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SAN JORGE Y SANTIAGO BAJO EL CIELO

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Foto érea de Caborana con sus castilletes mineros de Santiago y San Jorge...

Foto aérea de Caborana con sus castilletes mineros de Santiago y San Jorge…

Sin abandonar los interiores del pozo San Antonio de Moreda iniciamos nuestra caminata por sus galerías hasta llegar a la localidad minera de Caborana, donde nos encontraremos con los primeros pozos profundizados bajo el valle: primero, el castillete del  Pozo San Jorge, iniciado en 1939 e inaugurado con gran solemnidad el 15 de octubre de 1942 con una profundidad de 151 metros y, en segundo lugar, el pozo Santiago, inaugurado el 25 de julio de 1951, cuyo castillete sería sustituido en 1989 por una moderna y poderosa torre de extracción de 60 metros de altura que domina la plaza a modo de vigía de la historia minera que la rodea, desde donde se puede observar toda la majestuosidad del valle minero del Aller.

El pozo Santiago, único pozo minero que permanece activo en todo el concejo allerano, también perteneciente en sus orígenes a la Sociedad Hullera Española del marqués de Comillas,  alcanza los 581 metros de profundidad, con un diámetro en el brocal de 6 metros y 11 plantas, y junto con los pozos San Jorge y San Antonio integra el área minera del Aller que antaño fue conocida como el “coto de Dios”, explotando los paquetes María Luisa, Sotón, Generalas y San Antonio. El pozo también está comunicado interiormente por la planta tercera del pozo San Jorge que, después de ser cerrado el 1 de mayo de 1995, en la actualidad  sigue cumpliendo sus funciones como auxiliar del Pozo Santiago.

Cara al solo con la camisa nueva, era la canción que gritaban los del Sindicato Minero Católico del marqués de Comillas durante los trabajos de profundización del Pozo Santiago en la localidad allerana de Caborana...

“Cara al sol con la camisa nueva…”, era la canción que gritaban los falangistas del Sindicato Minero Católico del marqués de Comillas durante los trabajos de profundización del Pozo Santiago en la localidad allerana de Caborana.

Ya en Caborana, en los exteriores del Pozo Santiago, se pueden observar los dos puentes de hierro que cruzan el río enlazando las distintas vías mineras que aquí confluyeron: el de Marianas del año 1922, y el de Tarancón de 1933. Al extremo de este, sobre la margen izquierda del río, también se puede ver la modernista bocamina que lleva su nombre, desde la que se profundizó un pozo plano de 700 metros que se bautizó como pozo Aller y que por un tiempo revolucionó el tradicional método de deshulle asturiano. Por una bocamina hermana del mismo grupo Melendreros, hoy vergonzosamente oculta entre la vegetación, vieron los mineros salir aquel fatídico 12 de febrero de 1946 los cuerpos calcinados de 11 compañeros como consecuencia de una explosión de grisú, tres de los cuales – un mecánico y dos capataces -, muertos al entrar a rescatar a los otros.

En fin, hablar de mina es hablar de Caborana, y hablar de Caborana significa referirnos a esa dilatada tradición minera con grupos de nombre singular como Legalidad, Conveniencia, Mariana, Melendreros, Cutrifera, San Jorge o Santiago, entre otros. Un mundo siempre vertical, en las laderas, hacia arriba; en el pozo, hacia abajo, donde se fueron levantando a sus alrededores más cuarteles y colominas o barriadas mineras que fueron surgiendo para cubrir las necesidades de alojamiento de la ingente mano de obra que necesitaba el laboreo de los pozos mineros, cuando el carbón era el combustible base y fundamento del desarrollo industrial, no sólo español, sino de toda la nueva Europa, empujada por el carbón y el acero, como motores de aquel despegue económico, pero también en la jerarquía de la producción, que también organizaba la vida de los demasiado explotados trabajadores de la mina.

El ya fatigado, que no viejo, castillete del pozo Santiago, instalado en Caborana de Aller, Asturias, a comienzos de los años 50, fue sustituido en 1989 por una moderna torre de extracción, que en la actualidad sigue prestando servicio.

El ya fatigado, que no viejo, castillete del pozo Santiago, instalado en la localidad allerana de  Caborana en 1951 , sería sustituido en 1989 por una moderna torre de extracción, que en la actualidad es la única explotación activa en el valle del Aller.

Tal y como ha quedado dicho en mi capítulo referido al pozo San Antonio de Moreda, la Sociedad Hullera Española, propiedad del marqués de Comillas, fue una de las primeras empresas que explotaron la riqueza de la cuenca minera asturiana y, como ferviente católico, promotor de la Asociación Católica y difusor de la encíclica Rerum Novarum promulgada por el papa León XIII, quedará en la historia como una de las “figuras” que simboliza el llamado paternalismo industrial, ideando  “el poblado minero de Bustiello” como capital de un soñado concejo minero que abarcaría todas sus propiedades y destinado a unos obreros que inspirados por su ideología fueran ejemplo para el resto, alejados de la influencia de los sindicatos obreros de clase, tan peligrosos para sus  intereses como patrono.

De hecho, la empresa trataba por todos los medios de neutralizar el potencial revolucionario del proletariado minero asturiano brindando al personal de la Sociedad Hullera Española un cierto estado de bienestar, creando y financiando el tristemente famoso “sindicato amarillo”, liderado por aquel “matón de taberna” conocido por Vicente Madera Peña, y allí, en la margen izquierda del río Aller, limitado también por la vía del ferrocarril minero, se trazó el perímetro del poblado, a partir de un trazado en cuadrícula y de una jerarquización de niveles que señala ya el lugar que correspondía a cada status.

El poblado obrero de Bustiello, está situado en la Parroquia de Santa Cruz, a 7 Km. de Mieres, en la margen izquierda del río Aller, junto a la AS-112 en una estrecha vega. Fue creado en 1890 por la empresa Sociedad Hullera Española, cuyo presidente y propietario era el segundo Marqués de Comillas, D. Claudio López Bru. El propietario tenía una ideología social-católica, que se traducía en un paternalismo industrial, combinándolo con un control social y laboral de sus trabajadores,

El poblado obrero de Bustiello, está situado en la Parroquia de Santa Cruz, a 7 Km. de Mieres, en la margen izquierda del río Aller, en una estrecha vega.
Fue creado en 1890 por la empresa Sociedad Hullera Española, cuyo presidente y propietario era el segundo Marqués de Comillas, D. Claudio López Bru.El propietario tenía una ideología excesivamente clerical, que se traducía en un paternalismo industrial, combinándolo con un control social y laboral de sus trabajadores.

En realidad, Bustiello, construido entre los años 1890 y 1925, fue un claro ejemplo de modelo para un grupo de trabajadores que se vieron beneficiados por la política paternalista de la patronal, tratando de crear núcleos de población próximos a ella y separados de los ya existentes, ejerciendo de esa manera un control de la vida del obrero, dentro y fuera de la empresa, amén de intentar alejarlo de los movimientos sociales más reivindicativos, creando un conjunto cerrado, al que dotó de servicios, tales como vivienda para aquellos trabajadores con permanencia de 10 años en la empresa y probada lealtad a la misma, además de una intachable conducta social y moral, escuela,  casino, economato, hospital y, como no, el primer edificio proyectado como fue la iglesia de estilo neorrománico que llegaría a ser conocida como “La Covadonga de la Industria”.

Por si ello no fuera bastante, el marqués de Comillas se había dotado de una fuerza armada representada por sus guardas jurados, que ante la pasividad de las autoridades políticas actuaban en los pueblos de su jurisdicción minera como si fuesen fuerzas de orden público y con las mismas atribuciones de la Guardia Civil, incluso apoyados por la benemérita en sus acciones criminales contra los trabajadores que intentaban organizarse para la defensa de sus intereses de clase, tal como ocurrió aquel 11 de agosto de 1912, cuando un grupo de mineros socialistas habían tenido la osadía de constituir una sección sindical del Sindicato Minero en la localidad allerana de Villanueva, allí, precisamente allí, en los dominios del católico y apostólico marqués de Comillas.

En la procesión están presentes, además del Sindicato, miembros de las distintas asociaciones católicas que operan en el Coto, los trabajadores y las instituciones para ellos creadas, tales como las escuelas,han desaparecido completamente. En su lugar, además de la banda de música, se sitúa la Juventud Católica de Bustiello, la Juventud Mariana y Acción Social Católica. Claramente la cuestión social se ha hecho beligerante y encuadrada en estas asociaciones, es planteada en términos de lucha frente a su enemigo común, el socialismo.

En la procesión están presentes, además del Sindicato, miembros de las distintas asociaciones católicas que operan en el Coto, los trabajadores y las instituciones para ellos creadas, tales como las escuelas,han desaparecido completamente. En su lugar, además de la banda de música, se sitúa la Juventud Católica de Bustiello, la Juventud Mariana y Acción Social Católica. Claramente la cuestión social se ha hecho beligerante y encuadrada en estas asociaciones, es planteada en términos de lucha frente a su enemigo común, el socialismo.

Aquel acto interno del sindicato socialista  era la primera vez que lograban organizarse en el “coto minero de Dios”, y por ello al concluir el acto los asistentes quisieron manifestar su alegría y hacer patente su presencia discurriendo alborozados por la vía pública, precedidos por los sones de una gaita a la vez que daban  vivas a la libertad, al derecho y a la República, que llegaría el 14 de abril de 1931 pero, como era de esperar, la comitiva no tardó en toparse con los esbirros del marqués, produciéndose todo tipo de provocaciones, hasta que las palabras fueron subiendo de tono y uno de los provocadores le pegó una hostia al inofensivo propagandista somático, Dámaso Vázquez, en presencia de dos guardas jurados, y antes de que el agredido pudiese reaccionar, estos procedieron a su detención.

Lógicamente, el hombre protestó ante el atropello negándose a ir con ellos porque no tenían ninguna autoridad para desempeñar su labor en la vía pública y entonces, según podemos leer en “El Noroeste”: “Entre los dos le izaron en pendolín; él se defendía con las extremidades y los dientes y entonces lo zurraron de lo lindo y le arrastraron unos 50 metros por la carretera hasta que dieron con su asendereado físico en el  cuartel de la Guardia Civil de Caborana…”

Ante los temores creados en el seno de la patronal por la creciente implantación del sindicato socialista en el “coto minero de Dios”, ésta no tardó en responder y, con fecha 22 de mayo de 1912, hacía pública la orden de despido para 29 picadores que se habían destacado protestando contra la presencia de fuerza pública en la celebración del 1º de Mayo, con la consiguiente respuesta de una parte de los trabajadores que convocaron una huelga que a los tres días de su inicio ya era era secundado por tres mil mineros.  

De nada sirvieron las negociaciones de Manuel Llaneza con el director de la Hullera Española, y la huelga seguía sin novedades hasta que el católico marqués de Comillas, haciendo gala de su proverbial paternalismo decidió la apertura durante tres días de los economatos de la empresa con la advertencia de cerrarlos después definitivamente si no se volvía a la normalidad, siendo la noticia publicada en el diario católico “El Carbayón” y  contestada el día 2 de junio en “El Noroeste” por un comentario de portada que aparece firmada por Gumersindo Fernández: “En El Carbayón, esa pócima informativa que nos suministra nuestro paternal patrono (descontándonos mensualmente el importe de la suscripción) hemos leído ayer un artículo capaz de enternecer el corazón de un jurado y que se titula ‘un gesto del marqués’. Ese gesto que sus sabuesos comentan entre nosotros como gallarda manifestación de sus sentimientos cristianos, para quienes hace tantos años que venimos siendo objeto de la más inhumana explotación, de la supeditación más indigna, hemos de calificarlo como se merece. Aquel gesto ha sido una mueca diabólica, un nuevo lazo tendido para cazarnos alevosamente. ¿Esta gravedad mansurrona después de 12 días de huelga será precursora de un epílogo sangriento?”.

Mineros de Cutrifera, el año 1926.

Mineros de Cutrifera, el año 1926.

Aquel duro conflicto que libraban los socialistas con los esbirros del marqués de Comillas, fue motivo de una agria disputa en el Congreso de los Diputados entre Pablo Iglesias y el diputado conservador Alas Pumariño, pero en Asturias la historia seguía su curso y por fin estallaba la violencia que todos temían, comenzando a aparecer pequeñas explosiones de dinamita en vías y castilletes, siendo quemados dos vagones cargados de mineral, y la fuerza comenzaba a disparar con fuego real contra los piquetes que bloqueaban los grupos “Legalidad” y “Conveniencia”, deteniendo además a cuatro trabajadores, hasta que se produjo  la muerte del joven minero de 28 años, natural de Moreda, Nicolás Alvarez Fernández.

Aunque las principales villas mineras asturianas estaban tomadas por la fuerza pública, incrementada en número de efectivos  con la llegada a Mieres de otras dos compañías del regimiento de Burgos, y a pesar de que numerosos detenidos permanecían en las cárceles de Laviana y Oviedo, sobre la mesa de la máxima autoridad regional estaba una propuesta que podía aceptarse para cerrar el conflicto a cambio de una sanción de cinco días de sueldo a los mineros que habían iniciado el paro, según la nota literal donde afirmaba haber recibido un telegrama del ministro de la Gobernación que decía lo siguiente: “He visitado al señor Marqués de Comillas para hablarle de la huelga de Aller, contestándome dicho señor que olvidaba y perdonaba todo lo pasado y que volvieran al trabajo todos sus obreros sin distinción”.  

De esa manera, quedaba cerrado aquel grave y duro conflicto en la primavera de 1912, resultando un fracaso porque la promesa del marqués nunca llegó a cumplirse: los obreros despedidos nunca fueron readmitidos en las minas del católico marqués, dando la razón a lo que  Gumersindo Fernández había escrito para “El Noroeste”. Aquel gesto había sido una mueca diabólica, un nuevo lazo tendido para cazar a sus obreros alevosamente.   

El antiguo castillete del tipo Duro Felguera, emplazado en 1951, fue sustituido en 1989 por una moderna torre de extracción de 60 metros de altura. En su interior alberga la máquina de extracción y las poleas del skip empleado para la extracción del carbón, si bien este último tiene su máquina de tracción en un edificio independiente de la torre.

El antiguo castillete del tipo Duro Felguera, emplazado en 1951, sería sustituido en 1989 por una moderna torre de extracción de 60 metros de altura. En su interior alberga la máquina de extracción y las poleas del skip empleado para la extracción del carbón, si bien este último tiene su máquina de tracción en un edificio independiente de la torre.

En efecto, la empresa no tardaría en crear la Asociación Católica de Mineros que se pondría de largo, precisamente, el 4 de diciembre de 1913, día de Santa Bárbara, patrona de los mineros, durante el banquete servido en los locales del centro obrero de Valdefarrucos, con la presencia en los postres del gerente de la Hullera Española, Santiago López, quien con este gesto y la entrega de un donativo de 5000 pesetas, daba carta de plena naturaleza a la Asociación Católica que sería el germen del Sindicato Amarillo como única representación de los mineros de la Hullera. 

A partir de ahí, los conflictos entre el Sindicato Católico del marqués de Comillas  y el Sindicato Minero, liderado por Manuel Llaneza, se recrudecían a diario, y ocho años más tarde, el 11 de abril de 1920, la profecía se hacía realidad cuando, después de un mitin, las calles de Moreda y Caborana vivieron el enfrentamiento de los partidarios del Sindicato Amarillo, ya liderado por el católico Vicente Madera,  y los del SOMA, tal y como queda recogido en mi capítulo dedicado al Pozo San Antonio:  ¡¡¡ Once socialistas muertos y treinta y cinco heridos por las pistolas de Madera y sus sicarios !!!

“Asturias si yo pudiera cantarte…dos veces, dos has tenido/ocasión para jugarte /la vida en una partida:Y las dos te la jugaste”, dice la letra  del poema “ASTURIAS”, uno de los más populares y conocidos del escritor salmantino Pedro Garfias, que nuestra comunidad tuvo “dos ocasiones” para “jugársela” en su reciente historia, referidas ambas a la Revolución del 34 y a la posterior defensa que los mineros hicieron en Asturias a partir de 1937, defendiendo el gobierno legítimo de la II República contra los golpistas fascistas que trajeron la gran tragedia a nuestro país en forma de guerra incívica, y reflejando aquellos sucesos, de trascendencia internacional, idealizados posteriormente por la izquierda europea en un contexto de lucha antifascita, que grabaron a fuego la propia idiosincrasia progresista de las comarcas mineras asturianas, de la que el pueblo allerano de CABORANA ha sido uno de sus ejemplos.

Guardas Jurados de la Hullera Española o Cuerpos de la llamada Seguridad del Estado, siempre en la misma trinchera de los poderosos...

Guardas Jurados de la Hullera Española o Cuerpos de la llamada Seguridad del Estado, siempre en la misma trinchera de los poderosos…

Pero como dice el dicho popular “no hay dos sin tres”. La referencia de Garfias a los dos envites jugados por el movimiento obrero de los mineros asturianos, tuvieron su epílogo en abril de 1962, durante los sucesos ocurridos en las comarcas mineras asturianas, protagonizadas por los mineros, quizás poco conocidos por los más jóvenes, y que los historiadores resaltan por su influencia sobre la política de entonces, dándola a conocer como “La huelgona”. Una protesta minera, silenciosa, supuestamente esporádica, y aparentemente desorganizada, contra el abominable régimen del dictador Franco. Una huelga minera en tiempos de miseria, prendida sin ninguna duda sobre el sustrato de aquellos envites en aquellos difíciles años, y moldeada en la condición solidaria de minero, incorporada a memoria, que emergió como singular y emblemática respuesta en el momento en el que más comenzaba a resaltar el evidente atraso entre una España sumida en la dictadura y una Europa Occidental democrática y en pleno desarrollo social y económico. Esta protesta fue tal vez uno de los golpes más certeros de los asestados al franquismo.

¿ Qué será de mi, el día de mañana, cuando cierren el pozo donde permanece encerrado mi padre, parece preguntarse esta neña durante el largo encierro de mineros en el el Pozo Santiago del año 2012 ?

¿ Qué será de mi, el día de mañana, cuando cierren el pozo donde permanece encerrado mi padre, parece preguntarse esta neña durante el largo encierro de mineros en el el Pozo Santiago del año 2012 ?

Y la localidad allerana de CABORANA debe  seguir  dando  el  ejemplo  que  siempre dio,  colaborando y luchando por el  mantenimiento  de  las  cosas  que  aún están ahí, como es el Pozo Santiago, principal sostén de la economía en la zona,     y  alimentando  la  esperanza  de  que  las  cabezas pensantes que nos gobiernan aquí y en Europa se den cuenta de que no se puede acabar con el carbón,  que   hace  mucha  falta  seguir manteniendo  una  fuente  de  energía procedente de nuestro carbón,  que está ahí, en nuestro subsuelo, en cantidades abundantes y perfectamente mecanizables sus explotaciones, para dar vida a la comarca durante más de cien años, sobre todo si somos capaces de exigir la conexión de los pozos Santiago y Figaredo que, no solo incrementaría los años de vida y las producciones, sino, y sobre todo, generarían el empleo necesario para evitar que nuestros jóvenes sigan siendo expulsados de la tierra que les vio nacer. ¿Cómo puede ser posible que, siendo el concejo de Aller el de mayor numero de ingenieros mineros por metro cuadrado en España, muchos de los cuales ocupando los puestos más importantes en la dirección de HUNOSA, caso concreto de la actual presidenta, se hayan prestado al engaño de esta conexión de futuro basándola siempre en la inexistente “Falla de Caborana”, aunque luego se les llene la boca de alleranismo cuando son distinguidos por “Los Humanitarios de Moreda”?

¡¡¡ Que  no, que no  podemos  seguir dependiendo  como  país,  al  80%,  de las energías  foráneas, con un grado de autoabastecimiento de energía primaria en España – la decimotercera economía del mundo –  de sólo el 20 por ciento, lo que supone que el 80 por ciento de la energía primaria consumida se importe del exterior, dependiendo casi al 100 por ciento de las importaciones de petróleo, gas y uranio, y del orden del 80 por ciento de las importaciones de carbón, con un coste de la factura energética del orden de los 40.000 millones de euros anuales !!!

¡¡¡ A por ellos, metamos la cuarta marcha para luchar contra los corsarios del liberalismo… !!!

ANTON SAAVEDRA

 

 

 

 

 


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