzos o habrá que usar las armas de fuego”, amenazan los de abajo. “¡Vamos a por ellos! ¡Gasead la iglesia!”, gritan al final. “¡Que manden fuerza aquí que hemos tirado más de 2.000 tiros!”, gritan por sus transmisores. “Esto es una batalla campal”, exclaman los policías por sus transmisores para avisar a sus superiores. “Dile a Salinas que hemos contribuido a la paliza más grande de la historia”, alardean los asesinos. “Por cierto, aquí ha habido una masacre. Pero de verdad una masacre”, repiten insistentes por sus walkies. Vitoria era una ciudad tomada…

Muy reciente aún el Congreso de Suresnes en 1974, desde el PSOE y la UGT seguíamos desarrollando todo un proceso organizativo, refundador – diría yo -, pues en la inmensa mayoría de las provincias españolas no teníamos ni afiliados, cuando se decide la celebración del XXX Congreso Confederal de U.G.T. – previsto de antemano celebrarlo en Bélgica con fecha tope al mes de junio de 1976 -, pero la muerte de Franco, en noviembre de 1975, obligó al adelantamiento de la convocatoria para la fecha del 15 de abril de 1976, en España.

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Nicolás REDONDO,elegido secretario general de UGT en el XXX Congreso Confederal, el 18 de abril de 1976.

De esa manera, el Congreso que había sido solicitado como una “reunión de estudios sindicales de carácter internacional”, se celebraría en el conocido restaurante Biarritz, en el número 66 de la calle Almansa del popular barrio madrileño de  Cuatro Caminos, propiedad de uno de los principales mecenas del PSOE-UGT, “Pichurri” Sarasola, siendo presidido por Ramón Rubial y por Luis Gómez Llorente como vicepresidente, dándose la circunstancia de celebrarlo en el mismo barrio en el que cuarenta y cuatro años antes se había celebrado el XVII Congreso, último realizado en España antes del franquismo.

En realidad, para el gobierno franquista era una oportunidad de comprobar de cerca la fortaleza y los apoyos internacionales con que contaba el sindicato socialista español. El Congreso de la UGT, nuestro congreso, suponía un paso delante de la democratización, por sacar a la luz con nitidez las contradicciones de un régimen que por un lado mantenía las instituciones franquistas y por otro consentía lo que estas instituciones negaban.

Plenario de una de las sesiones del XXX Congreso Confederal de UGT el 15 de abril de 1976...

Plenario de una de las sesiones del XXX Congreso Confederal de UGT el 15 de abril de 1976…

Pero, no todo el franquismo se quedó cruzado de brazos ante esta complacencia. El consejero del Reino y procurador en Cortes del tercio sindical, Dionisio Martín Sanz, visitaba al ministro de la Gobernación para protestar por la autorización del congreso de UGT porque, “Las leyes no autorizan el pluralismo sindical, y Fraga no puede permitir que la ley se incumpla, aunque él no haya votado la Ley Sindical”. Más opuesto aún era el extremista falangista, Juan García Carrés, ex presidente del Sindicato de Actividades Diversas e implicado en la matanza de los abogados laboristas de Atocha y en el golpe de salón borbónico del 23-F, al mantener que, “con esta autorización no se respetaban las Leyes Fundamentales, y la UGT estaba fuera de la Ley Sindical. Yo no sé a dónde va a parar el gobierno, porque él debe ser el guardián fiel de las leyes de la nación y él mismo las está infringiendo con esta autorización”. Mucho más hábil que éstos dos falangistas, el veterano falangista del “verticato” y ministro de Trabajo, José Solís Ruiz, se lavaba las manos comentando: “Tengo entre ellos mucha gente que conozco. Muchos socialistas y cenetistas han pasado por la Organización Sindical y han prestado muy buenos servicios.”

 Presidente del Sindicato Nacional de Actividades Diversas y procurador en Cortes. También fue miembro de la Confederación Nacional de ex Combatientes, con cuyo fundador, José Antonio Girón, le unía una gran amistad. Más adelante se convirtió en uno de los dirigentes del Sindicato Vertical. Durante la transición democrática se vio implicado en distintos casos de violencia de la ultraderecha, entre los que destacaron la matanza de Atocha de 1977, por la que fue llamado a declarar.2 A la salida de los juzgados declaró:3 Estoy asombrado de lo que está pasando en España. Esto no es más que un estado de confusión. Los que hemos sido fieles a los juramentos que prestamos estamos sentados en una especie de banquillo, y los perjuros ocupan los altos cargos del poder. Objetivo de todo esto es desprestigiar a los que hemos tenido conciencia y ponernos de blanco como en un tiro de pichón. Así que los que nos han hecho venir a declarar aquí que respondan con sus conciencias de lo que nos pueda pasar.

Juan García Carrés, Presidente del Sindicato Nacional de Actividades Diversas y procurador en Cortes. También fue miembro de la Confederación Nacional de ex Combatientes, con cuyo fundador, José Antonio Girón, le unía una gran amistad. 
Durante la transición democrática se vio implicado en distintos casos de violencia de la ultraderecha, entre los que destacaron la matanza de Atocha de 1977, por la que fue llamado a declarar.2 A la salida de los juzgados declaró:
“Estoy asombrado de lo que está pasando en España. Esto no es más que un estado de confusión. Los que hemos sido fieles a los juramentos que prestamos estamos sentados en una especie de banquillo, y los perjuros ocupan los altos cargos del poder. Objetivo de todo esto es desprestigiar a los que hemos tenido conciencia y ponernos de blanco como en un tiro de pichón. Así que los que nos han hecho venir a declarar aquí que respondan con sus conciencias de lo que nos pueda pasar”.

Dos fueron los temas básicos abordados a lo largo de las sesiones celebradas entre los días 15 y 18 de abril. El primero fue el rechazo absoluto a los planes reformistas de la Organización Sindical franquista para transformarse en organismo representativo de los trabajadores españoles, abogando por la inmediata ruptura sindical. Durante su discurso de clausura, Nicolás Redondo dejaría muy clara la necesidad del “desmantelamiento y desaparición del aparato vertical fascista”. El segundo tema de importancia tratado fue el de la unidad sindical, pedida de manera insistente por las Comisiones Obreras, aunque para UGT el tema de la unidad no era tan preocupante en aquellos momentos, pues se pensaba que sería el último proceso de un diálogo en libertad entre todas las organizaciones representativas. Así figuraba en el lema de nuestro Congreso: “A LA UNIDAD SINDICAL POR LA LIBERTAD”, y así lo subrayaba también Felipe González en su intervención, como primer secretario del PSOE: “La unidad y libertad sindicales son para nosotros no sólo compatibles, sino absolutamente imprescindibles la una para la otra”.

En cualquier caso, el éxito del Congreso ya estaba asegurado, tanto por su celebración a la luz del día, como por la repercusión internacional que se le había dado, así como por la confirmación de que los trabajadores españoles estábamos reclamando sonoramente nuestro derecho a organizarnos como nos viniera en gana, sin pedir permiso a nadie. Las sesiones de aquellas “jornadas de estudio de temas sindicales” concluyeron con la elección de la nueva ejecutiva, ratificando la dirección de Nicolás Redondo, en línea claramente continuista con el equipo anterior. Y, por supuesto, con la emocionada entonación de la Internacional con los puños en alto – muchos de nosotros ni siquiera sabíamos la letra entera -, y acusando a la dictadura de Franco de terminar como había empezado: matando obreros, en clara referencia a la “masacre de Vitoria”.

Una cuestión había quedado muy clara: la  importante brecha que se había abierto entre la clandestinidad y la legalidad, motivo  de preocupación del entonces ministro de la  Gobernación, Manuel Fraga Iribarne, cuando, entre indignado y enfurecido, llegó a afirmar: “Tenemos que legalizar a los sindicatos, porque no hay cuerda para atarlos a todos.”

Octavilla repartida para el llamamiento al homenaje de Manuel Llaneza en el cementerio de Mieres, el 25 de enero de 1976

Octavilla repartida para el llamamiento al homenaje de Manuel Llaneza en el cementerio de Mieres, el 25 de enero de 1976

Ese mismo año, más concretamente el domingo, 25 de enero de 1976, organizamos en el cementerio civil de Mieres el primer acto público de carácter político después de la muerte de Franco. Se trataba de un homenaje al dirigente minero socialista, Manuel Llaneza Zapico, con motivo del cuarenta y cinco aniversario de su muerte, ocurrida en el año 1931. Este homenaje que veníamos celebrando desde hacía unos años, lo mismo que las concentraciones en el puerto de Tarna por el verano, en la semiclandestinidad y con un carácter casi familiar, de personas vinculadas o simpatizantes del PSOE y la UGT, aquel año de 1976 habíamos decidido celebrarlo a plena luz del día, con presencia de fotógrafos, tanto de la prensa como de la Policía político-social, que sin duda sacaron muchas más fotografías que los periodistas.

La noche anterior había caído sobre Asturias una fuerte nevada y, a pesar de que la ceremonia estaba permitida, el Gobierno Civil decidió usar el miedo y la intimidación a los que se decidieran a asistir al acto a pesar de la nieve, estableciendo controles policiales en todas las carreteras que tuviesen dirección a Mieres, pidiendo los documentos de identidad de las personas y anotando las matriculas de todos los coches aparcados en las inmediaciones del cementerio de Mieres, a la vez que oteaban el acto con prismáticos desde un edificio cercano en construcción, mientras otros disparaban sus cámaras fotográficas sobre todas las personas que llenaban el recinto del cementerio.

Pese a la nieve que caía, el cementerio estaba lleno, en su mayoría personas de edad, calculándose entre dos mil quinientas y tres mil personas la asistencia, encontrándose entre los oradores, a modo de “guardaespaldas”, los compañeros Jan Olieslagers, presidente de los mineros belgas (F.G.T.B) y vicepresidente de la Federación Internacional de Mineros (F.I.M.), así como KulaKowski, secretario general de la Confederación Europea de Sindicatos (C.E.S.).

En ese acto habló también el dirigente socialista del PSOE, Francisco Bustelo, con un emotivo discurso dirigido a los concentrados para seguir en la lucha por la consecución de las libertades y la democracia en nuestro país. Al final de la intervención de Marcelo García Suárez, intentó tomar la palabra el dirigente de CC.OO, Juan Muñiz Zapico “Juanín”, recién salido de la cárcel por su implicación en el “Proceso 1001”, pero un grupo de socialistas presentes en el acto intentaron impedírselo, a lo que el compañero Marcelo, dando prueba de su altura de miras, cogió el megáfono en su mano y dirigiéndose a Juanín le dijo: “Toma el cacharru y habla, Juanín”.

Joe Gormley, presidente de los mineros ingleses de la NUM es recibido en el aeropuerto de Asturias, en febrero de 1976, por los dirigentes ugetistas Arcadio García "Cayo", Manuel Simón y Manuel Garnacho, para celebrar la reunión del Comité ejecutivo de la Federación Internacional de Mineros en Asturias.

Joe Gormley, presidente de los mineros ingleses de la NUM es recibido en el aeropuerto de Asturias, en febrero de 1976, por los dirigentes ugetistas Arcadio García “Cayo”, Manuel Simón y Manuel Garnacho, para celebrar la reunión del Comité Ejecutivo de la Federación Internacional de Mineros en Asturias.

Otro de los acontecimientos importantes que siguieron al homenaje de Manuel Llaneza, en pleno desarrollo de las huelgas mineras en Asturias, fue la celebración, por primera vez en España, del Comité Ejecutivo de la Federación Internacional de Mineros (F.I.M.), como confirmación de la minería mundial socialdemócrata a nuestra Federación Estatal de Mineros de U.G.T., el cual tendría lugar en el Hotel Vaqueros de La Felguera en febrero de ese mismo año, estando presidido por el inglés Joe Gormley, “Barón Gormley” y presidente de los mineros ingleses de la N.U.M., dando lugar a un desagradable incidente con la prensa cuando éste se negó a hacer declaraciones sobre las ayudas económicas que percibía la UGT de las organizaciones internacionales, afirmando que los periodistas españoles eran unos franquistas, siendo titulado al día siguiente por los periódicos como “un inglés mal educado en Langreo”…

 

 

 

 

 

 

 

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